viernes, 30 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 30/04/2021. Viernes de la cuarta semana de Pascua

Dios ha cumplido su promesa resucitando a Jesús
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 13, 26-33
En aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: «Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que lo habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: “Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 2, 6-7.8-9. 10-11a

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Yo mismo he establecido a mi Rey en Sión, mi monte santo». Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Pídemelo: te daré en herencia las naciones, en posesión, los confines de la tierra: los gobernarás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de loza».

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Y ahora, reyes, sed sensatos; escarmentad, los que regís la tierra: servid al Señor con temor, rendidle homenaje temblando.

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.

Yo soy el camino y la verdad y la vida
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

Palabra de Dios

San Pío V Papa de 1566 a 1572

Nació en Bosco Marengo (Alessandria, Italia) el año 1504. Ingresó en la Orden de Predicadores siendo muy joven; se doctoró y recibió la ordenación sacerdotal en Bolonia el año 1528. Durante dieciséis años fue profesor de teología y ejerció diversos cargos en la provincia dominica lombarda. Consagrado obispo y elevado al cardenalato, fue finalmente elegido papa el año 1566.

Intensificó su austeridad y vida de oración. Rehusó toda muestra de nepotismo. Continuó con gran decisión la reforma comenzada por el Concilio de Trento, cuyos decretos trató de aplicar, reformó las costumbres, intensificó la catequesis, organizó los seminarios y favoreció los estudios, promovió la propagación de la fe, renovó la liturgia y publicó el Catecismo Romano y el Misal que lleva su nombre, que ha estado vigente hasta la reforma del Vaticano II.

En la liga contra los turcos, se alió con España y Venecia, que lograron la victoria de Lepanto. Murió en Roma el 1 de mayo de 1572.

Oración: Señor, tú que has suscitado providencialmente en la Iglesia al papa san Pío, para proteger la fe y dignificar el culto, concédenos, por su intercesión, participar con fe viva y con amor fecundo en tus santos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San José Benito Cottolengo

Sacerdote diocesano, miembro de la Tercera Orden Franciscana, fundador de la Pequeña Casa de la Divina Providencia (el “Cottolengo”) y de otras instituciones, nació en Bra, de la región italiana de Piamonte, el año 1786.

Tras su ordenación sacerdotal en 1811 se dedicó a tareas parroquiales y a la predicación, hasta centrarse en la acción social y caritativa para con los pobres, enfermos y marginados de la sociedad que no eran acogidos en las instituciones públicas. Confiando en la Divina Providencia, abrió en Turín un hospital, dotado con lo indispensable, para acoger a los rechazados de otros centros.

Se le unieron voluntarios, hombres y mujeres que luego se integraron en las congregaciones por él fundadas para consolidar y extender su obra. Humilde, pobre y austero, dio ejemplo admirable de santidad sacerdotal, de confianza filial en Dios Padre y de entrega generosa a los más pobres y abandonados.

Murió en Chieri (Turín) el 30 de abril de 1842.

jueves, 29 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 29/04/2021. Jueves de la cuarta semana de Pascua. Santa Catalina de Siena, virgen y doctora, patrona de Europa

La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado
Primera Lectura. Primera carta del Apóstol san Juan 1, 5-2, 2
Queridos hermanos: Este es el mensaje que hemos oído a Jesucristo y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros. Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 102, 1-2. 3-4. 8-9. 13-14. 17-18a

Bendice, alma mía, al Señor.

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.

Bendice, alma mía, al Señor.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo.

Bendice, alma mía, al Señor.

Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por los que lo temen; porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro.

Bendice, alma mía, al Señor.

La misericordia del Señor dura desde siempre y por siempre, para aquellos que lo temen; su justicia pasa de hijos a nietos, para los que guardan la alianza.

Bendice, alma mía, al Señor.

Has escondido estas cosas a los sabios y las has revelado a los pequeños
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra de Dios

Santa Catalina de Siena virgen y doctor de la Iglesia

Virgen y doctora de la Iglesia. Nació en Siena (Italia) el año 1347. En la adolescencia hizo voto de castidad y rehusó contraer el matrimonio que le proponían sus padres. El año 1363 vistió el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo, y a partir de entonces se esforzó en conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, y en asemejarse a Cristo crucificado.

Supo conjugar su intensa vida contemplativa con su incesante actividad al servicio de la Iglesia. Movida por su gran amor a Dios y al prójimo, promovió la paz y la concordia entre las ciudades y defendió con valentía los derechos y la libertad del Romano Pontífice, favoreciendo también la renovación de la vida religiosa, la de los dominicos en particular. Luchó con energía y sin descanso por el retorno del papa, de Aviñón a Roma, y por la unidad de la Iglesia ante el Cisma.

