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jueves, 1 de abril de 2021

Lecturas y Santoral 01/04/2021. Jueves Santo - Semana Santa - Cena del Señor


Prescripciones sobre la cena pascual
Primera Lectura. Éxodo 12, 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: - «Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, lo escogeréis entre los corderos o los cabritos. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas. Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto. Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación como ley perpetua lo festejareis».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 115, 12-13. 15-16bc. 17-18

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava; rompiste mis cadenas.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando el nombre del Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor
Segunda Lectura. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía». Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios

Los amó hasta el extremo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: - «Señor, ¿lavarme los pies tú a mi?». Jesús le replicó: - «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dice: - «No me lavaras los pies jamás». Jesús le contestó: - «Si no te lavo, no tienes parte conmigo». Simón Pedro le dice: - «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza». Jesús le dice: - «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios». Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: - «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

Palabra de Dios

Hugo de Grenovle

Nació de familia noble el año 1053 en el Delfinado (Francia). Recibió una excelente formación cultural y cristiana, y pronto el obispo de Grenoble lo promovió en la vida eclesiástica. A los 28 años fue consagrado obispo de Grenoble, y gobernó su diócesis unos 50 años. Emprendió la renovación de la vida del clero y de los fieles en la línea de la reforma gregoriana, combatiendo la simonía, el concubinato de los clérigos, el desorden en la economía diocesana, etc. No conseguía del todo sus objetivos y por eso, desanimado, se retiró al monasterio de Mont Dieu con ánimo de hacerse monje, pero Gregorio VII lo obligó a volver a su diócesis.

Un día llegó San Bruno con 6 amigos a pedirle a San Hugo que les concediera un sitio donde fundar un convento de gran rigidez, para los que quisieran hacerse santos basado en oración, silencio, ayunos, estudio y meditación. El santo obispo les dio un sitio en las tierras montañosas de Chartreuse llamado Cartuja, donde comenzó la Orden de los Cartujos; en esta Orden el silencio es perpetuo (hablan el domingo de Pascua) y el ayuno, la mortificación y la oración llevan a sus religiosos a una gran santidad. Para San Hugo sus días en la Cartuja eran como un oasis en medio del desierto de este mundo corrompido y corruptor, pero cuando ya llevaba varios días allí, su director San Bruno le avisaba que Dios lo quería al frente de su diócesis, y tenía que volverse otra vez a su ciudad.

Los sacerdotes más fervorosos y el pueblo humilde aceptaban con muy buena voluntad las órdenes y consejos del Santo obispo. Varias veces fue a Roma a visitar al Papa y a rogarle que le quitara aquel oficio de obispo porque no se creía digno. Pero ni Gregorio VII, ni Urbano II, ni Pascual II, ni Inocencio II, quisieron aceptarle su renuncia porque sabían que era un gran apóstol. Cuando ya muy anciano le pidió al Papa Honorio II que lo librara de aquel cargo porque estaba muy viejo, débil y enfermo, el Sumo Pontífice le respondió: "Prefiero de obispo a Hugo, viejo, débil y enfermo, antes que a otro que esté lleno de juventud y de salud".

Era un gran orador, y como rezaba mucho antes de predicar, sus sermones conmovían profundamente a sus oyentes. Era muy frecuente que en medio de sus sermones, grandes pecadores empezaran a llorar a grito entero y a suplicar a grandes voces que el Señor Dios les perdonara sus pecados. Sus sermones obtenían numerosas conversiones.

Al final de su vida la artritis le producía dolores inmensos y continuos pero nadie se daba cuenta de que estaba sufriendo, porque sabía colocar una muralla de sonrisas para que nadie supiera los dolores que estaba padeciendo por amor a Dios y salvación de las almas. Un día al verlo llorar por sus pecados le dijo un hombre: "- Padre, ¿por qué llora, si jamás ha cometido un pecado deliberado y plenamente aceptado?- ". Y él le respondió: "El Señor Dios encuentra manchas hasta en sus propios ángeles. Y yo quiero decirle con el salmista: 'Señor, perdóname aun de aquellos pecados de los cuales yo no me he dado cuenta y no recuerdo'".

