A los extranjeros los traeré a mi monte santo
Primera Lectura. Isaías 56, 1. 6-7
Esto dice el Señor:
"Observad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar, y mi justicia se va a manifestar.
A los extranjeros que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observen el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza, los traeré a mi monte santo, los llenaré de júbilo en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios serán aceptables sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos".
Palabra de Dios.
"Observad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar, y mi justicia se va a manifestar.
A los extranjeros que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observen el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza, los traeré a mi monte santo, los llenaré de júbilo en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios serán aceptables sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos".
Palabra de Dios.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
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Salmo Responsorial. 66, 2-3. 5. 6 y 8
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
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Los dones y la llamada de Dios son irrevocables para Israel
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32
Hermanos:
A vosotros, gentiles os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles haré honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a alguno de ellos.
Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?
Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios; pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también estos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
Palabra de Dios.
A vosotros, gentiles os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles haré honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a alguno de ellos.
Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida?
Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios; pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también estos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia.
Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.
Palabra de Dios.
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Mujer, qué grande es tu fe
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
"Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo".
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle
"Atiéndela, que viene detrás gritando".
Él les contestó:
"Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel".
Ella se acercó y se postró ante él diciendo:
"Señor, ayúdame".
Él le contestó:
"No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos".
Pero ella repuso:
"Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos".
Jesús le respondió:
"Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas".
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra de Dios.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
"Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo".
Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle
"Atiéndela, que viene detrás gritando".
Él les contestó:
"Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel".
Ella se acercó y se postró ante él diciendo:
"Señor, ayúdame".
Él le contestó:
"No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos".
Pero ella repuso:
"Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos".
Jesús le respondió:
"Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas".
En aquel momento quedó curada su hija.
Palabra de Dios.
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Es uno de los padres de la Orden Cisterciense. Nació en el castillo de Fontaines-les-Dijon (Francia), el año 1090, de familia noble. Recibió una piadosa educación, y el año 1111 entró con 30 compañeros en el monasterio de Cîteaux (Borgoña, Francia), recién fundado.
Poco después lo eligieron fundador y primer abad del monasterio de Claraval, en el departamento francés de Aube, donde permaneció hasta su muerte. Fue un monje contemplativo y de actividad desbordante al servicio de la Iglesia en la que promovió una vida más evangélica, formador de monjes y reformador de comunidades religiosas, consejero de papas y obispos, predicador insigne y escritor lleno de sabiduría y unción. Recorrió Europa para restablecer la paz y la unidad.
Con su vida y sus escritos ejerció una enorme influencia en la vida y espiritualidad cristiana de su tiempo y de los siglos posteriores, e inspiró un devoto afecto a la humanidad de Cristo y a la Virgen Madre.
Murió el 20 de agosto de 1153.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú hiciste del abad san Bernardo, inflamado en el celo de tu casa, una lámpara ardiente y luminosa en medio de tu Iglesia; concédenos, por su intercesión, participar de su ferviente espíritu y caminar siempre como hijos de la luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Santoral confeccionado consultando el preparado por: vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, aciprensa.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, www.corazones.org, vatican.va, catholic.net, oremosjuntos.com
"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."