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miércoles, 13 de enero de 2021

Lecturas y Santoral 13/01/2021. Miércoles de la primera semana de Tiempo Ordinario

Tenía que parecerse en todo a sus hermanos para ser misericordioso
Primera Lectura. Hebreos 2. 14-18
Lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenia que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Curó a muchos enfermos de diversos males
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: -«Todo el mundo te busca». Él les responde: -«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido». Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra de Dios

San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia

Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: «Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla». Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. «Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio».

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a «proclamar la divinidad de Cristo» y firme para defenderla «con celo infatigable». Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su «Tratado sobre la Trinidad».

Dos años después de haber sido designado obispo, por mandato del emperador Constancio el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.

Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron óbice para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, sigue levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo

San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intercesión y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtió al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarse. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en el futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos..."

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

lunes, 13 de enero de 2020

Lecturas y Santoral 13/01/2020. Lunes de la primera semana de Tiempo Ordinario

Su rival importunaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril
Primera Lectura. Comienzo del primer libro de Samuel 1, 1-8

Había un hombre de Ha Ramatáin Sufín, en la montaña de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efrateo. Tenía dos mujeres: la primera se llamaba Ana y la segunda Feniná; Feniná tenía hijos, pero Ana no los tenía.
Ese hombre subía desde su ciudad de año en año a adorar y ofrecer sacrificios al Señor del universo en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Pinjás.
Llegado el día, Elcaná ofrecía sacrificios y entregaba porciones de la víctima a su esposa Feniná y a todos sus hijos e hijas, mientras que a Ana le entregaba una porción doble, porque la amaba, aunque el Señor la había hecho estéril. Su rival la importunaba con insolencia hasta humillarla, pues el Señor la había hecho estéril.
Así hacia Elcaná año tras año, cada vez que subía a la casa del Señor; y así Feniná la molestaba del mismo modo. Por tal motivo, ella lloraba y no quería comer.
Su marido Elcaná le preguntaba:
«¿Ana, por qué lloras y por qué no comes? ¿Por qué está apenado tu corazón? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 115, 12-13. 14 y 17. 18-19
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
¿Cómo pagaré al Señor todo
el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor.

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Convertíos y creed en el Evangelio.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 1, 14-20
Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».
Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón. echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Palabra de Dios


San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia


Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: «Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla». Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. «Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio».

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a «proclamar la divinidad de Cristo» y firme para defenderla «con celo infatigable». Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su «Tratado sobre la Trinidad».


Dos años después de haber sido designado obispo, por mandato del emperador Constancio el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.

Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron óbice para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, sigue levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo

San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intercesión y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtió al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarse. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en el futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos..."

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

sábado, 13 de enero de 2018

Lecturas y Santoral 13/01/2018. Sábado de la primera semana del Tiempo Ordinario

Ese es el hombre de quien habló el Señor; Saúl gobernará a su pueblo
Primera Lectura. Primer libro de Samuel 9, 1-4. 17-19; 10
Había un hombre de Benjamín, de nombre Quis, hijo de Abiel, hijo de Seror, hijo de Becorat, hijo de Afij, hijo de un benjaminita. Era un hombre de buena posición.
Tenía un hijo llamado Saúl, fornido y apuesto. No había entre los hijos de Israel nadie mejor que él. De hombros para arriba, sobrepasaba a todo el pueblo.
Las borricas de Quis, padre de Saúl, se habían extraviado; por ello ordenó a su hijo:
"Toma contigo a uno de los criados, ponte en camino y vete a buscar las borricas".
Atravesaron la montaña de Efraín y recorrieron la comarca de Salisá, sin encontrarlas. Atravesaron la comarca de Saalín y el territorio benjaminita, pero no dieron con ellas.
En cuanto Samuel vio a Saúl, el Señor le advirtió:
"Ese es el hombre de quien te hablé. Ese gobernará a mi pueblo".
Saúl se acercó a Samuel en medio de la puerta, y le dijo:
"Haz el favor de indicarme dónde está la casa del vidente".
Samuel le respondió:
"Yo soy el vidente. Sube delante de mi al altozano y comeréis hoy conmigo. Mañana te dejaré marchar y te aclararé cuanto te preocupa".
Tomó entonces Samuel el frasco del óleo, lo derramó sobre su cabeza y lo besó, diciendo:
"El Señor te unge como jefe de su heredad. Tú regirás al pueblo del Señor y lo librarás de la mano de los enemigos que lo rodean".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 20, 2--3. 4-5. 6-7
Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Te adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
No he venido a llamar a los justos, sino a pecadores
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
-"Sígueme."
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa, de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran ya muchos los que los seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
-"¿Por qué come con publicanos y pecadores?".
Jesús lo oyó y les dijo:
-"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a pecadores".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia


Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: "Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla". Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. "Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio".

