martes, 14 de agosto de 2012

Lecturas y Santoral 14-08-12

Hijo de Adán, come lo que tienes ahí, cómete este volumen y vete a hablar a la casa de Israel.
Primera Lectura. Ezequíel (1,2-5.24–2,1a)

Así dice el Señor: "Tú, hijo de Adán, oye lo que te digo: ¡No seas rebelde, como la casa rebelde! Abre la boca y come lo que te doy."
Vi entonces una mano extendida hacia mí, con un documento enrollado. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito en el anverso y en el reverso; tenía escritas elegías, lamentos y ayes.
Y me dijo: "Hijo de Adán, come lo que tienes ahí, cómete este volumen y vete a hablar a la casa de Israel."
Abrí la boca y me dio a comer el volumen, diciéndome: «Hijo de Adán, alimenta tu vientre y sacia tus entrañas con este volumen que te doy." Lo comí, y me supo en la boca dulce como la miel.
Y me dijo: "Hijo de Adán, anda, vete a la casa de Israel y diles mis palabras."

Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/nab/. You can get too Daily Scripture Readings at http://beingbob.wordpress.com/

Ezekiel-Vision-pergamino-profeta
Salmo Responsorial 118,14.24.72.103.111.131

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.
Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas.

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.
Tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros.

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata.

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.
¡Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca!

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón.

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.
Abro la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos.

¡Qué dulce al paladar tu promesa, Señor!.


Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Mateo (18,1-5.10.12-14)

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?"
Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: "Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. ¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Lucas-9-Mateo-18-Jesus-niño-niños-quien-es-el-mas-grande-Karl-Bloch
San Maximiliano María Kolbe (1894-1941)
Maximiliano-Maria-Kolbe

Nació en Zdunska-Wola, entonces parte del Imperio Ruso, cerca de Lódz, hoy Polonia.

Raimundo Kolbe era hijo de un humilde obrero textil. Se educó en la escuela franciscana de Lemberg, la actual L’viv, que pertenecía al Imperio Austrohúngaro.

A los 17 años fue aceptado como fraile con los Menores Franciscanos, con el nombre de Maximiliano María. Tuvo oportunidad de estudiar en Roma teología y filosofía, y fue ordenado sacerdote en 1918.

San Maximiliano María volvió entonces a su país para impartir filosofía e historia de la Iglesia en el seminario franciscano de Cracovia; al mismo tiempo se dedicó a la labor editorial, sacando a la luz periódicos y publicaciones cristianos.

A pesar de que enfermó de tuberculosis, en 1927 fundó en Teresin, al oeste de Cracovia, el monasterio “Niepokalanów”, conocido como Ciudad de la Inmaculada, que fue el centro de labor de propagación de la fe. Su órgano de difusión fue la revista “Caballero de la Inmaculada”, que en su mejor época llegó a tirar casi un millón de ejemplares.

Más tarde, en 1930, San Maximiliano María Kolbe expandió su vocación misionera hacia Nagasaki, Japón, siendo también el trabajo editorial su ocupación primordial. Ahí estableció una Ciudad de la Inmaculada hermana de la polaca, la Mugenzai No Sono, y publica en japonés la revista “Caballero de la Inmaculada”, “Seibo No Kishi”.

En el lejano Oriente fundó numerosas estancias misioneras, e incursionó especialmente en la radio de aficionados para difundir el Evangelio a nivel masivo –labor que prosiguió en la Ciudad de la Inmaculada cuando regresó a Polonia en 1936.

En septiembre de 1939, el Reich alemán invadió alevosamente Polonia, dando inicio a la segunda guerra mundial. La ocupación del país fue muy rápida, pero en la nueva situación a los invasores les empezó a molestar la presencia de San Maximiliano María Kolbe.

Finalmente, un año después, en septiembre de 1940, fue aprehendido por los nazis y trasladado al campo de concentración de Oranienburg. Fue liberado en diciembre, pero en febrero de 1941 fue detenido otra vez, y en esta ocasión enviado al campo de exterminio de Auschwitz.

Al llegar al siniestro sitio volvió a cambiar de nombre: dejó de ser Maximiliano María, y pasó a ser el número 16670.

En Auschwitz le fueron asignadas las labores más humillantes, como el transporte de cadáveres al crematorio; sin embargo aquí brilló su espíritu de ayuda y amor al prójimo.

Debido a la fuga de un prisionero, los nazis tomaron represalias matando de hambre a otros diez. Uno de los desafortunados comenzó a gritar y llorar, pues era casado y padre de familia. Entonces, el número 16670 se ofreció para morir en su lugar, diciendo: “Soy sacerdote católico, y no soy casado.”

En la “celda de las hambrunas”, San Maximiliano sobrevivió a los otros nueve desdichados. Se dice que se le oía cantar y rezar a cada rato. Desesperados, los nazis lo asesinaron aplicándole una inyección de fenol.

En 1982, el papa Juan Pablo II canonizó a San Maximiliano María Kolbe, llamándolo “patrono de nuestro difícil siglo”. Es también santo patrono de los periodistas y de los radioaficionados.

SAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE nos enseña, junto con San Juan, que “nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos”.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: ewtn.com, catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

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