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sábado, 6 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 06/02/2021. Sábado de la cuarta semana de Tiempo Ordinario

Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor, os confirme en todo bien
Primera Lectura. Lectura de la carta a los Hebreos 13, 15-17. 20-21
Hermanos: Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre. No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios. Obedeced y someteos a vuestros guías, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, cosa que no os aprovecharía. Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os confirme en todo bien para que cumpláis su voluntad, realizando en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial. 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6

El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Preparas una mesa ante mi, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Andaban como ovejas sin pastor
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a solas a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra de Dios

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


Pablo Miki y compañeros Santos Mártires de Japón

Fiesta de los 26 mártires de Japón que fueron crucificados y lanceados en Nagasaki el 5 de febrero de 1597: San Pedro Bautista, franciscano español, y otros cinco hermanos suyos de hábito, así como diecisiete japoneses, seglares franciscanos. San Pablo Miki y dos de sus catequistas, los tres japoneses.

Pablo Miki nació en Japón el año 1566 de una familia pudiente; fue educado por los jesuitas en Azuchi y Takatsuki. Entró en la Compañía de Jesús y predicó el evangelio entre sus conciudadanos con gran fruto. Las tensiones políticas y religiosas surgidas en aquel país desencadenaron una persecución contra los cristianos, que en algún tiempo habían sido bien acogidos. Al recrudecer la persecución contra los católicos, decidió continuar su ministerio y fue apresado junto con otros. En su camino al martirio, él y sus compañeros cristianos fueron forzados a caminar 600 millas para servir de escarmiento a la población. Ellos iban cantando el Te Deum. Les hicieron sufrir mucho. Finalmente llegaron a Nagasaki y, mientras perdonaba a sus verdugos, fue crucificado el día 5 de febrero de 1597.

Desde la cruz predicó su último sermón. Junto a el sufrieron glorioso martirio otros veinticinco compañeros entre los que se encontraba el misionero franciscano español San Pedro Bautista, el escolar Juan Soan (de Gotó) y el hermano Santiago Kisai, de la Compañía de Jesús, y otros 22 religiosos y seglares.

Y he aquí los datos de los frailes franciscanos: San Pedro Bautista nació en San Esteban del Valle (Ávila, España) el año 1542. Vistió el hábito franciscano en Arenas de San Pedro (Ávila). En 1581, ya sacerdote, fue destinado a Filipinas. Estuvo misionando de paso en México y luego en Manila. Con otros compañeros pasó a Japón en 1593, enviado como embajador de Felipe II ante el emperador Taikosama. Trabajó denodadamente y convirtió a muchos a la fe.

San Felipe de Jesús nació en la Ciudad de México en 1571. Vistió el hábito franciscano en Filipinas y, cuando volvía a México para recibir la ordenación, el galeón naufragó en aguas de Tosa; se refugió en el convento de Meaco o Miyako, donde muy pronto lo arrestaron. Es patrono de los plateros y el primer mártir y santo mexicano.

San Francisco Blanco nació en Monterrey (Orense, España) hacia 1567. Ingresó en la Provincia franciscana de Santiago (Galicia). De paso hacia Filipinas, estuvo algún tiempo en México, donde se ordenó de sacerdote. Llegó a Japón en 1596.

San Francisco de La Parrilla, hermano profeso laico, nació en 1543 en La Parrilla (Valladolid). Tomó el hábito a la edad de 21 años. Camino de Filipinas, permaneció un par de años en México. En 1593 formó parte del séquito que acompañó a san Pedro Bautista cuando éste fue a Japón en misión de paz.

San Gonzalo García, hermano profeso laico, nació en la ciudad de Bazaín, en la India Oriental de Portugal, hacia 1562. Se dedicó al comercio hasta que, en Manila, vistió el hábito franciscano. Cuando san Pedro Bautista fue enviado a Japón, Gonzalo fue incluido en su séquito como intérprete.

San Martín Aguirre de la Ascensión, sacerdote, nacido en Vergara (Guipúzcoa, España) en 1567, que, siendo estudiante de teología en la Universidad de Alcalá, vistió el hábito franciscano. Más tarde pasó a México, camino de Filipinas, y luego llegó a Japón en junio de 1596.

Todos ellos fueron canonizados por Pío IX en 1862.

Oración: Oh Dios, fortaleza de todos los santos, que has llamado a san Pedro Bautista, a san Pablo Miki y a sus compañeros a la vida eterna por medio de la cruz, concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Tito Obispo y discípulo de San Pablo (Siglo I)

La figura de Tito es inseparable de Pablo. Tito es menos afectivo que Timoteo, pero más enérgico, más fuerte en las contradicciones. Pablo lo llama su ayuda preciosa, su hijo querido, su amadísimo hermano.

Se habían conocido en Antioquía. Pablo lo asocia a su apostolado y se lo lleva al concilio de Jerusalén. Era un caso delicado, pues Tito venía de la gentilidad, y los más rigoristas exigían que fuera circuncidado, para ser admitido a los ágapes. Después de muchas discusiones, la tesis de Pablo venció. Para ser discípulo de Jesús no era necesario circuncidarse.

Tito acompaña a Pablo en el tercer viaje: Asia Menor, Macedonia, Acaya, Jerusalén. Cuando el cisma surgió en Corinto, Pablo envía a Tito a solucionar el conflicto, y a la vez le encarga una colecta en Acaya y Macedonia para la Iglesia madre de Jerusalén. Corinto ardía en discusiones. El celo y habilidad de Tito logró la pacificación de la comunidad de Corinto.

