lunes, 17 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 17/07/2017. Lunes de la decimoquinta semana de Tiempo Ordinario

Obremos astutamente contra Israel, para que no se multiplique más
Primera Lectura. Éxodo 1, 8-14. 22

En aquellos días, surgió en Egipto un faraón nuevo que no había conocido a José, y dijo a su pueblo:
"Mirad, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros: obremos astutamente contra él, para que no se multiplique más; no vaya a declararse una guerra y se alíe con nuestros enemigos, nos ataque y después se marche del país".
Así, pues, nombraron capataces que los oprimieron con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitón y Ramsés. Pero, cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más, de modo que los egipcios sintieron aversión hacia los israelitas.
Los egipcios esclavizaron a los hijos de Israel con crueldad y les amargaron su vida con el duro trabajo del barro y de los ladrillos y con toda clase de faenas del campo; los esclavizaron con trabajos crueles.
Y el faraón ordenó a todo su pueblo:
"Cuando nazca un niño, echadlo al Nilo; si es niña, dejadla con vida".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 123, 1-3. 4-6. 7-8
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
- que lo diga Israel -,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor,
que no nos entregó
en presa a sus dientes.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió,
y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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No he venido a sembrar paz, sino espadas
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 10, 34-11,1

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"No penséis que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espada. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mi; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mi; y el que no carga con su cruz y me sigue, no es digno de mi. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mi, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, sólo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa".
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.

Palabra de Dios.

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San Alejo Mendigo Siglo V


Era hijo de un rico senador romano. Nació y pasó su juventud en Roma. Sus padres le enseñaron con la palabra y el ejemplo que las ayudas que se reparten a los pobres se convierten en tesoros para el cielo y sirven para borrar pecados. Por eso Alejo desde muy pequeño repartía entre los necesitados cuanto dinero conseguía, y muchas otras clases de ayudas, y esto le traía muchas bendiciones de Dios.

Pero llegando a los veinte años se dio cuenta de que la vida en una familia muy rica y en una sociedad muy mundana le traía muchos peligros para su alma, y huyó de la casa, vestido como un mendigo y se fue a Siria.

En Siria estuvo durante 17 años dedicado a la adoración y a la penitencia, y mendigaba para él y para los otros muy necesitados. Era tan santo que la gente lo llamaba "el hombre de Dios". Lo que deseaba era predicar la virtud de la pobreza y la virtud de la humildad. Pero de pronto una persona muy espiritual contó a las gentes que este mendigo tan pobre, era hijo de una riquísima familia, y él por temor a que le rindieran honores, huyó de Siria y volvió a Roma.

Llegó a casa de sus padres en Roma a pedir algún oficio, y ellos no se dieron cuenta de que este mendigo era su propio hijo. Lo dedicaron a los trabajos más humillantes, y así estuvo durante otros 17 años durmiendo debajo de una escalera, y aguantando y trabajando hacía penitencia, y ofrecía sus humillaciones por los pecadores.

Y sucedió que al fin se enfermó, y ya muribundo mandó llamar a su humilde covacha, debajo de la escalera, a sus padres, y les contó que él era su hijo, que por penitencia había escogido aquél tremendo modo de vivir. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir.

Después de muerto empezó a conseguir muchos milagros en favor de los que se encomendaban a él. En Roma le edificaron un templo y en la Iglesia de Oriente, especialmente en Siria, le tuvieron mucha devoción.

La enseñanza de la vida de San Alejo es que para obtener la humildad se necesitan las humillaciones. La soberbia es un pecado muy propio de las almas espirituales, y se le aleja aceptando que nos humillen. Aún las gentes que más se dedican a buenas obras tienen que luchar contra la soberbia porque si la dejan crecer les arruinará su santidad. La soberbia se esconde aún entre las mejores acciones que hacemos, y si no estamos alerta esteriliza nuestro apostolado. Un gran santo reprochaba una vez a un discípulo por ser muy orgulloso, y este le dijo: "Padre, yo no soy orgulloso". El santo le respondió: "Ese es tu peor peligro, que eres orgulloso, y no te das cuenta de que eres orgulloso".

La vida de San Alejo sea para nosotros una invitación a tratar de pasar por esta tierra sin buscar honores ni alabanzas vanas, y entonces se cumplirá en cada uno aquello que Cristo prometió: "El que se humilla, será enaltecido".

Dijo Jesús: "Los últimos serán los primeros. Dichosos los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos". (Mt. 5)

¡Oh gloria de la nobleza romana y verdadero amador de la pobreza e ignominia de Cristo! ¡Oh Alejo bendito! que en la flor de tu juventud, por obedecer a la inspiración del Señor, dejaste a tu esposa y saliste como otro Abraham de la casa de tus padres, y habiendo repartido lo que llevabas con los pobres, viviste como pobre y mendigo tantos años desconocido y menospreciado entre los hombres. Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María nuestra Reina y señora, y huyendo de las alabanzas de los hombres, volviste por instinto de Dios a la casa de tus padres que por su voluntad habías dejado, para darnos ejemplo de humildad, de paciencia, de sufrimiento y constancia, y para triunfar de tí y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.

Pues, ¡oh santo bienaventurado! rico y pobre, noble y humilde, casado y puro, llorado de tus padres, denostado de tus criados, desestimado de los hombres y honrado de los ángeles, abatido en el suelo y sublimado en el cielo, yo te suplico, Alejo dulcísimo, que por tus merecimientos y oraciones yo alcance del Señor la virtud de la perfecta castidad, de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias, y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria, y desconocido y muerto al mundo. Amén.

