viernes, 27 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 27/11/2020. Viernes de la trigesimacuartasemana de Tiempo Ordinario

Todos fueron juzgados según sus obras. Vi la nueva Jerusalén, que descendía del cielo
Primera Lectura. Apocalipsis 20, 1-4. 11-21, 2
Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con la llave del abismo y una cadena grande en la mano. Sujetó al dragón, la antigua serpiente o sea, el Diablo o Satanás, y lo encadenó por mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no extravíe a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que ser desatado por un poco de tiempo. Vi unos tronos y se sentaron sobre ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen y no habían recibido su marca en la frente ni en la mano. Éstos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años. Vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. De su presencia huyeron cielo y tierra, y no dejaron rastro. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar devolvió a sus muertos, Muerte y Abismo devolvieron a sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después, Muerte y Abismo fueron arrojados al lago de fuego - el lago de fuego es la muerte segunda -. Y si alguien no estaba escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego. Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha adornado para su esposo.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 83, 3. 4. 5-6a y 8a

He aquí la morada de Dios entre los hombres.

Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo.

He aquí la morada de Dios entre los hombres.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.

He aquí la morada de Dios entre los hombres.

Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza: caminan de baluarte en baluarte.

He aquí la morada de Dios entre los hombres.

Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 21, 29-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos una parábola : «Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que ya echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».

Palabra de Dios


Santa Catalina Labouré

Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Sma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición. Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.

A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: “Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos”. La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.

Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.

El 27 de noviembre de 1830 estando Santa Catalina rezando en la capilla del convento, la Virgen María se le apareció totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Ella le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen María “M”, y una cruz, con esta frase “Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.

Catalina le comentó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote al darse cuenta de la santidad de Catalina, intercedió ante el Arzobispo para obtener el permiso para hacer las medallas y por ende, los milagros.

Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido.

Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales.

En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré.

martes, 24 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 24/11/2020. Martes de la trigesimacuartasemana de Tiempo Ordinario. Santos Andrés Dung-Lac, presbítero y compañeros, mártires

Ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra
Primera Lectura. Apocalipsis 14, 14-19
Yo, Juan, miré y apareció una nube blanca; y sentado sobre la nube alguien como un Hijo de hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro y en su mano una hoz afilada. Salió otro ángel del santuario clamando con gran voz al que estaba sentado sobre la nube: «Mete tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues ya está seca la mies de la tierra». El que estaba sentado encima de la nube metió su hoz sobre la tierra y la tierra quedo segada. Otro ángel salió del santuario del cielo, llevando él también una hoz afilada. Y del altar salió otro ángel, el que tiene poder sobre el fuego, y gritó con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo: «Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque los racimos están maduros» El ángel metió su hoz en la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.

Palabra de Dios



Salmo Responsorial. 95, 10. 11-12. 13

El Señor llega a regir la tierra.

Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente».

El Señor llega a regir la tierra.

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque.

El Señor llega a regir la tierra.

Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.

El Señor llega a regir la tierra.

No quedará piedra sobre piedra
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 21, 5-11
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra caliza y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "Está llegando el tiempo"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

Palabra de Dios.



San Andrés Dung-Lac y compañeros mártires (1795-1839)

El día de hoy conmemoramos a San Andrés Dung-Lac junto con los otros 116 mártires vietnamitas de los siglos XVIII y XIX.

San Andrés Dung-Lac nació en el seno de una familia no cristiana en Bac Ninh, en el actual Vietnam, que en aquella época se conocía como Cochinchina. Su nombre civil era Dung An Trân. Su familia era tan pobre que para poder subsistir al mudarse a Hanoi, lo vendieron.

Después de algunos periplos, tuvo la bendición de caer en las manos de un misionero católico de Vinh Tri, donde San Andrés fue bautizado e instruido.

Con el tiempo llegó a catequista, y prosiguió sus estudios de teología; finalmente fue ordenado sacerdote en 1823. San Andrés Dung-Lac fue adscrito entonces a la parroquia de Ke-Dâm.