Después Pablo lo consagra obispo y le recomienda poner orden en la difícil situación por la que pasa la comunidad de Creta. Todo estaba allí muy confuso. Epiménides, cretense, pintaba con duros trazos a sus compatriotas: "Son mentirosos empedernidos, malas bestias, vientres perezosos". Tito había de poner en juego toda su habilidad para separar el trigo de la paja, pues muchos se habían hecho cristianos con torcidas intenciones.

San Pablo escribe una Carta a Tito, y le recomienda que proceda con autoridad frente a los indisciplinados, y con mucha vigilancia en lo que se refiere "a cuestiones necias, genealogías, altercados y vanas disputas sobre la Ley". "Habla con imperio y que nadie te desprecie". Otra vez el celo apostólico de Tito triunfó como antes en Corinto. Tito supo ganarse el cariño de los cretenses y a ellos se entregó hasta el fin de su vida.

viernes, 5 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 05/02/2021. Viernes de la cuarta semana de Tiempo Ordinario

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre
Primera Lectura. Hebreos 13, 1-8
Hermanos: Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos, sin saberlo, “hospedaron” a ángeles. Acordaos de los presos como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los impuros y adúlteros Dios los juzgará. Vivid sin ansía de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues él mismo dijo: «Nunca te dejaré ni te abandonaré»; así tendremos valor para decir: «El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?». Acordaos de vuestros guías, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 26, 1. 3. 5. 8b-9abc

El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mí luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Tu rostro buscaré, Señor. No me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches.

El Señor es mi luz y mi salvación.

Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 14-29
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan el Bautista ha resucitado, de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Otros decían: «Es Elías». Otros: «Es un profeta como los antiguos». Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo daré». Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». La madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

Palabra de Dios.

Santa Águeda

Es una de las más famosas vírgenes y mártires de la antigüedad cristiana, desde la antigüedad su culto se extendió por toda la Iglesia y su nombre fue incluido en el canon romano de la misa. Nació en Catania o Palermo hacia el año 230, de padres cristianos, nobles y ricos. En su juventud consagró su virginidad al Señor.

Santa Águeda poseía todo lo que una joven suele desear: Una familia distinguida y belleza extraordinaria. Pero atesoraba mucho mas que todo su fe en Jesucristo. Así lo demostró cuando el Senador Quinciano (Quintianus), gobernador de la isla de Sicilia, se aprovechó de la persecución del emperador Decio (250-253) contra los cristianos para intentar poseerla. Las propuestas del senador fueron resueltamente rechazadas por la joven virgen, que ya se había comprometido con otro esposo: Jesucristo. Quintianus no se dio por vencido y la entregó en manos de Afrodisia, una mujer malvada, con la idea de que esta la sedujera con las tentaciones del mundo. Pero sus malas artes se vieron fustigadas por la virtud y la fidelidad a Cristo que demostró Santa Águeda.

Quinciano entonces, poseído por la ira, sometió a Águeda a los más crueles y vejatorios tormentos porque se negó ella a las pretensiones amorosas de él, no quiso sacrificar a los dioses y se mantuvo firme en su fe cristiana. Según cuenta la tradición, Quinciano, despechado y furioso, ordenó que le cortaran los pechos. Es famosa la respuesta de Santa Águeda: "Cruel tirano, ¿no te da vergüenza torturar en una mujer el mismo seno con el que de niño te alimentaste?". La santa fue consolada con una visión de San Pedro quién, milagrosamente, la sanó. Pero las torturas continuaron y al fin fue meritoria de la palma del martirio, siendo echada sobre carbones encendidos, muriendo virgen y mártir en Catania, Sicilia (Italia) el 5 de febrero del año 251.

Según la tradición, en una erupción del volcán Etna, ocurrida un año después del martirio de Santa Águeda (c.250), la lava se detuvo milagrosamente al pedir los pobladores del área la intercesión de la santa mártir. Por eso la ciudad de Catania la tiene como patrona y las regiones aledañas al Etna la invocan como patrona y protectora contra fuego, rayos y volcanes. Además de estos elementos, la iconografía de Santa Águeda suele presentar la palma (victoria del martirio), y algún símbolo o gesto que recuerde las torturas que padeció (ver imagen, arriba).

Tanto Catania como Palermo reclaman el honor de ser la cuna de Santa Águeda. En algunos lugares, el "pan de Santa Águeda" y agua son bendecidos durante la misa de su fiesta.

La Iglesia de Santa Águeda en Roma tiene una impresionante pintura de su martirio sobre el altar mayor.

Oración: Te rogamos, Señor, que la virgen santa Águeda nos alcance tu perdón, pues ella fue agradable a tus ojos por la fortaleza que mostró en su martirio y por el mérito de su castidad. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

sábado, 4 de febrero de 2017

Lecturas y Santoral 04/02/2017. Sábado de la cuarta semana del Tiempo Ordinario

Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor, os confirme en todo bien
Primera Lectura. Carta a los Hebreos 13, 15-17. 20-21
Hermanos:
Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que confiesan su nombre.
No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios.
Obedeced y someteos a vuestros guías, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, cosa que no os aprovecharía.
Que el Dios de la paz, que hizo retornar de entre los muertos al gran pastor de las ovejas, Jesús Señor nuestro, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os confirme en todo bien para que cumpláis su voluntad, realizando en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo.
A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Andaban como ovejas sin pastor
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
"Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco".
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



San Andrés Corsini (año 1373) El lobo que llegó a ser cordero

Candela
Lo llamaron Andrés por haber nacido en el día de la fiesta del apóstol San Andrés (30 de noviembre) en el año 1602, en Florencia, Italia. Andrés significa: "varonil".

