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viernes, 8 de octubre de 2021

Lecturas y Santoral 08/10/2021. Viernes la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

El Día del Señor, día de oscuridad y negrura
Primera Lectura. Joel 1, 13-15; 2, 1-2
Vestíos de luto, haced duelo, sacerdotes, gritad, servidores del altar. Venid y pasad la noche en sacos, servidores de Dios, pues no hay en el templo de vuestro Dios ofrenda y libación. Proclamad un ayuno santo, convocad la asamblea, reunid a los jefes, a todos los habitantes del país en la casa de vuestro Dios y llamad a gritos al Señor. ¡Ay del día! Se acerca el Día del Señor, llega como ruina arrolladora. Tocad la trompeta en Sión, gritad en mi monte santo, se estremecen todos los habitantes del país, pues llega el Día del Señor. Sí, se acerca, día de oscuridad y negrura, día de niebla y oscuridad, como el alba sobre los montes, avanza un gentío innumerable, poderoso como nunca la hubo ni lo habrá tras él por generaciones.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 9, 2-3. 6 y 16. 8-9

El Señor juzgará el orbe con justicia.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, proclamando todas tus maravillas; me alegro y exulto contigo, y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo.

El Señor juzgará el orbe con justicia.

Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío y borraste para siempre su apellido. Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron, su pie quedó prendido en la red que escondieron.

El Señor juzgará el orbe con justicia.

Dios está sentado por siempre en el trono que ha colocado para juzgar. El juzgará el orbe con justicia y regirá las naciones con rectitud.

El Señor juzgará el orbe con justicia.

Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra si mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Al volver se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

Palabra de Dios

San Hugo de Génova

Nació en Alessandria (Italia) hacia el año 1186, de la noble familia de los Canefri. De acuerdo a un retrato escrito en sus tiempos sabemos que San Hugo era delgado, con un rostro ascético, y pequeño en estatura. No parece que recibiera la ordenación sacerdotal. Lo adscribieron a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en pleno fervor de las cruzadas.

Prestó servicio largo tiempo en Tierra Santa para defender los intereses de la cristiandad y tras largas campañas volvió a Italia. Allí lo destinaron a regir, en calidad de maestro, preceptor o comendador, la Encomienda de San Juan de Jerusalén en Génova. Esta casa tenía un hospital anejo donde trabajó en la enfermería más cercana.

Allí brilló por su bondad y caridad en el ejercicio de los altos oficios de gobierno y de beneficencia que le habían confiado, a favor de los enfermos y menesterosos acogidos en el hospital, así como de los peregrinos que hacían un alto en Génova antes de embarcarse o al regresar de Tierra Santa. Era gentil y amable con todos.

Dormía en un tablero, en un rincón del sótano del Hospital; sirvió a los pobres con amor y tacto, dándoles comida, dinero, consuelo espiritual y amor fraternal. Él lavaba los pies a los pacientes, cuidaba de ellos, y cuando ellos morían, él los enterraba. La cruz de ocho puntas, (símbolo de su orden), no sólo estaba en su capa, él la llevaba en su corazón. Tan grande era su celo que él se ciñó con un cinturón metálico que usaba dentro de sus vestiduras, hacía ayunos continuamente durante todo el año y durante la Cuaresma no comía nada cocinado.

Todos los días recitaba el oficio y oía Misa con tal fervor que muchas veces cayó en éxtasis y se elevaba del suelo a la vista de todos. Su oración era, evidentemente, continua, y Dios le recompensó por ello con un don de poder realizar milagros sobre los elementos naturales. Estos milagros fueron presenciados por el arzobispo de Génova, Otto Fusco, así como por cuatro venerable canónigos que frecuentaban la casa del santo y atestiguaron sobre lo que vieron. Se recuerda el de haber hecho brotar agua de una roca para que las lavanderas del hospital pudiesen lavar la ropa de los enfermos pobres.

Murió hacia el año 1233.

Tais la Penitente también llamada Taide de Egipto (Siglo IV)

Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución (meretriz) de Alejandría.

Refiere la narración que Pafnucio, monje del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Fue a Alejandría para convertir a Tais (así lo cuenta en su cándido latín Roswita) y provocó un encuentro con ella siendo el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ésta deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante y recurre a la misericordia de Dios pidiendo que se le imponga penitencia. La cortesana más bella y rica de Egipto hizo una pira con su palacio y se recluyó en un convento de la Tebaida para hacer penitencia hasta su muerte.

Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy.

Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.

Santa Pelagia de Antioquia

Pelagia, era una muy celebrada y conocida comediante (bailarina) en Antioquía. Corría entonces el siglo V. Siendo muy joven, había estado con los catecúmenos, olvidándolo después.

Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.

Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo.

Se cuenta que un domingo, Pelagia, por curiosidad volvió a entrar a un templo, y al oír al obispo predicar sobre el infinito tesoro de la misericordia de Dios, su corazón se conmovió. Quiso rezar pero no pudo, porque ya no recordaba cómo hacerlo. Abandonó el templo con el deseo de dejar esa vida desordenada que llevaba. Se decidió a escribir al obispo. Le decía en su carta: "Al santo discípulo de Jesús: He oído decir que tu Dios bajó del cielo a la tierra para salvación de los hombres. Él no desdeñó hablar con la mujer pecadora. Si eres su discípulo, escúchame. No me niegues el bien y el consuelo de oír tu palabra para poder hallar gracia, por tu medio, con Jesucristo, nuestro Salvador."

