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martes, 20 de julio de 2021

Lecturas y Santoral 20/07/2021. Martes de la decimosexta semana de Tiempo Ordinario

Los hijos de Israel entraron en medio del mar, en lo seco
Primera Lectura. Éxodo 14, 21-15, 1
En aquellos días, Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retirarse el mar con un fuerte viento del este que sopló toda la noche; el mar se secó y se dividieron las aguas. Los hijos de Israel entraron en medio del mar, en lo seco, y las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Los egipcios los persiguieron y entraron tras ellos, en medio del mar: todos los caballos del faraón, sus carros y sus jinetes. Era ya la vigilia matutina cuando el Señor miró desde la columna de fuego y humo hacia el ejército de los egipcios y sembró el pánico en el ejército egipcio. Trabó las ruedas de sus carros, haciéndolos avanzar pesadamente. Los egipcios dijeron: «Huyamos ante Israel, porque el Señor lucha por él contra Egipto». Luego dijo el Señor a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes». Moisés extendió su mano sobre el mar; y al despuntar el día el mar recobró su estado natural, de modo que los egipcios, en su huida, toparon con las aguas. Así precipitó el Señor a los egipcios en medio del mar. Las aguas volvieron y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que había entrado en el mar. Ni uno solo se salvó. Más los hijos de Israel pasaron en seco por medio del mar, mientras las aguas hacían de muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel del poder de Egipto, e Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Vio, pues, Israel la mano potente que el Señor había desplegado contra los egipcios, y temió el, pueblo al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel entonaron este canto al Señor.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. Ex 15, 8-9. 10 y 12. 17

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas, las corrientes se alzaron como un dique, las olas se cuajaron en el mar. Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré, repartiré el botín, se saciará mi codicia, empuñaré la espada, los agarrará mi mano».

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Pero sopló tu aliento, y los cubrió el mar, se hundieron como plomo en las aguas formidables. Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra.

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Introduces a tu pueblo y lo plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos.

Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos»
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo». Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra de Dios

San Aurelio, Obispo de Cartago

Hacia el año 392, después de que San Agustín recibió la ordenación sacerdotal y el obispado de Hipona, Aurelio, un diácono, fue elegido obispo de Cartago. En aquella época la Iglesia de Africa estaba en la cumbre de su esplendor; el obispo de Cartago era a la vez primado o patriarca de Africa, es decir, uno de los prelados más importantes de la Iglesia universal.

San Aurelio tuvo que hacer frente a dos herejías: las de los donatistas y la de los pelagianos. Durante los 37 años que gobernó la sede, San Aurelio convocó numerosos sínodos provinciales y concilios plenarios de los obispos africanos para resolver ésos y otros problemas.

San Aurelio era íntimo amigo de San Agustín y, cuando aquél se quejó de que muchos monjes, so pretexto de vida contemplativa, eran simples holgazanes, San Agustín escribió el tratado “Sobre el trabajo de los monjes” para tratar de mejorar la situación. San Fulgencio de Ruspe, obispo africano de la siguiente generación, escribió en términos encomiásticos acerca de San Aurelio, como lo hizo también el erudito español Pablo Osorio.

San Elías Siglo IX A.C

Hoy es la fiesta del príncipe de los profetas, “el sol de Israel”, originario de Tisbé, al otro lado del Jordán, “intérprete de la voluntad de Dios, instrumento de milagros, juez y reformador de su pueblo, maestro de la soledad”. Suyo es el privilegio excepcional de no morir, sino de ser arrebatado a las alturas por un carro de fuego (de ahí la antigua creencia generalizada de que volvería en los tiempos mesiánicos).

Se ocultó durante la persecución de la fenicia Jezabel, esposa del rey Ajab, que favorecía la idolatría; y cuando Dios como castigo negó el agua a aquella tierra infiel, Elías compitió con los profetas de Baal en el Monte Carmelo; después de dejar que éstos fracasaran en sus intentos de atraer el fuego celestial para un sacrificio, la oración del santo hizo que descendiera milagrosamente el fuego de Yahvé.

Los elementos de la naturaleza le sirven, dialogan con él: primero es el fuego en el Monte Carmelo, luego la respuesta de Dios consiste en lluvia que pone fin a la sequía, y cuando ha de refugiarse en el Monte Horeb, perseguido por la infame reina, espera la voz de Dios, que no descubre ni en el viento impetuoso ni en el terremoto ni en el fuego, sino en la suave brisa.