Beata Teresa de San Agustín Lindoine y compañeras

Durante la Revolución Francesa se mantuvieron fieles a la observancia monástica y ante el patíbulo renovaron las promesas bautismales y los votos religiosos. Cuyos nombres son: beatas María Ana Francisca de San Luis Brideau, María Ana de Jesús Crucificado Piedcourt, Carlota de la Resurrección (Ana María Magdalena) Thouret, Eufrasia de la Inmaculada Concepción (María Claudia Cipriana) Brard, Enriqueta de Jesús (María Gabriela) de Croissy, Teresa del Corazón de María (María Ana) Hanisset, Teresa de San Ignacio (María Gabriela) Trézelle, Julia Luisa de Jesús (Rosa) Chrétien de Neufville, María Enriqueta de la Providencia (Ana) Pelras, Constancia (María Genoveva) Meunier, María del Espíritu Santo (Angélica) Roussel, María de Santa MartaDufour, Isabel Julia de San Francisco Vérolot, Catalina y Teresa Soiron.

No es posible recoger aquí la preciosa vida de dieciséis vírgenes y mártires carmelitas a la vez, ya que, juntamente con la Madre Priora del Carmelo francés de Compiegne, murieron generosamente esas quince hijas espirituales que formaban su comunidad.Este convento había sido fundado el 1641 por monjas procedentes del convento de Amiens.

Malos aires corrían por Francia desde que la tristemente famosa Revolución había iniciado sus desmanes.

El 14.9.1792 fueron arrojadas de su monasterio. Ya antes, por indicación de su M. Priora, se habían ofrecido al Señor en holocausto “para aplacar la cólera de Dios y para que la paz divina traída al mundo por su amado Hijo, fuese devuelta a la Iglesia y al Estado”.

Cada día repetían esta consagración generosa. El 24 de junio de 1794 fueron apresadas las 16 y encerradas en Sainte Marie, monasterio de la visitación convertido en cárcel.

En carretas fueron llevadas a París, a donde llegaron el día 13 de julio y fueron encerradas en la terrible cárcel de la Conciergerie, abarrotada de sacerdotes, religiosos y seglares condenados a muerte.
La fiesta del Carmen -día 16- entonaron a su Madre y Patrona cánticos fervorosos con la música de la Marsellesa.

El 17 de Julio, después de manifestar que morían voluntariamente por su fe, por su fidelidad a Cristo, a María y a la Iglesia, fueron condenadas a muerte y llevadas a la Barriere-du-Trone. Antes de ser guillotinadas cantaron todas el Misere, la Salve Regina, el Te Deum y el Veni Creator, renovaron una por una su profesión al pie de la Madre Priora e iban subiendo, con gran gozo, a la guillotina ante el asombro de todos los asistentes. Era el 17 de julio de 1794.

El 13 de mayo de 1906 eran beatificadas por el papa San Pío X.

Beata Magdalena Albrizzi



Pertenecía a la nobleza de Italia. Después de la muerte de sus padres, Magdalena decidió retirarse al convento de Santa Margarita de Como, donde se recibía a las hijas de los nobles.

Estando en la puerta del convento, Magdalena escuchó una voz que le repitió tres veces: “Magdalena, dirígete a Brunate, ahí es donde debes retirarte.” Entonces, la beata se dirigió sin vacilar al claustro en las montañas de Brunate. El convento estaba casi vacío; pero el número de religiosas aumentó considerablemente después del ingreso de Magdalena, quien fue elegida superiora y afilió el convento a la Orden de las Ermitañas de San Agustín. Magdalena fundó otro convento en la ciudad de Como, pero ella permaneció en Brunate.

La beata curaba a los enfermos y tenía cualidades de visionaria. Su confianza en Dios era tan grande que el Señor obró muchos milagros por su intercesión. Magdalena exhortaba a sus religiosas a la comunión frecuente. Según parece murió el 15 de mayo de 1465, a edad muy avanzada, después de una larga y dolorosa enfermedad.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 16 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 16/07/2017. Domingo de la decimoquinta semana de Tiempo Ordinario

La lluvia hace germinar la tierra
Primera Lectura. Isaías 55, 10-11
Esto dice el Señor:
"Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mí boca: no volverá a mi vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo".


Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 64, 10abcd. 10e-11. 12-13. 14

La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
Tú cuidas la tierra, la riegas
y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua,
preparas los trigales.

La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
Así preparas la tierra.
Riegas los surcos,
igualas los terrones,
tu llovizna los deja mullidos,
bendices sus brotes.

La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
Coronas el año con tus bienes,
tus carriles rezuman abundancia;
rezuman los pastos del páramo,
y las colinas se orlan de alegría.

La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
Las praderas se cubren de rebaños,
y los valles se visten de mieses,
que aclaman y cantan.

La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios
Segunda Lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-23
Hermanos:
Considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la gloria que un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto.
Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Salió el sembrador a sembrar
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y toda la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló muchas cosas en parábolas:
"Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda brotó enseguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.
Otra cayó entre abrojos, que crecieron y la ahogaron.
Otra cayó en tierra buena y dio fruto: una, ciento; otra, sesenta; otra, treinta.
El que tenga oídos, que oiga".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Nuestra Señora del Carmen

“Las Sagradas Escrituras celebran la belleza del Carmelo, donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo. En el siglo XII algunos eremitas se retiraron a aquel monte, construyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María”.

Con estas palabras presenta la liturgia de este día el libro oficial de la Iglesia.

Y el Martirologio de este día, reza así: “Conmemoración solemne de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, a la cual la Familia carmelitana consagra este día por los innumerables beneficios recibidos de la misma Santísima Virgen, en señal de servidumbre”.

