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martes, 25 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 25/02/2020. Martes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Pedís y no recibís, porque pedís mal.
Primera Lectura. Carta del apóstol Santiago 4, 1-10

Queridos hermanos:
¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis, asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada; lucháis y os hacéis la guerra y no obtenéis porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer a vuestras pasiones.
¡Adúlteros! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, si alguno quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios.
¿O es que pensáis que la Escritura dice en vano: «El espíritu que habita en nosotros inclina a la envidia»? Pero la gracia que concede es todavía mayor; por eso dice: «Dios resiste a los soberbios, mas da su gracia a los humildes».
Por tanto, sed humildes ante Dios, pero resistid al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros. Lavaos las manos, pecadores; purificad el corazón, los inconstantes. Lamentad vuestra miseria, haced duelo y llorad; que vuestra risa se convierta en duelo y vuestra alegría en aflicción. Humillaos ante el Señor y él os ensalzará.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 54, 7- 8. 9 10a. 10b 11. 23
Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Y pienso: «¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigraría lejos,
habitaría en el desierto».

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
«Esperaría en el que puede salvarme
del huracán y la tormenta».
¡Destrúyelos, Señor,
confunde sus lenguas!

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Pues veo en la ciudad violencia y discordia:
día y noche hacen la ronda sobre sus murallas.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga.

Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.
El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Palabra de Dios

San Valerio del Bierzo S. VII


San Valerio fue sin duda alguna uno de los santos que más duramente haya sido perseguido durante toda su vida. No fue el suyo un camino de rosas.

Nació en la Provincia de León, cerca de Astorga, a principios del siglo VII y por estas cercanías pasó casi toda su larga vida yendo de una a otra parte y encontrando dificultades de todo tipo para poder tomar una residencia fija para lo que él ansiaba: Servir a Dios en la oración y penitencia.

Recibida una esmerada educación cristiana, trató de vivir siempre de acuerdo con ella. Pronto se dio cuenta de que la juventud caminaba por las vías del abandono religioso y de la entrega a los placeres de la carne, y él huyendo se quiso retirar a un Monasterio famoso en su tiempo y que había fundado unos años antes el santo Obispo de Braga San Fructuoso. A pesar de sus buenas intenciones y excelentes cualidades que le adornaban, no fue admitido en aquel monasterio, porque otros eran los planes que la Divina Providencia tenía sobre él. Debía cargar con la cruz de la persecución y de la penitencia, sobre todo, de la que conlleva la inseguridad y vida nómada a la que desde ahora se verá forzado en todas partes. Bien se le podía nombrar patrón de los hombres que van de camino, de los que se hallan faltos de seguridad.

Como sentía un atractivo irresistible hacia la vida de soledad y silencio, se retiró a una ermita, sita cerca del castillo de la Piedra, no lejana a la villa de Astorga. Allí se entregó a la oración, al ayuno y la maceración de su cuerpo. Pronto corrió la voz por aquellos contornos de la santidad de vida de aquel joven ermitaño y muchos acudían a visitarle, a pedirle sus oraciones y consejos para su caminar espiritual. Esta ermita estaba a cargo de un clérigo que se llamaba Flayno. Al ver las ricas limosnas que le entregaban todos los buenos visitantes para su sustento y para que pudiera hacer limosnas a los que siendo más pobres que él le visitaban pronto se despertó en el corazón del ávaro Flayno deseo de apoderarse de todo aquello y le exigía le entregase todo que le daban. Más aún, le obligó a marcharse de allí y los buenos cristianos acudían al nuevo paradero de Valerio y allá iban a parar sus limosnas. Flayno no dudó de acudir allá y quería apoderarse también de estas limosnas que ya nada tenían que ver con su ermita. Llegó incluso a pegarle y burlarse de él.

Sus admiradores le adquirieron una ermita en un pueblecillo llamado Ebronato y allí se sentía dichoso entregado a la oración y penitencia. Pronto el amo de aquella heredad, llamado Racimino, empezó a tenerle envidia de ver lo admirado y querido que era de todo el mundo y trató de echarlo de su finca con los mayores improperios. Puso al frente de aquella iglesia a un tal Justo, diácono, que no tenía de justo más que el nombre y también trató de hacer la vida imposible al pacífico ermitaño Valerio. Lo veían los fieles y trataban de ayudarle, pero no siempre podían hacerlo.

Por fin, después de más de veinte años de duras pruebas y persecuciones de todo tipo, recibió la inspiración del cielo de que se trasladase a la región del Bierzo, y allí edificase una Ermita que sería su cobijo hasta su muerte. Así lo hizo y en aquel lugar tan solitario, lejos del mundanal ruido, se entregó a la más dura penitencia y prolongada oración. El Señor le bendijo copiosamente y obraba muchos prodigios por su medio.

Hizo el voto de no perder ni un minuto de tiempo, y así, cuando terminaba su oración se entregaba a trabajos manuales o a escribir, ya que también, a pesar de su escasa formación literaria, nos dejó preciosos tratados espirituales y varias vidas ejemplares. Por fin un 25 de febrero, de finales del siglo VII, expiró en el Señor.


Santos Vitorino y compañeros mártires



Victorino, Victor, Nicéforo, Claudiano, Dióscoro, Serapión y Papias eran ciudadanos de Corinto, al principio del reinado de Decio, y confesaron ahí mismo la fe en Nuestro Señor ante el procónsul Tercio. Luego de ser torturados fueron enviados a Egipto y completaron su martirio a manos del gobernador Sabino.

