miércoles, 16 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 16/03/2022 Miércoles de la segunda semana de Cuaresma

Venga, vamos a hablar mal de él
Primera Lectura. Jeremías 18, 18-20

Ellos dijeron: «Venga, tramemos un plan contra Jeremías, porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos». Hazme caso, Señor, escucha lo que dicen mis oponentes. ¿Se paga el bien con mal?, ¡pues me han cavado una fosa! Recuerda que estuve ante ti, pidiendo clemencia por ellos, para apartar tu cólera.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 30, 5-6. 14. 15-16

Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás,

Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo; se conjuran contra mí y traman quitarme la vida.

Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios» En tu mano están mis azares: líbrame de mis enemigos que me persiguen.

Sálvame, Señor, por tu misericordia.

Lo condenarán a muerte
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 20, 17-28
En aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará». Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?». Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda» Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?». Contestaron: -«Podemos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

Palabra de Dios


Santos Hilario y Taciano, Mártires

Hilario de Aquilea fue educado desde su infancia en el cristianismo. Renunció al comercio con el mundo para dedicarse al estudio de las Sagradas Escrituras. Fue ordenado diácono y más tarde a instancias de sus compatriotas cristianos fue consagrado obispo, gobernando con sabiduría y prudencia a su rebaño. El fue quien ordenó diácono a un discípulo suyo, por nombre Taciano para que le ayudara en su ministerio.

El césar Numerino promulgó un edicto que obligaba a los cristianos a adorar a los ídolos. A instigación de un sacerdote de los ídolos, Hilario y Taciano fueron los primeros que comparecieron ante el prefecto Beronio. En vano trató el prefecto de dominar al obispo con amenazas, pues el obispo se mantuvo firme en su fe. Entonces Beronio lo hizo despojar de sus ropas y azotar con varas. Después mandó que lo extendieran en el caballete y que destrozaran sus costados con garfios hasta que aparecieran las entrañas. Luego lo encerró en una prisión para aplicarle más tormentos.

Al día siguiente, denunciaron ante el prefecto a Taciano, pero todas las tentativas para hacerle sacrificar a los dioses fueron igualmente infructuosas, aplicándole los mismos tormentos que a Hilario. Una terrible tormenta se desencadenó en la ciudad e infundió espanto a los paganos de Aquilea; Beronio entonces ordenó que los decapitaran a petición de los sacerdotes de los ídolos. Con ellos fueron inmolados otros cristianos, que también habían sido detenidos por el nombre de Cristo.

San Abrahám, solitario y eremita (+ 367)

Debió de nacer en Edesa, en la Mesopotamia del norte, y el primer episodio que conocemos de su vida es extraño y escandaloso: en su noche de bodas abandonó a la novia y huyó muy lejos, hasta la región del Helesponto, lo que hoy llamamos estrecho de los Dardanelos, para convertirse en penitente ermitaño.

Allí, en una gruta vivió diez años en la más completa soledad, sin más que un manto y un cilicio para vestirse, una estera para dormir, un vaso para beber un poco de agua y hierbas crudas del campo por todo alimento.

El obispo de Lampsaco (ahora la ciudad turca de Lapseki) le suplicó que accediera a evangelizar a un pueblo de aquellos contornos cuya barbarie era proverbial y que se distinguía también por su tenacidad en el paganismo. El eremita, muy a pesar suyo, acabó aceptando tal misión, y después de ser ordenado de sacerdote, se dirigió hacia allí.

Lo primero que hizo fue levantar una suntuosa iglesia, para que el verdadero Dios tuviese una casa digna de Él, y luego destruyó los ídolos a los que tan apegados estaban los indígenas; éstos, como era previsible, montaron en cólera, le dieron una soberana paliza y le echaron. Al día siguiente volvió para predicar, y se repitió la misma escena, con palos e injurias hasta darle por muerto.