Luego de varios años de tolerancia, en 1835 se desató en Vietnam una cruel persecución anticristiana ordenada por el rey Minh-Mang. San Andrés fue capturado y sentenciado a prisión, aunque pudo salir gracias a que sus compañeros de la comunidad consiguieron pagar la fianza.

Para guardar mayor sigilo, San Andrés Dung-Lac adoptó entonces un nombre diferente, pero no cejó en su misión apostólica, a pesar de la prohibición.

Cuatro años después fue denunciado con el alcalde de Ke-Song y volvió a ser arrestado, junto con San Pedro Truong Van Thi. La comunidad consiguió las 200 piezas de plata que las autoridades exigían para dejarlos libres, y pudieron salir de la cárcel.

Sin embargo, al poco tiempo, por reincidir en la fe, volvió a ser hecho prisionero, pero esta vez lo llevaron a Hanoi, la ciudad principal.

Al rehusarse a renegar de su religión, San Andrés Dung-Lac fue sometido a torturas y condenado a morir por decapitación.

Incluido entre los 117 mártires vietnamitas, San Andrés Dung-Lac fue canonizado en 1988 por el papa Juan Pablo II.

Los Canonizados el 19 de junio de 1988 en la Plaza de San Pedro:

  • Andrés Dung-Lac
  • Tomás Thien t Emanuel Phung
  • Jerónimo Hermosilla
  • Valentín Berrio Ochoa, O.P. y otros 6 Obispos
  • Teofano Venard y 105 compañeros (+1745-1862)

lunes, 23 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 23/11/2020. Lunes de la trigesimacuartasemana de Tiempo Ordinario

Llevaban grabados en la frente el nombre de Cristo y el de su Padre
Primera Lectura. Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5
Yo, Juan, miré y he aquí que el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente su nombre y el nombre de su Padre. Oí también como una voz del cielo, como voz de muchas aguas y como voz de un trueno poderoso; y la voz que escuché era como de citaristas que tañían sus citaras. Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya. Estos fueron rescatados como primicias de los hombres para Dios y el Cordero. En su boca no se hallo mentira: son intachables.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 23, 1-2. 3-4ab. 5-6

Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos.

Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos.

Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Esta es la generación que busca al Señor, que busca tu rostro, Dios de Jacob.

Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

Vio una viuda pobre que echaba dos monedillas
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 21, 1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo: «En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra de Dios


San Clemente I Papa

Testigo inmediato de la tradición de los apóstoles, San Clemente había nacido en Roma y fue el tercer sucesor de San Pedro en el gobierno de la Iglesia del año 88 al 97/101 (después de Lino y Cleto). Reorganizó la comunidad de Roma, dividió la ciudad en siete sectores, encomendados a siete diáconos, y mandó redactar con cuidado las Actas de los Mártires.

El año 96 escribió una carta a Los Corintios, para restaurar entre ellos la paz y la concordia. Esta carta es el primer testimonio escrito que tenemos del ministerio papal como solicitud por la unidad en la fe y la caridad de todas las Iglesias (después de las cartas de San Pedro). En esa carta da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma (Entre otras cosas dice: “el que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra”).

Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: “Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo”.

San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a los santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos.

Las Actas antiguas añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuente de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas conversiones más.

Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla.

San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.

Hoy se conmemora el sepelio de su cuerpo en Roma.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que te muestras admirable en la gloria de tus santos, concédenos celebrar con alegría la fiesta de san Clemente, sacerdote y mártir de tu Hijo, que dio testimonio con su muerte de los misterios que celebraba y confirmó con el ejemplo lo que predicó con su palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 22/11/2020. Domingo de la trigesimacuartasemana de Tiempo Ordinario. Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

