domingo, 12 de abril de 2015

Lecturas y Santoral 12-04-15. La Divina Misericordia

Todos pensaban y sentían lo mismo
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 4, 32-35
En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor.
Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Hechos-apostoles-4-necesidad-compartir-repartir-comunidad
Salmo Responsorial. Sal 117, 2-4. 16ab-18. 22-24
custodia-rayos-Divina-Misericordia-231x300Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios,
él nos ilumina.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
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Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Juan 5, 1-6
Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
Pues en esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

Palabra de Dios.
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San-Juan-Evangelista-Jesus
A los ocho días, llegó Jesús
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
- "Paz a vosotros."
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
- "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo."
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
- "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
- "Hemos visto al Señor."
Pero él les contestó:
- "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo."
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
- "Paz a vosotros."
Luego dijo a Tomás:
- "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente."
Contestó Tomás:
- "¡Señor mío y Dios mío!"
Jesús le dijo:
- "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto."
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-15
La Divina Misericordia

Divina Misericordia Faustina Juan Pablo II Jesus Dios

Introducción
Cuando Dios quiere revelar un mensaje a la humanidad, no busca a los más importantes y sabios, sino que se revela a través de los más sencillos y humildes, que saben ser dóciles a sus inspiraciones y gracias. Este es el caso del mensaje de la Divina Misericordia dado a la Santa Hna. María Faustina Kowalska, religiosa polaca, instrumento elegido y probado por el Señor.

Santa Faustina (como es conocida en el mundo entero) pertenecía a la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, conocidas como las "Hermanas Magdalenas" que se dedican a la educación de jóvenes de bajos recursos. Vemos como el Señor empieza a poner las piezas de su "rompecabezas de gracia", en un orden perfecto. Él revela Su Misericordia a una religiosa de la comunidad dedicada a Su Misericordia.
Santa Faustina estuvo en varias casas de su Orden, siempre realizando trabajos muy sencillos y desapercibidos, tales como la cocina, el jardín, la limpieza del convento o atendiendo la puerta. Precisamente es a esta hermana menos notoria a la que el Señor escoge para dar al mundo entero el gran mensaje de su Misericordia que a tantas almas ha tocado y transformado al propagarse por el mundo entero en momentos tan críticos para la humanidad.

La imagen de la Misericordia
El 22 de febrero de 1931, santa Faustina recibió la primera revelación de la Misericordia de Dios, ella lo anota así en su diario: "En la noche cuando estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido de blanco. Una mano estaba levantada en ademán de bendecir y, con la otra mano, se tocaba el vestido, que aparecía un poco abierto en el pecho, brillaban dos rayos largos: uno era rojo y, el otro blanco. Yo me quedé en silencio contemplando al Señor. Mi alma estaba llena de miedo pero también rebosante de felicidad. Después de un rato, Jesús me dijo:
Pinta una imagen Mía, según la visión que ves, con la Inscripción : "¡Jesús, yo confío en Ti!." Yo deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu capilla y después en el mundo entero. Yo prometo que el alma que honrare esta imagen, no perecerá. También le prometo victoria sobre sus enemigos aquí en la tierra, pero especialmente a la hora de su muerte. Yo el Señor la defenderé como a Mi propia Gloria.

Cuando contó esto en confesión, el padre le dijo que seguramente Jesús deseaba pintar esta imagen en su corazón pero ella sentía que Jesús le decía "Mi Imagen ya está en tu corazón. Yo deseo que se establezca una fiesta de la Misericordia y que esta imagen sea venerada por todo el mundo. Esta fiesta será el primer domingo después de Pascua. Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia Mía a los pecadores."

Por orden de su confesor Santa Faustina le preguntó al Señor el significado de los rayos que aparecen en la imagen emanando del corazón y el Señor le respondió:
"Los dos rayos significan Sangre y Agua- el rayo pálido representa el Agua que justifica a las almas; el rayo rojo simboliza la Sangre, que es la vida de las almas-. Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas de Mi misericordia cuando mi corazón agonizado fué abierto por una lanza en la Cruz… Bienaventurado aquel que se refugie en ellos, porque la justa mano de Dios no le seguirá hasta allí".

El Señor manifiesta su Corazón, y el agua y la sangre que de el brotaron como manantial de reconciliación para todos los hombres. Esta revelación es una continuación de la misericordia divina que Jesús nos ofrece en la cruz y que se reveló también a Santa Margarita María.

La Coronilla de la Misericordia
El viernes 13 de septiembre de 1935, el Señor le reveló a santa Faustina un poderoso medio para obtener la misericordia de Dios para el mundo. Ella lo escribe así:
En la noche, cuando estaba en mi celda, vi un Ángel que era el ejecutor de la justicia de Dios. Estaba vestido con una túnica brillante, su cara gloriosamente iluminada y una nube bajo sus pies. En sus manos tenía truenos y relámpagos. Cuando vi las señales de la ira divina, con las cuales cierto país de la tierra sería castigado de una manera particular, imploraba al Ángel, pero noté enseguida que mis plegarias eran impotentes contra la ira de Dios … En el mismo momento vi a la "Santísima Trinidad", que irradiaba Majestad y Santidad incomparables. Al mismo tiempo oí interiormente palabras, con las cuales empecé a implorar fervorosamente por la salvación del mundo. Y ¡Oh milagro! el Ángel era impotente contra esta oración y no podía ejecutar el justo castigo. Las palabras con las que imploraba la misericordia de Dios eran las siguientes: "Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de tu amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo por nuestros pecados y los pecados del mundo entero. Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero."

A la mañana siguiente, cuando entraba en la capilla, escuché estas palabras interiormente: "Cada vez que entres en la capilla, inmediatamente recita la oración que te enseñé ayer". Cuando había recitado la oración, escuché estas palabras dentro de mi alma:
Esta oración sirve para aplacar la ira de Dios. La rezarás por nueve días en tu rosario ordinario de la siguiente manera: al principio rezarás un Padre Nuestro, una Ave María y un Credo. Después rezarás en las cuentas grandes: "Padre Eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo para implorar el perdón de nuestros pecados y de los del mundo entero" En los granos pequeños: "Por Su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero". Al final rezarás tres veces: "Santo Dios, Santo Omnipotente, Santo Inmortal, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero"(474_476).

Esta es la corona que Jesús le pidió a santa Faustina introducir a su comunidad y al mundo entero. En 1936, el Padre Miguel Sopocko hizo imprimir esta corona (en la Editorial Cebolski en Cracovia) en el reverso de la estampa con la imagen de la Divina Misericordia que Eugenio Kasimierwsko pintó.
El Señor ha prometido que las almas que recen esta corona serán abrazadas con Su Misericordia durante su vida y especialmente en la hora de su muerte.

