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jueves, 19 de noviembre de 2020

Lecturas y Santoral 19/11/2020. Jueves de la trigesimatercerasemana de Tiempo Ordinario

El Cordero fue degollado, y con su sangre nos aquirió de toda nación
Primera Lectura. Apocalipsis 5, 1-10
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz: «¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?». Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirarlo. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo: «Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos». Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. Se acercó para recibir el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo: «Eres digno de recibir el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre has adquirido para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinarán sobre la tierra».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca. Es un honor para todos sus fieles.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

Palabra de Dios


Santa Matilde Hackeborn

Nació en Helfta (Sajonia, Alemania) hacia el año 1240, en el seno de una de las familias más nobles y poderosas de Turingia, los Hackeborn. A los siete años la llevaron al monasterio benedictino de Rodardsdorf, donde su hermana mayor Gertrudis era monja, y en él se crió y educó, y más tarde profesó.

Gertrudis pasó al monasterio de Helfta, cerca de Eisleben, del que fue abadesa muchos años, y con ella marchó su hermana. Allí se encontrarían más tarde con santa Gertrudis la Magna, amiga y confidente de Matilde. Ésta, formada en el ambiente literario y espiritual de su convento y muy inteligente, fue nombrada directora de la escuela monacal y también directora del canto litúrgico de la comunidad.

El Señor le concedió el don de la contemplación mística y experiencias místicas extraordinarias que quedaron plasmadas en uno de los libros más notables de la mística medieval, el Libro de la Gracia Especial.

Murió en su monasterio de Helfta el 19 de noviembre de 1298.

Oración: Oh Dios que, en tu piedad, revelaste a santa Matilde los esplendores de la soberana economía; concédenos llegar a disfrutar cara a cara, en la visión celestial, de lo que ya conocemos por la verdad de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Matilde de Hackeborn - Audiencia general de Benedicto XVI. Plaza de San Pedro Miércoles 29 de septiembre de 2010

San Crispín de Viterbo (1668-1750)

Nació en Viterbo (Lazio) el año 1668. Huérfano de padre, la madre se ocupó de su educación religiosa. Hasta los 25 años trabajó en el taller de un tío suyo que era zapatero. En 1693 vistió el hábito capuchino. Optó por ser hermano lego para imitar a san Félix de Cantalicio.

Estuvo en diversos conventos ejerciendo tareas domésticas hasta que, en 1709, fue trasladado a Orvieto, donde comenzó a ejercer el oficio de limosnero, en el que permaneció casi cuarenta años, dando admirables ejemplos de amor a Dios, devoción a la Madre de Jesús y caridad hacia el prójimo, en especial los pobres.

Desde siempre se le ha llamado y con razón el santo de la alegría franciscana. Murió en Roma el 19 de mayo de 1750.





Abdías profeta

Abdías es el cuarto de los profetas menores. Se cree que fue posterior a Joel, Oseas y Amós, también profetas en tiempos del rey Ozías. San Jerónimo dice que gracias a él sobrevivieron los cien profetas a quien Jezabel mandó exterminar: los ocultó en las cavernas de las montañas, a lo largo de Samaría.

Se dice que su sepulcro era venerado, junto con el del profeta Eliseo y el del Bautista, en la ciudad de Sabaste, y que Dios obraba en él prodigios.

La profecía de Abdías aparece en la Biblia en un solo capítulo de 21 versículos y anuncia la ruina de Edom, enemiga de Judá. También anuncia la venida del Mesías.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Lecturas y Santoral 17/11/2016. Jueves, trigésimo tercera semana del Tiempo Ordinario

El Cordero fue degollado y con su sangre nos compró de toda nación
Primera Lectura. Apocalipsis 5, 1-10
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz:
"¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?".
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo y ver su contenido. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo.
Pero uno de los ancianos me dijo:
"No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos".
Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos - son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra -. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume - son las oraciones de los santos -. Y entonaron un cántico nuevo:
"Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b
Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca.
Es un honor para todos sus fieles.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
-"¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



Santa Isabel de Hungría (1207-1231)



Nació en Sárospatak, en el norte de Hungría, en una familia de la alta nobleza con una estirpe de santidad. Santa Isabel fue hija del rey de Hungría Andrés II y de Gertrudis de Carintia y Andechs-Meran. Su tía Santa Eduvigis, y una sobrina nieta suya habría de convertirse más tarde en Santa Isabel de Portugal.

Por motivos políticos, cuando Isabel tenía cuatro años de edad fue prometida en matrimonio con Hermann, el hijo del landgrave de Turingia, que tenía once. Así, desde pequeña fue enviada a esa ciudad, donde recibió formación alemana. Lamentablemente, antes de que la boda se celebrara, Hermann falleció, al igual que su padre. El heredero fue entonces el menor, Luis de Turingia, quien recibió la heredad como Luis IV, y enamorado de la prometida de su difunto hermano, se casó con Isabel cuando esta tenía 15 años (él tenía 20 años).

