sábado, 24 de abril de 2010

Lecturas y Santoral 24-04-10

La Iglesia se iba construyendo y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo
Primera Lectura. Hechos 9, 31-42
En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo. Pedro recorría el país y bajó a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacia ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: -«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama.» Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarán, y se convirtieron al Señor. Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Lida está cerca de Jafa. Al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro se fue con ellos. Al llegar a Jafa, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela cuando vivía. Pedro mandó salir fuera a todos. Se arrodilló, se puso a rezar y, dirigiéndose a la muerta, dijo: - «Tabita, levántate.» Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la cogió de la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Salmo Responsorial Salmo 115, 12-13. 14-15. 16-17
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
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¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Juan 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oirlo, dijeron: -«Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: - «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.» Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: - «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: - «¿También vosotros queréis marcharos?» Simón Pedro le contestó: - «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
San Marcos Evangelista S.I
Era un judío de Jerusalén, sin duda helenizado (además de su nombre hebreo, Juan, usaba el grecorromano de Marcos), que sin ser uno de los apóstoles pertenecía al círculo de los primeros seguidores de Jesús, lo mismo que su madre, una tal María, y su primo, el chipriota Bernabé.

Tanto los Hechos de los Apóstoles como las Cartas de San Pablo y de San Pedro, nos permiten entrever el puesto que ocupaba San Marcos dentro de la comunidad primitiva. Partiendo de Jerusalén, en donde Juan Marcos poseía una casa, podemos seguirle en sus viajes apostólicos, al lado de su primo Bernabé y de Pablo, y más tarde solo con Bernabé, a principios del año 52.

Diez años después, volvemos a hallarle en Roma, colaborando con Pablo, y luego con Pedro. A Marcos le gusto siempre, bien fuera por temperamento o por virtud, actuar en segundo plano, junto a una personalidad más relevante que la suya. Dentro de esta misma línea fue como compuso su Evangelio, recogiendo la catequesis romana de Pedro. Pero el estilo tan vivo, tan concreto y directo del evangelio de Marcos nos podría decir mucho sobre el alma de su autor.

El ilustre predicador Bossuet refiriéndose a lo bien que supo sintetizar la doctrina de Jesús predicada por San Pedro llamó a nuestro Santo "el más divino de los compendiadores".

Pedro amaba con cariño a Marcos. Le llama "mi hijo Marcos" (1 Pe 5, 13). El evangelista Marcos escribe con fluidez, sencillez, en estilo directo y sólido a la vez. Es el más breve de los Evangelios (16 capítulos) y se propone probar la Divinidad de Jesucristo.

Marcos se halla en Roma el año 67 cuando mueren los dos Apóstoles San Pedro y San Pablo.

Juan Marcos ha jugado un papel muy importante en la evangelización como lo demuestran estas palabras de San Pablo que el 62 dice a Timoteo: "Trae contigo a Marcos, pues lo necesito para el ministerio evangélico". Después parece que extendió el Evangelio por diversos países: Egipto, Aquilea, Cirene... Quizá expiró el año 68.

Ya desde el siglo III se le atribuía a San Marcos la fundación de la Iglesia de Alejandría y su tumba era venerada en las afueras de la ciudad. A partir de entonces, la Iglesia copta de Egipto se ha adherido siempre a la «Predicación de San Marcos. Unidos a ella saludamos hoy al que llama «el contemplativo de Dios, e imploramos al evangelista por todas las comunidades cristianas que conservan la fe en Jesucristo dentro de los piases del Islam compartiendo con sus hermanos de raza la adoración del Único Dios.

En el siglo IX unos mercaderes llevaron sus reliquias a Venecia, y la república de las aguas le hizo su patrón, le erigió una grandiosa basílica y paseó en triunfo por los mares su emblema del león alado (quizá por alusión a una de las primeras frases de su evangelio), prolongando su inquietud desde las antiguas huidas a los grandes viajes de misión.

Santoral confeccionado consultando: el preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, Aciprensa.com, archimadrid.es, Catholic.net

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