La Verdadera Devoción de la Divina Misericordia
Durante el retiro de octubre de 1936, Jesús le dio a Santa Faustina indicaciones explícitas sobre lo que constituye la verdadera devoción de la Divina Misericordia:
Misericordia. Yo exijo de ti actos de misericordia, que deben realizarse por amor a Mí. Tú debes mostrar misericordia a tu prójimo siempre y en todas partes. No debes acobardarte ante esto o tratar de excusarte o de dispensarte de esto. Te estoy dando tres medios de ejercitar misericordia con tu prójimo: el primero por obra, el segundo de palabra, y el tercero por la oración. En estos tres grados está contenida la totalidad de la misericordia y es una prueba de tu amor por Mí. Por estos medios una alma glorifica y da tributo a Mi Misericordia. Si bien, el Primer Domingo de Pascua, es la Fiesta de la Misericordia, también deben haber otro actos de misericordia, y pido la adoración a Mi Misericordia en la Celebración Solemne de esta festividad y la veneración de esta imagen por medio de la cual yo concederé muchas gracias a las almas. Todo esto como un recordatorio de la urgencia de Mi misericordia, porque aún la fe más fuerte, sin obras no tienen valor".(742)

Las palabras con que Jesús habló a Santa Faustina al comienzo del retiro empezaron a tener efecto. En la Fiesta de Cristo Rey, celebrada el 25 de octubre de 1936, la hermana escribió en su diario: "Durante la Santa Misa, estuve tan envuelta en el fuego interior del amor de Dios y el deseo de salvar almas que no sé como expresarlo. Sentía que estaba en llamas. Yo lucharé contra el mal, con el arma de la misericordia. Me quema el deseo de salvar almas. Me cruzaría todo el largo y el ancho de la tierra y llegaría hasta el último confín, para salvar almas por medio de la oración y sacrificio, deseo que todas las almas glorifiquen la misericordia de Dios"(745).
Santa Faustina comprendió que debía hacerse una víctima pura de amor, reconociendo el camino marcado por las pisadas de Jesús, el camino del sufrimiento, de ser ridiculizada, perseguida y humillada, todo esto debía ser su vida, aceptada por amor a Jesús y a las almas con la única esperanza de que Jesús sería siempre su consuelo y compañero.

Hora de la Gran Misericordia: Las tres de la tarde
El 10 de octubre de 1937, Santa Faustina recibió instrucciones del Señor concerniente a otro elemento principal de la devoción a la Divina Misericordia; esto es, La Hora de Gran Misericordia:
A las tres de la tarde en punto, implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y, aunque sea por un breve momento, sumérgete en Mi pasión, particularmente en Mi abandono al momento de la agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para todo el mundo. Yo te permitiré entrar en Mi dolor mortal. En esta hora, Yo no rehusaré nada al alma que Me pida algo en virtud de Mi pasión. (1320)

La Fiesta de la Misericordia: Domingo después de Pascua de Resurrección. Instituida oficialmente por la Iglesia en el año 2000
El Señor le pide a Santa Faustina, por lo menos 14 veces, que se instituya oficialmente una "Fiesta de la Misericordia" (Diario de Santa Faustina)
Esta Fiesta surge de Mi piedad mas entrañable…Deseo que se celebre con gran solemnidad el primer domingo después de Pascua de Resurrección….Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y abrigo para todas las almas y especialmente para los pobres pecadores. Las entrañas mas profundas de Mi Misericordia se abren ese día. Derramaré un caudaloso océano de gracias sobre aquellas almas que acudan a la fuente de Mi misericordia.


El alma que acuda a la Confesión, y que reciba la Sagrada Comunión, obtendrá la remisión total de sus culpas y del castigo… Que el alma no tema en acercarse a Mi, aunque sus pecados sean como la grana. Toda Comunión recibida con corazón limpio, tiende a restablecer en aquel que la recibe la inocencia inherente al Bautismo, puesto que el Misterio Eucarístico es "fuente de toda gracia".
Nuestro Señor manifestó a Santa Faustina que en la "Fiesta de la Misericordia" se abrían todas las compuertas a través de las cuales fluían las gracias divinas. Gracias de conversión y perdón de los pecados.


¿Por qué el Señor manifiesta su Misericordia?:
Después de haber visto brevemente como el Señor manifestó a Santa Faustina el deseo de su Corazón de que se arraigara en los corazones la devoción a su Divina Misericordia, nos podremos preguntar ¿Por qué? ¿Por qué el Señor en pleno siglo XX, se aparece a esta religiosa y con insistencia le pide que se establezca esta devoción?.
Si pensamos un poco, no es una devoción nueva, ha estado siempre en la Iglesia desde que el Corazón de Dios existe, pero de una forma nueva el Señor presenta su Misericordia, fluyendo y derramándose en forma de dos rayos que no tienen otro fin más que el de la conversión y arrepentimiento del pecado. Aquí está el propósito del Señor.

El Señor, contemplando como la humanidad en el siglo mas avanzado tecnológicamente, se ha alejado de El, y ha caído en las garras del pecado y de la oscuridad, quiso dar a los hombres el remedio para salir de la fosa en la que se ha adentrado.

Jesús se le reveló a Santa Faustina cuando estaba en pleno apogeo la Segunda Guerra Mundial, y muchas almas recibieron gracias de conversión y de fortaleza al venerar la imagen de Jesús Misericordioso, que se propagó rápidamente en toda Polonia, y luego en toda Europa y el mundo.

El hombre necesita a Dios, y Dios en su Amor, sale a su encuentro derramando los rayos de Misericordia, que tanto le costaron, porque el precio fue que su Corazón fuese Traspasado.
El hombre de hoy necesita escuchar que hay esperanza; que Dios en su Misericordia quiere que todos se salven pero la única condición es el cambio de corazón; el reconocer los pecados y con profundo arrepentimiento volver a Dios y alejarse del mal.

"La Humanidad no tendrá paz, hasta que torne con confianza a Mi Misericordia"
La Paz es fruto de la amistad con Dios, los hombres de hoy no tienen paz porque han tornado su corazón lejos de Dios. El Señor le dijo a Santa Faustina que solo tendría paz la humanidad cuando se tornase a su Misericordia; porque solo habrá paz en el corazón del hombre cuando se arrepienta y vuelva a restablecer su amistad con Dios su Señor.

Oremos todos por la conversión de los pecadores, por nuestra propia conversión y la de todos los que viven en pecado mortal. Atraigamos a todos a la "fuente de la Misericordia" el Corazón de Jesús, y sumerjámosles en él, para que sean liberados y sanados del pecado que les separa del Señor y la gracia de Dios se restituya en toda la humanidad.
"Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de Misericordia para nosotros…. En Ti confío".

Más Información: http://www.12apostoles.es/Divina-Misericordia.php


Julio I, papa (+ 352)
Julio I Papa

Se conocen pocos datos de su vida anterior a la elección para Sumo Pontífice el 6 de febrero del 337, muerto el papa Marcos y después de ocho meses de sede vacante. El Liber Pontificalis nos dice que era romano y que su padre se llamaba Rústico.

La primera de las actuaciones que deberá realizar -que le seguirá luego por toda su vida- está directamente relacionada con la lucha contra el arrianismo. Había sido condenada la herejía en el Concilio universal de Nicea, en el 325; pero una definición dogmática no liquida de modo automático un problema, cuando las personas implicadas están vivas, se aferran a sus esquemas y están preñadas de otros intereses menos confesables.

A la muerte del emperador Constantino, por decreto, pueden regresar a sus respectivas diócesis los obispos que estaban en el destierro. Es el caso de Atanasio que vuelve a su legítima sede de Alejandría con el gozo de los eclesiásticos y del pueblo. Pero los arrianos habían elegido para obispo de esa sede a Pisto y comienzan las intrigas y el conflicto. El Papa Julio recibe la información de las dos partes y decide el fin del pleito a favor de Atanasio.

Eusebio de Nicomedia, Patriarca proarriano con sede en Constantinopla, envía una embajada a Roma solicitando del papa la convocatoria de un sínodo. Por su parte, Atanasio -recuperadas ya sus facultades de gobierno- ha reunido un importante sínodo y manda al papa las actas que condenan decididamente el arrianismo y una más explícita profesión de fe católica.

Julio I, informado por ambas partes, convoca el sínodo pedido por los arrianos. Pero estos no envían representantes y siguen cometiendo tropelías.

