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domingo, 27 de junio de 2021

Lecturas y Santoral 27/06/2021. Domingo de la decimotercera semana de Tiempo Ordinario

Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo
Primera Lectura. Sabiduría 1, 13-15; 2, 23-24
Dios no hizo la muerte ni se complace destruyendo a los vivos. Él todo lo creó para que subsistiera y las criaturas del mundo son saludables: no hay en ellas veneno de muerte, ni el abismo reina en la tierra. Porque la justicia es inmortal. Dios creó al hombre incorruptible y lo hizo a imagen de su propio ser; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los de su bando.

Palabra de Dios


IMAGEN PRIMERA
Salmo Responsorial. 29, 2 y 4. 5 6. 11 y l2 a y 13b

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Vuestra abundancia remedia la carencia de los hermanos pobres
Segunda Lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 8, 7. 9. 13-15
Hermanos: Lo mismo que sobresalís en todo - en fe, en la palabra, en conocimiento, en empeño y en el amor que os hemos comunicado -, sobresalid también en esta obra de caridad. Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza. Pues no se trata de aliviar a otros, pasando vosotros estrecheces; se trata de igualar. En este momento, vuestra abundancia remedia su carencia, para que la abundancia de ellos remedie vuestra carencia; así habrá igualdad. Como está escrito: «Al que recogía mucho no le sobraba; y al que recogía poco no le faltaba».

Palabra de Dios



Contigo hablo, niña, levántate
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 5, 21-24. 35b-43
En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva». Se fue con él y lo seguía mucha gente. Llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida». Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña se levanto inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

Palabra de Dios



San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia

Nació en el año 370 en Alejandría de Egipto de familia distinguida. Era sobrino del patriarca Teófilo de Alejandría. Abrazó primero la vida monástica, pero, ordenado sacerdote, acompañó a su tío obispo en sus viajes, y en el año 412 le sucedió en el patriarcado, en una de las épocas más difíciles de la Iglesia de Oriente.

Era una persona de carácter entero, emprendedor e imperativo, firme en sus convicciones. Combatió con energía las herejías de su tiempo y en especial la de Nestorio, que enseñaba la existencia de dos personas en Cristo, separando en Él la naturaleza divina de la humana, y negando la divina maternidad de María, que sería madre únicamente del hombre Jesús.

Cirilo fue figura principal en el Concilio de Éfeso del año 431, en el que se definió que Jesús, Dios y hombre, es uno y el mismo, una sola persona, la divina, y que María es la madre de Dios.

Escribió importantes tratados teológicos y numerosas homilías. Murió en el año 444.

Oración: Señor, tú que hiciste de tu obispo san Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

lunes, 15 de marzo de 2021

Lecturas y Santoral 15/03/2021. Lunes de la cuarta semana de Cuaresma

Ya no se oirá ni llanto ni gemido
Primera Lectura. Isaías 65, 17-21
Esto dice el Señor: «Mirad: yo voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento. Regocijaos, alegraos por siempre por lo que voy a crear: yo creo a Jerusalén “alegría,” y a su pueblo, “júbilo”. Me alegraré por Jerusalén y me regocijaré con mi pueblo, y ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido; ya no habrá allí niño que dure pocos días, ni adulto que no colme sus años, pues será joven quien muera a los cien años, y quien no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán los frutos».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 29, 2 y 4. 5-6. 11-12a y 13b

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Tañed para el Señor, fieles suyos, celebrad el recuerdo de su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Anda, tu hijo vives
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 4, 43-54
En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: «Un profeta no es estimado en su propia patria». Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está vivo» El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive» Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Palabra de Dios

Santa Luisa de Marillac, fundadora / Saint Louise De Marillac (1591 – †1660)

Nació en Francia el 12 de Agosto de 1591. Huérfana a los 14 años, sintió un fuerte deseo de convertirse en religiosa, pero por su delicada salud, y su débil constitución no fue admitida.

Se casó con Antonio Le Grass, secretario de la reina de Francia, María de Médicis, convirtiendose en un modelo de esposa pues con su bondad y amabilidad logró transformar a su esposo que era duro y violento, y hasta obtuvo que en su casa todos rezaran en común las oraciones de cada día. Dios le concedió un hijo, a quien amó e inculcó una sólida fe católica desde pequeño.