Participó en el Concilio de Vienne de 1112, y se puso en contra de Anacleto II y en defensa de Inocencio II. Murió a los 80 años, el 1 de abril de 1132. El Papa Inocencio II lo declaró santo, dos años después de su muerte.

jueves, 9 de abril de 2020

Lecturas y Santoral 09/04/2020 Jueves Santo - Semana Santa - CENA DEL SEÑOR.

Prescripciones sobre la cena pascual
Primera Lectura. Éxodo 12. 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:

– "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: 'El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer'. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación como ley perpetua lo festejareis".

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
– "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
"Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía".
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.


Los amó hasta el extremo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
– "Señor, ¿lavarme los pies tú a mi?".
Jesús le replicó:
– "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde".
Pedro le dice:
– "No me lavaras los pies jamás".
Jesús le contestó:
– "Si no te lavo, no tienes parte conmigo".
Simón Pedro le dice:
– "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza".
Jesús le dice:
– "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos".
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios".
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
– "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis 'el Maestro' y 'el Señor', y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis".

Palabra de Dios.

Santa Casilda de Toledo

En la vida de esta santa se mezclan a veces elementos legendarios e históricos. Nació en Toledo de un alto dignatario musulmán. En Toledo había prisioneros cristianos, y Casilda los trataba con misericordia y les llevaba víveres. Un día en que les llevaba comida en su delantal, la sorprendió su padre y, al querer averiguar lo que llevaba, encontró no alimentos sino rosas.

Los presos cristianos le hablaban de su fe, pero ella no podía abrazarla. Hasta que cayó gravemente enferma y los médicos no conseguían curarla. Los mismos presos le hablaron de las aguas de San Vicente, cerca de Briviesca en Burgos, que tenían poder curativo. La joven musulmana, con permiso de su padre, acudió a bañarse en aquellas aguas y, efectivamente, alcanzó la salud.

Decidió entonces quedarse en tierras cristianas, se preparó al bautismo y lo recibió, optó por la virginidad y abrazó la vida eremítica. Construyó allí cerca una ermita y un aposento adjunto en el que vivió muchos años entregada a la vida de piedad y oración, hasta que murió el 9 de abril de 1075.

Santa María de Cleofas

Nació probablemente en Palestina, contemporánea de Jesús. Pudo haber sido su tía, ya que al parecer estaba emparentada con la Virgen y San José. La María que se venera hoy era esposa (o quizás hija) de un hombre llamado Cleofás. El Evangelio de San Juan (19:25) la menciona como parte de los testigos de la Crucifixión. Pertenecía, por lo tanto, al círculo más íntimo de los discípulos de Jesús.

Según los demás Evangelios, ella era la madre del apóstol Santiago el Menor (Marcos, 15:40), por lo que a veces se le menciona como María la de Santiago.

Santa María de Cleofás se encontraba entre las mujeres que acudieron a la tumba de Jesús para ungir su cuerpo, pero fue entonces que se les apareció un ángel anunciándoles que el cadáver ya no estaba ahí. Fue así una de las primeras personas que testificó la Resurrección (Marcos, 16:1).

Santa María de Cleofás tuvo la dicha de compartir de cerca la vida de Jesús.

sábado, 20 de julio de 2019

Lecturas y Santoral 20/07/2019. Sábado de la decimoquinta semana de Tiempo Ordinario.

Fue la noche en que el Señor sacó a Israel de la tierra de Egipto
Primera Lectura. Éxodo 12, 37-42
En aquellos días, los hijos de Israel marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; y les seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado.
Cocieron la masa que habían sacado de Egipto en forma de panes ázimos, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse; y tampoco se llevaron provisiones.
La estancia de los hijos de Israel en Egipto duró cuatrocientos treinta años.
Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto las legiones del Señor.
Fue la noche en que veló el Señor para sacarlos de la tierra de Egipto. Será la noche de vela, en honor del Señor, para los hijos de Israel por todas las generaciones.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 135, 1 y 23-24. 10-12. 13-15/span>
Porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor porque es bueno:

Porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación, se acordó de nosotros:

Porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:

Porque es eterna su misericordia.
Él hirió a Egipto en sus primogénitos:

Porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:

Porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:

Porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:

Porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:

Porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al faraón y a su ejército:

Porque es eterna su misericordia.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, al salir de la sinagoga, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús.
Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos lo siguieron.
Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre él pondré mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones.
No porfiará, no gritará, nadie escuchará su voz por las calles.
La caña cascada no la quebrará, la mecha vacilante no la apagará, hasta llevar el derecho a la victoria; en su nombre esperarán las naciones».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


San Aurelio, Obispo de Cartago


Hacia el año 392, después de que San Agustín recibiera la ordenación sacerdotal y el obispado de Hipona, Aurelio, un diácono, fue elegido obispo de Cartago. En aquella época la Iglesia de Africa estaba en la cumbre de su esplendor; el obispo de Cartago era a la vez primado o patriarca de Africa, es decir, uno de los prelados más importantes de la Iglesia universal.

San Aurelio tuvo que hacer frente a dos herejías: las de los donatistas y la de los pelagianos. Durante los 37 años que gobernó la sede, San Aurelio convocó numerosos sínodos provinciales y concilios plenarios de los obispos africanos para resolver ésos y otros problemas.

San Aurelio era íntimo amigo de San Agustín y, cuando aquél se quejó de que muchos monjes, so pretexto de vida contemplativa, eran simples holgazanes, San Agustín escribió el tratado “Sobre el trabajo de los monjes” para tratar de mejorar la situación. San Fulgencio de Ruspe, obispo africano de la siguiente generación, escribió en términos encomiásticos acerca de San Aurelio, como lo hizo también el erudito español Pablo Osorio.


San Elías Siglo IX A.C


Hoy es la fiesta del príncipe de los profetas, “el sol de Israel”, originario de Tisbé, al otro lado del Jordán, “intérprete de la voluntad de Dios, instrumento de milagros, juez y reformador de su pueblo, maestro de la soledad”. Suyo es el privilegio excepcional de no morir, sino de ser arrebatado a las alturas por un carro de fuego (de ahí la antigua creencia generalizada de que volvería en los tiempos mesiánicos).

Se ocultó durante la persecución de la fenicia Jezabel, esposa del rey Ajab, que favorecía la idolatría; y cuando Dios como castigo negó el agua a aquella tierra infiel, Elías compitió con los profetas de Baal en el Monte Carmelo; después de dejar que éstos fracasaran en sus intentos de atraer el fuego celestial para un sacrificio, la oración del santo hizo que descendiera milagrosamente el fuego de Yahvé.

Los elementos de la naturaleza le sirven, dialogan con él: primero es el fuego en el Monte Carmelo, luego la respuesta de Dios consiste en lluvia que pone fin a la sequía, y cuando ha de refugiarse en el Monte Horeb, perseguido por la infame reina, espera la voz de Dios, que no descubre ni en el viento impetuoso ni en el terremoto ni en el fuego, sino en la suave brisa.

Dios evita los clamores para hablar a su elegido en un murmullo, íntimamente. Al fin transmite sus poderes a Eliseo y mientras habla con su discípulo “he aquí que un carro de fuego con caballos ígneos separa a uno de otro, y Elías sube al cielo en el torbellino”.

Este incombustible profeta de llama volverá a aparecer en la transfiguración del Monte Tabor, junto a Moisés, hablando familiarmente con Cristo.

El Papa Juan Pablo II decía a los capitulares carmelitas el 24 de septiembre de 1983: “Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo Testamento. Él fue un hombre de Dios, maestro y testigo de oración…”.

El Hno. Roger Schutz, Prior de la comunidad calvinista de Taizé, escribió: “He aquí que hace ya tres mil años un creyente, denominado Elías, tiene la intuición de que Dios habla en el desierto y que una confianza silenciosa del corazón está en el comienzo de todo”.

San León Ignacio Mangín, Mártir (1855-1900)


Nació en Verny, en las cercanías de Metz, en Lorena, Francia, en una familia de once hijos; su padre era juez de paz.

Después de haber recibido una educación cristiana, San León Ignacio Mangin ingresó a la Compañía de Jesús en 1875, prosiguiendo sus estudios de Letras y Filosofía en Louvain. Y en 1882 se ofreció para partir a China en calidad de misionero.

San León Ignacio Mangin era un hombre con capacidad de liderazgo, inteligente, firme, calmado y decidido, pero a la vez de carácter alegre y entusiasta.