Muere Eusebio y le sucede Acacio en la línea del arrianismo. Otro sínodo arriano vuelve a deponer a Atanasio y nombra a Gregorio de Capadocia para Alejandría.

El papa recoge en Roma a los nuevamente perseguidos y depuestos obispos con Atanasio a la cabeza. Como los representantes arrianos siguen sin comparecer, Julio I envía pacientemente a los presbíteros Elpidio y Filoxeno con un resultado nulo en la gestión porque los arrianos siguen rechazando la cita que pidieron.

En el año 341 se lleva a cabo la convocatoria del sínodo al que no quieren asistir los arrianos por más que fueron ellos los que lo solicitaron; ahora son considerados por el papa como rebeldes. En esta reunión de obispos se declara solemnemente la inocencia de Atanasio; el papa manda una encíclica a los obispos de Oriente comunicando el resultado y añade paternalmente algunas amonestaciones, al tiempo que mantiene con claridad la primacía y autoridad de la Sede Romana.

Los arrianos se muestran rebeldes y revueltos; en el mismo año 341 reúnen otro sínodo en Antioquía que reitera la condena a Atanasio y en el que se manifiestan antinicenos.

Estando así las cosas, el papa Julio I decide convocar un concilio más universal. En este momento se da la posibilidad de contar con la ayuda de Constancio y Constante -hijos de Constantino y ahora emperadores- que se muestran propicios a apoyar las decisiones del encuentro de obispos arrianos y católicos. El lugar designado es Sárdica; el año, el 343; el presidente, el español -consejero del emperador- Osio, obispo de Córdoba. El papa envía también por su parte legados que le representen.

Pero se complican las cosas. Los obispos orientales arrianos llegan antes y comienzan por su cuenta renovando la exclusión de Atanasio y demás obispos orientales católicos. Luego, cuando llegan los legados que dan legitimidad al congreso, se niegan a tomar parte en ninguna deliberación, apartándose del Concilio de Sárdica, reuniendo otro sínodo en Philipópolis, haciendo allí otra nueva profesión de fe y renovando la condenación de Atanasio. El bloque compacto de obispos occidentales sigue reunido con Osio y los legados. Celebran el verdadero Concilio que declara la inocencia de Atanasio, lo repone en su cargo, hace profesión de fe católica y excomulga a los intrusos rebeldes arrianos. Como conclusión, se ha mantenido la firmeza de la fe de Nicea, reforzándose así la ortodoxia católica.

Aún pudo Julio I recibir una vez más en Roma al tan perseguido campeón de la fe y ortodoxia católica que fue Atanasio, cuando va a agradecer al primero de todos los obispos del orbe su apoyo en la verdad, antes de volver a Alejandría.

Julio I escribirá otra carta más a los obispos orientales y de Egipto.

En los 15 años de papado, sobresale su gobierno leal no exento de muchas preocupaciones y desvelos por defender la verdad católica. La lealtad a la fe y la búsqueda de la justicia en el esclarecimiento de los hechos fueron sus ejes en toda la controversia posnicena contra el arrianismo. Su paciente gobierno contribuyó a la clarificación de la ortodoxia fortaleciendo la primacía y autoridad de la Sede Romana.

San Sabas el Godo + 372



Una carta sobre su martirio escrita muy poco después de su muerte fecha con notable exactitud los sucesos, que debieron de tener por escenario las tierras del norte del Danubio, posiblemente Tirgoviste, en la actual Rumania.

Sabas, al parecer lector en la iglesia, no debía de ser considerado como una lumbrera, y es significativo que de él se nos diga que "no era elocuente en las palabras"; cantaba y decía los oficios del culto divino, pero su elocuencia para incitar a todos a vivir bien residía mucho más en el ejemplo que en la voz.

En el curso de una persecución fue prendido y soltado al poco tiempo por juzgársele persona insignificante; no valía la pena ensañarse con un infeliz como él, quizá de cortas luces o de muy escasa instrucción, en cualquier caso un don nadie en la comunidad cristiana de aquella turbulenta Gotlandia.

Prendido por segunda vez, "le llevaron desnudo por lugares ásperos y espinosos, dándole muchos palos y azotes", y al ver que su actitud era de mansedumbre y de alegría, una fe tan elocuente exasperó a sus verdugos, que le torturaron hasta dejarle por muerto. Una piadosa mujer le desató de noche y le llevó a su casa, pero volvió a caer en manos de sus perseguidores.

Entonces se le exigió que comiese manjares sacrificados a los ídolos, dando así un testimonio público de apostasía. Es improbable, como sugiere algún hagiógrafo, que en esta ocasión se le desatara la lengua, no era hombre de grandes discursos. Tal vez sólo dijo no, o hizo un gesto negativo con la cabeza, aceptando el martirio. Se le ató a un tronco y murió ahogado en el río Buzau.

Santa Catalina de Ricci, Virgen

Catalina de Ricci
El 23 de abril de 1522 nacía en Florencia, Toscana-Italia, la futura santa Catalina aunque al ser bautizada le fue impuesto el nombre de Alejandra. Sus padres, que se llamaban Francisco y Catalina, eran buenos cristianos y pertenecientes más bien a la aristocracia de la ciudad. Poco después de nacer Alejandra, murió su madre y su padre contrajo segundas nupcias. Cuando tenía diez años fue internada por su padre en el Monasterio de Monticelli donde estaba de religiosa su tía Luisa Ricci. Muy pronto quedaron profundamente admiradas las religiosas al descubrir las muchas y profundas virtudes que adornaban su alma.

A los trece años volvió a la casa paterna siguiendo casi la misma vida que llevara en el internado, pero al poco tiempo y con la aprobación paterna, ingresó al Convento de San Vicente de Prato y vistió el hábito de la Orden dominicana y al año siguiente emitió los votos religiosos con gran gozo de su alma y de todas las religiosas ya que todas sabían apreciar el gran regalo que les había hecho la Divina Providencia al enviarles esta perla de criatura.

Al poco tiempo de profesar sus votos, la santa enfermó gravemente, al punto de que su vida corría peligro. Los tormentos que azotaron su cuerpo por causa de la enfermedad, los ofrecía y soportaba con paciencia y humildad, y sobre todo meditando en la Pasión y Muerte de Jesucristo.

Recibió muchos dones y regalos del cielo: Revelaciones, gracias de profecía y milagros. Luces especiales en los más delicados asuntos de los que ella nada sabía. Por ello acudieron a consultarla Papas, cardenales y grandes de la tierra igual que personas sencillas y humildes. A todos atendía con gran bondad y humildad ya que se veía anonada por sus miserias y se sentía la más pecadora de los mortales. El 2 de febrero de 1590 expiró en el Señor.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 11 de abril de 2015

Sábado de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 11-04-15

No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar:
- "¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre."
Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron:
-"¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído."
Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Hechos-4,13-Pedro-Juan-Sanedrin-escribas-ancianos
Salmo Responsorial. Salmo 117,1 y 14-15.16-18.19-21
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos.

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
La diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
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Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 16, 9-15
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo:
- "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación."

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-32
San Estanislao de Cracovia
San Estanislao obispo de Cracovia y martir

Nació en Szczepanowski (Cracovia, Polonia) hacia el año 1030. Hizo sus estudios en París y fue ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia, Lamberto, a quien sucedió el año 1071, después de haber ejercido el ministerio como canónigo y predicador.