Aún en medio de la corte, Santa Isabel fue un ejemplo de bondad y amor al prójimo. Sin que le importase su condición de princesa y reina, socorría a enfermos y mendigos; de día, de noche, en invierno y en verano, en su propio palacio o en la más humilde choza. Con frecuencia se la veía llevar cántaros de leche, hogazas de pan, frutas y medicinas a cualquier persona que estuviese en cama postrado por las fiebres, la lepra o cualquier otra enfermedad. También fue una esposa devota y muy amorosa. Como exprimía el tesoro real en beneficio del pueblo sus enemigos conspiraban contra ella ante su esposo, príncipe heredero de Turingia.

Santa Isabel quedó viuda a los veinte años, pues su marido, Luis IV, falleció en Otranto al unirse a Federico II para la Cruzada en Tierra Santa.

Santa Isabel, sin embargo, aceptó con resignación los designios de Dios, y en vez de contraer matrimonio nuevamente, decidió entregarse al servicio de los desamparados y vivir ella misma en pobreza. Con los bienes que le correspondieron como viuda fundó un gran hospital para pobres. Imitando a San Francisco de Asís hizo voto de renuncia y cambió su atuendo de princesa por un hábito sencillo de franciscana ingresando en la tercera orden de los Franciscanos. Durante cuatro años Santa Isabel de Hungría dedicó su vida a atender a los pobres y enfermos en el hospital que había fundado, viviendo en una humilde choza adjunta, dedicándose a todo tipo de labores de servicio.

Su fama de santidad recorrió numerosas comarcas, e incluso fue admirada por el propio emperador.

Apenas con 24 años de edad, Santa Isabel falleció repentinamente en el año 1231. A sus funerales acudió una enorme multitud de todas las clases sociales y de varias nacionalidades, al frente de la cual iba el mismísimo emperador Federico II.

Entre varios milagros que se le atribuyen, se cuenta que justo el día de su muerte, un religioso que se había roto un brazo la vio pasar vestida elegantemente, y ella le había explicado que iba a la gloria; y tocándole el brazo, al instante quedó sanado.

Apenas a los cuatro años de su muerte, Santa Isabel de Hungría fue canonizada por el papa Gregorio IX en 1235. Es la santa patrona de Turingia, así como de los viudos, los huérfanos y los pobres. La Iglesia Católica ha visto en ella un modelo admirable de donación de bienes y vida a favor de los pobres y enfermos.

Isabel reconoció y amó a Cristo en la persona de los pobres
Conrado de Marburgo


De una carta escrita por el director espiritual de santa Isabel (Al Sumo Pontífice, año 1232: A. Wyss, Hessisches Urkundenbuch 1, Leipzig 1879,31-35)

Pronto Isabel comenzó a destacar por sus virtudes, y, así como durante toda su vida había sido consuelo de los pobres, comenzó luego a ser plenamente remedio de los hambrientos. Mandó construir un hospital cerca de uno de sus castillos y acogió en él gran cantidad de enfermos e inválidos; a todos los que allí acudían en demanda de limosna les otorgaba ampliamente el beneficio su caridad, y no sólo allí, sino también en todos los lugares sujetos a la jurisdicción de su marido, llegando a agotar de tal modo todas las rentas provenientes de los cuatro principados de éste, que se vio obligada finalmente a vender en favor de los pobres todas las joyas y vestidos lujosos.

Tenía la costumbre de visitar personalmente a todos sus enfermos, dos veces al día, por la mañana y por la tarde, curando también personalmente a los más repugnantes, a los cuales daba de comer, les hacía la cama, los cargaba sobre sí y ejercía con ellos muchos otros deberes de humanidad; y su esposo, de grata memoria, no veía con malos ojos todas estas cosas. Finalmente, al morir su esposo, ella, aspirando a la máxima perfección, me pidió con lágrimas abundantes que le permitiese ir a mendigar de puerta en puerta.

En el mismo día del Viernes santo, mientras estaban denudados los altares, puestas las manos sobre el altar de una capilla de su ciudad, en la que había establecido frailes menores, estando presentes algunas personas, renunció a su propia voluntad, a todas las pompas del mundo y a todas las cosas que el Salvador, en el Evangelio, aconsejó abandonar. Después de esto, viendo que podía ser absorbida por la agitación del mundo y por la gloria mundana de aquel territorio en el que, en vida de su marido, había vivido rodeada de boato, me siguió hasta Marburgo, aun en contra de mi voluntad: allí, en la ciudad, hizo edificar un hospital, en el que dio acogida a enfermos e inválidos, sentando a su mesa a los más míseros y despreciados.

Afirmo ante Dios que raramente he visto una mujer que a una actividad tan intensa juntara una vida tan contemplativa, ya que algunos religiosos y religiosas vieron más de una vez cómo, al volver de la intimidad de la oración, su rostro resplandecía de un modo admirable y de sus ojos salían como unos rayos de sol.

