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miércoles, 18 de agosto de 2021

Lecturas y Santoral 18/08/2021. Miércoles de la vigésima semana de Tiempo Ordinario

Pedisteis que os gobernara un rey, cuando vuestro rey era el Señor
Primera Lectura. Jueces 9, 6-15
En aquel tiempo, se reunieron todos los señores de Siquén y todo Bet Millo, y fueron a proclamar rey a Abimélec junto a la encina de la estela que hay en Siquén. Se lo anunciaron a Jotán, que, puesto en pie sobre la cima del monte Garizín, alzó la voz y les dijo a gritos: «Escuchadme, señores de Siquén, y así os escuche Dios. Fueron una vez los árboles a ungir rey sobre ellos. Y dijeron al olivo: "Reina sobre nosotros". El olivo les contestó: “¿Habré de renunciar a mi aceite, que tanto aprecian en mí dioses y hombres para ir a mecerme sobre los árboles?”. Entonces los árboles dijeron a la higuera: “Ven tú a reinar sobre nosotros”. La higuera les contestó: “¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto, para ir a mecerme sobre los árboles?”. Los árboles dijeron a la vid: “Ven tú a reinar sobre nosotros”. La vid les contestó: “¿Voy a renunciar a mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?” Todos los árboles dijeron a la zarza: “Ven tú a reinar sobre nosotros”. La zarza contestó a los árboles: “Si queréis en verdad ungirme rey sobre vosotros, venid a cobijaros a mi sombra. Y si no, salga fuego de la zarza que devore los cedros del Líbano”».

Palabra de Dios



20, 2-3. 4-5. 6-784, 9. 11-12. 13-14

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia.

Señor, el rey se alegra por tu fuerza.

¿Vas a tener a tú envidia porque yo soy bueno?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 20, 1-16a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido”. Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”. Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña”. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros”. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Al recibirlo se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”. Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?”. Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos».

Palabra de Dios


Santa Elena

Elena significa: “antorcha resplandeciente”.

Nació a mediados del siglo III, probablemente en Bitinia, región del Asia Menor. Los autores británicos sostienen que nació en Inglaterra, que era en aquel tiempo provincia romana, y que Constancio Cloro, tribuno y más tarde gobernador de la isla, se enamoró de ella, y la tomó en matrimonio. Hacia el año 274 tuvieron a un niño, a quien pusieron por nombre Constantino.

Constancio Cloro llegó a ser mariscal de campo; luego el emperador Maximiano lo nombró corregente y, por tanto, su sucesor en el Imperio, pero con la condición de que repudiara a su mujer y tomase por esposa a su hijastra Teodora.

Tanto Elena como Constancio Cloro eran paganos. Llevado por la ambición Constancio se separó de ella y se llevó a Roma a su pequeño hijo Constantino. Catorce años lloró Elena su desgracia, hasta que al morir Constancio, en el año 306, fue nombrado emperador Constantino, con lo que se inició para ella una nueva forma de vida.

Constantino mandó llamar a su madre a la corte, le confirió el nombre de Augusta y el título de emperatriz.

Purificada por el sufrimiento, Elena recibió el bautismo, probablemente en el año 307, y fue una cristiana ejemplar, testigo de la gran jornada en que Constantino hizo poner por primera vez la cruz en los estandartes de sus legiones para vencer en batalla a su rival Majencio. Era el mes de octubre del año 312.

A comienzos del 313 el emperador publicó el edicto de Milán, por el cual se permitía al cristianismo en el Imperio. Siguiendo el ejemplo de su madre, se convirtió, siendo bautizado por el Papa san Silvestre. Después de trescientos años de persecución, la Iglesia de Cristo se asentaba triunfante en la tierra. La piadosa emperatriz se dedicó por entero a socorrer a los pobres y aliviar las miserias de sus semejantes.

Anciana ya -tenía entonces setenta y siete años- visitó en peregrinación los santos lugares. Subió a la cima del Gólgota; donde se erigía un templo en honor de Venus, hecho construir por el emperador Adriano, y al enterarse de la costumbre judía de enterrar en el lugar de la ejecución de un malhechor los instrumentos que sirvieron para darle muerte, mandó derribar el templo y buscar la cruz donde padeciera el Redentor. Tres cruces fueron halladas. Una antigua tradición relata el modo milagroso como logró identificar la que correspondió a Jesús, mediante la curación de un moribundo.

Santa Elena hizo dividir la cruz en tres partes. Uno de los trozos lo entregó al obispo Macario, para que lo entronizara en la Iglesia de Jerusalén; el segundo lo envió a la Iglesia de Constantinopla y el tercero a Roma, a la basílica que, por tal motivo, se llamó Santa Cruz de Jerusalén. Mandó también construir tres edificios, llamados casas de Dios: uno junto al monte Calvario, otro en la cueva de Belén y un tercero en el monte de los Olivos. La emperatriz permaneció largo tiempo en Palestina, sirviendo al Señor con la oración y las obras de caridad. Cuidaba a los enfermos, libertaba a los cautivos y daba alimentos a los pobres, llevando siempre en su espíritu -como ejemplo- la imagen de la Virgen María.