Fue una mujer de alta vida mística, autora de importantes obras de espiritualidad. Murió en Roma el 29 de abril de 1380. Juan Pablo II la nombró en 1999 copatrona de Europa.

Oración: Señor Dios, que hiciste a santa Catalina de Siena arder de amor divino en la contemplación de la pasión de tu Hijo y en su entrega al servicio de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, vivir asociados al misterio de Cristo para que podamos llenarnos de alegría con la manifestación de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Hugo de Cluny

Nació en Brionnais (Borgoña, Francia) el año 1024 de padres nobles. Desde pequeño mostró poca disposición para las armas, la equitación y la caza, actividades preferidas de los de su clase y condición, y por las que querían encauzarlo; lo suyo era en cambio la lectura y el estudio. Por eso su padre confió su educación a su familiar el obispo de Auxerre, que lo llevó al priorato benedictino de San Marcelo.

A los quince años marchó a la abadía de Cluny, y el abad san Odilón lo admitió. Recibió la ordenación sacerdotal a los 20 años y a los 24 el abad lo nombró vicario suyo, oficio en el que aprendió mucho. Tenía que relacionarse con personas de todos los rangos, y a todos dejaba admirados por sus cualidades humanas y espirituales.

Un año después, muerto san Odilón, fue elegido abad de Cluny, abadía que gobernó durante 61 años. Tuvo que viajar mucho para visitar y aconsejar a papas, santos, reyes y emperadores, y participar en sínodos y concilios. Fue padre de sus monjes, pródigo en dar limosna y ayudar a los pobres, cultivó la vida de oración, estuvo atento a las necesidades de la Iglesia de su tiempo, la consolidó y la propagó. Murió en Cluny el año 1109.

miércoles, 28 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 28/04/2021. Miércoles de la cuarta semana de Pascua

Apartadme a Bernabé y a Saulo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 12, 24-13, 5
En aquellos días, la palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba. Cuando cumplieron su servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, por sobrenombre Marcos. En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Niger; Lucio, el Círeneo; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día que estaban celebrando el culto al Señor, y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado». Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 66, 2-3. 5. 6 y 8

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, y gobiernas las naciones de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Oh ,Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines de la tierra.

Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Yo he venido al mundo como luz
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 12, 44-50
En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Palabra de Dios

San Luis Maria Grignion de Montfort

Nació de padres cristianos en Montfort (Bretaña francesa) el año 1673. Fue el segundo de dieciocho hermanos. Su padre era muy autoritario y de un temperamento un tanto brusco. Quizá de él heredó nuestro Santo este mismo temperamento contra el que luchó durante toda su vida.

Pasó su infancia con una señora muy buena cristiana que, al no poderle educar su madre, le confió para que lo alimentara y formara en los principios de la fe. Esta buena mujer dejó huellas también muy hondas en su espíritu que nunca olvidará.

Fue enviado al colegio de los padres jesuitas de Rennes donde pasó ocho años entregado a los estudios de humanidades. Aquí trabó gran amistad con los padres carmelitas de esta ciudad que gozaban en aquel entonces de una bien merecida fama de santidad y de profunda y filial devoción a la Virgen María. Entre aquellos religiosos carmelitas que pertenecían a la célebre reforma Turonense, aprendió sin duda la doctrina que después extendería y haría famosa en la Iglesia de hacerlo todo En María, Con María, Por María y Para María.

Recibe la ordenación sacerdotal, el 5 de junio de 1700 y desde entonces se entregó de lleno a su misión evangelizadora. Él pidió ser enviado a las misiones para allí gastarse por Cristo enseñando su doctrina, pero los superiores le hicieron ver que su puesto estaba en su misma patria para que trabajara en defensa de la fe cristiana, que aquellos días estaba tan duramente atacada por la herejía de los jansenistas y calvinistas, que amenazaban inficionarlo todo con sus corrosivas doctrinas. Y a ello se entregó en cuerpo y alma nuestro Santo.

Al bautizarle le fue impuesto el nombre de Luis y cuando recibió la Confirmación, él mismo por su gran afecto hacia la Santísima Virgen añadió el de MARIA a su nombre de bautismo.

Fue capellán de grandes hospitales y a todos atendía, consolaba y ayudaba con medios materiales y espirituales.

Es el santo de tribulaciones muy amargas, a menudo en pugna con prelados, sacerdotes y autoridades que se decían cristianísimas, en una Francia que entendía las luces como un sucedáneo de Dios. Con su crucifijo y una estatuilla de la Virgen, “Reina de los corazones”, acorazado en su paciencia, volvió a encender la fe en miles de almas como una lamparilla que no se apaga en la tormenta.

