lunes, 3 de abril de 2023

Lecturas y Santoral 03/04/2023 - Lunes Santo - Semana Santa

No gritará, no voceará por las calles
Primera Lectura. Isaías 42, 1-7

Así dice el Señor:
"Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en quien me complazco. He puesto mi espíritu sobre él, manifestará la justicia a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará. Manifestará la justicia con verdad. No vacilará ni se quebrará, hasta implantar la justicia en el país. En su ley esperan las islas.
Esto dice el Señor, Dios, que crea y despliega los cielos, consolidó la tierra con su vegetación, da el respiro al pueblo que la habita y el aliento a quienes caminan por ella:
"Yo, el Señor, te he llamado en mi justicia, te cogí de la mano, te formé e hice de ti alianza de un pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la cárcel, de la prisión a los que habitan en tinieblas".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 26, 1. 2. 3. 13-14

El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mí vida,
¿quién me hará temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 12,1-11
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.
María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
"¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?".
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
- "Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis".
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.

Palabra de Dios

San Ricardo de Chicester

Nació en Wych (Droitwich), condado de Worcester (Inglaterra), hacia 1197. Estudió en Oxford, París y Bolonia. En 1235 volvió a Oxford y lo nombraron rector de la Universidad. Acompañó al arzobispo de Canterbury a Francia y lo asistió en su muerte. En seguida estudió teología y en 1242 se ordenó de sacerdote, después de lo cual volvió a su patria donde ejerció el apostolado parroquial.

Tres años más tarde fue elegido obispo de Chichester; el rey Enrique III le impidió dos años tomar posesión de su sede. Fue asiduo en la predicación y en la visita pastoral, cuidó mucho la formación y la conducta del clero, fue atento a las necesidades de los fieles, lleno de comprensión y particularmente sensible a los sufrimientos de los enfermos y los ancianos, se volcó en obras de caridad para con los pobres. Luchó por el celibato del clero y la administración gratuita de los sacramentos, así como por la digna celebración de la misa.

Murió en Dover el año 1253, cuando predicaba la cruzada. Fue canonizado por Urbano IV en 1262.

domingo, 2 de abril de 2023

Lecturas y Santoral 02/04/2023 - Domingo de Ramos. Comienza la Semana Santa

No escondí el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado
Primera Lectura. Isaías 50, 4-7

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

Palabra de Dios
Salmo Responsorial. 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
"Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere".

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
"Los que teméis al Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel".

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?.
Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11

Cristo Jesús, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de si mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo hasta la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Palabra de Dios

¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 27, 11-54
¿Eres tú el rey de los judíos?

C. En aquel tiempo, Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, y el gobernador le preguntó:
S. -«¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús respondió:
+ -«Tú lo dices.»
C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:
S. -«¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?»
C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía liberar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
S. -«¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?».
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:
S. -«No te metas con ese justo porque esta noche he sufrido mucho soñando con él».

C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús.
El gobernador preguntó:
S. -«¿A cuál de los dos queréis que os suelte?».
C. Ellos dijeron:
S. -«A Barrabás».
C. Pilato les preguntó:
S. -«¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?».
C. Contestaron todos:
S. -«Sea crucificado».
C. Pilato insistió:
S. -«Pues, ¿qué mal ha hecho?»
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
S. -«¡Sea crucificado!».
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos ante la gente, diciendo:
S. -«Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!».
C. Todo el pueblo contestó:
S. -«¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!».
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

¡Salve, rey de los judíos!

C. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte: lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él, diciendo:

S. -«¡Salve, rey de los judíos!».

C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.

Crucificaron con él a dos bandidos

C. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz.

Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo.

Después de crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos».

Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz

C. Los que pasaban lo injuriaban y, meneando la cabeza, decían:

S. -«Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz».

C. Igualmente los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también diciendo:

S. -«A otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¡Es el rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, y le creeremos. Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: “Soy Hijo de Dios”».

C. De la misma manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

«Elí, Elí, lamá sabaqtani?»


C. Desde la hora sexta hasta la hora nona, vinieron tinieblas sobre toda la tierra. A hora nona, Jesús gritó con voz potente:

+ -«Eli, Eli, lamá sabaktaní.»
C. (Es decir:
+ -«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)
C. Al oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron:
S. -«Está llamando a Elías».
C. Enseguida uno de ellos fue corriendo, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber.
Los demás decían:
S. -«Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo».
C. Jesús, gritando de nuevo con voz potente, exhaló el espíritu,

C. Entonces, el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se resquebrajaron, las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron y, saliendo de las tumbas después que él resucitó, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.

El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:

S. -«Verdaderamente este era Hijo de Dios».

Palabra de Dios


San Francisco de Paula ermitaño +1507

Nació en Paula (Calabria, Italia) el año 1416 de familia humilde. El matrimonio Santiago y Viena eran buenos y pobres, pero con la pena de no tener hijos. Por fin, después de tanta espera y tanta súplica al cielo llegó, lleno de alborozo, el primogénito, a quien, en agradecimiento a San Francisco de Asís, le pusieron su mismo nombre.

