jueves, 23 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 23/05/2024 - Jueves de la 7ª semana de Tiempo Ordinario. Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, feria

Haré una alianza nueva y no recordaré los pecados
Primera Lectura. Jeremías 31, 31-34

Ya llegan días - oráculo del Señor - en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será un alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor - oráculo del Señor -. Esta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días - oráculo del Señor - : Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo: «Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor - oráculo del Señor -, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 109, 1bcde. 2.3

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies».

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Desde Sion extenderá el Señor el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados: yo mismo te engendré,
desde el seno, antes de la aurora».

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 14, 12a. 22-25
El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo». Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».

Palabra de Dios



San Juan Bautista de Rossi

Nació en Voltaggio, provincia de Génova (Italia), el año 1698. A los trece años, huérfano de padre, se trasladó a Roma, a casa de un tío suyo sacerdote. Para dar cauce a la vocación sacerdotal que sentía desde pequeño, estudió en el Colegio Romano de los Jesuitas, y en 1721 se ordenó de sacerdote.

En el tiempo de estudiante sufrió los primeros ataques de epilepsia, que lo atormentarían toda su vida. Ya presbítero, se entregó con mayor entusiasmo al apostolado que había iniciado con anterioridad entre los estudiantes, los pobres y los marginados, los enfermos y los niños abandonados, a todos los cuales aliviaba y evangelizaba. Al mismo tiempo atendía el confesionario y era un excelente director espiritual.

En línea con su empeño pastoral y caritativo fundó la Pía Unión de sacerdotes seculares de Santa Galla, tomando el nombre del Hospital u hospicio de Pobres del que era capellán. Fundó también un hospicio para mujeres sin casa y desamparadas. En los últimos meses de su vida, se agravó la epilepsia y le hizo pasar un calvario.

Murió en Roma el 23 de mayo de 1764.

San Desiderio

San Desiderio obispo y mártir nació en Autun (Francia). Fue educado en la abadía de san Sinforiano, gobernada entonces (segunda mitad del siglo VI) por san Germán. Destacó Desiderio por su buen natural y por su inclinación al estudio, por lo que san Vero, obispo de Vienne lo llamó a su lado para ejercer el cargo de arcediano. A la muerte del obispo, el año 596, fue proclamado Desiderio unánimemente por el clero y por el pueblo como sucesor en el gobierno de la diócesis.

Sus doce años de episcopado fueron una bendición para su diócesis y para la Iglesia. Defendió celosamente la rectitud, y no dudó en enfrentarse al rey Teodorico (Thierry) y a su madre Brunequilda (Brunehaut), que por seguir manteniendo el poder a costa de su hijo, no se arredró ni siquiera ante el incesto.

Ni el rey ni su madre podían sufrir que nadie les echase en cara su conducta, por lo que mandaron apedrearlo. De este modo murió el 23 de mayo del 608 este santo y valeroso obispo.

Era contemporáneo del papa san Gregorio Magno, con quien mantenía frecuente comunicación epistolar. Todavía se conserva una carta del sumo pontífice en la que éste encomienda a san Desiderio los clérigos seculares y regulares que pasaban por su diócesis de camino para Inglaterra, que estaba siendo entonces evangelizada por san Agustín.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

miércoles, 22 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 22/05/2024 - Miércoles de la 7ª semana de Tiempo Ordinario, feria.

¡No sabéis qué es vuestra vida! Por tanto, decid: "Si el Señor lo quiere"
Primera Lectura. Carta del apóstol Santiago 4, 13-17

Queridos hermanos: Atención, ahora, los que decís: "Hoy o mañana iremos a tal ciudad y allí pasaremos un año, haremos negocio y ganaremos dinero". ¡Si ni siquiera sabéis qué será del día de mañana! ¿Qué es vuestra vida? Pues sois vapor que aparece un instante y desaparece. Más bien deberíais decir: "Si el Señor quiere y estamos vivos, haremos esto o lo otro". Sin embargo, ahora presumís con vuestras fanfarronerías, todo alarde de ese estilo es malo. Por tanto, el que sabe cómo hacer el bien y no lo hace, ese está en pecado.