El obispo, creyó en la sinceridad de Pelagia. Así fue bautizada y confirmada, recibiendo la Eucaristía. Desde ese momento, cambió su vida. Repartió entre los pobres sus joyas y bienes, liberó a sus esclavos y vistiendo una humilde túnica, dejó Antioquía, fue a Jerusalén y allí cerca halló una gruta, donde se decidió a morar, haciendo una vida austera, penitencia y oración. Por prudencia, ocultó su condición de mujer, y quien le preguntaba el nombre respondía que era "Pelagio". En ese tiempo, se desarrollaba el concilio de Antioquía y un diácono del obispo queriendo ir a Jerusalén, le pidió permiso al obispo para ir allí, diciendo que quería conseguir noticias sobre un ermitaño llamado Pelagio.

Llegó a encontrar a Pelagio en su cueva, quien lo recibió y volvió luego a encerrarse a rezar. Se cuenta que cuando volvió el diácono, Pelagio, ya no respondió. Cuando entraron en la cueva, encontraron muerto al ermitaño. Al disponerse a ungirlo con mirra -como entonces se usaba-, hallaron que era una mujer.

Vinieron entonces de los monasterios mujeres que estaban en Jericó y en el Jordán y marchando con cirios y luminarias y cantado himnos, dieron sepultura al cuerpo de Pelagia. Era un 8 de octubre del año 468.

Las singulares características de esta santa nos proporcionan la oportunidad de recordar que el riguroso apartamiento de los ermitaños no es una rareza, sino el fruto de un decidido y exclusivo anhelo de buscar a Cristo. Figuras como las de Pelagia, recordaban proféticamente a la Iglesia de su tiempo el verdadero orden de los valores, oscurecido frecuentemente por los crecientes compromisos temporales.

Es patrona de cómicas y arrepentidos, y tiene por atributo una máscara teatral.

Santa Brigida, Viuda

Hija del gobernador de Uplandia en Suecia, a la edad de siete años, tuvo una visión de la Madre del Cielo, y a los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, soñó con el Señor Jesús, convirtiendose la Pasión del Cristo en centro de su vida espiritual. Antes de cumplir los catorce años, la joven contrajo matrimonio con Ulf, y Dios le dio 28 años de felicidad matrimonial, cuyos frutos fueron cuatro hijos y cuatro hijas, una de las cuales es venerada con el nombre de Santa Catalina de Suecia.

En 1355, la santa fue llamada por la corte del rey Magno II para convertirse en dama de honor de la reina Blanca de Namur.

Una penosa enfermedad postró en cama a su esposo por largo tiempo, pero gracias a las oraciones de la santa, éste recobró la salud, por lo que ambos prometieron consagrarse a Dios en la vida religiosa. Según parece, Ulf murió en 1344 en el monasterio cisterciense de Alvastra, antes de poner en obra su propósito. La santa, por su parte, se quedó cuatro años más en este convento dedicada a la penitencia y oración.

Las visiones y revelaciones de Santa Brígida se referían a los asuntos más polémicos de su época; y muchos reconocen que gracias a estas visiones, se lograron algunos acuerdos de paz, estableciendose relaciones políticas entre los estados, entre otras cosas. Estas visiones fueron escritas en latín por el prior del monasterio, Pedro de Skninge, quien fue el único a quien la santa le confiaba con exactitud sus visiones divinas en calidad de confesor.

Por revelación divina, la santa fundó en Vadstena un monasterio, y más adelante, la orden del Santísimo Salvador. Su ministerio apostólico comprendió su austeridad, su devoción y peregrinación a los santuarios, su severidad consigo misma y su bondad con el prójimo y su entrega total al cuidado de los pobres y enfermos.

El 23 de julio de 1372, Santa Brígida fallece a los 71 años en manos de su fiel confesor. Fue canonizada en 1391 y es venerada como la patrona de Suecia.

miércoles, 6 de octubre de 2021

Lecturas y Santoral 06/10/2021. Miércoles de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Tú te compadeces del ricino, ¿y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad?
Primera Lectura. Lectura de la profecía de Jonás 4, 1-11
Jonás se disgustó y se indignó profundamente. Y rezó al Señor en estos términos: «¿No lo decía yo, Señor, cuando estaba en mi tierra? Por eso intenté escapar a Tarsis, pues bien sé que eres un Dios bondadoso, compasivo, paciente y misericordioso, que te arrepientes del mal. Así que, Señor, toma mi vida, pues vale más morir que vivir». Dios le contesto: «¿Por qué tienes ese disgusto tan grande?». Salió Jonás de la ciudad, y se instaló al oriente. Armó una choza y se quedó allí, a la sombra, hasta ver qué pasaba con la ciudad. Dios hizo que una planta de ricino surgiera por encima de Jonás, para darle sombra a su cabeza y librarlo de su disgusto. Jonás se alegró y se animó mucho con el ricino. Pero Dios hizo que, al día siguiente, al rayar el alba, un gusano, atacase al ricino, que se secó. Cuando salió el sol, hizo Dios que soplase un recio viento solano; el sol pegaba en la cabeza de Jonás, que desfallecía y se deseaba la muerte: «Más vale morir que vivir», decía. Dios dijo entonces a Jonás: «¿Por qué tienes ese disgusto tan grande por lo del ricino?». Él contestó: «Lo tengo con toda razón. Y es un disgusto de muerte». Dios repuso: «Tú te compadeces del ricino, que ni cuidaste ni ayudaste a crecer, que una noche surgió y en otra desapareció, ¿y no me he de compadecer yo de Nínive, la gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas, que no distinguen la derecha de la izquierda, y muchísimos animales?». 

