domingo, 17 de enero de 2010

Lecturas y Santoral 17-01-10

La alegría que encuentra el esposo con su esposa, la encontrará tu Dios contigo
Primera Lectura. libro de Isaías 62, 1-5
Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.
Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
El mismo y único Espíritu reparte a cada uno como a él le parece
Segunda Lectura. 1ª carta de san Pablo a los Corintios 12, 4-11
Hermanos: Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas. El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece.
Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: - «No les queda vino.» Jesús le contestó: - «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.» Su madre dijo a los sirvientes: - «Haced lo que él diga.» Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: - «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: - «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.» Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: - «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora. » Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
Palabra del Señor.

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San Antonio Abad (251-356)
-San Antonio o Antón de Egipto, llamado también el Abad, el Ermitaño o el Grande, solitario de la Tebaida, 251 - 356. Conocemos la vida del abad Antonio, cuyo nombre significa "floreciente" y al que la tradición llama el Grande, principalmente a través de la biografía redactada por su discípulo y admirador, san Atanasio, a fines del siglo IV.

Este escrito, fiel a los estilos literarios de la época y concepciones entonces vigentes acerca de la espiritualidad, subraya en la vida de Antonio la permanente entrega a Dios en un género de consagración del cual él no es históricamente el primero, pero sí el prototipo, y esto no sólo por la inmensa influencia de la obra de Atanasio.

En su juventud, Antonio, que era egipcio e hijo de acaudalados campesinos, se sintió conmovido por las palabras de Jesús, que le llegaron en el marco de una celebración eucarística: Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo: ven después, y sígueme(Mateo, 11, 21). Así lo hizo el rico heredero, reservando sólo parte para una hermana, a la que entregó, parece, al cuidado de unas vírgenes consagradas.

Antonio murió muy anciano, hace el año 356, en las laderas del monte Colzim, próximo al mar Rojo; al ignorarse la fecha de su nacimiento, se le ha adjudicado una improbable longevidad, aunque ciertamente alcanzó una edad muy avanzada. La figura del abad delineó casi definitivamente el ideal monástico que perseguirían muchos fieles de los primeros siglos. No siendo hombre de estudios, no obstante, demostró con su vida lo esencial de la vida monástica, que intenta ser precisamente lo esencial de la práctica cristiana: una vida bautismal despojada de cualquier aditamento. Para nosotros, Antonio encierra un mensaje aún válido y muy actual: el monacato del desierto continúa siendo un desafío, el del seguimiento extremo de Cristo, el de la confianza absoluta en el poder del Espíritu de Dios.

1 comentario:

  1. I have always loved this saint, Anthony of Egypt. He said: 'My book is the nature of created things, and it is present when I want to read the words of God.' This has been an abiding truth with me, and I think also with you---this is what draws you I think even to your bugs :)

    Hasta luego!
    Erin

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