miércoles, 21 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 21/04/2021. Miércoles de la tercera semana de Pascua

Iban de un lugar a otro anunciando la Buena Nueva de la Palabra
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 8, lb-8
Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia; penetrando en las casas y arrastrando a la cárcel a hombres y mujeres. Los que habían sido dispersados iban de un lugar a otro anunciando la Buena Nueva de la Palabra. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 65, 1-3a. 4-5. 6-7a

Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras!»

Aclamad al Señor, tierra entera.

Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.

Aclamad al Señor, tierra entera.

Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con él, que con su poder gobierna enteramente.

Aclamad al Señor, tierra entera.

Ésta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 35-40
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

Palabra de Dios

San Anselmo de Canterbury (o de Aosta), obispo y doctor de la Iglesia

Anselmo de Aosta, Anselmo de Bec o Anselmo de Canterbury son los tres nombres que ha solido recibir aquel en quien se debe reconocer al iniciador del pensamiento medieval. El primero de ellos hace alusión a su nacimiento en el Piamonte (1033), el segundo, a su vida monástica en tierra normanda (1063-1090) y el tercero a su episcopado en Inglaterra (1093-1109).

Nació el año 1033 en Aosta (Piamonte, Italia) de familia noble y rica. Su padre se llamó Gondulfo y era ambicioso, apasionado. Su madre de origen quizá menos noble pero enriquecida con muchas dotes sobrenaturales y, sobre todo, muy buena educadora y una excelente cristiana. Ella fue quien mayormente influyó en la formación del pequeño como después lo recordará él mismo con gran alegría. También los monjes benedictinos tendrán gran parte en la formación de su espíritu. Llegará a decir más tarde: "Todo lo que soy se lo debo a mi madre y a los monjes benedictinos".

En su juventud quiso abrazar la vida monástica, pero no se lo permitió su padre. Estuvo viajando por varios países, hasta que llegó al monasterio benedictino de Bec, en Normandía (Francia), donde le cautivó la figura de Lanfranco de Pavía y en el que pidió ser admitido religioso. Ingresó a los veintisiete años, estudió, se ordenó de sacerdote y enseñó teología. Pocos años después era nombrado Prior y después, en 1078, Abad de aquel célebre monasterio donde se consagró a la formación de los monjes en el camino de la Regla y en el servicio de Dios. El ejemplo que en todo daba Anselmo era maravilloso. Se entregó a servir a todos con gran caridad. Se sentía feliz entregado a la oración.

Visitó Canterbury (Inglaterra), donde estaba de arzobispo Lanfranco de Pavía, y fue tal la impresión que dejó, que lo eligieron para sucederle en 1093. Al frente de su diócesis tuvo que padecer mucho por defender la libertad de la Iglesia en sus tirantes relaciones con los monarcas ingleses, sufriendo dos veces el destierro.

Fue un teólogo eminente y su amplia producción literaria es importante para el desarrollo del pensamiento cristiano en siglos posteriores. Es el prototipo del creyente que busca entender su fe para dar razón de ella.

Defendió también la Inmaculada Concepción de la Virgen, por lo cual es con san Bernardo uno de los "capellanes de Nuestra Señora". Sus escritos filosóficos y teológicos le merecieron el título de Doctor de la Iglesia.

Murió en su sede episcopal el 21 de abril de 1109.

Oración: Señor Dios, que has concedido a tu obispo san Anselmo el don de investigar y enseñar las profundidades de tu sabiduría, haz que nuestra fe ayude de tal modo a nuestro entendimiento, que lleguen a ser dulces a nuestro corazón las cosas que nos mandas creer. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Conrado de Parzham

Nació en Parzham (Baviera, Alemania) el año 1818, en el seno de una familia labradora acomodada y piadosa. Fallecidos los padres, su numerosa prole siguió trabajando el campo y llevando una vida intensamente religiosa. Conrado, después de una juventud ejemplar, a los 33 años repartió sus bienes a los pobres y a la parroquia e ingresó en la Orden capuchina, en la que hizo su profesión como hermano lego el año 1852. Luego, durante más de cuarenta años ejerció el oficio de portero en el convento de Altötting (Baviera), célebre santuario mariano, donde murió el 21 de abril de 1894.

En su humilde oficio ejerció un gran apostolado, supo armonizar laboriosidad y vida de oración, ayudó, edificó y confortó a cuantos se acercaban a la portería, en los que alimentaba el amor a Dios y la devoción a la Eucaristía y a la Virgen que él les profesaba desde niño.