Fue un buen pastor al frente de su diócesis, ayudó a los pobres y oprimidos y cuidó la formación de sus clérigos, a los que visitaba todos los años. Defendió con entereza la libertad de la Iglesia, la civilización y las costumbres cristianas frente a las injusticias de su tiempo. El 11 de abril de 1097, mientras celebraba la eucaristía, fue asesinado por el rey Boleslao, a quien había increpado por su mala conducta.

Fue canonizado en Asís el año 1523 por Inocencio IV.

Oración: Señor, tú has otorgado a san Estanislao, tu obispo, la gracia de sucumbir en aras de tu gloria bajo la espada de los perseguidores; concédenos, por su intercesión, perseverar con firmeza en la fe, hasta la muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Santa Gema Galgani

Santa Gema Galgani


Santa Gemma nació el 12 de marzo de 1878 en el pueblo de Borgonovo
de Capannori, Italia. Tuvo como padre a Enrique Galgani y Aurelia Landi,
quienes tuvieron 8 hijos –Carlos, Guido, Héctor, Gino, Antonio,
Angelina y Julita–. De ellos, Gemma fue la cuarta en nacer y la
primera niña de la familia.

Al día siguiente, Gemma fue bautizada por el Padre Pedro Quilici,
Párroco de San Miguel, bajo los nombres de Gemma Hipólita
Pía. Luego de un mes, toda la familia se mudó a Lucca,
donde vivió el resto de su vida.

Desde muy niña Gemma mostró signos de santidad. Cuando tenía
cuatro años, estaba de visita en la casa de su abuelita, cuando
un día, ésta al entrar en su cuarto, la encontró
de rodillas frente a una imagen de la Virgen. La abuela corrió
a llamar al tío, quien la contempló por largos minutos;
luego le dijo: "¡Gemmita! ¿Que estas haciendo?. La
niña, sin inmutarse, contestó: "Estoy rezando el
Ave María. Salid que estoy en oración". Desde esta
tierna edad, la oración era ya para ella el sostén de
su vida y de sus virtudes.

Nos podríamos preguntar: ¿Quién enseñó
a Gemma a amar a Jesús y a María?. Su primera y gran maestra
en la escuela del amor a Jesús fue su madre, Doña Aurelia,
quien inculcó en el corazón de su hija lo que sería
el distintivo especial de toda su vida: Su amor a Cristo Crucificado,
del que llegaría a ser como imagen viva, y a la Santísima
Virgen, que hizo su santidad tan dulce y atrayente.

Al hablar sobre su infancia, Santa Gemma señaló: "De
lo primero que me acuerdo es que mi mamá, cuando yo era pequeñita,
acostumbraba a tomarme a menudo en brazos y, llorando... me enseñaba
un crucifijo y me decía que había muerto en la Cruz por
los hombres".

Había también, entre ellas, diálogos como este: "Hija mía
–me decía mamá– yo moriré pronto y tendré
que dejarte. Si pudiera te llevaría conmigo. ¿Te gustaría
venir?".

—"¿Y a dónde vamos?", le preguntaba yo.

—"Al Paraíso con Jesús y con los ángeles."

A los siete años de edad, el 26 de Marzo de 1885, Gemma recibió
la Confirmación por medio de Mons. Nicolás Ghilardi, Arzobispo
de Lucca. Durante la Ceremonia se desarrolló entre el Espíritu
Santo y Gemma este diálogo:

—De repente, una voz me dijo al corazón: -"¿Quieres darme
a tu mamá?"

—"Sí",
respondí, "pero llévame también a mí".


—"No",
me replicó la voz, "dame generosamente a tu mamá.
Tu debes quedar por ahora con papá. Llevaré a tu mamá
al cielo, ¿sabes?, ¿me la entregas de buena gana?".


—Tuve que decir
que sí. Acabada la misa fui corriendo a casa. ¡Dios mío!
Miraba a mamá y lloraba, no podía contenerme.

Mi madre Santa María

Al morir su mamá, Gemma indicó: "Al perder a mi madre
terrena me entregué a la Madre del cielo. Postrada ante su imagen,
le dije: "¡María!, ya no tengo madre en la tierra;
se tú desde el cielo mi Madre". Y también expresó:
"¡Oh, cuántas veces –dice la santa– depositando
en mi Mamá del cielo las angustias y penalidades de mi corazón
afligido, ella me consolaba! Sí; yo recuerdo que hallándome
en las mayores angustias, huérfana de madre en la tierra, me
tendió cariñosamente los brazos la Madre del cielo".


Primera Comunión

Para Santa Gemma, la Eucaristía era el centro de su vida. Este deseo
de recibir a Jesús en la Sagrada Hostia iba en aumento mientras
pasaban los años. Si bien era cierto que ya estaba Confirmada,
no podía recibir la Primera Comunión ya que no tenía
la edad requerida en ese momento para recibir el Sacramento. Santa Gemma
tenía 9 años.

Fue su confesor, el Obispo de Lucca, Monseñor Volpi, quien conociendo
el anhelo tan grande de su corazón, le dijo a su padre que si
no le daba el permiso para recibir la Comunión, Gemma moriría
de dolor.

Fue así que Don Enrique dio el permiso para que las religiosas del
Colegio de Santa Zita, donde Gemma asistía, la preparasen para
recibir este Sacramento. Inmediatamente comenzó un retiro de
15 días con las demás niñas del colegio. Dice Santa
Gemma: "Apenas me vi en el convento rebosaba de felicidad. Corrí
a la capilla a dar gracias a Jesús y le pedí con gran
fervor la gracia de prepararme bien para la primera comunión".


Hizo confesión general tres veces sucesivas con Monseñor Volpi,
quien sería su confesor ordinario.

Llegó, por fin, el día tan anhelado, 17 de Junio 1887, fiesta del Sagrado
Corazón. Las vivencias de Santa Gemma solo ella las puede explicar:
"me siento incapaz de describir la experiencia de aquel encuentro.
En ese momento comprendí que las delicias del cielo no son como
las de la tierra. Hubiera anhelado no interrumpir nunca aquella unión
con mi Dios. Me sentía cada vez más desprendida del mundo
y más dispuesta para la unión con el Señor. Aquella
misma mañana Jesús despertó en mi un gran deseo
de ser religiosa".

A raíz de la primera comunión se afianza la vocación
de Gemma. Ella misma lo afirma: "sentía desarrollarse en
mí un ardiente anhelo de padecer y de ayudar a Jesús a
sobrellevar la Cruz".

Más adelante, fallece su papá, situación dolorosa que produce
la separación de los hermanos. Héctor emigra al Brasil,
donde muere. Guido abandona la práctica religiosa e interrumpe
sus estudios de farmacia en Pisa, que más tarde concluye. Julia
y Angelina se quedan con las tías Elena y Elisa. Gemma y Antonio
se refugian en Camaiore con los tíos Carolina Galgani y Domingo
Lencioni.

Gemma poco a poco se fue alejando del Señor, aunque Él nunca
la dejo de proteger y librar de pecados graves. Esta crisis se da hasta
cuando tenía 20 años, en este momento Jesús permite
una enfermedad grave para que Gemma retorne a Él con todo su
corazón y nunca más se distraiga con las cosas del mundo.
Ella cuenta: "De repente comencé a andar jorobada y a sentir
dolores de riñón. Resistí durante algún
tiempo, pero como la cosa iba peor, pedí permiso a la tía
para regresar a Lucca".

Al continuar el dolor, el médico la atendió y diagnóstico
osteítis en las vértebras lumbares con sucesivo absceso
frío en los inguinales. Se quedó paralítica de
ambas piernas. El 28 de Enero de 1899 le sobreviene un dolor insoportable
en la cabeza, fruto de una otitis media purulenta aguda con participación
del mastoide. Los médicos, viendo que los remedios no producían
mejoría y que la enfermedad avanzaba, la desahuciaron; solo por
cumplimiento acuden de cuando en cuando a verla.