Y profundizando aún más en el rico significado de esta fiesta del Carmen, que para muchas partes del mundo es casi fiesta de precepto o fiesta llena de un rico simbolismo y folklore cristiano y hondamente popular, un estudioso y profundo conocedor de esta fiesta y de todo que se refiere al Carmelo escribió: “Conmemoración Solemne de la Virgen del Carmen: Fiesta de los beneficios de María al Carmelo: Fiesta de la Consagración del Carmelo a María. Durante todo el año conservamos un recuerdo de gratitud por los beneficios que hemos recibido de María, pero el 16 de julio está dedicado expresamente a rendir un homenaje solemne de agradecimiento.

El Oficio de Nuestra Santísima Madre semeja una sinfonía musical en que se cantan las relaciones de María y la Familia carmelitana…” (P. Xiberta + 1967).

La Orden del Carmen nació a finales del siglo XII en el Monte Carmelo, especialmente para dar culto y tratar de imitar a la Virgen María. Por ello desde los orígenes se conoció a los religiosos carmelitas como a los “Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo”. Aún hoy éste es el título oficial de la Orden que fue enriquecido con muchas gracias e indulgencias a cuantos así llamaran a los carmelitas.

Por el 1251 el Prior General de la Orden San Simón Stock (+ 1265) acudía a la Virgen María, como Patrona de la Orden para que le liberara de los enemigos que atentaban contra su existencia. Y para ello llegó a componerle algunas plegarias. Ésta la cantan cada día los carmelitas: “Oh flor del Carmelo, Viña florida, esplendor del cielo, virgen fecunda y singular. ¡Oh Madre tierna!, intacta de hombre, a los carmelitas, proteja tu nombre (da privilegios) estrella del mar”.

Una noche, la tradición dice que fue el 16 de julio de 1251, se le apareció la Virgen María llevando el escapulario del Carmen en sus manos y le dijo: “Éste será el privilegio para ti y todos los carmelitas: quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriese, se salvará”.

Desde entonces empezó a divulgarse esta devoción por todas partes, especialmente por los países latinos, hasta llegar a ser una “devoción católica o universal como la misma Iglesia” en expresión del Cardenal Gomá (+ 1940).

Hoy la Orden del Carmen en todas sus múltiples ramas masculinas, femeninas y los millares y hasta millones de seglares que visten el escapulario del Carmen -el más popular de todos los escapularios que venera la Iglesia- se halla extendida por todas partes y dan a conocer a la Virgen María bajo esta popular advocación del CARMELO.

Es Patrona la Virgen del Carmen de varias Naciones y Gremios, y especialmente la venera como Madre y como Reina la gente del Mar.

Canonización de San Francisco de Asís


San Francisco murió al atardecer del 3 de octubre de 1226. Su fama de santidad era notoria en toda la Iglesia y los milagros se fueron multiplicando. Cumplidos todos los requisitos canónicos previos, el papa Gregorio IX decretó la canonización. Para llevarla a cabo se trasladó personalmente a la ciudad de Asís y el domingo 16 de julio de 1228, en medio de unos solemnísimos actos, inscribió a Francisco en el catálogo de los santos.

Oración: Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar tras sus huellas, para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Santa María Magdalena Postel fundadora (1756-1846)

Nació en Barfleur, un pueblo de pescadores en Normandía, al noroeste de Francia; en vida le tocó padecer los desmanes de la Revolución Francesa.

Santa María Magdalena Postel fue bautizada con el nombre de Julia. A la edad de 9 años perdió a sus padres. Ingresó entonces al monasterio benedictino de Valognes.

Al poco tiempo dejó el convento para ayudar a muchachas sin recursos en su lugar natal, donde luego fundó una escuela. Además le gustaba enseñar el catecismo a los niños.

Cuando estalló la Revolución en 1789 y las órdenes religiosas fueron proscritas, Santa María Magdalena Postel se dedicó durante diez años a la peligrosa labor de esconder a sacerdotes fugitivos, y de ayudarlos a huir a Inglaterra.

En 1798 se volvió terciaria franciscana, pero prosiguió su fecunda labor educativa. A los pocos años fue nombrada directora de una escuela grande en Cherburgo a la que acudían 300 niños, una experiencia que marcó positivamente su vocación.

Encaminada en su labor pedagógica, Santa María Magdalena Postel fundó en 1807 el Instituto de las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, cuya principal encomienda era educar.

No obstante, debido a la turbulencia de la época, no consiguió una matriz para su congregación sino hasta 1832, cuando logró adaptar una antigua abadía benedictina en St-Saveur-le-Vicomte, lugar donde murió casi a los 90 años de edad.

En 1925, Santa María Magdalena Postel fue canonizada por el papa Pío XI. Sus restos mortales reposan en St-Saveur.

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viernes, 14 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 14/07/2017. Viernes de la decimocuarta semana de Tiempo Ordinario

Puedo morir, después de haber contemplado tu rosto
Primera Lectura. Génesis 46, 1-7. 28-30

En aquellos días, Israel se puso en camino con todo lo que tenía, llegó a Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
Dios le dijo a Israel en una visión nocturna:
"Jacob, Jacob".
Respondió:
"Aquí estoy".
Dios le dijo:
"Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación. Yo bajaré contigo a Egipto, y yo mismo te haré subir; y José te cerrará los ojos".
Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre con los niños y las mujeres en las carretas que el faraón había enviado para transportarlos.
Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en la tierra de Canaán y emigraron a Egipto Jacob con todos sus descendientes, hijos y nietos, hijas y nietas. Llevó consigo a Egipto todos los descendientes.
Jacob envió a Judá por delante, adonde estaba José, para preparar el sitio en Gosén.
Cuando llegaron a Gosén, José hizo enganchar la carroza y se dirigió a Gosén a recibir a su padre.
Al verlo se le echó al cuello y lloró abrazado a él.
Israel dijo a José:
"Ahora puedo morir, después de haber contemplado tu rostro y ver que vives todavía".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 36, 3-4. 18-19. 27-28. 39-40
El Señor es quien salva a los justos.
Confía en el Señor y haz el bien,
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón.