En compañía de sus padres realizó algunas peregrinaciones a diversos lugares santificados por la presencia de almas santas. El que más hondo caló en su corazón fue el de Monte Casino donde están todavía claras las huellas de aquel joven que se retiró a la soledad a los sólo catorce años. Francisco sintió ansias irresistibles de poderle imitar. También él amaba la soledad como medio para entregarse al Señor sin los estorbos de los halagos del mundo.

Pidió permiso a sus padres, y, a los catorce años, se retiró a una cueva no lejana de Paula, junto a Cosenza, y más tarde a un lugar aún más solitario. Pero lo que no pudieron prever fue el fervor con el que se entregaría tanto a la penitencia como a la oración; así como la fama que rápidamente adquiriría su santidad.

Casi sin darse cuenta se multiplican los discípulos que quieren seguir sus huellas, imitar su vida. Los milagros hacen que acuda en tropel mucha gente para solicitar la ayuda del cielo. Como antaño en Egipto y Siria, las multitudes se llegaban al hombre de Dios, de quien se referían milagros. De ahí que se le unieran varios discípulos.

Así nació una nueva familia religiosa, la de los Ermitaños de Paula (1474), que se convertiría en la Orden dc los Mínimos (1493). Construye un Monasterio, y otro, y otro.

El Papa Sixto IV aprueba su Orden con el nombre de Ermitaños de Calabria y nombra a Francisco de Paula superior general perpetuo por una Bula del 23 de mayo de 1474. Su fama se extiende por todas partes hasta que le llaman de Sicilia. Debe embarcar y no dispone de medios para pagar la barca. ¿Qué hacer? Arroja el manto pardo sobre las olas, se coloca sobre él, y, haciendo de vela, atraviesa el estrecho ante el asombro de la multitud que le contempla.

La resonancia de las maravillas obradas por el santo calabrés llegó hasta Roma, en donde el papa Pablo II quiso verle (1467). Más tarde, Sixto IV le envió como legado ante el rey de Francia Luis XI (1482). Francisco fijó su residencia en Plesis-les-Tours, en donde moraba el rey, y nuevamente los ermitaños vinieron a someterse a su disciplina.

Lleno de méritos y viendo ya su obra consolidada, el 2 de abril de 1507, Viernes Santo, expiraba con noventa y un años de edad, y un gran renombre taumatúrgico y penitencial. Seis años después el Papa León X lo beatificaba.

Oración: Señor, Dios nuestro, grandeza de los humildes, que has elevado a san Francisco de Paula a la gloria de tus santos, concédenos, por su intercesión y a imitación suya, alcanzar de tu misericordia el premio prometido a los humildes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

viernes, 31 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 31/03/2023 - Viernes de la 5ª semana de Cuaresma

El Señor es mi fuerte defensor
Primera Lectura. Jeremías 20,10-13

Oía la acusación de la gente: "Pavor-en-torno; delatadlo, vamos a delatarlo".
Mis amigos acechaban mi traspié:
"A ver si, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él".
Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes.
Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonrojo eterno que no se olvidará.
Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa!
Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre de las manos de gente perversa.

Palabra de Dios
Salmo Responsorial. 17, 2-3a. 3bc-4. 5-6. 7
En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.

En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte.

En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos.

En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Intentaron detenerlo, pero se les escabulló de las manos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 10,31-42

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Él les replicó:
"Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?".
Los judíos le contestaron:
"No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios".
Jesús les replicó:
"¿No está escrito en vuestra ley: "Yo os digo: sois dioses"? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, y no puede fallar la Escritura, a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros: “¡Blasfemas!” Porque he dicho: “Soy Hijo de Dios”? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre".
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí.
Muchos acudieron a él y decían:
"Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad".
Y muchos creyeron en él allí.

Palabra de Dios


Santa Balbina virgen y Mártir S.II

De esta santa con la que concluye el mes de marzo se tienen pocas referencias seguras, pero su nombre va unido a los itinerarios piadosos de Roma, tanto por la necrópolis que hay cerca de la Via Apia, como por la antiquísima iglesia homónima del Aventino, frente a las termas de Caracalla, que debe de datar del siglo IV.

A menudo se habla de ella como de una mártir, pero nada abona explícitamente tal suposición, y los testimonios más antiguos ponderan sólo su virginidad y su perseverancia en "servir y agradar a su Esposo Jesús, hasta que acabada en paz esta vida mortal, se fue al descanso de la gloria".

Sí debió de ser en cambio una conversa, como su padre, el tribuno militar san Quirino, quien tenía encarcelado por orden del emperador al papa san Alejandro I; habiendo oído decir que el pontífice obraba curaciones milagrosas, Quirino le llevó a la cárcel a su hija, que tenía escrófulas, y el papa accedió a sus súplicas disponiendo que le quitara la argolla que llevaba al cuello y se la pusiese a Balbina.