En 1886 recibió la orden sacerdotal, y a partir de 1890 quedó como ministro de sección de Ho-Kien-Fu, región donde vivían veinte mil cristianos distribuidos en 240 parroquias, las cuales eran administradas por nueve sacerdotes jesuitas.

Los cristianos en China eran tolerados a ratos, pero al cambiar de pronto la situación política en un momento dado, las persecuciones a las que se vieron sometidos los fieles chinos fueron particularmente crueles.

Una de éstas fue la llamada “Revuelta de los Boxers”, de 1899 y 1900: un levantamiento popular armado ultra-nacionalista en contra de la influencia europea en China.

Para 1897, San León Ignacio Mangin había sido adscrito al frente de la misión de King-Tcheu, de la cual formaba parte la aldea de cuatrocientos habitantes de Tchou-Kia-Ho, donde había sido adscrito originalmente.

Cuando los bóxers se aparecieron en la región, la convivencia entre los misioneros occidentales y las autoridades chinas, que hasta entonces había sido relativamente cordial, se dificultó de súbito.

Tomando providencias, con ayuda de su amigo el sacerdote Pablo Denn, San León Ignacio Mangin fortificó el poblado de Zhujianhe, donde se habían refugiado más de tres mil cristianos chinos, pues habían llegado las noticias del asesinato de dos sacerdotes jesuitas, Rémy Isoré y Modesto Andlauer, a manos de los boxers.

Los boxers se presentaron efectivamente. Y a pesar de que en un principio fueron rechazados, las defensas no pudieron resistir. Como última medida, los dos misioneros habían dispuesto que las mujeres y los niños se refugiaran en la iglesia.

Todo fue inútil. San León Ignacio, San Pablo Denn y la laica Santa María Zhou Wuzhi fueron asesinados cuando nuestro santo estaba distribuyendo la Eucaristía. A continuación los boxers le prendieron fuego a la iglesia. En la masacre perecieron más de mil trescientos cristianos.

En octubre de 2000, el papa Juan Pablo II canonizó a 120 mártires caídos en China entre 1648 y 1930, entre ellos a San León Ignacio Mangin.

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, corazones.org, aciprensa.com, caminando-con-jesus.org, www.churchforum.org.mx, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, santopedia.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com


"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 29 de marzo de 2018

Jueves Santo 29-03-18. La Cena del Señor

Prescripciones sobre la cena pascual
Primera Lectura. Éxodo 12. 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
- "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: 'El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto.
Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta al Señor, ley perpetua para todas las generaciones.'"

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. Salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
-"Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía."
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
"Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía."
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Los amó hasta el extremo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
- "Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?"
Jesús le replicó:
- "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde."
Pedro le dijo:
- "No me lavarás los pies jamás."
Jesús le contestó:
- "Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo."
Simón Pedro le dijo:
- "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza."
Jesús le dijo:
- "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos."
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios."
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
- "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis."


Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 13 de abril de 2017

Lecturas y Santoral 13/04/2017. Jueves Santo - Semana Santa - Cena del Señor.

Prescripciones sobre la cena pascual
Primera Lectura. Éxodo 12. 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:

– "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: 'El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer'. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación como ley perpetua lo festejareis".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. Salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
– "Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
"Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía".
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.
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Los amó hasta el extremo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
– "Señor, ¿lavarme los pies tú a mi?".
Jesús le replicó:
– "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde".
Pedro le dice:
– "No me lavaras los pies jamás".
Jesús le contestó:
– "Si no te lavo, no tienes parte conmigo".
Simón Pedro le dice:
– "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza".
Jesús le dice:
– "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos".
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios".
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
– "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis 'el Maestro' y 'el Señor', y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis".

Palabra de Dios.

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San Hermenegildo


Es el gran defensor de la fe católica en la España de su tiempo contra los durísimos ataques de la herejía arriana. Su gloria consiste en haber padecido el martirio por negarse a recibir la comunión de manos de un obispo arriano y en ser, de hecho, el primer pilar de la unidad religiosa de la nación española, que llegaría poco después con la conversión de su hermano Recaredo.