Así una y otra vez Abraham insistía siempre lleno de mansedumbre y caridad, recibiendo los malos tratos con una sonrisa, hasta que al cabo de tres años su ejemplo inaudito conmovió a los idólatras, que pidieron hacerse cristianos. El les instruyó en la fe, bautizó a un millar de personas y en seguida huyó a su gruta para seguir viviendo hasta su muerte en la bendita soledad con Dios.

lunes, 14 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 14/03/2022 Lunes de la segunda semana de Cuaresma

Hemos pecado, hemos cometido crímenes
Primera Lectura. Daniel 9,4b-10

¡Ay, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén, y a todo Israel, a los de cerca y la los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti. Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti. Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 78, 8. 9. 11 y 13

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

Socórrenos, Dios, Salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

Nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, cantaremos tus alabanzas de generación en generación.

Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

Perdonad, y seréis perdonados
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 6, 36-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra de Dios

Santa Matilde, emperatriz de Alemania, madre de Otón él Grande, Halberstadt († 968)

Era descendiente del famoso guerrero Widukind e hija del duque de Westfalia. Desde niña fue educada por las monjas del convento de Erfurt y adquirió una gran piedad y una fortísima inclinación hacia la caridad para con los pobres.

Muy jóven se casó con Enrique, duque de Sajonia (Alemania). Su matrimonio fue excepcionalmente feliz. Sus hijos fueron: Otón primero, emperador de Alemania; Enrique, duque de Baviera; San Bruno, Arzobispo de Baviera; Gernerga, esposa de un gobernante; y Eduvigis, madre del famoso rey francés, Hugo Capeto. Su esposo Enrique obtuvo resonantes triunfos en la lucha por defender su patria, Alemania, de las invasiones de feroces extranjeros.

Matilde y Enrique eran un solo corazón. "En ambos, dice el biógrafo, reinaba el mismo amor a Cristo, una misma unión para el bien, una voluntad igual para la virtud, la misma compasión para los súbditos y el mismo afecto entrañable para todos. Los dos merecieron las alabanzas del pueblo".

Diez años después del matrimonio Enrique se convertía en rey de Germania.

En el palacio real más parecía una buena madre que una reina, y en su piedad se asemejaba más a una religiosa que a una mujer de mundo. Ninguno de los que acudían a ella en busca de ayuda se iba sin ser atendido. Después de 23 años de matrimonio quedó viuda, y ofreció desprenderse de todas sus joyas y brillantes por el alma de su esposo recién muerto. Sus últimos años los pasó dedicada a fundar conventos y a repartir limosnas a los pobres, y cuando cumplió 70 años se dispuso a pasar a la eternidad y repartió entre los más necesitados todo lo que tenía en sus habitaciones, y rodeada de sus hijos y de sus nietos, murió santamente el 14 de marzo del año 968.

domingo, 13 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 13/03/2022. Domingo de la segunda semana de Cuaresma

Dios inició un pacto fiel con Abrahám
Primera Lectura. Génesis 15, 5-12. 17-18

En aquellos días, Dios sacó afuera a Abran y le dijo:
"Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas".
Y añadió:
"Así será tu descendencia".
Abrahám creyó al Señor, y se le contó como justicia.
Después le dijo:
"Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los caldeos, para darte en posesión esta tierra".
Él replicó:
"Señor Dios, ¿cómo sabré yo que voy a poseerla?".
Respondió el Señor:
"Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón".
Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrahám los espantaba.
Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrahám, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.
Aquel día el Señor concertó alianza con Abran en estos términos:
"A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al gran río Éufrates".

Palabra de Dios



Salmo Responsorial. 26, 1. 7-8a. 8b-9abc. 13-14
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.
Escúchame, Señor,
que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mí corazón:
"Buscad mi rostro."
Tu rostro buscaré, Señor.

El Señor es mi luz y mi salvación.
No me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Cristo nos configurará según su cuerpo glorioso
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17-4, 1
Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros.
Porque - como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos - hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; sólo aspiran a cosas terrenas.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.
Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

Palabra de Dios


Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 9, 28b-36
En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.
De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que iba a consumar en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros se caían de sueño pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:
"Maestro ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
No sabía lo que decía.
Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube.
Y una voz desde la nube decía:
"Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo".
Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Palabra de Dios



Santos Rodrigo de Córdoba y Salomón

San Rodrigo había nacido junto a la ciudad de Egabro, llamada posteriormente Cabra, y en Egabro cursa los estudios eclesiásticos y recibe la ordenación sacerdotal. Maltratado por un hermano suyo musulmán, ejerce su ministerio en la sierra cordobesa. Hasta que su mismo hermano lo entrega al cadí, acusándolo de no seguir a Mahoma.