A vosotras, mi rebaño, yo voy a juzgar entre oveja y oveja
Primera Lectura. Ezequiel 34, 11-12. 15-17
Esto dice el Señor Dios: «Yo mismo buscaré mi rebaño y lo cuidaré. Como cuida un pastor de su grey dispersa, así cuidaré yo de mi rebaño y lo libraré, sacándolo de los lugares por donde se había dispersado un día de oscuros nubarrones. Yo mismo apacentaré mis ovejas y las haré reposar - oráculo del Señor Dios -. Buscaré la oveja perdida, recogeré a las descarriada; vendaré a las heridas; fortaleceré a la enferma; pero a la que está fuerte y robusta la guardaré: la apacentaré con justicia». En cuanto a vosotros, mi rebaño, esto dice el Señor: «Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 22, 1-2a. 2b-3. 5. 6

El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; 
me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. 

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Entregará el reino a Dios Padre, y así Dios será todo en todos
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 20-26. 28
Hermanos: Cristo ha resucitó de entre los muertos y es primicia de los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después todos los que son de Cristo, en su venida; después en final, cuando Cristo entregue el reino a Dios Padre, cuando haya aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte. Y, cuando le haya sometido todo, entonces también el mismo Hijo se someterá al que se lo había sometido todo. Así Dios será todo en todos.

Palabra de Dios


Se sentará en el trono de su gloria y separará a unos de otros
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”. Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”. Y el rey les dirá: “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos, más pequeños conmigo lo hicisteis”. Entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”. Entonces también estos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?”. Él les replicará: “En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de estos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo”. Y estos irán al castigo eterno y los justos a la vida eterna». Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


Santa Cecilia, Virgen y Mártir

Según una antigua tradición, la santa pertenecía a una de las principales familias de Roma, que acostumbraba vestir una túnica de tela muy áspera y que había consagrado a Dios su virginidad. Sus padres la comprometieron en matrimonio con un joven llamado Valeriano, pero Cecilia le dijo a éste que ella había hecho voto de virginidad y que si él quería ver al ángel de Dios debía hacerse cristiano. Valeriano se hizo instruir por el Papa Urbano y fue bautizado. Las historias antiguas dicen que Cecilia veía a su ángel de la guarda.

El alcalde de Roma, Almaquio, había prohibido sepultar los cadáveres de los cristianos.

Pero Valeriano y Tiburcio (su hermano que también se bautizó) se dedicaron a sepultar todos los cadáveres de mártires cristianos que encontraban. Por eso fueron arrestados. Sin embargo, el oficial que fue a detenerlos fue convertido igualmente tras haberlos escuchado, de modo que fue llevado a prisión junto con Valeriano y Tiburcio, donde los tres fueron martirizados.

Santa Cecilia se encargó personalmente de dar sepultura a los cuerpos, y por esa causa la detuvieron a ella también. Las autoridades la condenaron a morir ahogada, pero ella siempre sobrevivió; en vista de eso la introdujeron en agua hirviendo, pero ella se puso a cantar como si tomara un baño.

Ante los repetidos fracasos, en su propia casa intentaron cortarle la cabeza tres veces, pero la espada fue incapaz de desprenderla; entonces los verdugos salieron huyendo, asustados, y la dejaron ahí tendida. Durante los tres días que sobrevivió tuvo aún manera de repartir limosnas entre los pobres y de redactar un testamento para legar su casa a fin de consagrarla como iglesia.

Al parecer, el patronazgo de Santa Cecilia sobre la música proviene de un antiquísimo error de traducción. No obstante, su sensibilidad y su pasión por la música quedaron como legado simbólico para conmemorar a este bello arte en nuestra cultura.

En 1594, el papa Gregorio XIII le concedió oficialmente el patronazgo de la música, y de la música sacra, a Santa Cecilia, y desde hace siglos se celebran en esta fecha festivales musicales en todo el mundo.