Oración: Dios de bondad, que abriste las puertas de tu misericordia a los necesitados por medio de san Conrado, te rogamos nos concedas imitarle en el servicio a nuestros hermanos los hombres, y seguir el ejemplo de su sencillez. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 20 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 20/04/2021. Martes de la tercera semana de Pascua

Señor Jesús, recibe mi espíritu
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 7, 51-8, 1a
En aquellos días, dijo Esteban al pueblo y a los ancianos y escribas: -«¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿Hubo un profeta que vuestros padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y ahora vosotros lo habéis traicionado y asesinado; recibisteis la Ley por mediación de ángeles, y no la habéis observado». Oyendo sus palabras se recomían en sus corazones y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijando la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: -«Veo los cielo abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios». Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejaron sus capas a los pies de un joven llamado Saulo y se pusieron a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: - «Señor Jesús, recibe mi espíritu» Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: - «Señor, no les tengas en cuenta este pecado.» Y, con estas palabras, murió. Saulo aprobaba su ejecución.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 30. 3cd-4. 6ab y 7b y 8a. 17 y 21 ab

A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame.

A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás; yo confío en el Señor. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría.

A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas.

A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 30-35
En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo». Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan». Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».

Palabra de Dios

Santa Inés de Montepulciano

Nació el año 1274 en Gracciano Vecchio, cerca de Montepulciano (Toscana, Italia) en la segunda mitad del siglo XIII de familia noble. Se cuenta que desde la cuna, la pequeña Inés Segni ya daba muestras de santidad, pues alrededor de su lecho solían aparecerse enigmáticas luces.

Cuando tenía apenas nueve años entró al monasterio de Montepulciano, donde la pobreza era la norma de vida. Sin embargo, la pequeña cumplía con gran celo con sus obligaciones monásticas y con el ejercicio de la regla.

Igualmente a corta edad, junto con su maestra Margarita promovió la fundación de un monasterio en Viterbo. Y debido a sus virtudes, y para sorpresa de la santa, fue elegida abadesa cuando contaba con sólo quince años de edad. Y aunque por humildad intentó rechazar el nombramiento, la intercesión del Papa la obligó a aceptarlo.

Finalmente, tras 22 años de servir en Viterbo, ofreciendo con su vida un ejemplo de oración y de amor a Dios y a su comunidad, Santa Inés regresa a Montepulciano, donde sus conciudadanos la han llamado para que esté al frente del monasterio que ella había mandado fundar ahí en 1306. El monasterio quedó bajo la dirección de la orden de Santo Domingo, cuyo camino de perfección fue el que inspiró a Santa Inés.

Raimundo de Capua como biógrafo nos cuenta de ella los prodigios que se vinculan a su paso por la tierra; la vida de Santa Inés de Montepulciano estuvo rodeada de acontecimientos sobrenaturales, como levitación de ella misma al estar en oración, o que se cubría de copos blancos en forma de cruz cual bendito maná, o como que brotaban flores en los sitios donde ella se ponía de rodillas a rezar. También el favor que le concedió la Virgen poniendo en sus brazos al Niño Jesús (antes de devolvérselo a su Madre, cogió la crucecita que llevaba al cuello y la guardó como el más preciado de los tesoros).

Santa Catalina de Siena, nacida unos años después y dominica como ella, será la santa que, profundamente impresionada por sus virtudes, hablará de lo de dentro de su alma. Llegó a afirmar que, aparte de la acción del Espíritu Santo, fueron la vida y virtudes ejemplares vividas heroicamente por santa Inés las que le empujaron a su entrega personal y a amar al Señor. Resalta en carta escrita a las monjas hijas de Inés de Montepulciano -una santa que habla de otra santa- la humildad, el amor a la Cruz, y la fidelidad al cumplimiento de la voluntad de Dios. Pero el mayor elogio que puede decirse de Inés lo dejó escrito en su Diálogo, donde pone en boca de Jesucristo un conmovido elogio de Inés de Montepulciano: "La dulce virgen santa Inés, que desde la niñez hasta el fin de su vida me sirvió con humildad y firme esperanza sin preocuparse de sí misma".

Santa Inés de Montepulciano fue canonizada por el Papa Benedicto XIII en 1726.