Tenía ochenta años cuando regresó de su viaje. Falleció poco después, probablemente en Tréveris, hacia el año 328 ó 330. El martirologio romano la conmemora el 18 de agosto.

Algunas de sus reliquias se conservan en Roma, en una capilla dedicada a ella.

San Alberto Hurtado Cruchaga

Nació en Viña del Mar, Chile, el año 1901. La muerte prematura del padre llevó a su familia a una situación precaria. Una beca le permitió estudiar.

Trabajando y estudiando, hizo la carrera de Derecho. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1923 y luego completó estudios en Argentina, España y Bélgica, donde fue ordenado de sacerdote en 1933. Regresó a Chile en 1936.

Ya en su patria, su celo apostólico se extendió a todos los campos: enseñanza, publicación de libros, dirección de ejercicios espirituales, Acción Católica, etc. En 1944 inició una de sus obras más conocidas: el “Hogar de Cristo”, lugar de acogida y educación para los marginados.

Su apostolado se caracterizó por una gran dedicación a los niños pobres y abandonados, un celo ardiente por la formación de los laicos y un vivo sentido de justicia social cristiana.

Murió en Santiago de Chile el 18 de agosto de 1952. Lo canonizó Benedicto XVI el año 2005.

martes, 18 de agosto de 2020

Lecturas y Santoral 18/08/2020. Martes de la vigésima semana de Tiempo Ordinario

Eres hombre y no dios; pusiste tu corazón como el corazón de Dios
Primera Lectura. Ezequiel 28, 1-10
Me fue dirigida esta palabra del Señor: «Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios: Se enalteció tu corazón, y dijiste: “Soy un dios y estoy sentado en el trono de los dioses en el corazón del mar”. Tú que eres hombre y no dios, pusiste tu corazón como el corazón de Dios. Te dijiste: “¡Si eres más sabio que Daniel, ningún enigma se te resiste! Con tu sabiduría e inteligencia, te has hecho una fortuna; acumulaste tesoros de oro y plata”. Con gran habilidad para el comercio acrecentaste tu fortuna; y por tu fortuna te llenaste de presunción. Por ello, así dice el Señor Dios: “Por haber puesto tu corazón como el corazón de Dios, por eso, haré venir contra extranjeros los más feroces de entre los pueblos. Desenvainarán sus espadas contra tu brillante sabiduría y profanarán tu belleza. Te hundirán en la fosa, y perecerás de muerte violenta en el corazón del mar. ¿Podrás seguir diciendo delante de tus verdugos: ‘Soy un dios’? Serás un hombre, y no un dios, en mano de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de gentes extrañas. Porque lo he dicho yo” - oráculo del Señor -»

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. SALMO RESPONSORIAL Dt 32, 26-27ab. 27cd-28. 30. 35cd-36ab
Yo doy la muerte y la vida. 
Me dije: «Los aniquilaría, y borraría su memoria entre los hombres» 
Si no temiese las burlas del enemigo y la mala interpretación del adversario.

Yo doy la muerte y la vida. 
No sea que digan: «Nuestra mano ha vencido, no es el Señor quien ha hecho todo esto».
Porque es gente que ha perdido el juicio, y que carece de inteligencia 

Yo doy la muerte y la vida.
¿Cómo puede uno perseguir a mil, y dos poner en fuga a diez mil, 
si no fuera porque los ha vendido su Roca y el Señor los ha entregado?

Yo doy la muerte y la vida.
El día de su ruina se acerca, y se precipita su destino.
El Señor hace justicia a su pueblo y tendrá piedad de sus siervos.

Yo doy la muerte y la vida.
Más fácil le es a un camello entrar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos». Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo». Entonces dijo Pedro a Jesús: «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?». Jesús les dijo: «En verdad os digo: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros».

Palabra de Dios

Santa Elena

Elena significa: “antorcha resplandeciente”.

Nació a mediados del siglo III, probablemente en Bitinia, región del Asia Menor. Los autores británicos sostienen que nació en Inglaterra, que era en aquel tiempo provincia romana, y que Constancio Cloro, tribuno y más tarde gobernador de la isla, se enamoró de ella, y la tomó en matrimonio. Hacia el año 274 tuvieron a un niño, a quien pusieron por nombre Constantino.

Constancio Cloro llegó a ser mariscal de campo; luego el emperador Maximiano lo nombró corregente y, por tanto, su sucesor en el Imperio, pero con la condición de que repudiara a su mujer y tomase por esposa a su hijastra Teodora.

Tanto Elena como Constancio Cloro eran paganos. Llevado por la ambición Constancio se separó de ella y se llevó a Roma a su pequeño hijo Constantino. Catorce años lloró Elena su desgracia, hasta que al morir Constancio, en el año 306, fue nombrado emperador Constantino, con lo que se inició para ella una nueva forma de vida.

Constantino mandó llamar a su madre a la corte, le confirió el nombre de Augusta y el título de emperatriz.

Purificada por el sufrimiento, Elena recibió el bautismo, probablemente en el año 307, y fue una cristiana ejemplar, testigo de la gran jornada en que Constantino hizo poner por primera vez la cruz en los estandartes de sus legiones para vencer en batalla a su rival Majencio. Era el mes de octubre del año 312.

