Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad.Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
«Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades».Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
«Él me invocará: “Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora”; Le mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable».Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
"Hoy sabréis que viene el Señor, y mañana contemplaréis su gloria". Escuchemos, hermanos, la calenda o pregón de Navidad, que nos trae la buena noticia, la gran alegría para todo el mundo: "Transcurridos innumerables siglos desde la creación del mundo, cuando en el principio creó Dios el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen. Transcurridos veintiún siglos desde la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de la ciudad de Ur en la Caldea. Trece siglos después de la partida de Israel de la tierra de Egipto, bajo la guía de Moisés. Transcurridos alrededor de mil años desde que David fuera ungido como rey. En la semana sesenta y cinco de la profecía de Daniel. En la Olimpíada ciento noventa y cuatro. En el año 752 de la fundación de Roma. En el año 42 del imperio del César Octavio Augusto, estando todo el orbe en paz, Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar al mundo con su venida, concebido del Espíritu Santo y transcurridos nueve meses desde su concepción, nace en Belén de Judá, hecho hombre, de la Virgen María. Es la Natividad de nuestro Señor Jesucristo según la carne".
Oración Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
La Iglesia conmemora hoy, víspera de la Natividad, a todos los santos antepasados de Nuestro Señor Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán, hijo de Adán, es decir, a todos los Padres que agradaron a Dios y que fueron hallados justos y murieron en la fe, sin haber recibido aún las promesas, pero viéndolas de lejos y saludándolas: de ellos nació según la carne Cristo, que está por encima de todas las cosas y es Dios bendito por todos los siglos.
Nació en Soncino (Cremona, Italia) el año 1816, de familia noble y rica. Contrajo matrimonio con un hombre mayor, de su misma condición social. Tuvieron cuatro hijos; tres murieron casi al nacer; el cuarto, que murió a los 16 años, había dicho a su madre: "Mamá, no llores por mi próxima muerte, porque Dios te dará otros muchos hijos".
Ella, meditando en la maternidad universal de la Virgen de los Dolores, comprendió que las palabras de su hijo se realizarían en una maternidad espiritual con respecto a los necesitados y los enfermos, especialmente los niños solos y abandonados. Poco después quedó viuda y heredera de un ingente patrimonio.
Buscando el sentido de su vida, lo encontró en el servicio a los niños huérfanos y pobres, a los que fue acogiendo cada vez en mayor número. Para potenciar su obra fundó dos congregaciones: las Religiosas de la Sagrada Familia, en la que ella profesó, y los Hermanos de la Sagrada Familia, para el medio rural. Murió en Comonte (Bérgamo) el 24 de diciembre de 1865.
Fue canonizada el año 2004 por Juan Pablo II.