Oración: Acoge nuestras súplicas, Señor, y, por intercesión de santa Cecilia, dígnate escucharnos con bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 21/11/2020. Sábado de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

Los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra
Primera Lectura. Apocalipsis 11, 4-12
Me fue dicho a mí, Juan: «Aquí están dos testigos míos, estos son los dos olivos y los dos candelabros que están ante el Señor de la tierra. Y si alguien quiere hacerles daño, sale un fuego de su boca y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, es necesario que muera de esa manera. Estos tienen el poder de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia durante los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plagas siempre que quieran. Y cuando hayan terminado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Y gentes de los pueblos, tribus, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres durante tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro. Y los habitantes de la tierra se alegran por ellos y se regocijan y se enviarán regalos unos a otros, porque los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra». Y después de tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: «Subid aquí». Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos se quedaron mirándolos.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 143, 1. 2. 9-10

Bendito el Señor, mi alcázar.

Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea.

Bendito el Señor, mi alcázar.

Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que somete los pueblos.

Bendito el Señor, mi alcázar.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna.

Bendito el Señor, mi alcázar.

No es Dios de muertos, sino de vivos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección y preguntaron a Jesús: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano.” Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. Y que lo muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos» Intervinieron unos escribas: «Bien dicho, Maestro». Y no se atrevían a hacerle más preguntas. 

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


La Presentación de la Santísima Virgen María

Hoy, celebramos junto con toda la Iglesia, la Presentación en el Templo de la niña Santa María.

Es en una antigua y piadosa tradición que encontramos los orígenes de esta fiesta mariana que surge en el escrito apócrifo llamado "Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios. También las visiones de la beata Ana Catherinne Emmerich sobre la vida de la Virgen María refieren de manera semejante esta parte de su vida.

Históricamente, el inicio de esta celebración fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Estas fiestas se vienen conmemorando en Oriente desde el siglo VI, inclusive el emperador Miguel Comeno cuenta sobre esto en una Constitución de 1166.

Más adelante, en 1372, el canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

En verdad, lo que hoy celebramos es la consagración que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada.

En esta fecha son muchas las personas que renuevan las promesas de consagración religiosa, recordando la oblación primordial que hizo María de sí misma.

Oración:

Santa Madre María,
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,
aceptando desde una libertad poseída
el servirle plenamente como templo inmaculado,
tú que confiando en tus santos padres,
San Joaquín y Santa Ana,
respondiste con una obediencia amorosa
al llamado de Dios Padre,
tú que ya desde ese momento
en el que tus padres te presentaron en el Templo
percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor;
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo,
anunciándolo en cada momento de nuestra vida
desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Amén

Oración: Te rogamos, Señor, que a cuantos hoy honramos la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, nos concedas, por su intercesión, participar, como ella, de la plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 19/11/2020. Jueves de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

El Cordero fue degollado, y con su sangre nos aquirió de toda nación
Primera Lectura. Apocalipsis 5, 1-10
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?». Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirarlo. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo: «Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos». Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. Se acercó para recibir el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo: «Eres digno de recibir el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre has adquirido para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinarán sobre la tierra».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca. Es un honor para todos sus fieles.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

Palabra de Dios


Santa Matilde Hackeborn

Nació en Helfta (Sajonia, Alemania) hacia el año 1240, en el seno de una de las familias más nobles y poderosas de Turingia, los Hackeborn. A los siete años la llevaron al monasterio benedictino de Rodardsdorf, donde su hermana mayor Gertrudis era monja, y en él se crió y educó, y más tarde profesó.

Gertrudis pasó al monasterio de Helfta, cerca de Eisleben, del que fue abadesa muchos años, y con ella marchó su hermana. Allí se encontrarían más tarde con santa Gertrudis la Magna, amiga y confidente de Matilde. Ésta, formada en el ambiente literario y espiritual de su convento y muy inteligente, fue nombrada directora de la escuela monacal y también directora del canto litúrgico de la comunidad.

El Señor le concedió el don de la contemplación mística y experiencias místicas extraordinarias que quedaron plasmadas en uno de los libros más notables de la mística medieval, el Libro de la Gracia Especial.

Murió en su monasterio de Helfta el 19 de noviembre de 1298.