A comienzos del 313 el emperador publicó el edicto de Milán, por el cual se permitía al cristianismo en el Imperio. Siguiendo el ejemplo de su madre, se convirtió, siendo bautizado por el Papa san Silvestre. Después de trescientos años de persecución, la Iglesia de Cristo se asentaba triunfante en la tierra. La piadosa emperatriz se dedicó por entero a socorrer a los pobres y aliviar las miserias de sus semejantes.

Anciana ya -tenía entonces setenta y siete años- visitó en peregrinación los santos lugares. Subió a la cima del Gólgota; donde se erigía un templo en honor de Venus, hecho construir por el emperador Adriano, y al enterarse de la costumbre judía de enterrar en el lugar de la ejecución de un malhechor los instrumentos que sirvieron para darle muerte, mandó derribar el templo y buscar la cruz donde padeciera el Redentor. Tres cruces fueron halladas. Una antigua tradición relata el modo milagroso como logró identificar la que correspondió a Jesús, mediante la curación de un moribundo.

Santa Elena hizo dividir la cruz en tres partes. Uno de los trozos lo entregó al obispo Macario, para que lo entronizara en la Iglesia de Jerusalén; el segundo lo envió a la Iglesia de Constantinopla y el tercero a Roma, a la basílica que, por tal motivo, se llamó Santa Cruz de Jerusalén. Mandó también construir tres edificios, llamados casas de Dios: uno junto al monte Calvario, otro en la cueva de Belén y un tercero en el monte de los Olivos. La emperatriz permaneció largo tiempo en Palestina, sirviendo al Señor con la oración y las obras de caridad. Cuidaba a los enfermos, libertaba a los cautivos y daba alimentos a los pobres, llevando siempre en su espíritu -como ejemplo- la imagen de la Virgen María.

Tenía ochenta años cuando regresó de su viaje. Falleció poco después, probablemente en Tréveris, hacia el año 328 ó 330. El martirologio romano la conmemora el 18 de agosto.

Algunas de sus reliquias se conservan en Roma, en una capilla dedicada a ella.

San Alberto Hurtado Cruchaga

Nació en Viña del Mar, Chile, el año 1901. La muerte prematura del padre llevó a su familia a una situación precaria. Una beca le permitió estudiar.

Trabajando y estudiando, hizo la carrera de Derecho. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1923 y luego completó estudios en Argentina, España y Bélgica, donde fue ordenado de sacerdote en 1933. Regresó a Chile en 1936.

Ya en su patria, su celo apostólico se extendió a todos los campos: enseñanza, publicación de libros, dirección de ejercicios espirituales, Acción Católica, etc. En 1944 inició una de sus obras más conocidas: el “Hogar de Cristo”, lugar de acogida y educación para los marginados.

Su apostolado se caracterizó por una gran dedicación a los niños pobres y abandonados, un celo ardiente por la formación de los laicos y un vivo sentido de justicia social cristiana.

Murió en Santiago de Chile el 18 de agosto de 1952. Lo canonizó Benedicto XVI el año 2005.

viernes, 18 de agosto de 2017

Lecturas y Santoral 18/08/2017. Viernes de la decimonovena semana de Tiempo Ordinario

Yo tomé a vuestro padre del otro lado del Río; os saqué de Egipto; os llevé a la tierra
Primera Lectura. Josué 24, 1-13

En aquellos días, Josué reunió todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a los ancianos de Israel, a los jefes, a los jueces y a los magistrados. Y se presentaron ante Dios.
Josué dijo a todo el pueblo:
"Así dice el Señor, Dios de Israel: 'Al otro lado del rio Eufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, y servían a otros dioses. Yo tomé a Abrahán vuestro padre del otro lado del Río, lo conduje por todo la tierra de Canaán y multipliqué su descendencia dándole un hijo, Isaac.
A Isaac le di dos hijos: Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.
Envié a Moisés y Aarón y castigue a Egipto con los portentos que hice en su tierra. Luego os saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con sus carros y caballos hasta el mar Rojo, pero ellos gritaron al Señor y el tendió una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después hizo que se desplomara sobre ellos el mar, que los anegó.
Con vuestros propios ojos visteis lo que hice con Egipto.
Después vivisteis en el desierto muchos años. Os llevé luego a la tierra de los amorreos que vivían al otro lado del Jordán: ellos os atacaron, pero yo os los di. Así tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé a vuestra llegada.
Entonces se alzó Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, para atacar a Israel; y mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise escuchar a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y así os libré de sus manos.
Pasasteis después el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó ( y los amorreos, perizitas, cananeos, hititas, guirgascos, heveos y jebuseos) os atacaron, pero yo os los di; mandé delante de vosotros avispas, que expulsaron, al llegar vosotros, a los dos reyes amorreos: no fue con tu espada ni con tu arco.
Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado y de cuyos frutos ahora coméis'".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 135, 1-3. 16-18. 21-22 y 24
Porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor porque es bueno.

Porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses.

Porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores.

Porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo.

Porque es eterna su misericordia.
Él hirió a reyes famosos.

Porque es eterna su misericordia.
Dio muerte a reyes poderosos.

