miércoles, 12 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 12/05/2021. Miércoles de la sexta semana de Pascua

Eso que veneráis sin conocerlo os lo anuncio yo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 17, 15.22 - 18,1
En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuanto antes. Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: - «Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: "Al Dios desconocido". Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo. De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo que buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: "Somos estirpe suya". Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos». Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron: - «De esto te oiremos hablar en otra ocasión». Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos. Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 148, 1-2.11-12.13.14

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Reyes del orbe y todos los pueblos, príncipes y jueces del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los ancianos junto con los niños.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».

Palabra de Dios



San Pancracio

Nació en la región de Frigia, Asia Menor (en la actual Turquía), de padres de la nobleza pagana y, al quedar huérfano, su tutor lo llevó a Roma, donde se convirtió a Cristo, porque le convenció el ejemplo de los mártires, y recibió el bautismo.

Pronto compartió su suerte pues a los catorce años de edad fue decapitado, durante la persecución de Diocleciano, a principios del siglo IV. La matrona Octavilla lo sepultó en una propiedad suya, en el segundo miliario de la vía Aurelia de Roma, donde se levanta la basílica a él dedicada por el papa Símaco.

En la antigüedad y en la Edad Madia fue intenso el culto de san Pancracio, como lo muestran, entre otras cosas, los dos monasterios levantados en Roma en honor suyo.

Oración: Señor, que se alegre tu Iglesia, confiada en la protección de san Pancracio, y que por los ruegos de tu mártir se mantenga fiel a ti y se consolide en la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Santo Domingo de la Calzada

Nació en Vitoria (Burgos, España) hacia la mitad del siglo XI. Primero fue pastor, luego ermitaño y por último se dedicó a ayudar a los peregrinos de la ruta de Santiago. Intentó sin éxito ser recibido en el monasterio benedictino de Valvanera y luego en el de San Millán de la Cogolla.

Cuando el papa Benedicto IV envió a Navarra y La Rioja como legado a Gregorio de Ostia, lo acompañó y estuvo con él cuatro años y, cuando murió, se quedó en la vega riojana. Recibida la ordenación sacerdotal, volvió a colaborar con los peregrinos y se dedicó a mejorar los caminos, construyendo puentes y carreteras empedradas.

Además, movido por su gran piedad, construyó un albergue para los peregrinos jacobeos, provisto de salas destinadas a socorrerlos, en el que hacía de hospedero y enfermero. En torno al albergue fueron construyéndose casas que dieron origen a la actual ciudad de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). Allí murió el año 1109, lleno de obras de caridad, este benefactor de la humanidad. Para albergar su sepulcro se construyó una preciosa catedral.

Santos Nereo y Aquiles

Según refiere san Dámaso, eran soldados del ejército romano en tiempo de Diocleciano, adscritos a un tribunal y encargados de las torturas y de las ejecuciones capitales, prontos a obedecer, por temor, las órdenes impías del magistrado.

Impresionados por el ejemplo y la fortaleza de los mártires cristianos, se convirtieron al verdadero Dios y abrazaron la religión cristiana. Depusieron las armas, abandonaron el campamento militar y confesaron su fe en Cristo. Por ello fueron arrestados y ejecutados en Roma a finales del siglo III o principios del siglo IV. Sus cuerpos fueron depositados en el cementerio de Domitila, en la vía Adreatina de Roma.

Oración: Dios todopoderoso, concédenos sentir la piadosa protección de los gloriosos mártires Nereo y Aquiles, que nos han dado en su martirio un valeroso testimonio de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



La Beata Imelda

Esta niña angelical nació en la ciudad de Bolonia en 1322. Era hija de los Condes de Lambertini, ilustres en nobleza y en virtud. La condesa, desconsolada porque no tenía hijos, había rogado fervorosamente para que le fuese concedida una hijita, y, según se dice, obtuvo tal merced del Cielo por medio del Santísimo Rosario, del cual era devotísima.

La pequeña Imelda pronto llamó la atención por sus celestiales inclinaciones. Cuando lloraba, se sentía consolada al oír los nombres de Jesús y de María; cuando comenzó a hablar, fueron estos nombres dulcísimos los que pronunció con más frecuencia. A veces, la encontraban con las manos levantadas al cielo, en oración, y con los ojos anegados en lágrimas de ternura.

Permanecía largos ratos sobre las rodillas de su madre, aprendiendo las primeras oraciones. Era muy devota de la Madre de Dios, y, sobre todo, de la Sagrada Eucaristía. Pasaba muchas horas delante del Sagrario, como extasiada, y, con mucha frecuencia, se alejaba de las fiestas de familia, y se iba al oratorio del palacio, prefiriendo a todo bullicio el encanto de aquel altarcito, que ella misma arreglaba y adornaba con flores. Más de cuatro veces se habían preguntado sus parientes: "¿Qué llegará a ser, con el tiempo, esta niña?".

Apenas tenía nueve años cuando ya la voz de Dios se había dejado oír claramente en su alma, y la había invitado al recogimiento del claustro. Es cierto que era todavía muy jovencita para ser religiosa, pero su falta de edad era compensada por sus bellas cualidades y por su juicio de persona mayor. En aquella época, varios niños y niñas habían entrado en algunos conventos.

Así fue como Imelda pudo satisfacer pronto sus ansias de unirse con Jesucristo. Sin hacer caso de las advertencias de los parientes, ni de ninguna consideración humana, entró bien decidida y con el corazón lleno de alegría, en el monasterio dominico de Val di Pietra. No había hecho aún la Primera Comunión, pues los niños, en aquel tiempo, no eran tan dichosos como ahora, cuando, por voluntad de la Santa Iglesia, pueden comulgar tan pronto. Por esta causa suspiraba siempre por el día más feliz de su vida, y era tan grande el concepto que tenía de la Eucaristía, que no sabía entender cómo era posible no morir de amor al recibir el Pan de los Ángeles. Reiteradamente había suplicado al sacerdote que la dejase comulgar, pero no obtuvo esta gracia; su edad lo impedía; era demasiado pequeña.