A los 34 años falleció su esposo, y decidió entonces consagrar su vida al servicio de Dios. Esta santa mujer tuvo la dicha inmensa de tener como directores espirituales a dos santos muy famosos y extraordinariamente guías de almas: San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. Con San Francisco de Sales tuvo frecuentes conversaciones espirituales en París en 1618 (tres años antes de la muerte del santo) y con San Vicente de Paúl trabajó por treinta años, siendo su más fiel y perfecta discípula y servidora.

Santa Luisa de Marillac se ofreció para coordinar y dirigir a los grupos de caridad. La santa recorrió el país visitando las asociaciones de caridad, llevandoles gran cantidad de ropas y medicinas para entregar a los más necesitados. En 1633, el 25 de marzo, las primeras cuatro jóvenes hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, bajo la dirección de Santa Luisa, naciendo así la más grande comunidad femenina que existe, las Hermanas Vicentinas, Hijas de la Caridad. Falleció el 15 de Marzo de 1660, después de sufrir una dolorosa enfermedad y dejando fundada y muy extendida la más grande comunidad de religiosas.

En el año 2010 se celebró el 350 aniversario. Para más información, por favor visitad http://hijascaridad.org/

San Clemente María Hofbauer Fundador (1751-1820)

Nació en Tasswitz, Moravia, en la actual República Checa, aunque en esa época formaba parte del Imperio Austriaco. Su familia era pobre; el padre era carnicero y tuvo doce hijos, de los cuales Clemente era el más joven.

Su deseo siempre fue volverse sacerdote, pero tuvo que trabajar como ayudante de panadero por la difícil situación económica de su familia. Finalmente encuentra empleo como sirviente en el monasterio de Bruck. Más tarde vivió algún tiempo como ermitaño.

Realizó varias peregrinaciones a pie a Roma. Ahí encontró la protección del obispo de Tívoli, quien después se convertiría en el papa Pío VII. Finalmente, en 1785 profesa como sacerdote con la Congregación de Redentoristas.

De regreso en Viena, gracias al apoyo de sus benefactores, pudo concluir sus estudios de teología. Fundó numerosas casas de Redentoristas en el norte de Europa, por lo que le conoció como su segundo fundador.

San Clemente fue enviado a Varsovia, Polonia, donde predicó con tanto éxito que convirtió a numerosos judíos y protestantes al catolicismo. Ahí fundó varios orfanatos para recoger y atender a los niños abandonados.

Cuando Napoleón invade Polonia, San Clemente es expulsado del país, de modo que regresa a Viena a continuar con sus prédicas. Eran tan fervientes que le valieron la enemistad del emperador, quien había proscrito la Orden de los Redentoristas, pero permaneció en esa ciudad por intercesión del papa.

San Clemente María Hofbauer se dedicó entonces a administrar el sacramento de la reconciliación y a atender a los enfermos. Su confesionario llegó a tener mucha influencia por la cantidad de gente que acudía a verle.

El quince de marzo de 1820, entrega su alma a Dios. Deja 32 novicios en su Congregación. Al día siguiente de su muerte, el 16 de marzo, el día de su entierro, llega la orden del emperador aprobando que en Austria se extienda la Comunidad de los Padres Redentoristas. Se cumple así lo que el santo había anunciado: "Tengamos paciencia y confianza en Dios, que después de mi muerte, la Congregación se extenderá por nuestra nación". Y así sucedió. San Clemente María Hofbauer es conocido como el "Apóstol de Viena".

San Clemente apóstol: Ayúdanos a formar muchos apóstoles seglares que defiendan y extiendan nuestra santa religión.

lunes, 5 de octubre de 2020

Lecturas y Santoral 05/10/2020. Lunes de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario. Témporas de acción de gracias y de petición

Dios te da la fuerza para adquirir esa riqueza
Primera Lectura. Deuteronomio 8, 7-18
Moisés habló al pueblo, diciendo: «Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta saciarte y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado. Guárdate de olvidar al Señor, tu Dios, no observando sus preceptos, sus mandatos y sus decretos que yo te mando hoy. No sea que, cuando comas hasta saciarte, cuando edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes en todo, se engría tu corazón y olvides al Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con su maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final. Y no pienses: “Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas”. Acuérdate del Señor, tu Dios: que es el quien te da la fuerza para adquirir esa riqueza, a fin de mantener la alianza que juró a tus padres, como lo hace hoy».