Oración: Oh Dios, que enriqueciste a tu esposa Santa Inés con un admirable fervor en la oración; concédenos que, a imitación suya, teniendo siempre en ti nuestro corazón, podamos conseguir el fruto excelente de sentirnos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, corazones.org, aciprensa.com, caminando-con-jesus.org, www.churchforum.org.mx, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, santopedia.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com

lunes, 19 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 19/04/2021. Lunes de la tercera semana de Pascua

No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 6, 8-15
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Entonces indujeron a unos que asegurasen: «Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios». Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, y viniendo de improviso, lo agarraron y lo condujeron al Sanedrin, presentando testigos falsos que decían: «Este individuo no para de hablar contra el Lugar Santo y la Ley, pues le hemos oído decir que ese Jesús el Nazareno destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos dio Moisés». Todos los que estaban sentados en el Sanedrin fijaron su mirada en él y su rostro les pareció el de un ángel.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 118, 23-24. 26-27. 29-30

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí, tu siervo medita tus decretos; tus preceptos son mi delicia, tus enseñanzas son mis consejeros.

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Te expliqué mi camino, y me escuchaste: enséñame tus mandamientos; instrúyeme en el camino de tus mandatos, y meditaré tus maravillas.

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu ley; escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos.

Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 22-29
Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?» Jesús les contestó: «En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios». Ellos le preguntaron: «Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?». Respondió Jesús: «La obra de Dios es Esta: que creáis en el que él ha enviado».

Palabra de Dios

San Expedito

Santo de la Causas Justas y Urgentes. Es contemporáneo de Santa Filomena, y su martirio ocurrió el 19 de Abril del año 303.

Vivió a principios del siglo IV bajo el imperio de Diocleciano, emperador que años más tarde lo mandaría a matar. Era el comandante de una legión de soldados romanos. Por orden del emperador Diocleciano, fue sacrificado en Melitene, sede de una de la Provincias Romanas en Armenia. Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo.

A pesar de ser un soldado romano, encargado de defender el Imperio de Roma, cierto día, la gracia de Dios tocó su corazón y se convirtió al Cristianismo. Según dicen en el momento de la conversión un cuervo trató de persuadirlo que lo dejase para mañana.

Como buen soldado, san Expedito reaccionó enérgicamente aplastando al cuervo diciendo repetidas veces HOY. No dejaré nada para MAÑANA, a partir de HOY seré cristiano.

San Expedito es reconocido por el Don para resolver necesidades urgentes pero también es Patrono de los Jóvenes, Socorro de los Estudiantes, Mediador en los Procesos y Juicios, Salud de los Enfermos, Protector en los Problemas de Familia, Laborales y Negocios, pudiendo ser invocado en otros casos.

San Mapalico y compañeros mártires

El emperador Decio, el año 249, para acabar con los cristianos, ordenó que todos participaran en los sacrificios a los dioses del Imperio y que comieran de lo sacrificado, so pena de ser encarcelados y torturados. Lo que él buscaba era conseguir la apostasía, no tanto la muerte. Muchos cristianos apostataron.

Mapalico pidió al juez que se dejara en libertad a su madre y a su hermana que habían apostatado. Pero fue detenido y, por negarse a abandonar su fe, lo torturaron con tal crueldad, que murió en medio de los tormentos.

A su memoria se une la de otros santos que confesaron igualmente con su martirio la fe en Cristo, a saber: Basio, en una cantera; Fortunio, en la cárcel; Pablo, en el tribunal; Fortunata, Victorino, Víctor, Heremio, Crédula, Hereda, Donato, Firmo, Venusto, Frutos, Julia, Marcial y Aristón, todos ellos en la cárcel a consecuencia del hambre y abandono que padecieron. San Cipriano, en sus escritos, canta su fortaleza y ejemplo. Murieron el año 250 en África.


San León IX Papa

Nació en 1002 en Alsacia, que formaba entonces parte del Sacro Romano Imperio. A los cinco años, Bruno, como se llamaba el futuro León IX, fue a estudiar a la escuela de Bertoldo, Obispo de Toul. En ella empezó a mostrar su talento excepcional.

Terminados sus estudios, fue nombrado canónigo de la iglesia de San Esteban de Toul. Cuando el obispo de Toul murió fue elegido por el pueblo para que le sucediese. El día de la Ascención en 1027, Bruno fue consagrado y gobernó la diócesis durante veinte años, introduciendo una disciplina más estricta entre su clero tanto secular como regular, logrando así reavivar la disciplina y el fervor de los grandes monasterios de su diócesis e introdujo en ella la reforma de Cluny. En 1048 fue nombrado sucesor del Papa Dámaso II, tomando el nombre de León IX. Durante su pontificado luchó fuertemente contra la simonía y lanzó severos decretos contra la decadencia del celibato eclesiástico. Asimismo, ayudó a promover entre el clero de Roma la vida comunitaria, así como la predicación y el canto sagrado. Murió el 19 de abril de 1054.