Dios evita los clamores para hablar a su elegido en un murmullo, íntimamente. Al fin transmite sus poderes a Eliseo y mientras habla con su discípulo “he aquí que un carro de fuego con caballos ígneos separa a uno de otro, y Elías sube al cielo en el torbellino”.

Este incombustible profeta de llama volverá a aparecer en la transfiguración del Monte Tabor, junto a Moisés, hablando familiarmente con Cristo.

El Papa Juan Pablo II decía a los capitulares carmelitas el 24 de septiembre de 1983: “Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo Testamento. Él fue un hombre de Dios, maestro y testigo de oración…”.

El Hno. Roger Schutz, Prior de la comunidad calvinista de Taizé, escribió: “He aquí que hace ya tres mil años un creyente, denominado Elías, tiene la intuición de que Dios habla en el desierto y que una confianza silenciosa del corazón está en el comienzo de todo”.

San León Ignacio Mangín, Mártir (1855-1900)

Nació en Verny, en las cercanías de Metz, en Lorena, Francia, en una familia de once hijos; su padre era juez de paz.

Después de haber recibido una educación cristiana, San León Ignacio Mangin ingresó a la Compañía de Jesús en 1875, prosiguiendo sus estudios de Letras y Filosofía en Louvain. Y en 1882 se ofreció para partir a China en calidad de misionero.

San León Ignacio Mangin era un hombre con capacidad de liderazgo, inteligente, firme, calmado y decidido, pero a la vez de carácter alegre y entusiasta.

En 1886 recibió la orden sacerdotal, y a partir de 1890 quedó como ministro de sección de Ho-Kien-Fu, región donde vivían veinte mil cristianos distribuidos en 240 parroquias, las cuales eran administradas por nueve sacerdotes jesuitas.

Los cristianos en China eran tolerados a ratos, pero al cambiar de pronto la situación política en un momento dado, las persecuciones a las que se vieron sometidos los fieles chinos fueron particularmente crueles.

Una de éstas fue la llamada “Revuelta de los Boxers”, de 1899 y 1900: un levantamiento popular armado ultra-nacionalista en contra de la influencia europea en China.

Para 1897, San León Ignacio Mangin había sido adscrito al frente de la misión de King-Tcheu, de la cual formaba parte la aldea de cuatrocientos habitantes de Tchou-Kia-Ho, donde había sido adscrito originalmente.

Cuando los bóxers se aparecieron en la región, la convivencia entre los misioneros occidentales y las autoridades chinas, que hasta entonces había sido relativamente cordial, se dificultó de súbito.

Tomando providencias, con ayuda de su amigo el sacerdote Pablo Denn, San León Ignacio Mangin fortificó el poblado de Zhujianhe, donde se habían refugiado más de tres mil cristianos chinos, pues habían llegado las noticias del asesinato de dos sacerdotes jesuitas, Rémy Isoré y Modesto Andlauer, a manos de los boxers.

Los boxers se presentaron efectivamente. Y a pesar de que en un principio fueron rechazados, las defensas no pudieron resistir. Como última medida, los dos misioneros habían dispuesto que las mujeres y los niños se refugiaran en la iglesia.

Todo fue inútil. San León Ignacio, San Pablo Denn y la laica Santa María Zhou Wuzhi fueron asesinados cuando nuestro santo estaba distribuyendo la Eucaristía. A continuación los boxers le prendieron fuego a la iglesia. En la masacre perecieron más de mil trescientos cristianos.

En octubre de 2000, el papa Juan Pablo II canonizó a 120 mártires caídos en China entre 1648 y 1930, entre ellos a San León Ignacio Mangin.

sábado, 11 de abril de 2020

Lecturas y Santoral 11/04/2020 Sábado. Vigilia Pascual en la Noche Santa. Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.

Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno
Primera Lectura. Génesis 1, 1-31; 2, 1-2
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era un caos informe;sobre la faz del
Abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó
Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día»;a la tiniebla «Noche».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. E hizo
Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima
de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra».
y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla
y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes:
la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Y dijo Dios: Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra
frente a la bóveda del cielo. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el
agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que
era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar;que
las aves se multipliquen en la tierra.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto—
Y dijo Dios:
Produzca la tierra vivientes según sus especies:
animales domésticos,
reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies,
los animales domésticos según sus especies
y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza;que domine los peces
del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Y creó Dios al
hombre a su imagen;a imagen de Dios lo creó;hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;
dominad los peces del mar,
las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas
que engendran semilla sobre la faz de la tierra;
y todos los árboles frutales que engendran semilla
os servirán de alimento;
y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra
—a todo ser que respira—
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
[—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto—
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día
séptimo todo el trabajo que había hecho;y descansó el día séptimo de todo el trabajo que
había hecho.]

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 13-14. 24 y 35a
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

De los manantiales sacas los ríos para que fluyan entre los montes, junto a ellos
habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados y forraje para los que sirven al hombre.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

¡Cuántas son tus obras, Señor!, y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena
de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía al Señor!

Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Segunda Lectura. Génesis 22, 1-18
En aquellos días Dios puso a prueba a Abrahán llamándole:
—¡Abrahán !
El respondió:
—Aquí me tienes.
Dios le dijo:
—Toma a tu querido hijo único, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en
sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
[Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevo consigo a dos criados y a su hijo Isaac;
cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus
criados:
—Quedaos aquí con el asno;yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después
volveremos con vosotros.
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego
y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre:
—Padre.
El respondió:
—Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
—Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el
sacrificio?
Abrahán contestó:
—Dios proveerá al cordero para el sacrificio, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos]
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, [Abrahán levantó allí el altar y apiló
la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces]
Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo;pero el ángel del Señor le gritó desde el
cielo:
—¡Abrahán, Abrahán!
El contestó:
—Aquí me tienes.
El ángel le ordenó :
—No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios,
porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se
acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
[Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del
Señor ve».]
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
—«Juro por mí mismo —oráculo del Señor—: por haber hecho esto, por no haberte
reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las
estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas
de ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia,
porque me has obedecido.»

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 15, 5 y 8. 9-10. 11
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría
perpetua a tu derecha.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
Tercera Lectura. Éxodo 14, 15-15, 1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:
—¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú,
alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en
medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los
persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de
los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a
costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a
retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás,
poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La
nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar
contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas. Los israelitas
entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a
derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en
medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio desde la columna
de fuego y nube y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus
carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
—Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.
Dijo el Señor a Moisés:
—Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y
sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar;y al amanecer volvía el mar a su curso de
siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en
medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón,
que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar;las aguas les hacían
de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios
muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los
egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18
Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballo y jinete ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. El es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible;tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor
Cuarta Lectura. Isaías 54, 5-14
El que te hizo te tomará por esposa: su nombre es el Señor de los Ejércitos.
Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.
Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada, —dice tu Dios—.
Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré.
En un arrebato de ira
te escondí un instante mi rostro,
pero con misericordia eterna te quiero
—dice el Señor, tu redentor—.
Me sucede como en tiempo de Noé:
Juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra;
así juro no airarme contra ti ni amenazarte.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no se retirará de ti mi misericordia ni mi alianza de paz vacilará —dice el Señor, que te
quiere—.
¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!
Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros;
te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas.
Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. Tendrás firme asiento
en la justicia. Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer;y lejos del terror, que no
se acercará.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se
rían de mí.
Sacaste mi vida del abismo, y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí, Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Venid a mí, y viviréis; sellaré con vosotros alianza perpetua
Quinta Lectura. Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor:
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David:
a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones;
tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti;
por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel que te honra.
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo
del Señor—.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros,
mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come;
así será mi Palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad,
y cumplirá mi encargo.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor, el fue mi salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Tañed para el Señor que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Camina a la claridad del resplandor del Señor
Sexta Lectura. Baruc 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, mandatos de vida, presta oído para aprender prudencia.
¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra
extranjera,
que estés impuro con los muertos, que te cuenten con los del Abismo? —Es que
abandonaste la sabiduría.
Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre.
Aprende dónde se encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia,
así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz.
¿Quién encontró su puesto o entró en sus almacenes?
El que todo lo sabe la conoce, la examina y la penetra.
El que creó la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos;
el que manda a la luz, y ella va, la llama, y le obedece temblando;
a los astros, que velan gozosos en sus puestos de guardia,
los llama y responden: «Presentes»;
y brillan gozosos para su Creador.
El es nuestro Dios y no hay otro frente a él:
investigó el camino del saber y se lo dio a su hijo Jacob, a su amado, Israel.
Después apareció en el mundo y vivió entre los hombres.
Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna:
los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete, Jacob, a recibirla, camina a la claridad de su resplandor;
no entregues a otros tu gloria ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor!

