lunes, 8 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 08/05/2023 - Lunes de la 5ª semana de Pascua

Os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os convirtáis al Dios vivo
Primera Lectura. Hechos de los Apóstoles 14, 5-18

En aquellos días, cuando en Iconio se produjeron conatos de violencia de parte de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratar a Pablo y a Bernabé y apedrearlos; al darse cuenta de la situación, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores, donde se pusieron a predicar el Evangelio. Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su madre, nunca había podido andar. Estaba escuchando las palabras de Pablo, y este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud, le dijo en voz alta: «Levántate, ponte derecho sobre tus pies». El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia: «Los dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos». A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar. El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad, trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio. Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando y diciendo: «Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os convirtáis al Dios vivo "que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen". En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera por su camino; aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia». Con estas palabras, a duras penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran sacrificio. 

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 113 B, 1-2. 3-4. 15-16
No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria
No a nosotros, Señor, no a nosotros, 
sino a tu nombre da la gloria,
por tu bondad, por tu lealtad. 
¿Por qué han de decir las naciones: «Dónde está su Dios»? 

No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria
Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace. 
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas. 

No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria
Benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. 
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres. 

No a nosotros, Señor, sino a tu nombre da la gloria
El Paráclito, que enviará el Padre os lo enseñará todo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 21-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él». Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?». Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho». 

Palabra de Dios


Beato Luis Rabata confesor (+ 1490)

La iconografía suele pintar o esculpir a nuestro beato de pie y con una palma en la mano y en la frente clavada una flecha que le causó la muerte.

Nació en Erice (Trápani-Italia) en el año 1443. No sabemos muchas cosas de su nacimiento, niñez y juventud. Dicen los Procesos de su Beatificación de los años 1533 y 1573 que sus padres eran muy buenos cristianos y de humilde posición. Educaron a Luis y a todos sus demás hijos en el santo temor de Dios. Sobre todo su santa madre influyó en su alma inspirándole una tierna devoción a Jesús Eucaristía y a la Virgen María. Fueron siempre estas dos devociones las que mayormente vivió y desplegó en su celo sacerdotal.

De muy tierna edad, ingresó en la Orden del Carmen en el convento de la Anunciación de Trápani.

Hizo su noviciado con grandes anhelos de perfección, entregándose más tarde por su profesión, al servicio de Dios con admirable generosidad.

Allí permanecían vivos los ejemplos maravillosos de San Alberto que, como él, había abrazado, siendo aún muy niño, la vida religiosa y que había gozado de tiernas apariciones de Jesús Niño. El joven Luis procuró imitar las virtudes de este gran Santo y, a decir de sus superiores y compañeros, parecía un doble del Santo tal como había llegado hasta ellos la historia de su vida.

Su humildad sufrió dura prueba cuando los superiores le mandaron se ordenara de sacerdote, pues, en su anonadamiento, nunca se juzgó digno de tan excelsa dignidad.

Una vez ya sacerdote, fue encargado por los superiores de la misión de predicar la palabra de Dios. Fuego eliano ardía en su corazón y no se daba descanso. Recorrió la mayor parte de los pueblos de Sicilia dejando en todos destellos de santidad. Ruidosas conversiones se realizaron por medio de su ardorosa palabra. Los milagros le acompañaban por todas partes. Muchos pecadores abandonaron sus caminos de perversión y no pocos incluso llegaron a abrazar la vida religiosa.

Su prudencia y santidad de vida eran tan notorias que los superiores sometieron de nuevo su humildad a prueba nombrándole prior del convento de Randazzo, que era uno de los conventos llamados "reformados", en los que se vivía con rigurosidad en la observancia regular: mortificación, silencio, oración. Luis era modelo para todos sus hermanos a pesar de que todos allí emulaban la más elevada virtud y luchaban por cumplir con la máxima fidelidad la Regla carmelita.

Los Procesos de canonización (1533 y 1573) documentan la santa vida de nuestro Beato como ferviente religioso, que supo conciliar los deberes de una observancia impecable con los de su amor al prójimo, al que le obligaba su deber sacerdotal siempre iluminado por la caridad.

Al ver tanta santidad en un humilde religioso lleno de celo apostólico contra el vicio, un hombre perverso, Antonio Cataluccio, aprovechando la ocasión de que el Beato volvía de su postulación le arrojó una saeta a la cabeza, que lo dejó gravemente herido.

Malamente pudo llegar a su convento y aunque pidieron al Beato que denunciara al agresor, nunca quiso decirlo sino que de todo corazón lo perdonó e hizo por él especial oración.

Sufrió durante algunos meses fuertes dolores, que no le impidieron dedicarse a la más subida contemplación.

El Señor le reveló su cercano fin y el término de sus trabajos. Recibidos los últimos sacramentos sin perder la paz y su total conformidad con la voluntad de Dios, exhaló su último suspiro el 8 de mayo de 1490.

El papa Gregorio XVI, el 1842, aprobó su culto.

Aparición de San Miguel Arcángel en Nápoles (492)

Entre varias apariciones que de San Miguel se leen en las historias eclesiásticas, la más señalada es la que hoy celebra la Iglesia, y que sucedió en tiempo del papa Gelasio I, en el monte Gargano, en el reino de Nápoles, y fue de este modo. Hacia el fin del quinto siglo, gobernando la Iglesia de Dios el Papa Gelasio, apacentaba su ganado un pastor sobre la cima del Monte Gárgano.

Desmandóse un novillo, y metióse en una cueva ó caverna; el pastor, para obligarle a que saliese de allí, le disparó una flecha, la cual, retrocediendo con la misma violencia con que había sido disparada, hirió al pastor. Quedaron atónitos los circunstantes a vista de tan asombroso suceso, cuya noticia llegó presto a la ciudad de Siponto, que está a la falda del monte, y hoy se llama Manfredonia.

Informado el Obispo, creyó desde luego que en aquel milagro se ocultaba algún misterio; y para conocer lo que Dios quería dar a entender por aquel prodigio, ordenó un ayuno de tres días en todo su obispado, exhortando a los fieles a que juntasen la oración con el ayuno, pidiendo a Dios se dignase descubrir su voluntad.