Como le acompañaban un grupo de amigos en sus apostolados misioneros y marianos con ellos, y a petición de los mismos, fundó la Congregación de Sacerdotes de la Compañía de María o Montfortianos, hoy extendidos en todas partes.

Entre sus fundaciones de vida de perfección se cuentan también los Hermanos de San Gabriel y las Hijas de la Sabiduría que han difundido su entrañable espiritualidad mariana, vivida en consagración personal a la Virgen.

Aquel hombre que había recorrido toda Francia y otras naciones llevando el mensaje de Jesucristo y de María a los cuarenta y tres años estaba extenuado y partió al cielo el 27 de abril 1716. A su entierro acudieron más de cien mil personas.

Se difundieron sus escritos en numerosas ediciones e idiomas especialmente su Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen.

Oración: Oh Dios, sabiduría eterna, que hiciste al presbítero san Luis María insigne testigo y maestro de la total consagración a Cristo, tu Hijo, por mano de su Madre, la bienaventurada Virgen María; concédenos que, siguiendo su mismo camino espiritual, podamos extender tu reino en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 
San Pedro Chanel

Nació en Cuet (Francia) el año 1803. A los 21 años entró en el seminario de Bourg y, ordenado de sacerdote en 1827, ejerció durante algunos años el ministerio pastoral en su tierra. Acuciado por su deseo de marchar a misiones, en 1831 ingresó en la Compañía de María (Padres Maristas) y en 1837 se marchó a Oceanía occidental (Polinesia) como misionero y llegó a la isla de Futuna, cercana a Tahití.

En medio de dificultades de toda clase, consiguió convertir a bastantes paganos, entre ellos el hijo del jefe de la tribu de los Alo, una de las dos tribus de la isla, lo que le granjeó su odio y el de su influyente familia. El 28 de abril de 1841 lo visitó un grupo de hombres, lo obligaron a salir de su cabaña, le propinaron una gran paliza a garrotazos y un cuñado del hijo del jefe le partió la cabeza con un hacha. Era el primer mártir de Oceanía y de los Maristas. Una vez más su sangre fue semilla de cristianos, pues poco después la población acabó convirtiéndose.

Oración: Señor, tú que has concedido la palma del martirio a san Pedro Chanel cuando trabajaba por extender tu Iglesia, concédenos a nosotros que, en medio de las alegrías pascuales, celebremos de tal modo el misterio de Cristo, muerto y resucitado, que seamos verdaderamente testigos de una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 27 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 27/04/2021. Martes de la cuarta semana de Pascua

Se pusieron a hablar a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 11,19-26
En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor. Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos fueron llamados cristianos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 86, 1-3, 4-5. 6-7

Alabad al Señor todas las naciones.

Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Alabad al Señor todas las naciones.

«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.» Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la ha fundado».

Alabad al Señor todas las naciones.

El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Éste ha nacido allí.» Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti».

Alabad al Señor todas las naciones.

Yo y el Padre somos uno
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 10, 22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado, es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra de Dios

Santa Zita de Lucca (1218-1278)

Nació en Monsagrati, cerca de Lucca, Italia, en una familia de campesinos muy pobres. Tal era la pobreza de la familia, que con apenas 12 años de edad la pequeña Zita tiene que buscar trabajo en la villa de Lucca.

Ahí fue ocupada por la opulenta familia Pagano di Fatinelli como empleada doméstica. Y quedaría Santa Zita al servicio de esta familia ininterrumpidamente a lo largo de 48 años, hasta su fallecimiento.

Desde esa joven edad, Santa Zita destacó por su amor por el prójimo, especialmente por los más pobres y necesitados. Acostumbraba compartir todas sus pertenencias, e incluso su comida, con la gente menesterosa.

Toda su vida soportó con abnegación la explotación de sus patrones, quienes la consideraban una sierva, pero también tuvo que resistir las burlas y envidias de sus compañeros de trabajo, que varias veces se mostraron celosos, e intentaron poner a los señores en contra de la virtuosa Zita.

No obstante, su piedad y la ayuda de Dios siempre la ayudaron; por ejemplo, era cierto que la santa alimentaba a personas indigentes en contra de la voluntad de sus patrones. Pero ello sabía que no representaba ninguna merma, mas sí una gran caridad.

A Santa Zita se le atribuyen numerosos milagros, sobre todo de multiplicación de alimentos, de restitución de bienes perdidos y de colaboración divina en su auto-impuesta misión de ayudar a quienes menos tienen.

Se cuenta que también se obraron milagros en su tumba, en la iglesia de San Frediano, en Lucca, lo cual contribuyó a que su culto se extendiera más allá de las fronteras de Italia.

El culto de Santa Zita de Lucca fue aprobado por el papa Inocencio XII en 1696. El papa Pío XII la declaró santa patrona de las empleadas domésticas y de los sirvientes.