Al sanar repentinamente la muchacha, se convirtieron padre e hija, junto con sus familiares y todos los demás presos que habían asistido al milagro, y san Alejandro los bautizó, después de lo cual instruyó debidamente a Balbina para que supiese cómo conservar la virginidad perpetua, como era su deseo.

Dice la tradición que santa Balbina besaba siempre con mucho amor la argolla que había encadenado al papa y que había sido – aceptando simbólicamente el yugo suave de Jesucristo – el medio de curar y de descubrir la fe.

Amós, profeta (s. VIII a.C.)

Amós era pastor de Tecoa, al límite del desierto de Judá. No era miembro de los clubs de profetas de Israel; ninguna escuela profética. Simplemente Dios le llama, sacándolo de sus labores pastoriles y lo manda a profetizar a Israel.

El marco en que desempeña su ministerio profético está situado junto al santuario de Betel. Y la época particular de su función para "hablar en nombre de otro" -en este caso, de Dios- es en el reinado de Jeroboán II (783-743 a. C.). Es uno de los momentos gloriosos del pueblo de Israel consideradas las cosas desde el punto de vista humano; se vive en paz y tranquilidad, el Reino del Norte se extiende y enriquece hasta el punto que el lujo de los grandes y poderosos es un insulto para la miseria en que está el pueblo. Incluso el esplendor del culto -con inusitado boato- encubre la ausencia de una religión verdadera.

Con un estilo sencillo y tan rudo como cabe esperar de un pastor que pasa su vida entre los animales que cuida en soledad, condena la vida corrompida de las ciudades, se indigna por las desigualdades sociales que claman al cielo como grita una injusticia y protesta por la falsa seguridad depositada por sus contemporáneos en los ritos religiosos que están vacíos porque no llevan a compromisos personales. Dios castigará a los poderosos -clase dirigente- de Samaría que pecan maltratando a los pequeños del pueblo. Critica las idolatrías, violencias, injusticias, disolución y universal corrupción en la que está sumido el rebaño elegido.

Por primera vez emplea dos expresiones que luego serán utilizadas ampliamente en la literatura profética posterior. Habla del "día de Yahwéh", cargado de acentos terribles, para designar el momento en que Dios tomará justas decisiones reivindicativas; en medio de tinieblas, Yahwéh castigará a Israel por sus maldades, utilizando a un pueblo que en la mente del profeta Amós es Asiria sin llegar a mencionar su nombre. Otra expresión novedosa es "el resto", término con el que se quiere designar a una porción de israelitas fieles al yawismo puro en quienes reposará la esperanza de una perspectiva de salvación posterior.

Desde siempre ambicionó el hombre las riquezas para poseer, el poder para dominar a los demás y la gloria para alimentar su soberbia; esto trae como directa consecuencia el oscurecimiento y eclipse de Dios. Amós, profeta, dijo en su nombre que Él mira y valora lo de "dentro". Cumplió con valentía el encargo dificultoso de hablar claro y sin tapujos para clarificar actitudes, aunque le llevaran a sufrir las acusaciones de Amasías, sacerdote de Betel, y la persecución de su hijo Ozías.

San Benjamín Diácono y Mártir

El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevada a cabo en Persia durante el reinado de su padre. Sin embargo, el obispo Abdas con un celo mal entendido incendió el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas.

El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó matar e inició una persecución general que duró 40 años.

Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono. Después de que fuera golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero obtuvo su libertad gracias al embajador de Constantinopla y prometiendo bajo su responsabilidad que el santo se abstendría de hablar acerca de su religión.

Sin embargo, Benjamín declaró que él no podía cumplir tal condición y no perdió la oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante el rey, quien lo sometió a crueles torturas, siendo luego decapitado.

Beato Cristobal Robinson

Cristóbal Robinson nació probablemente en Woodside, cerca de Carlisle, entre 1565 y 1570. Es un pueblecito del condado de Cumberland (Inglaterra), hoy es parte de Cumbri. Su memoria nunca ha sido olvidada allí, en donde él es el único mártir católico causando una profunda impresión.

Fue admitido, con otras seis jóvenes, el 17 de agosto 1589 en el colegio de Douai como estudiante. Esta escuela había sido fundada el 29 de septiembre de 1568 por William Allen, un ex profesor de Oxford y que más tarde llegaría a ser cardenal. Los primeros cuatro sacerdotes fueron enviados a Inglaterra en 1574, y en los próximos diez años algo más de un centenar serían ordenados y partirían hacia Inglaterra. De 1568 a 1594 el Colegio fue reasentado junto a la Universidad de Reims y fue en este período en el que Cristóbal Robinson era estudiante del Colegio.

Inmediatamente comenzó sus estudios teológicos y recibió la tonsura y las primeras Órdenes Menores el 18 de agosto de 1590. Era tal la necesidad urgente de sacerdotes que habían concedido al Colegio una dispensa general para acortar el tiempo de formación para el sacerdocio que habitualmente es de seis años. Cristóbal Robinson recibió el resto de órdenes menores y también las ordenes del subdiaconato y el diaconato en ceremonias realizadas durante los tres últimos días del mes de marzo de 1591. El 24 de febrero de 1592 fue ordenado sacerdote por el Cardenal Philip Sega en su capilla privada en Reims. Partió para Inglaterra el 1 de septiembre de 1592.