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 1 Crón 29, 10bc. 11abc. 11d-12a. 12bcd

Tú eres Señor del universo.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.

Tú eres Señor del universo.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad
porque tuyo es cuanto hay en el cielo y tierra.

Tú eres Señor del universo.

Tú eres rey y soberano de todo
de ti viene la riqueza y la gloria.

Tú eres Señor del universo.

Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.

Tú eres Señor del universo.

Os pedimos que os reconciliéis con Dios
Segunda Lectura. Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2 Cor 5, 17-21
Hermanos: Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo. Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargo el ministerio de la reconciliación. Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él. 

Palabra de Dios


Todo el que pide recibe
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 7, 7-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».

Palabra de Dios

Santa María Faustina Kowalska

Sor María Faustina, apóstol de la Divina Misericordia, forma parte del círculo de santos de la Iglesia más conocidos. A través de ella el Señor Jesús transmite al mundo el gran mensaje de la Divina Misericordia y presenta el modelo de la perfección cristiana basada en la confianza en Dios y la actitud de caridad hacia el prójimo.

Nació el 25 de agosto de 1905 como la tercera hija entre diez hermanos en la familia de Mariana y Estanislao Kowalski, campesinos de la aldea de Glogowiec. En el santo bautizo, celebrado en la iglesia parroquial de Swinice Warckie, se le impuso el nombre de Elena. Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, la laboriosidad, la obediencia y una gran sensibilidad ante la pobreza humana. A los 9 años recibió la Primera Comunión. La vivió muy profundamente, consciente de la presencia del Huésped Divino en su alma. Su educación escolar duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa familiar para, trabajando de empleada doméstica en casas de familias acomodadas de Aleksandrów, Lódz y Ostrówek, mantenerse a sí misma y ayudar a los padres.

Ya desde los 7 años sentía en su alma la llamada a la vida religiosa, pero ante la negativa de los padres para su entrada en el convento, intentó apagar dentro de sí la voz de la vocación divina. Sin embargo, apresurada por la visión de Cristo sufriente fue a Varsovia y allí, el 1 de agosto de 1925 entró en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia donde, como sor María Faustina, vivió trece años. Trabajó en distintas casas de la Congregación. Pasó los períodos más largos en Cracovia, Plock y Vilna cumpliendo los deberes de cocinera, jardinera y portera.

Para quien la observara desde fuera nada hubiera delatado su singular intensa vida mística. Cumplía sus deberes con fervor, observaba fielmente todas las reglas del convento, era recogida y callada, pero a la vez natural, llena de amor benévolo y desinteresado al prójimo. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris, se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios.

Su espiritualidad se basa en el misterio de la Divina Misericordia, que ella meditaba en la Palabra de Dios y contemplaba en lo cotidiano de su vida. El conocimiento y la contemplación del misterio de la Divina Misericordia desarrollaban en ella una actitud de confianza de niño hacia Dios y la caridad hacia el prójimo. "Oh Jesús mío -escribió- cada uno de tus santos refleja en sí una de tus virtudes, yo deseo reflejar tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo. Que tu misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra." (Diario 1242). Sor Faustina era una fiel hija de la Iglesia a la que amaba como a Madre y como el Cuerpo Místico de Jesucristo. Consciente de su papel en la Iglesia, colaboró con la Divina Misericordia en la obra de salvar a las almas perdidas. Con este propósito se ofreció como víctima cumpliendo el deseo del Señor Jesús y siguiendo su ejemplo. Su vida espiritual se caracterizó por el amor a la Eucaristía y por una profunda devoción a la Madre de la Divina Misericordia.

Los años de su vida en el convento abundaron en gracias extraordinarias: revelaciones, visiones, estigmas ocultos, la participación en la Pasión del Señor, el don de bilocación, los dones de leer en las almas humanas, de profecía y de desposorios místicos. Un contacto vivo con Dios, con la Santísima Madre, con ángeles, santos y almas del purgatorio: todo el mundo extraordinario no era para ella menos real que el mundo que percibía a través de los sentidos. Colmada de tantas gracias extraordinarias sabía, sin embargo, que no son éstas las que determinan la santidad. En el Diario escribió: Ni gracias, ni revelaciones, ni éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hace perfecta, sino la comunión interior de mi alma con Dios. Estos dones son solamente un adorno del alma, pero no constituyen ni la sustancia ni la perfección. Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi voluntad con la voluntad de Dios (Diario 1107).

