martes, 9 de febrero de 2010

Lecturas y Santoral 09-02-10

Sobre este templo quisiste que residiera tu nombre. Escucha la súplica de tu pueblo, Israel
Primera Lectura. Reyes 8, 22-23. 27-30
En aquellos días, Salomón, en pie ante el altar del Señor, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos al cielo y dijo: _«¡Señor, Dios de Israel! Ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como tú, fiel a la alianza con tus vasallos, si caminan de todo corazón en tu presencia. Aunque, ¿es posible que Dios habite en la tierra? Si no cabes en el cielo y lo más alto del cielo, ¡cuánto menos en este templo que he construido! Vuelve tu rostro a la oración y súplica de tu siervo Señor, Dios mío, escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu siervo. Día y noche estén tus ojos abiertos sobre este templo, sobre el sitio donde quisiste que residiera tu nombre. ¡Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio! Escucha la súplica de tu siervo y de tu pueblo, Israel, cuando recen en este sitio; escucha tú, desde tu morada del cielo, y perdona. »
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Salmo Responsorial Salmo 83, 3. 4. 5 y 10. 11
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Marcos 7, 1-13
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: -«¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?» Él les contestó: -«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.» Y añadió: -«Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas.»
Palabra del Señor.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Apolonia, virgen y mártir (┼ c.a. 249)
Sucedió en tiempos del emperador Felipe que es una época suave en la práctica de la fe cristiana. El lugar de los acontecimientos es Alejandría y por el año 248, previo a la persecución de Decio.

Sale a la calle un poeta con aires de profeta de males futuros; practicaba la magia, según se dice; va por las vías y plazas alejandrinas publicando, como agorero de males, las catástrofes y calamidades que van a sobrevenir a la ciudad si no se extermina de ella a los cristianos. No se sabe qué cosas dieron motivo para predecir esos tiempos aciagos, pero la verborrea produjo su efecto. El obispo Dionisio Alejandrino es el que relata el comienzo de la persecución. Tomaron violentamente al anciano Metro, sin respetar sus canas; le exigen blasfemias contra Jesucristo, se desalientan con su firmeza y acaban moliéndolo a palos y lapidándolo a las afueras de la ciudad. Luego van a por la matrona Cointa que es atada, arrastrada y también muerta a pedradas. Ahora la ciudad parece en estado de guerra; han crecido los tumultos; la gente va loca asaltando las casas donde puede haber cristianos. Se multiplican los incendios, los saqueos y la destrucción.

En Alejandría vive una cristiana bautizada desde pequeña y educada en la fe por sus padres; en los tiempos de su juventud decidió la renuncia voluntaria al matrimonio para dar su vida entera a Jesús. Se llama Apolonia y ya es entrada en años; los que la conocen saben mucho de sus obras de caridad, de su sólida virtud y de su retiro en oración; incluso presta ayuda a la iglesia local como diaconisa, según se estila en la antigüedad. Las hordas incontroladas la secuestran y pretenden obligarla a blasfemar contra Jesucristo. Como nada sale de su boca, con una piedra le destrozan los dientes. Después la llevan fuera de la ciudad amenazándola con arrojarla a una hoguera, si no apostata. Pide un tiempo para reflexionar. Se abisma en oración. Luego, ella misma es la que, con desprecio a la vida que sin Dios no vale, con paso decidido, pasa ante sus asombrados verdugos y entra en las llamas donde murió.

Los cristianos recogieron de entre las cenizas lo poco que quedó de sus despojos. Los dientes fueron recogidos como reliquias que distribuyeron por las iglesias.

Su representación iconográfica posterior la presenta sufriendo martirio de manos de un sayón que tiene una gran piedra en la mano para impartir el golpe que le destrozó la boca. Por eso es abogada contra los males de dientes y muelas.

También a nosotros nos asombra la decisión de santa Apolonia por parecerse a el suicidio. Algún magnánimo escritor habla de que «eso sólo es lícito hacerlo bajo una inspiración de Dios». Desde luego es susceptible de más de una glosa. Sólo que los santos, tan extremosamente llenos de Dios, adoptan en ocasiones actitudes inverosímiles y desconcertantes bajo el aguijón del Amor y ¡quien sabe si esas son «locuras» sólo para quien no tiene tanto amor! Al fin y al cabo, cada santo es el misterio de responder sin cuento a Dios.

