viernes, 7 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 07/07/2023 - Viernes de la 13ª semana de Tiempo Ordinario

Isaac con el amor de Rebeca se consoló de la muerte de su madre
Primera Lectura. Génesis 23, 1-4. 19; 24, 1-8. 62-67

Sara vivió ciento veintisiete años. Murió Sara en Quiriat Arbá, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán.
Abrahán fue a hacer duelo por Sara y a llorarla.
Después Abrahán dejó a su difunta y habló así a los hititas:
"Yo soy un emigrante, residente entre vosotros. Dadme un sepulcro en propiedad, entre vosotros, para enterrar a mi difunta".
Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán.
Abrahán era anciano, de edad avanzada, y el Señor había bendecido a Abrahán en todo.
Abrahán dijo al criado más viejo de su casa, que administraba todas las posesiones:
"Pon tu mano bajo mi muslo y júrame por el Señor, Dios del cielo y la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito, sino que irás a mi tierra nativa a tomar mujer para mi hijo Isaac".
El criado contestó:
"Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tengo que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?".
Abrahán le replicó:
"De ninguna manera lleves a mi hijo allá. El Señor, Dios del cielo, que me sacó de la casa paterna y del país nativo, y que me juró: "A tu descendencia daré esta tierra", enviará su ángel delante de ti, y traerás de allí mujer para mi hijo. Pero, si la mujer no quiere venir contigo, quedas libre del juramento. Mas a mi hijo, no lo lleves allá".
Después de mucho tiempo, Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roi. Por entonces habitaba en la región del Negueb.
Una tarde, salió a pasear por el campo y, alzando la vista, vio acercarse unos camellos.
También Rebeca alzó la vista y, al ver a Isaac, bajó del camello.
Ella dijo al criado:
"¿Quién es aquel hombre que viene por el campo en dirección a nosotros?".
Respondió el criado:
"Es mi amo".
Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.
Isaac la condujo a la tienda de su madre Sara, la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 105, 1b-2. 3-4b. 4c-5
Dad gracias al Señor porque es bueno.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
pregonar toda su alabanza?

Dad gracias al Señor porque es bueno.
Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí
por amor a tu pueblo.

Dad gracias al Señor porque es bueno.
Visítame con tu salvación:
para que vea la dicha de tus escogidos,
y me alegre con la alegría de tu pueblo,
y me gloríe con tu heredad.

Dad gracias al Señor porque es bueno.
No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
"Sígueme".
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
"¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?"
Jesús lo oyó y dijo:
"No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa 'Misericordia quiero y no sacrificio': que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores".

Palabra de Dios




San Fermín obispo y mártir (272-303)

Nació en Pompaelo, la actual Pamplona, en Navarra, España, en una época en la que la Hispania aún era una provincia del Imperio Romano.

De acuerdo con la tradición, San Fermín fue hijo de un alto funcionario romano llamado Firmo, que fue gobernante de Pamplona y más tarde senador.
Cuando llegó a la región San Saturnino de Tolosa con sus prédicas, sus padres quedaron cautivados, y él mismo los habría bautizado junto con su hijo Fermín.

Más tarde, San Fermín se formó como discípulo de San Honesto, quien lo instruyó en la religión y en el arte de la oratoria, y lo envió a Tolosa para ser ordenado.

San Fermín predicó primeramente en Navarra, donde se le considera primer obispo de Pamplona. Luego fue enviado a predicar el Evangelio a la Galia, al territorio de la actual Francia.

Estuvo activo en varias ciudades. Una persecución contra los cristianos lo cogió por sorpresa en la actual Beauvais, donde fue hecho prisionero; se dice que todos los habitantes del pueblo invadieron la cárcel para liberarlo.

Finalmente se estableció en Amiens, al norte de Francia, donde fue nombrado obispo hacia 296. San Fermín había iniciado la construcción de la iglesia de la localidad. Cuando el gobernador le ordenó que dejara de predicar el cristianismo, pero él mandó decirle que no podía dejar de hacerlo.

Por el cargo de desobediencia San Fermín fue hecho prisionero, y al negarse a abjurar de su religión lo condenaron a morir decapitado.
En el siglo XII, algunas reliquias de San Fermín fueron llevadas a Pamplona, y desde entonces se le venera con fervor en Navarra. Las fiestas de San Fermín en Pamplona son célebres en la actualidad por los encierros que se practican con toros de lidia corriendo en libertad por las calles hasta llegar a la plaza de toros.

San Panteno S.II
Hombre de gran cultura que perteneció a la secta de los estoicos pero que, tras su conversión al cristianismo, se volvió un ardiente y celoso predicador de la Palabra lo que le mereció ser nombrado catedrático y director de la famosa escuela catequética de Alejandría.

Las fuentes históricas nos señalan que nació en Sicilia (Italia) alrededor del año 140.

Aunque se desconocen más datos de su infancia y juventud, se sabe que Panteno era filósofo estoico. Mas, habiendo conversado y trabado amistad con algunos cristianos, quedó tan enamorado de la doctrina de Jesucristo que abrió los ojos a la luz de la fe y abrazó de todo corazón la ley del Evangelio, dejando definitivamente las supersticiones de los falsos dioses y los libros de la humana filosofía.

Tras su conversión, estudió con gran cuidado las divinas Escrituras, conferenciando sobre ellas con algunos varones virtuosos y eruditos que habían sido discípulos de los santos Apóstoles.

