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jueves, 25 de marzo de 2021

Lecturas y Santoral 25/03/2021. Jueves de la quinta semana de Cuaresma. La Anunciación del Señor

Mirad: la virgen está encinta
Primera Lectura. Isaías 7, 10-14; 8, 10
En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo: «Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo». Respondió Ajaz: «No lo pido, no quiero tentar al Señor». Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios, entonces yo digo: «Aquí estoy. Para hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

No me he guardado en el pecho tu justicia, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer ¡oh, Dios! tu voluntad
Segunda Lectura. Hebreos 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: «Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije: He aquí que vengo - pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí - para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad». Primero dice: «Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad». Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios

Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, 'porque para Dios nada hay imposible'». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra». Y el ángel se retiró.

Palabra de Dios



La Anunciación del Señor

Hoy se celebra la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen María. Es una fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: la Encarnación del Hijo del eterno Padre en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo. El Verbo se hace hijo de María y ésta se convierte en Madre de Dios. Esta fiesta se celebra nueve meses antes de la Natividad de Cristo. Es la celebración del anuncio del nacimiento de Cristo hecho a la Virgen María, como se narra en el Evangelio de San Lucas. Aunque esta fiesta es de origen apostólico, los primeros documentos auténticos de su celebración aparecen en el siglo VI.

San Lucas refiere que el ángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María, se le presentó en Nazaret y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se conturbó, pero al ángel añadió: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, que será llamado Hijo del Altísimo”. María aclaró que no conocía varón, y el ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”. Entonces María dijo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. San Juan cierra así la escena: “Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros”.

“Consideremos al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor se alarman ante esta noticia; pero es tranquilizada asegurándosele que será madre sin dejar de ser virgen. 'Hágase en mí según tu palabra', exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús.”

Oración: Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Antonio Orbe, meditaciones sobre la Anunciación. 
	Alguien está velando en la dormida tierra Nazarena, 
	soñoliento el aire enrarecido para profetas; 
	golpea al cielo desde el nido callado, 
	en el corazón secreto de un capullo en  flor, 
	y lanza silenciosos gemidos a las estrellas 
	que palpitan de noche, llamando por señas 
	al Creador. Sus ojos no saben ya qué es sueño. 
	Nadie la acompaña; 
	pero le es casi dulce la vela. 
	Su corazón se sienta, en la oscuridad de la lluvia, 
	a esperar el signo del amor de Dios. 
	Aunque hasta ahora no llegue, 
	esperar le es dulce. No desespera porque todos 
	se vayan, cada cual su camino, y la dejen. 
	Le es dulce orar en solitario, escuchar por si 
	viene del Alto quien de los hombres se apiade. 
	Hizo del velar su sueño, y no duerme en espera 
	de dormir en su presencia. 

	Así, más o menos, la Virgen nazarena durante
	el silencio de Dios. Antes de que el Señor 
	Yahvé enviara un ángel 
	a la ciudad, no ciudad, de Galilea.

viernes, 29 de enero de 2021

Lecturas y Santoral 29/01/2021. Viernes de la tercera semana de Tiempo Ordinario

Soportasteis múltiples combates. No renunciéis, pues, a vuestra valentía
Primera Lectura. Lectura de la carta a los Hebreos 10, 32-39
Hermanos: Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: unos expuestos públicamente a oprobios y malos tratos; otros solidarios de los que eran tratados así. Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores, y permanentes. No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa. Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa. «Un poquito de tiempo todavía, y el que viene llegará sin retraso; mi justo vivirá por la fe, pero si se arredra le retiraré mi favor». Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 36, 3-4. 5-6. 23-24. 39-40

El Señor es quien salva a los justos.

Confía en el Señor y haz el bien, habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.

El Señor es quien salva a los justos.

Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía.

El Señor es quien salva a los justos.

El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos; si tropieza, no caerá, porque el Señor lo tiene de la mano.

El Señor es quien salva a los justos.

El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él.

El Señor es quien salva a los justos.