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial. 48, 2-3. 6-7. 8-10. 11
Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Oíd esto, todas las naciones;
escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres.

Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y acechen los malvados,
que confían en su opulencia y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate?

Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará para vivir perpetuamente
sin bajar a la fosa.

Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mirad: los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.

Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

El que no está contra nosotros está a favor nuestro
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: -"Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros". Jesús respondió: -"No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mi. El que no está contra nosotros está a favor nuestro".

Palabra de Dios



Santa Joaquina Vedruna

Murió el 28 de agosto, pero su memoria se celebra el 22 de mayo. Nació en Barcelona (España) el año 1783. De joven quiso ser carmelita, pero no la aceptaron. En 1799 contrajo matrimonio con Teodoro de Mas, del que quedó viuda en 1816. Formaron un matrimonio feliz y tuvieron nueve hijos. Como esposa y como madre, fue modelo de abnegación, prudencia y delicadeza.

Dirigida por el P. Esteban de Olot, capuchino, inició la fundación de la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, en la que profesó en 1826 y que tenía como misión el cuidado de los enfermos y la educación y recuperación de las jóvenes expuestas a las insidias de la miseria y la ignorancia, apostolados a los que dedicó sus mejores energías.

Murió en Barcelona el 28 de agosto de 1854. En 1959 fue canonizada por Juan XXIII.

Oración: Señor, tú que has hecho surgir en la Iglesia a santa Joaquina Vedruna para la educación cristiana de la juventud y el alivio de los enfermos, haz que nosotros sepamos imitar sus ejemplos y dediquemos nuestra vida a servir con amor a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Rita de Casia 1381-1457

Rita o Margarita, mística agustina, vivió entre los siglos XIII y XIV. No conocemos ninguna biografía suya hasta 150 años después de su muerte en que aparecen con cierta profusión. Esto explica el que encontremos datos incongruentes y deformados por la tradición popular.

Es difícil discernir en los biógrafos aquello que se presenta como historia y aquello que es fruto de la conjetura. Coinciden todos en señalar como lugar de su nacimiento la pequeña aldea de Rocca-Porena y en un momento en que el destino político de la República Casia, así como de toda Italia, está en franca crisis. Se atribuye a su nacimiento un carácter milagroso.

Sus padres eran estériles y de avanzada edad. Su niñez transcurrió dentro de un ambiente familiar muy cristiano; según el proceso de beatificación fue distinguida por un prodigio especial, que luego se repetiría después de muerte: la presencia de abejas blancas que entraban y salían de su boca.

Aficionada a la oración y a la piedad nació dentro de su corazón muy pronto el deseo de consagrarse a Dios. Sin embargo, tuvo que desistir porque debía atender a sus padres.

Contrajo matrimonio hacia los 12 años con un joven influyente en la vida política. Coinciden los biógrafos en describir las características de este matrimonio. Es frecuente presentar a un marido brusco y vicioso que acabaría por ser atraído al buen camino por la santa, quizá con la intención de exaltar la virtud de la santa. Lo cierto es que cuando existía ambiente familiar armónico, en aquel hogar con varios hijos sucede un grave contratiempo: el esposo es asesinado, sin duda por motivos políticos. La santa tiene que afrontar este hecho y los deseos de venganza de sus hijos. Estos mueren prematuramente, y comienza una nueva etapa en la vida de Rita.

Libre de todo lazo familiar intenta por todos los medios realizar sus antiguos deseos de ingresar en el monasterio de Religiosas de la Orden de San Agustín en Casia. No le sería fácil lograrlo, pues las reglas vigentes en el monasterio eran muy exigentes y no admitían más que vírgenes. Este obstáculo sería superado milagrosamente con la intervención de la Virgen y de santos de su devoción, S. Agustín, S. Nicolás de Tolentino y S. Juan Bautista, que, según refieren los biógrafos, con base legendaria, la introdujeron en dicho monasterio estando cerradas puertas y ventanas.

Su vida estará llena de contrastes y esta nueva forma de total consagración por los votos tendrá el sello del sufrimiento. Siempre tuvo una devoción especial a la Pasión de Cristo, quien la hizo partícipe de sus sufrimientos marcándole la frente con el estigma de una espina.