Porque es eterna su misericordia.
Les dio su tierra en heredad.

Porque es eterna su misericordia.
En heredad a Israel, su siervo.

Porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores.

Porque es eterna su misericordia.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero al principio no era así.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 19, 3-12

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba:
"¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?".
Él les respondió:
"¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: 'Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne'? De modo que ya no son dos, sino una sola carne.
Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre."
Ellos insistieron:
"¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla?".
Él les contestó:
"Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - y se casa con otra, comete adulterio".
Los discípulos le replicaron:
"Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse".
Pero él les dijo:
"No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Santa Elena


Elena significa: "antorcha resplandeciente".

Nació a mediados del siglo III, probablemente en Bitinia, región del Asia Menor. Los autores británicos sostienen que nació en Inglaterra, que era en aquel tiempo provincia romana, y que Constancio Cloro, tribuno y más tarde gobernador de la isla, se enamoró de ella, y la tomó en matrimonio. Hacia el año 274 tuvieron a un niño, a quien pusieron por nombre Constantino.

Constancio Cloro llegó a ser mariscal de campo; luego el emperador Maximiano lo nombró corregente y, por tanto, su sucesor en el Imperio, pero con la condición de que repudiara a su mujer y tomase por esposa a su hijastra Teodora.

Tanto Elena como Constancio Cloro eran paganos. Llevado por la ambición Constancio se separó de ella y se llevó a Roma a su pequeño hijo Constantino. Catorce años lloró Elena su desgracia, hasta que al morir Constancio, en el año 306, fue nombrado emperador Constantino, con lo que se inició para ella una nueva forma de vida.

Constantino mandó llamar a su madre a la corte, le confirió el nombre de Augusta y el título de emperatriz.

Purificada por el sufrimiento, Elena recibió el bautismo, probablemente en el año 307, y fue una cristiana ejemplar, testigo de la gran jornada en que Constantino hizo poner por primera vez la cruz en los estandartes de sus legiones para vencer en batalla a su rival Majencio. Era el mes de octubre del año 312.

A comienzos del 313 el emperador publicó el edicto de Milán, por el cual se permitía al cristianismo en el Imperio. Siguiendo el ejemplo de su madre, se convirtió, siendo bautizado por el Papa san Silvestre. Después de trescientos años de persecución, la Iglesia de Cristo se asentaba triunfante en la tierra. La piadosa emperatriz se dedicó por entero a socorrer a los pobres y aliviar las miserias de sus semejantes.

Anciana ya -tenía entonces setenta y siete años- visitó en peregrinación los santos lugares. Subió a la cima del Gólgota; donde se erigía un templo en honor de Venus, hecho construir por el emperador Adriano, y al enterarse de la costumbre judía de enterrar en el lugar de la ejecución de un malhechor los instrumentos que sirvieron para darle muerte, mandó derribar el templo y buscar la cruz donde padeciera el Redentor. Tres cruces fueron halladas. Una antigua tradición relata el modo milagroso como logró identificar la que correspondió a Jesús, mediante la curación de un moribundo.

Santa Elena hizo dividir la cruz en tres partes. Uno de los trozos lo entregó al obispo Macario, para que lo entronizara en la Iglesia de Jerusalén; el segundo lo envió a la Iglesia de Constantinopla y el tercero a Roma, a la basílica que, por tal motivo, se llamó Santa Cruz de Jerusalén. Mandó también construir tres edificios, llamados casas de Dios: uno junto al monte Calvario, otro en la cueva de Belén y un tercero en el monte de los Olivos. La emperatriz permaneció largo tiempo en Palestina, sirviendo al Señor con la oración y las obras de caridad. Cuidaba a los enfermos, libertaba a los cautivos y daba alimentos a los pobres, llevando siempre en su espíritu -como ejemplo- la imagen de la Virgen María.

Tenía ochenta años cuando regresó de su viaje. Falleció poco después, probablemente en Tréveris, hacia el año 328 ó 330. El martirologio romano la conmemora el 18 de agosto.

Algunas de sus reliquias se conservan en Roma, en una capilla dedicada a ella.


San Alberto Hurtado Cruchaga

Nació en Viña del Mar, Chile, el año 1901. La muerte prematura del padre llevó a su familia a una situación precaria. Una beca le permitió estudiar.

Trabajando y estudiando, hizo la carrera de Derecho. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1923 y luego completó estudios en Argentina, España y Bélgica, donde fue ordenado de sacerdote en 1933. Regresó a Chile en 1936.

Ya en su patria, su celo apostólico se extendió a todos los campos: enseñanza, publicación de libros, dirección de ejercicios espirituales, Acción Católica, etc. En 1944 inició una de sus obras más conocidas: el "Hogar de Cristo", lugar de acogida y educación para los marginados.

Su apostolado se caracterizó por una gran dedicación a los niños pobres y abandonados, un celo ardiente por la formación de los laicos y un vivo sentido de justicia social cristiana.

