sábado, 14 de agosto de 2021

Lecturas y Santoral 14/08/2021. Sábado de la decimonovena semana de Tiempo Ordinario

Elegid hoy a quién queréis servir
Primera Lectura. Josué 24, 14-29
En aquellos días, Josué continuó hablando al pueblo diciendo: «Pues bien: temed al Señor, servidle con toda sinceridad; quitad de en medio los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río y en Egipto; y servid al Señor. Pero si os resulta duro servir al Señor, elegid hoy a quién queréis servir: si a los dioses a los que sirvieron vuestros padres al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país habitáis; que yo y mi casa serviremos al Señor». El pueblo respondió: «¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para ir a servir a otros dioses! Porque el Señor nuestro Dios es quien nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, de Egipto, de la casa de la esclavitud; y quien hizo ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios y nos guardo en todo nuestro peregrinar y entre todos los pueblos por los que atravesamos. Además el Señor expulsó ante nosotros a los pueblos amorreos que habitaban el país. También nosotros serviremos al Señor: ¡porque él es nuestro Dios!». Y Josué dijo al pueblo: «No lograréis servir al Señor, porque es un Dios santo, un Dios celoso. No perdonará vuestros delitos ni vuestros pecados. Si abandonáis al Señor y servís a dioses extranjeros, él también se volverá contra vosotros y, después de haberos hecho tanto bien, os maltratará y os aniquilará». El pueblo le respondió: «¡No! Nosotros serviremos al Señor». Josué insistió: «Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido al Señor para servirle» Respondieron: «¡Testigos somos!». Josué contestó: «Entonces, quitad de en medio los dioses extranjeros que conserváis, e inclinad vuestro corazón hacia el Señor, Dios de Israel». El pueblo respondió: «¡Al Señor, nuestro Dios serviremos y obedeceremos su voz». Aquel día, Josué selló una alianza con el pueblo y les dio leyes y mandatos en Siquén. Josué escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Cogió una gran piedra y la erigió allí, bajo la encina que hay en el santuario del Señor. Y dijo Josué a todo el pueblo: «Mirad esta piedra será testigo contra nosotros, porque ha oído todas las palabras que el Señor nos ha dicho. Ella será testigo contra vosotros, para que no podáis renegar de vuestro Dios». Luego Josué despidió al pueblo, cada cual a su heredad. Y después de todo esto, murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 15, 1-2a y 5. 7-8. 11

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios». El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

No impidáis a los niños acercarse a mí; de lo que son como ellos es el reino de los cielos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 19, 13-15
En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban. Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos». Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra de Dios


San Maximiliano María Kolbe Presbítero y mártir (1884-1941)

San Maximiliano Kolbe nació el 1894 en Zduska-Wola, en la Polonia central. Tenía gran devoción a la Virgen, se le llamará el Caballero de la Inmaculada. Todos los años peregrinaba a Czestochowa, donde se venera la Virgen negra de Jasna Gora, la dulce Patrona de Polonia. Una vez, de niño, vio que la Virgen le ofrecía dos coronas: la blanca, de la castidad, y la roja, del martirio. Con el tiempo, aceptaría gozoso las dos coronas.

Vistió el hábito franciscano en Lwow. Estudió en Cracovia y en Roma. En Roma fue ordenado sacerdote y dijo su Primera Misa en San Andrea delle Fratte, en el altar de la Conversión, donde la Virgen María se apareció al hebreo convertido Alfonso María Ratisbona. Otra gracia mariana.

Vuelto a Polonia, une una gran actividad a una profunda vida interior. La devoción mariana impreñaba su vida. “¡Todo por la Inmaculada!”, decía. Funda la Milicia de la Inmaculada, que se extiende mucho. Edita el periódico El Caballero de la Inmaculada. Y adquiere tal volumen que construye un gran complejo, cerca de Varsovia, en Niepokalanow “La Ciudad de la Inmaculada”, para facilitar la difusión. Cuando más tarde, pase varios años como misionero en Japón, creará allí estas mismas empresas.

El P. Kolbe estaba ya maduro para los planes de Dios. Su libertad apostólica molestaba a los nazis que ocupaban Polonia desde 1939. El P. Kolbe es detenido y recorre varios campos de concentración. El 28 de mayo de 1941 es trasladado a Auschwitz (en polacio, Oswiecim), a 60 kilómetros de Cracovia. En la triste lista de Dachau, Buchenwald, Treblinka, Mathausen, Bergen-Belsen… Auschwitz pasaba por ser el más terrible de los lager nazis. Fue llamado el Campo de la Muerte.

A finales de junio de 1941 se fugó un presidiario. La fuga se castigaba con la muerte de diez compañeros en “el bunker del hambre”. El jefe de campo, Fritsch, los coloca en filas. Diez pagarán con su muerte la evasión. Señala uno de cada fila. El n.o 5.659, Francisco Gajowniczek, exclamó: “¡Ay! ¿Qué será ahora de mi mujer y de mis hijos?”.

El P. Kolbe no lo dudó. Se le había presentado el momento cumbre de su vida. Pasar de las palabras a las obras. Dar la vida por el hermano. Dio un paso al frente, que sería irreversible. Ante el pasmo de todos, se cuadra ante Fritsch y dice: “Me ofrezco para morir a cambio de ese padre de familia. Soy sacerdote católico”. Fritsch da su conformidad -para él el hombre no era más que un número- y ordena el cambio del 5.659 por el 16.670, que era el nº del P. Kolbe. Un escalofrío les conmocionó a todos.

El guardia que les encerró, les dijo sarcásticamente: “Ahí os marchitaréis como tulipanes”. Sólo la presencia voluntaria del P. Kolbe, dulce y alentadora, representaba algún alivio en el bunker de la muerte. Rezaba con ellos, entonaba salmos, les confortaba y preparaba a bien morir.

Después de tres semanas habían muerto ya todos. Menos el P. Kolbe, que seguía vivo, apoyado en la pared y musitando oraciones. Pero su presencia les estorbaba. El día 14 de agosto, el enfermero le inyectó una dosis de ácido muriático para acelerar la muerte. Y fue al cielo, a celebrar la Asunción.

Pablo VI beatificó al P. Kolbe en 1971. Hubo en la beatificación un testigo de excepción: el exsargento Francisco Gajowniczek, por quien el nuevo Beato había realizado el acto supremo de ofrecer su vida.

Oración: Oh Dios, que al mártir san Maximiliano María Kolbe, apóstol de la Inmaculada, le llenaste de celo por las almas y de amor al prójimo; concédenos, por su intercesión, trabajar generosamente por tu gloria en el servicio de los hombres y tener el valor de asemejarnos a tu Hijo, incluso hasta en la muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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