Mas, he aquí que, el día 12 de mayo de 1333, cuando ya habían comulgado todas las monjas y cuando ya había sido cerrada la puerta del Sagrario y estaban apagados los cirios del altar, mientras las religiosas se dirigían a sus ocupaciones, Imelda se quedó postrada en tierra, en el coro, con gran desconsuelo. De repente, el coro se iluminó con una luz milagrosa y se llenó de un aroma suavísimo, que, esparciéndose por todo el convento, atrajo otra vez hacia la iglesia a todas las monjas. Una Hostia se movía sola, en el aire, y parecía que quería ir hacia la monja-niña, que se derretía de amor, temblorosa y con las manos juntas, bajo la influencia del Sol de las almas. Al ver tal milagro, el sacerdote entendió claramente la voluntad de Dios, se revistió de nuevo, y tomando la Hostia que flotaba en el espacio, administró a Imelda la Sagrada Comunión.

Entonces Imelda cerró los ojos a toda cosa exterior, juntó las manos, inclinó la cabeza… y pareció quedar dormida. Pero pronto su color rosado se transformó en un color ligeramente blanquecino, y pasaron varias horas sin que se desvaneciera el encanto. Entonces las monjas presintieron lo que sucedía; se acercaron a ella, la llamaron, pero no respondió; estaba muerta, muerta de amor a Jesús, tal como se había imaginado.

Un gran gentío acudió a Val-di-Pietra para ver el cuerpo de la joven novicia. Y nadie dudó en venerarla enseguida como bienaventurada. Cada año, el día 12 de mayo se celebra en el convento con toda solemnidad. Los Papas vieron siempre con buenos ojos este culto, hasta que, por fin, un decreto de León XII, en 1826, la declaró Beata, autorizando su oficio litúrgico y Misa propia.

La Beata Imelda es la patrona de las niñas de Primera Comunión.

(P. Zacarías de Lloréns, O.F.M.Cap., en “Flores Eucarísticas”).

lunes, 10 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 10/05/2021. Lunes de la sexta semana de Pascua

El Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 16, 11-15
Nos hicimos a la mar en Tróade y pusimos rumbo hacia Samotracia; al día siguiente salimos para Neápolis y de allí para Filipos, primera ciudad del distrito de Macedonia y colonia romana. Allí nos detuvimos unos días. El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que había un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: - «Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa». Y nos obligó a aceptar.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b

El Señor ama a su pueblo.

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

El Señor ama a su pueblo.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

El Señor ama a su pueblo.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas, con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles.

El Señor ama a su pueblo.

El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 15, 26-16, 4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».

Palabra de Dios

San Juan de Ávila (1500-1569)

San Juan de Ávila Nacido en enero del año 1500 en Almodóvar del Campo, cursa los estudios universitarios de Filosofía y Derecho en Salamanca y de Teología en Alcalá, como discípulo predilecto de Domingo Soto. También los libros de Erasmo, saturados de espíritu paulino y ansiosos de reforma, le influyeron mucho. Fue el discípulo más aventajado, dice Fray Luis de Granada.

Corría el año 1517 cuando Juan de Ávila, estudiante de Salamanca, oyó la voz del Señor cerca de él no ya en la ribera del Lago de Galilea, sino en el bullicio de una fiesta de toros y cañas. Pero el eco que produce en su alma le lleva a dejarlo todo.

Ordenado sacerdote el 1525, celebra su Primera Misa y sueña con el nuevo mundo americano cuyas primicias están llegando a España. Dios tenia señalado otro campo de acción para su apostolado, se convertirá en el apóstol de Andalucía. Recorre Écija, Sevilla, Córdoba, Granada, predicando con acentos patéticos, la conversión de los pecados y ganando para su causa a algunos sacerdotes, con los que organiza una Congregación de Operarios para sembrar la Palabra de Dios. Cuando más tarde mande al Concilio de Trento un memorial sobre las necesidades de la Iglesia, señalará entre las principales la de curas confesores y predicadores: sus compañeros han de intentar cubrir esta última necesidad. Funda junto con ellos hasta quince colegios en los que como él mismo afirmaba, se aprendía no tanto a gastar los ojos en el estudio cuanto a encallecer las rodillas en la oración.

Fervoroso y mortificado, incluso más hombre de oración que de palabra, Juan de Ávila sigue su camino encendiendo inquietudes de más exigente espiritualidad en seglares, clérigos y religiosos; por ejemplo, en carmelitas, como san Juan de la Cruz, en dominicos como fray Luis de Granada, que será su primer biógrafo.

Mantuvo comunicación con Santa Teresa de Jesús, San Pedro de Alcántara y San Francisco de Borja.

Entre sus muchos convertidos a una vida santa descuella San Juan de Dios.

Juan mantuvo intimas relaciones con Ignacio de Loyola y su recién fundada Compañía, hasta el punto de que, uno de los hijos de Ignacio, el P. Villanueva, escribía a su santo fundador: "En tanta conformidad parece que quepa otro acuerdo: o que él se una a nosotros o que nosotros nos unamos a él". En realidad, varios de los discípulos de Juan ingresarían en la Compañía de Jesús al llegar días de persecución inquisitorial para Juan y su principal obra, el Audi filia. Acosado por múltiples adversidades y minada su salud con tanto trabajo y penitencia, se retira a Montilla, sin fuerzas ya siquiera para predicar -salvo en las grandes solemnidades y casi sin voz-. Pronunciando reiteradamente los sagrados nombres de Jesús y María se apaga aquella luz que a tantos había llevado hacia la conversión, era el 10 de mayo de 1569.

Junto a su devoción a la Eucaristía, destacaba también su piedad mariana. Hasta llegar a escribir familiarmente: "más quisiera estar sin pellejo que sin devoción a Nuestra Señora".

Fue canonizado en 1970 y es el patrono del clero secular español.

Oración: Oh Dios, que hiciste de san Juan de Ávila un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad de su vida y por su celo apostólico, haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad por el celo ejemplar de tus ministros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

sábado, 8 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 08/05/2021. Sábado de la quinta semana de Pascua

Pasa a Macedonia y ayúdanos
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 16, 1-10
En aquellos días, Pablo fue a Derbe y luego a Listra. Había allí un discípulo que se llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y lo hizo circuncidar. Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las Iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día. Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade. Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos». Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.