Llegado a Alejandría (Egipto), se hizo alumno de la afamada escuela del lugar, en la que enseñaban los discípulos de San Marcos Evangelista. En silencio escuchaba todas sus lecciones y ocultaba con tan rara modestia y humildad sus grandes talentos, que costó mucho trabajo a sus maestros el descubrirlos. En el 179, por voz común fue nombrado maestro del dogma e interpretación de la Sagrada Escritura, siendo el más ilustre entre todos los de su tiempo, lo que le valió el ser elegido director de la escuela.

Como enseñaba con excelente método, atraía de muchas y lejanas tierras a numerosos discípulos los cuales, viendo la gran ventaja que hacía aquella doctrina del cielo a las de los otros filósofos, abrazaban la fe cristiana y pregonaban por todas partes la admirable sabiduría de su maestro.

Los cristianos de la India (los escritores griegos y latinos de la época aplicaban el nombre de "India" a Arabia, Etiopía, Libia, Partía, Persia y las tierras de los medos) que estudiaban en la Escuela de Alejandría, rogaron a San Panteno que fuese a su país "para predicar a los brahamanes", según menciona San Jerónimo. El santo, vencido por sus ruegos, se encaminó a aquellas apartadas regiones, confirmando su misión Demetrio, Obispo de Alejandría, quien le nombró predicador del Evangelio en las naciones del Oriente.

También el historiador Eusebio señala que Panteno encontró en aquellas tierras (muy probablemente Yemen y Etiopía) la semilla de la fe, puesto que halló una copia del Evangelio de San Mateo, en caracteres hebreos, llevado a aquellos lugares por San Bartolomé.

De vuelta en Alejandría, San Panteno -ya de edad muy avanzada- continuó leyendo algunas lecciones hasta que lleno de méritos y virtudes fue llamado por el Padre, en tiempos del emperador Antonino Caracalla (211-217). Le sucedió en la dirección de la escuela su discípulo, San Clemente de Alejandría, quien reconoció a Panteno como el mejor de sus maestros y le llamó "la Abeja siciliana" por su elocuencia.

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 6 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 06/07/2023 - Jueves de la 13ª semana de Tiempo Ordinario

El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Primera Lectura. Génesis 22, 1-19

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo: "¡Abrahán!".
Él respondió: "Aquí estoy"
Dios dijo:
"Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré".
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el holocausto y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
Al tercer día levantó Abrahán los ojos y divisó el sitio de lejos. Abrahán dijo a sus criados:
"Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros".
Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre:
"Padre"
Él respondió: "Aquí estoy, hijo mío".
El muchacho dijo:
"Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto?".
Abrahán contestó:
-"Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío".
Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán alargo la mano tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
"¡Abrahán, Abrahán!"
Él contestó: "Aquí estoy".
El ángel le ordenó:
"No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo".
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Abrahán llamó aquel sitio "El Señor ve", por lo que se dice aún hoy "El monte del Señor ve".
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo:
"Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz".
Abrahán volvió al lado de sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba, y Abrahán se quedó a vivir en Berseba.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9
Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida".

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de los vivos.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
"¡Animo, hijo!, tus pecados te son perdonados".
Algunos de los escribas se dijeron:
"Este blasfema".
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
"¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o decir: 'Levántate y echa a andar'? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados - entonces dice al paralítico -: 'Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa'".
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra de Dios

Santa María Goretti S. XX

María nació el 16 de octubre de 1890, en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, tercera de siete hijos de una familia pobre de bienes terrenales pero rica en fe y virtudes, cultivadas por medio de la oración en común, rosario todos los días y los domingos Misa y sagrada Comunión. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen. A los seis años recibirá el sacramento de la Confirmación.

Después del nacimiento de su cuarto hijo, Luigi Goretti, por la dura crisis económica por la que atravesaba, decidió emigrar con su familia a las grandes llanuras de los campos romanos, todavía insalubres en aquella época. Se instaló en Ferriere di Conca, poniéndose al servicio del conde Mazzoleni, es aquí donde María muestra claramente una inteligencia y una madurez precoces, donde no existía ninguna pizca de capricho, ni de desobediencia, ni de mentira. Es realmente el ángel de la familia.

Tras un año de trabajo agotador, Luigi contrajo una enfermedad fulminante, el paludismo, que lo llevó a la muerte después de padecer diez días. Como consecuencia de la muerte de Luigi, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores. María lloraba a menudo la muerte de su padre, y aprovecha cualquier ocasión para arrodillarse delante de su tumba, para elevar a Dios sus plegarias para que su padre goce de la gloria divina.

Junto a la labor de cuidar de sus hermanos menores, María seguía rezando y asistiendo a sus cursos de catecismo. Posteriormente, su madre contará que el rosario le resultaba necesario y, de hecho, lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. Así como la contemplación del crucifijo, que fue para María una fuente donde se nutría de un intenso amor a Dios y de un profundo horror por el pecado.
Amor intenso al Señor
María desde muy chica anhelaba recibir la Sagrada Eucaristía. Según era costumbre en la época, debía esperar hasta los once años, pero un día le preguntó a su madre: -Mamá, ¿cuándo tomaré la Comunión?. Quiero a Jesús. -¿Cómo vas a tomarla, si no te sabes el catecismo? Además, no sabes leer, no tenemos dinero para comprarte el vestido, los zapatos y el velo, y no tenemos ni un momento libre. -¡Pues nunca podré tomar la Comunión, mamá! ¡Y yo no puedo estar sin Jesús! -Y, ¿qué quieres que haga? No puedo dejar que vayas a comulgar como una pequeña ignorante. Ante estas condiciones, María se comenzó a preparar con la ayuda de una persona del lugar, y todo el pueblo la ayuda proporcionándole ropa de comunión. De esta manera, recibió la Eucaristía el 29 de mayo de 1902.

