martes, 26 de enero de 2010

Lecturas y Santoral 26-01-10

Refrescando la memoria de tu fe sincera
Primera Lectura. San Pablo a Timoteo 1,1-8

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, llamado a anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido; te deseo la gracia, misericordia y paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Dios, a quien sirvo con pura conciencia, como mis antepasados, porque tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo, de noche y de dia. Al acordarme de tus lágrimas, ansío verte, para llenarme de alegría, refrescando la memoria de tu fe sincera, esa fe que tuvieron tu abuela Loide y tu madre Eunice, y que estoy seguro que tienes también tú. Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espiritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mi, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios.
Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
La mies es abundante y los obreros pocos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Lucas 10,1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed los que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."
Palabra del Señor.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es


San Timoteo y San Tito S.I

San Pablo poseía una personalidad harto poderosa y suficientemente atrayente como para cautivar a hombres tan dispares como Lucas, Timoteo y Tito, y convertirlos en sus colaboradores. San Timoteo, hijo de padre pagano y madre judía, nace en Listra de Licaonia (Asia Menor), y en la flor de la juventud se hace discípulo de Cristo. Trabaja por el Evangelio en su propia ciudad. Y desde la primavera del año 50, acompaña a Pablo por Éfeso y Jerusalén, por Frigia. y Galacia, por Salónica y Corintio, por Troya y Macedonia, por el Peloponeso y Roma. Pablo reconoce: "No tengo nadie que comparta mejor mis sentimientos... Me ha ayudado, en la predicación del Evangelio, como un hijo ayuda a su padre". Lejos de su maestro en el momento en que iba a rendir su testimonio supremo, recibió de él esa Segunda Carta a Timoteo que es el testamento espiritual de San Pablo. Después Timoteo pasaría a gobernar la Iglesia de Éfeso. Si Timoteo fue el confidente, Tito era el negociador, aquél a quien Pablo enviaba a disipar los malentendidos y a apaciguar las discordias; y, asimismo, aquél con quien podía contar el Apóstol para organizar una nueva Iglesia. Al modo de San Timoteo, acompaña también a Pablo en sus correrías apostólicas, por Corinto, Nicópolis del Epiro y Creta, la isla de su trabajo, el fiel discípulo Tito; antiguo pagano que después sería, en frase de San Pablo, "hijo verdadero según la fe, apóstol, y gloria de Cristo". Recibió de Pablo una epístola en la que el Apóstol invita a los cristianos a «vivir en este mundo en justicia y santidad», aguardando la manifestación de Cristo.
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

No hay comentarios:

Publicar un comentario