Victorino y Victor fueron despedazados en un mortero de mármol, Nicéforo saltó por su propio pie al mismo pozo de destrucción, al final su audacia molestó al juez quien ordenó se le matara a golpes. Claudiano fue descuartizado, Diáscoro fue quemado vivo, mientras que Serapión fue colgado de los pies y luego fue decapitado, y finalmente Papias, fue arrojado al mar con una piedra atada al cuello.

La ejecución de los mártires tuvo lugar el 25 de febrero, día en que es conmemorado por los Martirologio de occidente. Los griegos veneran su memoria el 21 de enero, fecha en que confesaron la fe en Corinto.

lunes, 24 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 24/02/2020. Lunes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Si en vuestro corazón tenéis rivalidad, no presumáis
Primera Lectura. Carta del apóstol Santiago 3, 13-18

Queridos hermanos:
¿Quién de vosotros es sabio y experto? Que muestre sus obras como fruto de la buena conducta, con la delicadeza propia de la sabiduría.
Pero si en vuestro corazón tenéis envidia amarga y rivalidad, no presumáis, mintiendo contra la verdad.
Esa no es la sabiduría que baja de lo alto, sino la terrena, animal y diabólica.
Pues donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera.
El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 18, 8. 9. 10. 15
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo. Él les preguntó:
«¿De qué discutís?».
Uno le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie sólo puede salir con oración».

Palabra de Dios


San Ethelberto de Kent


Era rey de Kent y, siendo aún pagano, contrajo matrimonio con Berta, princesa franca, de religión católica, hija única de Chariberto, rey de París. Berta exigió para casarse, poder practicar su religión y que la acompañara su capellán, el obispo Liudardo, que influiría en la conversión del rey.

Ethelberto jugó un papel importante en la conversión de los sajones al cristianismo. Acogió y protegió a los misioneros enviados por san Gregorio Magno y encabezados por san Agustín de Canterbury. Él mismo, la vigilia de Pentecostés del año 597, instruido convenientemente, recibió el bautismo de manos de san Agustín de Canterbury, hecho que influyó no poco para que muchos súbditos suyos abrazaran la fe cristiana.

También contribuyó a la conversión de Saberto, rey de los sajones orientales, cuya capital era Londres. Cedió su palacio a san Agustín, levantó la catedral de San Andrés en Rochester, apoyó en todo la labor de los misioneros, construyó iglesias y monasterios.

Fue un modelo de rey cristiano, que gobernó a su pueblo con prudencia y dio leyes justas inspiradas en el derecho romano y en la doctrina evangélica. El santo pronto se convirtió en un modelo por la nobleza de su conversión. La acogida que dio a los misioneros y su gesto de escucharles sin prejuicions son un caso extraordinario en la historia. Con su actitud de no imponer la fe en sus súbditos, a pesar de su celo por propagarla, favoreció enormemente la obra de los misioneros.

Murió en Canterbury el 24 de febrero del año 616, después de 56 años de reinado. Fue sepultado en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, junto a Santa Berta y san Liudardo.

San Marcos de Marconi(1480-1510)


Nació en Mantua, Lombardía, en Italia. Desde niño, el pequeño Marcos daba muestras de intereses místicos poco usuales en alguien de su edad. Se sabe que para sus 15 años se vestía en secreto con túnicas de ermitaño, y realizaba penitencias extremas, probablemente de autosufrimiento.

Eventualmente ingresó a la Orden de Ermitaños de San Jerónimo, y entonces pudo llevar a cabo su sueño de buscar a Dios a partir de la separación del mundo.

Las condiciones extremas en las que vivía fueron con certeza las que ocasionaron su temprana muerte, a los 30 años.

Su tumba se convirtió de inmediato en lugar de peregrinación, pues se dice que se obraron varios milagros ahí. Esta fama creció varios años después, a partir de que se descubrió que el cadáver de San Marcos de Marconi continuaba incorrupto.

Algunos siglos después, su cuerpo fue trasladado a distintos lugares a causa de las guerras. Primero cuando el duque de Mantua se enfrentó al emperador de Austria, lo escondieron en una iglesia. Pero años después lo sacaron justo antes de que Napoleón Bonaparte la destruyera.

Cuando pasaron las turbulencias, finalmente el cuerpo de San Marcos de Marconi fue depositado en la catedral. En 1909, el papa San Pío X confirmó su culto.

jueves, 28 de febrero de 2019

Lecturas y Santoral 28/02/2019. Jueves de la séptima semana de Tiempo Ordinario

No tardes en convertirte al Señor
Primera Lectura. Eclesiástico 5, 1-10

No confíes en tus riquezas, ni digas: "Con esto me basta".
No sigas tu instinto y tu fuerza, secundando las pasiones de tu corazón.
Y no digas: "¿Quién puede dominarme?", o bien: "¿Quién logrará someterme por lo que he hecho?", porque el Señor ciertamente te castigará.
No digas: "He pecado, y ¿qué me ha pasado?", porque el Señor sabe esperar.
Del perdón no te sientas tan seguro, mientras acumulas pecado tras pecado.
Y no digas: "Es grande su compasión, me perdonará mis muchos pecados", porque él tiene compasión y cólera, y su ira recae sobre los malvados.
No tardes en convertirte al Señor, ni lo dejes de un día para otro, porque de repente la ira del Señor se enciende, y el día del castigo perecerás.
No confíes en riquezas injustas, porque de nada te servirán el día de la desgracia.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 1, 1-2. 3. 4 y 6
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
de fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.

Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la 'gehenna'
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 41-50
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la 'gehenna'.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la 'gehenna', donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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San Hilario, Papa y confesor († 468)



Natural de Cerdeña, era diácono y hombre de confianza del papa san León, quien en el 449 le mandó a Éfeso como legado para asistir al concilio que el propio pontífice debía llamar más tarde "latrocinio".

