martes, 21 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 21/03/2023 - Martes de la 4ª semana de Cuaresma

Vi agua que manaba del templo, y habrá vida allí donde llegue el torrente
Primera Lectura. Ezequiel 47, 1-9. 12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor.
De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este - el templo miraba a este -. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por fuera hasta el pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho.
El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no se podía vadear, sino cruzar a nado.
Entonces me dijo:
"¿Has visto, hijo de hombre?".
Después me condujo por la ribera del torrente.
Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda.
Me dijo:
"Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacia la estepa y desembocan en el mar de la Sal. Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán saneadas. Todo ser viviente que se agita, allí donde desemboque la corriente, tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan llegado hasta allí, habrán saneado el mar y habrá vida allí donde llegue el torrente.
En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se marchitarán sus hojas ni se acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes, porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 45, 2-3. 5-6. 8-9

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Al momento aquel hombre quedó sano
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 5, 1-3. 5-16

En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
"¿Quieres quedar sano?".
El enfermo le contestó:
"Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado".
Jesús le dice:
"Levántate, toma tu camilla y echa a andar".
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
"Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla".
Él les contestó:
"El que me ha curado es quien me ha dicho: 'Toma tu camilla y echa a andar'".
Ellos le preguntaron:
"¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?".
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa de ese gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
"Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor".
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Palabra de Dios


San Nicolás de Flue

Nació en Sachseln (Suiza) el año 1417. Contrajo matrimonio y tuvo diez hijos. Gobernó su ciudad, ejerció cargos civiles cantonales y militares. Llevaba vida de piedad y penitencia y cumplía sus deberes con espíritu cristiano.

En 1467, a los 50 años y con permiso de su esposa, buscando la soledad y la mayor unión posible con Dios, se retiró a llevar vida eremítica en el desfiladero de Ranft, cercano a su pueblo. Le construyeron una ermita y, junto a ella, una celdita. A partir de entonces se le llamó "Hermano Klaus".

Allí pasó el resto de sus años, entregado a la vida contemplativa, experimentando dones místicos extraordinarios, sujeto a rigurosa penitencia, sufriendo y venciendo tentaciones, dando consuelo y sabios consejos a los muchos que le visitaban. Sólo en una ocasión salió de su retiro, ante el peligro de una guerra civil y para reconciliar a los Representados de los Cantones enfrentados.

Murió el 21 de marzo de 1487. Pío XII lo proclamó patrono de Suiza y decía de él: "Encarna, con una plenitud admirable, la unión de la libertad terrestre y la libertad celeste".

lunes, 20 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 20/03/2023 - Lunes de la 4ª semana de Cuaresma. Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María

El Señor Dios le dará el trono de David, su padre
Primera Lectura. Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16

En aquellos días, vino esta palabra del Señor a Natán:
"Ve y habla a mi siervo David:
'Así dice el Señor: Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino.
Será él quien construya una casa a mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre.
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí; tu trono durará para siempre'".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 88, 2-3. 4-5. 27 y 29
Su linaje será perpetuo.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad."

Su linaje será perpetuo.
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades".

Su linaje será perpetuo.
Él me invocará: 'Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora'.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable.

Su linaje será perpetuo.
Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 13. 16-18. 22
Hermanos:
No por la ley sino por la justicia de la fe recibieron Abrahán y su descendencia la promesa de que iba a ser heredero del mundo.
Por eso depende de la fe, para que sea según gracia; de este modo, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la que procede de la ley, sino también para la que procede de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros.
Según está escrito: "Te he constituido padre de muchos pueblos"; la promesa está asegurada ante aquel en quien creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe.
Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho:
"Así será tu descendencia".
Por lo cual le fue contado como justicia.

Palabra de Dios


José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
"José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados".
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Palabra de Dios



San José, esposo de la Virgen María

José significa "Dios me ayuda". De San José únicamente sabemos los datos históricos que San Mateo y San Lucas nos narran en el evangelio. Su más grande honor es que Dios le confió sus dos más preciosos tesoros: Jesús y María. San Mateo nos dice que era descendiente de la familia de David. San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.

Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación. Nuestro Señor Jesús fue llamado "Hijo de José", "el carpintero" (Jn 1,45; 6,42; Lc 4,22).

La fiesta del Padre nutricio de Jesús se extendió en la Iglesia a partir del siglo XV, cuando fue propagada por san Bernardino de Siena y Juan Gerson. Los evangelios nos lo inscriben enmarcado en la historia de la salvación.

