sábado, 4 de junio de 2016

Lecturas y Santoral 04/06/2016. Sábado, novena semana de Tiempo Ordinario

Cumple tu tarea de evangelizador. Pues yo estoy a punto de ser derramado en liberación, y el Señor me dará la corona de la justicia
Primera Lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 1-8
Querido hermano:
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, por su manifestación y por su reino: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina.
Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les gusta oír; y apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas.
Pero tú sé sobrio en todo, soporta los padecimientos, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio. Pues yo estoy a punto de ser derramado en liberación y el momento de mi partida es inminente.
He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Jesus-Corintios-Pablo1
Salmo Responsorial. 70, 8-9. 14-15ab. 16-17. 22
Mi boca contará tu salvación, Señor.
Llena estaba mi boca de tu alabanza
y de tu gloria, todo el día.
No me rechaces ahora en la vejez,
me van faltando las fuerzas, no me abandones.

Mi boca contará tu salvación, Señor.
Yo, en cambio, seguiré esperando,
redoblaré tus alabanzas;
mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación.

Mi boca contará tu salvación, Señor.
Contaré tus proezas, Señor mío,
narraré tu justicia, tuya entera.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.

Mi boca contará tu salvación, Señor.
Y yo te daré gracias, Dios mío,
con el arpa, por tu lealtad;
tocaré para ti la cítara,
Santo de Israel.

Mi boca contará tu salvación, Señor.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Conservaba todo esto en su corazón
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 2,41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
“Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados”.
Él les contestó:
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?”
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

James-Tissot-Jesus-ene-templo-el-niño-perdido
Francisco Caracciolo
Francisco-Caracciolo

Nació en los Abruzos (Italia), el 13 de octubre de 1563. A los 21 años, le dio una enfermedad terrible a la piel, semejante a la lepra, y todos creían que sería incurable. Entonces Francisco le hizo a Dios esta promesa: "Si me curas de esta enfermedad, dedicaré mi vida al sacerdocio y al apostolado". Así, curado de milagro, decidió cumplir con su promesa y empezó a prepararse para el sacerdocio. Se fue a Nápoles, y allá, apenas ordenado sacerdote se unió a un grupo de apostolado que se dedicaba a atender a los presos de las cárceles.

En el año 1588 un gran apóstol llamado Juan Adorno, dispuso fundar una comunidad religiosa que dedicara la mitad del tiempo a la oración y la otra mitad al apostolado. Para esto mandó una carta a un tal Ascanio Caracciolo, pidiéndole consejos acerca de este proyecto y proponiendo su colaboración. Pero, sucedió que los que llevaban la carta se equivocaron de destinatario y en vez de entregarla a Ascanio la entregaron a san Francisco Caracciolo. El, al leerla encontró que esta comunidad era lo que él había deseado por muchos años y junto con Juan Adorno fundaron la nueva congregación. La nueva comunidad recibió el nombre de "Clérigos regulares".

El Papa Sixto V aprobó la nueva Congregación, y les fue concedida una casa junto a la famosa Basílica Santa María la Mayor. Pronto empezaron a llegarles muchos jóvenes con la aspiración de pertenecer a la comunidad. Los fervorosos religiosos se dedicaban a predicar misiones por pueblos y veredas y a hacer apostolados en las cárceles y hospitales. Tenían ciertos sitios apartados y solitarios para dedicarse a la oración y a la meditación.

Al morir su compañero, fue nombrado nuestro santo como superior general de la Congregación.

Poseía el don de curaciones. Muchas veces con la señal de la cruz devolvía la salud a los enfermos. Fundó una gran casa religiosa en Nápoles, que pronto se llenó de nuevos religiosos. Fundó también casas en Madrid, Valladolid y Alcalá en España.

En 1607 renunció a todos sus cargos y se dedicó a la oración y a la meditación. En su habitación, en Nápoles lo encontraron varias veces en el suelo, con los brazos en cruz, en éxtasis, orando y mirando al crucifijo absorto.

Murió el 4 de junio del año 1608. Tenía apenas 44 años. Su cuerpo, después de muerto despedía suaves fragancias que por tres días llenaron aquel recinto.

Noemí y Rut

Rut-y-Noemi

Es el nombre de una mujer del pueblo de Israel, en la época anterior a los reyes. Significa "Mi suavidad", "Mi delicia", pero pasó una época de su vida muy amarga, por lo que pidió que dejasen de llamarla Noemí y la llamasen Mara (Amargura). En efecto, a causa de una gran hambre que hubo en Israel, y concretamente en Belén donde vivía, se vio obligada a emigrar al país de Moab con su marido Elimelec y con sus dos hijos, Mahlón y Queón, que se casaron en el país de los moabitas con sendas mujeres del país: Rut y Orfa.

Enviudó Noemí y al poco tiempo murieron también sus dos hijos, quedándose sola la buena mujer en un país extranjero con dos nueras también extranjeras. Comprendió la buena mujer que no le quedaba ya nada que hacer entre los moabitas, por lo que decidió regresar a Israel. Pero la fidelísima Rut, que sentía veneración por su suegra, le dijo que no la abandonaría, que se iría con ella a Belén, y allá que se fueron las dos en el tiempo de la siega.

Rut iba tras los segadores, recogiendo las espigas que se perdían de las gavillas, para atender a su propio sustento y al de su suegra Noemí. Al verla Booz, propietario de los campos en que Rut recogía el trigo de los pobres, que además de acaudalado propietario, era pariente de Noemí, dio orden a los segadores de que cumpliesen con especial celo la ley de Moisés que mandaba no apurar los campos para que los pobres y los extranjeros tuvieran algo que llevarse a la boca. Sabedora Noemí del interés que se estaba tomando Booz por su nuera, la instruyó de manera que entre la ley del levirato, que obligaba en cierta manera a Booz, y el atractivo que sentía éste por Rut, acabase celebrándose el matrimonio entre ambos. De este modo Noemí reinsertó en su familia a su fiel nuera Rut, extranjera, lo que la hizo maravillosa a los ojos de los israelitas, que escribieron su historia en los libros sagrados y tomaron a Noemí como modelo a ser admirado y seguido por todo el pueblo de Israel a lo largo de los siglos. Y ocurrió además que la moabita tuvo de Booz un hijo al que llamaron Obed, el cual a su vez engendró a Jessé, y éste a David, el gran rey profeta de Israel.

Las Noemí celebran su onomástica el 4 de junio, en que el santoral hace memoria de santa Noemí matrona, día en que se conmemora también santa Rut. No hay referencias biográficas de esta santa, pero tampoco son necesarias teniendo las que llevan este nombre un referente tan extraordinario como la inigualable Noemí. Una mujer con un corazón enorme, que supo tener con sus nueras una relación de lo más ejemplar; que supo convertir sus amarguras en felicidad propia y ajena; y que maniobró con inteligencia y con corazón para integrar a su fiel nuera Rut en un pueblo que no era el suyo, pero al que llegó a amar profundamente por amor a su suegra. Y fue premiada su generosidad fundando sobre ella la genealogía del mayor personaje de la historia de Israel, el rey David, y del mayor personaje de la historia de occidente, Jesús, que cambió al hombre desde sus raíces. He ahí un nombre que nos recuerda el prototipo de mujer que es capaz de resistir todas las adversidades y que al final sale triunfante de todas las tribulaciones. Que vence gracias al amor y a la generosidad. Una auténtica delicia de persona, tal como dice el mismo nombre, y que cosecha por ello de la vida un premio superabundante. ¡Felicidades, Noemí, por tan delicioso nombre!

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

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