No como quien sirve a los hombres, sino como esclavos de Cristo
Primera Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 6, 1-9
"Honra a tu padre y a tu madre" es el primer mandamiento al que se añade una promesa: "Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra".
Padres, no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos según el Señor.
Esclavos, obedeced a vuestros amos de la tierra con respeto y temor y temblor, con la sencillez de vuestro corazón, como a Cristo. No por las apariencias, para quedar bien ante los hombres, sino como esclavos de Cristo que hacen, de corazón, lo que Dios quiere, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres. Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre se lo pagará el Señor.
Amos, comportaos también vosotros del mismo modo, dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ese no es parcial con nadie.
Palabra de Dios
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.
El Señor es fiel a sus palabras.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
El Señor es fiel a sus palabras.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
El Señor es fiel a sus palabras.
Uno le preguntó:
-"Señor, ¿son pocos los que se salven?".
Él les dijo:
"Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
"Señor, ábrenos"; pero él os dirá:
"No sé quiénes sois".
Entonces comenzaréis a decir:
"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas".
Pero él os dirá:
"No sé de donde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad"
Así será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos".
Palabra de Dios
Se desconoce su fecha de nacimiento; murió alrededor del 107. En el Catálogo Liberiano su nombre aparece como Aristo. En los catálogos papales del siglo II usados por San Ireneo y San Hipólito, él aparece como el cuarto sucesor de San Pedro, inmediatamente después del Papa San Clemente. La misma lista le concede ocho años de pontificado, que cubren desde fines del siglo I hasta comienzos del siglo II (desde alrededor de 98 ó 99 hasta cerca de 106 ó 107).
Las fuentes históricas más antiguas no ofrecen información auténtica sobre él. En su "Historia Eclesiástica" Eusebio de Cesárea dice meramente que él sucedió a Clemente en el episcopado de la Iglesia Romana, dato que era ya conocido de San Ireneo. Este orden de sucesión es indudablemente correcto.
El "Liber Pontificalis" dice que Evaristo provenía de una familia helénica, y que era hijo de un judío de Belén. También le atribuye el reparto de iglesias definidas como tituli a los presbíteros romanos, y la división de la ciudad en siete diaconías o diaconatos; en esta declaración, sin embargo, el "Liber Pontificalis" atribuye arbitrariamente al tiempo de Evaristo una institución más tardía de la Iglesia Romana. Más confiable es la afirmación del "Liber Pontificalis" de que fue enterrado en el Vaticano cerca de la tumba de San Pedro.
El martirio de Evaristo (siendo Trajano emperador, hacia el 117), aunque tradicional, no está probado históricamente.
A lo largo de los nueve años y tres meses que duró su pontificado, fue muy importante su actividad pastoral y organizativa, sobre todo si tenemos en cuenta que le tocó dirigir la Iglesia (y precisamente en Roma, en el corazón y el alma del imperio) cuando más arreció la persecución de Trajano. Ordenó diecisiete presbíteros, dos diáconos y quince obispos, prefiriendo para estas celebraciones el mes de diciembre.
Nació en Potenza, región de Basilicata en Italia, el año 1651. Vistió el hábito de los franciscanos conventuales a los 15 años de edad. Recibida la ordenación sacerdotal, se consagró al apostolado de la predicación y del confesionario, con gran provecho de los fieles.
No era una persona docta, pero impresionaba por la sabiduría y profundidad teológica de sus sermones. Los superiores le confiaron la formación de sus religiosos jóvenes y la dirección espiritual de dos monasterios de clarisas.
Fue un religioso austero, obediente y carismático, del que Dios se valió para obrar cosas extraordinarias y milagros. Profesaba una especial devoción a la Pasión de Cristo y a la Virgen Inmaculada.
Tenía un carácter fuerte, pero supo dominarlo. Murió en Ravello (Nápoles) el 26 de octubre de 1711.