domingo, 7 de marzo de 2010

Lecturas y Santoral 07-03-10

«Yo soy» me envía a vosotros
Primera Lectura. Libro del Éxodo 3, 1-8a. 13-15
En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: - «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza. » Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: - «Moisés, Moisés.» Respondió él: - «Aquí estoy.» Dijo Dios: - «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.» Y añadió: - «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.» Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. El Señor le dijo: - «He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.» Moisés replicó a Dios: - «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros." Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?» Dios dijo a Moisés: - «"Soy el que soy"; esto dirás a los israelitas: `Yo-soy' me envía .a vosotros".» Dios añadió: - «Esto dirás a los israelitas: "Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Éste es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación".»
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Salmo Responsorial Salmo 102, 1-2. 3-4. 6-7. 8 y 11
El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel.
El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
La vida del pueblo con Moisés en el desierto fue escrita para escarmiento nuestro
Segunda Lectura. 1ª carta Pablo Corintios 10, 1-6. 10-12
No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquéllos. No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Lucas 13, 1-9
En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: - « ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.» Y les dijo esta parábola: - «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»
Palabra del Señor.
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Santas Perpetua y Felicidad + 203
Las órdenes de Septimio Severo contra los cristianos ,contra los convertidos y contra los prosélitos, se extendían a todo el Imperio. También a Turba, muy cerca de Cartago. Allí fueron detenidas dos jóvenes casadas, Perpetua y Felicidad, y otros tres jóvenes, Revocato, Saturnino y Secúndulo. El diácono Saturio, su catequista, se unió a ellos para seguir su misma suerte.

El padre de Perpetua, que era pagano, intentaba convencer a su hija para que sacrificara a los ídolos. Si no, él y toda la familia quedarían deshonrados. "Hija mía, ten compasión de mis cabellos blancos, acuérdate de que has sido siempre mi preferida. Piensa en tu madre, en tus hermanos, en tu tía, en tu niño pequeño, tu tesoro, que no podrá vivir sin tus cuidados".

Estas palabras taladraban las entrañas de Perpetua. Pero, con temple inconcebible para el que no tenga una gran fe, le tranquilizaba a su padre diciéndole que no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino a Dios. Tomando un vaso en la mano, le pregunta: "¿Puedes darle a este vaso otro nombre que el que tiene? Pues yo tampoco puedo llamarme más que cristiana".

Y como no cediese ni ella ni sus compañeros, fueron encerrados en un hediondo calabozo, sometidos a las humillaciones y caprichos de los carceleros, esperando el día en que habían de ser lanzados a las fieras.

Felicidad estaba en el octavo mes de su embarazo. Esto preocupaba a los demás, por si no podría mantenerse fiel. Le llegaron entonces los dolores del parto, y como diese grandes alaridos, un carcelero le dijo: "Si ahora no puedes soportar los sufrimientos ¿qué será cuando seas echada a las bestias?"- "Ahora, respondió la mártir, soy yo quien sufro, pero en el momento del suplicio otro sufrirá por mí, porque yo sufriré por Él".

Los Jueces, verdugos y espectadores quedaban asombrados ante la actitud serena, segura e incluso irónica a veces de los mártires. Mirad nuestros rostros, les decían, para que nos conozcáis en el día del juicio. Tú nos juzgas a nosotros, pero Dios te juzgará a ti, le decían al juez.

Con Perpetua y Felicidad habían sido encarcelados los catecúmenos Saturnino, Revocato y Secúndolo. Así logran ser bautizados los cinco por el diácono Saturio. Secúndulo muere en la misma cárcel. A los demás, después de azotados. los llevan al circo del Castro, por celebrarse allí el 7 de marzo con juegos el cumpleaños del Emperador.

Revocato y Saturnino aguantan los zarpazos de un oso. Saturio, las dentelladas sangrientas de un leopardo. El martirio de Perpetua y Felicidad fue más lento. Soltaron contra ellas una vaca furiosa. Zarandeó primero a Perpetua que cayó a tierra. Ella, noble y digna, recogió los pliegues de la túnica y se arregló los cabellos, para morir con decoro "más preocupada del pudor que del dolor". Vio a Felicidad en el suelo, y olvidándose de sí misma, se acercó, le dio la mano y la levantó.

El pueblo estaba conmovido. Perpetua, olvidada de sus heridas, decía a los cristianos que contemplaban la escena: "Permaneced firmes en la fe. Amaos los unos a los otros. No os escandalicéis de nuestros sufrimientos".

Pronto el pueblo, ebrio de sangre, se olvidó de la compasión hacia las mártires, y quería ver terminar el sangriento espectáculo. Las mártires se dieron el beso de paz y aguardaban el golpe final serenamente. Era primerizo el gladiador, y temblaba más que las mártires, de inexperiencia o de emoción. Falló el primer golpe. Perpetua se recogió el cabello con noble dignidad, y le dirigió la mano al verdugo para que no fallara otra vez. Pronto van a recibir la corona.

Según San Agustín, que tanto gustaba de los ingeniosos Juegos de palabras, iban a realizar su nombre: la perpetua felicidad, pues se llamaban aquello a lo que todos somos llamados.

Las actas de este martirio tienen el encanto de una autobiografía. La novela más ingeniosa no se la podría comparar. Es uno de los documentos más luminosos y emocionantes de la antigüedad cristiana.

Santoral confeccionado consultando: el preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, Aciprensa.com, archimadrid.es

2 comentarios:

  1. Whenever I am feeling in despair or lonely for God, I can come to this place you have made and hear exactly the words I needed to hear from Him. Gracias mi hermano.

    Also, yesterday was St. Perpetua's day! She continues to reappear in my life...the example of one who truly was able to give all for Christ, the measuring stick one shudders to be held up to.

    --Erin

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  2. Thank you for your words Erin, that is exactly what I feel when every day I discover the readings God has prepared for us through the Liturgy of our church. :)

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