Palabra de Dios
Salmo Responsorial. 99, 1-2. 3. 5

Aclama al Señor, tierra entera.

Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores.

Aclama al Señor, tierra entera.

Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.

Aclama al Señor, tierra entera.

El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.

Aclama al Señor, tierra entera.

No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 15, 18-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia. Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra de Dios.
Beato Luis Rabata confesor (+ 1490)

La iconografía suele pintar o esculpir a nuestro beato de pie y con una palma en la mano y en la frente clavada una flecha que le causó la muerte.

Nació en Erice (Trápani-Italia) en el año 1443. No sabemos muchas cosas de su nacimiento, niñez y juventud. Dicen los Procesos de su Beatificación de los años 1533 y 1573 que sus padres eran muy buenos cristianos y de humilde posición. Educaron a Luis y a todos sus demás hijos en el santo temor de Dios. Sobre todo su santa madre influyó en su alma inspirándole una tierna devoción a Jesús Eucaristía y a la Virgen María. Fueron siempre estas dos devociones las que mayormente vivió y desplegó en su celo sacerdotal.

De muy tierna edad, ingresó en la Orden del Carmen en el convento de la Anunciación de Trápani.

Hizo su noviciado con grandes anhelos de perfección, entregándose más tarde por su profesión, al servicio de Dios con admirable generosidad.

Allí permanecían vivos los ejemplos maravillosos de San Alberto que, como él, había abrazado, siendo aún muy niño, la vida religiosa y que había gozado de tiernas apariciones de Jesús Niño. El joven Luis procuró imitar las virtudes de este gran Santo y, a decir de sus superiores y compañeros, parecía un doble del Santo tal como había llegado hasta ellos la historia de su vida.

Su humildad sufrió dura prueba cuando los superiores le mandaron se ordenara de sacerdote, pues, en su anonadamiento, nunca se juzgó digno de tan excelsa dignidad.

Una vez ya sacerdote, fue encargado por los superiores de la misión de predicar la palabra de Dios. Fuego eliano ardía en su corazón y no se daba descanso. Recorrió la mayor parte de los pueblos de Sicilia dejando en todos destellos de santidad. Ruidosas conversiones se realizaron por medio de su ardorosa palabra. Los milagros le acompañaban por todas partes. Muchos pecadores abandonaron sus caminos de perversión y no pocos incluso llegaron a abrazar la vida religiosa.

Su prudencia y santidad de vida eran tan notorias que los superiores sometieron de nuevo su humildad a prueba nombrándole prior del convento de Randazzo, que era uno de los conventos llamados "reformados", en los que se vivía con rigurosidad en la observancia regular: mortificación, silencio, oración. Luis era modelo para todos sus hermanos a pesar de que todos allí emulaban la más elevada virtud y luchaban por cumplir con la máxima fidelidad la Regla carmelita.

Los Procesos de canonización (1533 y 1573) documentan la santa vida de nuestro Beato como ferviente religioso, que supo conciliar los deberes de una observancia impecable con los de su amor al prójimo, al que le obligaba su deber sacerdotal siempre iluminado por la caridad.

Al ver tanta santidad en un humilde religioso lleno de celo apostólico contra el vicio, un hombre perverso, Antonio Cataluccio, aprovechando la ocasión de que el Beato volvía de su postulación le arrojó una saeta a la cabeza, que lo dejó gravemente herido.

Malamente pudo llegar a su convento y aunque pidieron al Beato que denunciara al agresor, nunca quiso decirlo sino que de todo corazón lo perdonó e hizo por él especial oración.

Sufrió durante algunos meses fuertes dolores, que no le impidieron dedicarse a la más subida contemplación.

El Señor le reveló su cercano fin y el término de sus trabajos. Recibidos los últimos sacramentos sin perder la paz y su total conformidad con la voluntad de Dios, exhaló su último suspiro el 8 de mayo de 1490.

El papa Gregorio XVI, el 1842, aprobó su culto.

Aparición de San Miguel Arcángel en Nápoles (492)

Entre varias apariciones que de San Miguel se leen en las historias eclesiásticas, la más señalada es la que hoy celebra la Iglesia, y que sucedió en tiempo del papa Gelasio I, en el monte Gargano, en el reino de Nápoles, y fue de este modo. Hacia el fin del quinto siglo, gobernando la Iglesia de Dios el Papa Gelasio, apacentaba su ganado un pastor sobre la cima del Monte Gárgano. Desmandóse un novillo, y metióse en una cueva ó caverna; el pastor, para obligarle a que saliese de allí, le disparó una flecha, la cual, retrocediendo con la misma violencia con que había sido disparada, hirió al pastor. Quedaron atónitos los circunstantes a vista de tan asombroso suceso, cuya noticia llegó presto a la ciudad de Siponto, que está a la falda del monte, y hoy se llama Manfredonia.

 Informado el Obispo, creyó desde luego que en aquel milagro se ocultaba algún misterio; y para conocer lo que Dios quería dar a entender por aquel prodigio, ordenó un ayuno de tres días en todo su obispado, exhortando a los fieles a que juntasen la oración con el ayuno, pidiendo a Dios se dignase descubrir su voluntad.

Oyó el Señor las oraciones del santo Obispo. Al cabo de los tres días se le apareció San Miguel, y le declaró ser la voluntad de Dios que el Ángel tutelar de su Iglesia fuese singularmente reverenciado en el mismo sitio donde acababa de suceder aquella maravilla, para encender y animar la devoción y confianza de los fieles, experimentando particularmente en aquel lugar los dulces efectos de su poderosa protección. Penetrado el Obispo de los más vivos movimientos de agradecimiento y de piedad, juntó al clero y al pueblo; declaróle la visión que había tenido, y fue procesionalmente con todos al paraje donde había sucedido el milagro. Encontraron en él una caverna ó una cueva bastantemente capaz, en forma de templo; la bóveda natural muy elevada, y sobre la entrada, en la misma peña, una especie de ventana por donde le entraba bastante luz. Erigieron un altar; consagróle el Obispo y celebró el santo sacrificio de la Misa.