Por la misma causa está en la cárcel un cristiano mozárabe, de nombre Salomón. Ambos Se encuentran en la cárcel de Córdoba durante la persecución del emir Mohamed I, hijo de Abderramán II.

Una contestación similar, igualmente consignada por San Eulogio, encuentran en San Rodrigo las amenazas del cadí: “No intentes luchar con nuestra alma, y superar nuestro espíritu, firme en la confesión; a más furor en el tormento, más feliz gloria nos deparas”.

Los dos confesaron la fe valientemente delante del tribunal y el 13 de marzo del año 857, los santos Rodrigo y Salomón aprestan sus cuellos a la cimitarra con tanta firmeza como alegría. Fueron degollados en Córdoba en el año 857.

Santa Eufrasia, Virgen

Hija de un pariente del Emperador Teodosio I, al morir su padre, Eufrasia se crió bajo la protección del emperador y al cumplir los cinco años de edad, éste la comprometió en matrimonio con el hijo de un rico senador. La madre de Eufrasia comenzó a ser solicitada en matrimonio con tanta asiduidad, que decidió partir a Egipto y refugiarse en un convento. Eufrasia de siete años, se sintió atraída fuertemente hacia la vida religiosa y rogó a las monjas que le permitieran permanecer con ellas, tomando los hábitos como novicia a la edad de ocho años. Pronto su madre falleció, y la santa permaneció en la soledad del convento creciendo en gracia y hermosura.

Cuando la muchacha cumplió los doce, el Emperador Arcadio recordó la promesa que había hecho a su sucesor de Teodosio I y envió un mensaje al convento de Egipto rogando a Eufrasia que regresara a casarse con el senador a quien había prometido. La santa se negó a abandonar el convento y escribió una carta al emperador suplicando que la dejara en libertad, que vendiese todos los bienes heredados de sus padres para que fueran distribuidos entre los pobres así como dejar libres a todos los esclavos de su casa.

El emperador accedió a los deseos de Eufrasia, quien prosiguió su vida habitual en el convento; sin embargo la santa comenzó a sufrir tentaciones para lo cual la abadesa, le confió duras y humillantes tareas para distraer su atención. Ya en su lecho de muerte, tanto Julia su compañera de celda y la abadesa le imploraron a la santa que le obtuviera la gracia de estar con ella en el cielo. Tres días después de la muerte de Eufrasia, Julia falleció y poco tiempo después, lo hizo la abadesa.

sábado, 12 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 12/03/2022 Sábado de la primera semana de Cuaresma

Serás el pueblo santo del Señor, tu Dios
Primera Lectura. Deuteronomio 26,16-19

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma. Hoy has elegido al Señor para que el que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos sus preceptos. Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, como prometió». 

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 118, 1-2. 4-5. 7-8

Dichoso el que camina en la ley del Señor.

Dichoso el que, con vida intachable, camina en la ley del Señor; dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.

Tú promulgas tus mandatos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus decretos.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.

Te alabaré con sincero corazón cuando aprenda tus justos mandamientos. Quiero guardar tus decretos exactamente, tú no me abandones.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.

Sed perfectos como vuestro Padre celestial
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra de Dios

San Maximiliano mártir Roma († 295)a

La "pasión" de San Maximiliano es uno de los más valiosos documentos del juicio y muerte de uno de los primeros mártires. Durante el consulado de Tuscus y Anulinus, comparecieron ante la corte Víctor y su hijo Maximiliano. El juez, al interrogar a Maximiliano sobre sus datos personales, éste le contestó que él era cristiano y que por lo tanto no podía servir como soldado. El juez volvió a insistir con amenazas de tortura y muerte, pero el santo se mantuvo firme en su adhesión a Jesús. Maximiliano tenía 21 años cuando fue condenado a ser decapitado, sentencia que recibió con mucha alegría y alabanzas a Dios, para sorpresa de sus verdugos.