El Señor es quien salva a los justos.
El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán.

El Señor es quien salva a los justos.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá.

El Señor es quien salva a los justos.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él.

El Señor es quien salva a los justos.
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No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 10, 16-23

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas.
Pero ¡cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra.
En verdad os digo que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre".

Palabra de Dios.

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San Camilo de Lelis (1550-1614)

Nació en Bucchianico, en las proximidades de Pescara, en Italia, en la familia de un oficial del ejército; falleció a los 64 años de edad en Roma.

Tras la temprana muerte de su madre, San Camilo pasó su infancia bajo cierto abandono. Al igual que su padre, se hizo soldado, entrando en el servicio de la Serenísima República de Venecia entre 1569 y 1574 en la guerra contra los turcos.

Al mismo tiempo, Camilo era un empedernido jugador, razón por la cual nunca tenía dinero. Debido a una enfermedad de la que no sanó completamente, tuvo que dejar el servicio militar. En esta época sobrevivía como ayudante en todo tipo de labores.

Durante muchos años, San Camilo de Lelis luchó en contra de su compulsión por el juego. En Manfredonia trabajó en la construcción de un convento capuchino donde pretendía ingresar como seglar, pero a causa de su nefando vicio fue rechazado.

San Camilo regresó entonces a Roma, donde se desempeñó como enfermero para la atención de enfermos incurables. Ahí conoció a San Felipe Neri, bajo cuya tutela estudió teología y se ordenó sacerdote, en 1584. Asimismo, abandonó por completo el vicio del juego.

Decidido a reformar la atención a los enfermos en toda Italia, y siguiendo el modelo de San Juan de Dios en España, fundó la Comunidad de Siervos de los Enfermos, la cual fue confirmada por el papa Sixto V en 1586, y en 1591 elevada a la categoría de Orden con plenos privilegios por el papa Gregorio XIV.

Los “Padres Camilos” operan en la actualidad en 27 países de los cinco continentes. Su Orden se distingue por la cruz roja que sus integrantes ostentan sobre el pecho, pero sobre todo por su concentrada dedicación al cuidado de enfermos graves y desahuciados.

San Camilo de Lelis fue canonizado en 1746 por el papa Benedicto XIV. Es el santo patrono de los enfermos y moribundos, de enfermeras y enfermeros, y de los hospitales.

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jueves, 13 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 13/07/2017. Jueves de la decimocuarta semana de Tiempo Ordinario.

Para preservar la vida me envió Dios delante de vosotros a Egipto
Primera Lectura. Génesis 44, 18-21. 23b-29; 45, 1-5

En aquellos días, Judá se acercó a José y le dijo:
"Permite a tu servidor decir una palabra en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres como el faraón. Mi señor interrogó a sus servidores: "¿Tenéis padre o algún hermano?", y respondimos a mi señor: "Tenemos un padre anciano y un hijo pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo murió, y sólo le queda este de aquella mujer; su padre lo adora." Tú dijiste: a tus servidores "Traédmelo para que lo conozca. Si no baja vuestro hermano menor con vosotros, no volveréis a verme." Cuando subimos a casa de tu servidor, nuestro padre, le contamos todas las palabras de mi señor; y nuestro padre nos dijo: "Volved a comprar algunos alimentos." Le dijimos: "No podemos bajar si no viene nuestro hermano menor con nosotros". Él replicó: "Sabéis que mi mujer me dio dos hijos: uno se apartó de mi, y pienso que lo ha despedazado una fiera, pues no he vuelto a verlo; si arrancáis también a este de mi lado y le sucede una desgracia, hundiréis de pena mis canas en el abismo"".
José no pudo contenerse en presencia de su corte y gritó:
"Salid todos de mi presencia".
No había nadie cuando José se dio a conocer a sus hermanos. Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron, y la noticia llegó a casa del faraón. José dijo a sus hermanos:
"Yo soy José; ¿vive todavía mi padre?".
Sus hermanos, perplejos, se quedaron sin respuesta. Dijo, pues, José a sus hermanos:
"Acercaos a mi".
Se acercaron, y les repitió:
-"Yo soy José, vuestro hermano, el que vendisteis a los egipcios. Pero ahora no os preocupéis, ni os pese el haberme vendido aquí, pues para preservar la vida me envió Dios delante de vosotros".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 104, 16-17. 18-19. 20-21
Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
El rey lo mandó desatar,
el Señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones.

Recordad las maravillas que hizo el Señor.
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Gratis habéis recibido, dad gratis
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 10, 7-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
"Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios.
Gratis habéis recibido, dad gratis.
No os procuréis en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en una ciudad o aldea, averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a vosotros.
Si alguno no os recibe o no escucha vuestras palabras, al salir de su casa o de la ciudad, sacudid el polvo de los pies.
En verdad os digo que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquella ciudad".

Palabra de Dios.

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San Enrique II emperador


Nació en Hildesheim, Baviera, el año 973 y recibió, sobre todo en monasterios, una educación religiosa esmerada. Sucedió con 22 años a su padre en el gobierno del ducado bávaro y, tras la muerte de Otón III, fue elegido para sucederle en el trono imperial germánico.

