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viernes, 26 de febrero de 2021

Lecturas y santoral 26/02/2021. Viernes de la primera semana de Cuaresma

¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?
Primera Lectura. Ezequiel 18,21-28
Esto dice el Señor Dios: «Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos que ha cometido; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado - oráculo del Señor Dios-, y no que se convierta de su conducta y que viva? Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá. Insistís: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto? Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».

Palabra de Dios

Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes temor.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Vete primero a reconciliarte con tu hermano
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la “gehena” del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra de Dios

San Alejandro de Alejandría +326

No es lo suficientemente conocido este gran Patriarca de Alejandría, que será quien en primer lugar se enfrente contra el heresiarca Arrio y el primero que descubra sus errores. Nació hacia el año 250 y se distinguió pronto por las ricas cualidades que adornaban su alma. Los historiadores de la época y posteriores nos lo pintan como un hombre de carácter dulce y afable, lleno siempre de enorme caridad para con todos los hermanos, especialmente para con los más pobres. Otra cualidad, hermana gemela de ésta, notaban en él cuantos le trataban. Era conciliador. Ante él no podía haber riñas y corazones encontrados.

Por otra parte parece que se contradice con estos rasgos característicos suyos lo que durante toda su vida se podrá apreciar ya que, como era profundo conocedor de la ortodoxia cristiana y un enamorado de la fe y persona de Jesucristo y de su Iglesia, cuando las veía atacadas se levantaba con fuerza contra todo lo que pudiera empañar su blancura, la de su Señor y la de su Madre. Por ello en sus luchas durísimas contra Arrio y sus secuaces será más bien duro, mordaz e incansable luchador.

El año 313 moría Aquillas, el Patriarca de Alejandría y era elegido para esta Sede nuestro protagonista. Parece que eran dos los candidatos para ocuparla: Alejandro y Arrio. Los primeros años del patriarcado de Alejandro, Arrio estuvo sumiso y reinaron buenas relaciones entre ambos. Parece que el nuevo Patriarca se entregó de lleno a defender y propagar a las multitudes que en aquel entonces se retiraban del mundo a la soledad para mejor servir al Señor. Eran millares los que esto hacían. Alejandro conocía bien que esto era un gran fuerza para la Iglesia ya que la oración y penitencia serán siempre fundamentos, junto con la caridad, de toda la vida cristiana.

San Alejandro será siempre recordado también por la historia como el gran descubridor y profundo formador del futuro Padre de la Iglesia San Atanasio. Supo descubrir la gran obra a que este hombre singular estaba llamado por la Divina Providencia y no escatimó sacrificios para formarle según el espíritu del Evangelio.

Pero la máxima gloria proviene a San Alejandro, como ya indicamos arriba, por su lucha contra el hereje Arrio, al que con ejemplar valentía le descubrió sus muchos errores contra la fe cristiana. Arrio empezó a separar y distinguir tanto a las Tres Divinas Personas que prácticamente para él tan sólo el Padre era verdadero Dios. El Verbo y el Espíritu Santo eran de inferior categoría y estaban totalmente subordinados al Padre. Para sacarle de éste y otros errores el Patriarca Alejandro tuvo varias conversaciones con él en privado y al ver que nada progresaba convocó el año 320 un sínodo en Alejandría al que acudieron más de cien Obispos. Se presentó Arrio y expuso su doctrina siendo condenado unánimemente por toda aquella Magna Asamblea de Padres.

Después de aquel anatema lanzado contra Arrio y su doctrina, éste, en vez de someterse con humildad y reconocer sus errores, partió para diversos lugares y se dedicó a extender su malévola doctrina. Los dos Eusebios–de Cesarea y de Nicomedia–intercedían ante Alejandro y ante el emperador Constantino para que Arrio pudiera volver a la Iglesia católica y por lo tanto se le levantara la excomunión. Para ello el emperador escribió cartas a Arrio y a Alejandro y encomendó la reconciliación al gran obispo Osio de Córdoba. Pronto se dio cuenta este sabio obispo que con Arrio no había nada que hacer. Había que convocar un Concilio Universal y así se hizo el 325, el primero, celebrado en Nicea. San Alejandro a pesar de su avanzada edad y muchos achaques por su dura lucha contra la herejía, asistió y desempeñó un importantísimo influjo en la condenación del arrianismo que hizo el Concilio.