De camino al sitio de la ejecución, habló a los cristianos: "Amados hermanos, apresúrense a alcanzar la visión de Dios y a merecer una corona como la mía". Al primer golpe lo decapitaron y una mujer llamada Pompeya obtuvo el cuerpo de Maximiliano y le dio cristiana sepultura.

San Inocencio I + 417

Nacido en Albano (Italia) abre el catálogo de los Papas de ese nombre, desde el año 401 al 417.

Este papa, que es el número cuarenta de los sucesores de Pedro y que debió de ser elegido pontífice en el año 401. Era quizás un monje basilio natural de Albano, y se le recuerda sobre todo por su enérgica actitud en dos polémicas sonadas.

En primer lugar, condenando a los perseguidores de san Juan Crisóstomo y enfrentándose al emperador Arcadio, y después haciendo frente a la mayor herejía de su tiempo, el pelagianismo, que negaba la necesidad de la gracia, atendiendo así las peticiones que le había hecho san Agustín.

Pero el gran acontecimiento de su pontificado fue la tragedia del 24 de agosto del 410, cuando las hordas del bárbaro Alarico entraron en Roma por la Puerta Salaria y saquearon la ciudad destruyéndola por completo.

El desastre sacudió los cimientos del mundo cristiano. Desde su retiro de Belén, san Jerónimo se declara anonadado, "la tierra entera ha recibido un golpe mortal", "la antorcha más brillante de la humanidad acaba de apagarse", y no es menor el efecto que la noticia causa en África a san Agustín, quien escribe el más profundo y ambicioso de sus libros, La ciudad de Dios, para explicar a la luz de la fe un hecho de tanta magnitud.

Para los contemporáneos la destrucción de Roma es algo casi apocalíptico, inconcebible. ¿Cómo ha permitido Dios una cosa semejante? ¿Por qué ha entregado a sus enemigos para que lo pisotearan el mismo corazón de su Iglesia? ¿Cómo interpretar un misterio de la historia tan doloroso y humillante?.

La historia, tejida de fracasos y contradicciones que desmienten nuestras certezas humanas, sigue, san Agustín nos da La ciudad de Dios, e Inocencio, después de la catástrofe, vuelve a Roma, porque la vida y la Iglesia continúan su misterioso camino hacia el Absoluto.

Defendió siempre la paz y la unidad: "Por todos debe guardarse lo que por el príncipe de los apóstoles, Pedro, fue entregado a la Iglesia Romana, y hasta ahora se ha custodiado".

Los Sínodos Provinciales proponen siempre "sin prejuzgar a la Iglesia Romana, a la que en todas las causas se debe guardar reverencia".

Su mano firme y el heroísmo del monje Telémaco que fue muerto tumultuariamente por oponerse a los combates de los gladiadores, contribuyeron a terminar con los espectáculos sangrientos.

viernes, 11 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 11/03/2022 Viernes de la primera semana de Cuaresma

¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?Primera Lectura. Ezequiel 18,21-28

Esto dice el Señor Dios: «Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos que ha cometido; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado - oráculo del Señor Dios-, y no que se convierta de su conducta y que viva? Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá. Insistís: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto? Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes temor.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Vete primero a reconciliarte con tu hermano
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la “gehena” del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra de Dios

San Eulogio de Córdoba

Nació en Córdoba a comienzos del siglo IX y en esta ciudad ejerció su ministerio sacerdotal. Es el principal escritor de la Iglesia mozárabe, y uno de sus santos más importantes. Dada la difícil situación de la comunidad cristiana española por la dominación árabe, san Eulogio fue siempre consuelo y aliento para todos los perseguidos por su fe.

Lo decapitaron, por vivir y confesar públicamente la fe cristiana, el 11 de marzo del año 859, cuando había sido preconizado arzobispo de Toledo; en España su fiesta se celebra el 9 de enero.