Anne Catherine Emmerich (08/09/1774 - 09/02/1824)
Religiosa Agustina, estigmática y extática, nació el 8 de septiembre de 1774 en Flamsche, cerca de Coesfeld en la Diócesis de Munster, en Westphalia, Alemania, y murió el 9 de febrero de 1824 en la localidad de Dulmen
You can read more about Anne Catherinne Emmerich here:
http://en.wikipedia.org/wiki/Anne_Catherine_Emmerich
http://www.corazones.org/santos/ana_catalina_emmerick.htm

Sus padres, que eran campesinos, fueron bastante pobres y piadosos. A la edad de doce años se vio obligada a trabajar en el campo, para luego desempeñarse como costurera durante varios años. Siempre delicada, fue enviada a estudiar música pero al descubrir la pobreza en la que la familia del organista vivía, les entregó lo poco que había ahorrado para su ingreso al convento y trabajó para él y su familia como sirvienta por algunos años.

Por momentos estaba tan necesitada de alimento que su madre le llevaba pan en sus descansos, y parte de ese pan iba destinado a la familia de su amo. Una vez cumplidos los veintiocho años (1802) ingresó al convento augustino de Agnetenberg en Dulmen. Ahí se mostró contenta por ser considerada como la última de la casa. Su celo y entusiasmo, sin embargo, incomodaba al común de las hermanas, que estaban intrigadas y molestas por sus extrañas capacidades y su salud frágil, y que al no comprender los éxtasis en los que entraba cuando estaba en la iglesia, en su celda o mientras trabajaba, la trataban con cierta antipatía. No obstante su intenso ascetismo, ella cumplía con sus deberes fiel y alegremente.

Lo ordinario sobrenatural
Cuando Jerónimo Bonaparte cerró el convento en 1812, se vio obligada a buscar refugio en la casa de una viuda pobre. En 1813 quedó postrada en cama. Logró prever la caída de Napoleón con doce años de anticipación, y aconsejó de una misteriosa manera al sucesor de San Pedro. Incluso durante su infancia lo sobrenatural era tan común para ella que, dada su inocente ignorancia, pensaba que el resto de niños gozaba de los mismos favores que ella, por ejemplo conversar de manera muy familiar con el Niño Jesús, etc. Ella mostraba un conocimiento maravilloso cuando los pobres y enfermos se acercaban a la "brillante hermanita" en busca de ayuda; ella conocía sus enfermedades y les prescribía remedios que nunca fallaban.

Era lista y vivaz por naturaleza y el sufrimiento de los demás le generaba gran compasión muy fácilmente. Este sentimiento se adhirió a su ser espiritual, por lo que ella rezaba y sufría mucho por las almas del Purgatorio a quienes veía con frecuencia, y también por la salvación de los pecadores cuyas miserias ella conocía aún cuando estuviesen muy lejos. Al corto tiempo de haber sido confinada a la cama (1813), sus estigmas se manifestaron externamente, incluso como las marcas de las espinas. Ella intentaba infructuosamente ocultar su situación, tal como había disimulado las cruces impresas en su pecho.

Lo que más temía en el mundo
Como consecuencia llegó aquello a lo que ella le tenía pavor en vista de la publicidad, una comisión episcopal para investigar su vida y la realidad de esos signos maravillosos. Los exámenes fueron sumamente estrictos, pues se requería del mayor cuidado para no dar pretextos para el ridículo y el insulto de parte de los enemigos de la Iglesia. El vicario general, el famoso Overberg, y los tres médicos condujeron la investigación con cuidado escrupuloso y terminaron convencidos de la santidad de la "piadosa Beguina", como se le conocía, y de la veracidad de los estigmas. A fines de 1818 Dios le concedió su más ferviente oración y la alivió de los estigmas, y las heridas de sus manos y pies curaron pero las demás permanecieron, y en Viernes Santo todas se reabrieron.