Oyó el Señor las oraciones del santo Obispo. Al cabo de los tres días se le apareció San Miguel, y le declaró ser la voluntad de Dios que el Ángel tutelar de su Iglesia fuese singularmente reverenciado en el mismo sitio donde acababa de suceder aquella maravilla, para encender y animar la devoción y confianza de los fieles, experimentando particularmente en aquel lugar los dulces efectos de su poderosa protección. Penetrado el Obispo de los más vivos movimientos de agradecimiento y de piedad, juntó al clero y al pueblo; declaróle la visión que había tenido, y fue procesionalmente con todos al paraje donde había sucedido el milagro. Encontraron en él una caverna ó una cueva bastantemente capaz, en forma de templo; la bóveda natural muy elevada, y sobre la entrada, en la misma peña, una especie de ventana por donde le entraba bastante luz. Erigieron un altar; consagróle el Obispo y celebró el santo sacrificio de la Misa.

Hízose después la dedicación de la iglesia con la mayor solemnidad y devoción; concurrieron todos los pueblos de la comarca, y duró la fiesta muchos días. Enriquecida la nueva iglesia con preciosísimos dones, no se evacuó por algún tiempo; cantábanse en ella las alabanzas del Señor, y se celebraban los divinos Oficios con singular piedad en honor del Patrono tutelar de la Iglesia, aumentándose cada día más desde aquel tiempo la devoción de los fieles con el Arcángel San Miguel.

No tardó mucho el Señor en manifestar con prodigios cuan grata le era esta devoción, autorizándola muy presto con multitud de milagros. Hízose famoso el santuario del Monte Gárgano, siendo una de las más frecuentes peregrinaciones de la Cristiandad; y los favores que el Señor dispensaba en él á los que le visitaban aumentaron por mucho tiempo el concurso de todas las naciones, venerándose como lugar santo la gruta en que sucedió esta maravilla.

Refiere Pedro Damiano que por los años 1002, habiendo el emperador Otón III quitado la vida a un senador de Roma, llamado Crescencio, contra la fe de su palabra imperial, deshonrando después a la viuda del difunto, con escándalo de toda la Iglesia; arrepentido de sus culpas, se fue a echar a los pies de San Romualdo, quien le ordenó fuese desde Roma hasta el Monte Gárgano con los pies descalzos a visitar la iglesia de San Miguel, para dar a Dios y al mundo esa satisfacción por sus pecados; lo que ejecutó el penitente Emperador, con grande edificación de toda la Cristiandad, siendo éste un admirable testimonio de la particular veneración que se profesaba a aquel prodigioso santuario.

Para eternizar esta veneración y para perpetuar con provecho la memoria del insigne milagro con que quiso Dios manifestar a los hombres la poderosa protección del Arcángel San Miguel, y animar su confianza con esta aparición, instituyó la Iglesia esta fiesta, señalando para ella el día de hoy, como se ve en los sacraméntanos antiguos.

Beato Antonio Bajewskki

Es uno de los 108 Mártires de la II Guerra Mundial (1940-43) beatificados por Juan Pablo II en 1999. Nació en Vilna (Lituania) el año 1915. En 1934 ingresó en la Provincia polaca de los Hermanos Menores Conventuales. Hizo el noviciado en Niepokalanów y completó sus estudios en Cracovia, donde recibió la ordenación sacerdotal en 1939. Volvió a Niepokalanów y fue un estrecho colaborador de san Maximiliano Kolbe.

Sacerdote diligente, de fe profunda, piadoso y atento con la gente, por su delicada salud pasó a la enfermería de Lasek, donde fue arrestado por la Gestapo el 17 febrero de 1941, y trasladado, con el P. Kolbe y otros religiosos, a una cárcel de Varsovia. A principios de abril lo internaron en el campo de exterminio de Oswiecim o Auschwitz, donde, enfermo y maltratado, ayudaba material y espiritualmente a sus compañeros de infortunio.

En medio de los sufrimientos repetía: "Quiero ser clavado con Cristo en la cruz". Al acercarse la muerte pidió a uno de los prisioneros: "Cuenta a mis hermanos de Niepokalanów que he muerto aquí, fiel a Cristo y a la Inmaculada". Murió exhausto el 8 de mayo de 1941.

sábado, 6 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 06/05/2023 - Sábado de la 4ª semana de Pascua

Sabed que nos dedicamos a los gentiles
Primera Lectura. Hechos de los Apóstoles 13, 44-52

El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la Palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo.
Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía:
«Teníamos que anunciaros primero a vosotros la Palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra"».
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la Palabra del Señor.; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna.
La Palabra del Señor. se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio.
Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 97, 1-2ab. 2cd-3ab. 3cd-4
Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.

Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.

Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.

Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Quien me ha visto a mí ha visto al Padre.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me conocierais a mi, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Palabra de Dios



Santo Domingo Savio

Murió el 9 de marzo, pero la familia salesiana celebra su memoria el 6 de mayo. Fue un joven discípulo de san Juan Bosco que, desde la infancia, gozó de un ánimo dulce y alegre, y recorrió expeditamente el camino de la perfección cristiana, llegando a la santidad cuando todavía era un adolescente.

Nació en Riva de Chieri (Turín, Italia) el 2 de abril de 1842; su padre era herrero y su madre costurera. Fue un niño superdotado y desde pequeño hizo proyectos dignos de un cristiano maduro. Al hacer la primera comunión, se propuso "antes morir que pecar".

A los doce años, su padre lo presentó a Don Bosco, que quedó prendado de sus cualidades naturales y espirituales. Bajo la guía del Santo, alcanzó una madurez humana y cristiana precoz. Sus grandes devociones fueron Jesús Sacramentado, la Inmaculada Concepción de María, el Papa. Tenía una salud frágil y era de natural vivo y sensible, y tuvo que superarse y afrontar no pocas dificultades. La enfermedad lo obligó a dejar el Oratorio de Turín y trasladarse a Mondonio, donde murió el 9 de marzo de 1857.

Oración: Oh Dios, fuente de todo bien, que en santo Domingo Savio ofreces a los adolescentes un ejemplo admirable de caridad y de pureza: concédenos también a nosotros crecer como hijos en la alegría y en el amor hasta la plena estatura de Cristo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Benita

En Roma, santa Benita o Benedicta, virgen y monja romana, de la cual san Gregorio I Magno cuenta que descansó en el Señor, tal como ella misma había pedido con insistencia, a los treinta días de la muerte de santa Gala, quien la amaba de una manera especial por encima de las demás (s. VI).