Oración: Señor y Dios nuestro: tú que, en la difícil situación de la Iglesia mozárabe, suscitaste en san Eulogio un espíritu heroico para la confesión intrépida de la fe, concédenos superar con gozo y energía, fortalecidos por ese mismo espíritu, todas nuestras situaciones adversas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Santos Vicente, abad, Ramiro, prior, y doce monjes más, martirizados en León por los suevos († s. VI)

Jesús había prevenido a sus discípulos que nunca faltaría en la Iglesia la persecución. “Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Si fuerais del mundo, el mundo no os odiaría. Pero, como no sois del mundo, el mundo os perseguirá”. Así se ha cumplido siempre. Después de las persecuciones romanas, los herejes persiguieron a los católicos.

En el siglo VI dominaban en Galicia los suevos, que se habían inficionado de la herejía arriana. San Vicente era abad del monasterio de San Clodio, en la ciudad de León, y acérrimo defensor de la divinidad de Jesucristo. Este era el punto cardinal de la reñida controversia entre católicos y arrianos.

Reunieron un conciliábulo los herejes en la ciudad y citaron a Vicente con el ánimo de obligarle a abrazar la herejía. El abad se presentó, pero después de proclamar su fe y atacar la herejía, afirmó que no creía en otra fe que en la definida en el concilio de Nicea, y por ella estaba dispuesto a derramar su sangre, si fuera necesario.

Irritados los arrianos que no esperaban tanta valentía, descargaron contra él todo su furor y violencia, lo azotaron horriblemente y lo encerraron en un hediondo calabozo. Vicente, como ya les sucedió a los apóstoles y a tantos mártires, se sentía dichoso de sufrir por Jesucristo.

San Eutimio abad

San Eutimio abad nació el año 377 en Melitina, capital de la Pequeña Armenia. A los tres años quedó huérfano de padre, y a los diecinueve fue ordenado sacerdote y al poco tiempo fue nombrado archimandrita de todos los monasterios de alrededor de la ciudad. Hacia el año 405 ingresó en un monasterio.

Desde su estado monástico fue haciendo estancias por diversos monasterios; en primer lugar por los de los Santos Lugares, y luego visitó las célebres lauras de Pharan, Douka y Souka fundadas por san Caritón, para ver de retirarse en la más discreta, pues era brillantísimo a la par que afable y de buen trato, y la gloria le perseguía por doquier. Se decidió por la de Pharan, más próxima a Jerusalén. Pero al cabo de 5 años se vio impelido a abandonar aquel lugar y retirarse a la gruta de Dabor con otro santo varón, Teoctisto. Pero también allí fueron descubiertos, y se les agregaron otros cristianos deseosos de imitar aquella vida. Allí tuvo lugar en 421 la curación de Terebón, hijo de Aspebet, musulmán, que acudió desde Caldea en busca de Eutimio con gran séquito, y que al recobrar su hijo la salud instantáneamente por obra del ermitaño, se convirtió al cristianismo con todo su séquito.

Volvió a cambiar de lugar para poder entregarse a la oración y a la contemplación. Llegó a Sabel, al sur de Palestina, cerca del mar Muerto, donde estuvo en contacto más directo con los árabes, a quienes trataba como si fuesen sus propios hermanos, por lo que se convirtieron en gran número. Consiguió asimismo unificar la iglesia oriental en torno al concilio de Calcedonia, cuarto ecuménico y convirtió a la emperatriz Eudoxia.

San Eutimio obispo de Sades de Lidia, sufrió el martirio el año 840 por orden del emperador Teófilo. En el conflicto ocasionado por los iconoclastas, Eutimio se distinguió por el fervor con que defendió las imágenes en el culto religioso. Pero habiendo tomado partido el emperador Nicéforo por los iconoclastas, condenó a Eutimio al destierro, con el que empezó su calvario.

Santos Trofimo y Talo, Mártires

Trofimo y Talo eran dos hermanos, naturales de Estratónica, detenidos por ser cristianos, durante la persecución de Diocleciano. Se intentó lapidarlos, pero las piedras no llegaron a tocarlos; parecían estar protegidos por un escudo invisible que le hubiera enviado Dios.

Sorprendido el prefecto por este prodigio, dejó libres a los mártires, pero poco después fueron denunciados como cristianos y como ellos hicieran pública profesión de su fe en Jesús, se les condenó a morir despedazados por los garfios.

