sábado, 17 de octubre de 2015

Lecturas y Santoral 17-10-15

Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza
Primera Lectura. carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 13, 16-18
Hermanos:
No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo.
Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos".
Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó.
Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

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Salmo Responsorial. 104, 6-7, 8-9, 42-43
El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Porque se acordaba de la palabra sagrada
qué había dado a su siervo Abrahán,
sacó a su pueblo con alegría,
a sus escogidos con gritos de triunfo.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
El Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-"Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios.
Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender.
Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

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San Ignacio de Antioquía
San Ignacio de Antioquia

San Ignacio fue el segundo sucesor de san Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía (Siria), la primera ciudad en que los seguidores de Cristo empezaron a llamarse "cristianos". La tradición señala que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.

El emperador Trajano mandó que encarcelaran a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como San Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso. El emperador ordenó que Ignacio fuera llevado a Roma y condenado a morir devorado por las fieras para diversión del pueblo. Encadenado, fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un largo y penosísimo viaje a través de Asia Menor, durante el cual escribió siete cartas que se han hecho famosas e iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor. En esas cartas trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la vida cristiana.

En una de esas cartas, el santo señala que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban. El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.

En Esmirna fue acogido por san Policarpo, y allí escribió cuatro de sus cartas, entre ellas la dirigida a la "Iglesia de Roma, que preside la caridad… y que ha recibido las órdenes de los apóstoles"; y a los romanos les pide que no intervengan para evitar su martirio: "Trigo soy de Cristo -les argumenta-: seré molido por los dientes de las fieras, a fin de llegar a ser pan blanco de Dios". El modelo de vida cristiana que propone está centrado en la imitación de Cristo para unirse a Él, y con Él al Padre.

Ignacio-de-Antioquia
Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo recibiendo la corona del martirio el año 107, en tiempo del emperador Trajano.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, tú has querido que el testimonio de tus mártires glorificara a toda la Iglesia, cuerpo de Cristo; concédenos que, así como el martirio que ahora conmemoramos fue para san Ignacio de Antioquía causa de gloria eterna, nos merezca también a nosotros tu protección constante. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santos Rufo y Zósimo.

San Policarpo, en su carta a los Filipenses, los asoció a san Ignacio de Antioquía en su martirio el año 107. De todos ellos dijo: "Participaron en la pasión del Señor, y no amaron la gloria de este mundo, sino a Aquél que por ellos y por todos los hombres murió y resucitó".

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

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