El año 1002 fue coronado en Aquisgrán como rey de los romanos, y el año 1024 Benedicto VIII lo coronó emperador en Roma. Contrajo matrimonio con Santa Cunegunda. En el trono supo ser un cristiano convencido y consecuente, que puso su poder al servicio del bien común de su pueblo. Rehuía el uso de las armas, y sólo recurría a ellas en casos extremos.

Se distinguió por su interés en la reforma de la vida de la Iglesia y en su mejor organización, y por la promoción de la actividad misionera. Protegió a la Orden Benedictina y en general la vida religiosa. Fundó varios obispados y dotó monasterios.

Murió en Grona (Gotinga) el 13 de julio de 1024.

Oración: Oh Dios, que has llevado a san Enrique, movido por la generosidad de tu gracia, a la contemplación de las cosas eternas desde las preocupaciones del gobierno temporal, concédenos, por sus ruegos, caminar hacia ti con sencillez de corazón en medio de las vicisitudes de este mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 7 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 07/07/2017. Viernes de la decimotercera semana de Tiempo Ordinario

Isaac con el amor de Rebeca se consoló de la muerte de su madre
Primera Lectura. Génesis 23, 1-4. 19; 24, 1-8. 62-67

Sara vivió ciento veintisiete años. Murió Sara en Quiriat Arbá, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán.
Abrahán fue a hacer duelo por Sara y a llorarla.
Después Abrahán dejó a su difunta y habló así a los hititas:
"Yo soy un emigrante, residente entre vosotros. Dadme un sepulcro en propiedad, entre vosotros, para enterrar a mi difunta".
Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, o sea Hebrón, en la tierra de Canaán.
Abrahán era anciano, de edad avanzada, y el Señor había bendecido a Abrahán en todo.
Abrahán dijo al criado más viejo de su casa, que administraba todas las posesiones:
"Pon tu mano bajo mi muslo y júrame por el Señor, Dios del cielo y la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito, sino que irás a mi tierra nativa a tomar mujer para mi hijo Isaac".
El criado contestó:
"Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tengo que llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?".
Abrahán le replicó:
"De ninguna manera lleves a mi hijo allá. El Señor, Dios del cielo, que me sacó de la casa paterna y del país nativo, y que me juró: "A tu descendencia daré esta tierra", enviará su ángel delante de ti, y traerás de allí mujer para mi hijo. Pero, si la mujer no quiere venir contigo, quedas libre del juramento. Mas a mi hijo, no lo lleves allá".
Después de mucho tiempo, Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roi. Por entonces habitaba en la región del Negueb.
Una tarde, salió a pasear por el campo y, alzando la vista, vio acercarse unos camellos.
También Rebeca alzó la vista y, al ver a Isaac, bajó del camello.
Ella dijo al criado:
"¿Quién es aquel hombre que viene por el campo en dirección a nosotros?".
Respondió el criado:
"Es mi amo".
Entonces ella tomó el velo y se cubrió.
El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.
Isaac la condujo a la tienda de su madre Sara, la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 105, 1b-2. 3-4b. 4c-5
Dad gracias al Señor porque es bueno.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
pregonar toda su alabanza?

Dad gracias al Señor porque es bueno.
Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí
por amor a tu pueblo.

Dad gracias al Señor porque es bueno.
Visítame con tu salvación:
para que vea la dicha de tus escogidos,
y me alegre con la alegría de tu pueblo,
y me gloríe con tu heredad.

Dad gracias al Señor porque es bueno.
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No tienen necesidad de médico los sanos; misericordia quiero y no sacrificios
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 9, 9-13

En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
"Sígueme".
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
"¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?"
Jesús lo oyó y dijo:
"No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa 'Misericordia quiero y no sacrificio': que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores".

Palabra de Dios.

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San Fermín obispo y mártir (272-303)


Nació en Pompaelo, la actual Pamplona, en Navarra, España, en una época en la que la Hispania aún era una provincia del Imperio Romano.

De acuerdo con la tradición, San Fermín fue hijo de un alto funcionario romano llamado Firmo, que fue gobernante de Pamplona y más tarde senador.
Cuando llegó a la región San Saturnino de Tolosa con sus prédicas, sus padres quedaron cautivados, y él mismo los habría bautizado junto con su hijo Fermín.

Más tarde, San Fermín se formó como discípulo de San Honesto, quien lo instruyó en la religión y en el arte de la oratoria, y lo envió a Tolosa para ser ordenado.

San Fermín predicó primeramente en Navarra, donde se le considera primer obispo de Pamplona. Luego fue enviado a predicar el Evangelio a la Galia, al territorio de la actual Francia.

Estuvo activo en varias ciudades. Una persecución contra los cristianos lo cogió por sorpresa en la actual Beauvais, donde fue hecho prisionero; se dice que todos los habitantes del pueblo invadieron la cárcel para liberarlo.

Finalmente se estableció en Amiens, al norte de Francia, donde fue nombrado obispo hacia 296. San Fermín había iniciado la construcción de la iglesia de la localidad. Cuando el gobernador le ordenó que dejara de predicar el cristianismo, pero él mandó decirle que no podía dejar de hacerlo.

Por el cargo de desobediencia San Fermín fue hecho prisionero, y al negarse a abjurar de su religión lo condenaron a morir decapitado.
En el siglo XII, algunas reliquias de San Fermín fueron llevadas a Pamplona, y desde entonces se le venera con fervor en Navarra. Las fiestas de San Fermín en Pamplona son célebres en la actualidad por los encierros que se practican con toros de lidia corriendo en libertad por las calles hasta llegar a la plaza de toros.