Cumberland y probablemente parte de Westmorland iban a ser su campo de trabajo. Existe una lista de 1596 en la que junto a su nombre se indica "vive principalmente en Woodside, cerca de Carlisle en Cumberland". La única vivienda conocida con certeza por haber sido visitada y usada por él fue Johnby Hall, hogar de la familia Musgrave, a unas seis millas de Penrith, cerca de Castillo de Greystoke.

Él seguramente conocía a John Boste, natural de Dufton, cerca de Appleby, quien era el sacerdote más perseguido en los condados del norte. Él fue eventualmente capturado cerca de Brancepeth, en el Condado de Durham, el 13 de septiembre de 1593. Cristóbal Robinson se enteró de su captura y, teniendo la seguridad de que nadie lo reconocería, cabalgó para asistir a su juicio. Después escribió un detallado relato del proceso y muerte de John Boste. Este es el único documento de tu testigo presencial de un martirio, escrito inmediatamente luego de ocurrido los hechos. Él mismo fue detenido tres años y medio después, el 4 de marzo de 1597. Una carta del P. Henry Garnett S.J., fechada el 7 de abril de 1597 establece lo siguiente:

"Robinson, un sacerdote del seminario, fue recientemente encarcelado y ahorcado en Carlisle. Durante la ejecución la cuerda se rompió dos veces y a la tercera el P. Robinson reprochó al comisario por su crueldad, diciéndole que, aunque él nunca cedería y se alegraba de su lucha, sin embargo la carne y la sangre eran débiles, por lo que pedía un poco más de humanidad para no atormentar a un hombre durante tanto tiempo. Cuando ellos optaron por usar dos cuerdas, él dijo: con eso tardaré más en morir, pero no importa, estoy dispuesto a sufrir todo".

El tiempo se ha encargado de hacer desaparecer los motivos por los que Cristóbal Robinson fuera juzgado, pero hay pruebas abundantes de que la única causa de su ejecución fue el ser un sacerdote católico. También hay muchas evidencias de que en Carlisle el nombre de Cristóbal Robinson no es sólo recordado sino también invocado como un verdadero mártir.

Fuente: Catholic.net, traducido por Xavier Villalta de www.olsjcarlisle.org.uk

jueves, 30 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 30/03/2023 - Jueves de la 5ª semana de Cuaresma

Serás padre de muchedumbre de pueblos
Primera Lectura. Génesis 17, 13-9

En aquellos días, Abrahán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
"Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera, sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios".
El Señor añadió a Abrahán:
"Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes por generaciones".

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 104, 4-5. 6-7. 8-9

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a lsaac.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 8,51-59

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
"En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre".
Los judíos le dijeron:
"Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?".
Jesús contestó:
"Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: 'Es nuestro Dios', aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: 'No lo conozco' sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría".
Los judíos le dijeron:
"No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?"
Jesús les dijo:
"En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy".
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra de Dios

San Juan Clímaco + 649

San Juan Clímaco vivió en la segunda mitad del VI y primera del VII. El monje Daniel nos cuenta que Juan era un joven antioqueno de mucho porvenir. Parece que llegó a ser abogado en Antioquía, por lo que fue llamado El Escolástico. Pero un buen día renuncia a todo, sube como Moisés y Elías a la cumbre del Sinaí, entra en la nube de las divinas comunicaciones, que luego comunicaría en un hermoso libro, y allí se quedó.

El bíblico Sinaí estaba lleno de monasterios y de cuevas, habitadas por monjes, que se regían por la regla de San Basilio y la legislación de Justiniano. Así lo contempló Eteria, nuestra monja peregrina. Todavía queda el monasterio de los Cuarenta Mártires y el célebre de Santa Catalina, con su famosa biblioteca, donde se descubrió el Códice Sinaítico del siglo IV.

Tres años pasó Juan de noviciado con el santo monje Martirio. Muerto su maestro, se fue a vivir al extremo del monte, en una pequeña laura, como un anacoreta. Allí pasó cuarenta años, dado al estudio y al trabajo, silencio y soledad, largas oraciones y corto sueño, parco en comer y prolongadas vigilias, como un serafín, embebido en las divinas alabanzas. Su deseo era vivir completamente aislado. "¡Oh beata solitudo, sola beatitudo!" Pero pronto corrió la fama de sus virtudes y su sabiduría y acudían muchos a pedirle consejo. Juan les atendía, pues entendía que no debía "ocultar la luz bajo el celemín". El demonio le tentó con fuerza – lo hace en especial con los anacoretas – pero el Señor le ayudó.

Cuando murió el abad de Monte Sinaí, los monjes, conocedores de la virtud y discreción del anacoreta, le rogaron que aceptara sucederle. Juan se oponía. Pero fue tal la insistencia que aceptó. Y acertaron, pues el nuevo abad obró siempre con sabiduría y fue un ejemplo para todos.