Murió en Santiago de Chile el 18 de agosto de 1952. Lo canonizó Benedicto XVI el año 2005.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

martes, 18 de agosto de 2015

Lecturas y Santoral 18-08-2015

Gedeón, salva a Israel. Yo te envío
Primera Lectura. Jueces 6, 11-24a
En aquellos días, el ángel del Señor vino y se sentó bajo la encima, de Ofrá, propiedad de Joás de Abiezer, mientras su hijo Gedeón estaba trillando a látigo en el lagar, para esconderse de los madianitas.
El ángel del Señor se le apareció y le dijo: - "El Señor está contigo, valiente."
Gedeón respondió: -"Perdón, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha venido encima todo esto? ¿Dónde han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres: "De Egipto nos sacó el Señor"? La verdad es que ahora el Señor nos ha desamparado y nos ha entregado a los madianitas."
El Señor se volvió a él y le dijo: - "Vete, y con tus propias fuerzas salva a Israel de los madianitas. Yo te envío."
Gedeón replicó: -"Perdón, ¿cómo puedo yo librar a Israel? Precisamente mí familia es la menor de Manasés, y yo soy el más pequeño en la casa de mi padre. "
El Señor contestó: -"Yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. "
Gedeón insistió: -" Si he alcanzado tu favor, dame una señal de que eres tú quien habla conmigo. No te vayas de aquí hasta que yo vuelva con una ofrenda y te la presente. "
El Señor dijo: -"Aquí me quedaré hasta que vuelvas. "
Gedeón marchó a preparar un cabrito y unos panes ázimos con media fanega de harina; colocó luego la carne en la cesta y echó el caldo en el puchero; se lo llevó al Señor y se lo ofreció bajo la encina.
El ángel del Señor le dijo:
-"Coge la carne y los panes ázimos, colócalos sobre esta roca y derrama el caldo."
Así lo hizo. Entonces el ángel del Señor alargó la punta del cayado que llevaba, tocó la carne y los panes, y se levantó de la roca una llamarada que los consumió. Y el ángel del Señor desapareció.
Cuando Gedeón vio que se trataba del ángel del Señor, exclamó:
-"¡ Ay Dios mío, que he visto al ángel del Señor cara a cara! "
Pero el Señor le dijo:
-"¡Paz, no temas, no morirás!"
Entonces Gedeón levantó allí un altar al Señor y le puso el nombre de "Señor de la Paz".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Gedeon-Angel-ofrenda
Salmo Responsorial. 84, 9. 11-12. 13-14
El Señor anuncia la paz a su pueblo.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos
y a los que se convierten de corazón."

El Señor anuncia la paz a su pueblo.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo.

El Señor anuncia la paz a su pueblo.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

El Señor anuncia la paz a su pueblo.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-"Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios."
Al oírlo, los discípulos dijeron espantados:
-"Entonces, ¿quién puede salvarse?"
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
-"Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo."
Entonces le dijo Pedro:
-"Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar? "
Jesús les dijo:
-"Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mi deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros."


Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

parabola-del-camello-rico
Santa Elena
Santa-Elena

Elena significa: "antorcha resplandeciente".
Nació a mediados del siglo III, probablemente en Bitinia, región del Asia Menor. Los autores británicos sostienen que nació en Inglaterra, que era en aquel tiempo provincia romana, y que Constancio Cloro, tribuno y más tarde gobernador de la isla, se enamoró de ella, y la tomó en matrimonio. Hacia el año 274 tuvieron a un niño, a quien pusieron por nombre Constantino.
Constancio Cloro llegó a ser mariscal de campo; luego el emperador Maximiano lo nombró corregente y, por tanto, su sucesor en el Imperio, pero con la condición de que repudiara a su mujer y tomase por esposa a su hijastra Teodora.

Tanto Elena como Constancio Cloro eran paganos. Llevado por la ambición Constancio se separó de ella y se llevó a Roma a su pequeño hijo Constantino. Catorce años lloró Elena su desgracia, hasta que al morir Constancio, en el año 306, fue nombrado emperador Constantino, con lo que se inició para ella una nueva forma de vida.

Constantino mandó llamar a su madre a la corte, le confirió el nombre de Augusta y el título de emperatriz.

Purificada por el sufrimiento, Elena recibió el bautismo, probablemente en el año 307, y fue una cristiana ejemplar, testigo de la gran jornada en que Constantino hizo poner por primera vez la cruz en los estandartes de sus legiones para vencer en batalla a su rival Majencio. Era el mes de octubre del año 312.

A comienzos del 313 el emperador publicó el edicto de Milán, por el cual se permitía al cristianismo en el Imperio. Siguiendo el ejemplo de su madre, se convirtió, siendo bautizado por el Papa san Silvestre. Después de trescientos años de persecución, la Iglesia de Cristo se asentaba triunfante en la tierra. La piadosa emperatriz se dedicó por entero a socorrer a los pobres y aliviar las miserias de sus semejantes.

Anciana ya -tenía entonces setenta y siete años- visitó en peregrinación los santos lugares. Subió a la cima del Gólgota; donde se erigía un templo en honor de Venus, hecho construir por el emperador Adriano, y al enterarse de la costumbre judía de enterrar en el lugar de la ejecución de un malhechor los instrumentos que sirvieron para darle muerte, mandó derribar el templo y buscar la cruz donde padeciera el Redentor. Tres cruces fueron halladas. Una antigua tradición relata el modo milagroso como logró identificar la que correspondió a Jesús, mediante la curación de un moribundo.