Antes de su muerte, la oí en confesión, y, al preguntarle cómo había de disponer de sus bienes y de su ajuar, respondió que hacía ya mucho tiempo que pertenecía a los pobres todo lo que figuraba como suyo, y me pidió que se lo repartiera todo, a excepción de la pobre túnica que vestía y con la que quería ser sepultada. Recibió luego el cuerpo del Señor y después estuvo hablando, hasta la tarde, de las cosas buenas que había oído en la predicación: finalmente, habiendo encomendado a Dios con gran devoción a todos los que la asistían, expiró como quien se duerme plácidamente.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

domingo, 10 de abril de 2016

Lecturas y Santoral 10/04/2016. Domingo, tercera semana de Pascua

Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo
Primera Lectura. Hechos de los Apóstoles 5, 27b-32. 40b-41
En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles, diciendo: - "¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre". Pedro y los apóstoles replicaron: - "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen". Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Hechos-Apostoles-4,13-Pedro-Juan-Sanedrin-escribas-ancianos
Salmo Responsorial. Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y l2a y 13b
Rey-David-arpa-salmo-02-grandeTe ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mi. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Tañed para el Señor, fieles suyos, celebrad el recuerdo de su nombre santo; su cólera dura un instante, su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Escucha, Señor, y ten piedad de mi; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la riqueza
Segunda Lectura. Apocalipsis 5, 11-14
Yo, Juan, miré, y escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los vivientes y de los ancianos, y eran miles de miles, miríadas de miríadas, y decían con voz potente: "Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza." Y escuché a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar - todo lo que hay en ellos -, que decían: "Al que está sentado en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos". Y los cuatro vivientes respondían: "Amén". Y los ancianos se postraron y adoraron.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Apocalipsis Trono de Dios

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberiades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo; Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: - "Me voy a pescar". Ellos contestan: - "Vamos también nosotros contigo". Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: - "Muchachos, ¿tenéis pescado?". Ellos contestaron: - "No". Él les dice: - "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. "La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: - "Es el Señor". Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: - "Traed de los peces que acabáis de coger". Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: - "Vamos, almorzad". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-19-Harold-Copping
Ezequiel, profeta (s. VII a. C.)
Ezequiel

Cuando vive, ya se ha terminado el imperio asirio con la caída de Nínive; ahora los poderosos son los caldeos, con Nabucodonosor.

Es una época dificultosa para el pueblo de Israel. En Jerusalén reina Joaquín, hijo del piadoso rey Josías, que murió en la batalla de Megiddo (609 a. C.). En un primer momento, Joaquín intenta halagar al coloso babilónico, pero termina uniéndose en coalición con pequeñas potencias contra Nabucodonosor. Jeremías ya dio la voz de alerta, sugiriendo la sumisión, pero el orgullo de los elegidos la hizo imposible. En 598, los babilonios ponen cerco a Jerusalén y capitula Judá. Su precio es la deportación de gran parte de la población, entre ellos el rey Jeconías, hijo de Joaquín, que murió durante el asedio. Con los deportados va también el joven Ezequiel que será el profeta del exilio.

Dos etapas enmarcan su acción profética.

La primera es antes de la destrucción de Jerusalén por los caldeos (598 a. C.). Aquí el hombre de Dios se encuentra con un pueblo ranciamente orgulloso y lleno de falso optimismo, fruto de la presunción. “¿Cómo va Dios a abandonarnos? ¡Están las Promesas! Es imposible una catástrofe total”. Así razonaban ante los requerimientos del profeta. Es verdad que siglo y medio antes había permitido Dios la desaparición de Samaría, el Reino del Norte; pero Jerusalén es otra cosa; Yahwéh habita en ella. Pensaban que pasaría como en tiempos de Senaquerib, un siglo antes, cuando tuvo que abandonar el asedio por una intervención milagrosa; ahora Dios repetiría el prodigio. Ezequiel no piensa como ellos. Afirma y predica que Jerusalén será destruida con el Templo. Dice a todos que ha llegado la hora del castigo divino para el pueblo israelita pecador; solo queda aceptar con compunción y humildad los designios punitivos de Yahwéh. A esta altura, el profeta tiene una misión ingrata porque es un agorero de males futuros y próximos. Para la gente sencilla y las autoridades pasa por ser considerado como un judío despreciable que no tiene categoría para comprender los altos designios del Pueblo; es un derrotista ciego de pesimismo.