Oración: Oh Dios que, en tu piedad, revelaste a santa Matilde los esplendores de la soberana economía; concédenos llegar a disfrutar cara a cara, en la visión celestial, de lo que ya conocemos por la verdad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Matilde de Hackeborn - Audiencia general de Benedicto XVI. Plaza de San Pedro Miércoles 29 de septiembre de 2010

San Crispín de Viterbo (1668-1750)

Nació en Viterbo (Lazio) el año 1668. Huérfano de padre, la madre se ocupó de su educación religiosa. Hasta los 25 años trabajó en el taller de un tío suyo que era zapatero. En 1693 vistió el hábito capuchino. Optó por ser hermano lego para imitar a san Félix de Cantalicio.

Estuvo en diversos conventos ejerciendo tareas domésticas hasta que, en 1709, fue trasladado a Orvieto, donde comenzó a ejercer el oficio de limosnero, en el que permaneció casi cuarenta años, dando admirables ejemplos de amor a Dios, devoción a la Madre de Jesús y caridad hacia el prójimo, en especial los pobres.

Desde siempre se le ha llamado y con razón el santo de la alegría franciscana. Murió en Roma el 19 de mayo de 1750.





Abdías profeta

Abdías es el cuarto de los profetas menores. Se cree que fue posterior a Joel, Oseas y Amós, también profetas en tiempos del rey Ozías. San Jerónimo dice que gracias a él sobrevivieron los cien profetas a quien Jezabel mandó exterminar: los ocultó en las cavernas de las montañas, a lo largo de Samaría.

Se dice que su sepulcro era venerado, junto con el del profeta Eliseo y el del Bautista, en la ciudad de Sabaste, y que Dios obraba en él prodigios.

La profecía de Abdías aparece en la Biblia en un solo capítulo de 21 versículos y anuncia la ruina de Edom, enemiga de Judá. También anuncia la venida del Mesías.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 18/11/2020. Miércoles de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir
Primera Lectura. Apocalipsis 4, 1-11
Yo, Juan, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y aquella primera voz, como de trompeta, que oí hablando conmigo decía: «Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después de esto». Enseguida fui arrebatado en espíritu. Vi un trono puesto en el cielo, y sobre el trono uno sentado. El que estaba sentado en el trono era de aspecto semejante a una piedra de diamante y cornalina, y había un arco iris alrededor del trono de aspecto semejante a una esmeralda. Y alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos con vestiduras blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas. Y del trono salen relámpagos, voces y truenos; y siete lámparas de fuego están ardiendo delante del trono, que son los siete espíritus de Dios, y delante del trono como un mar transparente, semejante al cristal. Y en medio del trono y a su alrededor, había cuatro vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás: El primero era semejante a un león, el segundo a un toro, el tercero tenía cara como de hombre, y el cuarto viviente era semejante a un águila en vuelo. Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, estaban llenos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa: «Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir». Cada vez que los vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas ante el trono diciendo: «Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 150, 1-2. 3-4. 5

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.

Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento; alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.

Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas.

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.

Alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta alabe al Señor.

Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.

¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 19, 11-28
En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestase enseguida. Dijo, pues: «Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles: “Negociad mientras vuelvo”. Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo: “No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”. Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quien había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: “Señor, tu mina ha producido diez”. Él le dijo: “Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”. El segundo llegó y dijo: “Tu mina, señor, ha rendido cinco”. A ese le dijo también: “Pues toma tú el mando de cinco ciudades”. El otro llegó y dijo: “Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente, que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”. Él le dijo: “Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”. Entonces dijo a los presentes: “Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”. Le dijeron: “Señor, si ya tiene diez minas”. “Os digo: al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no me querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”». Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

Palabra de Dios


Dedicación de la Basílica de San Pedro y San Pablo

Según la tradición, el martirio de San Pedro tuvo lugar en los jardines de Nerón en el Vaticano, donde se construyó el Circo de Calígula y se afirma que fue sepultado cerca de ahí. Algunos autores sostienen que, en el año 258, se trasladaron temporalmente las reliquias de San Pedro y San Pablo a una catacumba poco conocida llamada San Sebastián a fin de evitar una profanación, pero años después, las reliquias fueron trasladadas al lugar en que se hallaban antes.