Un hombre echa semilla y duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús decía al gentío: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar a su sombra». Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

Palabra de Dios

San Sulpicio Severo obispo de Borges (¿511?-591)

Poco se sabe de la primera parte de la vida de este disciplinado clérigo, nacido probablemente en Agen, en la actual Francia. Es motivo de confusión el hecho de que dos siglos antes haya vivido un escritor que llevó precisamente el nombre de Sulpicio Severo. A San Sulpicio se le apoda "Severo" para distinguirlo de otro obispo de Bourges, San Sulpicio Pío.

Una tradición cuenta que nuestro Sulpicio contrajo matrimonio y estuvo casado muchos años, sin embargo siempre abrigó la inquietud de dedicar su vida al servicio de Dios.

A la edad de 35 años se decidió a comunicar a su esposa su decisión definitiva, y a partir de ahí pasa su vida rezando, en penitencias, escribiendo y estudiando a San Paulino de Nola, a San Jerónimo y a muchos autores de la Iglesia.

En 584 es nombrado Obispo de Tours, y de ahí traslada su sede a Bourges, en Aquitania (Francia). Convocó a un concilio provincial en Auvernia. También participó en el Concilio de Macon de 585. Murió en santa paz, posiblemente a la edad de 80 años.


San Constancio, obispo de Perugia y mártir, 178
Es recordado el 29 de enero por el martirologio Gerominiano. Según la leyenda, de la cual cuatro escrituras existen, estaba tras el cónsul de Lucio durante la persecución de Antonino y el bárbaro Flagellated, indio trabado que vivía arriba con otros compañeros, uno de guisa que fue quemado cuando salió ileso. Conducido a la cárcel, convirtió a sus vigilantes que le ayudaron para escaparse.

Abrigado en su casa a un cristiano seguro llamado Anastasio, con éstos, de nuevo fue arrestado. Después de varias vicisitudes en las cárceles de Asís y de Spello, fue decapitado cerca de Foligno.

Las varias escrituras del Evangelio de la pasión se convienen en asignar su martirio a la época de Antonino en un lugar cerca de Foligno llamado "el Trivio". San Perugio tenía en el hecho en esta ciudad, vecino a la puerta romana, una iglesia que, segun el Iacobilli, fue demolida en 1527. Éstos afirman por otra parte que, a su tiempo, tal lugar todavía fue llamado "campaña de San Constancio".

En 1781 fue hecho un reconocimiento de sus reliquias y en 1825, con gran solemnidad, la traslación fue igual como unas nuevas y antiguas, en los ejecutados siempre en la iglesia de San Constancio.

San Sabiniano, Mártir

La diócesis de Troyes lo venera como primer apóstol y mártir de la ciudad del mismo nombre. El santo nació en la isla de Samos; su conversión al cristianismo fue gracias a que leyó la Biblia, y luego se dirigió a Galia para predicar el Evangelio.

Sin embargo, el emperador Aureliano ordenó su captura ante las numerosas conversiones de romanos y paganos por obra de San Sabiniano.

miércoles, 27 de enero de 2021

Lecturas y Santoral 27/01/2021. Miércoles de la tercera semana de Tiempo Ordinario

Ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados
Primera Lectura. Lectura de la carta a los Hebreos 10, 11 - 18
Hermanos: Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; esta sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los que van siendo consagrados. Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo. En efecto, después de decir: Así será la alianza que haré con ellos después de aquellos días dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones y las escribiré en su mente; añade: ´Y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus crímenes. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 109, 1. 2. 3. 4

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies».

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora».

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec».

Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Salió el sembrador a sembrar
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar. Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos: «Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno». Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Cuando se quedó solo, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas. Él les dijo: «A vosotros se os han dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que “por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”». Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».

Palabra de Dios


Santa Ángela de Merici virgen, fundadora de las Ursulinas (1470-1540)

La fundadora de las ursulinas, primera congregación femenina dedicada a la enseñanza, nació de familia modesta el 21 de marzo de 1470 en el Desenzano. Los padres de la santa, más piadosos que ricos, la educaron cristianamente. Ambos murieron cuando Angela tenía 10 años, quien junto con sus dos hermanos se mudaron a la casa de un tío suyo.

Para poder llevar una juventud fuerte y espiritual, y comulgar con la máxima frecuencia, se hace terciaria de San Francisco tomando dicho hábito. Reunió un grupo de jóvenes, que vestían como las demás jóvenes del medio rural, a las que enseñó a buscar la santidad de vida en el mundo y a las que instruyó en la práctica de las obras de caridad. "¿En mi ambiente mismo, cómo podré santificarme?", le pregunta un hombre de la calle. Y ella responde: "Haga en cada momento lo que querrá haber hecho en la hora de la muerte".