La segunda fase de su profecía se desarrolla una vez consumada la catástrofe. Ahora ha de levantar los ánimos oprimidos; debe dar esperanzas luminosas sobre un porvenir mejor. Creían sus compatriotas deportados que Dios se había excedido en el castigo, o que les había hecho cargar con los pecados de los antepasados. “¡Nuestros padres comieron las agraces y nosotros sufrimos la dentera!”, es el grito unánime de protesta. Ezequiel se preocupará de hacerles ver que Dios ha sido justo y que el castigo no tiene otra finalidad que la de purificarlos antes de pasar a una nueva etapa gloriosa nacional.
Y esto lo hace Ezequiel empleando un estilo que no tiene nada que ver con el de los profetas preexílicos Amós, Oseas, Isaías y Jeremías; no goza de su sencillez y frescor. Ezequiel pertenece a la clase sacerdotal, está cabalgando entre dos épocas y se aproxima a la literatura apocalíptica del judaísmo tardío. Frecuentemente, su mensaje viene expresado con el simbolismo de las visiones y también con el simbolismo de su propia existencia. Es conocidísima la visión “de los cuatro vivientes” (c. 1) en la que toda la creación simbolizada en el hombre, el toro, el león y el águila, son el trono del Creador que viene triunfante y esplendoroso a visitar a los exiliados de Mesopotamia. Y el expresivo contenido de la visión del “campo lleno de huesos” (c. 37) que reviven por el poder de Yahwéh, cubriéndose de nervios y carne, cobrando vida nuevamente. O la otra del “Templo que mana un torrente de aguas” (c. 47) para regar y hacer feracísima la nueva tierra con plenitud edénica. En todas ellas está vivo el mensaje de restauración nacional; volverá del exilio un pueblo purificado y vendrá con certeza una teocracia mesiánica.

Fue la vida profética de Ezequiel un período de veinte años (593-573) de amplia actividad para salvar las esperanzas mesiánicas de sus compañeros de infortunio, al derrumbarse la monarquía israelita.

Quizá hoy en la Iglesia convenga también un nuevo tipo religioso que, surgido en horas de aturdimiento y desaliento general, sea instrumento de Dios para salvar la crisis de conciencia que trae el desmoronamiento de los principios. Bien puede estar el secreto en copiar la fidelidad de Ezequiel.

San Miguel de los Santos Místico (1591-1625)

San-Miguel-de-los-Santos

Nació en Vich, cerca de Barcelona, España, con el nombre de Miguel Argemir, en el seno de una familia devota.

Miguel queda huérfano siendo niño, por lo que es encomendado a unos tutores. Pero ya desde entonces sentía profundamente el llamado de la vocación religiosa. Incluso escapó en un par de ocasiones de su casa para internarse en un monte, pretendiendo llevar una vida de ermitaño, aunque fue devuelto a su hogar con sus deseos frustrados.

En 1603, cuando él contaba con 11 años de edad, fue recibido en el convento de los Trinitarios de Barcelona, y en 1607 profesa los votos de la Orden. Recibe el hábito de Descalzo, y pasa a llamarse desde entonces Miguel de los Santos.

Debido a su profundo fervor, y acaso a los extremos rigores ascéticos a los que se sometía (como periodos de penitencia en los que sólo comía pan y agua los jueves y los domingos), San Miguel de los Santos tuvo una vida mística muy intensa.

Se cuenta, por ejemplo, que cuando estudiaba teología en Salamanca antes de ordenarse como sacerdote, un día que el maestro hablaba al grupo sobre el amor de Cristo, San Miguel estaba tan absorto que se elevó del suelo y permaneció levitando un cuarto de hora, ante los ojos atónitos de sus compañeros y del profesor.

Los frecuentes e incontrolados arrebatos místicos y visiones extásicas llaman la atención de sus superiores, por lo que el Santo es enviado a Sevilla para ser examinado por sacerdotes expertos, quienes confirman la veracidad de los fenómenos.

A pesar de su sencillez extrema y de su encantadora modestia, cuando fue nombrado vicario general de los Padres Trinitarios en Valladolid supo actuar con delicadeza, comprensión, entrega y sentido práctico.

Entregado a la oración y al servicio, y padeciendo esos arranques de experiencia mística con que se privaba, San Miguel de los Santos contrajo fiebres tifoideas, que tras un grave suplicio le quitaron la vida en Valladolid, a los 34 años de edad.

Beatos Colombianos de San Juan de Dios, Mártires

Santoral Católico

En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda. En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente afectados más de dos mil. Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares; 2300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos.

Unas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono. Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquiades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello. La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería, y a asistir a los enfermos que vivian en un centro médicos ubicado en Ciempozuelos cerca de Madrid.

Hasta dicho lugar, llegaron personal del gobierno comunista español quienes les ordenaron abandonar el plantel y dejarlo en manos de empleados marxistas desconocedores de la medicina y de la dirección de centros médicos. Los siete jóvenes fueron hechos prisioneros y llevados a una cárcel de Madrid.