Los santos fueron atados a sendos caballetes y los verdugos comenzaron a arrancar trozos de sus cuerpos. En medio de los tormentos, no hacían sino rezar y burlarse de los paganos de modo que el prefecto ordenó que los crucificaran. Cuando por fin expiraron, los fieles recogieron los cuerpos y les dieron piadosa sepultura.

miércoles, 9 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 09/03/2022 Miércoles de la primera semana de Cuaresma

Los ninivitas habían abandonado el mal camino
Primera Lectura. Jonás 3, 1 -1011

El Señor dirigió la palabra a Jonás: «Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Ninivé; la gran ciudad, allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré». Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad, inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando: «Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada» Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor. La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojo del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Ninivé este anuncio de parte del rey y de sus ministros: «Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá». Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó. 

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 50, 3-4. 12-13. 18-19

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.


A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás». 

Palabra de Dios

San Gregorio de Nisa

Es uno de los Padres más importantes de la Iglesia de Oriente. Hermano de san Basilio Magno, nació en Cesarea de Capadocia (hoy Turquía) hacia el año 335. De joven se dedicó al estudio de la filosofía y la retórica, y luego a su enseñanza.

Contrajo matrimonio, y más tarde abrazó la vida monástica junto a su hermano y a san Gregorio Nacianceno. Cuando Basilio fue elegido arzobispo de Cesarea, puso a su hermano Gregorio el año 371 como obispo de Nisa. La oposición y acusaciones de los arrianos lo tuvieron desterrado dos años.

Su elocuencia y sus conocimientos teológicos le permitieron trabajar en la erradicación de las herejías y en la pacificación y unidad de la Iglesia, campos en los que prestó una valiosa ayuda a las autoridades imperiales católicas. Participó de forma muy notable en el Concilio de Constantinopla de 381. Dejó escritas muchas e importantes obras de teología y espiritualidad.

Murió en Nisa el año 395.


Santo Domingo Savio (1842-1857)

Nació en Riva de Chieri,(Turín, Italia) el 2 de abril de 1842, en el seno de una familia humilde y muy devota, su padre era herrero y su madre costurera.

Desde su tierna infancia mostró un comportamiento muy santo. Casi desde que aprendió a hablar se fijó su propósito en la vida: ser un verdadero cristiano.

En 1849 hace su primera comunión. Fue un día trascendental en su vida, y ahí escribió cuatro sencillos propósitos que normaron su camino a la santidad; se propuso "antes morir que pecar"

En 1854, a los doce años, su padre lo presentó a Don Bosco, quien de inmediato percibe las virtudes cristianas del niño. Se convierte en un padre y amigo, y se lo lleva consigo a Turín, a vivir entre los niños pobres que Don Bosco recibía en su Oratorio.

Bajo la guía del Santo, alcanzó una madurez humana y cristiana precoz. Sus grandes devociones fueron Jesús Sacramentado, la Inmaculada Concepción de María, el Papa. Tenía una salud frágil y era de natural vivo y sensible, y tuvo que superarse y afrontar no pocas dificultades.

Domingo se muestra siempre atento a las necesidades del prójimo. Sereno y alegre, transmitía el catecismo a sus compañeros, ayudaba a los enfermos y detenía los pleitos que se suscitaban entre los muchachos. También fue víctima de acusaciones injustas, que sufrió con resignación, emulando a Jesús.

Delicado de salud, y tal vez por permanecer rezando en la capilla en invierno hasta altas horas de la noche, enferma gravemente. La enfermedad lo obligó a dejar el Oratorio de Turín y trasladarse a Mondonio. Al sentir la muerte, un mes antes de cumplir 15 años, Domingo se despide de sus compañeros con estas palabras: "¡Adiós, nos veremos en el Paraíso!".


Murió el 9 de marzo de 1857.

El papa Pío XII lo canonizó en 1954. Santo Domingo Savio es el santo patrono de los monaguillos, de los niños cantores y de las mujeres embarazadas.