En el año 323, Constantino comenzó a construir la basílica de San Pedro sobre el sepulcro del Apóstol. Permaneció idéntica por dos siglos, y poco a poco los Papas fueron estableciendo junto a ella, al pie de la colina Vaticana, su residencia, tras el destierro de Aviñón. En 1506, el Papa Julio II inauguró la nueva Basílica proyectada por Bramante. La construcción duró 120 años. La nueva basílica de San Pedro, tal como se ve hoy, fue consagrada por Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, y el altar mayor fue construido sobre el sepulcro de Pedro.

El martirio de San Pablo tuvo lugar a unos 11 kilómetros del de San Pedro, en Aquae Salviae (actualmente Tre Fontane), en la Vía Ostiense. El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina.

La gran Iglesia de San Pablo Extramuros fue construida principalmente por el emperador Teodosio I y el Papa San León Magno. En 1823 fue consumida por un incendio. Se reconstruyó, haciendo una imitación de la anterior y fue consagrada por el Papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854, pero la fecha de su conmemoración se celebra en este día, como lo hace notar el Martirologio.

Oración: Defiende a tu Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión, aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 16/11/2020. Lunes de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

Acuérdate de dónde has caído, y conviértete
Primera Lectura. Apocalipsis 1, 1-4; 2, 1-5a
Revelación de Jesucristo, que Dios le encargó mostrar a sus siervos acerca de lo que tiene que suceder pronto. La dio a conocer enviando su ángel a su siervo Juan, el cual fue testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo de todo cuanto vio. Bienaventurado el que lee, y los que escuchan las palabras de esta profecía, y guardan lo que en ella está escrito, porque el tiempo está cerca. Juan, a las siete Iglesias de Asia: «Gracia y paz a vosotros de parte del que es, el que era y ha de venir; de parte de los siete Espíritus que están ante su Trono». Escuché el Señor que me decía: Escribe al ángel de la Iglesia en Éfeso: «Esto dice el que tiene las siete estrellas en su derecha, el que camina en medio de los siete candelabros de oro. Conozco tus obras, tu fatiga, tu perseverancia, que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que se llaman apóstoles, pero no lo son, y has descubierto que son mentirosos. Tienes perseverancia y has sufrido por mi nombre y no has desfallecido. Pero tengo contra ti que has abandonado tu amor primero. Acuérdate, pues, de dónde has caído, conviértete y haz las obras primeras».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 1, 1-2. 3. 4 y 6

Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.

Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

Será como un árbol, plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.

Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal.

Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida.

«¿Qué quieres que haga por ti?» «Señor, que recobre la vista»
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 18, 35-43
Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron: «Pasa Jesús el Nazareno». Entonces empezó a gritar: «¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mi!». Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la vista». Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado». Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

Palabra de Dios


Santa Gertrudis la Magna, Mística (1302)

Santa Gertrudis nació en Eisleben, Alemania en el año 1256. La santa es considerada como patrona de las personas místicas; y fue ella quien propagó la devoción al Sagrado Corazón y el culto a San José.

A los 5 años se consagró al Señor en el monasterio de Helfta, cerca de Eisleben (Alemania), siendo así una de las vocaciones más precoces de la historia del cristianismo.

Hasta los 25 años Santa Gertrudis fue una monja como las demás, dedicada a la oración, a los trabajos manuales y a la meditación. Sentía una inclinación sumamente grande por los estudios literarios. Con esta edad recibió la primera revelación, la cual transformaría su vida para siempre. Tras esta aparición de Jesucristo (el 27 de enero de 1281) se convirtió a Él por entero y desde entonces se entregó exclusivamente al estudio de la Sagrada Escritura, a los escritos de los Padres y de los teólogos, sirviéndose especialmente para sus escritos de San Agustín, San Gregorio Magno, san Bernardo y Hugo de San Víctor.