El 8 de Diciembre, Fiesta de la Inmaculada, Santa Gemma, indicó:
"le dije a Jesús que no rezaría más si no
me curaba. Y le pregunté qué pretendía teniéndome
así. El ángel de la guarda me respondió: -Si Jesús
te aflige en el cuerpo es para purificarte cada vez más en el
espíritu".

San Gabriel de la Dolorosa
Su antigua profesora, sor Julia Sestini, le contó la biografía
de un joven pasionista, llamado Gabriel de la Dolorosa. Una señora
piadosa, Cecilia Giannini, acudió a practicar una obra de misericordia
con Gemma; un día la visitó, y para que se distrajera
le prestó la biografía de Gabriel de la Dolorosa, escrita
por un desconocido P. Germán de San Estanislao, C.P. ¡Cómo
son las cosas del Señor! Estas dos personas serían para
Santa Gemma, en los últimos años de su vida dos grandes
regalos de Dios. Doña Cecilia sería la que cuidaría
de ella, y estaría al tanto de sus éxtasis y experiencias
místicas y el P. Germán sería el director espiritual
que el mismo Señor le enviaría para que guiara su alma
y para confirmar luego la autenticidad de su vida.

Dice Santa Gemma: "Tomé el libro con desprecio y lo puse debajo
de la almohada... Un día estaba sola. Serían como las
doce. Me sobrevino una fuerte tentación, y me decía para
mí que estaba aburrida de todo. El demonio se valió de
esto para tentarme, diciéndome que si le hacía caso me
curaría. Estuve a punto de sucumbir. Pero de repente me vino
una idea; recurrí al Venerable Gabriel y le dije: Primero el
alma, después el cuerpo".

Superada esta tentación, comenzó a leer el libro de la vida del
Venerable Gabriel y queda maravillada. No se cansa de admirar sus virtudes.
Cuando doña Cecilia volvió para recoger su libro le costó
mucho a Gemma devolvérselo. Aquella misma noche, "se me
apareció (Gabriel) vestido de blanco. No lo reconocí....
se quitó la túnica blanca y se apareció vestido
de pasionista."

Me dijo: "Ya ves qué agradable ha sido tu sacrificio. He venido
yo mismo a verte. Procura ser buena y volveré."

En otra ocasión se le apareció de nuevo el Ven. Gabriel y
esta vez le dijo que hiciese un voto de hacerse religiosa, pero que
no añadiera nada más.

"¿Y por qué?", le pregunté.
"Me sonrió y me miró. Me puso el escudo pasionista y repitió:
'Hermana mía...', y desapareció."

La curación
Su salud empeoraba, y le sugirieron que le pidiera a la Beata Margarita
María por el milagro de su sanación. Ella inició
la novena al Sagrado Corazón varias veces pero su debilidad no
le permitía continuarla. El día 23 de Febrero 1899, recomienza
en serio la novena, y en la noche del día 1 al 2 de Marzo ocurre
esto: Faltando algunos minutos para la media noche, Gemma escuchó
el rozar de las cuentas de un rosario y sintió una mano que se
le posó en la frente, la voz que escuchaba rezar le preguntó:


—¿Quieres curarte?.

—"Todo me da igual", le respondí.

—Te curarás.
Ruega con fervor al Sagrado Corazón...

—"¿Y a la Beata Margarita?", pregunté.

—"Añade en su honor tres veces el 'Gloria'". (La Beata Margarita es hoy
Santa Margarita María)

"En el penúltimo día de la Novena quería recibir la
Comunión, ya que terminaba en Primer Viernes del mes de marzo.
Comulgué muy temprano. ¡Que momentos tan deliciosos pasé
con Jesús! El me repetía: '¿Quieres curarte?'.
No pude contestar por la emoción. ¡Pobre Jesús!
La gracia había sido concedida. ¡Estaba curada!".


Al amanecer del 2 de marzo se levantó con sus propios pies y toda
la familia al verla lloraba de alegría ante aquel milagro de
Dios. Este milagro es la antesala de otras grandes gracias que Santa
Gema recibiría durante su vida. Su amor por Cristo crucificado
y su anhelo de ser solo para Jesús la llevarían a cada
vez más a ofrecerse al Señor como víctima de amor.


Los estigmas

El 8 de Junio 1899, Víspera de la Fiesta del Sagrado Corazón,
luego de haber sido rechazada en varias comunidades religiosas a causa
de su frágil salud, Jesús la eleva en este día
a la categoría de "Víctima". Al respecto, Santa
Gema cuenta: "Después de la Comunión, Jesús
me avisó de que por la tarde me haría una gracia grandísima.
Se lo dije a Monseñor Volpi, y este me dijo que estuviese atenta
y que se lo contara luego. Llegó la tarde. De repente me asaltó
un fuerte dolor de mis pecados. Después me sentí recogida...
Al recogimiento sucedió la pérdida de los sentidos y me
hallé en presencia de mi Madre Celestial y del angel de la guarda,
que me mandó hacer un acto de contrición. Después
mi Madre me dijo: "Hijita, en nombre de Jesús te sean perdonados
tus pecados. Mi Hijo te ama mucho y quiere hacerte una gracia muy grande.
Sabrás hacerte digna de ella... Yo seré tu Madre. Sabrás
mostrarte verdadera hija". Me cubrió con su manto, y en
ese instante apareció Jesús. De sus llagas no salía
sangre sino llamas de fuego, que vinieron a cerbarse en mis manos, pies
y costado. Creía morir y habría caído al suelo
si mi Madre no me hubiera sostenido. Permanecí así varias
horas. Después mi Madre me besó en la frente, desapareció
y me hallé de rodillas. Seguía sintiendo un dolor fuerte
en las manos, pies y costado. Me levanté para acostarme, pero
noté que de estas partes manaba sangre..."

Santa Gema, la víctima de Jesús, comienza a "suplir en
su carne lo que le falta a la Pasión de Cristo". Este hermoso
regalo se repetirá en las tardes del jueves al viernes, todas
las semanas. Para disimular las llagas usa guantes.

Su Confesor

Conversando con la señora Cecilia Gianni, Gema oye hablar del P. Germán
de San Estanislao, le pide a Jesús que se lo muestre y el Señor
lo hace en un éxtasis y le dice que este es el sacerdote que
guiará su alma. Efectivamente el P. Germán se convierte
en el confesor y director extraordinario de Gema, quien es testigo de
las obras de Dios en su alma.

Muchos fenómenos relacionados con la Pasión se dieron en la vida
de Santa Gema; además de las estigmas, tuvo sudor y lágrimas
de sangre. Se la vio padeciendo la flagelación. Recibió
un regalo que apreció con todo su corazón. Su ángel
de la guarda un día le mostró dos coronas y le pidió
que escogiese la que ella quisiera, y ella escogió "la de
Jesús".

Su Ángel de la Guarda

Santa Gema tenía una relación muy particular con su ángel
de la guarda, que siempre le acompañaba y le protegía,
e incluso muchas veces le servía de "cartero", llevando
sus cartas al P. Germán. Se asegura que también tenía
el don de leer los corazones y que en varias ocasiones le dijo a varios
religiosos que abandonarían la religión, cosa que sucedió
mas tarde, confirmando este don de su corazón.