Los santos que más han propagado la devoción a San José han sido: San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al santo Patriarca. Pero sobre todo, la que más propagó su devoción fue Santa Teresa, que fue curada por él de una terrible enfermedad que la tenía casi paralizada, enfermedad que ya era considerada incurable. Le rezó con fe a San José y obtuvo de manera maravillosa su curación. En adelante esta santa ya no dejó nunca de recomendar a las gentes que se encomendaran a él. Y repetía: "Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas. Pero a San José le ha concedido Dios un gran poder para ayudar en todo". Hacia el final de su vida, la mística fundadora decía: "Durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Yo les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir". Y es de notar que a todos los conventos que fundó Santa Teresa les puso por patrono a San José. Santa Teresa repetía: "Parece que Jesucristo quiere demostrar que así como San José lo trató tan sumamente bien a El en esta tierra, El le concede ahora en el cielo todo lo que le pida para nosotros. Pido a todos que hagan la prueba y se darán cuenta de cuán ventajoso es ser devotos de este santo Patriarca". "Yo no conozco persona que le haya rezado con fe y perseverancia a San José, y que no se haya vuelto más virtuosa y más progresista en santidad".

José, de oficio carpintero en el pueblecito de Nazaret, se sintió turbado cuando comprobó que María, su esposa, con la que no había cohabitado, estaba encinta. Pero el Señor le hizo comprender que el estado de su mujer era obra del Espíritu, y él la acogió, secundando los planes de Dios. Con María marchó a Belén, donde nació Jesús, y en todo momento José se cuidó del sustento y protección de la Madre y del Hijo. Con ellos estuvo en la adoración de los pastores y de los reyes, en la circuncisión del Niño y en su presentación en el Templo, en la huida a Egipto, estancia allí y regreso a Nazaret, donde Jesús fue creciendo al amparo de sus padres. Por último vivió con María el dolor y el gozo de hallar a Jesús cuando creían haberlo perdido en Jerusalén.

Dios confió a José la custodia discreta pero eficaz de María y de Jesús, y, con razón, Pío IX lo declaró en 1870 Patrono de la Iglesia universal.

Oración: Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de san José, haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. "San José, Patrono de la Vida interior, enséñanos a orar, a sufrir y a callar".

San Daniel, profeta del antiguo testamento

Los datos de este santo los sabemos por el libro de Daniel, en la Santa Biblia. Pertenecía a una familia importante de Jerusalem. Era muy inteligente y estudioso y de agradable presencia.

Cuando el rey Nabucodonosor invadió Jerusalem se lo llevó prisionero a Babilonia junto con otros jóvenes. Al darse cuenta de las cualidades de este adolescente, Nabucodonosor lo hace instruir en todas las ciencias políticas y sociales de su país.

Siendo este profeta todavía muy joven, unos jueces quisieron hacer pecar a una mujer casada y como ella no aceptó las infames pretensiones de ellos, la calumniaron inventando que la habían visto pecar con un joven. La gente creyó la calumnia y la llevaban para matarla a pedradas, cuando apareció Daniel. Llamó a los dos jueces y los interrogó uno por uno, por separado, y les preguntó: "¿Dónde estaba Susana cuando ella cometió la falta?" Uno respondió: "Debajo de una acacia". Y el otro dijo: "Debajo de una encina." Entonces Daniel les dijo: "Ustedes estaban acostumbrados a hacer pecar a mujeres sin fe y sin valor, pero ahora se encontraron a una mujer que cree y es valiente. Su hermosura los sedujo y creyeron poder hacer que ella ofendiera a Dios, pero no lo lograron. Ahora tendrán el pago de su delito". Y el pueblo condenó a muerte a estos dos impuros calumniadores y alabó a Dios por la sabiduría que le había concedido a Daniel.

Los enemigos de la religión acusaron a Daniel porque tres veces cada día se arrodillaba en la azotea de su casa a adorar y rezar a Dios. En castigo fue echado al foso donde había leones sin comer. Pero Dios hizo el milagro de que los leones no lo atacaran, y esto hizo que el rey creyera en el verdadero Dios. El joven se abstenía de tomar bebidas alcohólicas y de consumir alimentos prohibidos por la Ley de Moisés, y Dios en cambio le concedió una inmensa sabiduría, con la cual logró escalar los más altos puestos de gobierno hasta llegar a ser primer ministro bajo los gobiernos de Nabucodonosor, Baltasar, Darío y Ciro.

A su gran sabiduría, a su habilidad para gobernar y a su santidad debe él que a pesar de los cambios de gobierno lograra conservar su cargo durante el reinado de cuatro reyes. Daniel recibió de Dios la gracia de revelar sueños y visiones.

Daniel fue un profeta tan estimado que pudo corregir a los mismos jefes de gobierno de su tiempo y sus correcciones fueron recibidas con buena voluntad. Ante el pueblo apareció siempre como un hombre iluminado por Dios y de una conducta ejemplar y como un creyente de una profunda piedad y devoción.