Después de ser ejemplo de las virtudes cristianas más heroicas, murió hacia el año 1457, siendo ya septuagenaria.

Por los numerosos hechos extraordinarios ocurridos en su vida y a raíz de la muerte, se convirtió Casia muy pronto en lugar de peregrinación, al mismo tiempo que la devoción popular fue extendiéndose, no sólo a Italia, sino a todo el mundo.

Su cuerpo permanece incorrupto en Casia en el rico Santuario dedicado recientemente a su nombre. Por los muchos obstáculos que tuvo que superar, se la invoca con el título de "abogada de los imposibles".

El distintivo de su devoción son las rosas, fundándose en la tradición que refiere el hecho prodigioso de las preciosas rosas halladas en enero en el huerto de Rita horas antes de su muerte. Fue beatificada el l6 de julio de 1627 por Urbano VIII, que siendo Cardenal había intervenido en la restauración del monasterio de Casia. Canonizada el 24 mayo 1900. Su fiesta se celebra el 22 de mayo.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

martes, 21 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 21/05/2024 - Martes de la 7ª semana de Tiempo Ordinario, feria

Pedís y no recibís, porque pedís mal
Primera Lectura. Carta del apóstol Santiago 4, 1-10
Queridos hermanos: ¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada; lucháis y os hacéis la guerra y no obtenéis porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer a vuestras pasiones. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, si alguno quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios. ¿O es que pensáis que la Escritura dice en vano: "El espíritu que habita en nosotros inclina a la envidia"? Pero la gracia que concede es todavía mayor; por eso dice: "Dios resiste a los soberbios, mas da su gracia a los humildes". Por tanto, sed humildes ante Dios, pero resistid al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros. Lavaos las manos, pecadores; purificad el corazón, los inconstantes. Lamentad vuestra miseria, haced duelo y llorad; que vuestra risa se convierta en duelo y vuestra alegría en aflicción. Humillaos ante el Señor y él os ensalzará.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 54, 7-8. 9-10a. 10b- 11. 23
Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Y pienso: "¡Quién me diera alas de paloma para volar y posarme!
Emigraría lejos, habitaría en el desierto".

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
"Esperaría en el que puede salvarme del huracán y la tormenta".
¡Destrúyelos, Señor, confunde sus lenguas!

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Pues veo en la ciudad violencia y discordia:
día y noche hacen la ronda sobre sus murallas.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará".
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
"¿De qué discutíais por el camino?".
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
"Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
"El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado".

Palabra de Dios

San Eugenio de Mazenod

Fundador de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Nació en Aix-en-Provence (Francia) en 1782. Cuando estalló la Revolución Francesa, su familia, de la alta sociedad, tuvo que exiliarse a Italia, y, cuando en 1802 pudo regresar a su patria, estaba destrozada y en la miseria. Entró en el seminario San Sulpicio de París, y en 1811 era ordenado sacerdote en Amiens.

Vuelve a Aix de Provenza y ejerce su sacerdocio atendiendo a los prisioneros, los jóvenes, las domésticas y los campesinos. Pronto se le unen otros sacerdotes celosos. En 1826, el Papa aprueba su nueva Congregación, centrada en la formación espiritual profunda y en la vida comunitaria, al mismo tiempo que en la evangelización, extendida a las misiones extranjeras.

Nombrado más tarde obispo de Marsella, tuvo que sufrir la hostilidad de las autoridades, pero logró renovar material y espiritualmente la vida de su diócesis y darle un gran impulso, al tiempo que cuidaba de sus Oblatos. Murió en Marsella el 21 de mayo de 1861.

Santos Cristóbal Magallanes y compañeros, mártires de México en el siglo XX

El 21 de mayo del año 2000, el papa Juan Pablo II canonizó a 25 mártires de la persecución religiosa desatada en México; 22 eran sacerdotes del clero secular y 3 jóvenes laicos, colaboradores de sus párrocos; todos ellos aceptaron libre y serenamente el martirio en distintos lugares y fechas, de 1915 a 1937, como testimonio de su fe, perdonando explícitamente a sus perseguidores.