Enlazamos aquí con la historia de san Flaviano, evocada el día 18 de este mes y a cuyas vejaciones Hilario asistió horrorizado e impotente. Temiendo por su vida ante aquellos energúmenos y llevando consigo la apelación que Flaviano dirigía al Papa, Hilario se puso bajo la protección de san Juan evangelista, cuya tumba se veneraba en las afueras de Éfeso, y allí hizo un voto al discípulo amado del Señor, cuyo culto era entonces casi inexistente en Roma.

Consiguió volver sano y salvo a Roma (desde donde escribió a la emperatriz Pulqueria informándole de lo sucedido), y a fines del 461 sucedió a san León en la Silla de Pedro. Gobernó la Iglesia durante siete años. Prosiguió con firmeza la defensa de la ortodoxia y de la disciplina eclesiástica. Escribió cartas confirmando los dogmas proclamados en los concilios de Nicea, Éfeso y Constantinopla, y poniendo de relieve el primado de la Sede Romana. ¿Olvidó el voto de Éfeso? No, hizo edificar dos oratorios en la basílica constantiniana de Letrán -aunque muy transformados, aún subsisten – que dedicó a san Juan Bautista y a san Juan Evangelista y así el nombre de Juan quedó vinculado para siempre a Letrán. Dos inscripciones recuerdan su iniciativa. Este agradecido papa recibió sepultura en san Lorenzo extramuros.

Murió en Roma el 29 de febrero del 468. [En los años bisiestos, su memoria se celebra el 29 de febrero]

Beata Antonia de Florencia

Nació en Florencia el año 1401, de una familia de clase media, muy piadosa. Joven aún contrajo matrimonio, del que tuvo un hijo; enviudó, se casó de nuevo y por segunda vez quedó viuda. Cuando el hijo pudo valerse pos sí mismo, ella ingresó en el monasterio de Terciarias franciscanas fundado en Florencia por la beata Angelina de Marsciano.

Más tarde pasó como abadesa al monasterio de Foligno y después al de L’\"Aquila, donde, asesorada por san Juan de Capistrano, que estaba promoviendo la Observancia, fundó en 1447 el monasterio del Corpus Domini bajo la Regla propia de santa Clara; del mismo fue abadesa hasta su muerte.

Para sus hermanas y para las jóvenes de su tiempo, fue modelo de austeridad y pobreza, de oración y alabanza a Dios, de fortaleza y paciencia a la hora de afrontar contrariedades y sufrir una penosa enfermedad.

Murió en L’\"Aquila (Abruzzo, Italia) el 29 de febrero de 1472. [En los años bisiestos, su memoria se celebra el 29 de febrero].

El Martirologio Romano [anterior al actual] mencionaba el 7 de diciembre a un soldado con el nombre de Agatón, que murió en Alejandría durante la persecución de Decio. Como se le hubiese confiado la custodia de los cuerpos de algunos mártires, Agatón prohibió a la multitud que se acercara a profanar y mutilar los cadáveres. La turba les denunció a los magistrados, quienes le condenaron a ser decapitado por haber confesado a Cristo. El P. Quentin, benedictino, ha demostrado que se trata, en realidad de san Besas. En su traducción de la "Historia Eclesiástica" de Eusebio, Rufino omitió el nombre del soldado, y el martirólogo de Ado inventó el nombre de Agatón [que en griego significa, sencillamente, "bueno"].

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

miércoles, 27 de febrero de 2019

Lecturas y Santoral 27/02/2019. Miércoles de la séptima semana de Tiempo Ordinario

A los que aman la sabiduría, los ama el Señor
Primera Lectura. Eclesiástico 2, 1-13

La sabiduría educa a sus hijos y se cuida de los que la buscan.
El que ama, ama la vida, y los que madrugan por ella se llenarán de gozo.
El que la adquiere heredará la gloria y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá.
Los que la sirven, sirven al Santo, y a los que la aman, los ama el Señor.
El que la escucha, juzgará a las naciones, y el que a ella se aplica, vivirá seguro.
Si confía en ella, la recibirá en herencia, y sus descendientes la tendrán en posesión.
Porque el principio lo lleva por caminos tortuosos y lo escrutará con cuidado; le infunde miedo y temblor, lo atormenta con su disciplina, hasta que pueda confiar en él, y lo pone a prueba con sus exigencias.
Pero luego vuelve a él por el camino recto, lo colma de alegría y le revela sus secretos, y lo enriquecerá de ciencia y de conocimiento recto.
Si él se desvía a merced de su propia ruina.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 118, 165. 168. 171. 172. 174. 175
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Guardo tus preceptos y tus mandatos
y tú tienes presentes mis caminos.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
De mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus decretos.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Mi lengua canta tu promesa,
porque todos tus preceptos son justos.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Ansío tu salvación, Señor;
tu ley es mi delicia.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien.

Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor.
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El que no está contra nosotros está a favor nuestro
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 38-40
En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
"Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros".
Jesús respondió:
"No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro".

Palabra de Dios.

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San Gabriel de la Dolorosa 1838-1862


El primero de marzo de 1838 nacía en Asís el undécimo de los trece hijos que tendría la familia Possenti. El día de su bautismo le impondrían el nombre de Francisco, que al vestir el hábito de religioso pasionista lo cambiaría por el de Gabriel de la Dolorosa.