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 85, 3-4. 5-6. 9-10

Tú, Señor, eres lento a la cólera, rico en piedad.

Piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.

Tú, Señor, eres lento a la cólera, rico en piedad.

Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica.

Tú, Señor, eres lento a la cólera, rico en piedad.

Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios».

Tú, Señor, eres lento a la cólera, rico en piedad.

Señor, enséñanos a orar
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación”». 

Palabra de Dios

San Bruno, Fundador de la Orden de los Cartujos

El sabio y devoto cardenal Bona, hablando de los monjes Cartujos, cuya orden fue fundada por San Bruno, y cuyo instituto religioso está por encima de todos los demás, los llama "el gran milagro del mundo: viven en el mundo como si estuviesen fuera de él; son ángeles en la tierra, como Juan Bautista en el desierto".

San Bruno fue profesor de filosofía y teología en la escuela de Reims, donde mantuvo durante 18 años, un alto nivel en los estudios. Después fue nombrado canciller en la diócesis por el arzobispo Manasés, quien era un personaje indigno de llevar ese alto cargo.

La Iglesia considera la vida de los Cartujos como el modelo perfecto del estado de contemplación y penitencia. Sin embargo, cuando se estableció en Chartreuse, no tenía la menor intención de fundar una orden religiosa. Si sus monjes se extendieron, seis años más tarde por el Delfinado, ello se debió, después de la voluntad de Dios, a una invitación que se les formuló. El conde Rogelio, hermano de Roberto Guiscardo, regaló al santo el fértil valle de La Torre, en la diócesis de Squillace. Ahí se estableció San Bruno con algunos discípulos.

El santo expiró el domingo 6 de octubre de 1101. Luego, los monjes de La Torre enviaron un relato de su muerte a las principales iglesias y monasterios de Italia, Francia, Alemania, Inglaterra e Irlanda, pues era entonces costumbre pedir oraciones por las almas de los que habían fallecido. Ese documento junto con los "elogia" escritos por los 178 que recibieron el relato de su muerte, es uno de los más completos y valiosos que existen.

San Bruno no ha sido canonizado formalmente, pues los Cartujos rehuyen todas las manifestaciones públicas. Sin embargo, en 1514 obtuvieron del Papa León X el permiso de celebrar la fiesta de su fundador, y Clemente X la extendió a toda la Iglesia de occidente en 1674. El santo es particularmente popular en Calabria, y el culto que se le tributa refleja en cierto modo el doble aspecto activo y contemplativo de su vida.

miércoles, 24 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 24/02/2021. Miércoles de la primera semana de Cuaresma

Los ninivitas habían abandonado el mal camino
Primera Lectura. Jonás 3, 1 -1011
El Señor dirigió la palabra a Jonás: «Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Ninivé; la gran ciudad, allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré». Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad, inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando: «Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada» Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor. La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojo del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Ninivé este anuncio de parte del rey y de sus ministros: «Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá». Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó. 

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 50, 3-4. 12-13. 18-19

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.


A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás». 

Palabra de Dios.

San Ethelberto de Kent

Era rey de Kent y, siendo aún pagano, contrajo matrimonio con Berta, princesa franca, de religión católica, hija única de Chariberto, rey de París. Berta exigió para casarse, poder practicar su religión y que la acompañara su capellán, el obispo Liudardo, que influiría en la conversión del rey.

Ethelberto jugó un papel importante en la conversión de los sajones al cristianismo. Acogió y protegió a los misioneros enviados por san Gregorio Magno y encabezados por san Agustín de Canterbury. Él mismo, la vigilia de Pentecostés del año 597, instruido convenientemente, recibió el bautismo de manos de san Agustín de Canterbury, hecho que influyó no poco para que muchos súbditos suyos abrazaran la fe cristiana.

También contribuyó a la conversión de Saberto, rey de los sajones orientales, cuya capital era Londres. Cedió su palacio a san Agustín, levantó la catedral de San Andrés en Rochester, apoyó en todo la labor de los misioneros, construyó iglesias y monasterios.

Fue un modelo de rey cristiano, que gobernó a su pueblo con prudencia y dio leyes justas inspiradas en el derecho romano y en la doctrina evangélica. El santo pronto se convirtió en un modelo por la nobleza de su conversión. La acogida que dio a los misioneros y su gesto de escucharles sin prejuicions son un caso extraordinario en la historia. Con su actitud de no imponer la fe en sus súbditos, a pesar de su celo por propagarla, favoreció enormemente la obra de los misioneros.

Murió en Canterbury el 24 de febrero del año 616, después de 56 años de reinado. Fue sepultado en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, junto a Santa Berta y san Liudardo.