San Juan Clímaco es el más popular de los escritores ascéticos de aquellos siglos, debido a su única obra Escala del paraíso. Escala es Clímax en griego, y de ahí viene a nuestro Santo el apellido Clímaco. La Escala se compone de treinta grados, que son otros tantos capítulos en los que se explican las virtudes y los vicios del monje con aforismos y sentencias.

Se sirve de ejemplos prácticos. Viendo a un cocinero muy recogido, le pregunta el autor cómo puede conseguirlo. El cocinero le responde: "Cuando sirvo a los monjes me imagino que sirvo al mismo Dios en la persona de sus servidores, y el fuego de la cocina me recuerda las llamas que abrasarán a los pecadores". (También entre los pucheros anda el Señor: Sta. Teresa).

En los primeros grados de la Escala habla de la renuncia al mundo y a los afectos terrenos, la penitencia, el pensamiento de la muerte, y el don de lágrimas. Los grados siguientes hablan de la dulzura, perdón, huir de la maledicencia, de la mentira y de la pereza, amor al silencio, a la templanza y a la castidad. "La castidad, dice, es un don de Dios, y para obtenerlo conviene recurrir a él, pues a la naturaleza no la podemos vencer con sólo nuestras fuerzas". En los últimos grados habla de la pobreza, del sueño, del canto de los salmos, de la paz, de la oración, de la humildad. El último grado del libro esta dedicado a las virtudes teologales.

El santo abad, tan dedicado a las cosas de Dios, hizo edificar una hospedería cerca del monasterio, para atender a los peregrinos. Enterado de ello el papa San Gregorio Magno, le envió una buena cantidad de dinero para ayudarle en la construcción y manutención. San Juan Clímaco, cumplida su misión, subió raudo por la escala de sus buenas obras al paraíso.

miércoles, 29 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral  29/03/2023 - Miércoles de la 5ª semana de Cuaresma

Envió un ángel a salvar a sus siervos
Primera Lectura. Daniel 3, 14-20. 91-92. 95

En aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo:
"¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no teméis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la citara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados inmediatamente al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?".
Sidrac, Misac y Abdénago contestaron al rey Nabucodonosor:
"A eso no tenemos por qué responder. Si nuestro Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido, nos librará, oh rey, de tus manos. Y aunque no lo hiciera, que te conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido".
Entonces Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac: y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido.
Entonces el rey Nabucodonosor se alarmó, se levantó y preguntó, estupefacto, a sus consejeros:
"¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?".
Le respondieron: "Así es, majestad".
Preguntó:
"¿Entonces, cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el fuego sin sufrir nada? Y el cuarto parece un ser divino"
Nabucodonosor entonces dijo:
-"Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y entregaron sus cuerpos antes que venerar y adorar a otros dioses fuera del suyo".

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. Dn 3, 52. 53. 54. 55. 56
¡A ti gloria y alabanza por los siglos!.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres,
bendito tu nombre santo y glorioso.

¡A ti gloria y alabanza por los siglos!.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria.

¡A ti gloria y alabanza por los siglos!.
Bendito eres sobre el trono de tu reino.

¡A ti gloria y alabanza por los siglos!.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos.

¡A ti gloria y alabanza por los siglos!.
Bendito eres en la bóveda del cielo.

¡A ti gloria y alabanza por los siglos!.
Si el Hijo os hace libres, sois realmente libres
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 8, 31-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
"Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".
Le replicaron:
"Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: 'Seréis libres'?".
Jesús les contestó:
"En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre".
Ellos replicaron:
"Nuestro padre es Abrahán".
Jesús les dijo:
"Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre".
Le replicaron:
"Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios".
Jesús les contestó:
- "Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió."

Palabra de Dios


Santos Jonas y Baraquicio, Mártires

Sapor, rey de Persia, emprendió una recia persecución contra los cristianos. Jonás y Baraquicio, dos monjes de Beth-Iasa, sabiendo que varios cristianos estaban sentenciados a muerte fueron a alentarlos y servirlos. Después de la ejecución, los dos santos fueron detenidos por haber exhortado a los mártires a perseverar hasta morir.

El rey empezó instando a los dos hermanos y urgiéndoles a que obedecieran al monarca persa y que adoraran al sol. Ellos se mantuvieron fieles en su fe a Cristo, por lo que Baraquicio fue arrojado a un estrecho calabazo, mientras que Jonás se le ordenó a adorar a los dioses, pero ante su negativa fue azotado y arrojado a un estanque de agua helada. 

Posteriormente, Jonás fue atormentado con muchas torturas, para después ser prensado en un molino de madera hasta provocarle la muerte. Los jueces le aconsejaron a Baraquicio que salvara su propio cuerpo, pero el santo jamás renegó su fe; fue entonces sujeto de nuevo a tormentos y finalmente se le dio muerte, vertiéndole pez y azufre ardientes en la boca.

martes, 28 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 28/03/2023 - Martes de la 5ª semana de Cuaresma

Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de bronce
Primera Lectura. Números 21, 4-9

En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón. El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia». El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes». Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: «Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla». Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 101, 2-3. 16-18. 19-21

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti; no me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame en seguida.