Hay una anécdota muy preciosa que le sucedió a Santa Gema
en la casa Giannini. En el comedor de la casa hay un crucifijo grande
al que toda la familia tenía gran devoción. También
Gema en muchas ocasiones le hacía pequeñas "visitas",
orando frente el. Un día, al tiempo que Gema preparaba la mesa,
alzó los ojos hacia su Jesús y le dijo que tenía
hambre y sed de Él. Siente ansias de dar un beso a la imagen,
pero no alcanza porque estaba alta. Jesús le sale al encuentro.
Desprendiendo un brazo de la cruz, la atrae, la abraza muy estrechamente,
permitiéndole apagar su sed en la fuente viva de su costado abierto.


El combate contra el enemigo
Jesús dijo cierto día a Gema: "Prepárate, pues el demonio
será quien dé la última mano a la obra que en ti
deseo ejecutar". Y estas palabras del Señor se cumplieron
al pie de la letra. El demonio detestaba a Gema; le daba golpes, la
tentaba contra la pureza con pensamientos e imágenes sugestivas
y grotescas; trataba de impedir que comulgase e incluso llegó
a aparecérsele bajo la apariencia del mismo Jesús.

Por todos los medios trataba de privarla de dirección espiritual,
insinuándole cosas malas acerca de sus confesores, o haciéndose
pasar por ellos. Era una guerra constante y continua que duró
hasta su misma muerte. Era de esperar esta guerra de parte del demonio
ya que serían muchas las almas que se beneficiarían de
los sufrimientos y oraciones de Santa Gema, y mas aún, ella solo
quería conformarse con la voluntad de Dios para su vida. Esto
hacía que el demonio se revolcara de rabia, porque no podía
vencerla.

Tanta era la rabia que sentía hacia la pureza de Santa Gema que un
día la tentó visiblemente, de tal modo que, no pudiendo
huir de él, hizo la señal de la Cruz y se arrojó
en un pozo de agua helada en el jardín. Su ángel la sacó
y la felicitó por su gran amor a la pureza, por su valentía
y por su triunfo.

En otra ocasión, cuando la santa, por orden del P. Germán,
escribía su vida: "dándose cuenta el demonio del
fruto que podía hacer (el libro de su vida), se lo robó
gritando: '¡Guerra, guerra a tu Padre!, tu escrito está
en mis manos'; y se relamía y se revolcaba en el suelo de la
satisfacción."

El P. Germán, enterado por una carta de Gema, se fue al sepulcro
de San Gabriel de la Dolorosa y allí, leyó los exorcismos,
ordenando al demonio que volviese el manuscrito a su lugar. El demonio
lo devolvió todo chamuscado, aunque perfectamente legible, como
se conserva todavía hoy en el Convento de los Pasionistas de
Roma, produciendo honda impresión en cuantos lo ven.

Escribe la santa: "El demonio me hace sufrir mucho, pero siempre terminan
por vencerle Jesús y María, o bien el Ángel o San
Pablo de la Cruz o el hermano Gabriel; siempre son estos tres."


"¡Si viera cómo escapa tan luego como se presenta alguno de ellos!.."


Más adelante, al despedirse por última vez del Padre Germán,
el demonio no reconoció límites su bestialidad durante
siete largos meses. Perturbaba su imaginación con horribles fantasmas
con el fin de producirle estados de ansiedad, tristeza, amargura y temor,
que la indujeran a la desesperación. Le decía muchas veces:
"Ahí tienes lo que has conseguido con tus fatigas en el
servicio de Dios"; y le presentaba tales figuras contra la pureza,
que escribió al P. Germán: "Padre mío, pídale
a Jesús que me cambie esta cruz por cualquier otra. Haga desde
ahí los exorcismos para que este perverso se vaya, o mande a
su ángel para que lo ahuyente".

Viendo que con tentaciones no podía vencerla, empezó a maltratarla
con los golpes más brutales y en forma de bestias feroces, que
amenazaban despedazarla. Dirigiéndose entonces a María
Santísima, le decía: "Madre mía; me encuentro
bajo el poder del demonio que quiere arrancarme de las manos de Jesús.
Ruéguele por mí. ¡Viva Jesús!".

Jesús y María, complacidos al ver como luchaba, le enviaban a San Pablo
de la Cruz o a San Gabriel para animarla. El mismo Jesús le dijo:
"Hija mía; humíllate bajo mi mano poderosa y lucha,
que tu lucha te conducirá a la victoria".

Entrega su vida por un pecador
Le escribía al P. Germán: "Usted siempre me recomienda
paz. Gracias a Dios la tengo siempre, aunque a veces en lo exterior
parezca seria. Y tendré mayor aún, cuando se convierta
mi pecador".

Este pecador al que se refiere la santa, era un sacerdote que había
dejado el sacerdocio hacía ya doce años y daba mucho escándalo
con su vida, haciendo que muchos se perdieran. Santa Gema viendo que
los sacrificios que ofrecía no eran suficientes, pidió
permiso a su director, para ofrecerle al Señor la mitad de su
vida por su conversión; el padre dijo que sí y Jesús
aceptó el intercambio.

Este sacerdote se convertiría dos días antes de Gema morir,
dándole a ella un gran consuelo, exactamente en el plazo que
ella había ofrecido al Señor. (Pasados los doce años
que aquel sacerdote andaba descarriado; doce años y medio es
la mitad de la vida de Santa Gema quien morirá en sus 25 años).


El tránsito hacia el Padre Celestial

Gema había pedido a Jesús morir crucificada con Él,
y crucificada moriría. Como a las diez de la mañana doña
Cecilia pensaba retirarse un poco y Gema le dijo: "No me dejes,
mamá, mientras no esté clavada en la cruz, pues Jesús
me ha dicho que tengo que morir crucificada como Él". Momentos
después entró en éxtasis profundo, extendió
un poco sus brazos y, en esta posición permaneció hasta
mediodía. Su semblante era mezcla de amor y dolor, de calma y
desolación... ¡Agonizaba, como Jesús en la Cruz!
Los presentes la contemplaban atónitos. Era
Viernes Santo, 10 de Abril de 1903.

A las ocho de la mañana del sábado, se le administró
la Extremaunción (hoy día se le llama Unción de
los Enfermos), a cuyo rito sagrado contestó con pleno conocimiento.
A doña Cecilia que le habló del P. Germán le dijo:
"Ya he ofrecido a Dios el sacrificio de todo y de todos, para prepararme
a morir".

Tomó entonces el crucifijo en las manos y exclamó: "¡Jesús!...
¡En tus manos encomiendo mi pobre alma!"; y volviéndose
a la imagen de María, añadió: "¡Mamá
mía!, recomienda a Jesús mi pobre alma... Dile que tenga
misericordia de mí".

De repente toda señal de agonía desapareció, y una
sonrisa de cielo se dibujó en sus labios. Dos lágrimas
corrieron de sus ojos. El párroco, que estaba presente exclamó:
"Jamás he presenciado muerte semejante". Y él
mismo puso sobre el pecho de Gema el escudo pasionista que llevó
al sepulcro.

Muere Santa Gema a la 1:45 p.m. del Sábado Santo, 11 de Abril de 1903.

La profecía de Santa Gema se cumplió. Los pasionistas la
rechazaron en vida, pero después de su muerte la tomaron para
sí. El Señor que había acrisolado su corazón
con el sufrimiento, también había pedido de ella el sacrificio
de no entrar en ninguna orden religiosa y ella lo aceptó y lo
ofreció al Señor, como todo lo demás.

Era necesaria una prueba irrefutable que revelara las intimidades del corazón
de aquella criatura que había amado ardientemente a Jesús.