Su juventud, a pesar de ser hijo de unos padres muy buenos y piadosos, fue dedicada al vicio y al pecado, porque tuvo la desgracia de juntarse con malas amistades, y se cumplió en él aquel antiguo refrán "El que con lobos anda, a aullar aprende". Los sabios dicen que cada cual es lo que sean sus amistades. Y Andrés se volvió malo porque sus amistades no eran nada buenas.

Un día el joven disipado le oyó contar a su madre un misterioso sueño: "Poco antes de que tú nacieras, yo te vi en sueños convertido en un lobo feroz y que entrabas a un templo y allí ante la imagen de la Sma. Virgen te convertías en un manso cordero. Oh cuanto he rezado a Dios y a la Virgen para que la segunda parte de este sueño se convierta en realidad. Lobo ya lo has sido, y más malo de lo que jamás hubiéramos imaginado que ibas a llegar a ser. ¡Pero confío en que la Madre de Dios te habrá de convertir algún día en manso cordero que no ofenda al Señor! ¡Desde el día de tu nacimiento yo te consagré a Dios y a la Madre Santísima. Y con tu padre no hemos dejado un solo día de rezar para que te conviertas y cambies de modo de comportarte!"

Estas palabras impresionaron profundamente al joven Andrés. Lleno de vergüenza y arrepentimiento se fue a la iglesia de los Padres Carmelitas y de rodillas ante la imagen de Nuestra Señora del Carmen prometió que su vida cambiaría totalmente.

Preguntó a un santo sacerdote qué debería hacer para enmendar su mala vida pasada y él le aconsejó que entrara de religioso. Y así lo hizo. Se fue de fraile carmelita, y aunque sus antiguos amigotes y un tío materialista hicieron todo lo posible por convencerlo de que se quedara en el mundo en su vida de pecado y vicio, pudo más la gracia de Dios que los atractivos del mal, y se fue de religioso.

A uno que le ofrecía un elegante matrimonio le respondió: "¿Y de qué me sirve todo eso si no consigo la paz de mi alma?".

Cuando se ordenó de sacerdote, sus parientes, que eran de las riquísimas familias Corsini, le prepararon unas fiestas muy suntuosas en Florencia, su ciudad natal, pero él, sabiendo que esas fiestas lo iban a disipar en vez de enfervorizarlo, se fue a una iglesita apartada y solitaria y allá celebró muy piadosamente sus primeras misas, lejos de las fiestas mundanas que no sirven para aumentar el fervor.

Pocos años después de su ordenación sacerdotal, empezó Dios a premiarle su vida de santidad y de grandes sacrificios, concediéndole el don de obrar milagros. Profetizaba lo que iba a suceder, y sus profecías se cumplían exactamente. Bendecía enfermos y estos se curaban. Pero sobre todo lograba la conversión de grandes pecadores, como su materialista tío Juan Corsini, que ante su predicación dejó la vida mundana de pecado y empezó a dedicarse a orar y a obrar el bien.

Los jefes de la Iglesia de Fiésole se reunieron y aclamaron como obispo al Padre Andrés, pero éste salió huyendo y se escondió en un apartado convento, porque se consideraba indigno de ese cargo.

Después de buscarlo inútilmente por todas partes, ya iban a elegir otro como obispo, cuando un niño anunció que el Padre Andrés estaba en el convento de los cartujos. Entonces el pueblo se fue hacia allá y lo trajo y tuvo que aceptar tan difícil cargo. Fue obispo por 24 años y ejerció su oficio con la mansedumbre de un cordero.
Aunque vivía en el palacio episcopal, su vida era la de un penitente. Totalmente dedicado a servir y a ayudar a su pueblo y a colaborar con cuanta obra fuera posible en favor de los pobres y de los pecadores, su vida individual parecía la de un monje del desierto. Dormía en el suelo sobre una estera. Dedicaba varias horas al día a la oración. Ayunaba y guardaba abstinencia continuamente. Su meditación preferida era el pensar en la Pasión y Muerte de Jesucristo.

En la dirección espiritual y confesión de las mujeres jamás las miraba al rostro y prácticamente no sabía cómo era el rostro de ninguna de ellas. No le agradaba nada que lo vivieran felicitando o llamándolo santo, pues se creía un pobre y miserable pecador. En cambio aceptaba con mucho gusto las humillaciones que le hacían.
Todo lo que el obispo Andrés conseguía lo repartía entre los pobres e iba de puerta en puerta pidiendo para ellos.

Iba personalmente a buscar a los pobres "vergonzantes", o sea a aquellos que en un tiempo tuvieron buena posición económica pero que habían caído en la miseria y les daba pena pedir, y él en persona les llevaba las ayudas que necesitaban. La gente decía: "Monseñor Andrés jamás niega un favor al que lo necesita, si en su mano está el poder hacerlo".

Pero en lo que más sobresalía San Andrés Corsini era en su capacidad de poner paz entre los que estaban peleados. El Sumo Pontífice lo envió a poner paz en Bolonia, donde la gente estaba dividida en dos partidos: pobres y ricos, y se odiaban espantosamente. Después de soportar muchas humillaciones y hasta cárceles, el santo logró apaciguar los ánimos. Se hicieron las paces y por muchos años aquellos dos grupos no volvieron a pelear.
A los 71 años, murió el 6 de enero de 1373 e inmediatamente el pueblo lo declaró santo y empezó a pedirle favores y a obtenerlos por montones. Después el Sumo Pontífice Urbano Octavo lo canonizó en 1629.

San Andrés Corsini: Pídele a Dios que nos conceda dedicar nuestra vida a ayudar a los pobres y poner paz entre los demás. Y a la Virgencita que te convirtió, ruégale por nosotros los que hasta ahora hemos sido lobos dañinos, para que nos convirtamos pronto como lo lograste tú, en mansos corderos del rebaño de Cristo.