Santa Elena hizo dividir la cruz en tres partes. Uno de los trozos lo entregó al obispo Macario, para que lo entronizara en la Iglesia de Jerusalén; el segundo lo envió a la Iglesia de Constantinopla y el tercero a Roma, a la basílica que, por tal motivo, se llamó Santa Cruz de Jerusalén. Mandó también construir tres edificios, llamados casas de Dios: uno junto al monte Calvario, otro en la cueva de Belén y un tercero en el monte de los Olivos. La emperatriz permaneció largo tiempo en Palestina, sirviendo al Señor con la oración y las obras de caridad. Cuidaba a los enfermos, libertaba a los cautivos y daba alimentos a los pobres, llevando siempre en su espíritu -como ejemplo- la imagen de la Virgen María.

Tenía ochenta años cuando regresó de su viaje. Falleció poco después, probablemente en Tréveris, hacia el año 328 ó 330. El martirologio romano la conmemora el 18 de agosto.
Algunas de sus reliquias se conservan en Roma, en una capilla dedicada a ella.

San Alberto Hurtado Cruchaga

San-Alberto-Hurtado-Cruchaga
Nació en Viña del Mar, Chile, el año 1901. La muerte prematura del padre llevó a su familia a una situación precaria. Una beca le permitió estudiar.

Trabajando y estudiando, hizo la carrera de Derecho. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1923 y luego completó estudios en Argentina, España y Bélgica, donde fue ordenado de sacerdote en 1933. Regresó a Chile en 1936.
Ya en su patria, su celo apostólico se extendió a todos los campos: enseñanza, publicación de libros, dirección de ejercicios espirituales, Acción Católica, etc. En 1944 inició una de sus obras más conocidas: el "Hogar de Cristo", lugar de acogida y educación para los marginados.

Su apostolado se caracterizó por una gran dedicación a los niños pobres y abandonados, un celo ardiente por la formación de los laicos y un vivo sentido de justicia social cristiana.
Murió en Santiago de Chile el 18 de agosto de 1952. Lo canonizó Benedicto XVI el año 2005.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

lunes, 18 de agosto de 2014

Lecturas y Santoral 18-08-14

Ezequiel os servirá de señal: haréis lo mismo que él ha hecho.
Primera Lectura. Ezequiel 24, 15-24

Me vino esta palabra del Señor:
"Hijo de Adán, voy a arrebatarte repentinamente el encanto de tus ojos; no llores ni hagas duelo ni derrames lágrimas; aflígete en silencio como un muerto, sin hacer duelo; líate el turbante y cálzate las sandalias; no te emboces la cara ni comas el pan del duelo."
Por la mañana, yo hablaba a la gente; por la tarde, se murió mi mujer; y, a la mañana siguiente, hice lo que se me había mandado.
Entonces me dijo la gente: "¿Quieres explicarnos qué nos anuncia lo que estás haciendo?"
Les respondí: - "Me vino esta palabra del Señor: " Dile a la casa de Israel: 'Así dice el Señor: Mira, voy a profanar mi santuario, vuestro soberbio baluarte, el encanto de vuestros ojos, el tesoro de vuestras almas.
Los hijos e hijas que dejasteis caerán a espada. Entonces haréis lo que yo he hecho: no os embozaréis la cara ni comeréis el pan del duelo; seguiréis con el turbante en la cabeza y las sandalias en los pies, no lloraréis ni haréis luto; os consumiréis por vuestra culpa y os lamentaréis unos con otros.
Ezequiel os servirá de señal: haréis lo mismo que él ha hecho. Y, cuando suceda, sabréis que yo soy el Señor."'"

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

Ezequiel
Salmo Responsorial Dt 32, 18-19. 20. 21

Despreciaste a la Roca que te engendró.
Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.
Lo vio el Señor, e irritado
rechazó a sus hijos e hijas.

Despreciaste a la Roca que te engendró.
Pensando: "Les esconderé mi rostro
y veré en qué acaban,
porque son una generación depravada,
unos hijos desleales."

Despreciaste a la Roca que te engendró.
"Ellos me han dado celos con un dios ilusorio,
me han irritado con ídolos vacíos;
pues yo les daré celos con un pueblo ilusorio,
los irritaré con una nación fatua."

Despreciaste a la Roca que te engendró.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, así tendrás un tesoro en el cielo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Mateo 19, 16-22

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó:
-"Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?"
Jesús le contestó:
-"¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos."
Él le preguntó:
-"¿Cuáles?"
Jesús le contestó:
-"No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo. "
El muchacho le dijo:
-"Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?"
Jesús le contestó:
-"Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres – así tendrás un tesoro en el cielo - y luego vente conmigo."
Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

Lucas-12-avaricia-codicia-joven-rico

Santa Elena


Santa-Elena

Elena significa: "antorcha resplandeciente".
Nació a mediados del siglo III, probablemente en Bitinia, región del Asia Menor. Los autores británicos sostienen que nació en Inglaterra, que era en aquel tiempo provincia romana, y que Constancio Cloro, tribuno y más tarde gobernador de la isla, se enamoró de ella, y la tomó en matrimonio. Hacia el año 274 tuvieron a un niño, a quien pusieron por nombre Constantino.