La prueba se tuvo cuando al fin, y Dios sabe con qué sacrificios,
llegó el P. Germán a Lucca.

Ya habían pasado 14 días de la muerte de Santa Gema. El Padre
anhelaba volver a ver aquel rostro lleno de dulzura. Pero quería
sobre todo verificar los misterios de aquel corazón virginal
cuyos secretos en vida nadie mejor que él había profundizado...
"El 24 de Abril se procedió a exhumarlo. Se abrió
el cuerpo y se extrajo el corazón, que apareció fresco,
lozano, flexible, rubicundo, humedecido de sangre, igual que si estuviera
vivo. Los especialistas que practicaban la autopsia quedaron maravillados.
Estaba bastante achatado y dilatado por ambos lados, apareciendo como
más ancho que alto. Al abrirlo fluyó enseguida la sangre,
bañando el mármol donde se realizaba la intervención".
Aquella que en muchas ocasiones le había pedido al Señor
que le ensanchara el corazón para poder amarlo más, recibió
esta gracia que tanto pedía. Su corazón se conserva en
el convento Pasionista de Madrid.

El proceso para la canonización se abrió el 3 de Octubre
de 1907, cuatro años después de su muerte; el Papa Benedicto
XV dispensó el proceso de "fama de santidad", porque
era conocida ya en todo el mundo.

Gema fue Beatificada el 14 de Mayo de 1933, Año Santo del XIX Centenario
de la Redención; la Beatificó el Papa Pío XI.

Gema fue Canonizada el 2 de Mayo de 1940 (día de la Ascensión
del Señor), por el Papa Pío XII, que dijo: "Santa
Gema será la piedra preciosa de nuestro Pontificado".

Los grandes amores de Santa Gema, durante toda su vida fueron Jesús
Crucificado, la Virgen María, la Eucaristía y la sed de
conversión de las almas. Para ellos vivió toda su vida
y por ellos murió como víctima de amor.



¡Santa Gemma Galgani, ruega por nosotros!.

Oración compuesta por Santa Gemma


Aquí me tenéis postrada a vuestros Pies Santísimos,
mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante
mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan contínuos favores
como me habéis otorgado y que todavía queréis concederme.

Cuántas veces os he invocado, ¡oh Jesús!,
me habéis dejado siempre satisfecha;
he recurrido a menudo a vos,
y siempre me habéis consolado .

¿Cómo podré expresaros mis sentimientos amado Jesús?
Os doy gracias ... pero otra gracia quiero de Vos.
¡Oh, Dios mío! , si es de vuestro agrado ...
(Aquí se manifiesta la gracia que se desea conseguir).
Si no fuérais Todopoderoso no os haría esta súplica.

¡Oh Jesús!, tened piedad de mí.
Hagase en todo vuestra santísima Voluntad.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria .

(Con licencia eclesiástica)

Santa Gema Galganihttp://www.corazones.org/santos/gema_galgani.htm

http://webcatolicodejavier.org/SantaGema.html

http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura565.htm

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 10 de abril de 2015

Viernes de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 10-04-15

Ningún otro puede salvar
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y lo saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Le echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron:
- "¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?"
Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió:
- "Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

San Pedro predicando Hechos de los apostoles Pentecostes
Salmo Responsorial. Salmo 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: - "Me voy a pescar."
Ellos contestan: - "Vamos también nosotros contigo."
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.
Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: - "Muchachos, ¿tenéis pescado?"
Ellos contestaron: - "No."
Él les dice:- "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis."
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
- "Es el Señor."
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: - "Traed de los peces que acabáis de coger."
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: - "Vamos, almorzad."
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Resurreccion-resucitado-cuerpo-lago-cristo-glorioso-Jesus-06
Ezequiel, profeta (s. VII a. C.)
Ezequiel

Cuando vive, ya se ha terminado el imperio asirio con la caída de Nínive; ahora los poderosos son los caldeos, con Nabucodonosor.

Es una época dificultosa para el pueblo de Israel. En Jerusalén reina Joaquín, hijo del piadoso rey Josías, que murió en la batalla de Megiddo (609 a. C.). En un primer momento, Joaquín intenta halagar al coloso babilónico, pero termina uniéndose en coalición con pequeñas potencias contra Nabucodonosor. Jeremías ya dio la voz de alerta, sugiriendo la sumisión, pero el orgullo de los elegidos la hizo imposible. En 598, los babilonios ponen cerco a Jerusalén y capitula Judá. Su precio es la deportación de gran parte de la población, entre ellos el rey Jeconías, hijo de Joaquín, que murió durante el asedio. Con los deportados va también el joven Ezequiel que será el profeta del exilio.

Dos etapas enmarcan su acción profética.

La primera es antes de la destrucción de Jerusalén por los caldeos (598 a. C.). Aquí el hombre de Dios se encuentra con un pueblo ranciamente orgulloso y lleno de falso optimismo, fruto de la presunción. "¿Cómo va Dios a abandonarnos? ¡Están las Promesas! Es imposible una catástrofe total". Así razonaban ante los requerimientos del profeta. Es verdad que siglo y medio antes había permitido Dios la desaparición de Samaría, el Reino del Norte; pero Jerusalén es otra cosa; Yahwéh habita en ella. Pensaban que pasaría como en tiempos de Senaquerib, un siglo antes, cuando tuvo que abandonar el asedio por una intervención milagrosa; ahora Dios repetiría el prodigio. Ezequiel no piensa como ellos. Afirma y predica que Jerusalén será destruida con el Templo. Dice a todos que ha llegado la hora del castigo divino para el pueblo israelita pecador; solo queda aceptar con compunción y humildad los designios punitivos de Yahwéh. A esta altura, el profeta tiene una misión ingrata porque es un agorero de males futuros y próximos. Para la gente sencilla y las autoridades pasa por ser considerado como un judío despreciable que no tiene categoría para comprender los altos designios del Pueblo; es un derrotista ciego de pesimismo.

La segunda fase de su profecía se desarrolla una vez consumada la catástrofe. Ahora ha de levantar los ánimos oprimidos; debe dar esperanzas luminosas sobre un porvenir mejor. Creían sus compatriotas deportados que Dios se había excedido en el castigo, o que les había hecho cargar con los pecados de los antepasados. "¡Nuestros padres comieron las agraces y nosotros sufrimos la dentera!", es el grito unánime de protesta. Ezequiel se preocupará de hacerles ver que Dios ha sido justo y que el castigo no tiene otra finalidad que la de purificarlos antes de pasar a una nueva etapa gloriosa nacional.

Y esto lo hace Ezequiel empleando un estilo que no tiene nada que ver con el de los profetas preexílicos Amós, Oseas, Isaías y Jeremías; no goza de su sencillez y frescor. Ezequiel pertenece a la clase sacerdotal, está cabalgando entre dos épocas y se aproxima a la literatura apocalíptica del judaísmo tardío. Frecuentemente, su mensaje viene expresado con el simbolismo de las visiones y también con el simbolismo de su propia existencia. Es conocidísima la visión "de los cuatro vivientes" (c. 1) en la que toda la creación simbolizada en el hombre, el toro, el león y el águila, son el trono del Creador que viene triunfante y esplendoroso a visitar a los exiliados de Mesopotamia. Y el expresivo contenido de la visión del "campo lleno de huesos" (c. 37) que reviven por el poder de Yahwéh, cubriéndose de nervios y carne, cobrando vida nuevamente. O la otra del "Templo que mana un torrente de aguas" (c. 47) para regar y hacer feracísima la nueva tierra con plenitud edénica. En todas ellas está vivo el mensaje de restauración nacional; volverá del exilio un pueblo purificado y vendrá con certeza una teocracia mesiánica.