Hermenegildo, gobernador de la Bética durante la dominación visigótica, convertido del arrianismo al catolicismo por influjo de su esposa y de san Leandro, se alzó en armas contra su padre, Leovigildo, que pretendía imponer las doctrinas de Arrio. Vencido y apresado en Córdoba, fue a parar a Tarragona donde fue decapitado el 13 de abril del año 586.

Oración: Oh Dios, que suscitaste en tu Iglesia a san Hermenegildo, mártir, como intrépido defensor de la fe, concédenos a cuantos veneramos hoy la memoria de su martirio la unidad en la confesión de tu nombre y la perseverancia en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


San Martín I, papa y mártir +656



San Martín fue el último Papa martirizado. Son más de 40 los pontífices que han sufrido el martirio.

Nació en Todi, Italia, y se distinguió entre los sacerdotes de Roma por su santidad y su sabiduría.

Fue elegido Papa el año 649 y poco después convocó a un Concilio o reunión de todos los obispos, para condenar la herejía Monotelistas, que son los herejes que decían que Jesucristo no había tenido voluntad humana, sino solamente voluntad divina.

Como el emperador de Constantinopla Constante II era hereje monotelista, mandó a un jefe militar con un batallón a darle muerte al pontífice. Pero el que lo iba a asesinar, quedó ciego en el momento en el que lo iba a matar, y el jefe se devolvió sin hacerle daño.

Luego envió Constante a otro jefe militar el cual aprovechando que el Papa estaba enfermo, lo sacó secretamente de Roma y lo llevó prisionero a Constantinopla. El viaje duró catorce meses y fue especialmente cruel y despiadado. No le daban los alimentos necesarios y según dice él mismo en sus cartas, pasaron 47 días sin que le permitieran ni siquiera agua para bañarse la cara. Un verdadero martirio que él soportó con especial paciencia. En aquellos días dejó escritas estas palabras: "Me martiriza el frió. Sufro hambre y estoy enfermo. Pero espero que por estos sufrimientos les concederá Dios a mis perseguidores, que después de mi muerte se arrepientan y se conviertan."

En Constantinopla lo expusieron al público como un malhechor, para que las gentes se burlaran de él. Pero lo que consiguieron fue hacer que muchísimos admiraran la virtud de aquel santo varón que todo lo sufría con admirable valor. Un tribunal de herejes lo condenó sin permitirle que dijera ni siquiera una palabra en su defensa. Lo tuvieron tres meses padeciendo en la cárcel destinada a los condenados a muerte, y luego lo sacaron de la cárcel por una petición que hizo el Patriarca Arzobispo de Constantinopla poco antes de morirse, pero lo enviaron al destierro. Martín fue escribiendo en sus cartas lo que le iba sucediendo en aquellos prolongados martirios. En uno de esos escritos cuenta cómo lo llevaron sin las más mínimas muestras de consideración o respeto a Crimea (en el sur de Rusia, junto al Mar Negro) donde estuvo por meses y meses abandonado de todos, sufriendo hambre y desprecios, pero enriqueciéndose para el cielo en el ofrecimiento diario de sus padecimientos a Dios.

Sus sufrimientos eran tan grandes que cuando alguien lo amenazó con que le iban a dar muerte, exclamó: "Sea cual fuere la muerte que me den, seguramente no va a ser más cruel que esta vida que me están haciendo pasar". Lo amenazaron con dejar su cuerpo expuesto a que lo devoraran los cuervos y respondió: "En cuánto a mi cuerpo, Dios se encargará de cuidarlo. Dios está conmigo. ¿Por qué me voy a preocupar?". Y dando un suspiro de esperanza añadió: "Espero que el Señor Dios tendrá misericordia de mí y no prolongará ya por mucho tiempo el tiempo de mi vida en este mundo". De veras que sus sufrimientos debieron ser muy grandes para desear más bien morir que seguir viviendo.