Así lo narra ella misma: "Estaba yo en un rincón de la capilla donde acostumbraba hacer mis tibias oraciones, cuando se me apareció Nuestro Señor y me dijo: – Hasta ahora te has dedicado a comer polvo como los que no tienen fe. De allí has tratado de extraer miel y sólo has encontrado espinas. Desde ahora dedícate a meditar en mis mensajes y ahí sí encontrarás el verdadero maná que te alimentará y te dará la fortaleza y la paz".

Ella dice: "cambié el estudio de ciencias naturales y literatura, por el de la teología y la Sagrada Escritura". Y en sus escritos se notará en adelante que su ciencia la ha ido a beber (después de las revelaciones que Dios le hizo) en los libros sagrados de la Biblia y de los santos.

Dios se sirvió de sus padecimientos físicos para santificarla, obligándola especialmente a luchar contra el amor propio y la impaciencia. Vivió en perfecta unión con Dios y fueron tales su pureza y su amor para con el Señor que Dios la privilegió con continuas gracias místicas y con la impresión de sus llagas.

En vida no tuvo Gertrudis más cargo que el de ser suplente de Santa Matilde, que fue su maestra, pero hizo el bien a muchísimas personas gracias a su don de palabra y a los dones que Dios le había dado. Esta otra gran santa era 15 años mayor que Santa Gertrudis y le contaba las revelaciones que ella había recibido también. Las dos (adelantándose varios siglos a lo que después se aceptaría) recomendaban mucho la comunión frecuente, la devoción al Sagrado Corazón y el encomendarse a San José. Un día Santa Matilde supo que su sobrina Gertrudis venía copiando todas las experiencias místicas y las revelaciones que ella le había contado, y se alarmó. Pero el Señor le comunicó que Él mismo le había inspirado a Gertrudis el deseo de escribir tales experiencias y revelaciones, y entonces la misma Matilde se encargó de corregir aquel escrito, el cual fue publicado con el título de "Revelaciones de Santa Matilde".

Jesucristo le dijo un día: "Gertrudis, tú serás mi heraldo" (Se llama heraldo el que transmite mensajes de un superior). Y ella escribió en cinco libros los mensajes que recibió en sus revelaciones, y a su obra le puso por nombre: "Heraldo de la amorosa bondad de Dios". A esta obra que se ha hecho famosa entre todas las personas que se dedican a la mística, se le ha llamado también: "Revelaciones de Santa Gertrudis". Allí se contienen visiones, comunicaciones, y experiencias místicas, y estas experiencias se han repetido después en muchas otras almas santas como por ejemplo San Juan de la cruz, Santa Teresa, Santa Magdalena de Pazzi, Santa Gema y muchísimos santos más.

Cuando le fue anunciado que se acercaba su muerte exclamó: "Esta es la más dulce de las alegrías, la que más había deseado, porque voy a encontrarme con Cristo". Y dictó sus últimos pensamientos acerca de la muerte, que son de lo más sublime que se haya escrito. Murió el 17 de noviembre del año 1302 aunque su fiesta se celebra el 16 de noviembre. Por sus escritos se le ha dado a esta santa el título de Magna.

Los especialistas afirman que los libros de Santa Gertrudis son, junto con las obras de Santa Teresa y Santa Catalina, las obras más útiles que una mujer haya dado a la Iglesia para alimentar la piedad de las personas que desean dedicarse a la vida contemplativa. Es una de las Patronas de los escritores católicos.

Tras su primer encuentro con Cristo del fondo de su alma brotaron estas palabras que dejó escritas: 'Soy una huerfanita, sin madre, pobre y privada de todo. Sólo Jesús es mi consolación. Desde hoy soy toda tuya; mi cuerpo y mi alma están en tus manos; los entrego a tu amor. ¡Oh Jesús, amor único de mi corazón; oh amante lleno de ternura; oh amado, amado, amado sobre todas las cosas, por ti suspira y enferma el deseo ardiente de mi alma! Tú eres para ella como un día de primavera, vibrante de vida y perfumado de flores'.