Gracias a la intercesión de la cancillería colombiana en el país, los jóvenes consiguieron su libertad, y ya su comunidad religiosa había gestionado los pasajes y viáticos para su retorno al país natal. Sin embargo, antes de abordar el tren que los transportaría a Barcelona, de donde partirían a Colombia, oficiales del gobierno comunista español los asesinaron cruelmente. El Cónsul de Colombia en España los identificó en el Hospital Clínico del país, y dio aviso a la congregación religiosa.

Pese a las protestas por parte del gobierno colombiano y de la cancillería en España, el gobierno comunista no realizó ninguna investigación pertinente, dejando sin castigo alguno a los responsables del asesinato de los religiosos.

El Papa Juan Pablo II beatificó a los siete religiosos en 1992, convirtiéndose en los primeros beatos del país latinoamericano.

Santa Magdalena de Canosa

Santa-Magdalena-de-Canosa

Nació en Verona de una familia aristocrática en 1774. Muy niña quedó huérfana de padre y fue abandonada por la madre, que la confió a una institutriz y se casó de nuevo con un marqués. A los 17 años entró en el Carmelo de Trento y después en el de Cornegliano. Pero tuvo que salir para asumir la administración financiera de su casa principesca, aunque dominada siempre por el deseo de servir a los pobres. Acogió en su palacio a muchachas pobres.

En Venecia entró en la Fraternidad Hospitalaria y se consagró a la educación de las niñas abandonadas, extendiendo además su caridad a todas las obras de misericordia. Generosamente entregada a la vida espiritual, tuvo experiencias místicas.

Fundó un doble Instituto, Hijos e Hijas de la Caridad, para la educación de jóvenes. Murió en Verona el 10 de abril de 1835.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 20 de noviembre de 2014

Lecturas y Santoral 20-11-14

El Cordero fue degollado y con su sangre nos compró de toda nación
Primera Lectura. Apocalipsis 5, 1-10

Yo, Juan, a la derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, gritando a grandes voces:
-"¿Quién es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos?"
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo y ver su contenido. Yo lloraba mucho, porque no se encontró a nadie digno de abrir el rollo y de ver su contenido.
Pero uno de los ancianos me dijo:
-"No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos."
Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos - son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra -. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.
Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume - son las oraciones de los santos -. Y entonaron un cántico nuevo:
"Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

trono-de-Dios-Daniel-Isaias-anciano-angeles
Salmo Responsorial 149, 1-2. 3-4. 5-6a y 9b

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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¡Si comprendieras lo que conduce a la paz!
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Lucas 19, 41-44

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando:
-"¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!
Pero no: está escondido a tus ojos.
Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra.
Porque no reconociste el momento de mi venida."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Jesus-llora-frente-Jerusalen-palabras-no-pasaran-James-Tissot
Beata Milagros Ortells Gimeno
Beata-Milagros-Ortells

Nació en Valencia (España) el año 1882 en el seno de una familia muy cristiana, y desde pequeña mostró una gran religiosidad. Cuando manifestó el deseo de hacerse religiosa, su madre le recomendó una congregación de vida activa, pero ella le dijo que quería vivir bajo una regla más rigurosa. Y en 1902 entró en el monasterio de las clarisas capuchinas de Valencia.

Su vida religiosa ejemplar le ganó la estima y confianza de sus hermanas; ejerció los oficios de enfermera, refitolera, tornera, sacristana y maestra de novicias. Destacó por su sólida piedad, con una devoción particular a la Eucaristía y a la Inmaculada, su gran caridad y disponibilidad, su espíritu de oración y de penitencia.

Gozaba ya de fama de santidad cuando, el 18 de julio de 1936, tuvo que dejar el monasterio a causa de la persecución religiosa. Fue detenida por los milicianos, junto con otras religiosas, el 20 de noviembre de 1936 y fusilada aquel mismo día en el Picadero de Paterna (Valencia).

Juan Pablo II la beatificó, junto con otros mártires valencianos, el año 2001.

Beatas Ángeles de San José Lloret Martí y 14 compañeras mártires.

Beata-Angeles-de-San-Jose-compañeras-martires

En una casa alquilada en la calle Maestro Chapí, 7, de Valencia (España), desde finales de julio de 1936 se habían refugiado quince religiosas de la Congregación de las Hermanas de la Doctrina Cristiana, entre las que estaba la Madre General. Trascurrieron los meses con registros continuos de los milicianos.