En su última carta, dice así San Martín: "Estoy sorprendido del abandono total en que me tienen en este destierro los que fueron mis amigos. Y más me entristece la indiferencia total con la que mis compañeros de labores me han abandonado. ¿Qué no tienen dinero? ¿Pero no habría ni siquiera unas libras de alimento para enviarlo? ¿O es que el temor a los enemigos de la Iglesia les hace olvidar la obligación que cada uno tiene de dar de comer al hambriento? Pero a pesar de todo, yo sigo rezando a Dios para que conserve firmes en la fe a todos los que pertenecen a la Iglesia". Murió más de padecimientos y de falta de lo necesario que de enfermedad o vejez, en el año 656. En Constantinopla donde había sido tan humillado, fue declarado santo y empezaron a honrarlo como a un mártir de la religión. Y en la Iglesia de Roma se le ha venido honrando entre el número de los santos mártires. Martín I: después de ser humillado por unos años, ha seguido siendo glorificado por muchos siglos. En él se ha cumplido lo que anunció San Pablo: "Después de un corto sufrir en esta tierra, nos espera un inmenso gozar en la gloria celestial".


San Sabas Reyes Salazar (1883-1927) mártir Mexicano
Nació en Cocula, estado de Jalisco (Archidiócesis de Guadalajara), México, el 5 de diciembre de 1883. Hijo de Norberto Reyes y Francisca Salazar, un matrimonio muy pobre; vivió en épocas de persecuciones anti-cristianas en su país. De niño, Sabás trabajó como voceador de periódicos en la ciudad de Guadalajara para ayudar a sus padres. Más tarde ingresa al Seminario de esa ciudad, y concluye su formación en el estado de Tamaulipas.

Vicario de Tototlán, Jal. (Diócesis de San Juan de los Lagos). Sencillo y fervoroso, tenía especial devoción a la Santísima Trinidad. También invocaba frecuentemente a las ánimas del purgatorio. Procuró mucho la formación de los niños jóvenes, tanto en la catequesis como en la enseñanza de ciencias, oficios y artes, especialmente en la música. Cumplido y abnegado en su ministerio. Exigía mucho respeto en todo lo referente al culto y le gustaba que con prontitud se cumpliera cualquier deber.

Cuando, por el peligro que había para los sacerdotes, le aconsejaban que saliera de Tototlán, él replicaba: "A mí aquí me dejaron y aquí espero, a ver qué dispone Dios". En la Semana Santa de 1927 llegaron las tropas federales y los agraristas buscando al Sr. Cura Francisco Vizcarra y a sus ministros. Sólo encontraron al padre Reyes y en él concentraron todo su odio. Lo tomaron preso, lo ataron fuertemente a una columna del templo parroquial, lo torturaron tres días por medio del hambre y la sed y con sadismo incalificable, le quemaron las manos porque estaban consagradas. El 13 de abril de 1927, Miércoles Santo, fue conducido al cementerio. Lo remataron a balazos, pero antes de morir, más con el alma que con la voz, pudo gritar el sacerdote mártir: "¡Viva Cristo Rey!".

Fue canonizado por Juan Pablo II en 2000.

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jueves, 24 de marzo de 2016

Lecturas y Santoral 24/03/2016 – Jueves Santo. La Cena del Señor

Prescripciones sobre la cena pascual
Primera Lectura. Éxodo 12. 1-8. 11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
- "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: 'El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre, pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto.
Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta al Señor, ley perpetua para todas las generaciones.'"

Palabra de Dios.

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Exodo 12 Sangre jambas Israel Pascua judia 02
Salmo Responsorial. Salmo 115, 12-13. 15-16bc. 17-18
Caliz-sangre-de-Cristo-Comunion-salvacion-redencion-Salmo-115-116El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
-"Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía."
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
"Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía."
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios.
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1 Corintios 11 Ultima Cena 01
Los amó hasta el extremo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
- "Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?"
Jesús le replicó:
- "Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde."
Pedro le dijo:
- "No me lavarás los pies jamás."
Jesús le contestó:
- "Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo."
Simón Pedro le dijo:
- "Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza."
Jesús le dijo:
- "Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos."
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios."
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
- "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis."


Palabra de Dios.

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cenaculo-lavatorio-01
Santa Catalina de Suecia (¿1330?-1381)


Fue la segunda o la cuarta de los ocho hijos de Santa Brígida, la gran mística sueca, y el príncipe Ulpho de Nericia, en ese país escandinavo.

A muy joven edad Santa Catalina es casada con Edgarvon Kyren, noble de ascendencia, pero más noble de espíritu. Tanto era así, que ambos decidieron llevar un matrimonio de continencia.