Cuando tenía cuatro años perdió a su madre, y, su padre, que era un magnífico cristiano, supo suplir a su esposa en la educación cristiana y cívica de sus hijos. Gabriel siempre recordará con gran afecto y gratitud las huellas de virtud y sólidos ejemplos que le diera su padre, Francesco Possenti. Nació en Asís, pero vivía en Spoleto, entonces ciudad de los Estados Pontificios; su padre, el juez Possenti, era un personaje en la localidad, y Francesco, al que describen como guapo, elegante y presumido, un partido muy codiciado por las madres de familia con hijas casaderas.

Estudió con los jesuitas y estaba, según uno de sus biógrafos, "más preocupado por la literatura que por la virtud". ¿Escribía versos a la moda romántica, quejumbrosos y fatales?. No lo sabemos, pero en cualquier caso se le destinaba clarísimamente al matrimonio.

Una grave enfermedad le movió a prometer que si sanaba se haría religioso, pero al recobrar la salud no tardó en olvidar su promesa, hasta que una recaída en el mal y la muerte de su hermana predilecta hicieron que se planteara seriamente su vocación que al principio no fue vista con buenos ojos por el padre, quien debía juzgar a Francesco demasiado mundano. No obstante el joven insiste, y en 1856 ingresa en los pasionistas adoptando el nombre de Gabriel de la Dolorosa por su devoción a la Virgen de los Dolores. La vida de Gabriel se convirtió entonces en un extraordinario esfuerzo por alcanzar la perfección en las cosas pequeñas. Poseía un extraordinario espíritu de oración, de caridad a los pobres, de amor al prójimo, exacta observancia y un deseo constante de mortificarse más allá de sus fuerzas junto con su absoluta docilidad a la obediencia.

En una orden tan severa como aquella la vida no le resultó fácil: le cuesta acostumbrarse a sus rigores, su delicada complexión se resiente, sufre diversas enfermedades y cuando se ordena de menores en 1861 está ya enfermo de tisis, y morirá un año después antes de ser sacerdote.

Murió prematuramente en Isola del Gran Sasso (Abruzzo, Italia) el año 1862 y fue canonizado en 1926.

Ya desde el cielo fue el protector de Santa Gema Galgani, orientándole y dándole ánimos en muchas de las luchas que tuvo, ella le llamaba "el cohermano Gabriel", y él adelantándole su vocación pasionista la llegó a llamar "hermana mía".

Santa Ana Line y compañeros mártires.


Ana nació en el condado de Essex el año 1566 en el seno de una familia calvinista, ella se convirtió al catolicismo y su padre la desheredó y expulsó de casa. Se casó con Roger Line, también convertido y con una historia semejante a la suya. En 1586 el esposo fue arrestado mientras oía misa y exiliado a Flandes, donde vivió pobremente con una ayuda del rey de España, que compartía con su mujer.

En 1594 Ana quedó viuda, pobre y enferma. Al año siguiente, consciente del riesgo que corría y desde la clandestinidad, asumió el cargo de ama de llaves de una residencia para los sacerdotes que trabajaban en Londres o pasaban por la ciudad; fue una madre para ellos en aquellas difíciles circunstancias. Cinco años pudo ejercer esta misión. Fue delatada, detenida y encarcelada en Newgate. La condenaron por haber hospedado a sacerdotes católicos, y la ahorcaron y luego la despedazaron en la plaza de Tyburn de Londres el 27 de febrero de 1601.

Junto con ella fueron martirizados el beato Marcos Barkworth, convertido al catolicismo, sacerdote, que estudió en Roma y en Valladolid (España), y vistió el hábito de san Benito en Irache (Navarra); y también el beato Roger Filcock, sacerdote jesuita, que había sido confesor de Ana.

Besas de Alejandría, Santo


Durante la persecución de Decio, muchos de los ciudadanos de Alejandría, particularmente los ricos y los que ocupaban puestos públicos, apostataron de la fe y sacrificaron a los dioses.

San Dionisio, obispo de Alejandría, recordando y deplorando esto en su carta a Fabiano, dice: "Pero hubo otros que dieron noble testimonio del Reino de los Cielos, permaneciendo firmes como columnas del Señor; el mismo Señor les sostuvo y les dio la fuerza a la medida de su fe. Uno de los más notables fue un hombre llamado Julián, enfermo de gota e incapaz de dar un paso ni de mantenerse en pie. Fue hecho prisionero junto con los dos hombres que le transportaban; uno de ellos renegó inmediatamente; pero no así el otro, llamado Euno o Cronión; él, junto con Julián, después de confesar al Señor, fueron llevados en camellos por toda la ciudad -y tú sabes qué grande es-, sufrieron la flagelación, y finalmente murieron en una inmensa hoguera, ante una multitud de espectadores. Un soldado, llamado Besas, que se hallaba presente y reprendió a la insolente multitud que se apretujaba al paso de los mártires, tuvo que sufrir los insultos del populacho; este valiente soldado de Dios, después de mostrar su heroísmo en el gran combate de la religión, murió decapitado."

El Martirologio Romano [anterior al actual] mencionaba el 7 de diciembre a un soldado con el nombre de Agatón, que murió en Alejandría durante la persecución de Decio. Como se le hubiese confiado la custodia de los cuerpos de algunos mártires, Agatón prohibió a la multitud que se acercara a profanar y mutilar los cadáveres. La turba les denunció a los magistrados, quienes le condenaron a ser decapitado por haber confesado a Cristo. El P. Quentin, benedictino, ha demostrado que se trata, en realidad de san Besas. En su traducción de la "Historia Eclesiástica" de Eusebio, Rufino omitió el nombre del soldado, y el martirólogo de Ado inventó el nombre de Agatón [que en griego significa, sencillamente, "bueno"].