La comunión constante acrecienta en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa angélica virtud a toda costa. Un día, tras haber oído un intercambio de frases deshonestas entre un muchacho y una de sus compañeras, le dice con indignación a su madre: -Mamá, ¡qué mal habla esa niña! -Procura no tomar parte nunca en esas conversaciones. -No quiero ni pensarlo, mamá; antes que hacerlo, preferiría…Y la palabra morir queda entre sus labios. Un mes después, sucedería lo que ella sentenció.

Pureza eterna
Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro. Las dos familias viven en apartamentos separados, pero la cocina es común. Luigi se arrepintió enseguida de aquella unión con Giovanni Serenelli, persona muy diferente de los suyos, bebedor y carente de discreción en sus palabras.

Después de la muerte de Luigi, Assunta y sus hijos habían caído bajo el yugo despótico de los Serenelli, María, que ha comprendido la situación, se esfuerza por apoyar a su madre: -Ánimo, mamá, no tengas miedo, que ya nos hacemos mayores. Basta con que el Señor nos conceda salud. La Providencia nos ayudará. ¡Lucharemos y seguiremos luchando!Desde la muerte de su marido, Assunta siempre estuvó en el campo y ni siquiera tiene tiempo de ocuparse de la casa, ni de la instrucción religiosa de los más pequeños. María se encarga de todo, en la medida de lo posible. Durante las comidas, no se sienta a la mesa hasta que no ha servido a todos, y para ella sirve las sobras. Su obsequiosidad se extiende igualmente a los Serenelli. Por su parte, Giovanni, cuya esposa había fallecido en el hospital psiquiátrico de Ancona, no se preocupa para nada de su hijo Alessandro, joven robusto de diecinueve años, grosero y vicioso, al que le gusta empapelar su habitación con imágenes obscenas y leer libros indecentes. En su lecho de muerte, Luigi Goretti había presentido el peligro que la compañía de los Serenelli representaba para sus hijos, y había repetido sin cesar a su esposa: -Assunta, regresa a Corinaldo! Por desgracia Assunta está endeudada y comprometida por un contrato de arrendamiento.

Después de tener mayor contacto con la familia Goretti, Alessandro comenzó a hacer proposiciones deshonestas a la inocente María, que en un principio no comprende. Más tarde, al adivinar las intenciones perversas del muchacho, la joven está sobre aviso y rechaza la adulación y las amenazas. Suplica a su madre que no la deje sola en casa, pero no se atreve a explicarle claramente las causas de su pánico, pues Alessandro la ha amenazado: -Si le cuentas algo a tu madre, te mato. Su único recurso es la oración. La víspera de su muerte, María pide de nuevo llorando a su madre que no la deje sola, pero, al no recibir más explicaciones, ésta lo considera un capricho y no concede ninguna importancia a aquella reiterada súplica.

El 5 de julio, a unos cuarenta metros de la casa, están trillando las habas en la tierra. Alessandro lleva un carro arrastrado por bueyes. Lo hace girar una y otra vez sobre las habas extendidas en el suelo. Hacia las tres de la tarde, en el momento en que María se encuentra sola en casa, Alessandro dice:

-"Assunta, ¿quiere hacer el favor de llevar un momento los bueyes por mí?" Sin sospechar nada, la mujer lo hace. María, sentada en el umbral de la cocina, remienda una camisa que Alessandro le ha entregado después de comer, mientras vigila a su hermanita Teresina, que duerme a su lado.
-"¡María!, grita Alessandro. -¿Qué quieres? -Quiero que me sigas. -¿Para qué? -¡sígueme!-Si no me dices lo que quieres, no te sigo".
Ante semejante resistencia, el muchacho la agarra violentamente del brazo y la arrastra hasta la cocina, atrancando la puerta. La niña grita, pero el ruido no llega hasta el exterior. Al no conseguir que la víctima se someta, Alessandro la amordaza y esgrime un puñal. María se pone a temblar pero no sucumbe. Furioso, el joven intenta con violencia arrancarle la ropa, pero María se deshace de la mordaza y grita:
-No hagas eso, que es pecado… Irás al infierno.
Poco cuidadoso del juicio de Dios, el desgraciado levanta el arma:-Si no te dejas, te mato.
Ante aquella resistencia, la atraviesa a cuchilladas. La niña se pone a gritar:
-¡Dios mío! ¡Mamá!, y cae al suelo.
Creyéndola muerta, el asesino tira el cuchillo y abre la puerta para huir, pero, al oírla gemir de nuevo, vuelve sobre sus pasos, recoge el arma y la traspasa otra vez de parte a parte; después, sube a encerrarse a su habitación.
María recibió catorce heridas graves y quedó inconsciente. Al recobrar el conocimiento, llama al señor Serenelli: -¡Giovanni! Alessandro me ha matado… Venga. Casi al mismo tiempo, despertada por el ruido, Teresina lanza un grito estridente, que su madre oye. Asustada, le dice a su hijo Mariano: -Corre a buscar a María; dile que Teresina la llama.