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Sal 18, 8. 9. 10. 11
Señor, tienes palabras de vida eterna.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y eternamente justos.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

Más preciosos que el oro, más que el oro fino;
más dulce que la miel
de un panal que destila.
Señor, tienes palabras de vida eterna.
Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo
Séptima Lectura. Ezequiel 36, 16-28
Me vino esta Palabra del Señor:
Cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus
acciones, como sangre inmunda fue su proceder ante mí.
Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el
país, por haberlo profanado con sus idolatrías.
Los esparcí entre las naciones,
anduvieron dispersos por los países;
según su proceder, según sus acciones los sentencié.
Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre;
decían de ellos: «Estos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.»
Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las
que se fue.
Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor:
No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por
vosotros, en las naciones a las que habéis ido.
Mostraré la santidad de mi nombre grande,
profanado entre los gentiles,
que vosotros habéis profanado en medio de ellos;
y conocerán los gentiles que yo soy el Señor —oráculo del Señor—, cuando les haga
ver mi santidad al castigaros.
Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra
tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras
inmundicias e idolatrías os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;arrancaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,
Y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré
vuestro Dios.

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 41, 3. 5bcd;42, 3. 4
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de
Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Envía tu luz y tu verdad;que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte
Lectura San Pablo. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-11
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su
muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo
fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará
también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo,
quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la
esclavitud al pecado;porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él;pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más;la
muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de
una vez para siempre;y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
Jesús.

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 117, 1-2. 16ab-17. 22-23

Aleluya, aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya, aleluya.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Aleluya, aleluya, aleluya.

La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor.
Aleluya, aleluya, aleluya.

La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, es un milagro patente.
Aleluya, aleluya, aleluya.

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 1-12
El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando
las aromas que habían preparado. Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y,
entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban
desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes.
Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron:
—«¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado.
Acordaos de lo que os dijo estando todavía en Galilea: "El Hijo del hombre tiene
que ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar."»
Recordaron sus palabras, volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los Once
y a los demás.
María Magdalena, Juana y María, la de Santiago, y sus compañeras contaban esto a
los apóstoles. Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron.
Pedro se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, vio sólo las vendas por
el suelo. Y se volvió admirándose de lo sucedido.

Palabra de Dios.

lunes, 24 de julio de 2017

Lecturas y Santoral 24/07/2017. Lunes de la decimosexta semana de Tiempo Ordinario

Así sabrán que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del faraón
Primera Lectura. Éxodo 14, 5-18

En aquellos días, comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, y el faraón y sus servidores cambiaron de parecer sobre el pueblo y se dijeron:
"¿Qué hemos hecho? Hemos dejado escapar a Israel de nuestro servicio".
Hizo, pues, preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales.
El Señor hizo que el faraón, rey de Egipto, se obstinase en perseguir a los hijos de Israel, mientras éstos salían triunfantes.
Los egipcios los persiguieron con todos los caballos y los carros del faraón, con sus jinetes y su ejército, y les dieron alcance mientras acampaban en Piajirot, frente a Baalsefón.
Al acercarse el Faraón, los hijos de Israel alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos, quedaron sobrecogidos de miedo y gritaron al Señor.
Dijeron a Moisés:
"¿No había sepulcros en Egipto para que nos hayas traído a morir en el desierto?; ¿qué nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: 'Déjanos en paz y serviremos a los egipcios; pues más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto'?".
Moisés respondió al pueblo:
"No temáis; estad firmes, y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad tranquilos".
El Señor dijo a Moisés:
"¿Por qué sigues clamando a mi? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los hijos de Israel pasen por medio del mar, por lo seco. Yo haré que los egipcios se obstinen y entren detrás de vosotros, y me cubriré de gloria a costa del faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus jinetes. Así sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del faraón, de sus carros y de sus jinetes".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6
Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria.
Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor.
Él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.

Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria.
El Señor es un guerrero,
su nombre es "El Señor".
Los carros del faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.

Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria.
Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es magnífica en poder,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo.

Cantaré al Señor, gloriosa es su victoria.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 12, 38-42

En aquel tiempo, algunos escribas y fariseos dijeron a Jesús:
"Maestro, queremos ver un signo tuyo".
Él les contestó:
"Esta generación perversa y adúltera exige una señal; pues no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo: pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.
Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Santa Cunegunda


Nació en Hungría el año 1224, hija del rey Bela IV, que entre sus parientes contaba con numerosos santos: San Esteban, Santa Ladislaa, Santa Isabel de Turingia, Santa Eduvigis de Silesia, Santa Inés de Praga y las hermanas de Cunegunda, Margarita y Yolanda.

En 1239 contrajo matrimonio con Boleslao, príncipe de Cracovia, y, a la muerte de éste, se retiró al monasterio de clarisas que había fundado en Sacz (Polonia), en el que más tarde profesó la Regla de Santa Clara y en el que murió el 24 de julio de 1292.

Desde su adolescencia se había sentido especialmente atraída por los ideales de san Francisco de Asís y santa Clara, por lo que primero se hizo terciaria franciscana y, cuando pudo, monja clarisa. Fue ejemplo de penitencia y oración, de servicio y entrega al bien de los ciudadanos y al progreso de su pueblo; promovió la paz entre los príncipes cristianos; se interesó por el desarrollo cultural de la nación; tuvo predilección por los enfermos y los pobres.

La canonizó Juan Pablo II en 1999.

Oración: Padre de bondad, que nos has dado en la beata Cunegunda un ejemplo de vida intachable y de desprendimiento en favor de los pobres, concédenos, por su intercesión y ejemplo, dedicar nuestra vida y nuestros bienes al servicio de los hombres en obras de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Sarbelio (José) Makhluf

Nació en una aldea del Líbano el año 1828. Desde muy joven manifestó su inclinación al retiro y la oración. El año 1851 ingresó en la Orden de los Maronitas Libaneses y cambió el nombre de José por el de Sarbelio. Recibió la ordenación sacerdotal en 1859. Pasó la mayor parte de su vida religiosa en el monasterio de Annaya (Líbano).

Con permiso de los superiores, se retiró a una pequeña ermita situada en un desierto cercano al monasterio, donde llevó una vida de gran austeridad, ayunando y orando todo el tiempo. No obstante, seguía perteneciendo al monasterio, al que volvía en las grandes fiestas. La vida litúrgica la celebraba en la ermita con otro ermitaño.

El 16 de diciembre de 1898, mientras celebraba la eucaristía y precisamente en el momento de la elevación, sufrió una crisis de apoplejía, y murió el día 24 de diciembre, víspera de la Navidad de aquel mismo año. [Su memoria se celebra el 24 de julio].

Oración: Oh Dios, que llamaste a san Sarbelio, presbítero, al singular combate del desierto, y le enriqueciste de todo género de piedad, te rogamos que, habiendo imitado la pasión del Señor, merezcamos participar de su reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Beato Juan Soreth, Presbítero


En 1440, fue nombrado provincial de la Orden del Carmelo en Francia y, en 1451, fue elegido unánimemente superior general. La Orden del Carmelo, como tantas otras órdenes mendicantes, necesitaba urgentemente una reforma, debido a los estragos que habían producido la "peste negra" y el cisma de occidente. Esta crisis se manifestó, sobre todo, en la falta de pobreza personal, en la dispensa del coro y de la mesa común, concedida a quienes estaban dedicados a la enseñanza, y, en una serie de "privilegios" o dispensas de la observancia.

El P. Soreth estableció en todas las provincias que visitó uno o dos conventos de estricta observancia de las constituciones y permitió que todos los frailes que lo desearan pudiesen trasladarse a dichos conventos. Para ayuda de sus súbditos publicó en 1462 una edición revisada de las constituciones. Fundó también varios conventos de religiosas carmelitas. Emprendió esa actividad en 1452, cuando varias comunidades de "beguinas" de los Países Bajos pidieron la anexión a la Orden del Carmelo.