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria. Cuando el Señor reconstruya Sión, y aparezca en su gloria, y se vuelva a las súplicas de los indefensos, y no desprecie sus peticiones.

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que será creado alabará al Señor. Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, desde el cielo se ha fijado en la tierra, para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte.

Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.

Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy»
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 8, 21-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros». Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: "Donde yo voy no podéis venir vosotros"?». Y él les dijo: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que «Yo soy», moriréis por vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les contestó: «Lo que os estoy diciendo. Desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que «Yo soy», y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra de Dios

Sixto III Papa

Fue elegido papa a la muerte de san Celestino I, en el año 432, y ocupó la sede de Pedro por ocho años que fueron muy llenos de exigencias.

Durante su vida se vio envuelto casi de modo permanente en la lucha doctrinal contra los pelagianos, siendo uno de los que primeramente detectó el mal y combatió la herejía que había de condenar al papa Zósimo. De hecho, Sixto escribió dos cartas sobre este asunto enviándolas a Aurelio, obispo que condenó a Celestio en el concilio de Cartago, y a san Agustín. Se libraba en la Iglesia la gran controversia sobre la Gracia sobrenatural y su necesidad tanto para realizar buenas obras como para conseguir la salvación.

Pelagio fue un monje procedente de las islas Británicas. Vivió en Roma varios años ganándose el respeto y la admiración de muchos por su vida ascética y por su doctrina de tipo estoico, según la cual el hombre es capaz de alcanzar la perfección por el propio esfuerzo, con la ayuda de Dios solamente extrínseca –buenos ejemplos, orientaciones y normas disciplinares, etc.–, ¡era un voluntarista! Además, la doctrina llevaba aneja la negación del pecado original. Y consecuentemente rechaza la necesidad de la redención de Jesucristo. De ahí se deriva a la ineficacia sacramentaria. Todo un monumental lío teológico basado en principios falsos que, naturalmente, Roma no podía permitir.

Y no fue solo esto. El Nestorianismo acaba de ser condenado en el concilio de Éfeso, en el 431, un año antes de ser elegido papa Sixto III; pero aquella doctrina equivocada sobre Jesucristo había sido sembrada y las consecuencias no desaparecerían con las resoluciones conciliares. Nestorio procedía de Antioquía y fue obispo de Constantinopla. Mantuvo una cristología imprecisa en la terminología y errónea en lo conceptual, afirmando que en Cristo hay dos personas y negando la maternidad divina de la Virgen María; fue condenada su enseñanza por contradecir la fe cristiana; depuesto de su sede, recluido o desterrado al monasterio de san Eutropio, en Antioquía, muriendo impenitente fuera de la comunión de la Iglesia. El papa Sixto III intentó con notable esfuerzo reducirlo a la fe sin conseguirlo y, a pesar de sus inútiles esfuerzos, tergiversaron los nestorianos sus palabras afirmando que el papa no les era contrario.

Llovieron al papa las calumnias de sus detractores. El propio emperador Valentiniano y su madre Plácida impulsaron un concilio para devolverle la fama y el honor, que estaba en entredicho. Baso –uno de los principales promotores del alboroto que privaba injustamente de la fama al Sumo Pontífice– muere arrepentido y tan perdonado que el propio Sixto le atiende espiritualmente al final de su vida y le reconforta con los sacramentos.

Como todo santo ha de ser piadoso, también se ocupó, antes de su muerte –en el año 440 y en Roma–, de reparar y ennoblecer la antigua basílica de Santa María la Mayor, que mandó construir el papa Liberio, amplió la basílica de San Lorenzo de Extramuros y obtuvo del emperador Valentiniano III preciosos regalos para las Basílicas de san Pedro y Letrán. La obra que afirma que el cónsul Baso le acusó de crimen es falsa. Sixto III es autor de ocho cartas (en P.L., L, 583 ss.), mas no escribió "Sobre las riquezas", "Sobre los falsos doctores" y "Sobre la castidad" ("De divitiis", "De malis doctoribus", "De castitate"), obras atribuidas al Santo.

San Hilarión de Pelecete abad

Cerca del monte Olimpo, en Bitinia, san Hilarión, abad del monasterio de Pelecete, que luchó valerosamente en defensa del culto de las santas imágenes.

El santo Hilarión que conmemoramos hoy es llamado "ho neós", "el joven", para distinguirlo de otros santos del mismo nombre que también han sido monjes: San Hilarión de Gaza, abad, al que celebramos el 21 de octubre, y San Hilarión, abad y presbítero, del 6 de junio, con quien es más fácil confundirlo, porque pertenece al mismo contexto histórico, el de la persecución iconoclasta.