San Panteno S.II


Hombre de gran cultura que perteneció a la secta de los estoicos pero que, tras su conversión al cristianismo, se volvió un ardiente y celoso predicador de la Palabra lo que le mereció ser nombrado catedrático y director de la famosa escuela catequética de Alejandría.

Las fuentes históricas nos señalan que nació en Sicilia (Italia) alrededor del año 140.

Aunque se desconocen más datos de su infancia y juventud, se sabe que Panteno era filósofo estoico. Mas, habiendo conversado y trabado amistad con algunos cristianos, quedó tan enamorado de la doctrina de Jesucristo que abrió los ojos a la luz de la fe y abrazó de todo corazón la ley del Evangelio, dejando definitivamente las supersticiones de los falsos dioses y los libros de la humana filosofía.

Tras su conversión, estudió con gran cuidado las divinas Escrituras, conferenciando sobre ellas con algunos varones virtuosos y eruditos que habían sido discípulos de los santos Apóstoles.

Llegado a Alejandría (Egipto), se hizo alumno de la afamada escuela del lugar, en la que enseñaban los discípulos de San Marcos Evangelista. En silencio escuchaba todas sus lecciones y ocultaba con tan rara modestia y humildad sus grandes talentos, que costó mucho trabajo a sus maestros el descubrirlos. En el 179, por voz común fue nombrado maestro del dogma e interpretación de la Sagrada Escritura, siendo el más ilustre entre todos los de su tiempo, lo que le valió el ser elegido director de la escuela.

Como enseñaba con excelente método, atraía de muchas y lejanas tierras a numerosos discípulos los cuales, viendo la gran ventaja que hacía aquella doctrina del cielo a las de los otros filósofos, abrazaban la fe cristiana y pregonaban por todas partes la admirable sabiduría de su maestro.

Los cristianos de la India (los escritores griegos y latinos de la época aplicaban el nombre de "India" a Arabia, Etiopía, Libia, Partía, Persia y las tierras de los medos) que estudiaban en la Escuela de Alejandría, rogaron a San Panteno que fuese a su país "para predicar a los brahamanes", según menciona San Jerónimo. El santo, vencido por sus ruegos, se encaminó a aquellas apartadas regiones, confirmando su misión Demetrio, Obispo de Alejandría, quien le nombró predicador del Evangelio en las naciones del Oriente.

También el historiador Eusebio señala que Panteno encontró en aquellas tierras (muy probablemente Yemen y Etiopía) la semilla de la fe, puesto que halló una copia del Evangelio de San Mateo, en caracteres hebreos, llevado a aquellos lugares por San Bartolomé.

De vuelta en Alejandría, San Panteno -ya de edad muy avanzada- continuó leyendo algunas lecciones hasta que lleno de méritos y virtudes fue llamado por el Padre, en tiempos del emperador Antonino Caracalla (211-217). Le sucedió en la dirección de la escuela su discípulo, San Clemente de Alejandría, quien reconoció a Panteno como el mejor de sus maestros y le llamó "la Abeja siciliana" por su elocuencia.
Santos Antonino Fantosati y José María Gambaro.

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jueves, 6 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 06/07/2017. Jueves de la decimotercera semana de Tiempo Ordinario

El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Primera Lectura. Génesis 22, 1-19
En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán. Le dijo: "¡Abrahán!".
Él respondió: "Aquí estoy"
Dios dijo:
"Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré".
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el holocausto y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
Al tercer día levantó Abrahán los ojos y divisó el sitio de lejos. Abrahán dijo a sus criados:
"Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros".
Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre:
"Padre"
Él respondió: "Aquí estoy, hijo mío".
El muchacho dijo:
"Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el holocausto?".
Abrahán contestó:
-"Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío".
Y siguieron caminando juntos.
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán alargo la mano tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
"¡Abrahán, Abrahán!"
Él contestó: "Aquí estoy".
El ángel le ordenó:
"No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo".
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Abrahán llamó aquel sitio "El Señor ve", por lo que se dice aún hoy "El monte del Señor ve".
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo:
"Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz".
Abrahán volvió al lado de sus criados y juntos se pusieron en camino hacia Berseba, y Abrahán se quedó a vivir en Berseba.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9
Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida".

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de los vivos.

Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.
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La gente alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 9, 1-8
En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. En esto le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico:
"¡Animo, hijo!, tus pecados te son perdonados".
Algunos de los escribas se dijeron:
"Este blasfema".
Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo:
"¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil decir: 'Tus pecados te son perdonados', o decir: 'Levántate y echa a andar'? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados - entonces dice al paralítico -: 'Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa'".
Se puso en pie, y se fue a su casa.
Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

Palabra de Dios.

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Santa María Goretti S. XX



María nació el 16 de octubre de 1890, en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, tercera de siete hijos de una familia pobre de bienes terrenales pero rica en fe y virtudes, cultivadas por medio de la oración en común, rosario todos los días y los domingos Misa y sagrada Comunión. Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen. A los seis años recibirá el sacramento de la Confirmación.

Después del nacimiento de su cuarto hijo, Luigi Goretti, por la dura crisis económica por la que atravesaba, decidió emigrar con su familia a las grandes llanuras de los campos romanos, todavía insalubres en aquella época. Se instaló en Ferriere di Conca, poniéndose al servicio del conde Mazzoleni, es aquí donde María muestra claramente una inteligencia y una madurez precoces, donde no existía ninguna pizca de capricho, ni de desobediencia, ni de mentira. Es realmente el ángel de la familia.

Tras un año de trabajo agotador, Luigi contrajo una enfermedad fulminante, el paludismo, que lo llevó a la muerte después de padecer diez días. Como consecuencia de la muerte de Luigi, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores. María lloraba a menudo la muerte de su padre, y aprovecha cualquier ocasión para arrodillarse delante de su tumba, para elevar a Dios sus plegarias para que su padre goce de la gloria divina.

