Arrojará nuestros pecados a lo hondo del mar
Primera Lectura. Miqueas 7, 14-15. 18-20
Pastorea a tu pueblo, Señor, con tu cayado, al rebaño de tu heredad, que anda solo en la espesura, en medio del bosque; que se apacienta como antes en Basán y Galaad.
Como cuando saliste de Egipto les haré ver prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, capaz de perdonar el pecado, de pasar por alto la falta del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera, pues le gusta la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros, destrozará nuestras culpas, arrojará nuestros pecados a lo hondo del mar.
Concederás a Jacob tu fidelidad y a Abrahán tu bondad, como antaño prometiste a nuestros padres.
Palabra de Dios.
Como cuando saliste de Egipto les haré ver prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, capaz de perdonar el pecado, de pasar por alto la falta del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera, pues le gusta la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros, destrozará nuestras culpas, arrojará nuestros pecados a lo hondo del mar.
Concederás a Jacob tu fidelidad y a Abrahán tu bondad, como antaño prometiste a nuestros padres.
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
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Salmo Responsorial. 102,1-2.3-4.9-10.11-12
El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
el rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
el rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura.
El Señor es compasivo y misericordioso.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
El Señor es compasivo y misericordioso.
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Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
"Ese acoge a los pecadores y come con ellos."
Jesús les dijo esta parábola:
"Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.'
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
'Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.'
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo,'
Pero el padre dijo a sus criados:
'Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.'
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
'Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.'
Él se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
'Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.'
El padre le dijo:
'Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado'".
Palabra de Dios.
"Ese acoge a los pecadores y come con ellos."
Jesús les dijo esta parábola:
"Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: 'Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.'
El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad.
Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo:
'Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.'
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: 'Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo,'
Pero el padre dijo a sus criados:
'Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.'
Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo.
Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó:
'Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.'
Él se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo.
Entonces él respondió a su padre:
'Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.'
El padre le dijo:
'Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado'".
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Nacidos en León, hijos del centurión y mártir Marcelo, estos hermanos formaron también parte de las legiones romanas hasta que se decretó la persecución de los cristianos. Decidieron entonces entregarse al procónsul de Calahorra declarando su fe y aunque fueron encarcelados y torturados nunca renunciaron a su religión, por lo que fueron condenados a morir decapitados a las orillas del río Arnedo el 13 de marzo del año 300. Tras su muerte, estos siervos de Dios, fueron allí sepultados.
Se cuenta que antes de morir, Emeterio lanzó al aire su anillo, y Celedonio su pañuelo, que ascendieron hacia el cielo a la vista de todos. La leyenda también dice que sus cabezas decapitadas llegaron hasta Santander a bordo de una nave de piedra, que atravesaron la roca conocida como la Horadada de los Mártires y encallaron en la costa.
Sus reliquias fueron custodiadas por los monjes de la ciudad, primero en una ermita junto al palacio del gobernador romano y luego en una abadía levantada por Alfonso II, rey de Asturias y León en el año 791. Actualmente reposan en la catedral construída sobre la misma. Los Santos Mártires, como son conocidos, dieron nombre a la ciudad de la que son patronos ( Portus Sancti Emeterii – Sant’Emeter – Santander ) y que celebra su festividad el 3 de marzo.
La devoción a los Santos Mártires no sólo afecta a la ciudad de Santander, que toma su nombre de San Emeterio, sino que se extiende a toda la Diócesis, ya que el Papa Pío VI, a petición del Obispo Menéndez de Luarca, les declaró patronos de la Diócesis el 30 de septiembre de 1791.
Santa Cunegunda
Nació hacia el año 980 de familia noble. A los veinte años contrajo matrimonio con san Enrique II, duque de Baviera, quien, al saber que ella era estéril, no la repudió, sino que, por sus virtudes, prefirió vivir con ella.
Luego, en el 1002, fueron coronados reyes de Alemania y, en el 1014, recibieron en Roma, de manos del papa Benedicto VIII, la corona imperial. Acompañó a su marido en sus obras y actividades religiosas y caritativas.
Al quedar viuda en el 1024, se retiró al monasterio de Kaufungen (Esse), que ella misma había fundado, y allí vivió como una religiosa más hasta su muerte el año 1033 ó 1039.
Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com
"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."
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