San Marcos de Marconi(1480-1510)

Nació en Mantua, Lombardía, en Italia. Desde niño, el pequeño Marcos daba muestras de intereses místicos poco usuales en alguien de su edad. Se sabe que para sus 15 años se vestía en secreto con túnicas de ermitaño, y realizaba penitencias extremas, probablemente de autosufrimiento.

Eventualmente ingresó a la Orden de Ermitaños de San Jerónimo, y entonces pudo llevar a cabo su sueño de buscar a Dios a partir de la separación del mundo.

Las condiciones extremas en las que vivía fueron con certeza las que ocasionaron su temprana muerte, a los 30 años.

Su tumba se convirtió de inmediato en lugar de peregrinación, pues se dice que se obraron varios milagros ahí. Esta fama creció varios años después, a partir de que se descubrió que el cadáver de San Marcos de Marconi continuaba incorrupto.

Algunos siglos después, su cuerpo fue trasladado a distintos lugares a causa de las guerras. Primero cuando el duque de Mantua se enfrentó al emperador de Austria, lo escondieron en una iglesia. Pero años después lo sacaron justo antes de que Napoleón Bonaparte la destruyera.

Cuando pasaron las turbulencias, finalmente el cuerpo de San Marcos de Marconi fue depositado en la catedral. En 1909, el papa San Pío X confirmó su culto.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 21/11/2020. Sábado de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

Los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra
Primera Lectura. Apocalipsis 11, 4-12
Me fue dicho a mí, Juan: «Aquí están dos testigos míos, estos son los dos olivos y los dos candelabros que están ante el Señor de la tierra. Y si alguien quiere hacerles daño, sale un fuego de su boca y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, es necesario que muera de esa manera. Estos tienen el poder de cerrar el cielo, para que no caiga lluvia durante los días de su profecía, y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plagas siempre que quieran. Y cuando hayan terminado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la gran ciudad, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Y gentes de los pueblos, tribus, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres durante tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en un sepulcro. Y los habitantes de la tierra se alegran por ellos y se regocijan y se enviarán regalos unos a otros, porque los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra». Y después de tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos, y se pusieron de pie, y un gran temor cayó sobre quienes los contemplaban. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: «Subid aquí». Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos se quedaron mirándolos.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 143, 1. 2. 9-10

Bendito el Señor, mi alcázar.

Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea.

Bendito el Señor, mi alcázar.

Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que somete los pueblos.

Bendito el Señor, mi alcázar.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna.

Bendito el Señor, mi alcázar.

No es Dios de muertos, sino de vivos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección y preguntaron a Jesús: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano.” Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. Y que lo muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos» Intervinieron unos escribas: «Bien dicho, Maestro». Y no se atrevían a hacerle más preguntas. 

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


La Presentación de la Santísima Virgen María

Hoy, celebramos junto con toda la Iglesia, la Presentación en el Templo de la niña Santa María.

Es en una antigua y piadosa tradición que encontramos los orígenes de esta fiesta mariana que surge en el escrito apócrifo llamado "Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen María era muy niña sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes para con Dios. También las visiones de la beata Ana Catherinne Emmerich sobre la vida de la Virgen María refieren de manera semejante esta parte de su vida.

Históricamente, el inicio de esta celebración fue la dedicación de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Estas fiestas se vienen conmemorando en Oriente desde el siglo VI, inclusive el emperador Miguel Comeno cuenta sobre esto en una Constitución de 1166.

Más adelante, en 1372, el canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.

En verdad, lo que hoy celebramos es la consagración que María hizo de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada.

En esta fecha son muchas las personas que renuevan las promesas de consagración religiosa, recordando la oblación primordial que hizo María de sí misma.

Oración:

Santa Madre María,
tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo,
aceptando desde una libertad poseída
el servirle plenamente como templo inmaculado,
tú que confiando en tus santos padres,
San Joaquín y Santa Ana,
respondiste con una obediencia amorosa
al llamado de Dios Padre,
tú que ya desde ese momento
en el que tus padres te presentaron en el Templo
percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor;
enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo,
anunciándolo en cada momento de nuestra vida
desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Amén

Oración: Te rogamos, Señor, que a cuantos hoy honramos la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, nos concedas, por su intercesión, participar, como ella, de la plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

martes, 13 de octubre de 2020

Lecturas y Santoral 13/10/2020. Martes la vigesimooctava semana de Tiempo Ordinario

Nada vale la circuncisión, sino la fe que actúa por el amor
Primera Lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1-6
Hermanos: Para la libertad nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes, y no dejéis que vuelvan a someteros a yugos de esclavitud. Mirad: yo, Pablo, os digo que, si os circuncidáis, Cristo no os servirá de nada. Y vuelvo a declarar que todo aquel que se circuncida está obligado a observar toda la ley. Los que pretendéis ser justificados en el ámbito de la ley, habéis roto con Cristo, habéis salido del ámbito de la gracia. Pues nosotros mantenemos la esperanza de la justicia por el Espíritu y desde la fe; porque en Cristo nada valen la circuncisión o la incircuncisión, sino la fe que actúa por el amor.

Palabra de Dios



Salmo Responsorial. 118, 41. 43. 44. 45. 47. 48

Señor, que me alcance tu favor.
Señor, que me alcance tu favor, tu salvación según tu promesa.