Junto a la labor de cuidar de sus hermanos menores, María seguía rezando y asistiendo a sus cursos de catecismo. Posteriormente, su madre contará que el rosario le resultaba necesario y, de hecho, lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. Así como la contemplación del crucifijo, que fue para María una fuente donde se nutría de un intenso amor a Dios y de un profundo horror por el pecado.
Amor intenso al Señor
María desde muy chica anhelaba recibir la Sagrada Eucaristía. Según era costumbre en la época, debía esperar hasta los once años, pero un día le preguntó a su madre: -Mamá, ¿cuándo tomaré la Comunión?. Quiero a Jesús. -¿Cómo vas a tomarla, si no te sabes el catecismo? Además, no sabes leer, no tenemos dinero para comprarte el vestido, los zapatos y el velo, y no tenemos ni un momento libre. -¡Pues nunca podré tomar la Comunión, mamá! ¡Y yo no puedo estar sin Jesús! -Y, ¿qué quieres que haga? No puedo dejar que vayas a comulgar como una pequeña ignorante. Ante estas condiciones, María se comenzó a preparar con la ayuda de una persona del lugar, y todo el pueblo la ayuda proporcionándole ropa de comunión. De esta manera, recibió la Eucaristía el 29 de mayo de 1902.

La comunión constante acrecienta en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa angélica virtud a toda costa. Un día, tras haber oído un intercambio de frases deshonestas entre un muchacho y una de sus compañeras, le dice con indignación a su madre: -Mamá, ¡qué mal habla esa niña! -Procura no tomar parte nunca en esas conversaciones. -No quiero ni pensarlo, mamá; antes que hacerlo, preferiría…Y la palabra morir queda entre sus labios. Un mes después, sucedería lo que ella sentenció.

Pureza eterna
Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro. Las dos familias viven en apartamentos separados, pero la cocina es común. Luigi se arrepintió enseguida de aquella unión con Giovanni Serenelli, persona muy diferente de los suyos, bebedor y carente de discreción en sus palabras.

Después de la muerte de Luigi, Assunta y sus hijos habían caído bajo el yugo despótico de los Serenelli, María, que ha comprendido la situación, se esfuerza por apoyar a su madre: -Ánimo, mamá, no tengas miedo, que ya nos hacemos mayores. Basta con que el Señor nos conceda salud. La Providencia nos ayudará. ¡Lucharemos y seguiremos luchando!Desde la muerte de su marido, Assunta siempre estuvó en el campo y ni siquiera tiene tiempo de ocuparse de la casa, ni de la instrucción religiosa de los más pequeños. María se encarga de todo, en la medida de lo posible. Durante las comidas, no se sienta a la mesa hasta que no ha servido a todos, y para ella sirve las sobras. Su obsequiosidad se extiende igualmente a los Serenelli. Por su parte, Giovanni, cuya esposa había fallecido en el hospital psiquiátrico de Ancona, no se preocupa para nada de su hijo Alessandro, joven robusto de diecinueve años, grosero y vicioso, al que le gusta empapelar su habitación con imágenes obscenas y leer libros indecentes. En su lecho de muerte, Luigi Goretti había presentido el peligro que la compañía de los Serenelli representaba para sus hijos, y había repetido sin cesar a su esposa: -Assunta, regresa a Corinaldo! Por desgracia Assunta está endeudada y comprometida por un contrato de arrendamiento.

Después de tener mayor contacto con la familia Goretti, Alessandro comenzó a hacer proposiciones deshonestas a la inocente María, que en un principio no comprende. Más tarde, al adivinar las intenciones perversas del muchacho, la joven está sobre aviso y rechaza la adulación y las amenazas. Suplica a su madre que no la deje sola en casa, pero no se atreve a explicarle claramente las causas de su pánico, pues Alessandro la ha amenazado: -Si le cuentas algo a tu madre, te mato. Su único recurso es la oración. La víspera de su muerte, María pide de nuevo llorando a su madre que no la deje sola, pero, al no recibir más explicaciones, ésta lo considera un capricho y no concede ninguna importancia a aquella reiterada súplica.

El 5 de julio, a unos cuarenta metros de la casa, están trillando las habas en la tierra. Alessandro lleva un carro arrastrado por bueyes. Lo hace girar una y otra vez sobre las habas extendidas en el suelo. Hacia las tres de la tarde, en el momento en que María se encuentra sola en casa, Alessandro dice:

-"Assunta, ¿quiere hacer el favor de llevar un momento los bueyes por mí?" Sin sospechar nada, la mujer lo hace. María, sentada en el umbral de la cocina, remienda una camisa que Alessandro le ha entregado después de comer, mientras vigila a su hermanita Teresina, que duerme a su lado.
-"¡María!, grita Alessandro. -¿Qué quieres? -Quiero que me sigas. -¿Para qué? -¡sígueme!-Si no me dices lo que quieres, no te sigo".
Ante semejante resistencia, el muchacho la agarra violentamente del brazo y la arrastra hasta la cocina, atrancando la puerta. La niña grita, pero el ruido no llega hasta el exterior. Al no conseguir que la víctima se someta, Alessandro la amordaza y esgrime un puñal. María se pone a temblar pero no sucumbe. Furioso, el joven intenta con violencia arrancarle la ropa, pero María se deshace de la mordaza y grita:
-No hagas eso, que es pecado… Irás al infierno.
Poco cuidadoso del juicio de Dios, el desgraciado levanta el arma:-Si no te dejas, te mato.
Ante aquella resistencia, la atraviesa a cuchilladas. La niña se pone a gritar:
-¡Dios mío! ¡Mamá!, y cae al suelo.
Creyéndola muerta, el asesino tira el cuchillo y abre la puerta para huir, pero, al oírla gemir de nuevo, vuelve sobre sus pasos, recoge el arma y la traspasa otra vez de parte a parte; después, sube a encerrarse a su habitación.
María recibió catorce heridas graves y quedó inconsciente. Al recobrar el conocimiento, llama al señor Serenelli: -¡Giovanni! Alessandro me ha matado… Venga. Casi al mismo tiempo, despertada por el ruido, Teresina lanza un grito estridente, que su madre oye. Asustada, le dice a su hijo Mariano: -Corre a buscar a María; dile que Teresina la llama.