Con gran temple penitencial peregrina en 1524, a sus cuarenta años, hasta Tierra Santa y Roma, las tierras de Cristo y de su Vicario, el Papa Clemente VII, por quien es paternalmente recibida en audiencia.

Hacia el año 1533, la santa empezó a formar a varias jóvenes selectas en una especie de noviciado informal. Doce de esas jóvenes se fueron a vivir con ella en una casa de las cercanías de la Iglesia de Santa Afra. Dos años después, 20 jóvenes se consagraron al servicio de Dios y la santa las puso al servicio de Santa Ursula, la patrona de las universidades medievales. Por ello, las hijas de Santa Angela han conservado el nombre de ursulinas.

El 25 de noviembre de 1535 fundó en Brescia un instituto femenino, la Compañía de Santa Úrsula (las comúnmente llamadas Ursulinas). Las ursulinas se reunían para la enseñanza y la oración, ejecutaban trabajos que se les encomendaban y procuraban llevar vida de perfección en la casa paterna. Sin embargo, pese a los cambios, las ursulinas conservan hasta el día de hoy la finalidad para la que fueron creadas: la formación cristiana de las niñas pobres, y la promoción cultural y educación en la fe de las futuras madres de familia. En las primeras elecciones, la santa fue nombrada superiora y ejerció ese cargo durante los últimos cinco años de su vida.

A principios de enero de 1540, cayó enferma y murió el 27 del mismo mes en Brescia. Sus últimas palabras resumen su vida: "Sí, Dios mío; yo te amo".

En 1544, una bula de Paulo III confirmó la Compañía de Santa Ursula, y la reconoció como congregación. Fue canonizada en 1807.

Oración: Señor, que no deje de encomendarnos a tu misericordia la santa virgen Ángela de Mérici, para que, siguiendo sus ejemplos de caridad y prudencia, sepamos guardar tu doctrina y llevarla a la práctica en la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Enrique de Ossó y Cervelló (1840-1896)

Nació en Vinebre, cerca de Tarragona, en Cataluña, España. A los 14 años ingresó al seminario tras la muerte de su madre, cumpliendo así el último deseo que ella tuvo. Tras ordenarse sacerdote en 1867, se dedicó a la enseñanza en el seminario.

Sin embargo, eran años de cruentas guerras civiles en España, y San Enrique padeció un abierto clima anticatólico. Aún así, reorganizó las clases en el seminario y reorganizó la catequesis en su ciudad.

Cuando la situación se aplacó, el padre Ossó organizó una publicación religiosa que se distribuyó en varios países de Europa y América.

Su obra más importante es la fundación de la Compañía de Santa Teresa de Jesús en 1876, en la ciudad de Tarragona. El cometido de las monjas teresianas sería la educación. Y tuvieron un gran éxito. La comunidad de religiosas creció, y en tan solo cinco años tenían ya bajo su cargo nueve colegios para niñas.

En el invierno de 1895 a 1896, cuando realizaba ejercicios espirituales franciscanos, le sobrevino un derrame cerebral y murió. Lo acompañaron dos frailes y un párroco.

Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en 1993.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 25/03/2020. Miércoles de la cuarta semana de Cuaresma. La Anunciación del Señor

Mirad: la virgen está encinta.
Primera Lectura. Isaías 7, 10-14; 8, 10


En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
«Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Ajaz:
«No la pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Dios:
«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: «Aquí estoy».

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
«Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer ¡oh, Dios! tu voluntad.
Segunda Lectura. Carta a los Hebreos 10, 4-10

Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo - pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí - para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.


Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra de Dios


La Anunciación del Señor


Hoy se celebra la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen María. Es una fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: la Encarnación del Hijo del eterno Padre en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo. El Verbo se hace hijo de María y ésta se convierte en Madre de Dios. Esta fiesta se celebra nueve meses antes de la Natividad de Cristo. Es la celebración del anuncio del nacimiento de Cristo hecho a la Virgen María, como se narra en el Evangelio de San Lucas. Aunque esta fiesta es de origen apostólico, los primeros documentos auténticos de su celebración aparecen en el siglo VI.