"La Moreneta", Nuestra Señora de Montserrat

Nuestra Señora de Montserrat es la más importante advocación de la Virgen en Cataluña. Está relacionada con el descubrimiento de una imagen de la Virgen María allá por las últimas décadas del siglo IX, según cuenta la tradición. Fueron unos pastores que apacentando sus rebaños en la falda de la montaña vieron resplandores arriba en los picos. Fueron éstos a anunciarlo al párroco, y éste al obispo de Vic quien acompañado de numerosa comitiva vio que eran ciertos los resplandores, y que procedían de una Virgen Morena, colocada en una hornacina excavada en la roca. Se construyó una capilla para venerar la imagen y en torno a ella un monasterio de monjas benedictinas que, por temor a los sarracenos, fueron sustituidas por monjes de Ripoll. Fue creciendo la devoción de los nobles a la Virgen Morena, y gracias a ello creció el monasterio, hasta que los reyes Católicos le dieron el impulso definitivo para convertirse en un gran santuario servido por una floreciente comunidad religiosa. El 11 de septiembre de 1881 fue declarada por León XIII patrona de Cataluña.

La montaña de Montserrat se yergue majestuosa aislada de los demás sistemas montañosos. Forma una pequeña cordillera de 10 km de largo por 5 de ancho. La fascinante combinación de roca desnuda y exuberante verdor, los picos rocosos inclinándose levemente unos sobre otros como si hubiese quedado allí petrificada una batalla de titanes, el más alto de los cuales se alza orgulloso a una altura de 1.235 metros; la luz cambiante a lo largo del día, especialmente al atardecer y en el sucederse de las estaciones, que ofrece una visión siempre nueva y fascinante; es en su conjunto de una belleza no para ser contada, sino para ser vista. Con toda seguridad fue santa esta montaña desde el principio de los tiempos: santuario de la naturaleza, cuando subían a ella las gentes tenían la sensación de ascender a la sagrada morada de los dioses, igual que sintieron los israelitas el monte Sinaí y los griegos el Olimpo. La Madre de Dios que veneran los cristianos en esta santa montaña, es la última forma de la divinidad más antigua, la Madre, que tiene en ella su morada desde que el mundo es mundo.

Las Montses pueden sentirse orgullosas de su nombre: al pronunciarlo se hacen presentes la indescriptible belleza de la santa montaña, la Virgen a la que está dedicada, la tradición, la fe y la esperanza de un pueblo que se ha aglutinado en torno a este nombre y a este símbolo. Es realmente una gran cosa llamarse Montserrat, sobre todo en Cataluña.

lunes, 26 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 26/04/2021. Lunes de la cuarta semana de Pascua. San Isidoro. obispo y doctor de la Iglesia

Vuestra fe se apoye en el poder de Dios
Primera Lectura. Primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 2, 1-10
Yo mismo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. También yo me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Sabiduría, sí, hablamos entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman». Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 118, 99-100. 101-102. 103-104

Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

Soy más docto que todos mis maestros, porque medito tus preceptos. Soy más sagaz que los ancianos, porque cumplo tus mandatos.

Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

Aparto mi pie de toda senda mala, para guardar tu palabra; no me aparto de tus mandamientos, porque tú me has instruido.

Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

¡Qué dulce al paladar tu promesa: más que miel en la boca! Considero tus mandatos, y odio el camino de la mentira.

Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero.

Vosotros sois la luz del mundo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 13-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielos».

Palabra de Dios


San Isidoro de Sevilla, obispo y doctor de la Iglesia

El último de los Santos Padres latinos de la Iglesia. Nació hacia el año 560, y era oriundo, como sus santos hermanos Leandro, Fulgencio y Florentina, de Cartagena (España). Educado por su hermano san Leandro, arzobispo hispalense, le sucedió en la sede sevillana, donde desarrolló su extraordinaria labor pastoral y literaria, procurando la maduración cultural y moral del clero, fundando un colegio, prototipo de los futuros seminarios.

Su sabiduría iba unida a una gran humildad y caridad. Compuso libros llenos de erudición, entre los que hay que destacar el de las Etimologías. Organizó bibliotecas, convocó y presidió varios concilios, entre ellos el IV de Toledo del 633, ordenó la liturgia hispano-visigoda, dio cánones sabios para renovar la vida de los religiosos y de los fieles.

Después de 40 años de episcopado, murió el 4 de abril del 636. El año 1063 fue trasladado su cuerpo a León, donde hoy recibe culto en la iglesia de su nombre.