Oración: Oh Dios, fuente de todo bien, que en santo Domingo Savio ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de caridad y de pureza: concédenos también a nosotros crecer como hijos en la alegría y en el amor hasta la plena estatura de Cristo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Francisca Romana religiosa 1384-1440

Nació en Roma el año 1384 de familia noble y rica. Pronto se sintió atraída por la vida religiosa, pero no pudo rehuir la boda que sus padres le prepararon. Se casó muy joven y tuvo tres hijos. Fue una esposa amante y abnegada, que se adaptó y cuidó a su buen marido, y guardó las formas que su estado le exigían, sin renunciar por ello a su vida de oración, austeridad y penitencia.

Encontró en su cuñada Vanozza una amiga y compañera ideal para la vida virtuosa. Fue siempre generosa con todos, especialmente con los indigentes. El año 1425 fundó la Congregación de Oblatas, bajo la Regla de San Benito, que no necesariamente vivían enclaustradas.

Muerto su esposo en 1435, repartió sus bienes entre los pobres, se dedicó al cuidado de los enfermos, a los que atendía en sus casas, en los hospitales de Roma, e incluso en su propio domicilio, y desempeñó una admirable actividad con los necesitados, destacando, sobre todo, por su humildad y paciencia. Murió el año 1440.

Oración: Oh Dios, que nos diste en santa Francisca Romana un modelo singular de vida matrimonial y monástica, concédenos vivir en tu servicio con tal perseverancia, que podamos descubrirte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Catalina de Bolonia

Nació en Bolonia en 1413, de familia noble. Recibió una esmerada educación humanística en la corte de Ferrara. Después de la experiencia en una asociación piadosa de mujeres y de largos años de tribulación espiritual, formó parte, en 1432, de la primera comunidad de clarisas de Ferrara.

La nombraron maestra de novicias, a las que dio una sólida formación con su ejemplo y sus consejos, fruto de sus experiencias. Allí escribió su obra principal, "Las siete armas", que tiene tanto de autobiografía como de tratado espiritual.

En 1436 se trasladó a Bolonia con otras monjas, para poner en marcha, como abadesa, el nuevo monasterio. Sobresalió en la pobreza y humildad. Vivió el seguimiento de Cristo crucificado, la contemplación del Niño de Belén y el amor a la Eucaristía con su temperamento vivaz y artístico, propenso al canto y a la danza.

Murió en Bolonia el 9 de marzo de 1463.

Oración: Señor, Dios nuestro, que has colmado de gracias extraordinarias a tu virgen santa Catalina de Bolonia, concédenos imitar sus virtudes para merecer con ella el gozo de tu reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

martes, 8 de marzo de 2022

Lecturas y Santoral 08/03/2022. Martes de la primera semana de Cuaresma

Mi palabra cumplirá mi deseo
Primera Lectura. Isaías 55, 10-11

Esto dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mi vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 33, 4-5. 6-7. 16-17. 18-19

Dios libra a los justos de sus angustias.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.

Dios libra a los justos de sus angustias.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.

Dios libra a los justos de sus angustias.

Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.

Dios libra a los justos de sus angustias.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Vosotros orad así
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 6, 7-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal". Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra de Dios

San Juan de Dios, religioso (1495-1550)

La presencia de los Hermanos de San Juan de Dios en tantos hospitales o centros psiquiátricos ha difundido por el mundo entero el nombre de aquel que les confirió el impulso de su caridad, sin haber imaginado nunca él mismo que fundaba una Orden religiosa.

«Si se perdiese la misericordia, se hallaría en vos», le dijo alguien cierta vez, y el comentario le define, pero antes de descubrirse a sí mismo Juan Ciudad, porque éste era su nombre, iba a vivir en el aturdimiento de quien busca lo que no sabe que anda buscando.

Nacido de padres menestrales en la población portuguesa de Montemayor el Nuevo, en la diócesis de Évora, a los ocho años dejó a los suyos para ver mundo, es pastor en Oropesa, provincia de Toledo, quieren casarle con la hija del amo, y él vuelve a echarse a los caminos prefiriendo la aventura de la guerra. Aunque triunfa su Tercio, él se ve a punto de ser ahorcado por no haber sabido guardar un depósito militar. Y vuelve a Oropesa. Cuatro años después se alista en otro Tercio que acude a rechazar de Austria y Hungría al gran turco Solimán II.