En la tarde del 20 de noviembre de 1936, un microbús se detuvo delante de la casa y una patrulla de milicianos les comunicó la orden de detención. Las llevaron al Picadero de Paterna (Valencia) y las fusilaron. Durante el viaje la Madre Sufragio las exhortaba a ofrecer la vida por Dios, a perdonar a sus verdugos y a rezar por ellos. Estos son sus nombres, con indicación del lugar y año de nacimiento:

Ángeles de San José Lloret Martí (Madre General), Villajoyosa (Alicante) 1875; María del Sufragio Orts Baldó (Vicaria General y Maestra de novicias), Altea (Alicante) 1888; María de Montserrat Llimona Planas (ex Superiora General), Molins de Rei (Barcelona) 1860; Teresa de San José Duart Roig, Benifayó de Espioca (Valencia) 1876; Isabel Ferrer Sabriá, Vilanova i la Geltrú (Barcelona) 1852; María de la Asunción Mongoche Homs, Ulldecona (Tarragona) 1859; María de la Concepción Martí Lacal, Carlet (Valencia) 1861; María Gracia de San Antonio, Valencia 1869; Corazón de Jesús Gómez Vives, Valencia 1881; María del Socorro Jiménez Baldoví, Sant Martí de Provençals (Barcelona) 1885; María de los Dolores Surís Brusola, Barcelona 1899; Ignacia del Santísimo Sacramento Pascual Pallardó, Valencia 1892; María del Rosario Calpe Ibáñez, Sueca (Valencia) 1855; María de la Paz López García, Turís (Valencia) 1885; y Marcela de Santo Tomás Navarro, provincia de Albacete.

Oración: Oh Dios, que manifiestas tu fuerza en nuestra debilidad, al celebrar con alegría el precioso martirio de tus siervas Ángeles y compañeras, concédenos que, fortalecidos con el Espíritu de tu amor, permanezcamos fieles en todas las circunstancias de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Bernardo de Hildesheim obispo (960-1022)

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Nació en Hildesheim, en Sajonia, Alemania, en el seno de una familia aristócrata emparentada con el poderoso emperador Otón I.

Al fallecer sus padres cuando él era apenas un niño, San Bernardo de Hildesheim fue enviado por su abuelo Adalberto, conde de Sajonia, a Utrecht, al cuidado de su tío Volkmar, que era obispo allí.

Más tarde, Bernardo estudia en la célebre escuela de la catedral de Hildesheim, y es ordenado sacerdote en Mainz.

Muerto Otón I, y también su primogénito Otón II en una emboscada de sarracenos, Otón III fue nombrado emperador, a pesar de que todavía era un niño. Entonces San Bernardo, sacerdote de 23 años de edad, fue llamado a la corte como capellán mayor y tutor del monarca.

Por el talento que mostró para la instrucción del joven emperador, en 992 San Bernardo recibió el nombramiento de obispo de Hildesheim, donde habría de predicar con la palabra y el ejemplo entre los sajones durante más de 25 años.

Desde pequeño, San Bernardo había sido aficionado a la orfebrería, y había aprendido a fundir y moldear metales, así como otras técnicas del oficio. Por esa razón durante su obispado fue siempre un decidido patrono de las artes y de la decoración y arquitectura de las construcciones religiosas.

En Sajonia, San Bernardo de Hildesheim estableció numerosos monasterios, y posibilitó el ingreso de los primeros monjes benedictinos a la región. En 1007 colocó la primera piedra de lo que sería la monumental iglesia de San Miguel.

A los 80 años de edad, vencido por la fatiga, San Bernardo se retiró del obispado, y él mismo ingresó entre los benedictinos como monje, esperando una muerte pacífica, como en efecto ocurrió dos años después, en 1022.

En 1192 fue canonizado por el papa Celestino III. San Bernardo de Hildesheim es el santo patrono de los orfebres y de las artes de la construcción.

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domingo, 14 de abril de 2013

Lecturas y Santoral 14-04-13

Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles (5,27b-32.40b-41)

En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: "¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre."
Pedro y los apóstoles replicaron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen."
Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.

Palabra de Dios.
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Hechos-Apostoles-4,13-Pedro-Juan-Sanedrin-escribas-ancianos
Salmo Responsorial 29,2.4.5.6.11.12a.13b

Salmo  Yo te amo Señor Salmo 30 Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu. JesusTe ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

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Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.
Segunda Lectura. Apocalipsis (5,11-14)

Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: "Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza." Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en ellos, que decían: "Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos." Y los cuatro vivientes respondían: "Amén." Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Juan-apocalipsis
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Juan (21,1-19)

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: "Me voy a pescar."
Ellos contestan: "Vamos también nosotros contigo."
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: "Muchachos, ¿tenéis pescado?"
Ellos contestaron: "No."
Él les dice: "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis."
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor."
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: "Traed de los peces que acabáis de coger."
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: "Vamos, almorzad."
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?"
Él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero."
Jesús le dice: "Apacienta mis corderos."
Por segunda vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"
Él le contesta: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero."
Él le dice: "Pastorea mis ovejas."
Por tercera vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?"
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero."
Jesús le dice: "Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras." Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: "Sígueme."

Palabra de Dios.

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Aparicionen-resurreccion-Tiberiades
Liduvina, virgen (1380-1433)

Liduvina
Nace en Schiedam, en una casa pobre y honrada, cerca de La Haya. Es la hija de Pedro, el sereno. La llaman Liduvina, Ludiwina, Lidvina, Lydvid o Lidia.