Oración: Señor, Dios todopoderoso, tú elegiste a san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, para que fuese testimonio y fuente del humano saber; concédenos, por su intercesión, una búsqueda atenta y una aceptación generosa de tu eterna verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Fray Maria Rafael Arnáiz Barón, monje trapense

Nació en Burgos (España) el 9 de abril de 1911, de una familia de alta sociedad y profundamente religiosa. En esa misma ciudad fue bautizado y confirmado. Comenzó sus estudios en el colegio de los padres jesuitas y recibió por primera vez la Eucaristía en 1919.

En esos años tuvo la primera visita de la que habría de ser su asidua compañera: una enfermedad de fiebres colibacilares que le obligó a interrumpir sus estudios. Cuando se recuperó, su padre, en agradecimiento a lo que consideró una intervención especial de la santísima Virgen, a finales del verano de 1921 lo llevó a Zaragoza, donde lo consagró a la Virgen del Pilar.

Su familia se trasladó a Oviedo, y allí continuó sus estudios de bachillerato, en el colegio de los padres jesuitas y al terminar se matriculó en la Escuela superior de arquitectura de Madrid, donde supo unir el estudio con una ardiente y asidua vida de piedad; había introducido en su horario de estudio una larga visita diaria a "el Amo" en el oratorio de Caballero de Gracia, y participaba puntualmente en su turno de adoración nocturna.

De inteligencia brillante y ecléctica, Rafael tenía destacadas dotes para la amistad y buen trato. Poseía un carácter alegre y jovial; era deportista, rico en talento para el dibujo y la pintura; le gustaba la música y el teatro. A la vez que crecía en edad y desarrollaba su personalidad, crecía también en su experiencia espiritual de vida cristiana.

En su corazón bien dispuesto a escuchar a Dios quiso suscitar la invitación a una consagración especial en la vida contemplativa. Había conocido la trapa de San Isidro de Dueñas y se sintió fuertemente atraído porque la percibió como el lugar que correspondía a sus íntimos deseos. Así, en diciembre de 1933 interrumpió sus cursos en la universidad, y el 16 de enero 1934 entró en el monasterio de San Isidro.

Después de los primeros meses de noviciado y la primera Cuaresma vividos con entusiasmo en medio de las austeridades de la trapa, de improviso Dios quiso probarlo misteriosamente con una penosa enfermedad: una aguda diabetes sacarina, que lo obligó a abandonar apresuradamente el monasterio y a regresar a casa de sus padres para ser cuidado adecuadamente.

Regresó a la trapa apenas restablecido, pero la enfermedad le obligó a abandonar varias veces el monasterio, donde volvió otras tantas veces para responder generosa y fielmente a la llamada de Dios.

Se santificó en la gozosa y heroica fidelidad a su vocación, en la aceptación amorosa de los planes de Dios y del misterio de la cruz, en la búsqueda apasionada del rostro de Dios; le fascinaba la contemplación de lo Absoluto; tenía una tierna filial devoción a la Virgen María —la "Señora" como le gustaba llamarla—. Falleció en la madrugada del 26 de abril de 1938, recién cumplidos los 27 años. Fue sepultado en el cementerio del monasterio, y después en la iglesia abacial.

Muy pronto su fama de santidad se extendió fuera de los muros del convento. Sus numerosos escritos ascéticos y místicos continúan difundiéndose con gran aceptación y para el bien de cuantos entran en contacto con él. Ha sido definido como uno de los más grandes místicos del siglo XX.

El 19 de agosto de 1989 el Papa Juan Pablo II, con ocasión de la Jornada mundial de la juventud en Santiago de Compostela, lo propuso como modelo para los jóvenes del mundo de hoy y el 27 de septiembre de 1992 lo proclamó beato.

La canonización la realizó el Papa Benedicto XVI el 11 de octubre de 2009. Con su canonización el Papa Benedicto XVI lo presenta como amigo, ejemplo e intercesor a todos los fieles, sobre todo a los jóvenes.

Su fiesta se celebra hoy, 26 de abril.

Algunas máximas espirituales del Beato Fray María Rafael

¡Sólo Dios llena el alma…, y la llena toda!

La verdadera felicidad se encuentra en Dios y solamente en Dios.

El que no tiene a Dios necesita consuelo; pero el que ama a Dios, ¿qué más consuelo?

Honrando a la Virgen, amaremos más a Jesús; poniéndonos bajo su manto, comprenderemos mejor la misericordia divina.

¡Qué grande es Dios, qué dulce es María!

Oración: Señor omnipotente que glorificas a los humildes y abates a los soberbios, te suplicamos por la gloria de tu Santo Nombre ensalces la memoria del beato Rafael, concediéndonos la gracia que te pedimos por intercesión del mismo, que vivió y murió para glorificarte a Ti, Señor, que con el Hijo y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén

Anacleto (Cleto), Santo

El santo papa Anacleto fue natural de Atenas, hijo de Antioco, y por su mucha santidad y letras fue puesto en la Silla del Príncipe de los Apóstoles, por muerte de San Clemente, papa y mártir, imperando Trajano. Este cruelísimo emperador, viendo crecer la religión cristiana y disminuir el culto de sus falsos dioses, levantó la tercera persecución contra la Iglesia, pensando que con tormentos podría exterminarla; pero la semilla regada con la Sangre de los mártires fructificaba más y más.