En aquel momento, Giovanni Serenelli sube las escaleras y, al ver el horrible espectáculo que se presenta ante sus ojos, exclama: -¡Assunta, y tú también, Mario, venid! . Mario Cimarelli, un jornalero de la granja, trepa por la escalera a toda prisa. La madre llega también: -¡Mamá!, gime María. -¡Es Alessandro, que quería hacerme daño! Llaman al médico ya los guardias, que llegan a tiempo para impedir que los vecinos, muy excitados, den muerte a Alessandro en el acto.

Sufrimiento redentor

Al llegar al hospital, los médicos se sorprendieron de que la niña todavía no hubiera sucumbido a sus heridas, pues ha sido alcanzado el pericardio, el corazón, el pulmón izquierdo, el diafragma y el intestino. Al diagnosticar que no tiene cura, llamaron al capellán. María se confiesa con toda claridad. Luego, durante dos horas, los médicos la cuidaron sin dormirla.

María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores. Su madre consiguió que le permitan permanecer a la cabecera de la cama. María aún tiene fuerzas para consolarla: -Mamá, querida mamá, ahora estoy bien… ¿Cómo están mis hermanos y hermanas?

En un momento, María le dice a su mamá: -Mamá, dame una gota de agua. -Mi pobre María, el médico no quiere, porque sería peor para ti. Extrañada, María sigue diciendo:
-¿Cómo es posible que no pueda beber ni una gota de agua? Luego, dirige la mirada sobre Jesús crucificado, que también había dicho ¡Tengo sed!, y entendió.
El sacerdote también está a su lado, asistiéndola paternalmente. En el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: -María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino? Ella le respondió: -Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado… Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado.
Pasando por momentos análogos por los que pasó el Señor Jesús en la Cruz, María recibió la Eucaristía y la Extremaunción, serena, tranquila, humilde en el heroísmo de su victoria.
Después de breves momentos, se le escucha decir: “Papá". Finalmente, María entra en la gloria inmensa de la Comunión con Dios Amor. Es el día 6 de julio de 1902, a las tres de la tarde.

La conversión de Alessandro
En el juicio, Alessandro, aconsejado por su abogado, confesó: -"Me gustaba. La provoqué dos veces al mal, pero no pude conseguir nada. Despechado, preparé el puñal que debía utilizar". Por ello, fue condenado a 30 años de trabajos forzados. Aparentaba no sentir ningún remordimiento del crimen tanto así que a veces se le escuchaba gritar:
-"¡Anímate, Serenelli, dentro de veintinueve años y seis meses serás un burgués!". Sin embargo, unos años más tarde, Mons. Blandini, Obispo de la diócesis donde está la prisión, decide visitar al asesino para encaminarlo al arrepentimiento. -"Está perdiendo el tiempo, monseñor -afirma el carcelero-, ¡es un duro!"
Alessandro recibió al obispo refunfuñando, pero ante el recuerdo de María, de su heroico perdón, de la bondad y de la misericordia infinitas de Dios, se deja alcanzar por la gracia. Después de salir el Prelado, llora en la soledad de la celda, ante la estupefacción de los carceleros.
Después de tener un sueño donde se le apareció María, vestida de blanco en los jardines del paraíso, Alessandro, muy cuestionado, escribió a Mons. Blandino: “Lamento sobre todo el crimen que cometí porque soy consciente de haberle quitado la vida a una pobre niña inocente que, hasta el último momento, quiso salvar su honor, sacrificándose antes que ceder a mi criminal voluntad. Pido perdón a Dios públicamente, ya la pobre familia, por el enorme crimen que cometí. Confío obtener también yo el perdón, como tantos otros en la tierra". Su sincero arrepentimiento y su buena conducta en el penal le devuelven la libertad cuatro años antes de la expiración de la pena. Después, ocupará el puesto de hortelano en un convento de capuchinos, mostrando una conducta ejemplar, y será admitido en la orden tercera de san Francisco.
Gracias a su buena disposición, Alessandro fue llamado como testigo en el proceso de beatificación de María. Resultó algo muy delicado y penoso para él, pero confesó: “Debo reparación, y debo hacer todo lo que esté en mi mano para su glorificación. Toda la culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella es una santa, una verdadera mártir. Es una de las primeras en el paraíso, después de lo que tuvo que sufrir por mi causa".
En la Navidad de 1937, Alessandro se dirigió a Corinaldo, lugar donde Assunta Goretti se había retirado con sus hijos. Lo hace simplemente para hacer reparación y pedir perdón a la madre de su víctima. Nada más llegar ante ella, le pregunta llorando. -"Assunta, ¿puede perdonarme? -Si María te perdonó -balbucea-, ¿cómo no voy a perdonarte yo?" El mismo día de Navidad, los habitantes de Corinaldo se ven sorprendidos y emocionados al ver aproximarse a la mesa de la Eucaristía, uno junto a otro, a Alessandro y Assunta.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

miércoles, 5 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 05/07/2023 - Miércoles de la 13ª semana de Tiempo Ordinario

No va a heredar el hijo de esa criada con mi hijo Isaac
Primera Lectura. Génesis 21, 5. 8-20

Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac.
El chico creció, y lo destetaron. Abrahán dio un gran banquete el día que destetaron a Isaac
Al ver que el hijo de Agar, la egipcia, y de Abrahán jugaba con Isaac, Sara dijo a Abrahán:
"Expulsa a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada con mi hijo Isaac".
Abrahán se llevó un disgusto, pues era hijo suyo. Pero Dios dijo a Abrahán:
"No te aflijas por el muchacho y la criada; haz todo lo que te dice Sara, porque será Isaac quien continúe tu descendencia. Pero también al hijo de la criada le convertiré en un gran pueblo, pues es descendiente tuyo".
Abrahán madrugó, tomó pan y un odre de agua, lo cargó a hombros de Agar y la despidió con el muchacho. Ella marchó y fue vagando por el desierto de Berseba. Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas; se apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco, diciendo:
"No puedo ver morir a mi hijo".
Se sentó aparte y, alzando la voz, rompió a llorar. Dios oyó la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, le dijo:
"¿Qué te pasa, Agar? No temas, que Dios ha oído la voz del chico, allí donde está. Levántate, toma al niño y agárrale fuerte de la mano, porque haré que sea un pueblo grande".
Dios le abrió los ojos, y vio un pozo de agua; ella fue, llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho.
Dios estaba con el muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto arquero.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 33, 7-8. 10-11. 12-13

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen y los protege.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó. 
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor.
¿Hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?

El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
¿Has venido aquí a atormentar a los demonios antes de tiempo?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 8, 28-34

En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gadarenos.
Desde el sepulcro dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
Y le dijeron a gritos:
"¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?".
A cierta distancia, una gran piara de cerdos estaba paciendo. Los demonios le rogaron:
"Si nos echas, mándanos a la piara".
Jesús les dijo:
"Id".
Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo al mar y se murieron en las aguas.
Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.
Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

Palabra de Dios


San Antonio María Zaccaría

Nació en Cremona (Italia) el año 1502. Estudió medicina en Padua, profesión que empezó a ejercer, pero que pronto dejó para prepararse y recibir la ordenación sacerdotal. Ordenado de sacerdote en 1528, se fue a Milán en 1530 y allí fundó la Congregación de los Clérigos Regulares de San Pablo, santo que era el norte y guía de su vida, también llamados Barnabitas por su casa madre en Milán (San Bernabé), y que tenía por finalidad promover la reforma del clero y de los laicos siguiendo las directrices del Concilio de Trento.

Fundó también la comunidad de las Angélicas de San Pablo y la de Los Casados de San Pablo para comprometer a los seglares en el apostolado. Se le puede considerar como el precursor de san Carlos Borromeo en la reforma católica.

Murió en su ciudad natal el 5 de julio de 1539.

Oración: Concédenos, Señor, crecer, según el espíritu de san Pablo, apóstol, en el conocimiento incomparable de tu Hijo Jesucristo, que impulsó a san Antonio María Zaccaría a proclamar en tu Iglesia la palabra de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Atanasio de Jerusalén

Era diácono en la iglesia de la Santa Resurrección del Señor en Jerusalén. En su tiempo estaba al vivo la polémica sobre las dos naturalezas de Cristo. El monje hereje Teodosio, seguidor de Eutiques, defendió la doctrina monofisita y exhortó al pueblo a que rechazara el Concilio de Calcedonia.

Atanasio, por el contrario, se manifestó en público exigiendo la adhesión al Concilio y a su definición que afirmaba de la doble naturaleza de Cristo. Teodosio temió que las palabras de Atanasio hicieran mella en el pueblo, y lo asesinó. Era el año 451.

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

martes, 4 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 04/07/2023 - Martes de la 13ª semana de Tiempo Ordinario

El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego
Primera Lectura. Génesis 19, 15-29

En aquellos días, los ángeles urgieron a Lot:
"Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, no vayan a perecer por culpa de Sodoma".
Y, como no se decidía, los hombres los tomaron de la mano a él, a su mujer y a sus dos hijas, por la misericordia del Señor hacía el, y lo sacaron, poniéndolo fuera de la ciudad y diciéndole:
"Ponte a salvo; por tu vida, no mires atrás ni te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer".
Lot les respondió:
"No, Señor mío. Aunque tu siervo ha alcanzado tu favor, pues me has tratado con gran misericordia, salvándome la vida, yo no puedo ponerme a salvo en los montes; la desgracia me alcanzará y moriré. Mira, cerca de aquí hay una ciudad pequeña, donde puedo refugiarme. ¡Permíteme escapar allá! ¿No es acaso muy pequeña? Así yo salvaré la vida".
Le contestó:
"Accedo a lo que pides, no arrasaré la ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues allá".
Por eso la ciudad se llama Soar.
Salía el sol sobre la tierra cuando Lot llegó a Soar.
El Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego desde el cielo. Arrasó aquellas ciudades y toda la vega; los habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.
La mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal.
Abrahán madrugó y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión de la vega, y vio humo que subía del suelo, como humo de horno.
Cuando Dios destruyó las ciudades de la vega, se acordó de Abrahán y sacó a Lot de la catástrofe, al arrasar las ciudades donde había vivido Lot.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 25, 2-3. 9-10. 11-12
Tengo ante los ojos tu bondad, Señor.
Escrútame, Señor, ponme a prueba,
sondea mis entrañas y mi corazón,
porque tengo ante los ojos tu bondad,
y camino en tu verdad.

Tengo ante los ojos tu bondad, Señor.
No arrebates mi alma con los pecadores,
ni mi vida con los sanguinarios,
que en su izquierda llevan infamias,
y su derecha está llena de sobornos.