Santa Catalina de Ricci, virgen + 1590


Candela
El siglo XVI fue fecundo en Santos en varias naciones, entre ellas Italia. El 23 de abril de 1522 nacía en Florencia, Toscana-Italia, la futura santa Catalina aunque el ser bautizada le fue impuesto el nombre de Alejandra. Sus padres, que se llamaban Francisco y Catalina, eran buenos cristianos y pertenecientes más bien a la aristocracia de la ciudad. Poco después de nacer Alejandra, murió su madre y su padre pasó a segundos nupcias.

La pequeña Alejandra tanto por su padre como por la madrastra fue tratada y educada con todo cuidado. Ya desde niña aparecieron en ella virtudes que después darían más copioso fruto cuando se hiciera mayor.

Cuando tenía diez años fue internada por su padre en el Monasterio de Monticelli donde estaba de religiosa su tía Luisa Ricci. Muy pronto quedaron profundamente admiradas las religiosas al descubrir las muchas y profundas virtudes que adornaban su alma. Alguna religiosa medio la espiaba para ver si su virtud, sobre todo la que manifestaba cuando se encontraba ante el Señor en oración, si era algo natural o pasajero. Pasaba largas horas postrada ante el Santísimo Sacramento y meditaba en la Pasión del Señor, en cada uno de los pasos que nos recuerdan los Evangelios. Siendo ya religiosa sería ésta una de las notas más destacadas de su rica vida espiritual.

A los trece años volvió a la casa paterna siguiendo casi la misma vida que llevara en el internado. Su padre, según costumbre de la época, le propuso un lisonjero porvenir ya que tenía proyectado unirla en matrimonio con uno de los jóvenes de familia más noble de la ciudad. Alejandra agradeció a su padre sus buenos deseos pero le contestó resueltamente que no entraba en sus planes el contraer matrimonio ya que se había ya desposado con Jesucristo al que le había hecho voto de virginidad.

Conoció a dos religiosas dominicas del Convento de San Vicente de Prato, que iban por la calle recogiendo limosna y la joven les pidió que le dieran toda clase de explicaciones del género de vida que en el convento llevaban. Después de bien enterada de ello pidió permiso a sus padres y con su bendición ingresó en aquel mismo Monasterio el 1535, cuando tan sólo contaba trece años. Vistió el hábito de la Orden dominicana y al año siguiente emitió los votos religiosos con gran gozo de su alma y de todas las religiosas ya que todas sabían apreciar el gran regalo que les había hecho la Divina Providencia al enviarles esta perla de criatura.

Al poco de profesar, el Señor vino a visitarla enviándole una terrible y múltiple enfermedad ya que fueron varias las dolencias que a la vez afligían su débil cuerpo. Las mismas religiosas y los médicos quedaban admirados cómo era posible que pudiera resistir tanto dolor de todo tipo. Se le apareció un Santo de su Orden, hizo sobre ella la señal de la cruz y quedó curada por varios años. Durante estos atroces tormentos tenia una medicina que la curaba, por lo menos le daba paz y alivio: Era el meditar en la Pasión del Señor, en los muchos dolores que Él sufrió por nosotros… Meditaba paso a paso, en toda su viveza y a veces se le manifestaba el Señor bien con la Cruz a cuestas, bien coronado de espinas o clavado en la Cruz. Ante estos dolores del Maestro, Catalina–que así se llamó desde que vistió el hábito dominicano–encontraba fuerzas para cargar con su propia cruz.

Recibió muchos dones y regalos del cielo: Revelaciones, gracias de profecía y milagros. Luces especiales en los más delicados asuntos de los que ella nada sabía. Por ello acudieron a consultarla Papas, cardenales y grandes de la tierra igual que personas sencillas y humildes. A todos atendía con gran bondad y humildad ya que se veía anonada por sus miserias y se sentía la más pecadora de los mortales. El 2 de febrero de 1590 expiró en el Señor.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


San José de Leonisa(Leonessa) sacerdote Capuchino


CandelaNació en Leonessa (Rieti, Italia) en 1556 de una familia acomodada y piadosa. A la edad de dieciocho años hizo su profesión como fraile capuchino en su ciudad natal, y tomó el nombre de José, en lugar de Eufranio, su nombre de pila. Llevó una vida entregada a la oración y la penitencia. En 1580 recibió la ordenación sacerdotal y se consagró con fervor al apostolado de la predicación en tierras de la Italia central.

En 1587 los superiores lo enviaron a Constantinopla como misionero entre los cristianos del suburbio de Pera, para que atendiera en lo espiritual y en lo humano a los galeotes y demás prisioneros cristianos. Se entregó con todas sus fuerzas a esta tarea; allí animaba y servía a los esclavos cristianos de las galeras con maravillosa devoción, especialmente durante una peste maligna, de la cual se contagió, aunque después recobró la salud.

Convirtió a muchos apóstatas, y se expuso al rigor de la ley turca cuando predicaba la fe a los musulmanes. Quiso llegar hasta el Sultán para anunciarle el Evangelio y pedirle la libertad religiosa de todos los creyentes. Pero lo apresaron; José fue encarcelado dos veces, y la segunda vez lo condenaron a muerte y lo torturaron cruelmente. Mediante afilados garfios que atravesaban una de sus manos y uno de sus pies fue colgado de una horca. Sin embargo, después de haber sido torturado por muchas horas, fue milagrosamente liberado y se le conmutó su sentencia por el destierro. Volvió a Italia en 1589, donde reemprendió la predicación y se dedicó a los pobres y enfermos, para los que promovió obras e instituciones sociales.