El Señor Jesús escogió a sor Faustina por secretaria y apóstol de su misericordia para, a través de ella, transmitir al mundo su gran mensaje. En el Antiguo Testamento -le dijo- enviaba a los profetas con truenos a mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda la humanidad con mi misericordia. No quiero castigar a la humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla con mi Corazón misericordioso (Diario 1588).

La misión de sor Faustina consiste en 3 tareas:

- Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.

- Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores, por ejemplo a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.

- La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino trazado por la beata sor María Faustina. Este camino es la actitud de confianza de niño hacia Dios que se expresa en cumplir su voluntad y la postura de caridad hacia el prójimo. Actualmente este movimiento dentro de la Iglesia abarca a millones de personas en el mundo entero: congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes, hermandades, asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a cumplir las tareas que el Señor Jesús transmitió por sor María Faustina.

Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con fidelidad todo lo que Jesús le pidió y describió todos los encuentros de su alma con Él. Secretaria de mi más profundo misterio -dijo el Señor Jesús a sor María Faustina- tu misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta obra acerca de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae no solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren en ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido traducido a muchos idiomas,por citar algunos: inglés, alemán, italiano, español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco.

Sor María Faustina extenuada físicamente por la enfermedad y los sufrimientos que ofrecía como sacrificio voluntario por los pecadores, plenamente adulta de espíritu y unida místicamente con Dios murió en Cracovia el 5 de octubre de 1938, con apenas 33 años. La fama de la santidad de su vida iba creciendo junto con la propagación de la devoción a la Divina Misericordia y a medida de las gracias alcanzadas por su intercesión. Entre los años 1965-67 en Cracovia fue llevado a cabo el proceso informativo sobre su vida y sus virtudes y en 1968 se abrió en Roma el proceso de beatificación, concluido en diciembre de 1992. El 18 de abril de 1993, en la Plaza de San Pedro de Roma, el Santo Padre Juan Pablo II beatificó a Sor María Faustina. Sus reliquias yacen en el santuario de la Divina Misericordia de Cracovia-Lagiewniki.

San Froilán obispo y patrono de Leon (833 - † 905)

Según una corta biografía: Nace el año 833 en los arrabales de Lugo. Allí recibe durante sus primeros años la enseñanza que los concilios exigían a los candidatos para el sacerdocio. Al llegar a los dieciocho años su vida interior entró en crisis. Dudó entre la vida retirada del desierto o la actividad apostólica. El futuro fundador de cenobios y gran predicador de muchedumbres opta por la soledad de los montes. Los espíritus superiores toman personalmente la iniciativa de su vida y Froilán quiso consagrarla totalmente a la familiaridad íntima con Dios. Buscaba a Dios en aquellos montes y lo encontraba en todas las criaturas, que le hablaban de una belleza arcana y superior.

Más tarde, sin embargo, la voluntad superior lo encaminó a una vida apostólica que comenzó recorriendo toda Galicia, para culminar como Obispo de León bajo la protección del Rey Alfonso III. Sus restos todavía reposan en aquella catedral, junto a ese famoso Rey de León, en una impresionante sepultura, pero es en su ciudad natal donde lo siguen recordando con mayor fervor. Su nombre aparece unido a una parroquia extramuros, así como a una de las grandes iglesias barrocas del casco viejo, aunque donde reina es en la catedral, compitiendo solamente con Nuestra Señora de los Ojos Grandes.

Cuenta la tradición que, el representar al patrono de la ciudad en compañía de un lobo podría deberse a un encuentro que tuvo con uno de ellos en uno de sus múltiples peregrinajes por las tierras de la provincia. Dicen que estando San Froilán una mañana rezando y absorto en sus oraciones, se le apareció un lobo hambriento que vio en el asno del Santo un apetitoso almuerzo. Abalanzándose sobre él, comenzó a devorarlo momento en el que lo encontró el Santo, que con su mirada dejó al lobo acurrucado y temeroso, mientras le hablaba de amor y paz.