Regresa por mar a la Coruña y peregrina a Santiago de Compostela. Llega a Montemor, pero sus padres han muerto. En Ayamonte, atiende a los enfermos del Santo Hospital. Trabaja una temporada en un cortijo de Sevilla y después en la fortificación de Ceuta como peón albañil para ayudar a una familia necesitada.

Finalmente se hace vendedor de libros piadosos y estampas desde Gibraltar y Algeciras a Granada. ¿Será el fin de tanto ir y venir? Sus padres han muerto, y ese hombre inquieto y sin arraigo continúa sus vagabundeos cada vez más movido por la piedad y la caridad.

A los 42 años llega a Granada. Allí se realizó su conversión. “Granada será tu cruz”, le dice el Señor. Desde ahora se llamará Juan de Dios. Predicaba en Granada San Juan de Ávila, y con tales colores y tonos predicó sobre la belleza de la virtud y sobre la fealdad del pecado, con tantos ardores habló sobre el amor de Dios, que Juan se sintió como herido por un rayo. Se tiraba por el suelo, mientras repetía: “Misericordia, Señor, misericordia”. Quemó los libros que vendía de caballería, repartió los piadosos, lo dio todo, y corrió por las calles de la ciudad descalzo y gritando sus pecados y su arrepentimiento como uno que ha perdido el juicio.

Los niños le seguían burlándose: ¡Al loco, al loco! Nadie entendía aquella divina locura y llegan a internarle en un manicomio. Sólo Juan de Ávila que le animó a encauzar aquellos arrebatos en alguna obra permanente de caridad. Y Juan concentró ahora todo su entusiasmo en una nueva Orden: La Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.

Sus primeros compañeros los reclutó el fundador entre la gente más desarrapada: un alcahuete, un asesino, un espía y un usurero. Esa es la fuerza del amor. Un converso que saca del fango a cuatro truhanes y los hace héroes cristianos. Sobre estas cuatro columnas apoyará su obra.

Peregrina a Guadalupe. Vuelve a Granada y con la ayuda del arzobispo de Granada recoge en un asilo a los desesperados de todas clases: enfermos, viudas, huérfanos, ancianos, inválidos, locos, hambrientos, vagabundos, prostitutas, y va a pedir limosna por las calles con una espuerta y dos marmitas colgadas al cuello, andrajoso y gritando: «Hermanos, haced bien para vosotros mismos», recoge los primeros enfermos. Es el precursor de la beneficencia moderna. Acoge a los enfermos, los cura, los limpia, los consuela, les da de comer. Todo es limpieza, orden y paz en la casa. Por la noche mendiga por la ciudad para los enfermos.

Todos se le abren. Todos le ayudan. Es muy expresivo el cuadro de Murillo: va el Santo con el cesto lleno por la ciudad, carga con un enfermo ulceroso que representa a Jesucristo y un ángel le sostiene y le guía.

Un día se declaró un incendio en el Hospital. Había peligro de que todos los enfermos quedaran abrasados. Juan de Dios, desoyendo a los prudentes, se metió en el fuego, dispuesto a dar la vida, cogió uno a uno sobre sus espaldas y los salvó a todos. A él únicamente se le chamuscaron los vestidos. Las llamas de su amor fueron más fuertes que el fuego.

Los enfermos crecían. Salió Juan a colectar por Andalucía, y por Toledo hasta Valladolid. Felipe II le favoreció regiamente. Al volver enfermó. Se enteró que el Genil arrastraba mucha madera. Bien le vendría para sus enfermos. Se levanto y se lanzó al río. Vio además que un joven se ahogaba. El esfuerzo supremo que hizo por salvarle acabó de agotar sus fuerzas.

Su lecho fue un desfile continuo de gentes que querían ver a su padre y bienhechor, hasta los gitanos del Sacromonte y del Albaicín. Esperó la muerte de rodillas, y mirando al crucifijo dejó de latir su ardiente corazón.