El Señor es quien salva a los justos.
Confía en el Señor y haz el bien, habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.El Señor es quien salva a los justos.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía.El Señor es quien salva a los justos.
El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos; si tropieza, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano.El Señor es quien salva a los justos.
El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él.El Señor es quien salva a los justos.
Poco se sabe de la primera parte de la vida de este disciplinado clérigo, nacido probablemente en Agen, en la actual Francia. Es motivo de confusión el hecho de que dos siglos antes haya vivido un escritor que llevó precisamente el nombre de Sulpicio Severo. A San Sulpicio se le apoda "Severo" para distinguirlo de otro obispo de Bourges, San Sulpicio Pío.
Una tradición cuenta que nuestro Sulpicio contrajo matrimonio y estuvo casado muchos años, sin embargo siempre abrigó la inquietud de dedicar su vida al servicio de Dios.
A la edad de 35 años se decidió a comunicar a su esposa su decisión definitiva, y a partir de ahí pasa su vida rezando, en penitencias, escribiendo y estudiando a San Paulino de Nola, a San Jerónimo y a muchos autores de la Iglesia.
En 584 es nombrado Obispo de Tours, y de ahí traslada su sede a Bourges, en Aquitania (Francia). Convocó a un concilio provincial en Auvernia. También participó en el Concilio de Macon de 585. Murió en santa paz, posiblemente a la edad de 80 años.
Abrigado en su casa a un cristiano seguro llamado Anastasio, con éstos, de nuevo fue arrestado. Después de varias vicisitudes en las cárceles de Asís y de Spello, fue decapitado cerca de Foligno.
Las varias escrituras del Evangelio de la pasión se convienen en asignar su martirio a la época de Antonino en un lugar cerca de Foligno llamado "el Trivio". San Perugio tenía en el hecho en esta ciudad, vecino a la puerta romana, una iglesia que, segun el Iacobilli, fue demolida en 1527. Éstos afirman por otra parte que, a su tiempo, tal lugar todavía fue llamado "campaña de San Constancio".
En 1781 fue hecho un reconocimiento de sus reliquias y en 1825, con gran solemnidad, la traslación fue igual como unas nuevas y antiguas, en los ejecutados siempre en la iglesia de San Constancio.
La diócesis de Troyes lo venera como primer apóstol y mártir de la ciudad del mismo nombre. El santo nació en la isla de Samos; su conversión al cristianismo fue gracias a que leyó la Biblia, y luego se dirigió a Galia para predicar el Evangelio.
Sin embargo, el emperador Aureliano ordenó su captura ante las numerosas conversiones de romanos y paganos por obra de San Sabiniano.
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