Así fue como San Froilán consiguió quitarle al lobo el miedo al hombre y al fuego, tomándolo a su servicio para llevarle por el mundo las alforjas. Desde entonces, el lobo caminó siempre a su lado, arrimado a su pierna derecha aunque lo que tenga de cierto ya nadie lo sabe.

Hizo mucho bien a toda la gente, pero sobre todo a los pobres y abandonados. Fundó hospitales y monasterios. Es Patrono de León.

Témporas de acción de gracias y de petición

Desde antiguo, y hasta la última reforma litúrgica, la Iglesia celebraba las “Cuatro Témporas”, correspondientes a las cuatro estaciones del año, en tres días sucesivos. En la actualidad, las Témporas se celebran al menos el día 5 de octubre, y es aconsejable celebrarlas también en otros dos días de la misma semana.

Son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, de quien procede todo bien, terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Son una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por el trabajo humano, dando gracias a Dios públicamente.

Cuando las Témporas se celebran en tres días, el primero se centra en la acción de gracias, el segundo es un día penitencial, y el tercero se consagra a la petición por la actividad humana.

Oración: Señor Dios, Padre lleno de amor, que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil, para que en ella encontraran descanso y bienestar, y, con el mismo amor, nos das a nosotros fuerza para dominar la creación y sacar de ella nuestro progreso y nuestro sustento, al darte gracias por todas tus maravillas, te pedimos que tu luz nos haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro poder, quien nos ha dado fuerza para crear las riquezas de la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

sábado, 11 de abril de 2020

Lecturas y Santoral 11/04/2020 Sábado. Vigilia Pascual en la Noche Santa. Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.

Vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno
Primera Lectura. Génesis 1, 1-31; 2, 1-2
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. [La tierra era un caos informe;sobre la faz del
Abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz. Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó
Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día»;a la tiniebla «Noche».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. E hizo
Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima
de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra».
y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla
y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes:
la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Y dijo Dios: Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra
frente a la bóveda del cielo. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el
agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que
era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar;que
las aves se multipliquen en la tierra.
—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto—
Y dijo Dios:
Produzca la tierra vivientes según sus especies:
animales domésticos,
reptiles y fieras según sus especies.
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies,
los animales domésticos según sus especies
y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.]
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza;que domine los peces
del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Y creó Dios al
hombre a su imagen;a imagen de Dios lo creó;hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;
dominad los peces del mar,
las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas
que engendran semilla sobre la faz de la tierra;
y todos los árboles frutales que engendran semilla
os servirán de alimento;
y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra
—a todo ser que respira—
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
[—Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto—
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día
séptimo todo el trabajo que había hecho;y descansó el día séptimo de todo el trabajo que
había hecho.]

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 13-14. 24 y 35a
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

De los manantiales sacas los ríos para que fluyan entre los montes, junto a ellos
habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados y forraje para los que sirven al hombre.
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

¡Cuántas son tus obras, Señor!, y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena
de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía al Señor!

Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe
Segunda Lectura. Génesis 22, 1-18
En aquellos días Dios puso a prueba a Abrahán llamándole:
—¡Abrahán !
El respondió:
—Aquí me tienes.
Dios le dijo:
—Toma a tu querido hijo único, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en
sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
[Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevo consigo a dos criados y a su hijo Isaac;
cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios.
El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus
criados:
—Quedaos aquí con el asno;yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después
volveremos con vosotros.
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego
y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
Isaac dijo a Abrahán, su padre:
—Padre.
El respondió:
—Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
—Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el
sacrificio?
Abrahán contestó:
—Dios proveerá al cordero para el sacrificio, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos]
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, [Abrahán levantó allí el altar y apiló
la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces]
Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo;pero el ángel del Señor le gritó desde el
cielo:
—¡Abrahán, Abrahán!
El contestó:
—Aquí me tienes.
El ángel le ordenó :
—No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios,
porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se
acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
[Abrahán llamó aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del
Señor ve».]
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
—«Juro por mí mismo —oráculo del Señor—: por haber hecho esto, por no haberte
reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las
estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas
de ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia,
porque me has obedecido.»