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 5 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 05/05/2023 - Viernes de la 4ª semana de Pascua

Dios ha cumplido su promesa resucitando a Jesús
Primera Lectura. Hechos de los Apóstoles 13, 26-33

En aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: «Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que lo habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: “Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 2,6-7.8-9. 10-11
Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy. 
Yo mismo he establecido a mi Rey en Sión, mi monte santo». 
Voy a proclamar el decreto del Señor; 
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy. 

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones, 
en posesión, los confines de la tierra: 
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza».

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy. 
Y ahora, reyes, sed sensatos; escarmentad, 
los que regís la tierra: servid al Señor con temor, 
rendidle homenaje temblando. 

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

Palabra de Dios.


San Hilario de Arlés 400-449

Hombre de letras, de palabra fácil y brillante, con el éxito asegurado por su talento, no se rindió sin lucha a la vida de renuncias y de sacrificio que le proponía abrazar su pariente san Honorato, el abad de Lérins, cuando trataba de convencerle a su paso por la Borgoña.

Más tarde le encontramos como monje en Lérins, donde será el segundo abad cuando Honorato sea nombrado obispo de Arles, y en el 429, a la muerte de su maestro, en la silla episcopal de Arles cuando posiblemente no había cumplido aún treinta años.

Fue un obispo memorable, que solía recorrer su diócesis, aunque nevase, que predicaba horas y horas a sabios y a ignorantes, queriendo que todos compartiesen el tesoro de su fe, y que era compasivo y tierno con los pecadores, y duro hasta la denuncia pública y arriesgada con los grandes personajes.

Excesivo también, según las normas de lo que hoy se llama circunspección, era su amor a los pobres, y para poder hacer más limosnas vendió los vasos sagrados y trabajaba con sus propias manos, cultivaba los campos y trenzaba redes y esteras, pero la Iglesia no parece habérselo tenido en cuenta y le propone como modelo de ímpetu arrollador por la causa del Bien sin contemplaciones.

San Angel, Mártir

Fue uno de los primeros miembros de la Orden del Carmelo. Nació en Jerusalén y sus padres fueron judíos convertidos al cristianismo gracias a una aparición de la Santísima Virgen. Desde la infancia mostró extraordinarios dones para lo espiritual y lo intelectual. A los 15 años hablaba ya el griego, el latín y el hebreo.

A la temprana muerte de su hermano gemelo, San Ángel decide ingresar a la Orden Carmelita, y es admitido en el monasterio en el Monte Carmelo, en Palestina, donde vive como ermitaño durante cinco años.

En el siglo trece, los Carmelitas pasaron de ser una orden contemplativa a ser una orden de mendicantes; recordemos que era el siglo de la revolución espiritual de San Francisco de Asís y de Santo Domingo de Guzmán.

San Ángel es enviado eventualmente a Roma, para llevar un mensaje al papa Honorio III. A continuación recibe la encomienda de dirigirse a Sicilia, para ayudar a predicar contra la herejía de los cátaros, que habían tomado control de la isla. En Sicilia, convirtió a muchos con su predicación y milagros y en Palermo convirtió a más de 200 judíos.

Cuando se encontraba predicando a una multitud, en Locata, fue acuchillado por una banda de malhechores. Herido de muerte, cayó de rodillas y oró por todo el pueblo y en particular por los que lo habían herido. En el sitio donde murió se edificó una iglesia, y su sepulcro se convirtió muy pronto en sitio de peregrinación.

La Orden Carmelita venera a San Ángel como santo por lo menos desde 1456. En 1459, el papa Pío II aprobó su culto.

Catalina Cittadini

Nació en Bérgamo (Italia) el año 1801, en el seno de una familia humilde. A los siete años quedó huérfana de padre y madre y, con una hermana menor que ella, fue acogida en el orfanato de Conventino donde se educó y sacó el título de maestra.

Invitada por unos primos suyos sacerdotes, se trasladó a Somasca y se hizo cargo de la escuela municipal. Dio ejemplo a todos por su vida de piedad y de caridad, así como por su competencia y su dedicación a la tarea educativa.

En 1840, y con la colaboración de su hermana, abrió una escuela gratuita para niñas pobres, un orfanato y otras instituciones para la formación de la juventud. Algunas de sus alumnas se quedaron con ella para hacerse maestras, y de este núcleo surgió la nueva congregación de Hermanas Ursulinas de Somasca, para la educación y formación de niñas y jóvenes. Ella misma escribió las Constituciones del nuevo instituto, que fueron aprobadas por la Santa Sede después su muerte, acaecida en Somasca el 5 de mayo de 1857.

Fue beatificada el año 2001.

jueves, 4 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 04/05/2023 - Jueves de la 4ª semana de Pascua

Dios sacó de la descendencia de David un salvador: Jesús
Primera Lectura. Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 13-25

En aquellos días, Pablo y sus compañeros se hicieron a la vela en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Juan los dejó y se volvió a Jerusalén; ellos, en cambio, continuaron y desde Perge llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Acabada la lectura de la Ley y de los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a unos que les dijeran:
«Hermanos, si tenéis una palabra de exhortación para el pueblo, hablad».
Pablo se puso en pie y, haciendo seña con la mano de que se callaran, dijo:
«Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad: El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso; unos cuarenta años “los cuidó en el desierto”, “aniquiló siete naciones en la tierra de Canaán y les dio en herencia” su territorio; todo ello en el espacio de unos cuatrocientos cincuenta años. Luego les dio jueces hasta el profeta Samuel. Después pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. Lo depuso y les suscitó como rey a David, en favor del cual dio testimonio diciendo: "Encontré a David, hijo de Jesé, 'hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos'".
Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús. Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: "Yo no soy quien pensáis, pero, mirad, viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias de los pies"».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 88, 2-3. 21-22. 25 y 27
Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.

Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán,
por mi nombre crecerá su poder.
El me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora».

Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 13, 16-20
Cuando Jesús acabó de lavar los pies a sus discípulos, les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: "El que compartía mi pan me ha traicionado." Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Palabra de Dios


San Silvano de Gaza y compañeros mártires

Del latín significa "Habitante de la selva". Forma masculina de Silvana. Patrón de los leprosos.

En las minas de Feno, en Palestina, donde estaban condenados, san Silvano, obispo de Gaza, y treinta y nueve compañeros, mártires, todos ellos coronados con el martirio durante la misma persecución bajo Diocleciano, al ser decapitados por orden del césar Maximino Daya (c. 304).

Dentro del siguiente estudio de José Ramón Aja Sánchez ("Obispos y mártires palestino: el caso de Gaza s.IV") se nos ofrece información muy interesante sobre el Santo de hoy, teniendo como principal fuente a Eusebio de Cesarea:

I. La «Era de las Persecuciones» y los primeros mártires de Gaza

Fue durante la «Era de las Persecuciones» (último período del reinado del emperador Diocleciano) cuando tenemos noticia de que el primer obispo de Gaza en el siglo IV fue Silvano, que sumó en su persona su condición de haber sido también mártir cristiano durante la persecución del emperador Diocleciano (entre los años 303 y 311).

De él, el historiador eclesiástico Eusebio de Cesarea -su único mentor literario- nos informa de que era oriundo de Gaza (De martyribus Palaestinae, 13) y que fue un antiguo legionario que confesó su fé en el año 307 siendo presbítero (Ibidem 7); también nos dice que por esa razón fue condenado a trabajos forzados -ad metallum- en las minas de cobre de Feno -en las cercanías de Petra-, en la Palaestina Salutaris. Cuando la colonia de Feno fue disuelta, Silvano y otros treinta y nueve compañeros de fé fueron decapitados, en mayo del año 311.

La misma fuente es la que nos informa de otros mártires de menor importancia -oriundos de Gaza o bien martirizados allí- habidos durante la misma época: así por ejemplo Timoteo, que fue quemado vivo en Gaza en el 304, y Agapio y Tecla, que fueron arrojados a las fieras allí también en el 308. Igualmente Alejandro -que fue decapitado en Cesarea de Palestina en el 305- y del que se nos dice expresamente que era oriundo de Gaza. Por último sabemos que en esta misma ciudad un grupo de cristianos fue sorprendido leyendo los Evangelios en el año 309: el mismo Eusebio es el que nos cuenta cómo, después de ser sentenciados a muerte, sufrieron múltiples tormentos antes de morir, particularmente dos mujeres, Valentina, oriunda de Cesarea, y otra (¿Tea?) natural de la región de Gaza.

Nos interesa hacer observar que todos estos mártires lo fueron de la forma usual y clásica durante la «Era de las Persecuciones» y que las propias Acta Martyrum indican con sobrados detalles, no apartándose por lo tanto del modelo que siguieron los martirios de otros cristianos más renombrados, como Policarpo, Pionio o Perpetua. Quizá la excepción sea Silvano, ya que las circunstancias de su muerte sugieren más una ejecución sumaria, normal entre condenados a muerte, que un martirio en sentido religioso, como ya pensaba Duchesne.

En cualquier caso todos estos mártires nos hablan de la existencia de una muy modesta comunidad cristiana que empezaba a abrirse paso en el territorio de la pagana Gaza. Especialmente desde Maiuma, un enclave portuario rebosante de mercaderes y marineros egipcios donde al parecer se estaba concentrando la nueva fe como consecuencia de su cercanía a Egipto y de la receptividad que los puertos han tenido siempre hacia las

innovaciones de todo tipo.

Probablemente en la época de los martirios que narra Eusebio de Cesarea, Maiuma ya disfrutaba de una población cristiana mayoritaria. Esta circunstancia, y el apoyo del emperador Constantino al cristianismo, propició que Maiuma dejara de estar subordinada a Gaza, y adquiriera un rango administrativo autónomo adoptando el nuevo nombre de «Constancia».

San Gregorio el Iluminador

El Santo de Gregorio es el día 4 de mayo. San Gregorio nació en Armenia alrededor del año 257, fue curado en la ciudad de Cesarea donde vive bajo un estilo de vida totalmente cristiano. Fue padre de dos hijos cuyos nombres fueron Aristakes y Vertanes. En el año 298, el rey de Armenia Tiridates IV ordena restaurar los festivales paganos relacionados con la diosa Anahit. Gregorio, quien era un ferviente cristiano decide expresar su descontento y se niega a participar en las celebraciones que no fueran destinadas al único Dios. Como producto de su decisión, el rey decide lanzarlo como castigo a un hoyo ubicado en Khor Virap, donde permaneció durante trece años y es lo que se conoce como la famosa “Prisión de San Gregorio”.

Cuando el rey Tiridates enfermó decidió ponerlo en libertad y pedirle que fuera a salarlo, es así que Gregorio se presenta frente al rey y fue milagrosamente sanado, convirtiéndose oficialmente al catolicismo, éste hecho marcó la historia de Armenia, ya que se convirtió en el mayor país cristiano en el mundo entero.

Gregorio fue ordenado Obispo de Cesarea de Capadocia. Gregorio murió aproximadamente en el año 331, sus descendientes directos, entre ellos uno de sus hijos, forman una dinastía que se encargó de controlar al catolicismo armenio durante cien años y que en varias ocasiones se opuso a la familia real. Se le considera dentro del santoral católico no sólo por su ejemplo como defensor de la fe y por el tiempo que estuvo en prisión por reconocer su fe públicamente, sino también por los milagros manifestados a través de su presencia, y por ser el verdadero fundador de la Iglesia de Armenia.

San José María Rubio y Peralta

Nació en Dalías (Almería) en 1864, de familia numerosa y campesina. Estudió en los seminarios de Almería, Granada y Madrid, donde fue ordenado sacerdote en 1887. Ejerció diferentes ministerios en la diócesis madrileña, en la que pronto adquirió fama de santidad.

En 1906 entró en la Compañía de Jesús, que le encomendó diversos apostolados en Granada, Sevilla y Manresa (Barcelona), hasta su regreso en 1917 a Madrid, campo ya definitivo de su apostolado. Su actividad apostólica fue extraordinaria: pasaba muchas horas en el confesionario atendiendo a multitud de penitentes, predicó muchos ejercicios espirituales, en sus sermones y en su porte irradiaba bondad, organizó y dirigió obras e instituciones de vida cristiana, desarrolló una gran actividad social en barrios pobres, gozó de dones místicos extraordinarios.