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a "proclamar la divinidad de Cristo" y firme para defenderla "con celo infatigable". Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su "Tratado sobre la Trinidad".


Dos años después de haber sido designado obispo, por mandato del emperador Constancio el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.

Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron óbice para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, sigue levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo

San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intersección y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtió al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarse. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en el futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos..."

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 13 de enero de 2017

Lecturas y Santoral 13/01/2017. Viernes, primera semana del Tiempo Ordinario

Empeñémonos en entrar en aquel descanso
Primera Lectura. Carta a los Hebreos 4, 1-5. 11
Hermanos:
Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad.
También nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que oyeron no les sirvió de nada a quienes no se adhirieron por la fe a los que lo habían escuchado.
Así pues, los creyentes entramos en el descanso, de acuerdo con lo dicho:
"He jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso", y eso que sus obras estaban terminadas desde la creación del mundo.
Acerca del día séptimo se dijo:
"Y descansó Dios el día séptimo de todo el trabajo que había hecho".
En nuestro pasaje añade: "No entrarán en mi descanso".
Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo de rebeldía.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. Sal 77, 3 y 4bc. 6c-7. 8
No olvidéis las acciones de Dios.
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder.

No olvidéis las acciones de Dios.
Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios,
sino que guarden sus mandamientos.

No olvidéis las acciones de Dios.
Para que no imiten a sus padres,
generación rebelde y pertinaz;
generación de corazón inconstante,
de espíritu infiel a Dios.

No olvidéis las acciones de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

El Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 2, 1-12
Cuando a los pocos días entró Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra.
Y vinieron trayéndole un paralítico entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
"Hijo, tus pecados quedan perdonados".
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
"Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino solo uno, Dios?".
Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo:
"¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decir al paralítico "tus pecados te son perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"?
Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados - dice al paralítico -:
"Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa".
Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
"Nunca hemos visto una cosa igual".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia


Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: "Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla". Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. "Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio".

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a "proclamar la divinidad de Cristo" y firme para defenderla "con celo infatigable". Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su "Tratado sobre la Trinidad".


Dos años después de haber sido designado obispo, por mandato del emperador Constancio el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.

Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron óbice para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, sigue levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo
San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intersección y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtió al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarse. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en el futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos..."

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

miércoles, 13 de enero de 2016

Lecturas y Santoral 13-01-16. Miércoles, 1ª semana del Tiempo Ordinario

Habla, Señor, que tu siervo escucha
Primera Lectura. Primer libro de Samuel 3, 1-10. 19-20
En aquel tiempo, el joven Samuel servía al Señor al lado de Elí.
La palabra del Señor era rara en aquellos días y no eran frecuentes las visiones.
Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos habían comenzado a debilitarse y no podía ver.
La lámpara de Dios, aún no se había apagado y Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios.
Entonces el Señor llamó a Samuel. Este respondió:
-"Aquí estoy."
Corrió donde estaba Elí y dijo:
-"Aquí estoy, porque me has llamado."
Respondió:
-"No te he llamado; vuelve a acostarte."
Fue y se acostó.
El Señor volvió a llamar a Samuel.
Se levantó Samuel, fue adonde estaba Elí y le dijo:
-"Aquí estoy; porque me has llamado."
Respondió:
-"No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte."
Samuel no conocía aún al Señor, ni se le había manifestado todavía la palabra del Señor.
El Señor llamó a Samuel, por tercera vez. Se levantó, fue a donde estaba Elí y dijo:
_ "Aquí estoy; porque me has llamado."
Comprendió entonces Elí que era el Señor el que llamaba al joven. Y dijo a Samuel:
-"Ve a acostarte. Y si te llama de nuevo, di: 'Habla, Señor, que tu siervo te escucha.'" Samuel fue a acostarse en su sitio.
El Señor se presentó y llamó como las veces anteriores:
-"¡Samuel, Samuel!"
Respondió Samuel:
-"Habla, que tu siervo escucha."
Samuel creció. El Señor estaba con él, y no dejó que se frustrara ninguna de sus palabras. Todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era un autentico profeta del Señor.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Samuel-Eli-aqui-estoy-02
Salmo Responsorial. 39, 2 y 5. 7-8a. 8b-9. 10
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito.
Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: "Aquí estoy".

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
" - Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad."
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas".

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios: Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
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Curó a muchos enfermos de diversos males
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
-"Todo el mundo te busca."
Él les respondió:
- "Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido."
Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra de Dios.

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Marcos-1-Jesus-sana-suegra-Pedro-Simon
San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia

Hilario-de-Poitiers

Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: "Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla". Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. "Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio".