Señor, que me alcance tu favor.
No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos.

Señor, que me alcance tu favor.
Cumpliré sin cesar tu ley, por siempre jamás.

Señor, que me alcance tu favor.
Andaré por un camino ancho, buscando tus mandatos.

Señor, que me alcance tu favor.
Serán mi delicia tus mandatos, que tanto amo.

Señor, que me alcance tu favor.
Levantaré mis manos hacia tus decretos, que tanto amo, y recitaré tus mandatos.

Señor, que me alcance tu favor.

Dad limosna, y lo tendréis limpio todo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 37-41
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuese a comer con él. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo».

Palabra de Dios



San Eduardo el Confesor

Después del abandono, las luchas y la opresión durante el reinado de los dos soberanos daneses, Harold Harefoot y Artacanuto, el pueblo inglés acogió con júbilo al representante de la antigua dinastía inglesa, San Eduardo el Confesor. Las cualidades que merecieron a Eduardo ser venerado como santo, se referían más bien a su persona que a su administración como soberano pues era un hombre piadoso, amable y amante de la paz.

Eduardo era hijo de Eteredo y de la normanda Ema. Durante la época de la supremacía danesa, fue enviado a Normandía cuando tenía 10 años y regresó a su patria en 1042 cuando fue elegido rey. A la edad de 42 años contrajo matrimonio con Edith, la hija del Conde Godwino, la mayor amenaza para su reino. La tradición sostiene que San Eduardo y su esposa guardaron perpetua continencia por amor a Dios y como un medio para alcanzar la perfección.

La administración justa y equitativa de San Eduardo le hizo muy popular entre sus súbditos. La perfecta armonía que reinaba entre él y sus consejeros se convitió más tarde en el sueño dorado ya que durante el reinado de Eudardo, los barones normandos y los representantes del pueblo inglés ejercieron una profunda influencia en la legislación y el gobierno. Uno de los actos más populares del reinado de San Eduardo fue la supresión del impuesto para el ejército; los impuestos recaudados de casa en casa en la época del santo fueron repartidos entre los pobres.

Durante el destierro en Normandía, San Eduardo había prometido ir en peregrinación al sepulcro de San Pedro en Roma, si Dios se dignaba poner término a las desventuras de su familia. Después de su ascenso al trono, convocó un concilio y manifestó públicamente la promesa con que se había ligado. Sin embargo, la Asamblea le manifestó que con su partida se abriría el camino a las disensiones en el interior del país y los ataques de las potencias extranjeras. El rey decidió someter el asunto a juicio del Papa San León IX, quien le sugirió repartir el dinero que habría gastado en el viaje entre los pobres, y construir un monasterio en honor a San Pedro.

El último año de vida del santo se vio turbado por la tensión entre el Conde Tostig Godwinsson de Nortumbría y sus súbditos; finalmente el monarca tuvo que desterrar al conde.

Falleció en 1065. La canonización de San Eduardo tuvo lugar en 1161, y dos años después de que su cuerpo se mantuviera incorrupto, fue trasladado por Santo Tomás Becket a una capilla del coro de la abadía de Westminster, de la cual San Eduardo fue su promotor, el 13 de octubre, fecha en que se celebra actualmente su fiesta.

Beata Alejandrina María Da Costa

En Balasar (Oporto, Portugal) el año 1904. Estaba dotada de un temperamento feliz y comunicativo. En 1918, para salvar su pureza amenazada por un hombre, no dudó en tirarse por la ventana desde una altura de cuatro metros, lastimándose la columna vertebral. Su parálisis fue progresando hasta que, en 1925, quedó postrada en cama.

Hasta 1928 no dejó de pedirle al Señor, por intercesión de la Virgen, la gracia de la curación, pero luego comprendió que el sufrimiento era su vocación y la abrazó con prontitud. Se remontan a este período los primeros fenómenos místicos extraordinarios, cuando Alejandrina inició una vida de grande unión con Jesús en los Sagrarios, por medio de María Santísima. Llegaron los éxtasis relativos a la Pasión del Señor.

Desde 1942 Alejandrina dejó de alimentarse, viviendo sólo de la Eucaristía. En medio de sus sufrimientos se interesaba por los pobres y por sus parroquianos. Murió en Balasar el 13 de octubre de 1955, aniversario de la última aparición de la Virgen de Fátima, de la que era muy devota. Fue beatificada el año 2004.

San Geraldo de Aurillac

Nació en el condado de Aurillac (Auvernia, Francia) hacia el año 855. Recibió una educación acorde con su nobleza, pero la falta de salud no le permitió empuñar las armas. Desde joven destacó por su piedad y su caridad para con los pobres.