San Lucas refiere que el ángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María, se le presentó en Nazaret y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se conturbó, pero al ángel añadió: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, que será llamado Hijo del Altísimo”. María aclaró que no conocía varón, y el ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”. Entonces María dijo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. San Juan cierra así la escena: “Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros”.

“Consideremos al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor alármanse ante esta noticia; pero es tranquilizada asegurándosele que será madre sin dejar de ser virgen. ‘Hágase en mí según tu palabra’, exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús.”

Oración: Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



lunes, 25 de marzo de 2019

Lecturas y Santoral 25/03/2019. Lunes de la tercera semana de Cuaresma. La Anunciación del Señor

Mirad: la virgen está encinta
Primera Lectura. Isaías 7, 10-14; 8, 10

En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
"Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo".
Respondió Ajaz:
"No la pido, no quiero tentar al Señor".
Entonces dijo Dios:
"Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11/span>
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: "Aquí estoy".

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
"Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad".
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer ¡oh, Dios! tu voluntad.
Segunda Lectura. Carta a los Hebreos 10, 4-10

Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice:
"Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo - pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí - para hacer, ¡ oh Dios!, tu voluntad".
Primero dice: "Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la ley. Después añade: "He aquí que vengo para hacer tu voluntad".
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
"No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin".
Y María dijo al ángel:
"¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?".
El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, 'porque para Dios nada hay imposible'".
María contestó:
"He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra".
Y el ángel se retiró.


Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


La Anunciación del Señor


Hoy se celebra la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen María. Es una fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: la Encarnación del Hijo del eterno Padre en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo. El Verbo se hace hijo de María y ésta se convierte en Madre de Dios. Esta fiesta se celebra nueve meses antes de la Natividad de Cristo. Es la celebración del anuncio del nacimiento de Cristo hecho a la Virgen María, como se narra en el Evangelio de San Lucas. Aunque esta fiesta es de origen apostólico, los primeros documentos auténticos de su celebración aparecen en el siglo VI.

San Lucas refiere que el ángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María, se le presentó en Nazaret y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Ella se conturbó, pero al ángel añadió: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, que será llamado Hijo del Altísimo". María aclaró que no conocía varón, y el ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios". Entonces María dijo: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra". San Juan cierra así la escena: "Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros".

"Consideremos al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor se alarman ante esta noticia; pero es tranquilizada y se le asegura que será madre sin dejar de ser virgen. ‘Hágase en mí según tu palabra’, exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús."

Oración: Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

domingo, 18 de noviembre de 2018

Lecturas y Santoral 18/11/2018. Domingo de la trigesimotercera semana de Tiempo Ordinario

Entonces se salvará tu pueblo
Primera Lectura. Daniel 12, 1-3
Por aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que se ocupa de los hijos de tu pueblo; serán tiempos difíciles como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora.
Entonces se salvará tu pueblo: todos los que se encuentran inscritos en el libro.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán: unos para vida eterna, otros para vergüenza e ignominia perpetua.
Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 15, 5 y 8. 9-10. 11
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
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Con una sola ofrenda ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados
Segunda Lectura. Carta a los Hebreos 10, 11-14. 18
Todo sacerdote ejerce su ministerio diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo, después de haber ofrecido por los pecados un único sacrificio, está sentado para siempre jamás a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados.
Ahora bien, donde hay perdón, no hay ya ofrenda por los pecados.

Palabra de Dios.


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Reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 13, 24-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo el cielo.
Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre".

Palabra de Dios.

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Dedicación de la Basílica de San Pedro y San Pablo


Según la tradición, el martirio de San Pedro tuvo lugar en los jardines de Nerón en el Vaticano, donde se construyó el Circo de Calígula y se afirma que fue sepultado cerca de ahí. Algunos autores sostienen que, en el año 258, se trasladaron temporalmente las reliquias de San Pedro y San Pablo a una catacumba poco conocida llamada San Sebastián a fin de evitar una profanación, pero años después, las reliquias fueron trasladadas al lugar en que se hallaban antes.