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 15, 5 y 8. 9-10. 11
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría
perpetua a tu derecha.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto
Tercera Lectura. Éxodo 14, 15-15, 1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:
—¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú,
alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en
medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los
persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de
los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a
costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a
retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás,
poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La
nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar
contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas. Los israelitas
entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a
derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en
medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio desde la columna
de fuego y nube y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus
carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
—Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.
Dijo el Señor a Moisés:
—Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y
sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar;y al amanecer volvía el mar a su curso de
siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en
medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón,
que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar;las aguas les hacían
de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios
muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los
egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18
Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Cantemos al Señor, sublime es su victoria: caballo y jinete ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. El es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

El Señor es un guerrero, su nombre es el Señor. Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible;tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
Cantemos al Señor, sublime es su victoria

Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad, lugar del que hiciste tu trono, Señor; santuario, Señor, que fundaron tus manos. El Señor reina por siempre jamás.

Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor
Cuarta Lectura. Isaías 54, 5-14
El que te hizo te tomará por esposa: su nombre es el Señor de los Ejércitos.
Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra.
Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada, —dice tu Dios—.
Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré.
En un arrebato de ira
te escondí un instante mi rostro,
pero con misericordia eterna te quiero
—dice el Señor, tu redentor—.
Me sucede como en tiempo de Noé:
Juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra;
así juro no airarme contra ti ni amenazarte.
Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas,
no se retirará de ti mi misericordia ni mi alianza de paz vacilará —dice el Señor, que te
quiere—.
¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!
Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros;
te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas.
Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. Tendrás firme asiento
en la justicia. Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer;y lejos del terror, que no
se acercará.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Sal 29, 2 y 4. 5-6. 11 y 12a y 13b
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se
rían de mí.
Sacaste mi vida del abismo, y me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Tañed para el Señor, fieles suyos, dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto, por la mañana, el júbilo.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

Escucha, Señor, y ten piedad de mí, Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Venid a mí, y viviréis; sellaré con vosotros alianza perpetua
Quinta Lectura. Isaías 55, 1-11
Esto dice el Señor:
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David:
a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones;
tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti;
por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel que te honra.
Buscad al Señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca;
que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —oráculo
del Señor—.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros,
mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come;
así será mi Palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad,
y cumplirá mi encargo.

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor, el fue mi salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Tañed para el Señor que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel.»
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
Camina a la claridad del resplandor del Señor
Sexta Lectura. Baruc 3, 9-15. 32-4, 4
Escucha, Israel, mandatos de vida, presta oído para aprender prudencia.
¿A qué se debe, Israel, que estés aún en país enemigo, que envejezcas en tierra
extranjera,
que estés impuro con los muertos, que te cuenten con los del Abismo? —Es que
abandonaste la sabiduría.
Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre.
Aprende dónde se encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia,
así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz.
¿Quién encontró su puesto o entró en sus almacenes?
El que todo lo sabe la conoce, la examina y la penetra.
El que creó la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos;
el que manda a la luz, y ella va, la llama, y le obedece temblando;
a los astros, que velan gozosos en sus puestos de guardia,
los llama y responden: «Presentes»;
y brillan gozosos para su Creador.
El es nuestro Dios y no hay otro frente a él:
investigó el camino del saber y se lo dio a su hijo Jacob, a su amado, Israel.
Después apareció en el mundo y vivió entre los hombres.
Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna:
los que la guardan, vivirán, los que la abandonan, morirán.
Vuélvete, Jacob, a recibirla, camina a la claridad de su resplandor;
no entregues a otros tu gloria ni tu dignidad a un pueblo extranjero.
¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor!

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. Sal 18, 8. 9. 10. 11
Señor, tienes palabras de vida eterna.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y eternamente justos.
Señor, tienes palabras de vida eterna.

Más preciosos que el oro, más que el oro fino;
más dulce que la miel
de un panal que destila.
Señor, tienes palabras de vida eterna.
Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo
Séptima Lectura. Ezequiel 36, 16-28
Me vino esta Palabra del Señor:
Cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus
acciones, como sangre inmunda fue su proceder ante mí.
Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el
país, por haberlo profanado con sus idolatrías.
Los esparcí entre las naciones,
anduvieron dispersos por los países;
según su proceder, según sus acciones los sentencié.
Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre;
decían de ellos: «Estos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.»
Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las
que se fue.
Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor:
No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por
vosotros, en las naciones a las que habéis ido.
Mostraré la santidad de mi nombre grande,
profanado entre los gentiles,
que vosotros habéis profanado en medio de ellos;
y conocerán los gentiles que yo soy el Señor —oráculo del Señor—, cuando les haga
ver mi santidad al castigaros.
Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra
tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras
inmundicias e idolatrías os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;arrancaré de vuestra
carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,
Y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré
vuestro Dios.