Tengo ante los ojos tu bondad, Señor.
Yo, en cambio, camino en la integridad;
sálvame, ten misericordia de mí.
Mi pie se mantiene en el camino llano;
en la asamblea bendeciré al Señor.

Tengo ante los ojos tu bondad, Señor.
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 8, 23-27

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole:
"¡Señor, sálvanos, que perecemos!".
Él les dice:
"¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?".
Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados:
"¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?".

Palabra de Dios


Santa Isabel de Portugal Reina (1271-1336)

Nació en Zaragoza, reino de Aragón, en España; por sus venas corría sangre de reyes y de santos.

Isabel de Aragón fue la quinta hija del rey aragonés Pedro III; era nieta del rey Jaime el Conquistador y biznieta de Federico II Hohenstaufen, emperador de los países alemanes; y por el lado materno era biznieta de Isabel de Turingia, mejor conocida como Santa Isabel de Hungría.

En honor de esta santa que perteneció al linaje de su familia la bautizaron así, y las vidas de ambas santas del mismo nombre también habrían de mostrar notables similitudes.

A los 12 años de edad, la pequeña Isabel fue entregada en matrimonio al rey Dionisio de Portugal. Éste no se esforzaba mucho por ocultarle sus continuos engaños amorosos, aunque al mismo tiempo mantenía controlada a su esposa con enfermizos celos. No obstante, Santa Isabel también aceptó entre los suyos a los hijos ilegítimos.

Dionisio tampoco confiaba en su mujer en la vida política de su país. La acusó de conspirar en su contra junto con su hijo Alfonso IV; actuando violenta e impulsivamente, a la esposa la desterró y al hijo le declaró la guerra.

Sin embargo, Santa Isabel pudo escapar de su destierro y llegar a tiempo justo antes de la batalla. Desarmada, ella misma cabalgó entre ambos ejércitos, y así consiguió evitar la confrontación y que padre e hijo hicieran las paces.

En su vida privada, Santa Isabel se volvía cada vez más devota; patrocinaba conventos, fundó el convento de las Clarisas en Coimbra, así como numerosos hospitales. Y finalmente, a la muerte de su esposo, en 1325, profesó como terciaria franciscana.

Muchos años pasó Santa Isabel recluida en el convento de Coimbra, ofrendando su vida a la oración y al cuidado de los pobres y de los enfermos. Su intervención durante una severa hambruna salvó muchas vidas, lo cual le valió el amor de todo Portugal.

En 1336 estaba a punto de estallar otra guerra de familia, en esta ocasión entre su hijo Alfonso IV y el suegro de éste, el rey de Castilla. A pesar de su edad avanzada y de su débil salud, Santa Isabel se dirigió de inmediato a Estremoz, donde habría de librarse la batalla, y volvió a cabalgar entre los dos ejércitos, parando otra vez la guerra.

A los pocos días falleció en ese lugar, donde dejó todas sus fuerzas. Santa Isabel yace sepultada en Coimbra. Fue canonizada en 1525 por el papa Urbano VIII.

El atributo de Santa Isabel de Portugal son las rosas, pues son también el símbolo de los reyes portugueses. Ella es la santa patrona de Portugal, Coimbra, Estremoz y Zaragoza; se invoca su ayuda en casos de amenazas bélicas.

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

lunes, 3 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 03/07/2023 - Lunes de la 13ª semana de Tiempo Ordinario. Santo Tomás, apóstol

Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles
Primera Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22

Hermanos:
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 116, 1-2

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
¡Señor mío y Dios mío!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 20, 24-29

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
"Hemos visto al Señor".
Pero él les contestó:
"Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo".
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
"Paz a vosotros".
Luego dijo a Tomás:
"Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente".
Contestó Tomás:
"¡Señor mío y Dios mío!".
Jesús le dijo:
"¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto".

Palabra de Dios


Santo Tomás Apóstol

Se le conoce a Santo Tomás por su incredulidad después de la muerte del Señor. Jesús se apareció a los discípulos el día de la resurrección para convencerlos de que había resucitado realmente.

Tomás, que estaba ausente, se negó a creer en la resurrección de Jesús: "Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré". Ocho días más tarde, cuando Jesús se encontraba con los discípulos, se dirigió a Tomás y le dijo: "Pon aquí tu dedo y mira mis manos: dame tu mano y ponla en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente." Tomás cayó de rodillas y exclamó: "Señor mío y Dios mío!" Jesús replicó: "Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han creído sin haber visto."

El Martirologio Romano, que combina varias leyendas, afirma que Santo Tomás predicó el Evangelio a los partos, medos, persas e hircanios, y que después pasó a la India y fue martirizado en "Calamina". Conmemora el 3 de julio la traslación de las reliquias de Santo Tomás a Edesa. En el Malabar y en todas las iglesias sirias dicha fecha es la de la fiesta principal, pues el martirio tuvo lugar el 3 de julio del año 72.