Con quince años comienza su historia de dolor cuando cae en el hielo del lago Schie donde patinaba con sus amigas, al producirse un choque con una de ellas. Se rompió una costilla y entró en cama para no levantarse más. A partir de este momento ya se suceden todos los males y los intentos de curación conocidos en el pueblo. Apostema pertinaz en el lugar de la herida, salen llagas, úlceras, por fin gangrena con gusanos y mucho dolor. Se pasan el día cambiándola de una a otra cama, pero cada traslado es un espantoso tormento; sus piernas ya no la sostienen un día y ya es preciso arrastrarla por el suelo. Enfermedad del fuego sagrado, como lo llamaban en ese tiempo, en un brazo que se consume. También tiene neuralgias. Por si fuera poco, el ojo derecho se extingue y le sangra el izquierdo. Se le producen equimosis lívidas en el pecho que se convierten en pústulas cobrizas. Empieza el mal al hígado y a los pulmones. El cáncer le hace agujero profundo en el pecho. Y para colmo de males, la peste bubónica que asolaba Europa llegó a Holanda y se estableció en Liduvina regalándole dos bubones terribles junto a su corazón. Ella dijo: "dos no está mal, pero tres sería mejor, en honor de la Santísima Trinidad"... y el tercero le brotó en la cara. Sólo la lepra no visitó su cuerpo.

Cualquiera de estos males era de muerte. Pero aquella vida era un milagro continuo. Ahora es un montón de pellejos rotos y huesos; lejos queda la niña crecida y guapa que fue, cuando su buen padre le buscaba pretendientes con los que ajustar una boda que le sacara de apuros y a la que ella se negaba rotundamente.

¿Y los olores? Los chorros de pus, a rosas; los emplastos retirados llenos de insectos, embalsaman la casa, y de aquel cuerpo que todo se pudre, jamás salió olor de muerto.

¿Y el alimento? Una rodaja de manzana asada para un día. El estómago se rebela por una tostada de pan mojado en leche o en cerveza. Después hubo de contentarse con unas gotas de agua azucarada o con un poco de vino matado con agua.

¿Y el descanso? Desaparecido el sueño, noches en vela, de espaldas con la piel que salía como la corteza del árbol. Sus biógrafos dicen que en treinta y ocho años no durmió veinte horas.

¿Y el ánimo? El sufrimiento la llenó al principio de espanto. En cama, estuvo con frecuencia a punto de desesperación. Por cuatro años pensó que estaba condenada; Dios no se interesa por ella, no aparece, o mejor, ha desaparecido por indiferente; casi se diría es un enemigo implacable y cruel. Es incapaz de rezar en ese estado de sufrimiento y postración donde no hay ni una ayuda del cielo, ni un consuelo de la tierra.

El cura del pueblo no se interesa por la enferma mientras tenga que ocuparse de cebar sus capones y de mantener bien repleta la despensa.

Algún alma buena le puso en pista, aunque al principio, ella no entendió nada. "La Pasión de Cristo la has meditado poco hasta ahora". Ni siquiera eso daba resultado; sus dolores le dolían más que los del Señor; pero lo intentaba. La Comunión que le llevaron un día fue el remedio. Iluminada por una gracia repentina descubrió su misión en la tierra: acompañar a Jesús en el Calvario, reparar, clavarse voluntariamente en la cruz, ayudar al Mártir divino a llevar los pecados del mundo.

Las cosas cambiaron. Es la hora de la longanimidad. Empieza a ver lo positivo de su vida. Ahora, ayudada por el pensamiento de la generosidad de los mártires, agradece sus dolores al Señor. Comienza a preocuparse de los otros y de sus necesidades. Mantiene su día en la presencia de Dios aunque se produzcan demencias, apoplejías, neuralgias, dolores de muelas, mal de piedras y contracciones de nervios. De su boca salen a un tiempo sonrisas, bondades, alaridos y sollozos y ella misma decía que se olvidaba de su penoso estado cuando veía el rostro del Ángel de su guarda, que le hacía intuir cuál no sería la hermosura del rostro de Dios. Aparecen estigmas junto a los bubones y en los pies y en las manos.

Entiende de la dulzura de mezclar su dolor con el dolor de Dios porque su mundo es el de Pedro que llaman el Cruel, el de Carlos IV y Enrique de Lancaster con pantanos de sangre y de guerra de bulas entre los antipapas, de violencia de los magnates y ambiciones de los clérigos; era la época en que la cabeza tiarada de Cristo es arrojada de Aviñón a Roma y de Roma a Aviñón. Siente de lejos el pecado y repara. Detecta el mal de quienes la visitan y lo desenmascara para poner remedio. Su habitación es un hospital de almas.

Esta glosa del libro de Job pasó al cielo el día 14 de abril de 1433.

Sus reliquias están en santa Gúdula de Bruselas

Beato Pedro González (conocido como San Telmo).