La oración de las mil almas del purgatorio (muy popular en alemania)

En una aparición mística, Jesús aseguró a santa Gertrudis que esta oración liberaría a mil almas del purgatorio cada vez que se ofreciese y se extendería también la promesa a la conversión y salvación de las que todavía peregrinan por la tierra. Con el rezo diario de esta oración es incalculable el bien que podemos hacer a las almas si se recita varias veces y se consigue además la salvación de miles de ellas, dentro y fuera de la Iglesia, y en la propia familia.

Padre eterno, os ofrezco la preciosísima sangre de vuestro divino hijo Jesús, junto con las misas que se celebren en todo el mundo hoy:

  • por todas las santas almas del purgatorio
  • por los pecadores en todas partes
  • por los pecadores en la Iglesia universal
  • los de mi propio hogar y dentro de mi familia.

Amén.

domingo, 15 de noviembre de 2020

Lecturas y santoral 15/11/2020. Domingo de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

Trabaja con la destreza de sus manos
Primera Lectura. Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31
Una mujer fuerte, ¿quién la hallará? Supera en valor a las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias, no pérdidas todos los días de su vida. Busca la lana y el lino y los trabaja con la destreza de sus manos. Aplica sus manos al huso, con sus dedos sostiene la rueca. Abre sus manos al necesitado y tiende sus brazos al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en público.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 127, 1-2. 3. 4-5
Dichosos los que temen al Señor. 
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. 

Dichosos los que temen al Señor.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Dichosos los que temen al Señor.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. 
Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.

Dichosos los que temen al Señor.
Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6
En lo referente al tiempo y a las circunstancias, hermanos, no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.

Palabra de Dios



Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu señor
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco". Su señor le dijo: "Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor". Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos". Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor". Se acercó también el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo". El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes"». Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


San Alberto Magno doctor de la Iglesia

Nació en Lauingen (Baviera) en 1206. Era de familia rica y de importancia en el gobierno y en la alta sociedad. Estudió en Bolonia y en Padua donde vistió el hábito de los dominicos en 1229.

Ejerció con éxito el profesorado en varios centros de Alemania y, a partir de 1245, en París; de muchas naciones iban estudiantes a escuchar sus clases. En París fue el maestro del más grande sabio que ha tenido la Iglesia Católica, Santo Tomás de Aquino. Él descubrió la genialidad del joven Tomás a quien tuvo por discípulo predilecto.

Tuvo el mérito de haber separado la teología de la filosofía, y de rescatar y reconciliar las ideas del filósofo con las cristianas (lo cual perfeccionará luego su discípulo Santo Tomás).

Escribió 38 volúmenes, de todos los temas. Fue nombrado superior provincial de su comunidad de Dominicos. Y el Sumo Pontífice lo nombró Arzobispo de Ratisbona en 1260. Allí fue un pastor celoso y austero, que puso todo su empeño en pacificar pueblos y ciudades. Dos años después renunció para predicar la cruzada y volver a la docencia. Es autor de muchas e importantes obras de teología, y también de ciencias naturales.

Armonizó en su persona la sabiduría de los santos y el saber humano y las ciencias de la naturaleza. Desempeñó cargos importantes en su Orden y, junto con san Buenaventura, defendió ante el Papa la causa de los mendicantes contra quienes querían excluirlos de la docencia universitaria.

Murió en Colonia el 15 de noviembre de 1280.

Oración: Señor, tú que has hecho insigne al obispo san Alberto Magno, porque supo conciliar de modo admirable la ciencia divina con la sabiduría humana, concédenos a nosotros aceptar de tal forma su magisterio que, por medio del progreso de las ciencias, lleguemos a conocerte y a amarte mejor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.