Murió en Aranjuez (Madrid) el 2 de mayo de 1929. Juan Pablo II lo canonizó el 4 de mayo del 2003, y su memoria litúrgica se celebra el 4 de mayo.

Oración: Padre de las misericordias, que hiciste al bienaventurado sacerdote José María Rubio ministro de la reconciliación y padre de los pobres, concédenos que, llenos del mismo espíritu, socorramos a los abandonados y manifestemos a todos tu caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

miércoles, 3 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 03/05/2023 - Miércoles de la 4ª semana de Pascua. San Felipe y Santiago, apóstoles

El Señor se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles
Primera Lectura. Primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano. Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 18, 2-3. 4-5

A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra

A toda la tierra alcanza su pregón
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón,
y hasta los límites del orbe su lenguaje

A toda la tierra alcanza su pregón

Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí». «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Palabra de Dios

San Felipe Apóstol
NOMBRE, PROCEDENCIA Y PROFESIÓN

En las listas de los Doce Felipe siempre aparece en el quinto lugar (Mt 10,3Mc 3,18Lc 3,14He 1,13).

Aunque era de origen judío su nombre es griego al igual que el de Andrés lo cual constituye un pequeño signo de apertura cultural. Lo que sabemos de él nos lo facilita el Evangelio según san Juan.

Era de Betsaida, al igual que san Pedro y Andrés (Jn 1, 44) una pequeña localidad que pertenecía a la tetrarquía de uno de los hijos de Herodes el Grande, el cual también se llamaba Felipe (Lc 3,1).

VIVE CON JESÚS, INVITA A OTROS Y VE A DIOS EN JESÚS

El cuarto Evangelio cuenta que, después de haber sido llamado por Jesús, Felipe se encuentra con Natanael y le dice: "Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y también los profetas: Jesús el hijo de José, de Nazaret" (Jn 1, 45). Ante la respuesta más bien escéptica de Natanael (¿"De Nazareth puede salir algo bueno"?) Felipe no se rinde y replica con decisión: "Ven y lo verás(Jn 1, 46). Con esta respuesta clara y escueta Felipe muestra las características del auténtico testigo: no se contenta con presenciar el anuncio como una teoría, sino que interpela a quien le está escuchando, sugiriéndole que él mismo haga una experiencia personal de lo anunciado. Jesús utiliza esos dos mismos verbos cuando dos discípulos de Juan Bautista se acercan a él para preguntarle dónde vive. Jesús respondió: "Venid y lo veréis" (Jn 1, 38-39). Felipe invita a conocer a Jesús de cerca, a "venir" y "ver" es decir a entrar en un contacto de escucha, de respuesta y de comunión de vida con Jesús, día tras día. Tal como recuerda Marcos, Jesús escogió a los Doce con la finalidad principal de que "estuvieran con Él" (Mc 3, 14), es decir, de que compartieran su vida y aprendieran directamente de él, no sólo el estilo de su comportamiento, sino sobre todo quién era él realmente pues solo participando de su vida podrían conocerlo para luego anunciarlo. San Pablo en su carta a los Efesios también dirá que lo importante es "aprender de Cristo" (Ef 4, 20).

Con ocasión de la multiplicación de los panes, Jesús se dirigió precisamente a Felipe para obtener una respuesta sobre cómo resolver el problema, hizo a Felipe una pregunta precisa, algo sorprendente: dónde se podía comprar el pan necesario para dar de comer a toda la gente que lo seguía (Jn 6, 5). Felipe respondió con mucho realismo: "Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco" (Jn 6, 7). Tras esto Jesús tomó los panes, y, después de orar, los distribuyó. Así realizó la multiplicación de los panes.

Antes de la Pasión, algunos griegos que se encontraban en Jerusalén con motivo de la Pascua "se dirigieron a Felipe y le rogaron: 'Señor, queremos ver a Jesús'. Felipe fue a decírselo a Andrés y ambos fueron a decírselo a Jesús" (Jn 12, 20-22). En este caso actúa como intermediario entre la petición de algunos griegos y Jesús -probablemente hablaba griego y pudo hacer de intérprete; aunque se une a Andrés, el otro apóstol que tenía nombre griego, es a él a quien se dirigen los extranjeros.

Durante la última Cena, después de afirmar Jesús que conocerlo a Él significa también conocer al Padre (Jn 14, 7), Felipe, casi ingenuamente, le pide: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta" (Jn 14, 8). Jesús le responde con un tono de benévolo reproche: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? (...) Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí" (Jn 14, 9-11). Son unas de las palabras más sublimes del evangelio según san Juan. Contienen una auténtica revelación. En esta respuesta a Felipe, Jesús hace referencia a su propia persona como tal, dando a entender que no sólo se le puede comprender a través de lo que dice, sino sobre todo a través de lo que él es. Dios asumió un rostro humano, el de Jesús, y por consiguiente desde ese momento si queremos conocer realmente el rostro de Dios, nos basta con contemplar el rostro de Jesús. En su rostro vemos relamente quién es Dios y cómo es Dios. Aunque el Evangelio nada nos dice sobre si Felipe entendió aquella respuesta de Jesús, entregó totalmente su vida al Señor.

MUERTE

Según algunas narraciones posteriores (Hechos de Felipe y otras) habría evangelizado primero Grecia y después Frigia, donde habría afrontado la muerte, en Hierápolis, con un suplicio que según algunos fue crucifixión y según otros lapidación.

La vida de Felipe ha de ser ejemplo para encontrar el objetivo al que debe orientarse nuestra vida: encontrar a Jesús, tratando de ver en Él a Dios mismo, al Padre Celestial.

Felipe nos enseña a dejarnos conquistar por Jesús, a estar con Él y a invitar también a otros a compartir esta compañía indispensable y así viendo, encontrando a Dios, dar con la verdadera vida.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que nos alegras todos los años con la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo, para que merezcamos llegar a contemplar en el cielo el esplendor de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santiago el menor Apóstol

En Mateo 7, 17 leemos "Todo árbol bueno, da frutos buenos", Santiago lo repite y nos lo dice directamente a nosotros, hablándonos de las obras como fruto normal de la Fe: "Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" (Sant 2, 26).