Sucedió a su padre en el gobierno del condado y ejerció la autoridad con un gran sentido de la justicia. Vivía como monje, aunque con hábito secular. Al regreso de una peregrinación a Roma, fundó un monasterio, en el que le habría gustado profesar, pero la misma autoridad de la Iglesia le dijo que su sitio estaba en el mundo. Quedó ciego en el 902, y murió en Saint-Cierges el año 909.

sábado, 10 de octubre de 2020

Lecturas y Santoral 10/10/2020. Sábado de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Todos sois hijos de Dios por la fe
Primera Lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 22-29
Hermanos: La Escritura lo encerró todo bajo el pecado, para que la promesa se otorgara por la fe en Jesucristo a los que creen. Antes de que llegara la fe, éramos prisioneros y estábamos custodiados bajo la ley hasta que se revelase la fe. La ley fue así nuestro ayo, hasta que llegara Cristo, a fin de ser justificado por la fe; pero una vez llegada la fe, ya no estamos sometidos al ayo. Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo. No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos según la promesa.

Palabra de Dios



Salmo Responsorial. 104, 2-3. 4-5. 6-7

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas; gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra.

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Bienaventurado el vientre que te llevó. Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


Santo Tomás de Villanueva

Nació el año 1486 en Fuenlíana, cerca de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real, España). Recibió una buena formación cristiana en su hogar. Estudió en la Universidad de Alcalá, de la que más tarde fue maestro preclaro.

En 1516 tomó en Salamanca el hábito de San Agustín, y se ordenó sacerdote en 1518. Desde entonces se dedicó al gobierno y renovación de sus religiosos y a la predicación. Nombrado arzobispo de Valencia en 1544, fue un modelo de buen pastor, sobresaliendo por su caridad, pobreza, prudencia y celo apostólico; se desvivió por la formación del clero y la evangelización del pueblo.

En 1516 ingresó en la orden agustina, donde fue prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. Fue eximio predicador, consejero y confesor del rey Carlos I.

A su llegada a Valencia se presentaba a sus ojos una sociedad problematizada. A pesar del esplendor económico-social que experimentaba en aquellos tiempos, al estar la Diócesis más de cien años sin gobierno pastoral directo, la situación moral, no sólo del pueblo, sino también del clero, era realmente lamentable. Urgía por ello que hubiese en la diócesis de Valencia la atención pastoral conveniente, como clave de una verdadera reforma eclesial. Para ello utilizó los medios que tenía a su alcance, pero siempre en plena línea evangélica. Le ayudó en esta tarea su obispo auxiliar, Juan Segriá, plenamente compenetrado con los sentimientos del Santo Arzobispo.

Dio una gran importancia a la atención que había que brindar a los sacerdotes. Y fueron la dulzura y el cariño los medios de los que se sirvió. Les orientaba para que supieran cómo tenían que actuar. Decía a los predicadores, por ejemplo, que se tenían que preparar para ejercer el ministerio con la oración y el estudio.

Desde joven había vivido en pobreza y puso gran empeño en socorrer a los pobres. Solía decir: "No temo a los enemigos de fuera, sino la corrupción interior". Desde el primer momento de su actuación como arzobispo de Valencia, fue consciente de que los bienes de la Iglesia no son de los pastores, sino que son simplemente sus administradores. Y como tal comenzó a comportarse. Prestó una pródiga atención material a los eclesiásticos, a quienes socorría dadivosamente. A nivel diocesano organizó la caridad con un plan de asistencia y auxilio social permanente. Atendió a todos.

La diócesis de Valencia, tras once años de su ministerio episcopal, quedó marcada por la línea pastoral que trazó, de modo que a su muerte, acaecida el 8 de septiembre de 1586, la Diócesis quedaba organizada y en buen estado.

Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688. Su fiesta litúrgica se celebra el 10 de octubre.

Oración: Oh Dios, que quisiste asociar a santo Tomás de Villanueva, insigne por su doctrina y caridad, al número de los santos pastores de tu Iglesia, concédenos, por su intercesión, la gracia de permanecer continuamente entre los miembros de tu familia santa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Daniel Comboni

Es uno de los grandes misioneros de la historia de la Iglesia, fundador de los Misioneros Combonianos y de las Misioneras Combonianas.

Nació en Limone sul Garda (Brescia, Italia) el año 1831, en el seno de una familia de campesinos pobres. Desde niño, en la escuela de Don Mazza, se despertó en él la vocación misionera. Ordenado sacerdote en 1854, salió en la primera expedición misionera organizada por Don Mazza para África, donde permaneció hasta 1859 en que lo destinaron a la formación de los jóvenes africanos del colegio de Don Mazza.

Entregó su vida a las misiones del África negra e hizo proyectos que presentó a Pío IX y al Concilio Vaticano I. En medio de muchas dificultades e incomprensiones, Daniel Comboni intuye que la sociedad europea y la Iglesia deben tomarse más en serio la misión de Africa Central. Para lograrlo se dedica con todas sus fuerzas a la animación misionera por toda Europa, pidiendo ayudas espirituales y materiales para la misión africana tanto a reyes, obispos y señores como a la gente sencilla y pobre. Y funda una revista misionera, la primera en Italia, como instrumento de animación misionera.

Su inquebrantable confianza en el Señor y su amor a Africa llevan a Comboni a fundar en 1867 y en 1872 dos Institutos misioneros, masculino y femenino respectivamente; más tarde sus miembros se llamarán Misioneros Combonianos y Misioneras Combonianas.

Como teólogo del Obispo de Verona participa en el Concilio Vaticano I, consiguiendo que 70 obispos firmen una petición en favor de la evangelización de Africa Central (Postulatum pro Nigris Africæ Centralis).