La fiesta particular de cada uno se celebra el día de su muerte. He aquí sus nombres y la fecha de su martirio:

Cristóbal Magallanes, 25 de mayo de 1927;
Agustín Caloca, 25 de mayo de 1927;
Atilano Cruz, 1 de julio de 1928;
David Galván, 30 de enero de 1915;
David Roldán (laico), 15 de agosto de 1926;
David Uribe, 12 de abril de 1927;
Jenaro Sánchez, 18 enero de 1927;
Jesús Méndez, 5 de febrero de 1928;
José Isabel Flores, 21 de junio de 1927;
José María Robles, 26 de junio de 1927;
Julio Álvarez, 30 de marzo de 1927;
Justino Orona, 1 de julio de 1928;
Luis Batis, 15 de agosto de 1926;
Manuel Morales (laico), 15 de agosto de 1926;
Margarito Flores, 12 de noviembre de 1927;
Mateo Correa, 6 de febrero de 1927;
Miguel de la Mora, 7 de agosto de 1927;
Pedro de Jesús Maldonado, 11 de febrero de 1937;
Pedro Esqueda, 22 de noviembre de 1927;
Rodrigo Aguilar, 28 de octubre de 1927;
Román Adame, 21 de abril 1927;
Sabas Reyes, 13 de abril de 1927;
Salvador Lara (laico), 15 de agosto de 1926;
Toribio Romo, 25 de febrero de 1928;
Tranquilino Ubiarco, 5 de octubre de 1928.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que a san Cristóbal y a sus compañeros los hiciste fieles a Cristo Rey hasta el martirio, concédenos, por su intercesión, perseverar en la confesión de la fe verdadera y poder ajustarnos siempre a los mandatos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

lunes, 20 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 20/05/2024 - Lunes de la 7ª semana de Tiempo Ordinario. Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, memoria obligatoria

Madre de todos los que viven
Primera Lectura. Génesis 3, 9-15. 20

El Señor Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón». A la mujer le dijo: «Mucho te haré sufrir en tu preñez, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará». A Adán le dijo: «Por haber hecho caso a tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, y comerás hierba del campo. Comerás el pan con sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste sacado; pues eres polvo y al polvo volverás». Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 87. 1-2.3 y 5. 6-7

Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios.
Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!

Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes han nacido allí».
Se dirá de Sión: «Uno por uno, todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado».

Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Este ha nacido allí». (Pausa)
 Y cantarán mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti».

Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios.

Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 19, 25-34
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu. Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

Palabra de Dios



Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia

Memoria de la bienaventurada Virgen María, madre de la Iglesia, a quien Cristo encomendó sus discípulos para que, perseverando en la oración al Espíritu Santo, cooperaran en el anuncio del Evangelio “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo:«Ahí tienes a tu madre» (Jn 19, 25-26). María, junto a la cruz de su Hijo recibe de Él el don de la maternidad universal. En el momento de mayor dolor y desamparo del Hijo, el Hijo la hace Madre de todos los discípulos, de toda la Iglesia y su corazón se abre, una vez más, y nos acoge a todos con infinita ternura.

«Deberíamos aspirar a ser como María» (José Manuel 29 mayo, 2023 a las 0:12)

El Evangelio de hoy es todo un testamento de Jesús para todos nosotros. Hace unos días, escuchábamos: «No os dejaré huérfanos», refiriéndose al Espíritu Santo.

Pero hoy, nos muestra que María va a estar a nuestro lado y que ella es depositaria de su mejor Buena Noticia. Y, además, es la primera en la que el Espíritu Santo realizó su obra, y lo pudo hacer con el mejor detalle, pues en María se dio la obediencia y docilidad para que el Espíritu Santo pudiera hacer de María un instrumento maravilloso, por el que Jesús se hiciera presente.

Cuando contemplamos a María debemos ir más allá de un simple reconocimiento espiritual, o admiración por una vida vivida en plenitud; deberíamos aspirar a imitar a María en lo que tiene de imitable.