Santa María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra

Nació en Vitoria (España) en 1842. En 1860 estuvo a punto de entrar en las Concepcionistas de Aranjuez; una enfermedad se lo impidió. A los 22 años ingresó en las Siervas de María, donde fue recibida por santa Soledad Torres. El Señor quiso llevarla por otros caminos, y, tras consultar a santa Soledad y a san Antonio María Claret, dejó su congregación para fundar otra, parecida pero distinta, la de las Siervas de Jesús, dedicada a atender a los enfermos y a los pobres en sus domicilios.

Murió en Bilbao el 20 de marzo de 1912. De ella dijo Juan Pablo II cuando la canonizó (1-X-2000): "Su estilo asistencial buscaba conjugar la atención material con la espiritual, procurando por todos los medios la salvación de las almas… Se entregó sin límites al servicio caritativo del enfermo en un clima de espíritu contemplativo, recordando que la asistencia no consiste sólo en dar medicinas y alimentos al enfermo; hay otra clase de asistencia y es la del corazón, procurando acomodarse a la persona que sufre".

San José Bilczewski
Nació en Wilamowice (Polonia) el año 1860 en el seno de una familia campesina. En 1880 ingresó en el seminario de Cracovia y, ordenado de sacerdote, perfeccionó sus estudios en Viena, Roma y París. Ya en su diócesis, se dedicó a la pastoral y a la docencia universitaria.

En 1900 fue nombrado arzobispo de Lvov de los latinos. Con gran fervor se entregó a la cristianización de las costumbres y a la formación doctrinal del clero y del pueblo de rito latino. La compleja situación social, económica, étnica y religiosa hizo difícil el gobierno pastoral de la archidiócesis, y los conflictos bélicos multiplicaron los problemas.

Fue pastor celoso y padre de los pobres. Se distinguió por su bondad, comprensión, humildad, piedad. Murió en Lvov (Ucrania) el 20 de marzo de 1923. Lo canonizó Benedicto XVI en el 2005.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 19 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 19/03/2023 - Domingo de la 4ª semana de Cuaresma

David es ungido rey de Israel
Primera Lectura. Primer libro de Samuel 16, lb. 6-7. 10-13a

En aquellos días, el Señor dijo a Samuel:
"Llena tu cuerno de aceite y ponte en camino. Te envío a casa de Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos un rey para mi".
Cuando llegó, vio a Eliab y se dijo:
"Seguro que está su ungido ante el Señor".
Pero el Señor dijo a Samuel:
"No te fijes en su apariencia ni en lo elevado de su estatura, porque lo he descartado. No se trata de lo que vea el hombre. Pues el hombre mira a los ojos, mas el Señor mira el corazón".
Jesé presentó a sus siete hijos ante Samuel. Pero Samuel dijo a Jesé:
"El Señor no ha elegido a estos".
Entonces Samuel preguntó a Jesé:
-"¿No hay más muchachos?".
Jesé respondió:
-"Todavía queda el menor, que está pastoreando el rebaño".
Samuel dijo:
"Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa mientras no venga".
Jesé mandó a por él y lo hizo venir. Era rubio, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel:
"Levántate y úngelo de parte del Señor, porque es éste".
Samuel cogió el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu del Señor vino sobre David desde aquel día en adelante.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará
Segunda Lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5, 8-14
Hermanos:
Antes erais tinieblas, pero ahora, sois luz por el Señor.
Vivid como hijos de la luz, pues toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz. Buscad lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien denunciándolas.
Pues da vergüenza decir las cosas que ellos hacen a ocultas.
Pero, al denunciarlas, la luz las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz.
Por eso dice:
"Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará".

Palabra de Dios


Fue, se lavó, y volvió con vista
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
En aquel tiempo, al pasar, vio Jesús a un hombre ciego de nacimiento.
Entonces escupió en la tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
"Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado)".
Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban:
"¿No es ese el que se sentaba a pedir?".
Unos decían: "El mismo".
Otros decían: "No es él, pero se le parece".
El respondía: "Soy yo".
Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista.
Él les contestó: "Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo".
Algunos de los fariseos comentaban: "Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado".
Otros replicaban: "¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?".
Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego:
"Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?".
Él contestó: "Que es un profeta".
Le replicaron: "Has nacido completamente empecatado ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?".
Y lo expulsaron.
Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo:
"¿Crees tú en el Hijo del hombre?".
Él contestó: "¿Y quién es, Señor, para que crea en él?"
Jesús le dijo: "Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es".
Él dijo: "Creo, Señor".
Y se postró ante él.