Constancio Cloro llegó a ser mariscal de campo; luego el emperador Maximiano lo nombró corregente y, por tanto, su sucesor en el Imperio, pero con la condición de que repudiara a su mujer y tomase por esposa a su hijastra Teodora.

Tanto Elena como Constancio Cloro eran paganos. Llevado por la ambición Constancio se separó de ella y se llevó a Roma a su pequeño hijo Constantino. Catorce años lloró Elena su desgracia, hasta que al morir Constancio, en el año 306, fue nombrado emperador Constantino, con lo que se inició para ella una nueva forma de vida.

Constantino mandó llamar a su madre a la corte, le confirió el nombre de Augusta y el título de emperatriz.

Purificada por el sufrimiento, Elena recibió el bautismo, probablemente en el año 307, y fue una cristiana ejemplar, testigo de la gran jornada en que Constantino hizo poner por primera vez la cruz en los estandartes de sus legiones para vencer en batalla a su rival Majencio. Era el mes de octubre del año 312.

A comienzos del 313 el emperador publicó el edicto de Milán, por el cual se permitía al cristianismo en el Imperio. Siguiendo el ejemplo de su madre, se convirtió, siendo bautizado por el Papa san Silvestre. Después de trescientos años de persecución, la Iglesia de Cristo se asentaba triunfante en la tierra. La piadosa emperatriz se dedicó por entero a socorrer a los pobres y aliviar las miserias de sus semejantes.

Anciana ya -tenía entonces setenta y siete años- visitó en peregrinación los santos lugares. Subió a la cima del Gólgota; donde se erigía un templo en honor de Venus, hecho construir por el emperador Adriano, y al enterarse de la costumbre judía de enterrar en el lugar de la ejecución de un malhechor los instrumentos que sirvieron para darle muerte, mandó derribar el templo y buscar la cruz donde padeciera el Redentor. Tres cruces fueron halladas. Una antigua tradición relata el modo milagroso como logró identificar la que correspondió a Jesús, mediante la curación de un moribundo.

Santa Elena hizo dividir la cruz en tres partes. Uno de los trozos lo entregó al obispo Macario, para que lo entronizara en la Iglesia de Jerusalén; el segundo lo envió a la Iglesia de Constantinopla y el tercero a Roma, a la basílica que, por tal motivo, se llamó Santa Cruz de Jerusalén. Mandó también construir tres edificios, llamados casas de Dios: uno junto al monte Calvario, otro en la cueva de Belén y un tercero en el monte de los Olivos. La emperatriz permaneció largo tiempo en Palestina, sirviendo al Señor con la oración y las obras de caridad. Cuidaba a los enfermos, libertaba a los cautivos y daba alimentos a los pobres, llevando siempre en su espíritu -como ejemplo- la imagen de la Virgen María.

Tenía ochenta años cuando regresó de su viaje. Falleció poco después, probablemente en Tréveris, hacia el año 328 ó 330. El martirologio romano la conmemora el 18 de agosto.

Algunas de sus reliquias se conservan en Roma, en una capilla dedicada a ella.

San Alberto Hurtado Cruchaga

San-Alberto-Hurtado-Cruchaga
Nació en Viña del Mar, Chile, el año 1901. La muerte prematura del padre llevó a su familia a una situación precaria. Una beca le permitió estudiar.

Trabajando y estudiando, hizo la carrera de Derecho. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1923 y luego completó estudios en Argentina, España y Bélgica, donde fue ordenado de sacerdote en 1933. Regresó a Chile en 1936.

Ya en su patria, su celo apostólico se extendió a todos los campos: enseñanza, publicación de libros, dirección de ejercicios espirituales, Acción Católica, etc. En 1944 inició una de sus obras más conocidas: el "Hogar de Cristo", lugar de acogida y educación para los marginados.

Su apostolado se caracterizó por una gran dedicación a los niños pobres y abandonados, un celo ardiente por la formación de los laicos y un vivo sentido de justicia social cristiana.
Murió en Santiago de Chile el 18 de agosto de 1952. Lo canonizó Benedicto XVI el año 2005.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

sábado, 18 de agosto de 2012

Lecturas y Santoral 18-08-2012

Pues bien, casa de Israel, os juzgaré a cada uno según su proceder –oráculo del Señor–.
Primera Lectura. Ezequiel (18,1-10.13b.30-32)