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 2 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 02/07/2023 - Domingo de la 13ª semana de Tiempo Ordinario

Es un hombre santo de Dios ; se retirará aquí
Primera Lectura. Segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16a
Pasó Eliseo un día por Sunén. Vivía allí una mujer principal que le insistió en que se quedase a comer; y, desde entonces, se detenía allí a comer cada vez que pasaba.
Ella dijo a su marido:
"Estoy segura de que es un hombre santo de Dios el que viene siempre a vernos. Construyamos en la terraza una pequeña habitación y pongámosle arriba una cama, una mesa, una silla y una lámpara, para que cuando venga pueda retirarse".
Llegó el día en que Eliseo se acercó por allí, y se retiró a la habitación de arriba, donde se acostó.
Entonces se preguntó Eliseo:
"¿Qué podemos hacer por ella?".
Respondió Guejazi, su criado:
"Por desgracia no tiene hijos, y su marido es ya anciano".
Eliseo ordenó que la llamase. La llamó y ella se detuvo a la entrada.
Eliseo le dijo:
"El año próximo, por esta época, tú estarás abrazando un hijo".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 88, 2-3. 16-17. 18-19

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad."

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
camina, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.
Sepultados con él por el bautismo, andemos en una vida nueva
Segunda Lectura. Carta a los Romanos 6,3-4.8-11
Hermanos:
Cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús fuimos bautizados en su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque quien ha muerto, ha muerto al pecado de una vez para siempre; y quien vive, vive para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

Palabra de Dios


El que no carga con la cruz no es digno de mí. El que os recibe a vosotros, me recibe a mí
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 10,37-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa".

Palabra de Dios



San Juan Francisco Regis, 1597-1640

La mejor síntesis de su biografía tan estupenda nos la da él con estas palabras de autoconfesión: "Mi vida ¿para qué es sino para sacrificarla por las almas? ¿Cómo podría probar yo mi amor a Dios, si no ofrezco lo que más se estima en este mundo, la salud y la vida? No me sería grata la vida si no tuviere algo que perder por Jesucristo. Siento un deseo vivísimo de ir a las mansiones de los iroqueses y ofrecer mi vida por la salvación de aquellos salvajes".

Nos encontramos, pues, ante un hombre totalmente de Dios y entregado al amor de sus hermanos para llevarlos a Cristo.

El apóstol del Languedoc, que se consagra a rehacer la fe y las costumbres, tan maltrechas en aquellas comarcas después de las guerras de religión. Su sueño era evangelizar el Canadá francés, pero nunca se lo consintieron, y consumió su vida en un ámbito mucho más reducido, que era el de su tierra natal.

Nació en Fontcouverte, en Languedoc, (Francia) el 31 de enero de 1587. Sus padres muy fervorosos cristianos y en muy buena posición económica, lo educaron en la sobriedad y en los más sanos principios cristianos. De niño sólo llamaba la atención por sus modales dulces, atento, servicial y muy entregado a cuanto se refiere a la Iglesia. Nunca se cansaba de estar en ella ni de los rezos familiares por más que se prolongasen. Por el 1610, comienza a frecuentar el colegio de los jesuitas de Beziers. Tiene trece años. Llama la atención no por hacer algo raro, sino por hacer todo cuanto estaba mandado perfectamente bien. Es el primero en todo: Estudios, piedad, esparcimientos, pero lo que más gusta a sus superiores y compañeros es ver que no se lo cree. Es sencillo, humilde, el compañero más fiel. ¿Dónde encuentra Juan Francisco la fuerza para ello? En su ferviente amor a la Eucaristía que recibe casi a diario y que para aquellos tiempos era cosa bastante rara. Su tierno amor a la Virgen María, a la que acude con amor filial. A su Ángel de la Guarda que hasta a veces parece que le acompaña.

El día de la Inmaculada de 1616 ingresa en la Compañía de Jesús como novicio y se entrega de lleno a formarse en los votos religiosos. Emite los votos y los superiores lo destinan a que profundice en los estudios teológicos y filosóficos, en los que también hace maravillosos progresos. Antes de dedicarse al apostolado, pasa largas horas en oración. Los superiores lo ven maduro para dar el paso del sacerdocio y el día de la Sma. Trinidad de 1630 tiene el gozo de recibir el don del sacramento sacerdotal.

La vida de Juan Francisco ahora ya no tiene freno. Comienzan sus famosas misiones rurales. Recorre una gran cantidad de pueblos y ciudades. A todas partes llega su fogosa palabra. El Señor le bendice y regala el don de hacer milagros; todos los encamina para despertar el amor a Dios y el odio al pecado.

Al final de su vida en Puy, feudo tradicional de los calvinistas, se le llamaba "el santo" por antonomasia, y las multitudes acudían a oír a aquel religioso de sotana raída y con remiendos, y de oratoria poco brillante, a menudo tachada de vulgar, que sacudía las conciencias con palabras sencillas e irresistibles.

Cuando no predicaba o confesaba – con el extenuante horario que se había impuesto a sí mismo -, recorría las aldeas más apartadas hablando de Dios a los campesinos que no veían un cura en todo el año, y atendía solícitamente a los herejes consiguiendo muchas conversiones.

La fundación de una serie de casas de refugio para mujeres de vida airada dio pie a calumnias y amenazas de muerte, pero lo más duro fue la postura incomprensiva de sus superiores, quienes juzgaron que se excedía en su celo, y que a menudo pusieron no pocas trabas a su actividad, por lo cual en cierto modo puede también considerársele como mártir silencioso de la obediencia.

Supo descubrir el enorme valor del dolor y del sufrimiento. Se abrazó a él y a cuantos sufrían. Los amaba como la más tierna madre. Les curaba de sus pestilentes enfermedades. Solía decir: "Sufrir por Jesucristo es el único consuelo que hallo en este mundo. Señor, dame fuerzas para poder sufrir más y más por tu amor".

