Despertarán jubilosos los que habitan en el polvo
Primera Lectura. Isaías 26, 7-9. 12. 16-19
Palabra de Dios
Tú permaneces para siempre, y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión, que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras, se compadecen de sus ruinas.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión, y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos, y no desprecie sus peticiones.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
Palabra del Señor
Nació en Bucchianico, en las proximidades de Pescara, en Italia, en la familia de un oficial del ejército; falleció a los 64 años de edad en Roma.
Tras la temprana muerte de su madre, San Camilo pasó su infancia bajo cierto abandono. Al igual que su padre, se hizo soldado, entrando en el servicio de la Serenísima República de Venecia entre 1569 y 1574 en la guerra contra los turcos.
Al mismo tiempo, Camilo era un empedernido jugador, razón por la cual nunca tenía dinero. Debido a una enfermedad de la que no sanó completamente, tuvo que dejar el servicio militar. En esta época sobrevivía como ayudante en todo tipo de labores.
Durante muchos años, San Camilo de Lelis luchó en contra de su compulsión por el juego. En Manfredonia trabajó en la construcción de un convento capuchino donde pretendía ingresar como seglar, pero a causa de su nefando vicio fue rechazado.
San Camilo regresó entonces a Roma, donde se desempeñó como enfermero para la atención de enfermos incurables. Ahí conoció a San Felipe Neri, bajo cuya tutela estudió teología y se ordenó sacerdote, en 1584. Asimismo, abandonó por completo el vicio del juego.
Decidido a reformar la atención a los enfermos en toda Italia, y siguiendo el modelo de San Juan de Dios en España, fundó la Comunidad de Siervos de los Enfermos, la cual fue confirmada por el papa Sixto V en 1586, y en 1591 elevada a la categoría de Orden con plenos privilegios por el papa Gregorio XIV.
Los “Padres Camilos” operan en la actualidad en 27 países de los cinco continentes. Su Orden se distingue por la cruz roja que sus integrantes ostentan sobre el pecho, pero sobre todo por su concentrada dedicación al cuidado de enfermos graves y desahuciados.
San Camilo de Lelis fue canonizado en 1746 por el papa Benedicto XIV. Es el santo patrono de los enfermos y moribundos, de enfermeras y enfermeros, y de los hospitales.
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