De este Hilarión no ha quedado la narración de una "Vita", sino que prácticamente todos los testimonios que tenemos acerca de él son litúrgicos: antífonas, lecturas del sinaxario, y sobre todo un largo poema escrito por san José el Himnógrafo, a quien celebramos el 3 de abril, y que, aunque vivió un siglo después, fue también víctima de la persecución iconoclasta.

El poema tiene la curiosidad de que es un acróstico, donde cada estrofa (de cuatro versos), en griego, comienza con una de las letras de la frase: "Cantaré tus gozosas costumbres, Padre - José"; en griego como en latín, "gozosas" se puede decir con la palabra "hilaris", por lo que el himnógrafo aprovecha para aludir al nombre del santo.

El contenido del poema, así como de las antífonas y noticias de los sinaxarios, es panegírico más que biográfico; insisten en la pureza de vida de Hilario, que desde joven ingresó a la vida monástica y fue creciendo en la lucha cuerpo a cuerpo contra las tentaciones; cargó sobre sus hombros la cruz de Cristo, y de tal modo se hizo acepto a Dios, que este lo dotó con el don de curaciones, y de expulsar al demonio. Dio la vista a un ciego, el andar a un cojo, fortaleza a un hombre débil, y realizó muchos milagros semejantes, de tal modo que era estimado por el pueblo.

Posiblemente su vida se desarrolló a mediados del siglo VIII, en tiempo de León el Isáurico, y a pesar de las persecuciones a las que eran sometidos los monjes que veneraban imágenes en aquellos tiempos, prefirió la vejaciones a renegar de la fe.

No sabemos más detalles concretos de su cronología, y ni siquiera la ubicación exacta del monasterio de Pelecete, al que perteneció.

San José Sebastián Pelczar

Nació en 1842 en Korczyna (Polonia), cerca de Krosno. Desde niño mostró aptitudes extraordinarias para el estudio. Ordenado de sacerdote en Przemysl, completó sus estudios en Roma. Al regresar a su patria, fue profesor de teología en el seminario de su diócesis y en la Universidad Jaguellónica de Cracovia, de la que llegó a ser rector.

Además, trabajó de forma incansable en la difusión de la cultura en su pueblo y en obras sociales. El 18 de abril de 1893 hizo la profesión de terciario franciscano ante la tumba de San Francisco en Asís. En 1894 fundó la congregación de Esclavas del Sagrado Corazón, con el fin de proclamar su Reino mediante el amor a las jóvenes, los enfermos y todos los necesitados.

En 1899 fue nombrado obispo de Przemysl y, durante 25 años, actuó como un valiente y celoso pastor en obras apostólicas y sociales. Fue autor de numerosos escritos. Murió en Przemysl el 28 de marzo de 1924. Lo canonizó Juan Pablo II el año 2003.

Beato Enrique Susso

Fue un prodigio de santidad en un ambiente muy corrompido. Nació en 1296 en Suabia, Alemania. A los 15 años fue admitido como religioso en el convento de los Padres Dominicos en Constanza. En la comunidad encontró como profesor un místico muy famoso que influyó en él de manera inmensa. Era el Padre Eckart, cuyos consejos seguían muchas personas con gran entusiasmo.

Los primeros años de religioso no fue muy fervoroso; sin embargo, su anhelo de santidad era tan grande e intenso que se propuso empezar una vida espiritual verdaderamente seria. El demonio intentó disuadirlo y desanimarlo con consideraciones de prudencia humana, haciéndole ver que esa conversión era demasiado rápida y que no sería capaz de perseverar en el bien. Frente a esto, el santo se dedicó a pedir a Dios la sabiduría celestial, siendo un admirador constante de este regalo celestial, y recomendando a sus discípulos implorar mucho a Dios por este magnífico don.

Los últimos años los pasó el Padre Enrique dedicado a dar dirección espiritual a las religiosas, especialmente a las dominicas, las cuales lo consideraban un verdadero hombre de Dios y un guía espiritual sumamente acertado.

Murió en 1365, y dicen que su cuerpo permaneció muchos años incorrupto. Pero después el templo donde estaba enterrado pasó a poder de los protestantes y no se volvió a saber de sus restos. Tuvo muchas visiones y se le apareció la Sma. Virgen María a traerle mensajes celestiales.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