En virtud de esta persecución tan rigurosa, ordenó San Anacleto que al fin de la Misa comulgasen todos los que se hallaran presentes. Mandó también que a la consagración del obispo asistiesen otros tres obispos, y que los clérigos fuesen admitidos a las órdenes públicamente. Escribió algunas Epístolas, en las que trata de la autoridad del Sumo Pontífice, afirmando que sólo Dios le puede juzgar. Finalmente, después de haber gobernado la Iglesia de Dios nueve años, tres meses y diez días, padeció martirio por la fe de nuestro Señor Jesucristo en el año 88.

Antiguamente se recordaba a este santo el 13 de julio, en el actual martirologio se trasladó su fiesta al 26 de abril.

sábado, 24 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 24/04/2021. Sábado de la tercera semana de Pascua

Se iba construyendo la Iglesia, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 9, 31-42
En aquellos días, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo. Pedro, que estaba recorriendo el país, bajó también a ver a los santos que residían en Lida. Encontró allí a un cierto Eneas, un paralítico que desde hacia ocho años no se levantaba de la camilla. Pedro le dijo: -«Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y arregla tu lecho». Se levantó inmediatamente. Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Sarán, y se convirtieron al Señor. Había en Jafa una discípula llamada Tabita, que significa Gacela. Tabita hacia infinidad de obras buenas y de limosnas. Por entonces cayó enferma y murió. La lavaron y la pusieron en la sala de arriba. Como Lida está cerca de Jafa, al enterarse los discípulos de que Pedro estaba allí, enviaron dos hombres a rogarle: «No tardes en venir a nosotros». Pedro se levantó y se fue con ellos. Al llegar, lo llevaron a la sala de arriba, y se le presentaron todas las viudas, mostrándole con lágrimas los vestidos y mantos que hacía Gacela mientras estuvo con ellas. Pedro, mandando salir fuera a todos, se arrodilló, se puso a rezar y, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: «Tabita, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él, dándole la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. Esto se supo por todo Jafa, y muchos creyeron en el Señor.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 115, 12-13. 14-15. 16-17

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre. del Señor

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?.

Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?.

Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?.

¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 60-69
En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?». Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen». Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios».

Palabra de Dios

San Fidel de Sigmaringa, presbítero y mártir (1578-1622)

Nació en Sigmaringa (Suabia, Alemania) el año 1578, en tiempos agitados por la Reforma protestante. Fue un joven de vida intachable, que estudió filosofía y derecho en Friburgo de Brisgovia con excelentes resultados. Ejerció luego la abogacía con tal amor a la justicia y a los más indefensos, que le dieron el sobrenombre de "abogado de los pobres".

En 1612 recibió la ordenación sacerdotal y poco después ingresó en los capuchinos. Fue un predicador incansable entre los católicos y los hermanos separados en los diversos cantones de Suiza y Suabia. Por su gran actividad misionera, la Congregación de la Propagación de la Fe, recién creada, le encargó fortalecer la fe católica en Suiza.

Por orden de sus superiores, San Fidel fue enviado con otros ocho capuchinos a predicar a los swinglianos de Grions, misión que aceptó gustosamente, pese a las amenazas de los protestantes de aquella región. Las conversiones numerosas que el santo conseguía a diario se debían, sin duda, tanto a las largas horas de la noche que dedicaba a la oración, como a sus sermones e instrucciones cotidianos. Encolerizados de sus prodigios, los protestantes empezaron a hostigar al religioso, poniendo a la población en su contra. Enterado de lo sucedido, San Fidel pasó varias noches de oración ante el Santísimo Sacramento, para luego dirigirse a las aldeas aledañas.

Los herejes se conjuraron para acabar con su vida. Cuando se dirigía a Grüsch, fue atacado por un puñado de hombres armados, quienes le exigieron que abjurase de la fe católica, pero el santo se negó rotundamente por lo que fue derribado a tierra y acabado a puñaladas. Lo asesinaron el 24 de abril de 1622 en Seewis (Suiza), donde lo habían invitado a predicar.

Lo canonizó Benedicto XIV en 1746.