Hízose después la dedicación de la iglesia con la mayor solemnidad y devoción; concurrieron todos los pueblos de la comarca, y duró la fiesta muchos días. Enriquecida la nueva iglesia con preciosísimos dones, no se evacuó por algún tiempo; cantábanse en ella las alabanzas del Señor, y se celebraban los divinos Oficios con singular piedad en honor del Patrono tutelar de la Iglesia, aumentándose cada día más desde aquel tiempo la devoción de los fieles con el Arcángel San Miguel.

No tardó mucho el Señor en manifestar con prodigios cuan grata le era esta devoción, autorizándola muy presto con multitud de milagros. Hízose famoso el santuario del Monte Gárgano, siendo una de las más frecuentes peregrinaciones de la Cristiandad; y los favores que el Señor dispensaba en él á los que le visitaban aumentaron por mucho tiempo el concurso de todas las naciones, venerándose como lugar santo la gruta en que sucedió esta maravilla.

Refiere Pedro Damiano que por los años 1002, habiendo el emperador Otón III quitado la vida a un senador de Roma, llamado Crescencio, contra la fe de su palabra imperial, deshonrando después a la viuda del difunto, con escándalo de toda la Iglesia; arrepentido de sus culpas, se fue a echar a los pies de San Romualdo, quien le ordenó fuese desde Roma hasta el Monte Gárgano con los pies descalzos a visitar la iglesia de San Miguel, para dar a Dios y al mundo esa satisfacción por sus pecados; lo que ejecutó el penitente Emperador, con grande edificación de toda la Cristiandad, siendo éste un admirable testimonio de la particular veneración que se profesaba a aquel prodigioso santuario.

Para eternizar esta veneración y para perpetuar con provecho la memoria del insigne milagro con que quiso Dios manifestar a los hombres la poderosa protección del Arcángel San Miguel, y animar su confianza con esta aparición, instituyó la Iglesia esta fiesta, señalando para ella el día de hoy, como se ve en los sacraméntanos antiguos.

Beato Antonio Bajewskki

Es uno de los 108 Mártires de la II Guerra Mundial (1940-43) beatificados por Juan Pablo II en 1999. Nació en Vilna (Lituania) el año 1915. En 1934 ingresó en la Provincia polaca de los Hermanos Menores Conventuales. Hizo el noviciado en Niepokalanów y completó sus estudios en Cracovia, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1939. Volvió a Niepokalanów y fue un estrecho colaborador de san Maximiliano Kolbe.

Sacerdote diligente, de fe profunda, piadoso y atento con la gente, por su delicada salud pasó a la enfermería de Lasek, donde fue arrestado por la Gestapo el 17 febrero de 1941, y trasladado, con el P. Kolbe y otros religiosos, a una cárcel de Varsovia. A principios de abril lo internaron en el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, donde, enfermo y maltratado, ayudaba material y espiritualmente a sus compañeros de infortunio.

En medio de los sufrimientos repetía: "Quiero ser clavado con Cristo en la cruz". Al acercarse la muerte pidió a uno de los prisioneros: "Cuenta a mis hermanos de Niepokalanów que he muerto aquí, fiel a Cristo y a la Inmaculada". Murió exhausto el 8 de mayo de 1941.

viernes, 7 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 07/05/2021. Viernes de la quinta semana de Pascua

Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 15,22-31
En aquellos días, los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir algunos de ellos para mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas, llamado Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y enviaron por medio de ellos esta carta: «Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia provenientes de la gentilidad. Habiéndonos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alborotado con sus palabras, desconcertando vuestros ánimos, hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han entregado su vida al nombre de nuestro Señor Jesucristo. Os mandamos, pues, a Silas y a Judas, que os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de uniones ilegítimas. Haréis bien en apartaros de todo esto. Saludos». Los despidieron, y ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la comunidad y entregaron la carta. Al leerla, se alegraron mucho por aquellas palabras alentadoras.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 56, 8-9. 10-12

Te daré gracias ante los pueblos, Señor.

Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar: despierta, gloria mía; despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor; tocaré para ti ante las naciones: por tu bondad, que es más grande que los cielos; por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria.

Te daré gracias ante los pueblos, Señor.

Esto os mando: que os améis unos a otros
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 15, 12-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

Palabra de Dios

Santa Rosa Venerini

Fundadora de las Maestras Pías Venerini. Nació en Viterbo (Italia) el año 1656, dotada de extraordinaria inteligencia y sensibilidad humana, y en su hogar recibió una educación que le permitió desarrollar sus talentos de mente y de corazón y formarse en sólidos principios cristianos.

En 1676 ingresó en las Dominicas, pero pronto tuvo que regresar a casa para cuidar a su madre que había quedado viuda y estaba enferma. Fallecida su madre, comenzó a reunir en su domicilio a muchachas y mujeres vecinas con las que rezaba y a las que instruía.

En 1685 fundó la primera escuela para una formación cristiana integral de las jóvenes del pueblo. Superadas no pocas dificultades, las escuelas se fueron multiplicando hasta llegar a Roma en 1706, donde el apoyo de Clemente XI en 1716 consolidó la fundación. Murió en Roma el 7 de mayo de 1728. Benedicto XVI la canonizó el año 2006.



San Benedicto II (Roma, (¿?) – 7 de mayo de 685)

Papa n.º 81 de la Iglesia católica de 684 a 685. Fue elegido papa en agosto de 683, pero al igual que su antecesor León II no fue consagrado hasta el 26 de junio de 684 al necesitar el consentimiento del emperador bizantino Constantino IV.

Fue el último papa que debió esperar este consentimiento ya que logró que el emperador proclamara un decreto por el que se sustituía la confirmación imperial por la confirmación, mucho más ágil por su cercanía a Roma, del exarca de Rávena.

Para abreviar la vacante de la Santa Sede que seguía a la muerte de los papas, él obtuvo del Emperador Constantino Pogonato un decreto que al mismo tiempo que abolía la confirmación imperial, la traspasaba al exarca en Italia [cf. “Liber Diurnus RR. PP., ed. Sickel (Vienna, 1889), y Duchesne´s criticism, “Le Liber Diurnus” (Paris, 1891)]. El Emperador Constantino le envío un bucle del cabello de sus dos hijos y de esta forma fueron adoptados por el Papa Benedicto II.