A los 19 años, Catalina se reúne con su madre en Roma, donde participó de su intensa vida religiosa. En peregrinaciones y buenas obras, Catalina vivió 25 años con su madre, siguiendo siempre de cerca su ejemplo.

En 1372 Catalina y su hermano Birger fueron con su madre en peregrinación a Tierra Santa. Pero al llegar a Jerusalén, Santa Brígida enfermó. Retornando a Roma, entregó a Dios su espíritu.

Dos años después, conforme a la voluntad de su madre, Catalina regresó a Suecia llevando sus restos mortales para ser sepultados en el Monasterio de Wadstena, que ella fundó. Santa Catalina ingresó entonces a esa institución, siendo reconocida como superiora.

Más tarde volvió a Roma buscando la canonización de su madre. Se entrevistó con Gregorio XI, quien lamentablemente falleció. Luego vio a su sucesor, Urbano VI, pero los asuntos políticos de la época impidieron al Papa hacerse cargo del asunto.

Durante su estancia de cinco años en la Ciudad Eterna, se dice que Santa Catalina Ulfsdotter obró numerosos milagros. Está fama la acompaña de vuelta a Suecia, donde finalmente muere en santa paz.

San Agapito S. III

San Agapito I

Obispo de Sínnada, en Frigia, durante el siglo III, se hizo célebre por su oración y presencia de Dios.

Y también por su fama taumatúrgica, tan renombrada como las canteras marmóreas de Sínnada; con su alabastro de una blancura, símbolo de la que el alma precisa para reflejar a Dios.

Así lo había expresado San Teófilo, obispo de Antioquía, y cronológicamente el primer gran teólogo cristiano: "Si me dices: ‘Muéstrame a tu Dios’, te diré yo a mi vez: "Muéstrame primero a tu hombre y yo te enseñaré a mi Dios". Antes debo saber si tus ojos y tus oídos (espirituales) están dispuestos para percibirle. No basta con poseer los ojos del corazón. Todos los tienen. Se deben tener sin manchas ni nubes interiores que estorben recibir la luz del sol. Si los ciegos no ven la luz, no es esa culpa de la luz del sol, sino deficiencia de la ceguera y de los ojos de uno mismo. Además el espejo del corazón del hombre debe estar bien bruñido para que se refleje límpida la imagen divina. Mientras haya vaho en la superficie del metal del espejo, no hay por qué exijamos se vea con nitidez el semblante del que en él se mire. Pues bien, el pecado es al alma lo que el vaho al espejo. Dices te enseñe mi Dios. Enséñame primero cuál eres como hombre; si eres dado al libertinaje, si despojador, si dado a la envidia, o a la arrogancia y la soberbia, si insubordinado a los mayores. No dirijas tus ojos a Dios sin saber si está purificada tu vista".

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sábado, 18 de julio de 2015

Lecturas y Santoral 18-07-15

Noche en que el Señor sacó a Israel de Egipto
Primera Lectura. Éxodo 12, 37-42
En aquellos días, los israelitas marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; y les seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado.
Cocieron la masa que habían sacado de Egipto, haciendo hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse; y tampoco se llevaron provisiones.
La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años.
Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto las legiones del Señor.
Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto: noche de vela para los israelitas por todas las generaciones.

Palabra de Dios.

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mar-rojo-Moises-Egipcios
Salmo Responsorial. 135, 1 y 23-24. 10-12. 13-15
Porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
Porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación, se acordó de nosotros:
Porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:
Porque es eterna su misericordia.
Él hirió a Egipto en sus primogénitos:
Porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:
Porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:
Porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:
Porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:
Porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
Porque es eterna su misericordia.
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Les mandó que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías:
-"Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones."

Palabra de Dios.

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curacion-camilla-paralitico-tejas-techo-01
Santa Sinforosa y sus siete hijos mártires
Siforosa-7-siete-hijos-martires

SANTA SINFOROSA (¿?-¿120?) nació muy probablemente en Roma, en la época en que el cristianismo primitivo comenzaba a esparcirse rápidamente por todo el Imperio Romano.

Santa Sinforosa era la viuda de San Getulio, quien había sido tribuno militar romano, y por practicar el cristianismo había sido decapitado.