Oración: Señor Dios, que te has dignado conceder la palma del martirio a san Fidel de Sigmaringa cuando, abrasado en tu amor, se entregaba a la propagación de la fe, concédenos, te rogamos, que arraigados, como él, en el amor, lleguemos a conocer el poder de la resurrección de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 23 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 23/04/2021. Viernes de la tercera semana de Pascua

Ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a los pueblos
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 9, 1-20
En aquellos días, Saul, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presento al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres. Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?». Dijo él: «¿Quién eres, Señor?». Respondió: «Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tienes que hacer». Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber. Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías. El Señor lo llamó en una visión: «Ananías». Respondió él: «Aquí estoy, Señor». El Señor le dijo: «Levántate y ve a la calle llamada Recta, y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Mira, está orando, y ha visto en visión a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista». Ananías contestó: «Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén, y que aquí tiene autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre». El Señor le dijo: «Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel. Yo le mostraré lo que tiene que sufrir por mi nombre». Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo». Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y fue bautizado. Comió, y recobró las fuerzas. Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a anunciar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.

Palabra de Dios



Salmo Responsorial. 116, 1. 2

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 52-59
En aquel tiempo, disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Entonces Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo Jesús en la sinagoga, cuando enseñaba en Cafarnaún.

Palabra de Dios
San Jorge

La figura de este mártir nos llega desde la remota antigüedad cristiana envuelta en leyenda. Nacido en Capadocia y educado en la fe cristiana por su madre, dejó su cargo en el ejército imperial, cambiándolo por la profesión de la milicia cristiana; repartió sus bienes entre los pobres, se enfrentó a los cultos paganos y sufrió cruel martirio durante la persecución de Diocleciano a comienzos del siglo IV.

Ya en ese siglo fue objeto de veneración en Dióspolis o Lidda (Palestina), donde había una iglesia construida en su honor, en la que se veneraba su sepulcro. Su culto se difundió ampliamente desde muy antiguo por Oriente y Occidente. La tradición popular y el arte lo representan como el caballero que hace frente al dragón, símbolo de la fe intrépida que triunfa sobre la fuerza del maligno.

Oración: Señor, alabamos tu poder y te rogamos que san Jorge, fiel imitador de la pasión de tu Hijo, sea para nosotros protector generoso en nuestra debilidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


San Adalberto

Nació alrededor del año 956 en Libice (Bohemia). Estudió en Magdeburgo, y muy joven lo nombraron obispo de Praga. Su ministerio pastoral no resultó fácil, pues mucha gente seguía teniendo mentalidad y costumbres paganas. Pronto tuvo que abandonar la ciudad, y marchó a Roma, donde se hizo monje benedictino. Tras varias idas y venidas entre Praga y Roma, el Papa aceptó su renuncia a la diócesis de Praga y lo envió como misionero para anunciar a Cristo a pueblos que todavía no lo conocían en Polonia, Baviera, Hungría, Eslovaquia.

Quiso predicar también en la Prusia aún pagana. Atravesó en barca la laguna del Vístula, pero fue mal recibido y falleció traspasado por una lanza el día 23 de abril del año 997 en la aldea de Tenkitten, junto al golfo de Gdansk, cerca de la costa báltica.

Oración: Oh Dios, que concediste la corona del martirio a san Adalberto, obispo, encendido en el celo por la salvación de las almas, concédenos, por su intercesión, que nunca falte a los pastores la obediencia de su grey ni ésta carezca de la asistencia de los pastores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

jueves, 22 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 22/04/2021. Jueves de la tercera semana de Pascua

Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 8, 26-40
En aquellos días, el ángel del Señor le hablo a Felipe y le dijo: «Levántate y marcha hacia el Sur, por el camino de Jerusalén a Gaza, que está desierto». Se levantó, se puso en camino y, de pronto, vio venir a un etíope; era un eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía e intendente del tesoro, que había ido a Jerusalén para adorar. Iba de vuelta, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías. El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y pégate a la carroza». Felipe se acercó corriendo, le oyó leer el profeta Isaías, y le preguntó: «¿Entiendes lo que estás leyendo?» Contestó: «Y cómo voy a entenderlo, si nadie me guía?» E invitó a Felipe a subir y a sentarse con él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste: «Como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, así no abre su boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá contar su descendencia? Pues su vida ha sido arrancada de la tierra». El eunuco preguntó a Felipe: «Por favor, ¿de quién dice esto el profeta?; ¿de él mismo o de otro?» Felipe se puso a hablarle y, tomando pie de este pasaje, le anunció la Buena Nueva de Jesús. Continuando el camino, llegaron a un sitio donde había agua, y dijo el eunuco: «Mira, agua. ¿Qué dificultad hay en que me bautice?». Mandó parar la carroza, bajaron los dos al agua, Felipe y el eunuco y lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El eunuco no volvió a verlo, y siguió su camino lleno de alegría. Felipe se encontró en Azoto y fue anunciando la Buena Nueva en todos los poblados hasta que llegó a Cesarea.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 65, 8-9. 16-17. 20

Aclamad al Señor, tierra entera.