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, corazones.org, aciprensa.com, caminando-con-jesus.org, www.churchforum.org.mx, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, santopedia.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com

domingo, 18 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 18/04/2021. Domingo de la tercera semana de Pascua

Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 3, 13-15.17-19
En aquellos días, Pedro dijo a la gente: «El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Vosotros renegasteis del Santo y del justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello. Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 4, 2. 7.9

Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.

Escúchame cuando te invoco, Dios de mi justicia; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración.

Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.

En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.

Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro.

Él es víctima de propiciación por nuestros pecados y también por los del mundo entero
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Juan 2, 1-5
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud.

Palabra de Dios


Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, los discípulos de Jesús contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros». Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Y él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que os dije mientras estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo escrito en la ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y les dijo: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se proclamará la conversión para el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto».

Palabra de Dios


Beato Andres Hibernon

Nació en Murcia (España), aunque sus padres vivían en Alcantarilla, el año 1534. En casa recibió una exquisita formación cristiana. Estuvo trabajando en Valencia en las propiedades de un tío suyo, y luego en Granada. En 1556 vistió el hábito franciscano como hermano lego entre los observantes. Más tarde, buscando una mayor austeridad de vida, pasó a los descalzos o alcantarinos.

Se distinguió por su vida de penitencia, oración y contemplación, que estuvo acompañada de carismas extraordinarios, así como por el fiel cumplimiento de sus oficios conventuales y la particular atención a los pobres y necesitados. Sus devociones favoritas fueron la Eucaristía y la Virgen María en el misterio de su Inmaculada Concepción.

Pasó los últimos años de su vida en Gandía (Valencia), donde murió el 18 de abril de 1602. Tuvo amistad con los santos de su tiempo: Pascual Bailón, Juan de Ribera, Luis Beltrán.

Oración: Oh Dios, que adornaste al bienaventurado Andrés con el don de una admirable inocencia y contemplación; concédenos por sus ruegos que, en medio de la inestabilidad de las cosas del mundo, podamos unirnos a ti de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Ursmaro de Lobbes(¿645?-713)

Nació en Floyon, en el norte de la actual Francia. Desde niño fue educado en un monasterio.

Luego de profesar sus votos, San Ursmaro realizó una importante labor como emisario de la fe en el norte de Francia y en Flandes, conduciendo a incontables gentes a la fe cristiana.

Hacia 689 fue nombrado abad-obispo de Lobbes, en la actual Bélgica, posiblemente por intercesión de Pipino de Heristal, mayordomo de palacio del rey de los francos.

En Bélgica, San Ursmaro introdujo la regla benedictina, y durante su obispado se distinguió como constructor. A él se deben, por ejemplo, la edificación de la iglesia del convento, consagrada en 697, y la de la iglesia de Notre-Dame, en una colina con vista sobre el mismo convento, la cual tiempo después de su muerte pasó a llamarse iglesia colegiata de San Ursmerio.

Después de fundar varios otros monasterios y edificios de servicio eclesiástico, en 711 dejó su cargo en manos de su sucesor, Herminio, y se retiró para hacer penitencias y prepararse para la muerte.

A San Ursmaro se le recuerda como un asceta estricto, misionero apasionado y realizador de milagros. Fue enterrado en Lobbes; más tarde sus restos fueron trasladados a Binche.

Sus reliquias se conservaron hasta 1794, cuando fueron quemadas durante la revolución francesa.

viernes, 16 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 16/04/2021. Viernes de la segunda semana de Pascua

Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 5, 34-42
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo: «Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus secuaces y todo acabó en nada. Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y dispersaron todos sus secuaces. En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios». Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la buena noticia acerca del Mesías Jesús.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 26, 1. 4. 13-14

Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida ¿quién me hará temblar?

Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo.

Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.

Una cosa pido al Señor: habitar en su casa.

Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?». Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero, ¿qué es eso para tantos?». Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo». Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra de Dios

Santa Bernardita o María Bernarda Soubirous

Nació en Lourdes (Francia) el año 1844 de una familia pobre. Desde pequeña cuidó ovejas, rezaba el rosario, era analfabeta y tenía poca memoria. A los catorce años, a partir del 11 de febrero de 1858, la Virgen María se le apareció hasta dieciocho veces en los Pirineos, cerca de Lourdes, dentro de la gruta de Massabielle, junto al río Gave, y le dijo: "Yo soy la Inmaculada Concepción", mensaje que ella no podía comprender entonces. La Señora le encargó que pidiera a los sacerdotes que construyeran allí una iglesia. Durante mucho tiempo no se le dio crédito y tuvo que sufrir mucho.

