domingo, 17 de mayo de 2020

Lecturas y Santoral 17/05/2020. Domingo de la sexta semana de Pascua

Les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 2, 42-47
En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría. Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. 

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial. 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aclamad al Señor, tierra entera; 
tocad en honor de su nombre, 
cantad himnos a su gloria. 
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» 

Aclamad al Señor, tierra entera. 
Que se postre ante ti la tierra entera, 
que toquen en tu honor, 
que toquen para tu nombre. 
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. 

Aclamad al Señor, tierra entera. 
Transformó el mar en tierra firme, 
a pie atravesaron el río. 
Alegrémonos en él. 
Con su poder gobierna eternamente. 

Aclamad al Señor, tierra entera. 
Los que teméis a Dios, venid a escuchar, 
os contaré lo que ha hecho conmigo. 
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica 
ni me retiró su favor. 

Aclamad al Señor, tierra entera.
Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pedro 3, 15 -18
Queridos hermanos: Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia, para que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan contra vuestra buena conducta en Cristo. Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal. Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por lo pecados, el justo por los injustos, para conducirnos a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu. 



Palabra de Dios
Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 15-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él». Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net

San Pascual Bailón, Religioso (1540-1592)

Nació en Torrehermosa, en Aragón, España, el día de Pentecostés, y falleció en Villarreal, Valencia, también en día de Pentecostés.

Segundo de seis hijos de los Bailón, una familia campesina muy pobre, San Pascual fue pastor de ovejas desde muy niño hasta los 24 años de edad. Durante sus estancias en el campo aprendió a amar a Dios en la naturaleza.

Su fuerte vocación religiosa le hizo buscar el convento franciscano de frailes menores en Alvatera, en 1564. Fue rechazado en una primera instancia por su condición rústica y su escasa educación, pero gracias a la profundidad teológica de sus inocentes comentarios, sobre todo en torno a la sagrada eucaristía, finalmente fue admitido.

En el convento trabajó como barrendero, portero y cocinero. Siempre se destacó por su humildad, su amor al prójimo y su voluntad de servicio, y prefirió permanecer como hermano laico, pues no se consideraba digno de ejercer el sacerdocio.

Se dice que alguna vez fue sorprendido en la cocina, mientras preparaba los alimentos, bailando frente a una imagen de la Virgen, ofreciéndole su danza como ofrenda. También que era presa de arrebatos místicos, en los que extasiado contemplaba un cáliz con la eucaristía flotando sobre su cabeza.

Hacia 1576, sus superiores, apoyados en la sencillez de su persona, le encomendaron la peligrosa misión de llevar importantes documentos a París, pues calvinistas belicosos habían ocupado gran parte de Francia.

A pesar de que hablaba poco, en el camino se vio inmerso en una discusión con un grupo de protestantes en la que argumentó sesudamente a favor de la eucaristía, lo cual casi le costó morir lapidado. Pero la experiencia le hizo escribir un libro sobre el tema, que luego hizo llegar al Papa.

Cuando falleció, una nutrida multitud fue a despedirse de él, venerando ya desde entonces su santidad, pues comenzaron a atribuírsele milagros. San Pascual Bailón es el santo patrono de los cocineros y de los congresos eucarísticos. Fue canonizado por el papa Alejandro VIII en 1690.

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