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martes, 26 de febrero de 2019

Lecturas y Santoral 26/02/2019. Martes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Prepárate para las pruebas
Primera Lectura. Eclesiástico 2, 1-13

Hijo, cuando te acerques a servir al Señor, permanece firme en la justicia y en el temor y prepárate para la prueba.
Endereza tu corazón, mantente firme y no te angusties en tiempo de adversidad.
Pégate a él y no te separes para que al final seas enaltecido.
Todo lo que te sobrevenga, acéptalo y sé paciente en la adversidad y en la humillación.
Porque en el fuego se prueba el oro, y los que agradan a Dios en el horno de la humillación.
Confía en Dios y él te ayudará, endereza tus caminos y espera en él.
Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia y no os desviéis, no sea que caigáis.
Los que teméis al Señor, confiad en él, y no sé retrasará vuestra recompensa.
Los que teméis al Señor, esperad bienes, gozo eterno y misericordia.
Los que teméis al Señor, amadlo, y vuestros corazones se llenarán de luz.
Fijaos en las generaciones antiguas y ved:
¿Quien confió en el Señor y quedó defraudado?, o ¿quién perseveró en su temor y fue abandonado?, o ¿quién lo invocó y fue desatendido?
Porque el Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en tiempo de desgracia, protege a aquellos que lo buscan sinceramente.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 36, 3-4. 18-19. 27-28. 39-40
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Confía en el Señor y haz el bien,
habitarás tu tierra y reposarás en ella
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón.

Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán.

Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá.

Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él.

Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
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El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y,después de muerto, a los tres días resucitará".
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
"¿De qué discutíais por el camino?".
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
"Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
"El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado".

Palabra de Dios.

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San Alejandro de Alejandría +326


No es lo suficientemente conocido este gran Patriarca de Alejandría, que será quien en primer lugar se enfrente contra el heresiarca Arrio y el primero que descubra sus errores. Nació hacia el año 250 y se distinguió pronto por las ricas cualidades que adornaban su alma. Los historiadores de la época y posteriores nos lo pintan como un hombre de carácter dulce y afable, lleno siempre de enorme caridad para con todos los hermanos, especialmente para con los más pobres. Otra cualidad, hermana gemela de ésta, notaban en él cuantos le trataban. Era conciliador. Ante él no podía haber riñas y corazones encontrados.

Por otra parte parece que se contradice con estos rasgos característicos suyos lo que durante toda su vida se podrá apreciar ya que, como era profundo conocedor de la ortodoxia cristiana y un enamorado de la fe y persona de Jesucristo y de su Iglesia, cuando las veía atacadas se levantaba con fuerza contra todo lo que pudiera empañar su blancura, la de su Señor y la de su Madre. Por ello en sus luchas durísimas contra Arrio y sus secuaces será más bien duro, mordaz e incansable luchador.

El año 313 moría Aquillas, el Patriarca de Alejandría y era elegido para esta Sede nuestro protagonista. Parece que eran dos los candidatos para ocuparla: Alejandro y Arrio. Los primeros años del patriarcado de Alejandro, Arrio estuvo sumiso y reinaron buenas relaciones entre ambos. Parece que el nuevo Patriarca se entregó de lleno a defender y propagar a las multitudes que en aquel entonces se retiraban del mundo a la soledad para mejor servir al Señor. Eran millares los que esto hacían. Alejandro conocía bien que esto era un gran fuerza para la Iglesia ya que la oración y penitencia serán siempre fundamentos, junto con la caridad, de toda la vida cristiana.

San Alejandro será siempre recordado también por la historia como el gran descubridor y profundo formador del futuro Padre de la Iglesia San Atanasio. Supo descubrir la gran obra a que este hombre singular estaba llamado por la Divina Providencia y no escatimó sacrificios para formarle según el espíritu del Evangelio.

Pero la máxima gloria proviene a San Alejandro, como ya indicamos arriba, por su lucha contra el hereje Arrio, al que con ejemplar valentía le descubrió sus muchos errores contra la fe cristiana. Arrio empezó a separar y distinguir tanto a las Tres Divinas Personas que prácticamente para él tan sólo el Padre era verdadero Dios. El Verbo y el Espíritu Santo eran de inferior categoría y estaban totalmente subordinados al Padre. Para sacarle de éste y otros errores el Patriarca Alejandro tuvo varias conversaciones con él en privado y al ver que nada progresaba convocó el año 320 un sínodo en Alejandría al que acudieron más de cien Obispos. Se presentó Arrio y expuso su doctrina siendo condenado unánimemente por toda aquella Magna Asamblea de Padres.

Después de aquel anatema lanzado contra Arrio y su doctrina, éste, en vez de someterse con humildad y reconocer sus errores, partió para diversos lugares y se dedicó a extender su malévola doctrina. Los dos Eusebios–de Cesarea y de Nicomedia–intercedían ante Alejandro y ante el emperador Constantino para que Arrio pudiera volver a la Iglesia católica y por lo tanto se le levantara la excomunión. Para ello el emperador escribió cartas a Arrio y a Alejandro y encomendó la reconciliación al gran obispo Osio de Córdoba. Pronto se dio cuenta este sabio obispo que con Arrio no había nada que hacer. Había que convocar un Concilio Universal y así se hizo el 325, el primero, celebrado en Nicea. San Alejandro a pesar de su avanzada edad y muchos achaques por su dura lucha contra la herejía, asistió y desempeñó un importantísimo influjo en la condenación del arrianismo que hizo el Concilio.

Murió el 26 de febrero del 326.

San Néstor mártir, Obispo de Magido (251)


Polio, gobernador de Panfilia y Frigia durante el reinado de Decio, trató de ganarse el favor del emperador, aplicando cruelmente su edicto de persecución contra los cristianos. Néstor, obispo de Magido, gozaba de gran estima entre los cristianos y los paganos, y comprendió que era necesario buscar sitios de refugio para sus fieles. Rehusando a ser oculto, el Obispo esperó tranquilamente su hora de martirio, y cuando se encontraba en oración, oficiales de la justicia fueron en su búsqueda.