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a "proclamar la divinidad de Cristo" y firme para defenderla "con celo infatigable". Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su "Tratado sobre la Trinidad".

Dos años después de haber sido designado obispo, por mandato del emperador Constancio el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.


Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron óbice para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, sigue levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo

San-Remigio-obispo
San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intercesión y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtío al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarse. A los pocos meses, el rey y 2300 súbditos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en el futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos..."

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

martes, 13 de enero de 2015

Lecturas y Santoral 13-01-2015

Dios juzgó conveniente perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación
Primera Lectura. Carta a los Hebreos 2, 5-12
Hermanos:
Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero, del que estamos hablando; de ello dan fe estas palabras:
"¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que mires por él? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, todo lo sometiste bajo sus pies."
En efecto, puesto a someterle todo, nada dejó fuera de su dominio.
Pero ahora no vemos todavía que todo le esté sometido.
Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte.
Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos.
Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo.
Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos, cuando dice: "Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Crucificado-crucifixion-Jesus-Cruz-muerte-01-James-Tissot
Salmo Responsorial. Salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Señor, dueño nuestro,
qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos.

Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.

Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
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Enseñaba con autoridad
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 1, 21b-28
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.
Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
-"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios."
Jesús lo increpó:
-"Cállate y sal de él."
El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:
-"¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen."
Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra de Dios.

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Lucas-6-curacion-brazo1
San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia
Hilario-de-Poitiers

Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: "Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla". Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. "Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio".

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a "proclamar la divinidad de Cristo" y firme para defenderla "con celo infatigable". Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su "Tratado sobre la Trinidad".

Dos años después de haber sido designado obispo, por mandato del emperador Constancio el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.


Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron óbice para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, sigue levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo

San-Remigio-obispo
San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intercesión y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtío al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarce. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en el futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos...".

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

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lunes, 13 de enero de 2014

Lecturas y Santoral 13-01-14

Su rival insultaba a Ana, porque el Señor la había hecho estéril
Primera Lectura. Comienzo del primer libro de Samuel (1,1-8)

Había un hombre sufita, oriundo de Ramá, en la serranía de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Fenina; Fenina tenía hijos, y Ana no los tenía. Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo, para adorar y ofrecer sacrificios al Señor de los ejércitos en Siló, donde estaban de sacerdotes del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés. Llegado el día de ofrecer el sacrificio, repartía raciones a su mujer Fenina para sus hijos e hijas, mientras que a Ana le daba sólo una ración; y eso que la quería, pero el Señor la había hecho estéril. Su rival la insultaba, ensañándose con ella para mortificarla, porque el Señor la había hecho estéril. Así hacía año tras año; siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así.
Una vez Ana lloraba y no comía. Y Elcaná, su marido, le dijo: "Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué te afliges? ¿No te valgo yo más que diez hijos?"

Palabra de Dios.

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Ana Elcana Samuel
Salmo Responsorial Salmo 115,12.13.14.17.18.19

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Convertíos y creed en el Evangelio
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Marcos (1,14-20)

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: "Venid conmigo y os haré pescadores de hombres."
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

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San Hilario de Poitiers Obispo y doctor de la Iglesia

Hilario-de-Poitiers


Nació en Poitiers (Francia), de una distinguida familia pagana, a principios del siglo IV. Recibió una excelente formación.

Profesor y padre de familia en Poitiers, él mismo nos dice que fue educado en la idolatría y hace una narración detallada de cómo Dios lo llevó al conocimiento de la fe, recibiendo el bautismo a una edad un tanto avanzada: llega al cristianismo cuando ya tenía 35 años. Su mujer y su hija (de nombre Abra, es honrada como santa) abrazaron la fe cristiana junto con él. Se convirtió a la fe cristiana con la lectura de las Escrituras: la revelación de Dios a Moisés y el prólogo de San Juan impulsaron con su luz a esta alma en la búsqueda sincera de la Verdad: "Dios es bello y de una belleza tal que la sentimos sin poder comprenderla". Hilario vivió desde entonces dentro del resplandor de la belleza. "Si la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no hay que considerarla como un beneficio".

Poco después de su bautismo el año 354 es designado obispo de Poitiers, su ciudad natal. San Hilario amaba la verdad sobre todas las cosas y no escatimaba ningún esfuerzo, ni rehuía alguno por defenderla. Luchó valerosamente contra los arrianos, se mostraba presto a "proclamar la divinidad de Cristo" y firme para defenderla "con celo infatigable". Junto con San Atanasio defendió vigorosamente contra los arrianos la fe definida en los decretos del Concilio de Nicea cuando éste se vio amenazado por las intenciones del emperador Constancio quien reunió un concilio de arrianos de Selucia de Isauria, a fin de neutralizarlo. Fue entonces cuando escribió su "Tratado sobre la Trinidad".

