domingo, 24 de diciembre de 2023

La Natividad del Señor (Misa del Gallo 24-25 Diciembre 2023)

Es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz.
Primera Lectura. Isaias 9, 1-3.5-6

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierras de sombra, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repetirse el botín. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada en sangre, serán combustible, pasto del fuego. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madían. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz. Para dilatar el principado con una paz sin limites, sobre el Trono de David y sobre su Reino. Para sostenerlo y consolarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial Salmo 95

HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR: EL MESÍAS, EL SEÑOR.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.

HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR: EL MESÍAS, EL SEÑOR.
Proclamad día tras día su victoria,
contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.

HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR: EL MESÍAS, EL SEÑOR.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque.

HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR: EL MESÍAS, EL SEÑOR.
Delante del Señor que ya llega,
ya llega a regir la tierra.
Él juzgará el orbe con justicia
y a los pueblos con su verdad.

HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR: EL MESÍAS, EL SEÑOR.


Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres.
Segunda Lectura. Carta del Apóstol San Pablo a Tito 2, 11-14

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres; enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro: Jesucristo. El se entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad, y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.

Palabra de Dios


Hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Lucas (2,1-14)

En aquel tiempo salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada. En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.

Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel les dijo:
-No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
-Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama.

Palabra de Dios



24 de diciembre a medianoche: la misa del gallo
Cuando en liturgia hablamos de “formulario” se refiere al conjunto de las oraciones y de las lecturas que se utilizan en una determinada celebración. La Navidad tiene una característica peculiar: tiene cuatro formularios distintos. Por orden cronológico, son:
  • el de la misa de la vigilia, que se utiliza en la tarde del 24 de diciembre, con la que “oficialmente” comienza el tiempo de Navidad;
  • la misa de la medianoche, llamada popularmente “misa del gallo”;
  • la de la aurora, que se celebraría al amanecer
  • y la del día, celebrada durante todo el día 25.
La misa de medianoche o misa “del gallo” es sin duda la más popular y entrañable de las cuatro. Recibe este peculiar nombre porque se celebra a medianoche, con el canto nocturno del gallo. Está vinculada a la reliquia del pesebre que se conserva en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, y su origen es antiquísimo, remontándose probablemente al papa Sixto III en el s. V.

La lectura del evangelio de esta misa es Lc 2, 1-14, el pasaje que narra de forma más plástica el nacimiento en Belén del Hijo de Dios y el anuncio a los pastores, que, junto con la narración de Mateo, han inspirado la representaciones de los belenes.

Celebrándose íntegramente de noche, y siendo la Navidad la segunda celebración en importancia en el año litúrgico, es inevitable pensar en el paralelismo entre la Vigilia Pascual en la noche santa y esta celebración en la que ha resplandecido, como nos recuerda la oración colecta “el resplandor de la luz verdadera”.

Por eso se ha introducido la costumbre –en la misa celebrada por el papa en el Vaticano y también en muchísimos lugares– de cantar o leer, a modo de pregón de Navidad, el texto del Martirologio para el día de Navidad, llamado la “Kalenda”, por su primera palabra en latín, que va recorriendo toda la historia desde la creación del mundo hasta ese momento, en la plenitud de los tiempos, en el que la Palabra puso su morada entre nosotros.

Finalmente, otro detalle muy importante, tanto en la misa “del gallo” como en todos los formularios de Navidad, es la palabra “hoy” –hodie, en latín–, que subrayan que nuestra celebración es un memorial, un acontecimiento vivo y actual, y no un mero recuerdo del pasado.


"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

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