En 1819 el gobierno envió un comité de investigación que ejerció su comisión de una manera brutal. Enferma de muerte que se encontraba, fue trasladada por la fuerza a una gran habitación en otra casa y se le mantuvo en estricta vigilancia durante el día y la noche durante tres semanas, alejada de todos sus amigos a excepción de su confesor. Se le insultó, amenazó e incluso se le aduló, pero todo fue en vano. La comisión partió sin encontrar nada sospechoso y permaneció en silencio frente a su presidente, y viéndose insultada por su reticencia, declararon que todo era un fraude, tras lo cual hubo una obvia respuesta: ¿Respecto de qué? ¿Y por qué la demora en su publicación?

Sus obras literarias
Alrededor de esos días el famoso poeta Klemens Brentano fue inducido a visitarla; para su gran asombro ella lo reconoció, y le dijo que él había sido señalado como el hombre capaz de ayudarla a que se cumpliera el mandato de Dios, concretamente, que escribiera por el bien de innumerables almas, la revelación que Él le había hecho. Brentano tomó breves notas sobre los principales puntos y, en vista de que ella hablaba el dialecto de Westphalia, él procedió a traducirlos inmediatamente al alemán. Conforme iba escribiendo, le leía y cambiaba y borraba hasta que ella lo aprobara en su totalidad. Como tantos otros, él se vio conquistado por su evidente pureza y sus excesivas humildad y paciencia ante tan indescriptible sufrimiento. Junto con Overberg, Sailer de Ratisbon, Clemente Augusto de Colonia, Stollberg, Louisa Hensel, etc. Él la reverenciaba como la novia escogida de Cristo.

En 1833 aparecieron los primeros frutos del esfuerzo de Brentano, "La Dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a las Meditaciones de Anne Catherine Emmerich" (Sulzbach). Brentano preparó para su publicación el trabajo "La Vida de La Santísima Virgen María", pero no apareció hasta 1852 en Munich. Desde el MS de Brentano, el P. Schorger publicó en tres volúmenes "La Vida de Nuestro Señor" (Ratisbon, 1858 - 80), y en 1881 una gran edición ilustrada de la misma obra. Éste también escribió su vida en dos tomos.

Lo original
Las visiones de Anne muestran detalles, generalmente ligeros, que les dan una intensidad que captura el interés del lector, ya que cada escena gráfica es sucedida por otra en una rápida sucesión como si fuesen físicamente visibles a través los ojos. Algunos místicos se preocupan más de las ideas, ella de los eventos; otros se detienen para meditar en voz alta y para guiar los pensamientos del lector, ella deja que los hechos hablen por sí mismos con la simpleza, brevedad y seguridad de una narrativa Evangélica. El tratamiento que le otorga a tan difícil tema, la doble naturaleza de Cristo, es admirable. Su humanidad la muestra clara y definida, pero a través de esta brilla siempre un destello de Divinidad. La expansión rápida y silenciosa de sus trabajos a lo largo de Alemania, Francia, Italia y en cualquier otro lugar habla bien de su mérito. Por algún motivo o produjeron controversias. Dom Guéranger elogia sus méritos en elevados términos (Le Monde, 15 de abril, 1860).

Su santidad y frutos
La Hermana Emmerich vivió durante uno de los más tristes y menos gloriosos periodos de la historia de la Iglesia, cuando la revolución triunfó, la impiedad floreció y muchas de las más justas provincias bajo su dominio fueron invadidas por infieles y echadas a tal ruinosa situación que la Fe parecía estar por extinguirse. Su misión parece haber sido, en parte, ayudar a la restauración de la disciplina de la Iglesia, especialmente en Westphalia a través de sus oraciones y sufrimientos. De la misma manera, fortalecer cuando menos a los más pequeños del rebaño en su fe. Además de todo esto, ella salvó muchas almas y recordó al mundo cristiano que lo sobrenatural está alrededor pero a un grado a veces olvidado. Un rumor acerca del robo del cuerpo fue la causa de que se abriera su tumba seis semanas después de su muerte. El cuerpo fue encontrado fresco, sin ningún signo de corrupción. En 1892 el proceso de su beatificación fue introducido por el Obispo de Münster.
E.P. GRAHAM
Transcrito por Michael T. Barrett
Dedicado a las pobres almas del Purgatorio
Traducido por J.M.M.

Santoral confeccionado consultando: el preparado por la parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, Aciprensa.com, archimadrid.es

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