jueves, 28 de junio de 2012

Lecturas y Santoral 28-06-12

Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos –diez mil deportados–, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe. Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia.
Primera Lectura. Segundo libro de los Reyes (24,8-17)

Cuando Jeconías subió al trono tenía dieciocho años, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Nejustá, hija de Elnatán, natural de Jerusalén. Hizo lo que el Señor reprueba, igual que su padre. En aquel tiempo, los oficiales de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron contra Jerusalén y la cercaron. Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén cuando sus oficiales la tenían cercada. Jeconías de Judá se rindió al rey de Babilonia, con su madre, sus ministros, generales y funcionarios. El rey de Babilonia los apresó el año octavo de su reinado. Se llevó los tesoros del templo y del palacio y destrozó todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho para el templo según las órdenes del Señor. Deportó a todo Jerusalén, los generales, los ricos –diez mil deportados–, los herreros y cerrajeros; sólo quedó la plebe. Nabucodonosor deportó a Jeconías a Babilonia. Llevó deportados, de Jerusalén a Babilonia, al rey y sus mujeres, sus funcionarios y grandes del reino, todos los ricos –siete mil deportados–, los herreros y cerrajeros –mil deportados–, todos aptos para la guerra. En su lugar nombró rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre en Sedecías.


Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/nab/. You can get too Daily Scripture Readings at http://beingbob.wordpress.com/

2-Reyes-28-Nabucodonosor
Salmo Responsorial 78,1-2.3-5.8.9

Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles a las fieras de la tierra.

Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
Derramaron su sangre como agua
en torno a Jerusalén, y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Arderá como fuego tu cólera?

Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.

Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.
Socórrenos, Dios, salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre.
Líbranos, Señor, por el honor de tu nombre.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/nab/. You can get too Daily Scripture Readings at http://beingbob.wordpress.com/

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Mateo (7,21-29)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No todo el que me dice 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: 'Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?' Yo entonces les declararé: 'Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados." El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente."
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
Palabra de Dios.

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casa-rocas-Jesus-Lucas-6
San Ireneo (136-200)
San Ireneo

Ireneo nació hacia el año 135 en Esmirna, en donde, durante su juventud, fue discípulo de Policarpo, quien a su vez lo había sido de Juan (ver 23 de febrero).
Cuando todavía era muy joven, quizá con quince años, ya sufrió en su misma carne las sangrientas persecuciones de Adriano y Antonino Pío.

Por el año 157 encontramos a Ireneo en las Galias, enviado, quizá, por su maestro San Policarpo, para misiones de gran responsabilidad. Viene procedente de su patria, Esmirna, con ardiente fuego apostólico en su joven corazón.

En Roma pasó varios años entregado al apostolado y en defensa de la fe de Jesucristo en los tiempos que tanto abundaban las herejías contra ella.

Por los años 177 lo encontramos en Lyon al lado de un gran grupo de cristianos que están encarcelados por la fe que profesaban en el Señor Jesús. Son unos cincuenta y los preside su mismo Obispo Potino, oriundo también como él de Asia Menor y que hacía algunos años le había consagrado sacerdote para esta iglesia de Lyon que ahora sufre la más terrible persecución. No sabemos por qué Ireneo no ha sido todavía encarcelado y puede moverse alentando a unos y a otros para que perseveren en la fe cristiana.

A este pueblo de Lyon y refiriéndose a esta ocasión, alguien les ha llamado “un pueblo de mártires”. Muerto Potino los cristianos le eligen su obispo por el 180. Los desvelos del pastor se multiplican. Se entrega sin reservas a todos los que sufren en el cuerpo o en el espíritu. Han sido años muy duros los que han vivido y debe devolver la paz y la calma. Había de gobernarla hasta su muerte, en torno el año 200.

San Ireneo es a la vez un teólogo de profundas y amplias intuiciones, un controversista ardoroso en la exposición y rechace de las herejías de su tiempo y un misionero que se sabía deudor del Evangelio tanto a los Celtas como a los Romanos. Ante todo es un hombre de la Iglesia. Captó de modo admirable el esplendor de los designio
s de Dios, que discurren desde la creación del hombre hasta la venida de Cristo y la irrupción del Espíritu en el mundo. Tuvo confianza en el hombre, porque creyó en la Encarnación: «La carne es capaz de recibir la salvación; de lo contrario, la Palabra no se hubiera hecho carne».

«Allí donde está la Iglesia, allí está el Espíritu de Dios y el Espíritu es verdad». A esa Iglesia se entregó en cuerpo y alma Ireneo – cuyo nombre significa «pacífico»- procurando la paz allá donde surgiera la discordia entre las comunidades locales, adherido de forma indeclinable a «la más grande y la más antigua» de las Iglesias, aquella que fue «fundada en Roma por los dos apóstoles más gloriosos: Pedro y Pablo.»

Muchas religiones se han basado en la idea de que sólo unos pocos elegidos tienen el privilegio de un conocimiento especial acerca de Dios, incluyendo los secretos de la vida eterna. A fin de obtener ese conocimiento, has de pasar a través de procedimientos y rituales misteriosos destinados a hacerte parte de la elite de escogidos. Una vez que eres aceptado, has de jurar que nunca revelarás los secretos a nadie que no pertenezca al grupo.

El amor de Dios es justamente lo opuesto. Está para ser compartido con todo el mundo. «Id y haced discípulos en todas las naciones», dijo Jesús a sus seguidores. No dijo: «Id y guardad esto para vosotros.»

En el siglo tercero, ciertos grupos empezaron a enseñar que Jesús había guardado secretos, que su enseñanza «real» había sido reservada para los doce apóstoles. Que sólo a unas pocas personas se les permitió oír la supuesta verdad.

San Ireneo, obispo de Lyon, se opuso firmemente a tal idea. Reconociendo el hechizo de la información secreta, escribió varias obras comparando el conocimiento denominado oculto con la enseñanza de los apóstoles y de las escrituras. Haciéndolo así, fue capaz de aplastar la idea de que Jesús vino sólo para unas pocas personas especiales.

Si la gente te dice que tiene un conocimiento secreto acerca de Dios, no la creas. Una información así no se halla disponible. La verdad divina está al alcance de cualquiera que la busque. Lo único que has de hacer es pedir, y recibirás.

Escribió varios tratados para defender la fe contra las herejías reinantes. Por ellos se puede apreciar el fuego de amor a Dios y a la verdad que llenaba su alma. Recientemente, el P. Orbe ha escrito unos comentarios de gran autoridad sobre estos tratados. Parece que murió mártir por el 208 en la persecución de Septimio Severo. Su fiesta se celebra desde 1922 en toda la Iglesia.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

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