San-Telmo-beato-Pedro-GonzalezNació en Frómista (Palencia, España) el año 1185. Fue educado por un tío suyo canónigo y estudió en la universidad de Palencia. Nombrado deán de la catedral, se dio a una vida de lujo y ostentación. Una caída ridícula del caballo, que provocó la rechifla de cuantos lo contemplaban, le hizo comprender lo vano de su proceder. Renunció a todo y vistió el hábito de santo Domingo.

Ordenado de sacerdote, se entregó con celo al apostolado. Su palabra inflamada y la santidad de su vida edificaban a la corte y a los pueblos. Fueron multitud los pecadores convertidos y los fieles que, bajo su dirección, progresaron en la vida cristiana. Fue confesor y capellán del rey san Fernando III. Ejerció un gran apostolado popular en Galicia, y la gente de la mar lo tiene como patrono.

Murió en Tuy (Pontevedra) el año 1246.

Oración: Oh Dios, que por el beato Pedro ayudas de modo especial a los que corren peligro en el mar; concédenos, por su intercesión, que la luz de tu gracia brille como faro en las tormentas de nuestra vida, para que podamos arribar al puerto de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

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jueves, 22 de noviembre de 2012

Lecturas y Santoral 22-11-12

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos.
Primera Lectura. Apocalipsis (5,1-10)

Yo, Juan, a la derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, gritando a grandes voces: "¿Quién es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos?"
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo y ver su contenido. Yo lloraba mucho, porque no se encontró a nadie digno de abrir el rollo y de ver su contenido.
Pero uno de los ancianos me dijo: "No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos."
Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos –son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra–. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha. Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume –son las oraciones de los santos–.
Y entonaron un cántico nuevo: "Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra."

Palabra de Dios.

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Juan-Apocalipsis-Martires-cordero
Salmo Responsorial149,1-2.3-4.5-6a.9b

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles.

Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.

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Porque no reconociste el momento de mi venida.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Lucas (19,41-44)

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: "¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida."

Palabra de Dios.

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Tissot-Jesus-llora-por-Jerusalen-wept-llanto-Lucas-19

Santa Cecilia (¿200?-¿230?)

Santa Cecilia

Habría nacido en Roma, en el seno de una familia de la aristocracia imperial.

Si bien los datos históricos para constatar de manera fehaciente su vida son inciertos, el culto a Santa Cecilia es de los más arraigados y de los más populares en todas las épocas.

De acuerdo con la tradición, Santa Cecilia fue hija de una noble familia romana en la que incluso había senadores, aunque desde niña ella se educó en el cristianismo.

Siguiendo las costumbres, las familias pactaron el matrimonio de la joven con un muchacho noble llamado Valeriano, aunque en su interior Santa Cecilia estaba decidida a consagrarse a Cristo.

Luego de celebrarse la boda, Cecilia le dijo a Valeriano que un ángel resguardaba celosamente su cuerpo, y cuando él pidió verlo ella le dijo que antes tendría que ir con el papa Urbano I y bautizarse.

Él así lo hizo y comprendió todo. Y cuando regresó con Cecilia un ángel se les apareció a ambos y los consagró sacramentalmente en matrimonio, rodeados de perfumadas flores.

El aroma atrajo a Tiburcio, el hermano de Valeriano, y luego de que le explicaron qué sucedía se convenció y se convirtió también al cristianismo.

Por dar entierro cristiano a mártires insepultos, fueron denunciados a las autoridades. Sin embargo, el oficial que fue aprehenderlos fue convertido igualmente luego de escucharlos, de modo que fue llevado a prisión junto con Valeriano y Tiburcio, donde los tres fueron martirizados.

Santa Cecilia se encargó personalmente de dar sepultura a los cuerpos, y por esa causa la aprehendieron a ella también.

Las autoridades la condenaron a morir ahogada, pero ella siempre sobrevivió; en vista de eso la introdujeron en agua hirviendo, pero ella se puso a cantar como si tomara un baño.

Ante los repetidos fracasos, en su propia casa intentaron cortarle la cabeza tres veces, pero la espada fue incapaz de desprenderla; entonces los verdugos salieron huyendo, asustados, y la dejaron ahí tendida.

Durante los tres días que sobrevivió tuvo aún manera de repartir limosnas entre los pobres y de redactar un testamento para legar su casa a fin de consagrarla como iglesia.

Al parecer, el patronazgo de Santa Cecilia sobre la música proviene de un antiquísimo error de traducción. No obstante, su sensibilidad y su pasión por la música quedaron como legado simbólico para conmemorar a este bello arte en nuestra cultura.

En 1594, el papa Gregorio XIII le concedió oficialmente el patronazgo de la música, y de la música sacra, a Santa Cecilia, y desde hace siglos se celebran en esta fecha festivales musicales en todo el mundo.

Oración: Acoge nuestras súplicas, Señor, y, por intercesión de santa Cecilia, dígnate escucharnos con bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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