Por su medio María Inmaculada llamaba a los pecadores a la conversión, suscitando un gran celo de oración y amor, principalmente como servicio a los enfermos y pobres. En 1866, deseosa de salir del revuelo que se había producido y de encontrar sosiego para su alma, ingresó en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Nevers.

No tardaron en llegar las enfermedades que la tuvieron postrada en cama muchos años: asma, tuberculosis, tumor óseo en la rodilla. Murió en Nevers el 16 de abril de 1879.


Santa Engracia, Virgen y Mártir

En tiempos del emperador Diocleciano (285-305) se produjo una de las más crueles y violentas persecuciones a los cristianos. A España, el Emperador envió como prefecto al cruel Daciano, quien hizo mártires a muchos cristianos que no renegaron de su fe.

Uno de estos mártires fue Santa Engracia, noble joven cristiana que se encontraba de paso en Zaragoza, y estaba acompañada de un numeroso cortejo para encontrarse con su prometido y luego contraer matrimonio cristiano. Valiente y guiada sin duda alguna por el Espíritu Santo, la Santa se presentó -junto con su séquito- ante Daciano y le reprochó su cruel conducta y actitud. El emperador, desoyendo los reproches de la santa, intentó, con halagos y promesas, que la santa renegase de su fe, recibiendo de ella la más firme negativa, pues Santa Engracia permaneció firme en su amor a Jesús.

Furioso, Daciano ordenó que la torturasen, junto con su valiente séquito, y luego él mismo le dio muerte.


Aprobación de la primera regla Franciscana

En 1209, san Francisco hizo escribir la "forma de vida" o regla que el Señor le había inspirado y que se componía sobre todo de breves fragmentos evangélicos. En la primavera de aquel mismo año, el Santo y sus once primeros compañeros se trasladaron a Roma y obtuvieron del papa Inocencio III que se la aprobara verbalmente, con lo que nacía en la Iglesia un nuevo género de vida, una nueva Orden.

San Francisco, en su Testamento, relata así el acontecimiento: «Y después que el Señor me dio hermanos, nadie me enseñaba qué debería hacer, sino que el Altísimo mismo me reveló que debería vivir según la forma del santo Evangelio. Y yo hice que se escribiera en pocas palabras y sencillamente, y el señor Papa me lo confirmó». Recordando ese hecho trascendental, la familia de san Francisco renueva el 16 de abril su profesión en la vida franciscana.

jueves, 15 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 15/04/2021. Jueves de la segunda semana de Pascua

Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 5, 27-33
En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: «¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen». Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 33, 2 y 9. 17-18. 19-20

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 3, 31-36
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra de Dios

 
Santas Basilisa y Anastasia mártires

Las ilustres y venerables matronas romanas santa Basilisa y santa Anastasia, habían recibido la luz de la fe y la gracia de nuestro Señor Jesucristo por mano de los gloriosos príncipes de los apóstoles san Pedro y san Pablo.

Quedaron tan devotas suyas, que ni aun después que ellos padecieron el martirio, quisieron dejar por temor humano de reverenciarles; antes, recogiendo con todo cuidado las venerables reliquias de aquellos santísimos Maestros de nuestra fe, les dieron secretamente honrada sepultura.

Mas como por este oficio de piedad fuesen acusadas delante del impío y cruelísimo Nerón, este primer perseguidor y fiera sanguinaria, sin respeto de la virtud y nobleza de aquellas piadosas matronas, mandó que las prendiesen y las presentasen a su tribunal cargadas de cadenas.

Pretendió el bárbaro emperador apartarlas del nuevo instituto y vida cristiana que les habían enseñado los santos apóstoles, mas ellas con gran fortaleza confesaron a Jesucristo, diciendo que era verdadero Dios, por el cual ellas estaban dispuestas a confesarle también, derramando la sangre y muriendo si fuese menester.

Entonces mandó el tirano que sacasen de su presencia a aquéllas damas tan principales y las encerrasen en la cárcel hasta el día siguiente, en el cual se les concedía nueva audiencia. Venida la hora de comparecer de nuevo al tribunal, mostráronse tan constantes e invencibles en la confesión de Cristo, que luego ordenó el ferocísimo emperador matarlas bajo tormentos.

Las azotaron con bárbara inhumanidad, y tras innumerables tormentos, las condenó el tirano a ser degolladas, y así confirmaron con su sangre y con su muerte la doctrina de Dios que habían recibido de los bienaventurados Príncipes y esclarecidos Maestros de la Iglesia romana.

La edición antigua del Martirologio Romano recordaba a Santas Basilisa y Anastasia el 15 de Abril, más luego de las últimas reformas en esta materia se unieron a todos los mártires de Roma en una sóla celebración el 30 de junio.