Palabra de Dios

San José, esposo de la Virgen María

José significa "Dios me ayuda". De San José únicamente sabemos los datos históricos que San Mateo y San Lucas nos narran en el evangelio. Su más grande honor es que Dios le confió sus dos más preciosos tesoros: Jesús y María. San Mateo nos dice que era descendiente de la familia de David. San Mateo (1,16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3,23), su padre era Helí. Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.

Según San Mateo 13,55 y Marcos 6,3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero o albañil. San Justino lo confirma, y la tradición ha aceptado esta interpretación. Nuestro Señor Jesús fue llamado "Hijo de José", "el carpintero" (Jn 1,45; 6,42; Lc 4,22).

La fiesta del Padre nutricio de Jesús se extendió en la Iglesia a partir del siglo XV, cuando fue propagada por san Bernardino de Siena y Juan Gerson. Los evangelios nos lo inscriben enmarcado en la historia de la salvación.

Los santos que más han propagado la devoción a San José han sido: San Vicente Ferrer, Santa Brígida, San Bernardino de Siena (que escribió en su honor muy hermosos sermones) y San Francisco de Sales, que predicó muchas veces recomendando la devoción al santo Patriarca.

Pero sobre todo, la que más propagó su devoción fue Santa Teresa, que fue curada por él de una terrible enfermedad que la tenía casi paralizada, enfermedad que ya era considerada incurable. Le rezó con fe a San José y obtuvo de manera maravillosa su curación. En adelante esta santa ya no dejó nunca de recomendar a las gentes que se encomendaran a él. Y repetía: "Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas. Pero a San José le ha concedido Dios un gran poder para ayudar en todo". Hacia el final de su vida, la mística fundadora decía: "Durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Yo les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir". Y es de notar que a todos los conventos que fundó Santa Teresa les puso por patrono a San José. Santa Teresa repetía: "Parece que Jesucristo quiere demostrar que así como San José lo trató tan sumamente bien a El en esta tierra, El le concede ahora en el cielo todo lo que le pida para nosotros. Pido a todos que hagan la prueba y se darán cuenta de cuán ventajoso es ser devotos de este santo Patriarca""Yo no conozco persona que le haya rezado con fe y perseverancia a San José, y que no se haya vuelto más virtuosa y más progresista en santidad".

José, de oficio carpintero en el pueblecito de Nazaret, se sintió turbado cuando comprobó que María, su esposa, con la que no había cohabitado, estaba encinta. Pero el Señor le hizo comprender que el estado de su mujer era obra del Espíritu, y él la acogió, secundando los planes de Dios. Con María marchó a Belén, donde nació Jesús, y en todo momento José se cuidó del sustento y protección de la Madre y del Hijo. Con ellos estuvo en la adoración de los pastores y de los reyes, en la circuncisión del Niño y en su presentación en el Templo, en la huida a Egipto, estancia allí y regreso a Nazaret, donde Jesús fue creciendo al amparo de sus padres. Por último vivió con María el dolor y el gozo de hallar a Jesús cuando creían haberlo perdido en Jerusalén.

Dios confió a José la custodia discreta pero eficaz de María y de Jesús, y, con razón, Pío IX lo declaró en 1870 Patrono de la Iglesia universal.

Oración: Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de san José, haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. "San José, Patrono de la Vida interior, enséñanos a orar, a sufrir y a callar".

Beato Juan de Parma

Nació el año 1208 en Parma (Italia), de la noble familia de los Buralli. Cursó estudios superiores y se dedicó a la enseñanza. Ingresó en la Orden franciscana en 1233; los superiores lo enviaron a París a completar estudios y allí recibió la ordenación sacerdotal.

Se dio primero a la predicación con gran éxito y luego a la docencia en Bolonia, Nápoles y París. El Capítulo de 1247 lo eligió Ministro general de su Orden. Afrontó con moderación, humildad y prudencia las fuertes tensiones entre espirituales y conventuales en torno a la pobreza, y trató de evitar la división de la Orden, para lo que visitó muchas Provincias.

Inocencio IV lo envió a Constantinopla para gestionar la unidad de las Iglesias. En 1257 presentó la renuncia a su oficio, en el que le sustituyó san Buenaventura, y se retiró al eremitorio de Greccio, donde vivió entregado a la penitencia y la oración.