NOMBRE

Santiago, apellidado "el Menor" para distinguirlo del otro Apóstol Santiago, el hermano de Juan. Era pariente de la Virgen María y del Señor, hijo de Alfeo, fue obispo de la primera comunidad judeo-cristiana de Jerusalén y desarrolló una intensa actividad misionera; escribió la Epístola Católica que lleva su nombre; es el apóstol con quien Pablo convertido toma contacto, y a quien el Concilio de Jerusalén concede un papel importante en momentos cruciales del desarrollo de la evangelización. Murió mártir en Jerusalén hacia el año 62.

EL JUSTO, EL HERMANO DEL SEÑOR

Encontramos la siguiente información histórica recogida por Eusebio de Cesarea en su "Historia Eclesiástica (HE II 1, 2-5)": Santiago, el llamado hermano del Señor, a quien los antiguos pusieron el sobrenombre de Justo, por el mérito superior de su virtud, se refiere que fue el primero a quien se confió el trono episcopal de la Iglesia de Jerusalén. Clemente en el libro VI de las Hypotyposeis, aduce lo siguiente: "Porque, dicen, después de la ascensión del Salvador, Pedro, Santiago y Juan, aunque habían sido los predilectos del Salvador, no se adjudicaron este honor, sino que eligieron obispo de Jerusalén a Santiago el Justo". Y el mismo autor, en el libro VII de la misma obra, dice todavía sobre él lo que sigue: "El Señor, después de su ascensión, hizo entrega del conocimiento a Santiago el Justo, a Juan y a Pedro, y éstos se lo transmitieron a los demás apóstoles, y los demás apóstoles a los setenta, uno de los cuales era también Bernabé.

"Hubo dos Santiagos: uno, el Justo, que fue precipitado desde el pináculo del templo y rematado a golpes con un mazo de batán; y el otro, el que fue decapitado". En esta cita de Clemente de Alejandría, al no mencionar mas que estos dos Santiagos parece que Clemente identifica a Santiago el Justo o hermano del Señor con Santiago, hijo de Alfeo (o de Cleofás) uno de los Doce, según Mt 10,3; Mc 3,18; Jn 19,25; Hechos 1,13.

De Santiago el Justo hace mención también Pablo cuando escribe: Otro apóstol no vi, si no es a Santiago, el hermano del Señor (Gal 1,19)

MARTIRIO (tal cual se refiere en el capítulo 23 del II Libro II de la historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea - HE II 23)

Al apelar Pablo al César y ser enviado por Festo a la ciudad de Roma (Hechos 25,11-12; 27,1), los judíos, frustrada la esperanza que les indujo a tenderle asechanzas, se volvieron contra Santiago el hermano del Señor al que los Apóstoles habían confiado el trono episcopal de Jerusalén. Lo que sigue es lo que osaron hacer también contra él.

Lo condujeron al medio, y delante de todo el pueblo le pedían que renegase de la fe de Cristo. Pero cuando él, contra el parecer de todos, con voz libre y hablando más abiertamente de lo que esperaban, delante de toda la muchedumbre se puso a confesar que nuestro Salvador y Señor Jesús era hijo de Dios, ya no fueron capaces de soportar más el testimonio de este hombre, justamente porque se le consideraba el más justo entre todos por la cima de sabiduría y piedad a que había llegado en su vida, y lo mataron, aprovechando oportunamente la falta de gobierno, pues habiendo muerto en Judea por aquel entonces Festo, la administración del país quedó sin jefe y sin control (estos meses de anarquía entre la muerte de P. Festo y la llegada del sucesor, Luceyo Albino -el verano u otoño del 62, lo más tarde-, los aprovechó el sumo sacerdote Ananos - hijo del Ananos o Anás de la pasión de Cristo- para juzgar y lapidar a sus enemigos. Una de las víctimas, según los manuscritos de Josefo fue "Santiago, el hermano de Jesús llamado Cristo". De aquí se desprende que la muerte de Santiago debió de ocurrir el 62).

El modo como tuvo lugar la muerte de Santiago ya lo han dejado claro las palabras citadas de Clemente, que cuenta cómo lo arrojaron desde el pináculo del templo y lo apalearon hasta matarlo. Pero quien narra con mayor exactitud todo lo que a él se refiere es Hegesipo (Nacido antes del año 110 procedía de Palestina aunque de familia de habla griega; muy fácilmente conocería todavía a algunos miembros de la comunidad primitiva, muy ancianos ya. Para la realización de su obra redactada hacia el año 180 contaría con rico arsenal de tradiciones orales y también echaría mano de fuentes escritas, judeo-cristianas en su mayor parte) perteneciente a la primera generación sucesora de los apóstoles y que, en el libro V de sus Memorias dice así: "Sucesor en la dirección de la Iglesia es, junto con los apóstoles, Santiago, el hermano del Señor. Todos le dan el sobrenombre de Justo', desde los tiempos del Señor hasta los nuestros, pues eran muchos los que se llamaban Santiago.

 Pero solo éste fue santo desde el vientre de su madre. No bebió vino ni bebida fermentada, ni comió carne; sobre su cabeza no pasó tijera ni navaja y tampoco se unjió con aceite ni usó del baño. Sólo a él le estaba permitido entrar en el santuario, pues no vestía de lana, sino de lino. Y sólo él penetraba en el templo, y allí se le encontraba arrodillado y pidiendo perdón por su pueblo, tanto que sus rodillas se encallecieron como las de un camello, por estar siempre de rodillas adorando a Dios y pidiendo perdón para el pueblo. Por su eminente rectitud se le llamaba "el Justo" y "Oblías", que en griego quiere decir protección del pueblo y Justicia. Así pues, algunos de las siete sectas que hay en el pueblo y que yo describí anteriormente (en las Memorias) trataban de informarse de Santiago sobre quién era la puerta de Jesús, y él respondía que éste era el Salvador. 