Hacia el fin de su vida sufrió mucho a causa de un tumor. Para extirpárselo, fue sometido a dos operaciones durante las que no exhaló el menor gemido o queja, sosteniendo todo el tiempo un crucifijo sobre el cual tenía fijos los ojos. Cuando se sugirió que antes de la operación debería ser atado, señaló el crucifijo, diciendo: "Este es el lazo más fuerte; esto me sujetará mejor que cualquier cuerda lo haría". La operación no tuvo éxito y San José murió felizmente el 4 de febrero de 1612 en Amatrice (Rieti), a la edad de cincuenta y ocho años.

Oración: Te rogamos, Señor, que, a ejemplo de san José de Leonisa, predicador de tu Evangelio, animados por su mismo entusiasmo, nos entreguemos a la salvación de los hombres y te sirvamos con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Juana de Valois


CandelaHija de Luis XI, rey de Francia, nació con malformaciones el año 1464 en Nogent-le-Roy. Aún en la cuna, fue prometida en matrimonio al futuro Luis XII, con el que se casó en 1476. Tras veintidós años de calvario y sin haber tenido descendencia, su matrimonio fue anulado y ella se retiró al ducado de Berry, que gobernó con sabiduría y caridad.

De siempre había llevado una profunda vida religiosa, a la que ahora podía dedicarse sin trabas. Gozó de carismas y fenómenos místicos extraordinarios. Bajo la guía de su director espiritual, el franciscano Gabriel María (Gilberto) Nicolás, fundó la Orden de la Anunciación, en honor de la Virgen, que desde el principio estuvo bajo el régimen de los franciscanos y participó de los privilegios de las clarisas.

Murió en Bourges (Aquitania) el 4 de febrero de 1505.



Santos Filoromo y Fileas, Mártires

CandelaFileas pertenecía a una de las familias más nobles y más antiguas del bajo Egipto. Era originario de Thmuis, ocupó altos cargos, desempeñó funciones públicas y poseía amplios conocimientos filosóficos. Probablemente se convirtió al cristianismo a la edad madura, siendo luego elegido obispo de su ciudad natal. Paralelamente, Filoromo ocupaba un alto puesto administrativo en Alejandría, y también él se convirtió al cristianismo tardíamente. Ambos fueron hechos prisioneros al mismo tiempo y sin duda estuvieron en la mazmorra los últimos meses del año 306.

En este lapso, Fileas dirigió una carta a los fieles de su diócesis exhortándolos a seguir firme en la fe a Cristo aún después de su inminente muerte. Posteriormente, los dos mártires fueron interrogados por Culciano, prefecto de Egipto y al mantenerse firmes a su adhesión a Jesús, fueron condenados a ser decapitados. Murieron el 18 de mayo del año 307.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 3 de febrero de 2017

Lecturas y Santoral 03/02/2017. Viernes de la cuarta semana de Tiempo Ordinario

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre
Primera Lectura. Hebreos 13, 1-8

Hermanos:
Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos, sin saberlo, "hospedaron" a ángeles.
Acordaos de los presos como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne.
Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los impuros y adúlteros Dios los juzgará.
Vivid sin ansia de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues él mismo dijo:
"Nunca te dejaré ni te abandonaré"; así tendremos valor para decir:
"El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?".
Acordaos de vuestros guías, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 26, 1. 3. 5. 8b-9abc
El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es mí luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

El Señor es mi luz y mi salvación
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.

El Señor es mi luz y mi salvación
Tu rostro buscaré, Señor.
No me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches.

El Señor es mi luz y mi salvación
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 14-29

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él.
Unos decían:
"Juan el Bautista ha resucitado, de entre los muertos y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él".
Otros decían:
"Es Elías".
Otros:
"Es un profeta como los antiguos".
Herodes, al oírlo, decía:
"Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado".
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener a la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería matarlo pero no podía, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo defendía. Al escucharlo quedaba muy perplejo, aunque lo oía con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven:
"Pídeme lo que quieras, que te lo daré".
Y le juró:
"Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino".
Ella salió a preguntarle a su madre:
"¿Qué le pido?".
La madre le contestó:
"La cabeza de Juan el Bautista".
Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
"Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista".
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos fueron a recoger el cadáver y lo pusieron en un sepulcro.

Palabra de Dios.

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San Blas obispo de Sebaste y mártir 316



Nació en Sebaste (Armenia) en la segunda mitad del siglo III. Según la tradición fue médico y cristiano ejemplar. Lo eligieron obispo de su ciudad natal, y fue pastor prudente y celoso, intrépido protector de sus fieles en las terribles persecuciones del Imperio Romano de principios del siglo IV.

Tuvo que huir a las montañas donde se entregó a la penitencia y la contemplación. Lo apresaron, y su traslado ante el prefecto constituyó una apoteosis popular, acompañada de milagros. Ante su negativa a renunciar a la fe, lo sometieron a toda clase de tormentos, y murió decapitado en su ciudad natal, con toda probabilidad en el año 316.

Su culto se extendió por toda Europa y es invocado como intercesor en las enfermedades de garganta. Se le atribuye el milagro de la espina atravesada en la garganta de un niño al que Blas salvó tocando el lugar del atragantamiento.

Oración: Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que hoy te invoca apoyado en la protección de tu mártir san Blas: concédenos, por sus méritos, la paz en esta vida y el premio de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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viernes, 6 de febrero de 2015

Lecturas y Santoral 06-02-15

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre
Primera Lectura. Hebreos 13, 1-8
Hermanos:
Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles.
Acordaos de los que están presos, como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne.
Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los libertinos y adúlteros Dios los juzgará.
Vivid sin ansia de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues Él mismo dijo: "Nunca te dejaré ni te abandonaré"; así tendremos valor para decir: "El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?"
Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe.
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Palabra de Dios.