Murió el 19 de marzo de 1289 en Camerino (Marcas), cuando se dirigía a Grecia en misión conciliadora.

viernes, 17 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 17/03/2023 - Viernes de la 3ª semana de Cuaresma

No llamaremos ya 'nuestro Dios' a la obra de nuestras manos
Primera Lectura. Oseas 14,2-10

Esto dice el Señor:
"Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tropezaste por tu falta.
Tomada vuestras promesas con vosotros y volved al Señor.
Decidle: 'Tú quitas toda falta, acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará, no volveremos a montar a caballo, y no llamaremos ya 'nuestro Dios' a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión"
'Curaré su deslealtad, los amaré generosamente, porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como rocío, florecerá como lirio, echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños y será su esplendor como el olivo y su perfume como el Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra, revivirán como el trigo, florecerán como la viña, será su renombre como la del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le respondo y lo vigila. Yo soy como un abeto siempre verde, de mí procede tu fruto.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas, inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos: los justos los transitan, pero lo traidores tropiezan en ellos".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 80, 6c-8a. 8bc-9. 10-11ab. 14 y 17
Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oigo un lenguaje desconocido:
"Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré.

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel!

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto.

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre".

Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y lo amarás
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
"¿Qué mandamiento es el primero de todos?".
Respondió Jesús:
"El primero es: 'Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.' El segundo es este: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo.' No hay mandamiento mayor que éstos".
El escriba replicó:
"Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios".
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
"No estás lejos del reino de Dios".
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra de Dios


San Patricio Arzobispo de Armagh (c. 385-461) patrono de Irlanda

San Patricio es el apóstol de Irlanda. En cualquier punto del universo en que se instalen comunidades irlandesas – desde los Estados Unidos de América a Australia – llevan consigo el culto de San Patricio.

No era irlandés de origen y debió de nacer de padres cristianos en la costa noroeste de la Inglaterra romanizada hacia el 385, pero hacia los dieciséis años cayó en manos de unos piratas y vivió como esclavo en Irlanda, posiblemente haciendo de pastor hasta que una noche huye y se embarca hacia Francia.

Se hace religioso y se forma junto a los obispos San Amador y San Germán de Auxerre. Convive la soledad de los monjes, en la isla de Lerins; y el apostolado de la lglesia, junto a San Juan de Letrán. en Roma.

Es ordenado sacerdote, y el papa Celestino I, después de ser consagrado obispo, le encarga la evangelización de Irlanda. Llega a Inglaterra con San Gregorio y parte para Irlanda. En sus sueños, creía ver a los hijos de los paganos irlandeses extendiendo a él sus brazos y diciendo con voz angustiosa: "Ven a nosotros, discípulo de Cristo, a traernos la salvación".

De regreso a Irlanda como obispo misionero decidido a consagrar su vida a la evangelización de la isla, toda vez que la fe cristiana aún no había penetrado en las distintas tribus del país. Se empleó con ardor en dar a conocer a Cristo, adaptándose a las condiciones sociales y políticas de los celtas. Puso en ello, sobre todo la fe de un hombre cuya oración constante y cuyas austeridades llamaron la atención del pueblo.

Por eso es el apóstol nacional, Hibernorum Apostolus, el santo que triunfa sobre las artes mágicas de los druidas, expulsa de Irlanda las serpientes venenosas, símbolo del paganismo, y establece su sede episcopal en Armagh.

Desde entonces su nombre será sinónimo de irlandés y se le dedicará no sólo la catedral (hoy protestante) de Dublín, sino también – por la gran afluencia de emigrantes de la isla – la catedral católica de Nueva York.

En Irlanda se considera a san Patricio un misionero que tiene poder en el ultramundo, y se supone que volverá el día del Juicio Final para juzgar al lado de Jesucristo a los irlandeses. Se le invoca también para abreviar las penas del Purgatorio, y leyendas posteriores explotaron literariamente ese aspecto misterioso y poético tan del gusto de la tradición celta.

Enseña la oración a través de fórmulas prácticas, como la que se llamará "coraza de San Patricio". Cristo escúdame este día: Cristo esté conmigo, Cristo ante mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo bajo mí, la oración dice luego: Cristo en la calma y en el peligro, Cristo en los corazones de todos los que me aman, Cristo en la boca de amigo y extraño.

Su fiesta, que anuncia la inminente llegada de la primavera, es el día del trébol, emblema de la verde Erín, que el santo utilizaba para explicar el misterio de la Santísima Trinidad. Patricio, tan irlandés y tan romano por su nombre, es como la iglesia de Irlanda, inconfundible, peculiarísima y siempre fiel a Roma.

Su popularidad taumatúrgica es inmensa. Su oración y penitencia ejemplares. Pasados 9 años, visita al Papa San León Magno, que bendice su obra y le agrega misioneros. Y regresa de nuevo hasta su muerte a aquella su misión que será por siglos la isla de San Patricio.