Jesús en la Cruz nos la ofrece como Madre, de su costado abierto y en su momento de entrega más sublime, tiene fuerza todavía para vincularnos en familia: «“Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu Madre”».

Es curioso porque este texto nos habla de fecundidad, pero es un momento que necesita de la Encarnación y mira a Pentecostés.

En los tres momentos, María aparece de forma teologal y, además, es el Espíritu el que da fuerza y armonía a una misma secuencia, que comienza en la Encarnación, llega su momento más dramático en la Cruz y se plenifica en Pentecostés.

Aquella hora en la que la fe de los discípulos se agrietaba por tantas dificultades e incertidumbres, Jesús les confió a aquella que fue la primera en creer, y cuya fe no decaería jamás. Y la “mujer” se convierte en nuestra Madre en el momento en el que pierde al Hijo divino.

De este modo nuestra misión será fecunda, porque está modelada sobre la maternidad de María. A ella confiamos nuestro itinerario de fe, los deseos de nuestro corazón, nuestras necesidades, las del mundo entero, especialmente el hambre, la sed de justicia y de paz; y la invocamos todos juntos […]: ¡Santa Madre de Dios!»

“Cuéntale todo lo que te pasa” ¿Quieres amar a la Virgen? Pues, ¡trátala! ¿Cómo? Rezando bien el Rosario de nuestra Señora. Pero, en el Rosario… ¡decimos siempre lo mismo! ¿Siempre lo mismo? ¿Y no se dicen siempre lo mismo los que se aman?…Rezando bien el Rosario, cada día. tu hermano en la fe: José Manuel.

San Bernardino de Siena

San Bernardino nace en Siena en 1380. Hijo de noble familia, quedó muy pronto huérfano. Tuvo buenos maestros y una vasta formación. Pero fue la Virgen María la que sobre todo lo tomó desde niño bajo su protección.

"Nací en el natalicio de Nuestra Señora. En la misma festividad entré en el convento, vestí el hábito franciscano, hice los votos, celebré la primera Misa y prediqué el primer sermón. Ella me llevará a la gloria".

En 1400 el azote de la peste llegó a Siena. Hasta veinte personas al día morían en el hospital local. A esta sima de la muerte llegó un grupo de jóvenes conducidos por Bernardino Albizeschi. Durante cuatro meses, Bernardino y sus seguidores cuidaron de los moribundos. Aunque muchos de sus compañeros murieron, Bernardino escapó a la enfermedad, aunque cayó víctima de una fiebre que le incapacitó durante varios meses. Tan pronto como se había recuperado, una tía favorita suya quedó ciega y postrada en cama. Se dedicó a su atento cuidado hasta que murió, catorce meses más tarde. Sólo entonces quedó libre Bernardino para entrar en los franciscanos y convertirse en uno de sus más famosos predicadores.

El mismo año en que moría el dominico Vicente Ferrer en Vannes (1419), él comenzaba en Milán su carrera apostólica como predicador. Contaba por aquel entonces treinta y nueve años. La guerra asolaba a Europa, y la Iglesia apenas si surgía del gran cisma de Occidente (1471). En medio de este mundo desgarrado fue donde Bernardino iba a hacer oír: no ya el anuncio de los cataclismos postreros – como Vicente Ferrer -, sino el llamamiento misericordioso del amor divino.

Se le vio pasar de Sena a Florencia y Milán, bajar hacía la Umbría y la Marca de Ancona, caminando tan pronto a pie como montado sobre un asno. El pueblo de Roma se congregaba para oírle. Y, con el fin de hablar a las multitudes en un lenguaje que les resultara comprensible, predicaba la salvación en el Nombre de Jesús, cuyo anagrama JHS (Jesús Hombre Salvador) inscribía en las paredes y frontones de los edificios públicos.

El papa Martín V se alarmó con esto hasta el punto de pensar en una posible superstición, mas el fervor del apóstol se impuso a todos.

Lo suyo era recorrer pueblos y ciudades, levantando fervores y encendiendo los corazones en el amor a Jesús y a la Señora.