Fue la vida profética de Ezequiel un período de veinte años (593-573) de amplia actividad para salvar las esperanzas mesiánicas de sus compañeros de infortunio, al derrumbarse la monarquía israelita.

San Miguel de los Santos Místico (1591-1625)

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Nació en Vich, cerca de Barcelona, España, con el nombre de Miguel Argemir, en el seno de una familia devota.

Miguel queda huérfano siendo niño, por lo que es encomendado a unos tutores. Pero ya desde entonces sentía profundamente el llamado de la vocación religiosa. Incluso escapó en un par de ocasiones de su casa para internarse en un monte, pretendiendo llevar una vida de ermitaño, aunque fue devuelto a su hogar con sus deseos frustrados.

En 1603, cuando él contaba con 11 años de edad, fue recibido en el convento de los Trinitarios de Barcelona, y en 1607 profesa los votos de la Orden. Recibe el hábito de Descalzo, y pasa a llamarse desde entonces Miguel de los Santos.

Debido a su profundo fervor, y acaso a los extremos rigores ascéticos a los que se sometía (como periodos de penitencia en los que sólo comía pan y agua los jueves y los domingos), San Miguel de los Santos tuvo una vida mística muy intensa.

Se cuenta, por ejemplo, que cuando estudiaba teología en Salamanca antes de ordenarse como sacerdote, un día que el maestro hablaba al grupo sobre el amor de Cristo, San Miguel estaba tan absorto que se elevó del suelo y permaneció levitando un cuarto de hora, ante los ojos atónitos de sus compañeros y del profesor.

Los frecuentes e incontrolados arrebatos místicos y visiones extásicas llaman la atención de sus superiores, por lo que el Santo es enviado a Sevilla para ser examinado por sacerdotes expertos, quienes confirman la veracidad de los fenómenos.

A pesar de su sencillez extrema y de su encantadora modestia, cuando fue nombrado vicario general de los Padres Trinitarios en Valladolid supo actuar con delicadeza, comprensión, entrega y sentido práctico.

Entregado a la oración y al servicio, y padeciendo esos arranques de experiencia mística con que se privaba, San Miguel de los Santos contrajo fiebres tifoideas, que tras un grave suplicio le quitaron la vida en Valladolid, a los 34 años de edad.

Beatos Colombianos de San Juan de Dios, Mártires

Santoral Católico

En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda. En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente afectados más de dos mil. Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares; 2300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos.

Unas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono. Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquiades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello. La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería, y a asistir a los enfermos que vivian en un centro médicos ubicado en Ciempozuelos cerca de Madrid.

Hasta dicho lugar, llegaron personal del gobierno comunista español quienes les ordenaron abandonar el plantel y dejarlo en manos de empleados marxistas desconocedores de la medicina y de la dirección de centros médicos. Los siete jóvenes fueron hechos prisioneros y llevados a una cárcel de Madrid.

Gracias a la intercesión de la cancillería colombiana en el país, los jóvenes consiguieron su libertad, y ya su comunidad religiosa había gestionado los pasajes y viáticos para su retorno al país natal. Sin embargo, antes de abordar el tren que los transportaría a Barcelona, de donde partirían a Colombia, oficiales del gobierno comunista español los asesinaron cruelmente. El Cónsul de Colombia en España los identificó en el Hospital Clínico del país, y dio aviso a la congregación religiosa.

Pese a las protestas por parte del gobierno colombiano y de la cancillería en España, el gobierno comunista no realizó ninguna investigación pertinente, dejando sin castigo alguno a los responsables del asesinato de los religiosos.

El Papa Juan Pablo II beatificó a los siete religiosos en 1992, convirtiéndose en los primeros beatos del país latinoamericano.

Santa Magdalena de Canosa

Santa-Magdalena-de-Canosa

Nació en Verona de una familia aristocrática en 1774. Muy niña quedó huérfana de padre y fue abandonada por la madre, que la confió a una institutriz y se casó de nuevo con un marqués. A los 17 años entró en el Carmelo de Trento y después en el de Cornegliano. Pero tuvo que salir para asumir la administración financiera de su casa principesca, aunque dominada siempre por el deseo de servir a los pobres. Acogió en su palacio a muchachas pobres.

En Venecia entró en la Fraternidad Hospitalaria y se consagró a la educación de las niñas abandonadas, extendiendo además su caridad a todas las obras de misericordia. Generosamente entregada a la vida espiritual, tuvo experiencias místicas.

Fundó un doble Instituto, Hijos e Hijas de la Caridad, para la educación de jóvenes. Murió en Verona el 10 de abril de 1835.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 9 de abril de 2015

Jueves de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 09-04-15

Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 3, 11-26
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra:
- "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos.
Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un Profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

san-pedro-predicando-hechos-de-los-apostoles-Pentecostes-04
Salmo Responsorial. Salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
¡Señor, dueño nuestro,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies.

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- "Paz a vosotros."
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- "¿Por qué os alarmáis;" ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- "¿Tenéis ahí algo de comer?"
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse."
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Resurreccion-resucitado-cuerpo-glorioso-Jesus-01
Santa Casilda de Toledo
Santa-Casilda-de-Toledo

En la vida de esta santa se mezclan a veces elementos legendarios e históricos. Nació en Toledo de un alto dignatario musulmán. En Toledo había prisioneros cristianos, y Casilda los trataba con misericordia y les llevaba víveres. Un día en que les llevaba comida en su delantal, la sorprendió su padre y, al querer averiguar lo que llevaba, encontró no alimentos sino rosas.

Los presos cristianos le hablaban de su fe, pero ella no podía abrazarla. Hasta que cayó gravemente enferma y los médicos no conseguían curarla. Los mismos presos le hablaron de las aguas de San Vicente, cerca de Briviesca en Burgos, que tenían poder curativo. La joven musulmana, con permiso de su padre, acudió a bañarse en aquellas aguas y, efectivamente, alcanzó la salud.

Decidió entonces quedarse en tierras cristianas, se preparó al bautismo y lo recibió, optó por la virginidad y abrazó la vida eremítica. Construyó allí cerca una ermita y un aposento adjunto en el que vivió muchos años entregada a la vida de piedad y oración, hasta que murió el 9 de abril de 1075.

Santa María de Cleofas

Santa-Maria-de-Cleofas

Este Descenso de la Cruz, que proviene de un retablo del siglo XV, muestra a la Virgen María, María Salomé y María de Cleofás, así como a María de Magdala, San Juan Evangelista y José de Arimatea.

Nació probablemente en Palestina, contemporánea de Jesús. Pudo haber sido su tía, ya que al parecer estaba emparentada con la Virgen y San José.La María que se venera hoy era esposa (o quizás hija) de un hombre llamado Cleofás. El Evangelio de San Juan (19:25) la menciona como parte de los testigos de la Crucifixión. Pertenecía, por lo tanto, al círculo más íntimo de los discípulos de Jesús.

Según los demás Evangelios, ella era la madre del apóstol Santiago el Menor (Marcos, 15:40), por lo que a veces se le menciona como María la de Santiago.

Santa María de Cleofás se encontraba entre las mujeres que acudieron a la tumba de Jesús para ungir su cuerpo, pero fue entonces que se les apareció un ángel anunciándoles que el cadáver ya no estaba ahí. Fue así una de las primeras personas que testificó la Resurrección (Marcos, 16:1).

Santa María de Cleofás tuvo la dicha de compartir de cerca la vida de Jesús.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

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