jueves, 1 de agosto de 2024

Lecturas y Santoral del día 1 de Agosto de 2024

Lecturas del día 1 de Agosto de 2024

Jeremías 18, 1-6

Como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano

Palabra del Señor que recibió Jeremías: Levántate y baja al taller del alfarero, y allí te comunicaré mi palabra."

Bajé al taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le parecía al alfarero.

Entonces me vino la palabra del Señor: ¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de Israel, como este alfarero? -oráculo del Señor-.

Mirad: como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa de Israel."

Salmo responsorial: 145

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob.

Alaba, alma mía, al Señor: / alabaré al Señor mientras viva, / tañeré para mi Dios mientras exista. R.

No confiéis en los príncipes, / seres de polvo que no pueden salvar; / exhalan el espíritu y vuelven al polvo, / ese día perecen sus planes. R.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, / el que espera en el Señor, su Dios, / que hizo el cielo y la tierra, / el mar y cuanto hay en él. R.

Mateo 13, 47-53

Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Entendéis bien todo esto?"

Ellos le contestaron: "Sí."

Él les dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo bueno y lo antiguo."

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

1 de Agosto - San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, Santos Macabeos y San Eleazar

San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia
Imagen de San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la IglesiaCandela

Nació en Marianella junto a Nápoles el año 1696. Después de obtener el grado de doctor en ambos derechos y de ejercer la abogacía con gran delicadeza de conciencia, cursó la carrera eclesiástica, se ordenó sacerdote en 1726 y se dedicó a las misiones populares y al confesonario.

Entre grandes dificultades fundó en 1732 la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas), con el fin de dar nuevo aliento a la vida cristiana de los campesinos e iletrados. Además escribió libros de espiritualidad y de teología moral, materia en la que es considerado un verdadero maestro. Entre sus obras hay que destacar la Teología Moral y Las Glorias de María que tanto ha influido en la devoción a la Virgen.

En torno al año 1760 fue consagrado obispo de Sant’\”Agata dei Goti, donde se prodigó a lo largo de trece años en un apostolado fecundo. Después renunció a su obispado y se fue con sus religiosos.

Murió en Pagani, cerca de Nápoles, el 1 de agosto de 1787.

Oración: Oh Dios, que suscitas continuamente en tu Iglesia nuevos ejemplos de santidad, concédenos la gracia de imitar en el celo apostólico a tu obispo san Alfonso María de Ligorio, para que podamos compartir en el cielo su misma recompensa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santos Macabeos y San Eleazar
Imagen de Santos Macabeos y San EleazarCandela

La Iglesia conmemora hoy la pasión de los siete hermanos macabeos que, en el siglo II antes de Cristo, en Antioquía de Siria, durante el reinado de Antíoco Epífanes, por observar con fidelidad inquebrantable la Ley del Señor, fueron cruelmente asesinados, al igual que su madre, la cual presenció con dolor la muerte de cada uno de sus hijos y con todos ellos alcanzó la victoria de la vida eterna, como se nos refiere en el segundo Libro de los Macabeos.

A la vez celebra la memoria de San Eleazar, uno de los escribas más estimados de su tiempo, varón de edad avanzada, que, en la misma persecución, se negó a comer carne prohibida por la Ley y prefirió una muerte gloriosa a una vida ignominiosa, y así precedió de buen grado a los otros en el martirio. Los amigos lo instaban a fingir que comía carne sacrificada a los diosos para así salvar la vida, pero él se negó para no arrastrar con su mal ejemplo a los más jóvenes.


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