Presintiendo que el emperador Adriano se volvería en su persecución, Santa Sinforosa se refugió en Tívoli con sus siete hijos: Crescente, Juliano, Nemesio, Primitivo, Justino, Estacteo y Eugenio.

Permanecieron escondidos por siete meses, y durante ese tiempo Santa Sinforosa se preocupó por enseñarles los aspectos más profundos de la doctrina, preparando a sus hijos para los horribles sucesos que habrían de suceder.

Eventualmente las autoridades los capturaron y los condujeron a la presencia del emperador. Adriano les exigió que adoraran a los dioses de Roma, pero ellos se rehusaron terminantemente.

Santa Sinforosa recibió la corona del martirio cuando después de sufrir distintas torturas, se le ató una pesada piedra al cuello y se le arrojó al río Teverone, que corre próximo a Tívoli. Sus restos fueron rescatados por su hermano, quien le dio cristiana sepultura al lado de su marido San Getulio.

Cada uno de sus hijos padeció una forma distinta de martirio. Crescente fue atravesado con una lanza por el cuello, Julián por el pecho, Nemesio por el corazón, Primitivo por el ombligo, Justino por la espalda, Estacteo por el costado y Eugenio de arriba abajo.

A los cadáveres de los jóvenes los arrojaron a una fosa común, aunque luego fueron rescatados gracias a la comunidad cristiana.

Siglos más tarde, en 752, las reliquias de Santa Sinforosa y de sus siete hijos fueron trasladadas junto con las de San Getulio a la iglesia de San Ángelo, en Roma. En 1587, las reliquias se depositaron en un sarcófago de mármol.

Simón de Lipnica

Simon-de-Lipnica

Nació en Lipnica Murowana (Polonia) entre 1435 y 1440. Desde niño destacó por su devoción a la Virgen y su afición al estudio. En 1454 fue a estudiar a Cracovia. Atraído por el ejemplo y la predicación de san Juan de Capistrano, que acababa de fundar en la ciudad el convento de San Bernardino, ingresó en la Orden franciscana el año 1457, y, terminados los estudios, recibió la ordenación sacerdotal hacia 1460.

Se dedicó a la predicación, con palabra llena de fe, de sabiduría y de ponderación, reflejo de su vida de oración y del estudio de la Escritura. Como sus maestros Bernardino y Juan, fue un propagador de la devoción al Nombre de Jesús.

Peregrinó a Tierra Santa, con la ilusión de dar la vida por la fe. En 1482 la peste asoló Cracovia. Simón se entregó al cuidado de los apestados; él mismo resultó contagiado y murió el 18 de julio de 1482.

Lo canonizó Benedicto XVI el año 2007.

San Federico de Utrecht

Federico-de-Utrech

San Federico de Utrecht, obispo y mártir, nació en esta misma ciudad a finales del siglo VIII. Fue educado por el obispo san Sigfrido, que una vez completados sus estudios eclesiásticos le ordenó sacerdote.
A la muerte del santo prelado, tanto el clero como el pueblo decidieron que nadie como Federico sería capaz de seguir el camino emprendido por el obispo Sigfrido. La humildad del joven clérigo fue el único obstáculo que tuvieron que salvar. Tuvo que continuar la moralización del clero, ardua y espinosa labor que había iniciado su predecesor. Especialmente en la isla de Walcheren (mar del Norte) habían llegado a la más burda inmoralidad. La tenacidad y sobre todo el buen ejemplo de Federico pudo más que la depravación.

Tuvo que luchar también contra los arrianos de Frisia, que volvieron al seno de la Iglesia. El humilde obispo tuvo que sacar fuerzas de flaqueza y luchar en todos los frentes que tenía abiertos. Reprendió a la emperatriz Judit, segunda esposa del emperador Luis, por considerar incestuosa esta unión.

Un día en que estaba celebrando una misa de acción de gracias tras una visita pastoral por toda la diócesis, entraron en la iglesia dos asesinos que acabaron con él. Nunca se supo qué mano oculta movió a los verdugos. Ocurrió esto el 18 de julio del 838, fecha en que celebran los Federicos su onomástica. Otros santos de este nombre celebra la Iglesia el 4 de agosto, el 4 y el 30 de septiembre, el 29 de noviembre y el 19 de febrero.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."