Algunos creyeron que Jesús era el Cristo. Pero estas sectas no creyeron ni en la resurrección ni en que vendrá a dar a cada uno según sus obras. Más cuantos creyeron lo hicieron por Santiago. Siendo pues, muchos los que creyeron, incluso de entre los jefes, los judíos, escribas y fariseos se alborotaron diciendo: todo el pueblo corre el peligro de esperar al Cristo en Jesús. Se reunieron, pues, delante de Santiago y dijeron: 'Te lo pedimos: retén al pueblo, que está en un error respecto de Jesús, como si él fuera el Cristo. Te pedimos que persuadas acerca de Jesús a todos los que vengan para el día de la Pascua porque a tí todos te obedecemos. Yérguete, pues, sobre el pináculo del Templo para que desde lo alto seas bien visible y el pueblo todo oiga tus palabras, porque con motivo de la Pascua se reúnen todas las tribus, incluso con los gentiles. 

Y así los susodichos escribas y fariseos pusieron a Santiago de pie sobre el pináculo del templo y le dijeron a gritos: 'Oh, tú, el Justo!, a quien todos debemos obedecer puesto que el pueblo anda extraviado detrás de Jesús el crucificado, dinos quién es la puerta de Jesús'. Y él respondió con una gran voz '¿Por qué me preguntáis sobre el Hijo del Hombre? También él está sentado en el cielo a la diestra del gran poder y ha de venir sobre las nubes del cielo'. Y siendo muchos los que se convencieron del todo y ante el testimonio de Santiago, prorrumpieron en alabanzas diciendo:'¡Hosanna al Hijo de David!' Entonces los mismos escribas y fariseos de nuevo se dijeron unos a otros: 'Hicimos mal en proporcionar un testimonio así a Jesús, pero, subamos y arrojémosle abajo, para que cobren miedo y no crean'. Y se pusieron a gritar diciendo: 'Oh, oh, también el Justo se ha extraviado!' Y así cumplieron la escritura que se halla en Isaías: Quitemos de en medio al justo, que nos es incómodo. Entonces comerán el fruto de sus obras. Subieron, pues, y arrojaron abajo al Justo. Y se decían unos a otros: 'Lapidemos a Santiago el Justo!' Y comenzaron a apedrearlo, porque al caer arrojado no había muerto. Más él, volviéndose, se arrodilló y dijo: 'Yo te lo pido, Señor, Dios Padre: perdónalos, porque no saben lo que hacen'. Y cuando estaban así lapidándole, un sacerdote, uno de los hijos de Recab, hijo de los Recabín, de los que el profeta Jeremías había dado testimonio, gritaba diciendo: '¡Parad!, ¿qué estáis haciendo?¡El Justo ruega por vosotros!' Y uno de ellos, batanero, agarró el mazo con que batía los paños y dió con él en la cabeza del Justo, y así es como éste sufrió martirio. Lo enterraron en el lugar aquel, junto al templo, y todavía se conserva su estela al lado del templo. Santiago era ya un testigo veraz para judíos y para griegos de que Jesús es el Cristo. Y en seguida Vespasiano los sitió".

Esto es lo que Hegesipo refiere prolijamente, concordando al menos con Clemente. Era Santiago un hombre tan admirable y tanto se había extendido entre todos los demás la fama de su rectitud, que incluso los judíos sensatos pensaban que esta era la causa del asedio de Jerusalén, comenzando inmediatamente después de su martirio, y que por ningún otro motivo les había sobrevenido más que por causa del crimen sacrílego cometido contra él. Flavio Josefo no vaciló en atestiguar también esto por escrito con estas palabras: "Esto sucedió a los judíos en venganza de Santiago el Justo, hermano de Jesús, el llamado Cristo, porque precisamente los judíos le habían dado muerte aunque era un hombre justísimo". El mismo autor describe también la muerte de Santiago en el libro XX de sus "Antigüedades Judías".

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que nos alegras todos los años con la fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, participar en la muerte y resurrección de tu Hijo, para que merezcamos llegar a contemplar en el cielo el esplendor de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 2 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 02/05/2023 - Martes de la 4ª semana de Pascua

Se pusieron a hablar a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 11,19-26

En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor. Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 86, 1-3, 4-5. 6-7

Alabad al Señor todas las naciones.
Él la ha cimentado sobre el monte santo; 
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Alabad al Señor todas las naciones.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; 
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí.» 
Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella; 
el Altísimo en persona la ha fundado».

Alabad al Señor todas las naciones.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: 
«Éste ha nacido allí.» 
Y cantarán mientras danzan: 
«Todas mis fuentes están en ti».

Alabad al Señor todas las naciones.

Yo y el Padre somos uno
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 10, 22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente». Jesús les respondió: «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado, es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra de Dios

San Atanasio, Arzobispo de Alejandría y Doctor de la Iglesia

Acaba de extenderse justamente por Occidente la persecución (311), cuando la herejía más radicalmente anticristiana sacudió a la Iglesia hasta en sus mismos cimientos: en Alejandría un sacerdote llamado Arrio empezó a negar la divinidad de Jesucristo.

Se convocó en Nicea un concilio, el primero de los ecuménicos (325). Condenaría éste a Arrio definiendo que Jesús es "Dios de Dios, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre". La crisis seguiría creciendo durante más de cincuenta años. En algunas ocasiones parecía todo perdido para la verdadera fe, pero Dios suscitó unos defensores enérgicos de la misma. Uno de los más notables fue el obispo Atanasio de Alejandría.

Nació en Alejandría de Egipto el año 295, de padres cristianos. Fue colaborador y sucesor, el año 328, del obispo de Alejandría san Alejandro, a quien acompañó siendo diácono al Concilio de Nicea.

Atanasio, en su defensa valerosa de la recta fe católica proclamada en Nicea y en particular la divinidad de Jesucristo contra los arrianos, no temía ni al emperador, ni a los sínodos de obispos sometidos al poder imperial, ni a la fuerza pública, ni al mismo sufrimiento. A lo largo de cuarenta y cinco años de episcopado (328-373), hubo de soportar cinco destierros, inflexible en su fe, como modelo acabado de pastor que hace frente a todo por defender las razones de vida de su pueblo, más que las suyas propias.