A su muerte (hacia el año 461), acaecida en Down (Ulster), la Iglesia estaba ya sólidamente implantada en Irlanda, brillaba ya en ella una llama apostólica y la verde Eire se aprestaba a convertirse en la Isla de los santos.

Oración: Oh Dios, que elegiste a tu obispo san Patricio para que anunciara tu gloria a los pueblos de Irlanda, concede, por su intercesión y sus méritos, a cuantos se glorían de llamarse cristianos, la gracia de proclamar siempre tus maravillas delante de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San José de Arimatea

Los cuatro evangelistas le mencionan, aunque muy brevemente, y todos coinciden en señalar su intervención en el mismo episodio, el único por el cual este notable de Jerusalén, miembro del Sanedrín, "hombre rico" según Mateo, "ilustre" según Marcos, aparece de un modo fugaz en la historia de Cristo.

José pide permiso a Pilatos para sepultar a Jesús, y una vez concedido, con la ayuda de Nicodemo desclava el cuerpo de la cruz y lo lleva a un nuevo sepulcro excavado en la roca (por eso la tradición cristiana le hace patrón de embalsamadores y sepultureros). Es cuanto se nos dice de él.

¿Quién fue este piadoso personaje? "Persona buena y honrada", le describe san Lucas, "que aguardaba el reino de Dios", o sea "que era también discípulo de Jesús" (Mateo), "pero clandestino, por miedo a las autoridades judías" (Juan). Un discípulo vergonzante que ahora, "armándose de valor", precisa Marcos, reclama el cuerpo del Maestro.

Jesús acababa de morir ignominiosamente, Pedro ha renegado de Él por tres veces en público, los apóstoles, acobardados y vencidos por el desaliento, se esconden o se dispersan, y en la prueba el único que da la cara, el único que se arma de valor, es un discípulo secreto que hasta ahora no se atrevía a declarar su condición.

José de Arimatea inspira un gran respeto, y la leyenda (que le hace recoger en el Gólgota, con el santo Grial, la sangre de Cristo) subraya esa dignidad del que sale de la sombra en el peor momento con una valentía que no tuvieron los más fieles. Él, quizá mal visto por los apóstoles, que podían reprocharle que no se comprometiera, tiene el incontenible arrojo de los tímidos, la impensada serenidad de los nerviosos, la brusca decisión de los titubeantes, y por eso se le venera, por haber hecho valientemente misericordia con el Señor.

jueves, 16 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 16/03/2023 - Jueves de la 3ª semana de Cuaresma

Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios
Primera Lectura. Jeremías 7, 23-28

Esto dice el Señor:
"Esta fue la orden que di a vuestros padres:
'Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo irá bien.'
Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón.
Me dieron la espalda y no la cara.
Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres.
Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás:
'Está es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca'".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 94, 1-2. 6-7. 8-9
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".
Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras".

Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".
El que no está conmigo está contra mí
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 14-23

En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
"Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios".
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
"Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama".

Palabra de Dios


Santos Hilario y Taciano, Mártires

Hilario de Aquilea fue educado desde su infancia en el cristianismo. Renunció al comercio con el mundo para dedicarse al estudio de las Sagradas Escrituras. Fue ordenado diácono y más tarde a instancias de sus compatriotas cristianos fue consagrado obispo, gobernando con sabiduría y prudencia a su rebaño. El fue quien ordenó diácono a un discípulo suyo, por nombre Taciano para que le ayudara en su ministerio.

El césar Numerino promulgó un edicto que obligaba a los cristianos a adorar a los ídolos. A instigación de un sacerdote de los ídolos, Hilario y Taciano fueron los primeros que comparecieron ante el prefecto Beronio. En vano trató el prefecto de dominar al obispo con amenazas, pues el obispo se mantuvo firme en su fe. Entonces Beronio lo hizo despojar de sus ropas y azotar con varas. Después mandó que lo extendieran en el caballete y que destrozaran sus costados con garfios hasta que aparecieran las entrañas. Luego lo encerró en una prisión para aplicarle más tormentos.

Al día siguiente, denunciaron ante el prefecto a Taciano, pero todas las tentativas para hacerle sacrificar a los dioses fueron igualmente infructuosas, aplicándole los mismos tormentos que a Hilario. Una terrible tormenta se desencadenó en la ciudad e infundió espanto a los paganos de Aquilea; Beronio entonces ordenó que los decapitaran a petición de los sacerdotes de los ídolos. Con ellos fueron inmolados otros cristianos, que también habían sido detenidos por el nombre de Cristo.

San Abrahám, solitario y eremita (+ 367)

Debió de nacer en Edesa, en la Mesopotamia del norte, y el primer episodio que conocemos de su vida es extraño y escandaloso: en su noche de bodas abandonó a la novia y huyó muy lejos, hasta la región del Helesponto, lo que hoy llamamos estrecho de los Dardanelos, para convertirse en penitente ermitaño.