En aquel momento, Giovanni Serenelli sube las escaleras y, al ver el horrible espectáculo que se presenta ante sus ojos, exclama: -¡Assunta, y tú también, Mario, venid! . Mario Cimarelli, un jornalero de la granja, trepa por la escalera a toda prisa. La madre llega también: -¡Mamá!, gime María. -¡Es Alessandro, que quería hacerme daño! Llaman al médico ya los guardias, que llegan a tiempo para impedir que los vecinos, muy excitados, den muerte a Alessandro en el acto.

Sufrimiento redentor

Al llegar al hospital, los médicos se sorprendieron de que la niña todavía no hubiera sucumbido a sus heridas, pues ha sido alcanzado el pericardio, el corazón, el pulmón izquierdo, el diafragma y el intestino. Al diagnosticar que no tiene cura, llamaron al capellán. María se confiesa con toda claridad. Luego, durante dos horas, los médicos la cuidaron sin dormirla.

María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores. Su madre consiguió que le permitan permanecer a la cabecera de la cama. María aún tiene fuerzas para consolarla: -Mamá, querida mamá, ahora estoy bien… ¿Cómo están mis hermanos y hermanas?

En un momento, María le dice a su mamá: -Mamá, dame una gota de agua. -Mi pobre María, el médico no quiere, porque sería peor para ti. Extrañada, María sigue diciendo:
-¿Cómo es posible que no pueda beber ni una gota de agua? Luego, dirige la mirada sobre Jesús crucificado, que también había dicho ¡Tengo sed!, y entendió.
El sacerdote también está a su lado, asistiéndola paternalmente. En el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: -María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino? Ella le respondió: -Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado… Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado.
Pasando por momentos análogos por los que pasó el Señor Jesús en la Cruz, María recibió la Eucaristía y la Extremaunción, serena, tranquila, humilde en el heroísmo de su victoria.
Después de breves momentos, se le escucha decir: “Papá". Finalmente, María entra en la gloria inmensa de la Comunión con Dios Amor. Es el día 6 de julio de 1902, a las tres de la tarde.

La conversión de Alessandro
En el juicio, Alessandro, aconsejado por su abogado, confesó: -"Me gustaba. La provoqué dos veces al mal, pero no pude conseguir nada. Despechado, preparé el puñal que debía utilizar". Por ello, fue condenado a 30 años de trabajos forzados. Aparentaba no sentir ningún remordimiento del crimen tanto así que a veces se le escuchaba gritar:
-"¡Anímate, Serenelli, dentro de veintinueve años y seis meses serás un burgués!". Sin embargo, unos años más tarde, Mons. Blandini, Obispo de la diócesis donde está la prisión, decide visitar al asesino para encaminarlo al arrepentimiento. -"Está perdiendo el tiempo, monseñor -afirma el carcelero-, ¡es un duro!"
Alessandro recibió al obispo refunfuñando, pero ante el recuerdo de María, de su heroico perdón, de la bondad y de la misericordia infinitas de Dios, se deja alcanzar por la gracia. Después de salir el Prelado, llora en la soledad de la celda, ante la estupefacción de los carceleros.
Después de tener un sueño donde se le apareció María, vestida de blanco en los jardines del paraíso, Alessandro, muy cuestionado, escribió a Mons. Blandino: “Lamento sobre todo el crimen que cometí porque soy consciente de haberle quitado la vida a una pobre niña inocente que, hasta el último momento, quiso salvar su honor, sacrificándose antes que ceder a mi criminal voluntad. Pido perdón a Dios públicamente, ya la pobre familia, por el enorme crimen que cometí. Confío obtener también yo el perdón, como tantos otros en la tierra". Su sincero arrepentimiento y su buena conducta en el penal le devuelven la libertad cuatro años antes de la expiración de la pena. Después, ocupará el puesto de hortelano en un convento de capuchinos, mostrando una conducta ejemplar, y será admitido en la orden tercera de san Francisco.
Gracias a su buena disposición, Alessandro fue llamado como testigo en el proceso de beatificación de María. Resultó algo muy delicado y penoso para él, pero confesó: “Debo reparación, y debo hacer todo lo que esté en mi mano para su glorificación. Toda la culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella es una santa, una verdadera mártir. Es una de las primeras en el paraíso, después de lo que tuvo que sufrir por mi causa".
En la Navidad de 1937, Alessandro se dirigió a Corinaldo, lugar donde Assunta Goretti se había retirado con sus hijos. Lo hace simplemente para hacer reparación y pedir perdón a la madre de su víctima. Nada más llegar ante ella, le pregunta llorando. -"Assunta, ¿puede perdonarme? -Si María te perdonó -balbucea-, ¿cómo no voy a perdonarte yo?" El mismo día de Navidad, los habitantes de Corinaldo se ven sorprendidos y emocionados al ver aproximarse a la mesa de la Eucaristía, uno junto a otro, a Alessandro y Assunta.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."