El primero de tales conventos fue el de Gueldre, en Holanda, al que siguieron los de Lieja, Dinant, Huy, Namur, Vilvorde y otros más. A fines de siglo, el movimiento se había extendido ya a Italia y España. El beato murió en Angers, el 25 de julio de 1471. El proceso de beatificación de la Beata Francisca de Ambroise renovó, en 1863, la memoria del P. Soreth, y la Santa Sede confirmó su culto en 1865.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lampara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 26 de marzo de 2016

Sábado 26-03-2016. Vigilia Pascual en la Noche Santa

Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno
Primera Lectura. Génesis 1, 1-31; 2, 1-2
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era un caos informe;sobre la faz del
Abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó
Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día»;a la tiniebla «Noche».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. E hizo
Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima
de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra».
y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla
y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes:
la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Y dijo Dios: Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra
frente a la bóveda del cielo. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el
agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que
era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar;que
las aves se multipliquen en la tierra.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto—
Y dijo Dios:
Produzca la tierra vivientes según sus especies:
animales domésticos,
reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies,
los animales domésticos según sus especies
y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza;que domine los peces
del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Y creó Dios al
hombre a su imagen;a imagen de Dios lo creó;hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;
dominad los peces del mar,
las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas
que engendran semilla sobre la faz de la tierra;
y todos los árboles frutales que engendran semilla
os servirán de alimento;
y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra
—a todo ser que respira—
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
[—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto—
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día
séptimo todo el trabajo que había hecho;y descansó el día séptimo de todo el trabajo que
había hecho.]

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Genesisi-creacion-vio-Dios-todo-lo-hecho
Salmo Responsorial. Sal 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 13-14. 24 y 35a
Pentecostes-Secuencia-Espiritu-SantoEnvía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

De los manantiales sacas los ríos para que fluyan entre los montes, junto a ellos
habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados y forraje para los que sirven al hombre.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

¡Cuántas son tus obras, Señor!, y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena
de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía al Señor!

Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
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Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Segunda Lectura. Génesis 22, 1-18
En aquellos días Dios puso a prueba a Abrahán llamándole:
—¡Abrahán !
El respondió:
—Aquí me tienes.
Dios le dijo:
—Toma a tu querido hijo único, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en
sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
[Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevo consigo a dos criados y a su hijo Isaac;
cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus
criados:
—Quedaos aquí con el asno;yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después
volveremos con vosotros.
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego
y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre:
—Padre.
El respondió:
—Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
—Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el
sacrificio?
Abrahán contestó:
—Dios proveerá al cordero para el sacrificio, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos]
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, [Abrahán levantó allí el altar y apiló
la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces]
Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo;pero el ángel del Señor le gritó desde el
cielo:
—¡Abrahán, Abrahán!
El contestó:
—Aquí me tienes.
El ángel le ordenó :
—No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios,
porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se
acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
[Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del
Señor ve».]
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
—«Juro por mí mismo —oráculo del Señor—: por haber hecho esto, por no haberte
reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las
estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas
de ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia,
porque me has obedecido.»

Palabra de Dios.

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Genesis-22-Abraham-Isaac-
Salmo Responsorial. Sal 15, 5 y 8. 9-10. 11
Salmo-21Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría
perpetua a tu derecha.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
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Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
Tercera Lectura. Éxodo 14, 15-15, 1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:
—¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú,
alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en
medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los
persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de
los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a
costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a
retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás,
poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La
nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar
contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas. Los israelitas
entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a
derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en
medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio desde la columna
de fuego y nube y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus
carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
—Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.
Dijo el Señor a Moisés:
—Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y
sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar;y al amanecer volvía el mar a su curso de
siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en
medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón,
que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar;las aguas les hacían
de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios
muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los
egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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mar-rojo-Moises-Egipcios
Salmo Responsorial. Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18
Moises-Mar-RojoCantemos al Señor, sublime es su victoria
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballo y jinete ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. El es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible;tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria
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Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor
Cuarta Lectura. Isaías 54, 5-14
El que te hizo te tomará por esposa: su nombre es el Señor de los Ejércitos.
Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.
Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada, —dice tu Dios—.
Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré.
En un arrebato de ira
te escondí un instante mi rostro,
pero con misericordia eterna te quiero
—dice el Señor, tu redentor—.
Me sucede como en tiempo de Noé:
Juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra;
así juro no airarme contra ti ni amenazarte.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no se retirará de ti mi misericordia ni mi alianza de paz vacilará —dice el Señor, que te
quiere—.
¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!
Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros;
te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas.
Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. Tendrás firme asiento
en la justicia. Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer;y lejos del terror, que no
se acercará.