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pablo-de-tarso-colosenses-colosas-corintio-romanos-hebreos
Salmo Responsorial. Salmo 26, 1. 3. 5. 8b-9abc
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mí luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

El Señor es mi luz y mi salvación.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 6, 14-29
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él.
Unos decían: - "Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él. "
Otros decían: - "Es Elías."
Otros: - "Es un profeta como los antiguos."
Herodes, al oírlo, decía: - "Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado."
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado.
El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: - "Pídeme lo que quieras, que te lo doy."
Y le juró: - "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino."
Ella salió a preguntarle a su madre: - "¿Qué le pido?"
La madre le contestó: - "La cabeza de Juan, el Bautista."
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: - "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista."
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre.
Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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5.-Salome-muestra-la-cabeza-de-Juan-el-Bautista
Pablo Miki y compañeros Santos Mártires de Japón


Fiesta de los 26 mártires de Japón que fueron crucificados y lanceados en Nagasaki el 5 de febrero de 1597: San Pedro Bautista, franciscano español, y otros cinco hermanos suyos de hábito, así como diecisiete japoneses, seglares franciscanos. San Pablo Miki y dos de sus catequistas, los tres japoneses.

Pablo Miki nació en Japón el año 1566 de una familia pudiente; fue educado por los jesuitas en Azuchi y Takatsuki. Entró en la Compañía de Jesús y predicó el evangelio entre sus conciudadanos con gran fruto. Las tensiones políticas y religiosas surgidas en aquel país desencadenaron una persecución contra los cristianos, que en algún tiempo habían sido bien acogidos. Al recrudecer la persecución contra los católicos, decidió continuar su ministerio y fue apresado junto con otros. En su camino al martirio, él y sus compañeros cristianos fueron forzados a caminar 600 millas para servir de escarmiento a la población. Ellos iban cantando el Te Deum. Les hicieron sufrir mucho. Finalmente llegaron a Nagasaki y, mientras perdonaba a sus verdugos, fue crucificado el día 5 de febrero de 1597.

Desde la cruz predicó su último sermón. Junto a el sufrieron glorioso martirio otros veinticinco compañeros entre los que se encontraba el misionero franciscano español San Pedro Bautista, el escolar Juan Soan (de Gotó) y el hermano Santiago Kisai, de la Compañía de Jesús, y otros 22 religiosos y seglares.

Seréis mis testigos (De la Historia del martirio de san Pablo Miki y compañeros, escrita por un contemporáneo)
(Cap 14, 109-110: Acta Sanctorum Februarii, I, 769)


Clavados en la cruz, era admirable ver la constancia de todos, a la que les exhortaban el padre Pasio y el padre Rodríguez. El Padre Comisario estaba casi rígido, los ojos fijos en el cielo. El hermano Martín daba gracias a la bondad divina entonando algunos salmos y añadiendo el verso: A tus manos, Señor. También el hermano Francisco Blanco daba gracias a Dios con voz clara. El hermano Gonzalo recitaba también en alta voz la oración dominical y la salutación angélica.

Pablo Miki, nuestro hermano, al verse en el púlpito más honorable de los que hasta entonces había ocupado, declaró en primer lugar a los circunstantes que era japonés y jesuita, y que moría por anunciar el Evangelio, dando gracias a Dios por haberle hecho beneficio tan inestimable. Después añadió estas palabras:

«Al llegar este momento no creerá ninguno de vosotros que me voy a apartar de la verdad. Pues bien, os aseguro que no hay más camino de salvación que el de los cristianos. Y como quiera que el cristianismo me enseña a perdonar a mis enemigos y a cuantos me han ofendido, perdono sinceramente al rey y a los causantes de mi muerte, y les pido que reciban el bautismo.»

Y, volviendo la mirada a los compañeros, comenzó a animarles para el trance supremo. Los rostros de todos tenían un aspecto alegre, pero el de Luis era singular. Un cristiano le gritó que estaría en seguida en el paraíso. Luis hizo un gesto con sus dedos y con todo su cuerpo, atrayendo las miradas de todos.

Antonio, que estaba al lado de Luis, fijos los ojos en el cielo, y después de invocar los nombres de Jesús y María, entonó el salmo: Alabad, siervos del Señor, que había aprendido en la catequesis de Nagasaki, pues en ella se les hace aprender a los niños ciertos salmos.

Otros repetían: «¡Jesús! ¡María!», con rostro sereno. Algunos exhortaban a los circunstantes a llevar una vida digna de cristianos. Con éstas y semejantes acciones mostraban su prontitud para morir.

Entonces los verdugos desenvainaron cuatro lanzas como las que se usan en Japón. Al verlas, los fieles exclamaron: «¡Jesús! ¡María!», y se echaron a llorar con gemidos que llegaban al cielo. Los verdugos remataron en pocos instantes a cada uno de los mártires.

Y he aquí los datos de los frailes franciscanos: San Pedro Bautista nació en San Esteban del Valle (Ávila, España) el año 1542. Vistió el hábito franciscano en Arenas de San Pedro (Ávila). En 1581, ya sacerdote, fue destinado a Filipinas. Estuvo misionando de paso en México y luego en Manila. Con otros compañeros pasó a Japón en 1593, enviado como embajador de Felipe II ante el emperador Taikosama. Trabajó denodadamente y convirtió a muchos a la fe.

San Pablo Miki
San Felipe de Jesús nació en la Ciudad de México en 1571. Vistió el hábito franciscano en Filipinas y, cuando volvía a México para recibir la ordenación, el galeón naufragó en aguas de Tosa; se refugió en el convento de Meaco o Miyako, donde muy pronto lo arrestaron. Es patrono de los plateros y el primer mártir y santo mexicano.