La fecha de su nacimiento es desconocida; era romano y su padre se llamaba Juan. De joven fue enviado a una escuela de canto, se distinguió por sus conocimientos de las escrituras y destacó mucho en el canto. De espíritu humilde, manso y paciente, como sacerdote fue muy conocido por su humildad, amor por los pobres, y generosidad y restauró muchas de las iglesias de Roma que restituyó al clero.

Murió el 8 de mayo del año 685 y fue enterrado en San Pedro.

En el año 1964 fue canonizado por Pablo VI. Su fiesta se celebra el 7 de mayo.

San Juan de Beverley 721
Se educó en la escuela catedralicia de Canterbury y abrazó la vida monástica en el monasterio de Whitby, donde destacó por su talento y sus virtudes. El año 687 fue elegido obispo de Hexham y el 705 fue trasladado a la sede de York.

Unió el trabajo pastoral y la oración en soledad. Se distinguió por su caridad para con los pobres y sus dotes de buen pastor, dio siempre una gran importancia a la predicación. Ya mayor y por motivos de salud, renunció a su cargo y se retiró al monasterio de Berveley, en Northumbria (Inglaterra), que él mismo había fundado, y en el que murió el año 721.

jueves, 6 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 06/05/2021. Jueves de la quinta semana de Pascua

A mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 15, 7-21
En aquellos días, después de una fuerte discusión, se levantó Pedro y dijo a los apóstoles y a los presbíteros: «Hermanos, vosotros sabéis que, desde los primeros días, Dios me escogió entre vosotros para que los gentiles oyeran de mi boca la palabra del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, ha dado testimonio a favor de ellos dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe. ¿Por qué, pues ahora intentáis tentar a Dios, queriendo poner sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros padres hemos podido soportar? No; creemos que lo mismo ellos que nosotros nos salvamos por la gracia del Señor Jesús». Toda la asamblea hizo silencio para escuchar a Bernabé y Pablo, que les contaron los signos y prodigios que Dios había hecho por medio de ellos entre los gentiles. Cuando terminaron, Santiago tomó la palabra y dijo: «Escuchadme, hermanos: Simón ha contado cómo Dios por primera vez se ha dignado escoger para su nombre un pueblo de entre los gentiles. Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: "Después de esto volveré y levantaré de nuevo la choza caída de David; levantaré sus ruinas y la pondré en pie, para que los demás hombres busquen al Señor, y todos los gentiles sobre los que ha sido invocado mi nombre: lo dice el Señor, el que hace esto sea conocido desde antiguo". Por eso, a mi parecer, no hay que molestar a los gentiles que se convierten a Dios; basta escribirles que se abstengan de la contaminación de los ídolos, de las uniones ilegítimas, de animales estrangulados y de la sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes lo predican, ya que es leído cada sábado en las sinagogas».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 95, 1-2a. 2b-3. 10

Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre.

Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones.

Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente»

Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 15, 9-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Palabra de Dios

Santo Domingo Savio

Murió el 9 de marzo, pero la familia salesiana celebra su memoria el 6 de mayo. Fue un joven discípulo de san Juan Bosco que, desde la infancia, gozó de un ánimo dulce y alegre, y recorrió expeditamente el camino de la perfección cristiana, llegando a la santidad cuando todavía era un adolescente.

Nació en Riva de Chieri (Turín, Italia) el 2 de abril de 1842; su padre era herrero y su madre costurera. Fue un niño superdotado y desde pequeño hizo proyectos dignos de un cristiano maduro. Al hacer la primera comunión, se propuso "antes morir que pecar".

A los doce años, su padre lo presentó a Don Bosco, que quedó prendado de sus cualidades naturales y espirituales. Bajo la guía del Santo, alcanzó una madurez humana y cristiana precoz. Sus grandes devociones fueron Jesús Sacramentado, la Inmaculada Concepción de María, el Papa. Tenía una salud frágil y era de natural vivo y sensible, y tuvo que superarse y afrontar no pocas dificultades. La enfermedad lo obligó a dejar el Oratorio de Turín y trasladarse a Mondonio, donde murió el 9 de marzo de 1857.

Oración: Oh Dios, fuente de todo bien, que en santo Domingo Savio ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de caridad y de pureza: concédenos también a nosotros crecer como hijos en la alegría y en el amor hasta la plena estatura de Cristo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Benita

En Roma, santa Benita o Benedicta, virgen y monja romana, de la cual san Gregorio I Magno cuenta que descansó en el Señor, tal como ella misma había pedido con insistencia, a los treinta días de la muerte de santa Gala, quien la amaba de una manera especial por encima de las demás (s. VI).

miércoles, 5 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 05/05/2021. Miércoles de la quinta semana de Pascua


Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 15, 1-6
En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo: «Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés». Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 121, 1bc-2. 3-4b. 4c-5

Vamos alegres a la casa del Señor.

¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestro pies tus umbrales, Jerusalén.

Vamos alegres a la casa del Señor.

Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor.

Vamos alegres a la casa del Señor.

Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.

Vamos alegres a la casa del Señor.


El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra de Dios.

San Hilario de Arlés 400-449

Hombre de letras, de palabra fácil y brillante, con el éxito asegurado por su talento, no se rindió sin lucha a la vida de renuncias y de sacrificio que le proponía abrazar su pariente san Honorato, el abad de Lérins, cuando trataba de convencerle a su paso por la Borgoña.

Más tarde le encontramos como monje en Lérins, donde será el segundo abad cuando Honorato sea nombrado obispo de Arles, y en el 429, a la muerte de su maestro, en la silla episcopal de Arles cuando posiblemente no había cumplido aún treinta años.

Fue un obispo memorable, que solía recorrer su diócesis, aunque nevase, que predicaba horas y horas a sabios y a ignorantes, queriendo que todos compartiesen el tesoro de su fe, y que era compasivo y tierno con los pecadores, y duro hasta la denuncia pública y arriesgada con los grandes personajes.