San Damián de Veuster (o de Molokai)

Nació en Tremenloo (Bélgica) el año 1840 en el seno de una familia numerosa y cristiana. En su adolescencia trabajó en la granja familiar, pero a los 19 años ingresó en la Congregación de los Sagrados Corazones. Estudió en París y Lovaina. Antes de acabar la carrera pidió ir a misiones y en 1864 llegó a Honolulu en las islas Hawai. Allí completó los estudios y recibió la ordenación sacerdotal.

Estuvo trabajando en la isla principal hasta que, en 1873, el obispo pidió voluntarios para la leprosería de la isla de Molokai, a la que el gobierno enviaba los enfermos. Él se ofreció y aquella fue su misión definitiva. Su vida fue heroica. Tuvo que hacer de sacerdote, médico, padre, cuidar las almas, limpiar las llagas, distribuir medicinas, despertar la propia estima de los enfermos, que acabaron organizándose, cultivando la tierra, creando instituciones.

En 1884 él mismo resultó contagiado de lepra, y a partir de entonces comenzó a ser conocido y ponderado el ejemplo de su vida de radical de entrega al servicio de los leprosos. Murió en la localidad de Kalawao, isla de Molokai en Oceanía, el 15 de abril de 1889.

Fue canonizado el año 2009.

miércoles, 14 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 14/04/2021. Miércoles de la segunda semana de Pascua

Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 5, 17-267
En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel y los sacó fuera, diciéndoles: «Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras de vida». Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la celda, y volvieron a informar, diciendo: «Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro». Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos sacerdotes atinaban a explicarse qué había pasado. Uno se presentó, avisando: «Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo». Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. El afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.

Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 3, 16-21
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.

Palabra de Dios

Santa Liduvina

Santa Liduvina es la Patrona de los enfermos crónicos, quienes ofrecen su sufrimiento para la remisión de sus pecados y la conversión de los pecadores. Nació en Schiedam, Holanda, en 1380. Su familia era sumamente piadosa y a la niña le encantaba recoger regalos para llevarlos a gentes muy necesitadas.

A la edad de 15 años sufrió un terrible accidente que le dañó severamente la columna vertebral y la postró en cama casi paralizada. Su estado de salud empeoraba cada día, con continuos vómitos, jaquecas, fiebre intermitente y dolores por todo el cuerpo. La santa sufría mucho a causa de estos tormentos; se entristecía cada vez que escuchaba jugar y reir a sus compañeros, y se preguntaba porque Dios había permitido que padeciese tan duro martirio.

Sin embargo, un día, conoció al Padre Pott, nuevo párroco de la parroquia que estaba cercaba a su casa. Este virtuoso sacerdote le recordó que "Dios al árbol que más lo quiere más lo poda, para que produzca mayor fruto y a los hijos que más ama más los hace sufrir". Y luego colocó en frente de la cama de la santa un crucifijo, pidiéndole que de vez en cuando mirara a Jesús crucificado y se comparara con El y pensara que si Cristo sufrió tanto, debe ser que el sufrimiento lleva a la santidad.

Al principio la joven se negaba a seguir el consejo del sacerdote; pero pronto empezó a mirar al Cristo y a meditar en sus heridas, en sus angustias y dolores y a meditar en su Santísima Pasión y este recuerdo de los sufrimientos de Jesús le produjo un cambio total en su modo de pensar y de sufrir: pidió a Jesús que le diera valor y amor para sufrir como Él por la conversión de los pecadores, y la salvación de las almas. Descubrió que su “vocación” era ofrecer sus padecimientos por la conversión de los pecadores. Y para ello se dedicó a meditar fuertemente en la Pasión y Muerte de Jesús.

La enfermedad fue invadiendo todo su cuerpo; pero nadie la veía triste o desanimada, sino todo lo contrario: feliz por lograr sufrir por amor a Cristo y por la conversión de los pecadores. Pasó 38 años de su vida paralizada, sin comer o beber algo pues sólo se aliementaba con la Sagrada Comunión que recibía a diario.

La santa además recibió de Dios los dones de anunciar el futuro a muchas personas y de curar a numerosos enfermos, orando por ellos, y a los 12 años de estar enferma y sufriendo, empezó a tener éxtasis y visiones.

En los últimos siete meses, la santa no podía conciliar ya el sueño a causa de sus tremendos dolores, pero nunca dejó de elevar su oración a Dios, uniendo sus sufrimientos a los padecimientos de Cristo en la Cruz.