Luego de un extenso interrogatorio y amenazas de tortura, el Obispo fue enviado ante el gobernador, en Perges (Panfilia). El gobernador trató de convencer al santo, primero con halagos y luego con amenazas, de que renegara de la religión cristiana, pero Néstor se mantuvo firme en el Señor, siendo enviado al potro, donde el verdugo le desgarraba la piel de los costados con el garfio. Ante la firme negativa del santo de adorar a los paganos, el gobernador lo condenó a morir en la cruz, donde el santo todavía tuvo fuerzas para alentar y exhortar a los cristianos que le rodeaban.

Su muerte fue un verdadero triunfo porque cuando el Obispo expiró sus últimas palabras, tanto cristianos como paganos se arrodillaron a orar y alabar a Jesús.

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lunes, 25 de febrero de 2019

Lecturas y Santoral 25/02/2019. Lunes de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Antes que todo fue creada la sabiduría
Primera Lectura. Eclesiástico 1, 1-10

Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia y los días del mundo, ¿quién los contará?
La altura de los cielos, la anchura de la tierra y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?
¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo.
Antes que todo fue creada la sabiduría, y la inteligencia prudente desde la eternidad.
La fuente de la sabiduría es la Palabra de Dios en las alturas y sus canales son mandamientos eternos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada? y sus recursos, ¿quién la conoció?
La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada? y su mucha experiencia, ¿quien la conocía?
Uno solo es sabio, temible en extremo: el que está sentado en su trono.
El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió y la derramó sobre todas sus obras.
Se la concedió a todos los vivientes y se la regaló a quienes lo aman.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 92, lab. Ic-2. 5
El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder.

El Señor reina, vestido de majestad.
Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.

El Señor reina, vestido de majestad.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.

El Señor reina, vestido de majestad.
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Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron adonde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor, y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió, y corrió a saludarlo.
Él les preguntó:
"¿De qué discutís?".
Uno de la gente le contestó:
"Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar y, cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen, no han sido capaces".
Él, tomando la palabra, les dice:
"¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuando os tendré que soportar? Traédmelo".
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
"¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?".
Contestó él:
"Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua, para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos".
Jesús replicó:
"¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe".
Entonces el padre del muchacho gritó:
"Creo, pero ayuda a mi falta de fe".
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
"Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él".
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó, cogiéndolo de la mano, y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
"¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?".
El les respondió:
"Esta especie solo puede salir con oración".

Palabra de Dios.

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San Valerio del Bierzo S. VII


San Valerio fue sin duda alguna uno de los santos que más duramente haya sido perseguido durante toda su vida. No fue el suyo un camino de rosas.

Nació en la Provincia de León, cerca de Astorga, a principios del siglo VII y por estas cercanías pasó casi toda su larga vida yendo de una a otra parte y encontrando dificultades de todo tipo para poder tomar una residencia fija para lo que él ansiaba: Servir a Dios en la oración y penitencia.

Recibida una esmerada educación cristiana, trató de vivir siempre de acuerdo con ella. Pronto se dio cuenta de que la juventud caminaba por las vías del abandono religioso y de la entrega a los placeres de la carne, y él huyendo se quiso retirar a un Monasterio famoso en su tiempo y que había fundado unos años antes el santo Obispo de Braga San Fructuoso. A pesar de sus buenas intenciones y excelentes cualidades que le adornaban, no fue admitido en aquel monasterio, porque otros eran los planes que la Divina Providencia tenía sobre él. Debía cargar con la cruz de la persecución y de la penitencia, sobre todo, de la que conlleva la inseguridad y vida nómada a la que desde ahora se verá forzado en todas partes. Bien se le podía nombrar patrón de los hombres que van de camino, de los que se hallan faltos de seguridad.

Como sentía un atractivo irresistible hacia la vida de soledad y silencio, se retiró a una ermita, sita cerca del castillo de la Piedra, no lejana a la villa de Astorga. Allí se entregó a la oración, al ayuno y la maceración de su cuerpo. Pronto corrió la voz por aquellos contornos de la santidad de vida de aquel joven ermitaño y muchos acudían a visitarle, a pedirle sus oraciones y consejos para su caminar espiritual. Esta ermita estaba a cargo de un clérigo que se llamaba Flayno. Al ver las ricas limosnas que le entregaban todos los buenos visitantes para su sustento y para que pudiera hacer limosnas a los que siendo más pobres que él le visitaban pronto se despertó en el corazón del ávaro Flayno deseo de apoderarse de todo aquello y le exigía le entregase todo que le daban. Más aún, le obligó a marcharse de allí y los buenos cristianos acudían al nuevo paradero de Valerio y allá iban a parar sus limosnas. Flayno no dudó de acudir allá y quería apoderarse también de estas limosnas que ya nada tenían que ver con su ermita. Llegó incluso a pegarle y burlarse de él.

Sus admiradores le adquirieron una ermita en un pueblecillo llamado Ebronato y allí se sentía dichoso entregado a la oración y penitencia. Pronto el amo de aquella heredad, llamado Racimino, empezó a tenerle envidia de ver lo admirado y querido que era de todo el mundo y trató de echarlo de su finca con los mayores improperios. Puso al frente de aquella iglesia a un tal Justo, diácono, que no tenía de justo más que el nombre y también trató de hacer la vida imposible al pacífico ermitaño Valerio. Lo veían los fieles y trataban de ayudarle, pero no siempre podían hacerlo.