El 2 de julio de 1877, Comboni es nombrado Vicario Apostólico de Africa Central y consagrado Obispo un mes más tarde. Este nombramiento confirma que sus ideas y sus acciones, que muchos consideran arriesgadas e incluso ilusorias, son eficaces para el anuncio del Evangelio y la liberación del continente africano.

Durante los años 1877-1878, Comboni sufre en el cuerpo y en el espíritu, junto con sus misioneros y misioneras, las consecuencias de una sequía sin precedentes en Sudán, que diezma la población local, agota al personal misionero y bloquea la actividad evangelizadora.

Murió en Jartum (Sudán) el 10 de octubre de 1881. Fue canonizado por Juan Pablo II el año 2003.

Santos Daniel presbítero y compañeros mártires

San Francisco de Asís murió el 3 de octubre de 1226. Un año después, el 10 de octubre de 1227, morían mártires en Ceuta siete hermanos y compañeros suyos, todos ellos del sur de Italia: Daniel, jefe de la expedición, Ángel, Samuel, León, Hugolino, Nicolás y Domno, éste último hermano laico, los demás sacerdotes.

Embarcaron en Italia, tocaron puertos del reino de Aragón en España y llegaron al norte de África. Predicaron primero a los marineros y mercaderes genoveses, pisanos, venecianos y otros, y luego empezaron a proclamar públicamente por las calles de Ceuta el Evangelio de Cristo. Pronto los detuvieron. Identificados y conocidas sus intenciones, la autoridad musulmana los intimó a renegar de la fe cristiana y abrazar la musulmana, o sufrir la pena capital. Ellos se mantuvieron firmes en su fe, y fueron decapitados. Los cristianos recogieron sus restos y los llevaron a Europa.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, que concediste a los mártires san Daniel y compañeros la gracia de morir por Cristo, ayúdanos en nuestra debilidad, para que, así como ellos no dudaron en morir por ti, así también nosotros nos mantengamos fuertes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

viernes, 9 de octubre de 2020

Lecturas y Santoral 09/10/2020. Viernes de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel
Primera Lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 7-14
Hermanos: Reconoced que hijos de Abrahán son los de fe. En efecto, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia de que: «por ti serán benditas todas las naciones». Así pues, los que viven de la fe son bendecidos con Abrahán el fiel. En cambio, cuantos viven de las obras de la ley están bajo maldición, porque está escrito: «Maldito quien no se mantenga en todo lo escrito en el libro de la ley, cumpliéndolo». Que en el ámbito a la ley nadie es justificado resulta evidente, pues «el justo por la fe vivirá»; en cambio, la ley no procede de la fe, sino que «quien los cumpla vivirá por ellos». Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose por nosotros maldición, porque está escrito: «Maldito todo el que cuelga de un madero»; y esto, para que la bendición de Abrahán alcanzase a los gentiles, en Cristo Jesús, y para que recibiéramos por la fe la promesa del Espíritu.

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 110, 1-2. 3-4. 5-6

El Señor recuerda siempre su alianza.

Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.

El Señor recuerda siempre su alianza.

Esplendor y belleza son su obra, su justicia dura por siempre. Ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente.

El Señor recuerda siempre su alianza.

Él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza. Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles.

El Señor recuerda siempre su alianza.

Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, es que el reino de Dios ha llegado a vosotros
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 15-26
En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares buscando un sitio para descansar; pero, como no lo encuentra, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”. Al volver, se la encuentra barrida y arreglada. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí. Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

Palabra de Dios



Dionisio, Rústico y Eleuterio

Según narra san Gregorio de Tours, Dionisio, junto con otros miembros de la comunidad cristiana de Roma, fue enviado como misionero por el papa san Fabián, a mediados del siglo III, a la región de las Galias.

Fue el primer obispo de París, y sufrió el martirio, junto con dos de sus clérigos, Rústico sacerdote y Eleuterio diácono, en las afueras de la ciudad, en un monte al que se dio el nombre de Mons Martyrum (Monte de los Mártires), hoy Montmartre.

De todos los misioneros romanos enviados a la Galia, san Dionisio fue el que llevó la Fe más allá en este país, fijando su sede en París, y gracias a él y sus discípulos se erigió la sede de Chartres, Senlis y Meaux. Se nos asegura en los acontecimientos del martirio de San Dionisio que este celoso obispo construyó una iglesia en París, y convirtió a un gran número a la fe.

Parece haber sufrido la persecución de Valerio en el año 272, aunque algunos modernos aplazan su muerte hasta el principio del reinado de Maximian Herculeus, quien residió principalmente en la Galia entre los años 286 y 292. Los martiriólogos occidentales nos informan de que después de un largo y cruel encarcelamiento, fue decapitado por la fe junto con Rusticul, un sacerdote, y Eleutherius, un diácono. Los hechos añaden que los cuerpos de los mártires fueron arrojados al río Sena, pero recogidos y honrosamente enterrados por una dama cristiana llamada Catalla, no lejos del lugar donde fueron decapitados. Los cristianos poco después construyeron una capilla sobre sus tumbas.