Excesivo también, según las normas de lo que hoy se llama circunspección, era su amor a los pobres, y para poder hacer más limosnas vendió los vasos sagrados y trabajaba con sus propias manos, cultivaba los campos y trenzaba redes y esteras, pero la Iglesia no parece habérselo tenido en cuenta y le propone como modelo de ímpetu arrollador por la causa del Bien sin contemplaciones.

San Angel, Mártir

Fue uno de los primeros miembros de la Orden del Carmelo. Nació en Jerusalén y sus padres fueron judíos convertidos al cristianismo gracias a una aparición de la Santísima Virgen. Desde la infancia mostró extraordinarios dones para lo espiritual y lo intelectual. A los 15 años hablaba ya el griego, el latín y el hebreo.

A la temprana muerte de su hermano gemelo, San Ángel decide ingresar a la Orden Carmelita, y es admitido en el monasterio en el Monte Carmelo, en Palestina, donde vive como ermitaño durante cinco años.

En el siglo trece, los Carmelitas pasaron de ser una orden contemplativa a ser una orden de mendicantes; recordemos que era el siglo de la revolución espiritual de San Francisco de Asís y de Santo Domingo de Guzmán.

San Ángel es enviado eventualmente a Roma, para llevar un mensaje al papa Honorio III. A continuación recibe la encomienda de dirigirse a Sicilia, para ayudar a predicar contra la herejía de los cátaros, que habían tomado control de la isla. En Sicilia, convirtió a muchos con su predicación y milagros y en Palermo convirtió a más de 200 judíos.

Cuando se encontraba predicando a una multitud, en Locata, fue acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido. En el sitio donde murió se edificó una iglesia, y su sepulcro se convirtió muy pronto en sitio de peregrinación.

La Orden Carmelita venera a San Ángel como santo por lo menos desde 1456. En 1459, el papa Pío II aprobó su culto.

Catalina Cittadini

Nació en Bérgamo (Italia) el año 1801, en el seno de una familia humilde. A los siete años quedó huérfana de padre y madre y, con una hermana menor que ella, fue acogida en el orfanato de Conventino donde se educó y sacó el título de maestra.

Invitada por unos primos suyos sacerdotes, se trasladó a Somasca y se hizo cargo de la escuela municipal. Dio ejemplo a todos por su vida de piedad y de caridad, así como por su competencia y su dedicación a la tarea educativa.

En 1840, y con la colaboración de su hermana, abrió una escuela gratuita para niñas pobres, un orfanato y otras instituciones para la formación de la juventud. Algunas de sus alumnas se quedaron con ella para hacerse maestras, y de este núcleo surgió la nueva congregación de Hermanas Ursulinas de Somasca, para la educación y formación de niñas y jóvenes. Ella misma escribió las Constituciones del nuevo instituto, que fueron aprobadas por la Santa Sede después su muerte, acaecida en Somasca el 5 de mayo de 1857.

Fue beatificada el año 2001.

lunes, 3 de mayo de 2021

Lecturas y Santoral 03/05/2021. Lunes de la quinta semana de Pascua. San Felipe y Santiago, apóstoles

El Señor se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles
Primera Lectura. Primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8
Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano. Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 18, 2-3. 4-5

A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra.

A toda la tierra alcanza su pregón.

Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.

A toda la tierra alcanza su pregón.

Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí». «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Palabra de Dios

San Felipe Apóstol
NOMBRE, PROCEDENCIA Y PROFESIÓN

En las listas de los Doce Felipe siempre aparece en el quinto lugar (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 3,14; He 1,13).

Aunque era de origen judío su nombre es griego al igual que el de Andrés lo cual constituye un pequeño signo de apertura cultural. Lo que sabemos de él nos lo facilita el Evangelio según san Juan.

Era de Betsaida, al igual que san Pedro y Andrés (Jn 1, 44) una pequeña localidad que pertenecía a la tetrarquía de uno de los hijos de Herodes el Grande, el cual también se llamaba Felipe (Lc 3,1).

VIVE CON JESÚS, INVITA A OTROS Y VE A DIOS EN JESÚS

El cuarto Evangelio cuenta que, después de haber sido llamado por Jesús, Felipe se encuentra con Natanael y le dice: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús el hijo de José, de Nazaret" (Jn 1, 45). Ante la respuesta más bien escéptica de Natanael (¿"De Nazareth puede salir algo bueno"?) Felipe no se rinde y replica con decisión: "Ven y lo verás" (Jn 1, 46). Con esta respuesta clara y escueta Felipe muestra las características del auténtico testigo: no se contenta con presenciar el anuncio como una teoría, sino que interpela a quien le está escuchando, sugiriéndole que él mismo haga una experiencia personal de lo anunciado. Jesús utiliza esos dos mismos verbos cuando dos discípulos de Juan Bautista se acercan a él para preguntarle dónde vive. Jesús respondió: "Venid y lo veréis" (Jn 1, 38-39). Felipe invita a conocer a Jesús de cerca, a "venir" y "ver" es decir a entrar en un contacto de escucha, de respuesta y de comunión de vida con Jesús, día tras día. Tal como recuerda Marcos, Jesús escogió a los Doce con la finalidad principal de que "estuvieran con Él" (Mc 3, 14), es decir, de que compartieran su vida y aprendieran directamente de él, no sólo el estilo de su comportamiento, sino sobre todo quién era él realmente pues solo participando de su vida podrían conocerlo para luego anunciarlo. San Pablo en su carta a los Efesios también dirá que lo importante es "aprender de Cristo" (Ef 4, 20).

Con ocasión de la multiplicación de los panes, Jesús se dirigió precisamente a Felipe para obtener una respuesta sobre cómo resolver el problema, hizo a Felipe una pregunta precisa, algo sorprendente: dónde se podía comprar el pan necesario para dar de comer a toda la gente que lo seguía (Jn 6, 5). Felipe respondió con mucho realismo: "Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco" (Jn 6, 7). Tras esto Jesús tomó los panes, y, después de orar, los distribuyó. Así realizó la multiplicación de los panes.