El 14 de abril de 1433, día de Pascua de Resurrección poco antes de las tres de la tarde, pasó santamente a la eternidad. Antes de morir, pidió que su casa se convirtiera en hospital para pobres.

Beato Pedro González (conocido como San Telmo)

Nació en Frómista (Palencia, España) el año 1185. Fue educado por un tío suyo canónigo y estudió en la universidad de Palencia. Nombrado deán de la catedral, se dio a una vida de lujo y ostentación. Una caída ridícula del caballo, que provocó la rechifla de cuantos lo contemplaban, le hizo comprender lo vano de su proceder. Renunció a todo y vistió el hábito de santo Domingo.

Ordenado de sacerdote, se entregó con celo al apostolado. Su palabra inflamada y la santidad de su vida edificaban a la corte y a los pueblos. Fueron multitud los pecadores convertidos y los fieles que, bajo su dirección, progresaron en la vida cristiana. Fue confesor y capellán del rey san Fernando III. Ejerció un gran apostolado popular en Galicia, y la gente de la mar lo tiene como patrono.

Murió en Tuy (Pontevedra) el año 1246.

Oración: Oh Dios, que por el beato Pedro ayudas de modo especial a los que corren peligro en el mar; concédenos, por su intercesión, que la luz de tu gracia brille como faro en las tormentas de nuestra vida, para que podamos arribar al puerto de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

martes, 13 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 13/04/2021. Martes de la segunda semana de Pascua

Un solo corazón y una sola alma
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 4, 4, 32-37
El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa hijo de la consolación, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 92, lab. 1c-2. 5

El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad, el Señor, vestido y ceñido de poder.

El Señor reina, vestido de majestad.

Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno.

El Señor reina, vestido de majestad.

Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término.

El Señor reina, vestido de majestad.

Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 3, 5a. 7b-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?» Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo; hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hablo de las cosas celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».

Palabra de Dios.

San Hermenegildo

Es el gran defensor de la fe católica en la España de su tiempo contra los durísimos ataques de la herejía arriana. Su gloria consiste en haber padecido el martirio por negarse a recibir la comunión de manos de un obispo arriano y en ser, de hecho, el primer pilar de la unidad religiosa de la nación española, que llegaría poco después con la conversión de su hermano Recaredo.

Hermenegildo, gobernador de la Bética durante la dominación visigótica, convertido del arrianismo al catolicismo por influjo de su esposa y de san Leandro, se alzó en armas contra su padre, Leovigildo, que pretendía imponer las doctrinas de Arrio. Vencido y apresado en Córdoba, fue a parar a Tarragona donde fue decapitado el 13 de abril del año 586.

Oración: Oh Dios, que suscitaste en tu Iglesia a san Hermenegildo, mártir, como intrépido defensor de la fe, concédenos a cuantos veneramos hoy la memoria de su martirio la unidad en la confesión de tu nombre y la perseverancia en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



San Martín I, papa y mártir +656

San Martín fue el último Papa martirizado. Son más de 40 los pontífices que han sufrido el martirio.

Nació en Todi, Italia, y se distinguió entre los sacerdotes de Roma por su santidad y su sabiduría.

Fue elegido Papa el año 649 y poco después convocó un Concilio o reunión de todos los obispos, para condenar la herejía monotelista, que son los herejes que decían que Jesucristo no había tenido voluntad humana, sino solamente voluntad divina.

Como el emperador de Constantinopla Constante II era hereje monotelista, mandó a un jefe militar con un batallón a darle muerte al pontífice. Pero el que lo iba a asesinar, quedó ciego en el momento en el que lo iba a matar, y el jefe se volvió sin hacerle daño.

Luego envió Constante a otro jefe militar el cual aprovechando que el Papa estaba enfermo, lo sacó secretamente de Roma y lo llevó prisionero a Constantinopla. El viaje duró catorce meses y fue especialmente cruel y despiadado. No le daban los alimentos necesarios y según dice él mismo en sus cartas, pasaron 47 días sin que le permitieran ni siquiera agua para bañarse la cara. Un verdadero martirio que él soportó con especial paciencia. En aquellos días dejó escritas estas palabras: "Me martiriza el frió. Sufro hambre y estoy enfermo. Pero espero que por estos sufrimientos les concederá Dios a mis perseguidores, que después de mi muerte se arrepientan y se conviertan."