Le siguen llamando de todas partes y a todos los sitios acude sin tomarse descanso alguno. En esta vida peregrinante le sorprende la muerte, exhausto ya de fuerzas, en la ciudad de Aquila, camino de Nápoles. Era el 20 de mayo de 1444, víspera de la Ascensión del Señor a los cielos.

Oración: Señor Dios, que infundiste en el corazón de san Bernardino de Siena un amor admirable al nombre de Jesús, concédenos, por su intercesión y sus méritos, vivir siempre impulsados por el espíritu de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 19 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 19/05/2024 - Domingo de Pentecostés, solemnidad

Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 2, 1-11

Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse. Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas y habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tantos judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 103, 1ab y 24ac. 29bc-30.31 y 34

Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas.

Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu espíritu, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.

Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras;
que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor.

Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo
Primera Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 3b-7. 12-13
Hermanos: Nadie puede decir: «Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo. Y hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común. Pues, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. 

Palabra de Dios



SECUENCIA
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. 
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, 
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. 

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo; recibid el Espíritu Santo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Palabra de Dios

San Celestino V 1214-1296

San Pedro Morone, más tarde Celestino V, nació en los Abruzzos, Italia. “Mis padres, cuenta en su Autobiografía, tuvieron doce hijos, como Jacob, y su mayor deseo era ofrecer alguno al Señor. Fue escogido el undécimo, (él mismo), que se llamaba Pedro, como fue escogido José, en casa de Jacob”. Pedro repetía con frecuencia a su madre “Quiero ser un buen siervo de Dios”.

Pedro era la humildad personificada. Sus deseos se inclinaban a la vida de los anacoretas. Marchó a una montaña y se quedó en una cueva, dedicado totalmente a la oración. Después cavó un hoyo bajo una roca, para mayor austeridad. Se alternaban grandes tentaciones con altas consolaciones.

Acudían muchos a consultarle. Le animaban a que recibiera el sacerdocio. Accedió y fue a Roma a recibirlo. De vuelta, se quedó otros cinco años en otra cueva para vivir en soledad con Dios. Tenía dudas sobre la celebración de la Misa. Pensaba que si celebraba acudirían muchos y perdería la soledad. Además se sentía indigno. La voz del cielo se dejó oír. – Celebra Misa, hijo. – Pero San Benito y otros Santos no se atrevieron. No soy digno. – Nadie es digno. Celebra Misa con temor y temblor. Y quedó tranquilo.

Marchó al monte Morone, que le ha dado el apellido, buscando mayor soledad. Pero crecía la fama de santidad y tenía el carisma de los milagros. Acudieron muchos que querían ser sus discípulos. Se resistía pero al fin cedió, y nació la Orden de los Celestinos, luego unida a los benedictinos.

Un día llegó una visita inesperada. Era el arzobispo de Lyón con varios prelados, embajadores del cónclave, notificándole que había sido elegido Sumo Pontífice. Rondaba ya los 80 años. Era el año 1294. Muchos se alegraron de esta elección. Hacía falta un Papa santo, que rompiera las intrigas de los Orsinis y Colonnas en el Sacro Colegio. Además era necesario terminar con el largo interregno de más de dos años sin Papa.

Pedro Morone cedió y tomó el nombre de Celestino V. Montado humildemente en un borriquillo entró en Aquila, como Jesús en Jerusalén. Recibió el homenaje de los cardenales, la consagración episcopal y la coronación como Papa. No quiso ir a Roma, sobresaltada por luchas ciudadanas. Se fue al Palacio Real de Nápoles e hizo construir una cabaña dentro de sus habitaciones para vivir mejor la soledad. Pero le influía demasiado el rey de Nápoles, y los asuntos de la Curia iban de mal en peor.

Su temperamento poco sociable, el desconocimiento de las cosas humanas, le acarrearon graves dificultades. Además todo eran intrigas y ambiciones. Entonces se convenció de su incapacidad para el cargo y dio un gran ejemplo de humildad y desapego de las grandezas y honores terrenos.

