domingo, 4 de noviembre de 2018

Lecturas y Santoral 04/11/2018. Domingo de la trigesimoprimera semana de Tiempo Ordinario.

Escucha, Israel: Amarás al Señor con todo el corazón
Primera Lectura. Deuteronomio 6. 2-6
Moisés habló al pueblo diciendo:
"Teme al Señor, tu Dios, tú, tus hijos y nietos, y observando todos sus mandatos y preceptos, que yo te mando, todos los días de tu vida, a fin de que se prolonguen tus días. Escúchalo, pues, Israel, y esmérate en practicarlos, a fin de que te vaya bien y te multipliques, como te prometió el Señor, Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.
Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo.
Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas las fuerzas.
Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Salmo Responsorial. 17, 2-3a. 3bc 4. 47 y 51ab
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Yo te amo, Señor; tú eres mí fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa
Segunda Lectura. Carta a los Hebreos 7. 23-28
Hermanos:
Ha habido multitud de sacerdotes de la anterior Alianza, porque la muerte les impedía permanecer; en cambio, Jesús, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre.

Palabra de Dios.


Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Amarás al Señor, tu Dios. Amaras a tu prójimo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 12, 28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
"¿Qué mandamiento es el primero de todos?"
Respondió Jesús:
"El primero es: 'Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.' El segundo es este: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo.' No hay mandamiento mayor que éstos".
El escriba replicó:
"Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios".
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
"No estás lejos del reino de Dios".
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


San Carlos Borromeo


Nació en Arona (Lombardía, Italia) el año 1538, en el seno de una familia noble y piadosa. Abrazó la vida eclesiástica de jovencito y, terminados los estudios en Pavía, su tío materno, el papa Pío IV, lo llamó a Roma y lo creó cardenal, confiriéndole el gobierno de los negocios eclesiásticos. A sus veintidós años, Borromeo se convertía en el primer Secretario de Estado en el sentido moderno de la función. Como tal trabajó con denuedo por llevar a buen fin las últimas sesiones del Concilio de Trento (1562-1563) e impulsar la puesta en práctica de sus decretos.

Al morir Pío IV (1565), Carlos Borromeo pasó a Milán, de donde había sido nombrado arzobispo dos años antes. El joven prelado no tuvo en adelante otro anhelo que hacer poner en práctica en su Iglesia las prescripciones del Concilio.

El cardenal Borromeo realizó plenamente el modelo de obispo postulado por el Concilio de Trento realizando una gran obra legislativa, organizativa, pastoral, litúrgica y devocional:

  • Recorrió muchas veces la diócesis entera.
  • Reformador del clero por medio de la convocatoria de sínodos, fundando los primeros seminarios y reformando costumbres.
  • Restaurador de las costumbres del pueblo con sus visitas pastorales, que se extendían hasta los valles suizos.
  • Creador de múltiples obras sociales, edificó hospitales y hospicios y utilizó las riquezas de su familia en favor de los pobres.
  • Padre de la ciudad hasta llegar a ofrecer su propia vida por ella con ocasión de la peste de 1576.

Resultaba de austera apariencia y de mano a veces dura pero primero se exigía a si mismo. Milán le ha concedido un puesto de privilegio junto a San Ambrosio entre sus padres en la fe. Sin embargo el influjo de San Carlos superó las fronteras de Lombardía: todos los obispos reformadores trataron de reproducir el modelo de su acción pastoral.


Vivo ejemplo de hombre evangélico, murió relativamente joven habiendo desgastado totalmente su vida y sus energías por hacer progresar la religión y por ayudar a los más necesitados. Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.

Murió en Milán el 3 de noviembre de 1584 cuando apenas tenía 46 años. En Arona, su pueblo natal, le fue levantada una inmensa estatua que todavía existe.

Oración: Conserva, Señor, en tu pueblo el espíritu que infundiste en san Carlos Borromeo, para que tu Iglesia se renueve sin cesar y, transformada en imagen de Cristo, pueda presentar ante el mundo el verdadero rostro de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

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