miércoles, 10 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 10/02/2021. Miércoles de la quinta semana de Tiempo Ordinario

El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén
Primera Lectura. Génesis 2, 4b-9. 15-17
El día en que el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo; pero un manantial salía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo. Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara. El Señor Dios dio este mandato al hombre: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás, porque el día en que comas de él, tendrás que morir».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 103, 1-2a. 27-28. 29be-30

Bendice, alma mía, al Señor.

Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto.

Bendice, alma mía, al Señor.

Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes.

Bendice, alma mía, al Señor.

Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor.

Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 7, 14-23
En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre». Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina». (Con esto declaraba puros todos los alimentos). Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

Palabra de Dios

Santa Escolástica Virgen (480-543)

Lo poco que sabemos de su vida es lo que nos refiere el Papa San Gregorio Magno en el libro II de sus Diálogos; en este libro además del maravilloso diálogo mantenido entre San Benito y su hermana Sta. Escolástica, dice que nuestra santa "estuvo dedicada desde su infancia al Señor Dios todopoderoso".

Hermana gemela de san Benito, nació de padres aristócratas en Nursia (Italia) hacia el año 480. Desde su infancia, siguiendo las costumbres de entonces, había sido consagrada a Dios y seguramente confiada por sus padres a un monasterio o grupo de vírgenes para ser educada por ellas y vivir luego como ellas.

Ambos hermanos aprendieron de sus padres la virtud y la fe cristiana. Ya adolescente Benito fue enviado a Roma para perfeccionar sus estudios. Esta separación hubo de costarle muchísimo a la jovencilla Escolástica ya que ambos eran una misma cosa. Mientras, Escolástica rumia y medita el Testamento que su buena madre, que murió siendo ella muy niña, le dejó: "Sabe, hija mía, que los adornos postizos, los ricos vestidos y los collares de perlas, no valen nada delante de Dios. El mayor elogio que puede hacerse de una doncella es su modestia y piedad". Nunca olvidó Escolástica tales consejos. Trató de llevarlos a la práctica desde su más tierna edad. Renunció a cuantas lisonjas le ofrecía el mundo, su belleza y su alta alcurnia, y se entregó de lleno a su Amado, a Jesucristo, a quien consagró toda su vida y para siempre.

Inspirado por Dios, Benito, y ayudado por su hermana, fundó el primer convento de religiosas benedictinas pero un poco distante del de los religiosos. A pesar de estar tan cercanos habían puesto un muro voluntario de separación y tan sólo una vez al año se veían, y aun separados de ambos Monasterios, en una casita que había entre ambos. Cuenta San Gregorio esta admirable entrevista:

Acostumbraba visitar a su hermano una vez al año y juntos dedicaban la jornada entera a la alabanza de Dios y a conversar sobre las verdades de Cristo. Como norma de vida anteponía la caridad y la contemplación pura a las reglas e instituciones humanas, y así lo puso de manifiesto en el último encuentro con su hermano, cuando la fuerza de su oración "pudo más, porque amaba más".

Era por el año 543. Escolástica prevé que va a ser esta la última entrevista que va a tener con su hermano, con el que compartió su vida desde la niñez. Pasan todo el día hablando de cosas espirituales. Al atardecer ya, se levanta su hermano y le dice:
– "Adiós, hermana. Hasta el año que viene".
- Hermano mío -le suplica Escolástica no te marches. Pasemos toda la noche hablando de cosas de Dios-
– ¿Qué dices, Escolástica? ¿Ignoras que no puedo pasar la noche fuera de la clausura del Monasterio?
Escolástica no responde. Baja la cabeza, la coloca entre sus manos y ora fervorosamente al Señor. En un santiamén se encapota el cielo y se oyen truenos y cae una copiosa lluvia como nunca se había visto en aquellos parajes.
- "¿No te vas?
– ¿Qué has hecho, hermana mía?
– Te lo pedí con insistencia y no me escuchaste. Se lo pedí a Dios y me ha escuchado en seguida. Hermano mío, Dios ha preferido el amor a la Regla…"
Y pasaron toda la noche en conversaciones espirituales. Tres días después, la santa murió, y su hermano que se encontraba absorto en la oración tuvo la visión del alma de su hermana ascendiendo desde el monasterio al cielo en forma de paloma.

Inmediatamente mandó traer el cuerpo de su hermana y la enterró en un sepulcro destinado para sí mismo. Era el año 543 y 30 años después moriría Benito y enterraron juntos a los dos hermanos que tanto se querían.

Oración: Te rogamos, Señor, al celebrar la fiesta de santa Escolástica, virgen, que, imitando su ejemplo, te sirvamos con un corazón puro, y alcancemos así los saludables efectos de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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