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 41, 3. 5bcd;42, 3. 4
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Desahogo mi alma conmigo: cómo marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de
Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Envía tu luz y tu verdad;que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.

Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío.
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte
Lectura San Pablo. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 3-11
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su
muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo
fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará
también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo,
quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la
esclavitud al pecado;porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él;pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más;la
muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de
una vez para siempre;y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo
Jesús.

Palabra de Dios.



Salmo Responsorial. Sal 117, 1-2. 16ab-17. 22-23

Aleluya, aleluya, aleluya.
Aleluya, aleluya, aleluya.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Aleluya, aleluya, aleluya.

La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor.
Aleluya, aleluya, aleluya.

La piedra que desecharon los arquitectos, es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho, es un milagro patente.
Aleluya, aleluya, aleluya.

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 1-12
El primer día de la semana, de madrugada, las mujeres fueron al sepulcro llevando
las aromas que habían preparado. Encontraron corrida la piedra del sepulcro. Y,
entrando, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban
desconcertadas por esto, se les presentaron dos hombres con vestidos refulgentes.
Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron:
—«¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado.
Acordaos de lo que os dijo estando todavía en Galilea: "El Hijo del hombre tiene
que ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar."»
Recordaron sus palabras, volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto a los Once
y a los demás.
María Magdalena, Juana y María, la de Santiago, y sus compañeras contaban esto a
los apóstoles. Ellos lo tomaron por un delirio y no las creyeron.
Pedro se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, vio sólo las vendas por
el suelo. Y se volvió admirándose de lo sucedido.

Palabra de Dios.

lunes, 23 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 23/03/2020. Lunes de la cuarta semana de Cuaresma

Ya no se oirá ni llanto ni gemido
Primera Lectura. Isaías 65, 17-21

Esto dice el Señor:
«Mirad: mirad voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento.
Regocijaos, alegraos por siempre por lo que voy a crear: yo creo a Jerusalén “alegría”, y a su pueblo, “júbilo”. Me alegraré por Jerusalén y me regocijaré con mi pueblo, ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido; ya no habrá allí niño que dure pocos días, ni adulto que no colme sus años, pues será joven quien muera a los cien años, y quien no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán los frutos».

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial. 29, 2 y 4. 5-6. 11-12a y 13b
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Tañed para el Señor, fieles suyos,
celebrad el recuerdo de su nombre santo;
su cólera dura un instante;
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Anda, tu hijo vive
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 4, 43-54
En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
«Si no veáis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo está vivo»
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive» Y creyó él con toda su familia.
Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

Palabra de Dios


Santo Toribio de Mogrovejo


Nació en Mayorga, España, en 1538. Los datos acerca de este Arzobispo, personaje excepcional en la historia de sudamérica, producen asombro y maravilla. El santo era graduado en derecho, y había sido nombrado Presidente del Tribunal de Granada (España) cuando el emperador Felipe II al conocer sus grandes cualidades le propuso al Sumo Pontífice para que lo nombrara Arzobispo de Lima.

En 1581 llegó Toribio a Lima como Arzobispo, dedicándose con todas sus energías a lograr el progreso espiritual de sus súbditos. La ciudad estaba en una grave decadencia espiritual; los conquistadores cometían muchos abusos y los sacerdotes no se atrevían a corregirlos.

Muchos para excusarse del mal que estaban haciendo, decían que esa era la costumbre. El arzobispo les respondió que Cristo es verdad y no costumbre. Y empezó a atacar fuertemente todos los vicios y escándalos. Las medidas enérgicas que tomó contra los abusos que se cometían, le atrajeron muchas persecuciones y atroces calumnias; él callaba y ofrecía todo por amor a Dios.

Tres veces visitó completamente su inmensa archidiócesis de Lima. En la primera vez gastó siete años recorriéndola. En la segunda vez duró cinco años y en la tercera empleó cuatro años. La mayor parte del recorrido era a pie. A veces en mula, por caminos casi intransitables, pasando de climas terriblemente fríos a climas ardientes.