En el año 323, Constantino comenzó a construir la basílica de San Pedro sobre el sepulcro del Apóstol. Permaneció idéntica por dos siglos, y poco a poco los Papas fueron estableciendo junto a ella, al pie de la colina Vaticana, su residencia, tras el destierro de Aviñón. En 1506, el Papa Julio II inauguró la nueva Basílica proyectada por Bramante. La construcción duró 120 años. La nueva basílica de San Pedro, tal como se ve hoy, fue consagrada por Urbano VIII el 18 de noviembre de 1626, y el altar mayor fue construido sobre el sepulcro de Pedro.

El martirio de San Pablo tuvo lugar a unos 11 kilómetros del de San Pedro, en Aquae Salviae (actualmente Tre Fontane), en la Vía Ostiense. El cadáver fue sepultado a tres kilómetros de ahí, en la propiedad de una dama llamada Lucina.

La gran Iglesia de San Pablo Extramuros fue construida principalmente por el emperador Teodosio I y el Papa San León Magno. En 1823 fue consumida por un incendio. Se reconstruyó, haciendo una imitación de la anterior y fue consagrada por el Papa Pío IX el 10 de diciembre de 1854, pero la fecha de su conmemoración se celebra en este día, como lo hace notar el Martirologio.

Oración: Defiende a tu Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión, aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 25 de marzo de 2017

Lecturas y Santoral 25/03/2017. Sábado de la tercera semana de Cuaresma. La Anunciación del Señor.

Mirad: la virgen está encinta
Primera Lectura. Isaías 7, 10-14; 8, 10
En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
"Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo".
Respondió Ajaz:
-"No lo pido, no quiero tentar al Señor".
Entonces dijo Dios:
"Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: "Aquí estoy".

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
"Como está escrito en mi libro
para hacer tu voluntad".
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí: para hacer ¡oh, Dios! tu voluntad.
Segunda Lectura. Hebreos 10, 4-10
Hermanos:
Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice:
"Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo - pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí - para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad".
Primero dice: "Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la ley. Después añade: "He aquí que vengo para hacer tu voluntad".
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.

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Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo".
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:
"No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin".
Y María dijo al ángel:
"¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?".
El ángel le contestó:
"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, 'porque para Dios nada hay imposible'".
María contestó:
"He aquí la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra".
Y el ángel se retiró.

Palabra de Dios.

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La Anunciación del Señor



Hoy se celebra la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen María. Es una fiesta conjunta de Cristo y de la Virgen: la Encarnación del Hijo del eterno Padre en el seno de la Virgen por obra del Espíritu Santo. El Verbo se hace hijo de María y ésta se convierte en Madre de Dios. Esta fiesta se celebra nueve meses antes de la Natividad de Cristo. Es la celebración del anuncio del nacimiento de Cristo hecho a la Virgen María, como se narra en el Evangelio de San Lucas. Aunque esta fiesta es de origen apostólico, los primeros documentos auténticos de su celebración aparecen en el siglo VI.

San Lucas refiere que el ángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María, se le presentó en Nazaret y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se conturbó, pero al ángel añadió: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, que será llamado Hijo del Altísimo”. María aclaró que no conocía varón, y el ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios”. Entonces María dijo: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. San Juan cierra así la escena: “Y la Palabra se hizo carne, y acampó entre nosotros”.

“Consideremos al Arcángel Gabriel entrando a donde estaba María, para anunciarle que la Santísima Trinidad la ha elegido para ser Madre de Dios. Su humildad y su pudor alármanse ante esta noticia; pero es tranquilizada asegurándosele que será madre sin dejar de ser virgen. ‘Hágase en mí según tu palabra’, exclama; y, al instante, con la sangre purísima de la Virgen Inmaculada, el Espíritu Santo forma el cuerpo adorable de Jesús.”