Por fin, después de más de veinte años de duras pruebas y persecuciones de todo tipo, recibió la inspiración del cielo de que se trasladase a la región del Bierzo, y allí edificase una Ermita que sería su cobijo hasta su muerte. Así lo hizo y en aquel lugar tan solitario, lejos del mundanal ruido, se entregó a la más dura penitencia y prolongada oración. El Señor le bendijo copiosamente y obraba muchos prodigios por su medio.

Hizo el voto de no perder ni un minuto de tiempo, y así, cuando terminaba su oración se entregaba a trabajos manuales o a escribir, ya que también, a pesar de su escasa formación literaria, nos dejó preciosos tratados espirituales y varias vidas ejemplares. Por fin un 25 de febrero, de finales del siglo VII, expiró en el Señor.

Santos Vitorino y compañeros mártires



Victorino, Victor, Nicéforo, Claudiano, Dióscoro, Serapión y Papías eran ciudadanos de Corinto, al principio del reinado de Decio, y confesaron ahí mismo la fe en Nuestro Señor ante el procónsul Tercio. Luego de ser torturados fueron enviados a Egipto y completaron su martirio a manos del gobernador Sabino.

Victorino y Victor fueron despedazados en un mortero de mármol, Nicéforo saltó por su propio pie al mismo pozo de destrucción, al final su audacia molestó al juez quien ordenó se le matara a golpes. Claudiano fue descuartizado, Diáscoro fue quemado vivo, mientras que Serapión fue colgado de los pies y luego fue decapitado, y finalmente Papias, fue arrojado al mar con una piedra atada al cuello.

La ejecución de los mártires tuvo lugar el 25 de febrero, día en que es conmemorado por los Martirologio de occidente. Los griegos veneran su memoria el 21 de enero, fecha en que confesaron la fe en Corinto.

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domingo, 23 de septiembre de 2018

Lecturas y Santoral 23/09/2018. Domingo de la vigesimoquinta semana de Tiempo Ordinario

Lo condenaremos a muerte ignominiosa
Primera Lectura. Sabiduría 2, 12. 17-20
Se dijeron los impíos:
"Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida.
Veamos si es verdad lo que dice, comprobando cómo es su muerte
Si es el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos.
Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia.
Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues, según, dice Dios lo salvará".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 53, 3-4. 5. 6 y 8
El Señor sostiene mi vida.
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras.

El Señor sostiene mi vida.
Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios.

El Señor sostiene mi vida.
Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno.

El Señor sostiene mi vida.
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El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz
Segunda Lectura. Carta del apóstol Santiago 3, 16-4, 3
Queridos hermanos:
Donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencias y todo tipo de malas acciones.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera.
El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.
¿De dónde proceden los conflictos y las luchas que se dan entre vosotros? ¿No es precisamente de esos deseos de placer que pugnan dentro de vosotros? Ambicionáis y no tenéis; asesináis y envidiáis y no podéis conseguir nada, lucháis y os hacéis la guerra, y no obtenéis porque no pedís.
Pedís y no recibís, porque pedís mal, con la intención de satisfacer vuestras pasiones.

Palabra de Dios.


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El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará".
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó
"¿De qué discutíais por el camino?".
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
"Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
"El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado".

Palabra de Dios.

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San Pío de Pietrelcina


Heredero espiritual de San Francisco de Asís, el Padre Pío de Pietrelcina ha sido el primer sacerdote en llevar impreso sobre su cuerpo las señales de la crucifixión. Él ya fue conocido en el mundo como el "Fraile" estigmatizado. El Padre Pío, al que Dios donó particulares carismas, se empeñó con todas sus fuerzas por la salvación de las almas. Los muchos testimonios sobre su gran santidad de Fraile, llegan hasta nuestros días, acompañados por sentimientos de gratitud. Sus intercesiones providenciales cerca de Dios fueron para muchos hombres causa de sanación en el cuerpo y motivo de renacimiento en el Espíritu.

El Padre Pío de Pietrelcina que se llamó Francesco Forgione, nació en Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Nació en una familia humilde donde el padre, Grazio Forgione, y la madre, Maria Giuseppa Di Nunzio, ya tenían otros hijos.

Desde la tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de consagrarse totalmente a Dios y este deseo lo distinguió de sus coetáneos. Tal "diversidad" fue observada por sus parientes y amigos. Mamá Peppa contó - "no cometió nunca ninguna falta, no hizo caprichos, siempre nos obedeció a mí y a su padre, cada mañana y cada tarde iba a la iglesia a visitar a Jesús y a la Virgen. Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije: "Francì sal un poco a jugar. Él se negó diciendo: no quiero ir porque ellos blasfeman". Del diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fué uno de los directores espirituales del Padre Pío, se enteró de que el Padre Pío, desde el 1892, cuando apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias carismáticas espirituales. Los Éxtasis y las apariciones fueron tan frecuentes que al niño le pareció que eran absolutamente normales.

Con el pasar del tiempo, pudo realizarse para Francesco lo que fue el más grande de sus sueños: consagrar totalmente la vida a Dios. El 6 de enero de 1903, a los dieciséis años, ingresó como clérigo a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone. El día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco, dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.

Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Benevento, el 10 de agosto de 1910. Poco después de su ordenación, le volvieron las fiebres y los males que siempre le aquejaron durante sus estudios, y es enviado a su pueblo, Pietrelcina, para que se restableciera de salud. Tuvo así inicio su vida sacerdotal que a causa de sus precarias condiciones de salud, se desarrollará primero en muchos conventos de la provincia de Benevento. Estuvo en varios conventos por motivo de salud, luego, a partir del 4 de septiembre de 1916 llegó al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el Gargano, dónde se quedó hasta el 23 de septiembre de 1968, día de su sentida muerte.