Allí, en una gruta vivió diez años en la más completa soledad, sin más que un manto y un cilicio para vestirse, una estera para dormir, un vaso para beber un poco de agua y hierbas crudas del campo por todo alimento.

El obispo de Lampsaco (ahora la ciudad turca de Lapseki) le suplicó que accediera a evangelizar a un pueblo de aquellos contornos cuya barbarie era proverbial y que se distinguía también por su tenacidad en el paganismo. El eremita, muy a pesar suyo, acabó aceptando tal misión, y después de ser ordenado de sacerdote, se dirigió hacia allí.

Lo primero que hizo fue levantar una suntuosa iglesia, para que el verdadero Dios tuviese una casa digna de Él, y luego destruyó los ídolos a los que tan apegados estaban los indígenas; éstos, como era previsible, montaron en cólera, le dieron una soberana paliza y le echaron. Al día siguiente volvió para predicar, y se repitió la misma escena, con palos e injurias hasta darle por muerto.

Así una y otra vez Abraham insistía siempre lleno de mansedumbre y caridad, recibiendo los malos tratos con una sonrisa, hasta que al cabo de tres años su ejemplo inaudito conmovió a los idólatras, que pidieron hacerse cristianos. El les instruyó en la fe, bautizó a un millar de personas y en seguida huyó a su gruta para seguir viviendo hasta su muerte en la bendita soledad con Dios.

miércoles, 15 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 15/03/2023 - Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma

Observad los mandatos y cumplidlos
Primera Lectura. Deuteronomio 4, 1.5-9

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella. Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán: "Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación." Porque, ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos? Y, ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy? Pero, ten cuidado, guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y nietos».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 147, 12-13.15-16.19-20

Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti.

Glorifica al Señor, Jerusalén.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza.

Glorifica al Señor, Jerusalén.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Glorifica al Señor, Jerusalén.

Quien los cumpla y enseñe será grande
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos». 

Palabra de Dios

Santa Luisa de Marillac, fundadora / Saint Louise De Marillac (1591 – †1660)

Nació en Francia el 12 de Agosto de 1591. Huérfana a los 14 años, sintió un fuerte deseo de convertirse en religiosa, pero por su delicada salud, y su débil constitución no fue admitida.

Se casó con Antonio Le Grass, secretario de la reina de Francia, María de Médicis, convirtiendose en un modelo de esposa pues con su bondad y amabilidad logró transformar a su esposo que era duro y violento, y hasta obtuvo que en su casa todos rezaran en común las oraciones de cada día. Dios le concedió un hijo, a quien amó e inculcó una sólida fe católica desde pequeño.

A los 34 años falleció su esposo, y decidió entonces consagrar su vida al servicio de Dios. Esta santa mujer tuvo la dicha inmensa de tener como directores espirituales a dos santos muy famosos y extraordinariamente guías de almas: San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. Con San Francisco de Sales tuvo frecuentes conversaciones espirituales en París en 1618 (tres años antes de la muerte del santo) y con San Vicente de Paúl trabajó por treinta años, siendo su más fiel y perfecta discípula y servidora.

Santa Luisa de Marillac se ofreció para coordinar y dirigir a los grupos de caridad. La santa recorrió el país visitando las asociaciones de caridad, llevandoles gran cantidad de ropas y medicinas para entregar a los más necesitados. En 1633, el 25 de marzo, las primeras cuatro jóvenes hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, bajo la dirección de Santa Luisa, naciendo así la más grande comunidad femenina que existe, las Hermanas Vicentinas, Hijas de la Caridad. Falleció el 15 de Marzo de 1660, después de sufrir una dolorosa enfermedad y dejando fundada y muy extendida la más grande comunidad de religiosas.

En el año 2010 se celebró el 350 aniversario. Para más información, por favor visitad http://hijascaridad.org/

San Clemente María Hofbauer Fundador (1751-1820)

Nació en Tasswitz, Moravia, en la actual República Checa, aunque en esa época formaba parte del Imperio Austriaco. Su familia era pobre; el padre era carnicero y tuvo doce hijos, de los cuales Clemente era el más joven.

Su deseo siempre fue volverse sacerdote, pero tuvo que trabajar como ayudante de panadero por la difícil situación económica de su familia. Finalmente encuentra empleo como sirviente en el monasterio de Bruck. Más tarde vivió algún tiempo como ermitaño.