Constituyó una comisión para estudiar la posibilidad de renuncia. Dado el visto bueno, reunió a los cardenales y leyó la bula de abdicación. Fue una escena única en la historia. Es “la gran renuncia” que Petrarca le alabará y Dante le reprochará hasta hundirlo en el infierno. Había gobernado – más bien, había ocupado el Solio pontificio – unos cinco meses.

Poco después era elegido su sucesor Bonifacio VIII, que encerró a Pedro Celestino en el castillo de Monte Fumone, junto a Anagili, por temor a un cisma. Allí vivió como un simple monje, según era su deseo. Allí continuó su vida de oración, soledad y penitencia, hasta mayo de 1296 en que murió. El Papa Clemente V lo elevó al honor de los altares en Avignon el 1313.

San Ivón de Bretaña o Yves de Kenmartin

Sacerdote secular, terciario franciscano. Ivón Hélory de Kermartin nació en su casa solariega próxima a Tréguier (Bretaña, Francia) el año 1253.

Estudió teología en París, en la escuela de San Buenaventura, y derecho en Orleáns. En cuanto jurista, trabajó como juez en tribunales eclesiásticos y aplicó la justicia sin distinción de personas y favoreciendo la concordia; pero se consagró sobre todo, como abogado, a la defensa de las causas de los huérfanos, de las viudas y de los pobres y marginados de su tiempo.

Acogía en su casa a los indigentes. Ordenado de sacerdote, regentó algunas parroquias y se dedicó a la predicación y formación cristiana del pueblo. Ya mayor, se retiró a su casa solariega donde vivió entregado a la oración, hasta su muerte acaecida el 19 de mayo de 1303.

Santo patrón de los juristas.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 18 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 18/05/2024 - Sábado de la 7ª semana de Pascua. San Juan I, papa y mártir, memoria libre

Permaneció en Roma, predicando el reino de Dios
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 28,16-20.30-31

Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con el soldado que lo vigilaba. Tres días después, convocó a los judíos principales y, cuando se reunieron, les dijo: «Yo, hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las tradiciones de nuestros padres, fui entregado en Jerusalén como prisionero en manos de los romanos. Me interrogaron y querían ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judíos se oponían, me vi obligado a apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo. Por este motivo, pues, os he llamado para veros y hablar con vosotros; pues por causa de la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas». Permaneció allí un bienio completo en una casa alquilada, recibiendo a todos los que acudían a verlo, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 10, 4. 5 y 7

Los buenos verán tu rostro, Señor
El Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.

Los buenos verán tu rostro, Señor
El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia él lo odia.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.

Los buenos verán tu rostro, Señor

Este es el discípulo que ha escrito todo esto, y su testimonio es verdadero
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 21, 20-25
En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?». Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?». Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme». Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?». Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los libros que habría que escribir.

Palabra de Dios

San Juan I papa y mártir

Nació en Toscana (Italia), y fue elegido papa el año 523. Su breve pontificado trascurrió en los reinados del emperador de Constantinopla Justino, católico, y Teodorico, rey de los ostrogodos, arriano, que dominaba Italia, con los consiguientes problemas políticos y religiosos.

Teodorico lo envió como legado suyo a Constantinopla para que pidiera al emperador Justino la libertad religiosa de los arrianos. Fue recibido con grandes honores en la Navidad del año 324, meses después celebró la Pascua en Santa Sofía diciendo la misa en latín, y coronó de nuevo al emperador. Pero no logró del todo el objetivo de su misión. Cuando volvió a Italia fue detenido y encarcelado porque su gestión no había sido del agrado de Teodorico, el cual lo encerró en Ravena, donde murió el año 526, por su constancia en defender la fe católica.

Oración: Oh Dios, remunerador de las almas fieles, que has consagrado este día con el martirio del papa san Juan, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos imitar la constancia en la fe de aquel cuyos méritos veneramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Félix de Cantalicio

Nació en un pueblecito del centro de Italia, Cantalice (Rieti), el año 1515, de una familia modesta. Pronto se puso al servicio de una familia acomodada, primero como pastor y luego en faenas del campo. Ya maduro ingresó en los capuchinos, hizo el noviciado como hermano lego y profesó en 1545.

