jueves, 30 de octubre de 2014

Lecturas y Santoral 30-10-14

Tomad las armas de Dios, para poder mantener las posiciones
Primera Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 6, 10-20

Hermanos:
Buscad vuestra fuerza en el Señor y en su invencible poder. Poneos las armas que Dios os da, para poder resistir a las estratagemas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los principados, autoridades y poderes que dominan este mundo de tinieblas, contra las fuerzas sobrehumanas y supremas del mal.
Por eso, tomad las armas de Dios, para poder resistir en el día fatal y, después de actuar a fondo, mantener las posiciones. Estad firmes, repito: abrochaos el cinturón de la verdad, por coraza poneos la justicia; bien calzados para estar dispuestos a anunciar el Evangelio de la paz. Y, por supuesto, tened embrazado el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del malo. Tomad por casco la salvación y por espada la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios, insistiendo y pidiendo en la oración.
Orad en toda ocasión con la ayuda del Espíritu. Tened vigilias en que oréis con constancia por todos los santos. Pedid también por mí, para que Dios abra mi boca y me conceda palabras que anuncien sin temor el misterio contenido en el Evangelio, del que soy embajador en cadenas. Pedid que tenga valor para hablar de él como debo.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

Pablo-Timoteo-orad-rezad-Misa-Jesus-Cielo
Salmo Responsorial 143, 1. 2. 9-10

Bendito el Señor, mi Roca.
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea.

Bendito el Señor, mi Roca.
Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.

Bendito el Señor, mi Roca.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.

Bendito el Señor, mi Roca.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

No cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Lucas 13, 31-35

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: -"Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte." Él contestó:
-"Id a decirle a ese zorro: 'Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término.'
Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían!
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido.
Vuestra casa se os quedará vacía.
Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: 'Bendito el que viene en nombre del Señor.'"

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

Jesus-llora-frente-Jerusalen-palabras-no-pasaran-James-Tissot
Marcelo de Tánger Mártir (¿?-298)
San-Marcelo-centurion

Nació en Arzas, en la actual Galicia, en España; provenía de una familia de ciudadanos del Imperio Romano.

Las referencias nos presentan a San Marcelo como centurión de una legión romana, la Legio VII Gemina, que estaba adscrita a Hispania.

La legión se encontraba acantonada en la ciudad de León el 28 de julio de 298, día en que los romanos conmemoraban el onomástico de los césares.

Los centuriones presentaban armas ante el gobernador militar, Fortunato, pero San Marcelo se despojó frente a él de su cinturón militar, su espada y su escudo, y le dijo: "Yo soy cristiano, y por lo tanto sólo podía militar en el ejército de Jesucristo, hijo de Dios omnipotente."

A Fortunato le pareció que el ordinario centurión había enloquecido. De modo que lo hizo aprehender y lo envió con su superior, Aurelio Agricolano, quien se encontraba en Tánger, para que él juzgara a San Marcelo.

Tres meses después, el 30 de octubre, San Marcelo es presentado ante Aurelio Agricolano, quien le enuncia los cargos y lo interroga. Pero el centurión remiso se mantiene firme, por lo cual es condenado a la decapitación.

Los restos de San Marcelo de Tánger permanecieron en esa ciudad del actual Marruecos hasta 1493, cuando el rey de Portugal recuperó para la cristiandad esa sede. Fueron entonces trasladados a León.

En la actualidad, las reliquias de San Marcelo de Tánger se conservan en un arcón de plata bajo el altar mayor de la iglesia que lleva su nombre en León, ciudad de la cual San Marcelo es santo patrono.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

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