Alguien dijo de él "que no tenía más que a Dios dentro de su alma, a Dios en la boca y a Dios delante de sus ojos". Poseía una gracia enorme para convertir las almas, aun las más alejadas. Se dice que una dama que era totalmente reacia a la Iglesia y hasta enemiga declarada, al ver sus distinguidos modales y su gran santidad, le dijo: "Padre ¿cómo no me voy a convertir a la fe cristiana si usted me lo pide con tanta gracia?".

Agotado de sus apostolados, volaba al cielo el 26 de diciembre de 1640.

San Bernardino Realino

Nació en Carpi, provincia de Módena (Italia), el año 1630, en el seno de una familia acomodada. Estudió primero en su casa, y luego en Módena y Bolonia, donde sacó el doctorado en ambos derechos. Ejerció diversos cargos en la administración civil. El fallecimiento de su prometida le provocó una crisis sobre su vocación.

Se trasladó a Nápoles, como lugarteniente del virrey, y allí conoció a los jesuitas. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1564 y en 1567 recibió la ordenación sacerdotal. Estuvo trabajando en un colegio de Nápoles hasta que en 1574 lo destinaron a Lecce, donde pasó el resto de su vida.

Realizó una muy grande labor apostólica en la ciudad como predicador, confesor y director de las congregaciones marianas, y atrajo a multitud de personas a la vida cristiana. Fue ilustre por su caridad y su benignidad; había despreciado los honores del mundo y se entregó al cuidado pastoral de los presos y de los enfermos, y al ministerio de la palabra y del sacramento de la penitencia. Murió el 2 de julio de 1616.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 1 de julio de 2023

Lecturas y Santoral 01/07/2023 - Sábado de la 12ª semana de Tiempo Ordinario

¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Cuando vuelva a visitarte, Sara habrá tenido un hijo

Primera Lectura. Génesis 18, 1-15
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, en lo más caluroso del día. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda, se postró en tierra y dijo:
"Señor mío, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol. Mientras, traeré un bocado de pan para que recobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a la casa de vuestro siervo".
Contestaron:
"Bien, haz lo que dices".
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
"Aprisa, prepara tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz unas tortas".
Abrahán corrió enseguida a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase de inmediato. Tomó también cuajada, leche y el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comían.
Después le dijeron:
"¿Dónde está Sara, tu mujer?".
Contestó:
"Aquí, en la tienda".
Y uno añadió:
"Cuando yo vuelva a verte, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo".
Sara estaba escuchando detrás de la entrada de la tienda.
Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus periodos.
Sara se rió para sus adentros pensando:
"Cuando ya estoy agotada, ¿voy a tener placer, con un marido tan viejo?".
Pero el Señor dijo a Abrahán:
-"¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: 'De verdad que voy a tener un hijo, yo tan vieja'?
¿Hay algo demasiado difícil para el Señor? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo".
Pero Sara, lo negó:
"No me he reído", dijo, pues estaba asustada.
Él replicó:
"No lo niegues, te has reído".

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. Le 1, 46-47. 48-49. 50 y 53. 54-55

El Señor se acuerda de la misericordia.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.

El Señor se acuerda de la misericordia.
Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi:
su nombre es santo.

El Señor se acuerda de la misericordia.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

El Señor se acuerda de la misericordia.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

El Señor se acuerda de la misericordia.
Vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole:
"Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho".
Le contestó:
"Voy yo a curarlo".
Pero el centurión le replicó:
"Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le dijo a uno: "Ve" y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían:
"En verdad os digo que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac: y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los hijos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".
Y dijo al centurión:
-"Vete; que te suceda según has creído".
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirle.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
"Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades".

Palabra de Dios


Beato Ignacio Falzon

Nació en La Valetta (Malta) en 1813, y murió allí mismo el 1 de julio de 1865. Pertenecía a una familia respetable y acomodada. Se doctoró en Derecho, pero nunca ejerció de abogado. Miembro de la Orden Franciscana Seglar, fue clérigo, pues recibió las órdenes menores, pero nunca se consideró digno de recibir la ordenación sacerdotal.

Vivió una existencia silenciosa. A su vida de oración y de gran devoción a la Eucaristía y a la Virgen, unió una intensa labor de catequista y humanitaria, dirigida particularmente a los numerosos militares y marineros ingleses, incluidos los protestantes y los no cristianos, que entonces se encontraban en la isla de Malta. Además, apoyó a las vocaciones sacerdotales y ayudó a los necesitados. Fue beatificado por Juan Pablo II el año 2001.

San Aarón, sacerdote de la ley mosaica, 1471 a. de J. C.

Hermano de Moisés, como se explicaba con más facilidad que su hermano, que tartamudeaba, fue el encargado de dirigir la palabra a Faraón para pedirle que dejase salir al pueblo de Dios de la tierra de Egipto. Hizo las veces de caudillo de su pueblo cuando Moisés subió al monte a orar y a recibir las tablas de la Ley; pero tuvo la fragilidad de dejar al pueblo apostatar y adorar un becerro de oro.

Sostuvo los brazos de su hermano, cuando Moisés oraba para que el pueblo no pereciese bajo la espada de los amalecitas. Murió en el monte Hor, a la vista de la tierra de promisión; pero no entró, en castigo de su desconfianza, en Cades, cuando Moisés hirió la roca con su vara para hacer brotar agua en abundancia.

Su hijo Eleázar le sucedió en el sacerdocio.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."