Siendo como era Atanasio un hombre de carácter, no sólo se mostraba intrépido en la acción, sino que también sabía escribir, ya fuera para cantar el estado de virginidad y exaltación de la vida eremítica, para exponer la fe ante los arrianos o para mostrar la ternura de su amor hacia Cristo, Dios hecho hombre, en quien ponía toda su confianza, puesto que "Dios se hizo hombre para que el hombre se divinizara". También es suya la frase "No veréis a nadie que se esfuerce realmente por su avance y que no se entregue a la lectura espiritual", señaló, "y en quien lo descuide, el hecho pronto se observará en su progreso".

Escribió excelentes obras apologéticas y expositivas de la fe. Difundió incluso en Occidente el ideal monástico. Mención especial merece su Vida de San Antonio, en la que narra la vida del santo Abad y que luego sirvió de modelo a las hagiografías.

Murió en su sede de Alejandría el año 373.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que hiciste de tu obispo san Atanasio un preclaro defensor de la divinidad de tu Hijo, concédenos, en tu bondad, que, fortalecidos con su doctrina y protección, te conozcamos y te amemos cada vez más plenamente. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

lunes, 1 de mayo de 2023

Lecturas y Santoral 01/05/2023 - Lunes de la 4ª semana de Pascua

Así pues, también a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida
Primera Lectura. Hechos de los Apóstoles 11, 1-18

En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. Cuando Pedro subió a Jerusalén, los de la circuncisión le dijeron en son de reproche:
«Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con ellos».
Pedro entonces comenzó a exponerles los hechos por su orden, diciendo:
«Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis una visión: una especie de recipiente que bajaba, semejante a un gran lienzo que era descolgado del cielo sostenido por los cuatro extremos, hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi cuadrúpedos, de la tierra, fieras, reptiles y pájaros del cielo. Luego oí una voz que me decía: “Levántate, Pedro, mata y come”. Yo respondí: “De ningún modo, Señor, pues nunca entró en mi boca cosa profana o impura”. Pero la voz del cielo habló de nuevo: “Lo que Dios ha purificado, tú no lo consideres profano”. Esto sucedió hasta tres veces, y de un tirón lo subieron todo de nuevo al cielo.
En aquel preciso momento llegaron a la casa donde estábamos tres hombres enviados desde Cesarea en busca mía. Entonces el Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin dudar. Me acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: “Manda recado a Jafa y haz venir a Simón, llamado Pedro; él te dirá palabras que traerán la salvación a ti y a tu casa”.
En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; entonces me acordé de lo que había dicho: “Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo”. Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para oponerme a Dios?».
Oyendo esto, se calmaron y alabaron a Dios diciendo:
«Así pues, también a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que lleva a la vida».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 41, 2-3; 42, 3. 4
Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.

Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo
Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo
Yo soy la puerta de las ovejas
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:
«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.
Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Palabra de Dios


San José obrero

El uno de mayo, fiesta del trabajo, conmemoramos a san José, el esposo de la Virgen María, el artesano de Nazaret, bajo cuya tutela vivió y se inició en el trabajo y en el mundo social Jesús, llamado por sus conciudadanos "el hijo del carpintero".

La fiesta la estableció Pío XII en 1955 y quiere ser una catequesis sobre el significado del trabajo humano a la luz de la fe. San José, hombre sencillo de pueblo, nos da el ejemplo de una vida honesta y laboriosa, ganándose el pan con el sudor de su frente, para él y para los a él confiados, por los servicios prestados a su prójimo.

José ennobleció el trabajo, que ejerció sostenido y alentado por la convivencia con Jesús y María.

Oración: Dios todopoderoso, creador del universo, que has impuesto la ley del trabajo a todos los hombres, concédenos que, siguiendo el ejemplo de san José, y bajo su protección, realicemos las obras que nos encomiendas y consigamos los premios que nos prometes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Peregrino Laziosi religioso (¿1265?-1345) patrón de los enfermos de cáncer y sida

Nació en la villa de Forli, en Italia, hijo de la noble familia Laziosi; era la época de las pugnas entre el emperador romano-germánico y el papa.

En esos tiempos, Forli pertenecía a los Estados Pontificios, gobernados por el papa. Sin embargo, la ciudad se había rebelado, y el sumo pontífice la había colocado en interdicto.

Durante una rebelión popular, acudió a ese sitio el embajador papal de paz, el Santo Felipe Benizio a tratar de convencer a la turbamulta de que desistieran de su revuelta, pero fue en vano; entre la muchedumbre se encontraba Peregrino Laziosi, quien lo insultó y le dio una bofetada; el santo Felipe con calma giró la otra mejilla, rezó por la juventud, y el arrogante hijo de noble se arrepintió. Peregrino se convirtió, se postró a sus pies y le pidió perdón.

Cuenta la tradición que él recibió una visión de Nuestra Señora en la que le dijo ir a Siena, Italia, y allí unirse a la Orden de los Frailes Servitas. Después de una empeñosa educación teológica y su ordenación, la orden lo asignó a cumplir labores a su ciudad natal.

A partir de entonces, San Peregrino vivió como fraile, dedicado a la oración y el culto a la Virgen María. Él sirvió y trabajó ahí tanto como le fue posible, en el silencio completo, en la soledad, y con el asombroso ofrecimiento penitente de no sentarse durante 30 años. Le conocían como un ferviente predicador, un orador excelente, y como confesor era conocido como el más apacible y comprensivo.

Acaso por permanecer de pie tanto tiempo, eventualmente adquirió venas varicosas que degeneraron en gangrena, o bien fue víctima de un cáncer; en todo caso, los médicos de la época diagnosticaron que había que amputarle urgentemente la pierna.

La noche anterior a la operación, San Peregrino se sumió con fervor en sus oraciones, pidiéndole a Jesús el bien, hasta que se quedó dormido. Sin embargo, en sueños se le presentó Cristo crucificado, quien bajó de la cruz y le tocó la pierna.

A la mañana siguiente, todos en la comunidad atestiguaron asombrados el milagro de que la pierna de San Peregrino había sanado completamente.

Por esta causa se le invoca como intercesor para casos de cáncer y de síndrome de inmunodeficiencia adquirida.

Fue fundador de una casa de la orden de los servitas en Forli, Italia, en la cual murió en el año 1345.

En 1726, San Peregrino Laziosi fue canonizado por el papa Benedicto XIII.