Antes de la Pasión, algunos griegos que se encontraban en Jerusalén con motivo de la Pascua "se dirigieron a Felipe y le rogaron: 'Señor, queremos ver a Jesús'. Felipe fue a decírselo a Andrés y ambos fueron a decírselo a Jesús" (Jn 12, 20-22). En este caso actúa como intermediario entre la petición de algunos griegos y Jesús -probablemente hablaba griego y pudo hacer de intérprete; aunque se une a Andrés, el otro apóstol que tenía nombre griego, es a él a quien se dirigen los extranjeros.

Durante la última Cena, después de afirmar Jesús que conocerlo a Él significa también conocer al Padre (Jn 14, 7), Felipe, casi ingenuamente, le pide: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta" (Jn 14, 8). Jesús le responde con un tono de benévolo reproche: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? (...) Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí" (Jn 14, 9-11). Son unas de las palabras más sublimes del evangelio según san Juan. Contienen una auténtica revelación. En esta respuesta a Felipe, Jesús hace referencia a su propia persona como tal, dando a entender que no sólo se le puede comprender a través de lo que dice, sino sobre todo a través de lo que él es. Dios asumió un rostro humano, el de Jesús, y por consiguiente desde ese momento si queremos conocer realmente el rostro de Dios, nos basta con contemplar el rostro de Jesús. En su rostro vemos relamente quién es Dios y cómo es Dios. Aunque el Evangelio nada nos dice sobre si Felipe entendió aquella respuesta de Jesús, entregó totalmente su vida al Señor.

MUERTE

Según algunas narraciones posteriores (Hechos de Felipe y otras) habría evangelizado primero Grecia y después Frigia, donde habría afrontado la muerte, en Hierápolis, con un suplicio que según algunos fue crucifixión y según otros lapidación.

La vida de Felipe ha de ser ejemplo para encontrar el objetivo al que debe orientarse nuestra vida: encontrar a Jesús, tratando de ver en Él a Dios mismo, al Padre Celestial.

Felipe nos enseña a dejarnos conquistar por Jesús, a estar con Él y a invitar también a otros a compartir esta compañía indispensable y así viendo, encontrando a Dios, dar con la verdadera vida.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que nos alegras todos los años con la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo, para que merezcamos llegar a contemplar en el cielo el esplendor de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santiago el menor Apóstol

En Mateo 7, 17 leemos "Todo árbol bueno, dá frutos buenos", Santiago lo repite y nos lo dice directamente a nosotros, hablándonos de las obras como fruto normal de la Fe: "Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Sant 2, 26).

NOMBRE

Santiago, apellidado "el Menor" para distinguirlo del otro Apóstol Santiago, el hermano de Juan. Era pariente de la Virgen María y del Señor, hijo de Alfeo, fue obispo de la primera comunidad judeo-cristiana de Jerusalén y desarrolló una intensa actividad misionera; escribió la Epístola Católica que lleva su nombre; es el apóstol con quien Pablo convertido toma contacto, y a quien el Concilio de Jerusalén concede un papel importante en momentos cruciales del desarrollo de la evangelización. Murió mártir en Jerusalén hacia el año 62.

EL JUSTO, EL HERMANO DEL SEÑOR

Encontramos la siguiente información histórica recogida por Eusebio de Cesarea en su "Historia Eclesiástica (HE II 1, 2-5)": Santiago, el llamado hermano del Señor, a quien los antiguos pusieron el sobrenombre de Justo, por el mérito superior de su virtud, se refiere que fue el primero a quien se confió el trono episcopal de la Iglesia de Jerusalén. Clemente en el libro VI de las Hypotyposeis, aduce lo siguiente: "Porque, dicen, después de la ascensión del Salvador, Pedro, Santiago y Juan, aunque habían sido los predilectos del Salvador, no se adjudicaron este honor, sino que eligieron obispo de Jerusalén a Santiago el Justo". Y el mismo autor, en el libro VII de la misma obra, dice todavía sobre él lo que sigue: "El Señor, después de su ascensión, hizo entrega del conocimiento a Santiago el Justo, a Juan y a Pedro, y éstos se lo transmitieron a los demás apóstoles, y los demás apóstoles a los setenta, uno de los cuales era también Bernabé.

"Hubo dos Santiagos: uno, el Justo, que fue precipitado desde el pináculo del templo y rematado a golpes con un mazo de batán; y el otro, el que fue decapitado". En esta cita de Clemente de Alejandría, al no mencionar mas que estos dos Santiagos parece que Clemente identifica a Santiago el Justo o hermano del Señor con Santiago, hijo de Alfeo (o de Cleofás) uno de los Doce, según Mt 10,3; Mc 3,18; Jn 19,25; Hechos 1,13.

De Santiago el Justo hace mención también Pablo cuando escribe: Otro apóstol no ví, si no es a Santiago, el hermano del Señor (Gal 1,19)

MARTIRIO (tal cual se refiere en el capítulo 23 del II Libro II de la historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea - HE II 23)

Al apelar Pablo al César y ser enviado por Festo a la ciudad de Roma (Hechos 25,11-12; 27,1), los judíos, frustrada la esperanza que les indujo a tenderle asechanzas, se volvieron contra Santiago el hermano del Señor al que los Apóstoles habían confiado el trono episcopal de Jerusalén. Lo que sigue es lo que osaron hacer también contra él.

Lo condujeron al medio, y delante de todo el pueblo le pedían que renegase de la fe de Cristo. Pero cuando él, contra el parecer de todos, con voz libre y hablando más abiertamente de lo que esperaban, delante de toda la muchedumbre se puso a confesar que nuestro Salvador y Señor Jesús era hijo de Dios, ya no fueron capaces de soportar más el testimonio de este hombre, justamente porque se le consideraba el más justo entre todos por la cima de sabiduría y piedad a que había llegado en su vida, y lo mataron, aprovechando oportunamente la falta de gobierno, pues habiendo muerto en Judea por aquel entonces Festo, la administración del país quedó sin jefe y sin control (estos meses de anarquía entre la muerte de P.Festo y la llegada del sucesor, Luceyo Albino -el verano u otoño del 62, lo más tarde-, los aprovechó el sumo sacerdote Ananos - hijo del Ananos o Anás de la pasión de Cristo- para juzgar y lapidar a sus enemigos. Una de las víctimas, según los manuscritos de Josefo fue "Santiago, el hermano de Jesús llamado Cristo". De aquí se desprende que la muerte de Santiago debió de ocurrir el 62).