Palabra de Dios.

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Jesus-Eclesiastico-Jerusalen-Dios-san-Juan-Apocalipsis-celestial
Salmo Responsorial. Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b
Rey-David-arpa-salmo-02-grandeTe ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se
rían de mí.
Sacaste mi vida del abismo, y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí, Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
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Venid a mí, y viviréis; sellaré con vosotros alianza perpetua
Quinta Lectura. Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor:
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David:
a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones;
tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti;
por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel que te honra.
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo
del Señor—.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros,
mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come;
así será mi Palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad,
y cumplirá mi encargo.

Palabra de Dios.

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Isaias-55-como-baja-la-lluvia
Salmo Responsorial. Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6
lago Tiberiades Salmo sedSacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor, el fue mi salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Tañed para el Señor que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
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Camina a la claridad del resplandor del Señor
Sexta Lectura. Baruc 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, mandatos de vida, presta oído para aprender prudencia.
¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra
extranjera,
que estés impuro con los muertos, que te cuenten con los del Abismo? —Es que
abandonaste la sabiduría.
Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre.
Aprende dónde se encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia,
así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz.
¿Quién encontró su puesto o entró en sus almacenes?
El que todo lo sabe la conoce, la examina y la penetra.
El que creó la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos;
el que manda a la luz, y ella va, la llama, y le obedece temblando;
a los astros, que velan gozosos en sus puestos de guardia,
los llama y responden: «Presentes»;
y brillan gozosos para su Creador.
El es nuestro Dios y no hay otro frente a él:
investigó el camino del saber y se lo dio a su hijo Jacob, a su amado, Israel.
Después apareció en el mundo y vivió entre los hombres.
Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna:
los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete, Jacob, a recibirla, camina a la claridad de su resplandor;
no entregues a otros tu gloria ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor!

Palabra de Dios.

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profeta-Malaquias-Zacarias-Isaias-Oseas
Salmo Responsorial. Sal 18, 8. 9. 10. 11
Trinidad-Espiritu-Santo-defensor-consolador-permaneced-en-mi-amorSeñor, tienes palabras de vida eterna.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y eternamente justos.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

Más preciosos que el oro, más que el oro fino;
más dulce que la miel
de un panal que destila.
Señor, tienes palabras de vida eterna.
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Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo
Séptima Lectura. Ezequiel 36, 16-28
Me vino esta Palabra del Señor:
Cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus
acciones, como sangre inmunda fue su proceder ante mí.
Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el
país, por haberlo profanado con sus idolatrías.
Los esparcí entre las naciones,
anduvieron dispersos por los países;
según su proceder, según sus acciones los sentencié.
Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre;
decían de ellos: «Estos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.»
Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las
que se fue.
Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor:
No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por
vosotros, en las naciones a las que habéis ido.
Mostraré la santidad de mi nombre grande,
profanado entre los gentiles,
que vosotros habéis profanado en medio de ellos;
y conocerán los gentiles que yo soy el Señor —oráculo del Señor—, cuando les haga
ver mi santidad al castigaros.
Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra
tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras
inmundicias e idolatrías os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;arrancaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,
Y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré
vuestro Dios.

Palabra de Dios.

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Rostro-cara-Jesus-Dios-Corazon-del-mar
Salmo Responsorial. Sal 41, 3. 5bcd;42, 3. 4
ciervaComo busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de
Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Envía tu luz y tu verdad;que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
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Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte
Lectura San Pablo. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-11
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su
muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo
fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará
también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo,
quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la
esclavitud al pecado;porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él;pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más;la
muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de
una vez para siempre;y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
Jesús.

Palabra de Dios.

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Pablo Corintios Tesalonicenses Romanos Hebreos Galatas

Salmo Responsorial. Sal 117, 1-2. 16ab-17. 22-23
casa-rocas-Jesus-Lucas-6Aleluya, aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya, aleluya.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

Aleluya, aleluya, aleluya.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor.

