miércoles, 19 de noviembre de 2025

Lecturas y Santoral 19/11/2025 - Miércoles de la 33ª semana de Tiempo Ordinario

 PRIMERA LECTURA

El creador del universo os devolverá el aliento y la vida

Lectura del segundo libro de los Macabeos 7, 1. 20-31

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley.

Pero ninguno más admirable y digno de recuerdo que la madre. Viendo morir a sus siete hijos en el espacio de un día, lo soportó con entereza, esperando en el Señor. Con noble actitud, uniendo un temple viril a la ternura femenina, fue animando a cada uno, y les decía en su lengua:

—«Yo no sé cómo aparecisteis en mi seno; yo no os di el aliento ni la vida, ni ordené los elementos de vuestro organismo. Fue el creador del universo, el que modela la raza humana y determina el origen de todo. Él, con su misericordia, os devolverá el aliento y la vida, si ahora os sacrificáis por la ley».

Antíoco creyó que la mujer lo despreciaba, y sospechó que lo estaba insultando.

Todavía quedaba el más pequeño, y el rey intentaba persuadirlo, no sólo con palabras, sino que le juraba que si renegaba de sus tradiciones lo haría rico y feliz, lo tendría por amigo y le daría algún cargo.

Pero como el muchacho no hacía ningún caso, el rey llamó a la madre y le rogaba que aconsejase al chiquillo para su bien.

Tanto le insistió, que la madre accedió a persuadir al hijo; se inclinó hacia él y, riéndose del cruel tirano, habló así en su idioma:

—«Hijo mío, ten piedad de mí, que te llevé nueve meses en el seno, te amamanté y crié tres años y te he alimentado hasta que te has hecho un joven. Hijo mío, te lo suplico, mira el cielo y la tierra, fíjate en todo lo que contiene y verás que Dios lo creó todo de la nada, y el mismo origen tiene el hombre. No temas a ese verdugo, no desmerezcas de tus hermanos y acepta la muerte. Así, por la misericordia de Dios, te recobraré junto con ellos».

Estaba todavía hablando, cuando el muchacho dijo:

—«¿Qué esperáis? No me someto al decreto real. Yo obedezco los preceptos de la ley dada a nuestros antepasados por medio de Moisés. Pero tú, que has tramado toda clase de crímenes contra los hebreos, no te escaparás de las manos de Dios».

Palabra de Dios

 

Salmo responsorial: Salmo 16, 1. 56. 8ab y 15 (R.: 15b)

R. Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante.

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R.

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras. R.

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R.

 

Aleluya Cf. Jn 15, 16

Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto dure
—dice el Señor—.

 

EVANGELIO

¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?

 Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 11-28

En aquel tiempo, dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca de Jerusalén, y se pensaban que el reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro.

Dijo, pues:

—«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.

Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles:

"Negociad mientras vuelvo".

Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras él una embajada para informar:

"No queremos que él sea nuestro rey".

Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.

El primero se presentó y dijo:

"Señor, tu onza ha producido diez".

Él le contestó:

"Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades".

El segundo llegó y dijo:

"Tu onza, señor, ha producido cinco".

A ése le dijo también:

"Pues toma tú el mando de cinco ciudades".

El otro llegó y dijo:

"Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo, porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras".

Él le contestó:

"Por tu boca te condeno, empleado holgazán.

¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro?

Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco?

Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses".

Entonces dijo a los presentes:

"Quitadle a éste la onza y dádsela al que tiene diez".

Le replicaron:

"Señor, si ya tiene diez onzas".

"Os digo: 'Al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene'.

Y a esos enemigos míos, que no me querían por rey, traedlos acá y degolladlos en mi presencia"».

Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

Palabra del Señor.


Santa Matilde Hackeborn

Imagen de Santa Matilde HackebornCandela

Nació en Helfta (Sajonia, Alemania) hacia el año 1240, en el seno de una de las familias más nobles y poderosas de Turingia, los Hackeborn. A los siete años la llevaron al monasterio benedictino de Rodardsdorf, donde su hermana mayor Gertrudis era monja, y en él se crió y educó, y más tarde profesó.

Gertrudis pasó al monasterio de Helfta, cerca de Eisleben, del que fue abadesa muchos años, y con ella marchó su hermana. Allí se encontrarían más tarde con santa Gertrudis la Magna, amiga y confidente de Matilde. Ésta, formada en el ambiente literario y espiritual de su convento y muy inteligente, fue nombrada directora de la escuela monacal y también directora del canto litúrgico de la comunidad.

El Señor le concedió el don de la contemplación mística y experiencias místicas extraordinarias que quedaron plasmadas en uno de los libros más notables de la mística medieval, el Libro de la Gracia Especial.

Murió en su monasterio de Helfta el 19 de noviembre de 1298.

Oración: Oh Dios que, en tu piedad, revelaste a santa Matilde los esplendores de la soberana economía; concédenos llegar a disfrutar cara a cara, en la visión celestial, de lo que ya conocemos por la verdad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Matilde de Hackeborn - Audiencia General de Benedicto XVI (Plaza de San Pedro, Miércoles 29 de septiembre de 2010)

San Crispín de Viterbo (1668-1750)

Imagen de San Crispín de Viterbo (1668-1750)Candela

Nació en Viterbo (Lazio) el año 1668. Huérfano de padre, la madre se ocupó de su educación religiosa. Hasta los 25 años trabajó en el taller de un tío suyo que era zapatero. En 1693 vistió el hábito capuchino. Optó por ser hermano lego para imitar a san Félix de Cantalicio.

Estuvo en diversos conventos ejerciendo tareas domésticas hasta que, en 1709, fue trasladado a Orvieto, donde comenzó a ejercer el oficio de limosnero, en el que permaneció casi cuarenta años, dando admirables ejemplos de amor a Dios, devoción a la Madre de Jesús y caridad hacia el prójimo, en especial los pobres.

Desde siempre se le ha llamado y con razón el santo de la alegría franciscana. Murió en Roma el 19 de mayo de 1750.

Abdías profeta

Imagen de Abdías profetaCandela

Abdías es el cuarto de los profetas menores. Se cree que fue posterior a Joel, Oseas y Amós, también profetas en tiempos del rey Ozías. San Jerónimo dice que gracias a él sobrevivieron los cien profetas a quien Jezabel mandó exterminar: los ocultó en las cavernas de las montañas, a lo largo de Samaría.

Se dice que su sepulcro era venerado, junto con el del profeta Eliseo y el del Bautista, en la ciudad de Sabaste, y que Dios obraba en él prodigios.

La profecía de Abdías aparece en la Biblia en un solo capítulo de 21 versículos y anuncia la ruina de Edom, enemiga de Judá. También anuncia la venida del Mesías.

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