lunes, 14 de junio de 2021

Lecturas y Santoral 14/06/2021. Lunes de la decimoprimera semana de Tiempo Ordinario

Nos acreditamos como ministros de Dios
Primera Lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 1-10
Hermanos: Como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice: «En tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé». Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. Nunca damos a nadie motivo de escándalo, para no poner en ridículo nuestro ministerio; antes bien, nos acreditamos en todo como ministros de Dios con mucha paciencia en tribulaciones, infortunios, apuros; en golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, ciencia, paciencia y amabilidad; con el Espíritu Santo y con amor sincero; con palabras verdaderas y la fuerza de Dios; con las armas de la justicia, a derecha e izquierda; a través de honra y afrenta, de mala y buena fama; como impostores que dicen la verdad, desconocidos, siendo conocidos de sobra, moribundos que vivimos, sentenciados nunca ajusticiados; como afligidos pero siempre alegres, como pobres, pero que enriquecen a muchos, como necesitados, pero poseyéndolo todo.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 97, 1. 2-3ab. 3cd-4

El Señor da a conocer su salvación.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.

El Señor da a conocer su salvación.

El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia. Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.

El Señor da a conocer su salvación.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.

El Señor da a conocer su salvación.

Yo os digo que no hagáis frente al que os agravia
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas».

Palabra de Dios

San Metodio de Constantinopla (790-847)

Nació en Sicilia y se hizo monje en la isla de Chio (mar Egeo). San Nicéforo, patriarca de Constantinopla, lo llamó a sí y lo tuvo de colaborador personal suyo.

Era el tiempo de las polémicas en torno al culto de las imágenes. El emperador iconoclasta León V el Armenio depuso a Nicéforo, y Metodio huyó a Roma para informar al papa Pascual I; allí recibió la ordenación sacerdotal.

Cuando murió León, el Papa envió a Metodio a Constantinopla con una carta para el nuevo emperador, pero de inmediato fue detenido y desterrado, y así permaneció siete años. La emperatriz santa Teodora restableció el culto de los santos iconos. Metodio fue nombrado patriarca de Constantinopla el año 842 y celebró con toda solemnidad el triunfo de la recta fe.

En su gobierno tuvo que afrontar la difícil situación interna de la Iglesia. Había obispos y abades afectos a las ideas iconoclastas; los destituyó, pero encontró enemigos a la hora de proveer las sedes vacantes, que incluso lo calumniaron.

Murió el 14 de junio del año 847.

San Eliseo profeta

San Eliseo profeta bíblico, compañero y seguidor del profeta Elías, al que sucedió, cuando Dios se llevó a Elías a las alturas montado en un carro de fuego.

Vivió Eliseo en el siglo IX antes de Jesucristo. Al suceder a Elías, éste le dejó como recuerdo su manto, para expresar de este modo la protección que ejercería sobre él. Los dos libros de los Reyes nos proporcionan, en la Biblia, mucha información acerca de Eliseo, que combatió la extensión de la idolatría.

En su vida realizó diversos hechos prodigiosos, como sanar las aguas, multiplicar el aceite de la viuda, devolver la vida al hijo de una sunamita, purificar la olla, alimentar a los profetas, sanar la lepra de Naamán, proveer de alimentos en estados de sitio a ciudades israelitas, predecir al rey la victoria final sobre Siria. Incluso después de muerto siguió realizando prodigios: al contacto de sus huesos, revivió el cadáver de un moabita que por error estaban enterrando en la sepultura de Eliseo. Intervino en la corte, como consejero del rey de Israel.

Fuera del país se mostró ardiente defensor del culto de Yahvé. La iconografía cristiana se ha ocupado repetidamente de Eliseo: aparece representado con frecuencia al ilustrar la vida de su maestro Elías, en miniaturas para Biblias y en el sarcófago del museo de Arles. También aparece en la estatua del crucero norte de la catedral de Chartres. Asimismo tenemos un bajorrelieve del profeta, realizado por Berruguete, en la sillería del coro de la catedral toledana, y cuadros de sus milagros más famosos por Benjamin West (Londres) y el esmalte del Mosa del siglo XII, hoy en Londres.

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