Oración: Señor, tú has querido que la Palabra se encarnase en el seno de la Virgen María; concédenos, en tu bondad, que cuantos confesamos a nuestro Redentor, como Dios y como hombre verdadero, lleguemos a hacernos semejantes a él en su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Antonio Orbe, meditaciones sobre la Anunciación. 
  Alguien está velando en la dormida tierra Nazarena, 
  soñoliento el aire enrarecido para profetas; 
  golpea al cielo desde el nido callado, 
  en el corazón secreto de un capullo en  flor, 
  y lanza silenciosos gemidos a las estrellas 
  que palpitan de noche, llamando por señas 
  al Creador. Sus ojos no saben ya qué es sueño. 
  Nadie la acompaña; 
  pero le es casi dulce la vela. 
  Su corazón se sienta, en la oscuridad de la lluvia, 
  a esperar el signo del amor de Dios. 
  Aunque hasta ahora no llegue, 
  esperar le es dulce. No desespera porque todos 
  se vayan, cada cual su camino, y la dejen. 
  Le es dulce orar en solitario, escuchar por si 
  viene del Alto quien de los hombres se apiade. 
  Hizo del velar su sueño, y no duerme en espera 
  de dormir en su presencia. 

  Así, más o menos, la Virgen nazarena durante
  el silencio de Dios. Antes de que el Señor 
  Yahvé enviara un ángel 
  a la ciudad, no ciudad, de Galilea.

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martes, 24 de enero de 2017

Lecturas y Santoral 24/01/2017. Martes de la tercera semana del Tiempo Ordinario

He aquí que vengo para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad
Primera Lectura. Carta a los Hebreos 10, 1-10

Hermanos:
La Ley, que presenta sólo una sombra de los bienes futuros y no la realidad misma de las cosas, no puede nunca hacer perfectos a los que se acercan, pues lo hacen año tras año y ofrecen siempre los mismos sacrificios.
Si no fuera así, no habrían dejado de ofrecerse, porque los ministros del culto, purificados de una vez para siempre, no tendrían ya ningún pecado sobre su conciencia.
Pero, en realidad, con estos sacrificios se recuerdan, año tras año los pecados. Porque es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite las pecados.
Por eso, al entrar él en en mundo dice:
"Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije: He aquí que vengo - pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mi - para hacer, ¡oh Dios! tu voluntad".
Primero dice: "Tú no quisiste ni sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos, ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la ley.
Después añade: "He aquí que vengo para hacer tu voluntad".
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación de cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 39, 2 y 4ab. 7-8a. 10. 11
Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios,
entonces yo digo: "Aquí estoy".

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
No me he guardado en el pecho tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron la madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo:
"Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan".
El les pregunta:
"¿Quienes son mi madre y mis hermanos?".
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
"Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre".

Palabra de Dios.

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San Francisco de Sales


San Francisco nació en el castillo de Thorens (Saboya, Francia) el 21 de agosto de 1567, siendo bautizado al día siguiente como Francisco de Buenaventura. Tuvo como patrono y modelo a San Francisco de Asís. A los catorce años, Francisco fue a estudiar a la Universidad de París, donde estudió retórica, filosofía y teología. A los 24 años, obtuvo el doctorado en leyes en Padua y regresó al seno familiar. Fue ordenado sacerdote dos años después, a pesar de la fuerte oposición de su padre y trabajó intensamente por la renovación de la fe católica en su patria.

Posteriormente, el santo se ofreció a evangelizar la región de Chablais, donde las condiciones de los habitantes eran deplorables a causa de los constantes ataques de los ejércitos protestantes. La tarea de Francisco no fue fácil, y en los primeros años, el fruto del trabajo misionero era muy escaso. Sin embargo, gracias a su paciencia y su humildad, poco a poco el santo consiguió gran número de conversiones, restableciendo nuevamente la fe católica en la provincia.

En 1602, Francisco fue elegido obispo de Ginebra, actuó como un verdadero pastor para con el clero y los fieles, tratando a todos con su proverbial dulzura, instruyéndolos en la fe con su palabra y sus escritos. Recondujo a la comunión católica a muchos, calvinistas y otros, que se habían separado de ella.

Dos años después de su elección como obispo, el santo conoció a Santa Juana Francisca de Chantal, y el resultado del encuentro de los dos santos fue la fundación de la Congregación de la Visitación.


Según Enrique IV, "el obispo de Ginebra tiene todas las virtudes, sin un solo defecto". Por ello deseaba el rey tenerlo como obispo en una gran capital francesa. Pero San Francisco de Sales le respondió: "Tengo ya mi diócesis, con la que estoy casado; es pobre; pero no puedo dejarla por otra más rica".