San Francisco Blanco nació en Monterrey (Orense, España) hacia 1567. Ingresó en la Provincia franciscana de Santiago (Galicia). De paso hacia Filipinas, estuvo algún tiempo en México, donde se ordenó de sacerdote. Llegó a Japón en 1596.

San Francisco de La Parrilla, hermano profeso laico, nació en 1543 en La Parrilla (Valladolid). Tomó el hábito a la edad de 21 años. Camino de Filipinas, permaneció un par de años en México. En 1593 formó parte del séquito que acompañó a san Pedro Bautista cuando éste fue a Japón en misión de paz.

San Gonzalo García, hermano profeso laico, nació en la ciudad de Bazaín, en la India Oriental de Portugal, hacia 1562. Se dedicó al comercio hasta que, en Manila, vistió el hábito franciscano. Cuando san Pedro Bautista fue enviado a Japón, Gonzalo fue incluido en su séquito como intérprete.

San Martín Aguirre de la Ascensión, sacerdote, nacido en Vergara (Guipúzcoa, España) en 1567, que, siendo estudiante de teología en la Universidad de Alcalá, vistió el hábito franciscano. Más tarde pasó a México, camino de Filipinas, y luego llegó a Japón en junio de 1596.

Todos ellos fueron canonizados por Pío IX en 1862.

Oración: Oh Dios, fortaleza de todos los santos, que has llamado a san Pedro Bautista, a san Pablo Miki y a sus compañeros a la vida eterna por medio de la cruz, concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Tito Obispo y discípulo de San Pablo (Siglo I)

San Tito

La figura de Tito es inseparable de Pablo. Tito es menos afectivo que Timoteo, pero más enérgico, más fuerte en las contradicciones. Pablo lo llama su ayuda preciosa, su hijo querido, su amadísimo hermano.

Se habían conocido en Antioquía. Pablo lo asocia a su apostolado y se lo lleva al concilio de Jerusalén. Era un caso delicado, pues Tito venía de la gentilidad, y los más rigoristas exigían que fuera circuncidado, para ser admitido a los ágapes. Después de muchas discusiones, la tesis de Pablo venció. Para ser discípulo de Jesús no era necesario circuncidarse.

Tito acompaña a Pablo en el tercer viaje: Asia Menor, Macedonia, Acaya, Jerusalén. Cuando el cisma surgió en Corinto, Pablo envía a Tito a solucionar el conflicto, y a la vez le encarga una colecta en Acaya y Macedonia para la Iglesia madre de Jerusalén. Corinto ardía en discusiones. Tito con su celo y habilidad logró la pacificación de la comunidad de Corinto.

Después Pablo lo consagra obispo y le recomienda poner orden en la difícil situación por la que pasa la comunidad de Creta. Todo estaba allí muy confuso. Epiménides, cretense, pintaba con duros trazos a sus compatriotas: "Son mentirosos empedernidos, malas bestias, vientres perezosos". Tito había de poner en juego toda su habilidad para separar el trigo de la paja, pues muchos se habían hecho cristianos con torcidas intenciones.

San Pablo escribe una Carta a Tito, y le recomienda que proceda con autoridad frente a los indisciplinados, y con mucha vigilancia en lo que se refiere "a cuestiones necias, genealogías, altercados y vanas disputas sobre la Ley". "Habla con imperio y que nadie te desprecie". Otra vez el celo apostólico de Tito triunfó como antes en Corinto. Tito supo ganarse el cariño de los cretenses y a ellos se entregó hasta el fin de su vida.

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sábado, 9 de febrero de 2013

Lecturas y Santoral 09-02-13

Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que profesan su nombre.
Primera Lectura. Hebreos (13,15-17.20-21)

Por medio de Jesús, ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de unos labios que profesan su nombre. No os olvidéis de hacer el bien y de ayudaros mutuamente; ésos son los sacrificios que agradan a Dios. Obedeced con docilidad a vuestros dirigentes, pues ellos se desvelan por vuestro bien, sabiéndose responsables; así lo harán con alegría y sin lamentarse, con lo que salís ganando. Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os ponga a punto en todo bien, para que cumpláis su voluntad. Él realizará en nosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Pablo carta a Timoteo, rezar los unos por los otros
Salmo Responsorial 22

Salmo 22 buen pastorEl Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Marcos (6,30-34)

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco."
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Palabra de Dios.

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Jesus-Discipulos
Beata Ana Catalina Emmerick
Beata-Anac-Ctalina-Emmerick


Monja profesa de la Orden de Canonesas Regulares de San Agustín. Nació en Flamschen (Alemania) el año 1774, de familia modesta. De joven trabajó como empleada de hogar y costurera, y ya se sintió inclinada a la piedad y a la contemplación, en particular de la pasión de Cristo.

Superando no pocas dificultades consiguió en 1803 hacer la profesión religiosa. A pesar de su poca salud, fue ejemplar en la observancia y en la práctica de la caridad. El gobierno cerró su convento en 1811, y ella se puso de ama de llaves del sacerdote Lambert en Dülmen.

A partir de 1813 la enfermedad la obligó a guardar cama. Tuvo visiones y experiencias místicas extraordinarias, recibió las llagas de la pasión de Cristo, y edificó a cuantos la visitaban, que eran muchos, con sus palabras y su ejemplo. Un médico escribió su diario.

Murió en 1824 y fue beatificada por Juan Pablo II el año 2004.

Beato Leopoldo de Alpandeire

Leopoldo-de-AlpandeireNació en Alpandeire (Málaga, España) el año 1864, en el seno de una familia humilde y laboriosa. Desde muy joven trabajó en el campo, a la vez que profundizaba en su vida de piedad y de caridad. A los 35 años tomó el hábito de los Capuchinos como hermano lego en Sevilla.