Me vino esta palabra del Señor: "¿Por qué andáis repitiendo este refrán en la tierra de Israel: "Los padres comieron agraces, y los hijos tuvieron dentera?" Por mi vida os juro –oráculo del Señor– que nadie volverá a repetir ese refrán en Israel. Sabedlo: todas las vidas son mías; lo mismo que la vida del padre, es mía la vida del hijo; el que peca es el que morirá. El hombre que es justo, que observa el derecho y la justicia, que no come en los montes, levantando los ojos a los ídolos de Israel, que no profana a la mujer de su prójimo, ni se llega a la mujer en su regla, que no explota, sino que devuelve la prenda empeñada, que no roba, sino que da su pan al hambriento y viste al desnudo, que no presta con usura ni acumula intereses, que aparta la mano de la iniquidad y juzga imparcialmente los delitos, que camina según mis preceptos y guarda mis mandamientos, cumpliéndolos fielmente: ese hombre es justo, y ciertamente vivirá –oráculo del Señor–. Si éste engendra un hijo criminal y homicida, que quebranta alguna de estas prohibiciones ciertamente no vivirá; por haber cometido todas esas abominaciones, morirá ciertamente y será responsable de sus crímenes. Pues bien, casa de Israel, os juzgaré a cada uno según su proceder –oráculo del Señor–. Arrepentíos y convertíos de vuestros delitos, y no caeréis en pecado. Quitaos de encima los delitos que habéis perpetrado y estrenad un corazón nuevo y un espíritu nuevo; y así no moriréis, casa de Israel. Pues no quiero la muerte de nadie –oráculo del Señor–. ¡Arrepentíos y viviréis!"

Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/nab/. You can get too Daily Scripture Readings at http://beingbob.wordpress.com/

Habacuc-El-injusto-tiene-el-alma-hinchada-pero-el-justo-vivira-por-su-fe-Jesus-stars-photo-In-the-Shadow-of-the-Stars-by-Greg-Martin
Salmo Responsorial 50,12-13.14-15.18-19

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro.


Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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No impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Mateo (19,13-15)

En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban.
Jesús dijo: "Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos."
Les impuso las manos y se marchó de allí.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Mateo-19-Jesus-y-los-niños

Santa Elena

Santa-Elena

Elena significa: “antorcha resplandeciente”.

Nació a mediados del siglo III, probablemente en Bitinia, región del Asia Menor. Los autores británicos sostienen que nació en Inglaterra, que era en aquel tiempo provincia romana, y que Constancio Cloro, tribuno y más tarde gobernador de la isla, se enamoró de ella, y la tomó en matrimonio. Hacia el año 274 tuvieron a un niño, a quien pusieron por nombre Constantino.

Constancio Cloro llegó a ser mariscal de campo; luego el emperador Maximiano lo nombró corregente y, por tanto, su sucesor en el Imperio, pero con la condición de que repudiara a su mujer y tomase por esposa a su hijastra Teodora.

Tanto Elena como Constancio Cloro eran paganos. Llevado por la ambición Constancio se separó de ella y se llevó a Roma a su pequeño hijo Constantino. Catorce años lloró Elena su desgracia, hasta que al morir Constancio, en el año 306, fue nombrado emperador Constantino, con lo que se inició para ella una nueva forma de vida.

Constantino mandó llamar a su madre a la corte, le confirió el nombre de Augusta y el título de emperatriz.

Purificada por el sufrimiento, Elena recibió el bautismo, probablemente en el año 307, y fue una cristiana ejemplar, testigo de la gran jornada en que Constantino hizo poner por primera vez la cruz en los estandartes de sus legiones para vencer en batalla a su rival Majencio. Era el mes de octubre del año 312.

A comienzos del 313 el emperador publicó el edicto de Milán, por el cual se permitía al cristianismo en el Imperio. Siguiendo el ejemplo de su madre, se convirtió, siendo bautizado por el Papa san Silvestre. Después de trescientos años de persecución, la Iglesia de Cristo se asentaba triunfante en la tierra. La piadosa emperatriz se dedicó por entero a socorrer a los pobres y aliviar las miserias de sus semejantes.

Anciana ya -tenía entonces setenta y siete años- visitó en peregrinación los santos lugares. Subió a la cima del Gólgota; donde se erigía un templo en honor de Venus, hecho construir por el emperador Adriano, y al enterarse de la costumbre judía de enterrar en el lugar de la ejecución de un malhechor los instrumentos que sirvieron para darle muerte, mandó derribar el templo y buscar la cruz donde padeciera el Redentor. Tres cruces fueron halladas. Una antigua tradición relata el modo milagroso como logró identificar la que correspondió a Jesús, mediante la curación de un moribundo.

Santa Elena hizo dividir la cruz en tres partes. Uno de los trozos lo entregó al obispo Macario, para que lo entronizara en la Iglesia de Jerusalén; el segundo lo envió a la Iglesia de Constantinopla y el tercero a Roma, a la basílica que, por tal motivo, se llamó Santa Cruz de Jerusalén. Mandó también construir tres edificios, llamados casas de Dios: uno junto al monte Calvario, otro en la cueva de Belén y un tercero en el monte de los Olivos. La emperatriz permaneció largo tiempo en Palestina, sirviendo al Señor con la oración y las obras de caridad. Cuidaba a los enfermos, libertaba a los cautivos y daba alimentos a los pobres, llevando siempre en su espíritu -como ejemplo- la imagen de la Virgen María.

Tenía ochenta años cuando regresó de su viaje. Falleció poco después, probablemente en Tréveris, hacia el año 328 ó 330. El martirologio romano la conmemora el 18 de agosto.

Algunas de sus reliquias se conservan en Roma, en una capilla dedicada a ella.

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, corazones.org, santopedia.com, aciprensa.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com