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies.

Aclamad al Señor, tierra entera.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua.

Aclamad al Señor, tierra entera.

Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor.

Aclamad al Señor, tierra entera.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

Palabra de Dios

San Sotero, papa (+175)

Tiempos nada fáciles los que le tocaron vivir a San Sotero (166-175) Fue el sucesor en el pontificado del Papa Aniceto muerto el año 165. Había nacido en la Campaña italiana, en Fondi y su padre se llamaba Concordio.

Durante su pontificado se extendió la Iglesia ya que él mismo ordenó a bastantes diáconos, sacerdotes y obispos. En el terreno disciplinar dictó leyes sobre el lugar de las mujeres en la Iglesia y, sobre todo, atajó con gran valentía las herejías que se cernían sobre la Iglesia en aquellos tiempos iniciales del cristianismo.

En su tiempo se extendió la herejía de Montano que propugnaba un exagerado rigorismo de costumbres.

Suponiendo cercano el fin del mundo, había que exigir a todos una sublimidad irreal: renunciar obligadamente al matrimonio, buscar el martirio y cuidar de no caer en pecado grave – homicidio, adulterio o apostasía -, porque según Montano la Iglesia carecía de facultad para perdonarlos, la penitencia más rigurosa y la vida mas perfecta debían practicarla todos los cristianos. Esta doctrina que después defenderían Tertualiano y, sobre todo, Novaciano, fue condenada por la Iglesia en tiempos del Papa San Sotero.

Él defendió la doctrina que siempre se había predicado y defendido en la Iglesia desde Jesucristo, que para el pecador arrepentido no hay pecado alguno, por grande que éste sea, que no se le pueda conceder el perdón. Así desaparecía el clima de rigorismo y pesimismo que atormentaba a los cristianos tan en contradicción con la doctrina del evangelio que es de amor, perdón, alegría y esperanza.

Otra característica de San Sotero fue su ardiente caridad para con los necesitados. Él era todo para todos y quería que se viviera de acuerdo con lo que los Hechos de los Apóstoles expresan de los primeros cristianos, que "todo era común entre ellos" y que "todos eran un solo corazón y una sola alma". San Sotero pedía limosnas a las Iglesias más ricas para distribuirlas entre las más pobres y se esforzaba "por tratar a todos con palabras y obras como un padre trata a sus hijos".

San Sotero por su parte sucedió a San Aniceto en la cátedra de San Pedro. Eusebio nos ha conservado una carta en la que San Dionisio, obispo de Corinto alude la paternal bondad del Papa, especialmente con los que habían sufrido por la fe en Cristo. Además, San Dionisio manifiesta que en las iglesias de Corinto se leyó una carta escrita por San Sotero junto con la carta del Papa San Clemente, considerada por algunos autores como la famosa "segunda carta de San Clemente".

Durante su pontificado el emperador Marco Aurelio (161-180), persiguió sañudamente a la Iglesia y durante este tiempo hubo abundantes mártires, entre ellos el mismo Papa que parece murió mártir el 22 de abril del 175. La Iglesia venera a San Sotero como mártir, pero no existe ningún relato de su martirio.

San Agapito I, papa

Fue Papa de mayo del año 535 a abril del año 536. Nació en Roma de familia senatorial, ingresó en el clero romano y era arcediano cuando lo eligieron Papa. Su pontificado duró once meses, en los que demostró ser un hombre culto, recto y santo. Puso gran empeño en conseguir que el obispo de Roma fuera elegido libremente por el clero de la Urbe y que la dignidad de la Iglesia fuese respetada por todos.

Viajó a Constantinopla, enviado por el rey Teodato, para conseguir del emperador Justiniano que retirara su ejército de Italia. Esto no lo consiguió, pero sí logró deponer al patriarca monofisita y poner en su lugar a uno católico, Menas. Murió allí cuando se disponía a volver a Roma.




Beato Francisco Venimbene de Fabriano

Nació en Fabriano (Las Marcas, Italia) el año 1251, en el seno de una familia rica y distinguida, y murió allí mismo el 22 de abril de 1322. De joven vistió el hábito franciscano en el convento de su ciudad. Durante el noviciado visitó Asís para ganar la indulgencia de la Porciúncula, y allí se encontró con fray León, compañero de san Francisco; conversó familiarmente con él y leyó sus escritos; más tarde trasmitió la información sobre el origen de la Indulgencia.

Ordenado de sacerdote, se consagró con intensidad a la predicación y al confesionario, a la vez que atendía a los pobres y a los enfermos y moribundos. Destacó también por su vida de oración y por su rigurosa penitencia; profesó particular devoción a las almas del purgatorio. Con la herencia paterna fundó en Fabriano la primera biblioteca de la Orden.