lunes, 27 de marzo de 2023

Lecturas y Santoral 27/03/2023 - Lunes de la 5ª semana de Cuaresma

Ahora tengo que morir, siendo inocente
Primera Lectura. Daniel 13, 41c-62

En aquellos días, la asamblea condenó a Susana a muerte.
Susana dijo gritando:
"Dios eterno, que ves lo escondido, que lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que han dado falso testimonio contra mí, y ahora tengo que morir, siendo inocente de lo que su maldad ha inventado contra mí".
Y el Señor escuchó su voz.
Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios suscitó el espíritu santo en un muchacho llamado Daniel; éste dio una gran voz:
"Yo soy inocente de la sangre de esta".
Toda la gente se volvió a mirarlo, y le preguntaron:
"¿Qué es lo que estás diciendo?".
Él, plantado en medio de ellos, les contestó:
"Pero, ¿estáis locos, hijos de Israel? ¿Conque, sin discutir la causa ni conocer la verdad condenáis a una hija de Israel? Volved al tribunal, porque esos han dado falso testimonio contra ella".
La gente volvió a toda prisa, y los ancianos le dijeron:
"Ven, siéntate con nosotros e infórmanos, porque Dios mismo te ha dado la ancianidad".
Daniel les dijo:
- "Separadlos lejos uno del otro, que los voy a interrogar"
Cuando estuvieron separados el uno del otro, él llamó a uno de ellos y le dijo:
"¡Envejecido en años y en crímenes! Ahora vuelven tus pecados pasados, cuando dabas sentencias injustas condenando inocentes y absolviendo culpables, contra el mandato del Señor: 'No matarás al inocente ni al justo.' Ahora, puesto que tú la viste, dime debajo de qué árbol los viste abrazados".
Él contestó:
"Debajo de una acacia".
Respondió Daniel:
"Tu calumnia se vuelve contra ti. Un ángel de Dios ha recibido ya la sentencia divina y te va a partir por medio".
Lo apartó, mandó traer al otro y le dijo:
"¡Hijo de Canaán, y no de Judá! La belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón. Lo mismo hacíais con las mujeres israelitas, y ellas por miedo se acostaban con vosotros; pero una mujer judía no ha tolerado vuestra maldad. Ahora dime: ¿bajo qué árbol los sorprendiste abrazados?".
Él contestó:
"Debajo de una encina".
Replicó Daniel:
"Tu calumnia también se vuelve contra ti. El ángel de Dios aguarda con la espada para dividirte por medio. Y así acabará con vosotros".
Entonces toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos ancianos, a quienes Daniel había dejado convictos de falso testimonio por su propia confesión, e hicieron con ellos lo mismo que ellos habían tramado contra el prójimo. Les aplicaron la ley de Moisés y los ajusticiaron.
Aquel día se salvó una vida inocente.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mí copa rebosa.

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 8, 1 -11

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio y, colocándola en medio, le dijeron:
"Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?".
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
"El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra".
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos.
Y quedó solo Jesús, con la mujer, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
"Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?"
Ella contestó:
"Ninguno, Señor".
Jesús dijo:
"Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más".

Palabra de Dios


San Juan de Egipto (304-394)

El sienés Pietro Lorenzetti pintó la escena en un fresco del camposanto de Pisa, según la historia de Rufino: una mujer de hermosura extraña y glacial fija su mirada obsesionante en el monje barbudo que aprieta su mano. Una atmósfera como de sueño, voluptuosa y fatídica, envuelve a la bella y al solitario.

El eremita había acogido en su caverna del desierto a la mujer errante y extenuada que le conmovió con la dulzura de sus palabras; "siguieron otras más dulces aún, mezcladas con risas y caricias, y hasta tuvo el atrevimiento de tocar las barbas y el mentón de Juan".

Y cuando éste, "cediendo a los impulsos de una pasión desordenada" tendió sus brazos hacia ella, "el demonio, revestido de aquella apariencia, pero cuyo cuerpo fantasmagórico no era más que aire, se esfumó lanzando alaridos espantosos, y un tropel de malos espíritus acudió para presenciar entre burlas la confusión del hombre de Dios".

De Juan de Egipto sabemos que nació en Licópolis, hoy Asiut, que era carpintero y que en su edad madura se dedicó a hacer vida de ermitaño, hasta adquirir una reputación de santidad sólo inferior a la del famosísimo san Antonio. Se dice que profetizó sus victorias al emperador Teodosio.

Pero en el recuerdo la imagen que permanece es la de la debilidad, la compasión peligrosa que permite su caída y que el Diablo le escarnezca. Y no es malo ver también a los santos desde este punto de vista, apeados de sus altares y de su aparente impasibilidad superior, turbados y zarandeados por el instinto, débiles como todos hasta querer abrazar la fantasmagoría que se deshace en un estrépito infernal, en humo y arrepentimiento.

San Ruperto

Era obispo de Worms (Alemania), pero tuvo que salir de allí porque se le pusieron en contra los arrianos y los paganos. Entonces el duque de Baviera, Teodo II, lo invitó a predicar en su territorio que entonces comprendía también una parte de Austria.

Comenzó su apostolado en Ratisbona y lo siguió a lo largo del río Danubio. Reconstruyó una antigua ciudad romana arruinada que le dio el duque, llamada Juvavum, a la que puso el nombre de Salzburgo y de la que fue el primer obispo. Erigió un monasterio masculino, bajo el título de San Pedro, el más antiguo de Austria, con catedral y escuela anejas, del que fue abad a la vez que era obispo, y otro femenino. Buscó colaboradores adecuados, que hizo ir desde su tierra de origen, para la tarea evangelizadora y así pudo fundar iglesias y monasterios.

Como abad-obispo hizo una labor que le mereció el título de apóstol de Baviera y de Austria. Murió en Salzburgo el año 718.