En el año 469, por las piadosas exhortaciones de Santa Genoveva, se levantó una iglesia sobre las ruinas de esta capilla, que fue un lugar de gran devoción, muy visitado por los peregrinos. Por donación de Clotaire II parece que aquí estuvo entonces una comunidad religiosa gobernada por un abad. Dagobert, que murió en el año 683, fundó una gran abadía en este lugar en la que fue enterrado, y que ha sido durante muchos años el lugar de enterramiento de los reyes de Francia. Pepin y su hijo Carlomagno fueron los principales benefactores de este monasterio, que fue magníficamente reconstruido por el abad Suger.

Las reliquias de los santos Dioniosio, Rusticus y Eleuterio se conservan en tres relicarios de plata. San Dionisio de Francia es comúnmente llamado san Denis, de los Denis franceses.

Oración: Oh Dios, que enviaste a san Dionisio y a sus compañeros a proclamar tu gloria ante las gentes, y les dotaste de admirable fortaleza en el martirio, concédenos imitarlos en su desprecio a la soberbia del mundo, para que no temamos nunca sus ataques. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Luis Bertrán

Hijo de padres nobles y piadosos, nació en Valencia (España) el año 1526. Ingresó en la Orden de Predicadores en 1544, venciendo la oposición paterna. Entregado totalmente a vivir el ideal de la Orden, fue ejemplo de los novicios que le fueron confiados.

Pidió ser enviado a América y pasó allí siete años (1562-1569), sobre todo en Colombia, que lo tiene como Patrono. Trabajó por la evangelización y el reconocimiento de la dignidad humana de los indios frente a sus explotadores. A su vuelta a España se dedicó a la renovación de la vida cristiana y religiosa, colaborando con san Juan de Ribera y los demás santos de su época.

Murió en Valencia el 9 de octubre de 1581.

Oración: Oh Dios, que asociaste a la gloria de tus elegidos a san Luis Bertrán por la mortificación de su cuerpo y la predicación del Evangelio; concédenos ser siempre consecuentes con la fe que profesamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Juan Leonardi

Nació en la ciudad toscana de Lucca (Italia) el año 1541; estudió farmacia, pero abandonó esta profesión y se ordenó de sacerdote. Desarrolló una gran actividad pastoral en los años decisivos de la reforma emprendida por el Concilio de Trento.

Se dedicó al ministerio de la predicación y a la enseñanza de la doctrina cristiana a los niños. Fundó en 1574 la Orden de Clérigos Regulares de la Madre de Dios, por la cual tuvo que sufrir muchas tribulaciones. Instituyó también una agrupación de presbíteros dedicados a la propagación de la fe entre infieles, por lo cual es considerado con razón como el fundador del Instituto que luego, ampliado por obra de los sumos pontífices, habría de ser la Congregación "de Propaganda Fide".

Obrando con prudencia y caridad, restauró la disciplina en varias Congregaciones religiosas. Murió en Roma el 8 de octubre de 1609.

Oración: Señor, Dios nuestro, fuente de todo bien, que anunciaste el Evangelio a numerosos pueblos por medio de tu presbítero san Juan Leonardi, haz que, por su intercesión, se difunda siempre en todo el mundo la verdadera fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Lecturas y Santoral 07/10/2020. Miércoles de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Reconocieron la gracia que me ha sido otorgada
Primera Lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 1-2. 7-14
Hermanos: Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito. Subí por una revelación. Y les expuse el Evangelio que predico entre los gentiles, aunque en privado, a los más cualificados, no fuera que caminara o hubiera caminado en vano. Todo lo contrario, vieron que se me ha encomendado anunciar el Evangelio a los incircuncisos, lo mismo que a Pedro a los circuncisos, pues el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos, me capacita a mí para la mía entre los gentiles; además, reconociendo la gracia que me ha sido otorgada, Santiago, Cefas y Juan, considerados como columnas, nos dieron la mano en señal de comunión a Bernabé y a mí, de modo que nosotros no dirigiéramos a los gentiles y ellos a los circuncisos. Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, lo cual he procurado cumplir. Ahora bien, cuando llegó Cefas a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible. En efecto, antes de que llegaran algunos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se fue retirando y apartando por miedo a los de la circuncisión. Los demás judíos comenzaron a simular con él, hasta el punto de que incluso Bernabé se vio arrastrado a su simulación. Pero cuando vi que no se comportaban correctamente, según la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como los judíos, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 116, 1. 2

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Señor, enséñanos a orar
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación"».

Palabra de Dios

Fiesta de la Virgen del Santo Rosario

La Batalla de Lepanto

En tiempos del Santo Padre Pío V (1566 – 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero no le hicieron mucho caso hasta que el peligro se hizo muy real y la invasión era certera. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. El 7 de octubre de 1571 se encontraron las dos flotas, la cristiana y la musulmana, en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto.

La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria entró en batalla contra un enemigo muy superior en número y buques de guerra. Se jugaba el destino de la Europa cristiana. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el Santo Rosario con mucha devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

Mientras la batalla transcurría, en Roma el Papa recitaba el Rosario en su capilla. En eso, el Papa salió de su capilla y, por aparente inspiración, anunció a todos los presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había concedido la victoria a los cristianos. Semanas mas tarde llegó finalmente el mensaje de la victoria de parte de Don Juan de Austria, quien, desde un principio, atribuyó el triunfo cristiano a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió el nombre de la fiesta por el de "Nuestra Señora del Rosario".