Dos años después de haber sido desigando obispo, por mandato del emperador Constancio, el arrianismo consigue desterrarlo a Frigia. Antes de partir al destierro en Frigia había compuesto un comentario sobre el Evangelio de San Mateo, que ha llegado hasta nosotros. Sin embargo sus principales escritos son sobre el arrianismo. El destierro supone cuatro años de penalidades, de tersos escritos como "discípulo de la Verdad", y de incansable apostolado en Oriente.


Las luchas contra los poderosos y la composición de sus obras no fueron inconveniente para que Hilario se mostrase muy cercano al pueblo de los fieles, atento a sus necesidades. Desde el año 360, durante los siete años finales de su vida, este doctor de la Iglesia, en uno de los tiempos más convulsos por la herejía, siguió levantando su voz; lo mismo en Poitiers, que en París y Milán; consiguiendo mantener la Galia en la pureza de la Fe. Teólogo, historiógrafo y exégeta bíblico, escribió varias obras admirables por su sabiduría y doctrina (entre ellas el tratado De Trinitate como ya se ha mencionado) destinadas a consolidar la fe católica y a interpretar la Sagrada Escritura.

Tuvo Hilario numerosos discípulos, el más ilustre de ellos san Martín de Tours; al designar para Ligugé al futuro San Martín, convirtió al Poitou en la cuna de la vida monástica de la Galia.

Regresó a Poitiers y allí murió el 13 de enero del año 368. Sus reliquias reposaron en Poitiers hasta el año 1652, en que fueron sacrílegamente quemadas por los hugonotes. Se le ha dado el título de Atanasio de Occidente. San Jerónimo y san Agustín lo llaman gloriosísimo defensor de la fe. Por la profunda influencia que ejerció como escritor, el papa Pío IX, a petición de los obispos reunidos en el sínodo de Burdeos, declaró a san Hilario doctor de la Iglesia.

Oración: Concédenos, Dios todopoderoso, progresar cada día en el conocimiento de la divinidad de tu Hijo y proclamarla con firmeza, como lo hizo, con celo infatigable, tu obispo y doctor san Hilario. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Remigio de Reims, obispo

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San Remigio fue el gran apóstol de los franceses, célebre por su sabiduría, su admirable santidad y sus muchos milagros. Nacido en Laon, hacia el año 437, de padres galos, hizo tan considerables progresos en su formación, y particularmente en la elocuencia, que, según el testimonio de San Sidonio Apolinar, compañero suyo en los primeros años, llegó a superar a todos sus iguales. En el año 459 al quedar vacante la sede de Reims, contaba sólo veintidós años de edad, y fue elegido Obispo; los hechos probaron bien pronto que con su celo y fervor de espíritu suplía lo que le faltaba de experiencia desempeñando con energía y entrega su misión durante cerca de 70 años.

Por intersección y oraciones de la Reina Clotilde, su esposo, el Rey de los franceses Clodoveo, se convirtío al cristianismo, y tuvo como director espiritual a San Remigio. Su elección por Cristo fue apoyada y seguida por sus súbditos quienes al saber de la conversión de su rey, decidieron abandonar la idolatría a los dioses paganos.

Fue ahí, donde San Remigio y sus sacerdotes se dedicaron con todo empeño a enseñar los principios elementales de la fe tanto al rey como a los súbditos que deseaban bautizarce. A los pocos meses, el rey y 2300 súbitos fueron bautizados en una sencilla ceremonia presidida por el santo Obispo.

San Remigio además empezó a predicar la Buena Nueva en el pueblo a fin de combatir a los herejes y paganos. También ayudó al hermano pobre y necesitado, y su solidaridad y servicio se extendió incluso por aquellos que no profesaban la religión cristiana. Dios le concedió el don de hacer curaciones y anunciar lo que iba a suceder en lo futuro.

Entre los pocos documentos que de este tiempo se nos han conservado es digna de memoria una carta, dirigida por San Remigio, hacia el año 482 a Clodoveo, en la que lo felicitaba por su feliz principio como rey de los francos en la región de Tournai y le daba excelentes orientaciones y consejos para el gobierno de su pueblo. Así le dice: "Debéis mostrar deferencia con los sacerdotes y recurrir siempre a su consejo. Si reina armonía entre vos y ellos, vuestro reino sacará de ello mucho provecho... Que todos os amen y os respeten... Que vuestro tribunal sea asequible a todos y que nadie salga triste de él. Emplearéis todas las riquezas de vuestros padres en librar cautivos y desatar las cadenas de los esclavos..."

Murió en el año 530 a la edad de 90 años.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com