Logró la conversión de un enorme número de indios. Santo Toribio se propuso reunir a los sacerdotes y obispos de América en Sínodos o reuniones generales para dar leyes acerca del comportamiento que deben tener los católicos. Cada dos años reunía a todo el clero de la diócesis para un Sínodo y cada siete años a los de las diócesis vecinas. Fundó el primer seminario de América. Insistió y obtuvo que los religiosos aceptaran parroquias en sitios supremamente pobres. Casi duplicó el número de parroquias o centros de evangelización en su archidiócesis. Cuando él llegó había 150 y cuando murió ya existían 250 parroquias en su territorio.

Su generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía. El 23 de marzo de 1606, un Jueves Santo, murió en una capillita de los indios, en una lejana región, donde estaba predicando y confirmando a los indígenas. Estaba a 440 kilómetros de Lima. Santo Toribio tuvo el gusto de administrarle el sacramento de la confirmación a tres santos: Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano y San Martín de Porres.

El Papa Benedicto XIII lo declaró santo en 1726. En el Perú, se celebra litúrgicamente su fiesta el 27 de abril.

Oración: Señor, tú que has querido acrecentar la Iglesia mediante los trabajos apostólicos y el celo por la verdad de tu obispo santo Toribio, concede al pueblo a ti consagrado crecer constantemente en fe y en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

José Oriol


Nació en Barcelona, España, y quedó huérfano de padre siendo todavía muy pequeño. Jovencito fue admitido como monaguillo y cantor en una iglesia, y viendo los sacerdotes su gran piedad y devoción se propusieron costearle los estudios de seminario. Pasaba muchas horas rezando ante el Santísimo Sacramento en el templo.

Ordenado sacerdote, y habiendo recibido en la universidad el grado de doctor, se dedicó a la educación de la juventud. Era sumamente estimado por las gentes y muy alabado por su gran virtud y por sus modos tan amables que tenía en el trato con todos, pero Dios le dejó ver el estado de su alma y desde ese día ya no tuvo José ningún sentimiento de vanidad ni de orgullo. Se dio cuenta de que lo que ante los ojos de la gente brilla como santidad, ante los ojos de Dios no es sino miseria y debilidad. Desde el día en que Dios le permitió ver el estado de su alma, José Oriol se propuso nunca más volver a comer carne en su vida y ayunar todos los días.

A San José Oriol le concedió Dios el don de la dirección espiritual. Las gentes que iban a consultarle volvían a sus casas y a sus oficios con el alma en paz y el espíritu lleno de confianza y alegría. A las personas que dirigía les insistía en que su santidad no fuera sólo superficial y externa, sino sobre todo interior y sobrenatural.

El santo nunca se atribuía a él mismo ninguno de los prodigios que obraba. Decía que todo se debía a que sus penitentes se confesaban con mucho arrepentimiento y que por eso Dios les curaba. En sus últimos años obtuvo de Dios el don de profecía y anunciaba muchas cosas que iban a suceder en el futuro. Y hasta anunció cuando iba a suceder su propia muerte. En un día del mes de marzo del año 1702, mientras cantaba en su lecho de enfermo un himno a la Virgen María, murió santamente. Tenía apenas 53 años.

Santa Rebeca (Rafka) Ar-Rayes


Nació en 1832 cerca de Beirut. Sus padres le enseñaron a amar a Dios y a rezar diariamente. A los 21 años entró en un convento de Mariamat (Hijas de María), en el que pronunció sus votos en 1856. Estudió magisterio y luego comenzó su misión de catequista y maestra por los pueblos de la montaña.

En 1871 fue disuelto su Instituto; entonces entró en el monasterio de San Simeón, de la Orden Libanesa Maronita, en el que hizo la profesión solemne al año siguiente. En él vivió 26 años, siendo un ejemplo vivo de obediencia, oración, abnegación y trabajo silencioso para las monjas.

En 1885 se ofreció para soportar las enfermedades que Dios le enviara, y su salud se fue deteriorando hasta quedar ciega y paralítica. Todo lo aceptó con la seguridad de estar participando en la pasión del Señor.

Murió el 23 de marzo de 1914 en Ad Dahr (Líbano) como altar y holocausto a la vez. Fue canonizada el 2001 por Juan Pablo II.