Poco después lo destinaron a Roma, donde permaneció hasta su muerte, recorriendo de continuo sus calles como limosnero, lo que aprovechaba para consolar y aconsejar a las gentes, visitar a los enfermos, ayudar a los más pobres, explicar el catecismo a los niños y enseñarles a cantar las alabanzas de Dios.

Profesaba una particular devoción a la Virgen. Fue un fraile de talante místico y asidua oración. Brilló por su candor y sencillez evangélica, su buen humor y su cercanía a toda persona. Estuvo adornado de carismas celestiales. Trabó una gran amistad con san Felipe Neri y san Carlos Borromeo.

Murió en Roma el 18 de mayo de 1587.

Oración: Oh Dios, que diste a tu Iglesia y a la Orden franciscana un ejemplo vivo de candor y sencillez evangélica en san Félix de Cantalicio, concédenos, te rogamos, seguir sus huellas para buscar y amar intensamente a Cristo. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 17 de mayo de 2024

Lecturas y Santoral 17/05/2024 - Viernes de la 7ª semana de Pascua, feria

De un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 25, 13-21

En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para cumplimentar a Festo. Como se quedaron allí bastantes días, Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un hombre a quien Félix ha dejado preso y contra el cual, cuando fui a Jerusalén, presentaron acusación los sumos sacerdotes y los ancianos judíos, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana entregar a un hombre arbitrariamente; primero, el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse de la acusación. Vinieron conmigo, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores comparecieron, no presentaron ninguna acusación de las maldades que yo suponía; se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su propia religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí de esto. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la cárcel, para que decida el Augusto, he dado orden de que se le custodie hasta que pueda remitirlo al César».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 102, 1-2. 11-12. 19-20ab

El Señor puso en el cielo su trono
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

El Señor puso en el cielo su trono
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.

El Señor puso en el cielo su trono
El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes.

El Señor puso en el cielo su trono

Apacienta mis corderos, pastorea mis ovejas
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 21, 15-19
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, le dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú, sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».

Palabra de Dios

San Pascual Bailón, Religioso (1540-1592)

Nació en Torrehermosa, en Aragón, España, el día de Pentecostés, y falleció en Villarreal, Valencia, también en día de Pentecostés.

Segundo de seis hijos de los Bailón, una familia campesina muy pobre, San Pascual fue pastor de ovejas desde muy niño hasta los 24 años de edad. Durante sus estancias en el campo aprendió a amar a Dios en la naturaleza.

Su fuerte vocación religiosa le hizo buscar el convento franciscano de frailes menores en Alvatera, en 1564. Fue rechazado en una primera instancia por su condición rústica y su escasa educación, pero gracias a la profundidad teológica de sus inocentes comentarios, sobre todo en torno a la sagrada eucaristía, finalmente fue admitido.

En el convento trabajó como barrendero, portero y cocinero. Siempre se destacó por su humildad, su amor al prójimo y su voluntad de servicio, y prefirió permanecer como hermano laico, pues no se consideraba digno de ejercer el sacerdocio.

Se dice que alguna vez fue sorprendido en la cocina, mientras preparaba los alimentos, bailando frente a una imagen de la Virgen, ofreciéndole su danza como ofrenda. También que era presa de arrebatos místicos, en los que extasiado contemplaba un cáliz con la eucaristía flotando sobre su cabeza.

Hacia 1576, sus superiores, apoyados en la sencillez de su persona, le encomendaron la peligrosa misión de llevar importantes documentos a París, pues calvinistas belicosos habían ocupado gran parte de Francia.

A pesar de que hablaba poco, en el camino se vio inmerso en una discusión con un grupo de protestantes en la que argumentó sesudamente a favor de la eucaristía, lo cual casi le costó morir lapidado. Pero la experiencia le hizo escribir un libro sobre el tema, que luego hizo llegar al Papa.

Cuando falleció, una nutrida multitud fue a despedirse de él, venerando ya desde entonces su santidad, pues comenzaron a atribuírsele milagros. San Pascual Bailón es el santo patrono de los cocineros y de los congresos eucarísticos. Fue canonizado por el papa Alejandro VIII en 1690.

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."