El modo como tuvo lugar la muerte de Santiago ya lo han dejado claro las palabras citadas de Clemente, que cuenta cómo lo arrojaron desde el pináculo del templo y lo apalearon hasta matarlo. Pero quien narra con mayor exactitud todo lo que a él se refiere es Hegesipo (Nacido antes del año 110 procedía de Palestina aunque de familia de habla griega; muy fácilmente conocería todavía a algunos miembros de la comunidad primitiva, muy ancianos ya. Para la realización de su obra redactada hacia el año 180 contaría con rico arsenal de tradiciones orales y también echaría mano de fuentes escritas, judeo-cristianas en su mayor parte) perteneciente a la primera generación sucesora de los apóstoles y que, en el libro V de sus Memorias dice así: "Sucesor en la dirección de la Iglesia es, junto con los apóstoles, Santiago, el hermano del Señor. Todos le dan el sobrenombre de Justo', desde los tiempos del Señor hasta los nuestros, pues eran muchos los que se llamaban Santiago. Pero solo éste fue santo desde el vientre de su madre. No bebió vino ni bebida fermentada, ni comió carne; sobre su cabeza no pasó tijera ni navaja y tampoco se unjió con aceite ni usó del baño. Sólo a él le estaba permitido entrar en el santuario, pues no vestía de lana, sino de lino. Y sólo él penetraba en el templo, y allí se le encontraba arrodillado y pidiendo perdón por su pueblo, tanto que sus rodillas se encallecieron como las de un camello, por estar siempre de rodillas adorando a Dios y pidiendo perdón para el pueblo. Por su eminente rectitud se le llamaba "el Justo" y "Oblías", que en griego quiere decir protección del pueblo y Justicia. Así pues, algunos de las siete sectas que hay en el pueblo y que yo describí anteriormente (en las Memorias) trataban de informarse de Santiago sobre quién era la puerta de Jesús, y él respondía que éste era el Salvador. Algunos creyeron que Jesús era el Cristo. Pero estas sectas no creyeron ni en la resurrección ni en que vendrá a dar a cada uno según sus obras. Más cuantos creyeron lo hicieron por Santiago. Siendo pues, muchos los que creyeron, incluso de entre los jefes, los judíos, escribas y fariseos se alborotaron diciendo: todo el pueblo corre el peligro de esperar al Cristo en Jesús. Se reunieron, pues, delante de Santiago y dijeron: 'Te lo pedimos: retén al pueblo, que está en un error respecto de Jesús, como si él fuera el Cristo. Te pedimos que persuadas acerca de Jesús a todos los que vengan para el día de la Pascua porque a tí todos te obedecemos. Yérguete, pues, sobre el pináculo del Templo para que desde lo alto seas bien visible y el pueblo todo oiga tus palabras, porque con motivo de la Pascua se reúnen todas las tribus, incluso con los gentiles. Y así los susodichos escribas y fariseos pusieron a Santiago de pie sobre el pináculo del templo y le dijeron a gritos: 'Oh, tú, el Justo!, a quien todos debemos obedecer puesto que el pueblo anda extraviado detrás de Jesús el crucificado, dinos quién es la puerta de Jesús'. Y él respondió con una gran voz '¿Por qué me preguntáis sobre el Hijo del Hombre? También él está sentado en el cielo a la diestra del gran poder y ha de venir sobre las nubes del cielo'. Y siendo muchos los que se convencieron del todo y ante el testimonio de Santiago, prorrumpieron en alabanzas diciendo:'¡Hosanna al Hijo de David!' Entonces los mismos escribas y fariseos de nuevo se dijeron unos a otros: 'Hicimos mal en proporcionar un testimonio así a Jesús, pero, subamos y arrojémosle abajo, para que cobren miedo y no crean'. Y se pusieron a gritar diciendo: 'Oh, oh, también el Justo se ha extraviado!' Y así cumplieron la escritura que se halla en Isaías: Quitemos de en medio al justo, que nos es incómodo. Entonces comerán el fruto de sus obras. Subieron, pues, y arrojaron abajo al Justo. Y se decían unos a otros: 'Lapidemos a Santiago el Justo!' Y comenzaron a apedrearlo, porque al caer arrojado no había muerto. Más él, volviéndose, se arrodilló y dijo: 'Yo te lo pido, Señor, Dios Padre: perdónalos, porque no saben lo que hacen'. Y cuando estaban así lapidándole, un sacerdote, uno de los hijos de Recab, hijo de los Recabín, de los que el profeta Jeremías había dado testimonio, gritaba diciendo: '¡Parad!, ¿qué estáis haciendo?¡El Justo ruega por vosotros!' Y uno de ellos, batanero, agarró el mazo con que batía los paños y dió con él en la cabeza del Justo, y así es como éste sufrió martirio. Lo enterraron en el lugar aquel, junto al templo, y todavía se conserva su estela al lado del templo. Santiago era ya un testigo veraz para judíos y para griegos de que Jesús es el Cristo. Y en seguida Vespasiano los sitió".

Esto es lo que Hegesipo refiere prolijamente, concordando al menos con Clemente. Era Santiago un hombre tan admirable y tanto se había extendido entre todos los demás la fama de su rectitud, que incluso los judíos sensatos pensaban que esta era la causa del asedio de Jerusalén, comenzando inmediatamente después de su martirio, y que por ningún otro motivo les había sobrevenido más que por causa del crímen sacrílego cometido contra él. Flavio Josefo no vaciló en atestiguar también esto por erscrito con estas palabras: "Esto sucedió a los judíos en venganza de Santiago el Justo, hermano de Jesús, el llamdo Cristo, porque precisamente los judíos le habían dado muerte aunque era un hombre justísimo". El mismo autor describe también la muerte de Santiago en el libro XX de sus "Antigüedades Judías".

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que nos alegras todos los años con la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo, para que merezcamos llegar a contemplar en el cielo el esplendor de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.