Aleluya, aleluya, aleluya.
La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, es un milagro patente.

Aleluya, aleluya, aleluya.
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¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 1-12
El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando
las aromas que habían preparado. Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y,
entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban
desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes.
Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron:
—«¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado.
Acordaos de lo que os dijo estando todavía en Galilea: "El Hijo del hombre tiene
que ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar."»
Recordaron sus palabras, volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los Once
y a los demás.
María Magdalena, Juana y María, la de Santiago, y sus compañeras contaban esto a
los apóstoles. Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron.
Pedro se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, vio sólo las vendas por
el suelo. Y se volvió admirándose de lo sucedido.

Palabra de Dios.

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resurreccion-Jesus-resucitado-sepulcro
San Liudgero (o Ludgero) obispo
San-Liudgero


Nació en Frisia (al norte de Holanda) de familia noble hacia el año 742. Estudió en la escuela abacial de Utrecht, dirigida entonces por el abad san Gregorio, y luego, siendo ya diácono, en la escuela de Alcuino, con el que estuvo en total unos cinco años; se ordenó de sacerdote en Colonia el año 777.

Evangelizó amplias regiones de Holanda, Dinamarca y Sajonia con gran provecho por sus cualidades personales, por la responsabilidad que le imponía el saberse portador del Evangelio y por su intensa vida interior. Peregrinó a Roma y estuvo algún tiempo en Montecasino, donde estudió la Regla de San Benito.

Tras la conversión del jefe de los sajones, Carlomagno lo invitó a evangelizar Westfalia. Fundó el monasterio en torno al cual surgió la actual ciudad de Münster, de la que fue elegido primer obispo el 804. Fundó también otros monasterios, centros de propagación de la fe, entre ellos el de Werden (Sajonia, Alemania), en el que murió el año 809.

Braulio, obispo (c.a. 590-651)

Braulio obispo


Se desconoce la cuna, niñez y juventud del santo; pero consta que ya en el año 626 es obispo de Zaragoza.

Participó en la corriente de pensamiento y acción isidoriana que tanto influyó en la cultura de su época y aún en tiempos posteriores. De hecho, fue discípulo de san Isidoro, obispo, escritor y doctor de la Iglesia (c. 560-636). Insistió cerca de él para que diera término a las Etimologías, la conocida y la más famosa e importante obra de san Isidoro donde se recoge el saber antiguo tomado indiscriminadamente de escritores tanto paganos como cristianos y que consta de veinte libros que fueron obligado libro de texto en las escuelas medievales, al tiempo que cauce de transmisión del saber antiguo. La división de toda la obra y sus títulos se deben a san Braulio.

Estuvo presente en los concilios V (636) y VI (638) de Toledo que fueron convocados para fortalecer la autoridad real y donde se resolvieron determinadas cuestiones de régimen eclesiástico y litúrgicas. En estos concilios se contribuyó a elaborar también el sistema de elección de los reyes por los obispos y magnates y llegó a ratificarse la imposibilidad de ser elegido rey alguien que no perteneciera a la nobleza goda.

Se le atribuyen también a san Braulio las Actas de los mártires de Zaragoza.

Llegó a escribir más de 44 cartas, gracias a las cuales pueden llegar a conocerse muchos aspectos de la España visigoda.

Ejerció el santo una notable influencia entre los reyes del tiempo intentando suavizar las leyes con espíritu cristiano y procurando potenciar la unidad del reino. Con Chindasvinto -rey que fue elegido por la nobleza al considerarlo fácilmente manipulable debido a su gran ancianidad-, cuando dicta leyes muy severas contra los magnates traidores que rompieran su juramento de lealtad al rey, llegando a decretar la deportación, la reducción a la esclavitud de sus familias y a la confiscación de sus bienes. De la misma manera, mostró también influjo decisivo cabe el rey Recesvinto, el que reprimió la rebelión del noble Troya, cuando ponía sitio a la ciudad de Zaragoza, el mismo año de la muerte de san Braulio.

La fiesta de este hombre que intervino fuertemente en la vida eclesiástica, política y social de su tiempo es el 26 de Marzo ya que murió en este día del año 625.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."