Desde 1914 vivió en Granada pidiendo limosna para su convento, para los pobres y para las misiones, mientras distribuía la ayuda espiritual del consuelo, consejo y buen ejemplo de una vida austera y pura, incluso en las situaciones revueltas que se vivieron en España.

Murió el 9 de febrero de 1956. Fue beatificado el año 2010, y de él dijo Benedicto XVI: "La vida de este sencillo y austero Religioso Capuchino es un canto a la humildad y a la confianza en Dios y un modelo luminoso de devoción a la Santísima Virgen María. Invito a todos, siguiendo el ejemplo del nuevo Beato, a servir al Señor con sincero corazón, para que podamos experimentar el inmenso amor que Él nos tiene y que hace posible amar a todos los hombres sin excepción".

Oración: Dios Padre misericordioso, que has llamado al beato Leopoldo a seguir las huellas de tu Hijo Jesucristo por la senda de la humildad, la pobreza y el amor a la cruz, concédenos imitar sus virtudes para participar junto a él en el banquete del Reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Apolonia

Santa-ApoloniaVirgen y mártir en Alejandría de Egipto, cuyo martirio conocemos por una carta de san Dionisio obispo de Alejandría, conservada por Eusebio en su Historia eclesiástica.

Durante muchos años se consagró por completo al apostolado. En una revuelta que hubo contra los cristianos en tiempo del emperador Felipe, sus casas fueron asaltadas y muchos de ellos masacrados. Apolonia, ya de edad avanzada, fue detenida, y con un martillo le machacaron las mandíbulas y le hicieron saltar los dientes. Luego, encendieron una hoguera y la amenazaron con quemarla viva si no blasfemaba y apostataba.

San Dionisio refiere que ella, temiendo no tener las fuerzas necesarias para soportar semejante tormento, se lanzó voluntariamente al fuego. Murió el año 249.

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viernes, 8 de febrero de 2013

Lecturas y Santoral 08-02-13

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.
Primera Lectura. Hebreos (13,1-8)

Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles. Acordaos de los que están presos, como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los libertinos y adúlteros Dios los juzgará. Vivid sin ansia de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues él mismo dijo: "Nunca te dejaré ni te abandonaré"; así tendremos valor para decir: "El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?" Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Palabra de Dios.
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Isaias-58-Cuaresma-ayuno-caridad
Salmo Responsorial 26

El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.

Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches.

El Señor es mi luz y mi salvación.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
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Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino..
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo - Marcos (6,14-29)

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: "Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él." Otros decían: "Es Elías." Otros: "Es un profeta como los antiguos."
Herodes, al oírlo, decía: "Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado."
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras, que te lo doy."
Y le juró: "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino."
Ella salió a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?"
La madre le contestó: "La cabeza de Juan, el Bautista."
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista."
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/bible/reading

Salome-Herodias-Juan-Bautista
San Jerónimo Emiliani.

San-Jeronimo-EmilianiNació en Venecia el año 1486, de una familia de vieja solera militar y senatorial. De joven emprendió la carrera de las armas, y llevó una vida licenciosa y violenta. Arrojado a la cárcel por sus enemigos, maduró su vocación y se convirtió al Señor.

Después de distribuir sus bienes entre los pobres, se consagró al servicio de todos los miserables, los enfermos, los jóvenes y niños abandonados, y al rescate de las prostitutas. Padre y protector de los huérfanos, para los que abrió escuelas gratuitas, fundó para su atención la Orden de los Clérigos Regulares de Somasca.

Murió en Somasca (Bérgamo) el año 1537 a consecuencia de la peste que le contagiaron los enfermos a quienes atendía.

Oración: Señor, Dios de las misericordias, que hiciste a san Jerónimo Emiliani padre y protector de los huérfanos, concédenos, por su intercesión, la gracia de permanecer siempre fieles al espíritu de adopción que nos hace verdaderamente hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Josefina Bakhita.

Santa-Josefina-BakhitaNació en Sudán entre 1869 y 1872, en la tribu de los Dagiú. Siendo todavía niña, los negreros la raptaron y vendieron cinco veces en los mercados de esclavos. El miedo que experimentó en el rapto le provocó una amnesia que le hizo olvidar incluso su nombre.
Bakhita es el nombre que le dieron los secuestradores; Josefina, el que recibió en el bautismo.

Experimentó las humillaciones y los sufrimientos físicos y morales de la esclavitud, pasando de mano en mano por varios dueños. En Jartum la compró un cónsul italiano, que se la llevó a Génova y se la cedió a unos amigos. Estos, en 1888, la confiaron a las religiosas canosianas de Venecia.

Se fue acercando al catolicismo, en 1890 recibió el bautismo y en 1893 entró en el noviciado de las Hijas de la Caridad Canosianas. Por deseo de sus superioras, escribió sus memorias personales. Durante muchos años se dedicó a diversos trabajos domésticos en la casa de Schio (Vicenza, Italia), hasta que una artritis deformante la dejó postrada en una silla de ruedas.

Murió en Schio el 8 de febrero de 1947. Juan Pablo II la canonizó el año 2000.

Oración: Oh Dios, que de la humillante esclavitud condujiste a santa Josefina a la dignidad de hija tuya y esposa de Cristo, te rogamos nos concedas que, imitando su ejemplo, sigamos con amor firme a Cristo crucificado y, movidos a misericordia, perseveremos en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, corazones.org, aciprensa.com, caminando-con-jesus.org, www.churchforum.org.mx, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, santopedia.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com