Pasó la mayor parte de su vida en Annecy, en donde se depositó su cuerpo el 24 de enero de 1623. Allí se entregó por entero a su misión de apóstol y pastor, haciéndose sencillo con los sencillos, discutiendo de teología con los protestantes, iniciando en la "Vida devota" a las almas ansiosas de entregarse a Cristo – como la de la baronesa de Chantal -, y dándoles acceso a los secretos del amor de Dios, preocupado por colocar la vida espiritual al alcance de los seglares: "La devoción, decía, cuando es auténtica, no estropea nada, antes bien, todo lo perfecciona: hace apacible el cuidado por la familia, más sincero el amor del esposo y la esposa, y más suaves y agradables cualesquiera ocupaciones".

En sus obras ascético-místicas propone una santidad fundada por entero en el amor de Dios, y accesible a todas las condiciones sociales.

Murió en Lyón el 28 de diciembre de 1622, luego de meses de agonía y sufrimiento. El 24 de enero siguiente fue definitivamente sepultado en Annecy (Saboya) donde había pasado la mayor parte de su vida.

La devoción se ha de ejercitar de diversas maneras - San Francisco de Sales, obispo

De la introducción a la vida devota (parte 1, cap 3)

En la misma creación, Dios creador mandó a las plantas que diera cada una fruto según su propia especie: así también mandó a los cristianos, que son como las plantas de su Iglesia viva, que cada uno diera un fruto de devoción conforme a su calidad, estado y vocación.

La devoción, insisto, se ha de ejercitar de diversas maneras, según que se trate de una persona noble o de un obrero, de un criado o de un príncipe, de una viuda o de una joven soltera, o bien de una mujer casada. Más aún: la devoción se ha de practicar de un modo acomodado a las fuerzas, negocios y ocupaciones particulares de cada uno.

Dime, te ruego, mi Filotea, si sería lógico que los obispos quisieran vivir entregados a la soledad, al modo de los cartujos; que los casados no se preocuparan de aumentar su peculio más que los religiosos capuchinos; que un obrero se pasara el día en la iglesia, como un religioso; o que un religioso, por el contrario, estuviera continuamente absorbido, a la manera de un obispo, por todas las circunstancias que atañen a las necesidades del prójimo. Una tal devoción ¿por ventura no sería algo ridículo, desordenado o
inadmisible?

Y con todo, esta equivocación absurda es de lo más frecuente. No ha de ser así; la devoción, en efecto, mientras sea auténtica y sincera, nada destruye, sino que todo lo perfecciona y completa, y, si alguna vez resulta de verdad contraria a la vocación o estado de alguien, sin duda es porque se trata de una falsa devoción.

La abeja saca miel de las flores sin dañarlas ni destruirlas, dejándolas tan íntegras, incontaminadas y frescas como las ha encontrado. Lo mismo, y mejor aún, hace la verdadera devoción: ella no destruye ninguna clase de vocación o de ocupaciones, sino que las adorna y embellece.

Del mismo modo que algunas piedras preciosas bañadas en miel se vuelven más fúlgidas y brillantes, sin perder su propio color, así también el que a su propia vocación junta la devoción se hace más agradable a Dios y más perfecto. Esta devoción hace que sea mucho más apacible el cuidado de la familia, que el amor mutuo entre marido y mujer sea más sincero, que la sumisión debida a los gobernantes sea más leal, y que todas las ocupaciones, de cualquier clase que sean, resulten más llevaderas y hechas con
más perfección.

Es, por tanto, un error, por no decir una herejía, el pretender excluir la devoción de los regimientos militares, del taller de los obreros, del palacio de los príncipes, de los hogares y familias; hay que admitir, amadísima Filotea, que la devoción puramente contemplativa, monástica y religiosa puede ser ejercida en estos oficios y estados; pero, además de este triple género de devoción, existen también otros muchos y muy acomodados a las diversas situaciones de la vida seglar.

Así pues, en cualquier situación en que nos hallemos, debemos y podemos aspirar a la vida de perfección.

Oración: Señor, Dios nuestro, tú has querido que el santo obispo Francisco de Sales se entregara a todos generosamente para la salvación de los hombres; concédenos, a ejemplo suyo, manifestar la dulzura de tu amor en el servicio a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."