El Padre Pío iniciaba sus días despertándose por la noche, muy antes del alba, se dedicaba a la oración con gran fervor aprovechando la soledad y silencio de la noche. Visitaba diariamente por largas horas a Jesús Sacramentado, preparándose para la Santa Misa, y de allí siempre sacó las fuerzas necesarias, para su gran labor para con las almas, al acercarlas a Dios en el Sacramento Santo de la Confesión, confesaba por largas horas, hasta 14 horas diarias, y así salvó muchas almas.

Uno de los acontecimientos que señaló intensamente la vida del Padre Pío fué lo que se averiguó la mañana del 20 de septiembre de 1918, tras 8 años de sacerdocio, cuando rogando delante del Crucifijo del coro de la vieja iglesia pequeña, el Padre Pío tuvo el maravilloso regalo de los estigmas de Nuestro Señor Jesucristo en sus manos, pies y costado izquierdo, convirtiéndose en el primer sacerdote estigmatizado. Los estigmas o las heridas fueron visibles y quedaron abiertas, frescas y sangrantes, por medio siglo. Este fenómeno extraordinario volvió a llamar, sobre el Padre Pío la atención de los médicos, de los estudiosos, de los periodistas pero sobre todo de la gente común que, en el curso de muchas décadas fueron a San Giovanni Rotondo para encontrar al santo fraile.

En una carta al Padre Benedetto, del 22 de octubre de 1918, el Padre Pío cuenta su "crucifixión": "¿Qué cosa os puedo decir a los que me han preguntado como es que ha ocurrido mi crucifixión? ¡Mi Dios que confusión y que humillación yo tengo el deber de manifestar lo que Tú has obrado en esta tu mezquina criatura!

Fue la mañana del 20 del pasado mes (septiembre) en coro, después de la celebración de la Santa Misa, cuando fui sorprendido por el descanso en el espíritu, parecido a un dulce sueño. Todos los sentidos interiores y exteriores, además de las mismas facultades del alma, se encontraron en una quietud indescriptible. En todo esto hubo un total silencio alrededor de mí y dentro de mí; sentí enseguida una gran paz y un abandono en la completa privación de todo y una disposición en la misma rutina.

Todo esto ocurrió en un instante. Y mientras esto se desarrolló; yo vi delante de mí un misterioso personaje parecido a aquél visto en la tarde del 5 de agosto. Éste era diferente del primero, porque tenía las manos, los pies y el costado que emanaban sangre. La visión me aterrorizaba; lo que sentí en aquel instante en mí no sabría decirlo. Me sentí morir y habría muerto, si Dios no hubiera intervenido a sustentar mi corazón, el que me lo sentí saltar del pecho.

La vista del personaje desapareció, y me percaté de que mis manos, pies y costado fueron horadados y chorreaban sangre. Imagináis el suplicio que experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los días. La herida del corazón asiduamente sangra, comienza el jueves por la tarde hasta al sábado. Mi padre, yo muero de dolor por el suplicio y por la confusión que yo experimento en lo más íntimo del alma. Temo morir desangrado, si Dios no escucha los gemidos de mi pobre corazón, y tenga piedad para retirar de mí esta situación...."

Por años, de cada parte del mundo, los fieles fueron a este sacerdote estigmatizado, para conseguir su potente intercesión cerca de Dios. Cincuenta años experimentados en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y en el sacrificio, dónde para actuar su amor, el Padre Pío realizó dos iniciativas en dos direcciones: un vertical hacia Dios, con la fundación de los "Grupos de ruego", hoy llamados "grupos de oración" y la otra horizontal hacia los hermanos, con la construcción de un moderno hospital: "Casa Alivio del Sufrimiento."

En septiembre de 1968 millares de devotos e hijos espirituales del Padre Pío se reunieron en un congreso en San Giovanni Rotondo para conmemorar juntos el 50° aniversario de los estigmas aparecidos en el Padre Pío y para celebrar el cuarto congreso internacional de los Grupos de Oración. El Padre Pío celebró la Misa a la hora acostumbrada. Alrededor del altar hubo 50 grandes macetas con rosas rojas para sus 50 años de sangre... A los dos días murmurando por largas horas "Jesús, María!", muere el Padre Pío, a las 2.30 de la madrugada del 23 de septiembre de 1968. Los que estaban presentes quedaron largo tiempo en silencio y en oración. Después estalló un largo e irrefrenable llanto por la partida de este maravilloso fraile, escogido por Dios para derramar su Divina Misericordia de una manera tan especial.

El funeral del Padre Pío fue impresionante ya que se tuvo que esperar cuatro días para que la multitud de personas pasaran a despedirse. Se calcula que más de cien mil personas participaron del entierro. Al morir desaparecieron los estigmas con el cual el Señor ha confirmado su origen místico y sobrenatural.

Muchas han sido las sanaciones y conversiones concedidas por la intercesión del Padre Pío e innumerables milagros han sido reportados a la Santa Sede.

El 18 de diciembre, de 1997, Su Santidad Juan Pablo II pronunció venerable al Padre Pío. Este paso, aunque no tan ceremonioso como la beatificación y canonización, es ciertamente la parte más importante del proceso.

Fue beatificado por su S.S. Juan Pablo II el 2 de mayo de 1999 en una solemne Concelebración Eucarística en la Plaza San Pedro.

El 16 de junio del 2002 fue declarado San Pío de Pietrelcina en presencia de S.S. Juan Pablo II, en una solemne misa en la Plaza San Pedro.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."