En Constantinopla lo expusieron al público como un malhechor, para que las gentes se burlaran de él. Pero lo que consiguieron fue hacer que muchísimos admiraran la virtud de aquel santo varón que todo lo sufría con admirable valor. Un tribunal de herejes lo condenó sin permitirle que dijera ni siquiera una palabra en su defensa. Lo tuvieron tres meses padeciendo en la cárcel destinada a los condenados a muerte, y luego lo sacaron de la cárcel por una petición que hizo el Patriarca Arzobispo de Constantinopla poco antes de morirse, pero lo enviaron al destierro. Martín fue escribiendo en sus cartas lo que le iba sucediendo en aquellos prolongados martirios. En uno de esos escritos cuenta cómo lo llevaron sin las más mínimas muestras de consideración o respeto a Crimea (en el sur de Rusia, junto al Mar Negro) donde estuvo por meses y meses abandonado de todos, sufriendo hambre y desprecios, pero enriqueciéndose para el cielo en el ofrecimiento diario de sus padecimientos a Dios.

Sus sufrimientos eran tan grandes que cuando alguien lo amenazó con que le iban a dar muerte, exclamó: "Sea cual fuere la muerte que me den, seguramente no va a ser más cruel que esta vida que me están haciendo pasar". Lo amenazaron con dejar su cuerpo expuesto a que lo devoraran los cuervos y respondió: "En cuánto a mi cuerpo, Dios se encargará de cuidarlo. Dios está conmigo. ¿Por qué me voy a preocupar?". Y dando un suspiro de esperanza añadió: "Espero que el Señor Dios tendrá misericordia de mí y no prolongará ya por mucho tiempo el tiempo de mi vida en este mundo". De veras que sus sufrimientos debieron ser muy grandes para desear más bien morir que seguir viviendo.

En su última carta, dice así San Martín: "Estoy sorprendido del abandono total en que me tienen en este destierro los que fueron mis amigos. Y más me entristece la indiferencia total con la que mis compañeros de labores me han abandonado. ¿Qué no tienen dinero? ¿Pero no habría ni siquiera unas libras de alimento para enviarlo? ¿O es que el temor a los enemigos de la Iglesia les hace olvidar la obligación que cada uno tiene de dar de comer al hambriento? Pero a pesar de todo, yo sigo rezando a Dios para que conserve firmes en la fe a todos los que pertenecen a la Iglesia". Murió más de padecimientos y de falta de lo necesario que de enfermedad o vejez, en el año 656.

En Constantinopla donde había sido tan humillado, fue declarado santo y empezaron a honrarlo como a un mártir de la religión. Y en la Iglesia de Roma se le ha venido honrando entre el número de los santos mártires. Martín I: después de ser humillado por unos años, ha seguido siendo glorificado por muchos siglos. En él se ha cumplido lo que anunció San Pablo: "Después de un corto sufrir en esta tierra, nos espera un inmenso gozar en la gloria celestial".

San Sabas Reyes Salazar (1883-1927) mártir Mexicano

Nació en Cocula, estado de Jalisco (Archidiócesis de Guadalajara), México, el 5 de diciembre de 1883. hijo de Norberto Reyes y Francisca Salazar, un matrimonio muy pobre; vivió en épocas de persecuciones anti-cristianas en su país. De niño, Sabas trabajó como voceador de periódicos en la ciudad de Guadalajara para ayudar a sus padres. Más tarde ingresa al Seminario de esa ciudad, y concluye su formación en el estado de Tamaulipas.

Vicario de Tototlán, Jal. (Diócesis de San Juan de los Lagos). Sencillo y fervoroso, tenía especial devoción a la Santísima Trinidad. También invocaba frecuentemente a las ánimas del purgatorio. Procuró mucho la formación de los niños jóvenes, tanto en la catequesis como en la enseñanza de ciencias, oficios y artes, especialmente en la música. Cumplido y abnegado en su ministerio. Exigía mucho respeto en todo lo referente al culto y le gustaba que con prontitud se cumpliera cualquier deber.

Cuando, por el peligro que había para los sacerdotes, le aconsejaban que saliera de Tototlán, él replicaba: "A mí aquí me dejaron y aquí espero, a ver qué dispone Dios". En la Semana Santa de 1927 llegaron las tropas federales y los agraristas buscando al Sr. Cura Francisco Vizcarra y a sus ministros. Sólo encontraron al padre Reyes y en él concentraron todo su odio. Lo tomaron preso, lo ataron fuertemente a una columna del templo parroquial, lo torturaron tres días por medio del hambre y la sed y con sadismo incalificable, le quemaron las manos porque estaban consagradas. El 13 de abril de 1927, Miércoles Santo, fue conducido al cementerio. Lo remataron a balazos, pero antes de morir, más con el alma que con la voz, pudo gritar el sacerdote mártir: "¡Viva Cristo Rey!".

Fue canonizado por Juan Pablo II en 2000.