Realizó varias peregrinaciones a pie a Roma. Ahí encontró la protección del obispo de Tívoli, quien después se convertiría en el papa Pío VII. Finalmente, en 1785 profesa como sacerdote con la Congregación de Redentoristas.

De regreso en Viena, gracias al apoyo de sus benefactores, pudo concluir sus estudios de teología. Fundó numerosas casas de Redentoristas en el norte de Europa, por lo que le conoció como su segundo fundador.

San Clemente fue enviado a Varsovia, Polonia, donde predicó con tanto éxito que convirtió a numerosos judíos y protestantes al catolicismo. Ahí fundó varios orfanatos para recoger y atender a los niños abandonados.

Cuando Napoleón invade Polonia, San Clemente es expulsado del país, de modo que regresa a Viena a continuar con sus prédicas. Eran tan fervientes que le valieron la enemistad del emperador, quien había proscrito la Orden de los Redentoristas, pero permaneció en esa ciudad por intercesión del papa.

San Clemente María Hofbauer se dedicó entonces a administrar el sacramento de la reconciliación y a atender a los enfermos. Su confesionario llegó a tener mucha influencia por la cantidad de gente que acudía a verle.

El quince de marzo de 1820, entrega su alma a Dios. Deja 32 novicios en su Congregación. Al día siguiente de su muerte, el 16 de marzo, el día de su entierro, llega la orden del emperador aprobando que en Austria se extienda la Comunidad de los Padres Redentoristas. Se cumple así lo que el santo había anunciado: "Tengamos paciencia y confianza en Dios, que después de mi muerte, la Congregación se extenderá por nuestra nación". Y así sucedió. San Clemente María Hofbauer es conocido como el "Apóstol de Viena".

San Clemente apóstol: Ayúdanos a formar muchos apóstoles seglares que defiendan y extiendan nuestra santa religión.

martes, 14 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 14/03/2023 - Martes de la 3ª semana de Cuaresma

Acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde
Primera Lectura. Daniel 3, 25. 34-43

En aquellos días, Azarías, puesto en pie, oró de esta forma; alzó la voz en medio del fuego y dijo:
"Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abrahán, tu amigo; por Isaac, tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados.
Que este sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor; trátanos según tu piedad, según tu gran misericordia.
Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 24, 4-5ab. 6 y 7bc. 8-9

Señor, recuerda tu misericordia.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

Señor, recuerda tu misericordia.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.

Señor, recuerda tu misericordia.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.

Señor, recuerda tu misericordia.
Si cada cual no perdona de corazón a su hermano, tampoco el Padre os perdonará
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 18, 21-35

En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó:
"Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?"
Jesús le contesta:
"No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por esto, se parece el reino de los cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus criados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El criado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo."
Se compadeció el señor de aquel criado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el criado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:
"Págame lo que me debes".
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré."
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
"¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?"
Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

Palabra de Dios


Santa Matilde, emperatriz de Alemania, madre de Otón él Grande, Halberstadt († 968)

Era descendiente del famoso guerrero Widukind e hija del duque de Westfalia. Desde niña fue educada por las monjas del convento de Erfurt y adquirió una gran piedad y una fortísima inclinación hacia la caridad para con los pobres.

Muy jóven se casó con Enrique, duque de Sajonia (Alemania). Su matrimonio fue excepcionalmente feliz. Sus hijos fueron: Otón primero, emperador de Alemania; Enrique, duque de Baviera; San Bruno, Arzobispo de Baviera; Gernerga, esposa de un gobernante; y Eduvigis, madre del famoso rey francés, Hugo Capeto. Su esposo Enrique obtuvo resonantes triunfos en la lucha por defender su patria, Alemania, de las invasiones de feroces extranjeros.

Matilde y Enrique eran un solo corazón. "En ambos, dice el biógrafo, reinaba el mismo amor a Cristo, una misma unión para el bien, una voluntad igual para la virtud, la misma compasión para los súbditos y el mismo afecto entrañable para todos. Los dos merecieron las alabanzas del pueblo".

Diez años después del matrimonio Enrique se convertía en rey de Germania.

En el palacio real más parecía una buena madre que una reina, y en su piedad se asemejaba más a una religiosa que a una mujer de mundo. Ninguno de los que acudían a ella en busca de ayuda se iba sin ser atendido. Después de 23 años de matrimonio quedó viuda, y ofreció desprenderse de todas sus joyas y brillantes por el alma de su esposo recién muerto. Sus últimos años los pasó dedicada a fundar conventos y a repartir limosnas a los pobres, y cuando cumplió 70 años se dispuso a pasar a la eternidad y repartió entre los más necesitados todo lo que tenía en sus habitaciones, y rodeada de sus hijos y de sus nietos, murió santamente el 14 de marzo del año 968.