Murió el 26 de febrero del 326.

San Néstor mártir, Obispo de Magido (251)

Polio, gobernador de Panfilia y Frigia durante el reinado de Decio, trató de ganarse el favor del emperador, aplicando cruelmente su edicto de persecución contra los cristianos. Néstor, obispo de Magido, gozaba de gran estima entre los cristianos y los paganos, y comprendió que era necesario buscar sitios de refugio para sus fieles. Rehusando a ser oculto, el Obispo esperó tranquilamente su hora de martirio, y cuando se encontraba en oración, oficiales de la justicia fueron en su búsqueda.

Luego de un extenso interrogatorio y amenazas de tortura, el Obispo fue enviado ante el gobernador, en Perges (Panfilia). El gobernador trató de convencer al santo, primero con halagos y luego con amenazas, de que renegara de la religión cristiana, pero Néstor se mantuvo firme en el Señor, siendo enviado al potro, donde el verdugo le desgarraba la piel de los costados con el garfio. Ante la firme negativa del santo de adorar a los paganos, el gobernador lo condenó a morir en la cruz, donde el santo todavía tuvo fuerzas para alentar y exhortar a los cristianos que le rodeaban.

Su muerte fue un verdadero triunfo porque cuando el Obispo expiró sus últimas palabras, tanto cristianos como paganos se arrodillaron a orar y alabar a Jesús.

viernes, 6 de marzo de 2020

Lecturas y Santoral 06/03/2020. Viernes de la primera semana de Cuaresma

¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?
Primera Lectura. Ezequiel 18, 21-28

Esto dice el Señor Dios:
«Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos que cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado - oráculo del Señor Dios-, y no que se convierta de su conducta y que viva?
Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá.
Insistís: “No es justo el proceder del Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Vete primero a reconciliarte con tu hermano.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

Palabra de Dios


San Olegario


Nació en Barcelona de familia noble hacia el año 1060. Se educó en la escuela catedralicia y en 1093 se ordenó de sacerdote. Sintiéndose atraído por la vida religiosa, ingresó en los Canónigos Regulares de San Adrián de Besós; luego pasó a San Rufo de Provenza, donde fue elegido abad en 1110.

Cinco años después lo eligieron obispo de Barcelona, y se entregó al ministerio de la predicación y a la asistencia a los pobres y enfermos. Cuando Tarragona fue reconquistada, el papa le encomendó su sede metropolitana, sin dejar la de Barcelona. Asistió al Concilio Ecuménico I de Letrán el año 1123. Fue legado pontificio en la tarea de reconquista del conde de Barcelona. Visitó Tierra Santa.

A la muerte del papa Honorio II, hubo una doble elección, y Olegario prestó su obediencia a Inocencio II. En medio de una intensa actividad eclesiástica y civil, como la mediación entre los reyes de Castilla y Aragón, llevó una intensa vida interior, de alta contemplación, con un profundo sentido de la justicia y una generosa caridad para con los pobres. Murió en Barcelona el año 1136.

Santa Rosa de Viterbo


Nació en Viterbo (Italia) en 1234. Muy joven quiso entrar en las clarisas, pero no pudo por su edad y su pobreza. Una grave enfermedad le facilitó el rápido ingreso en la Tercera Orden de San Francisco. Recuperada la salud, se entregó a la vida de oración y penitencia, a la vez que recorría las calles de su ciudad, llevando una pequeña cruz y exhortando al amor de Jesús y de María, y a la fidelidad a la Iglesia.

Dios le concedió carismas extraordinarios y por su medio obró milagros. Viterbo estaba dividida en partidarios del Emperador, que eran quienes la gobernaban, y partidarios del Papa. Para afianzar la fe católica, Rosa hacía campaña contra los enemigos del Papa, por lo que fue desterrada con su familia a Soriano.

En 1250 murió Federico II, Viterbo volvió a la obediencia pontificia y Rosa y los suyos regresaron a su ciudad. Allí murió el 6 de marzo de 1252. El 4 de septiembre de 1258 su cuerpo incorrupto fue trasladado al monasterio de las clarisas.

Oración: Padre de bondad, que has unido en la joven santa Rosa de Viterbo la firmeza de ánimo y el encanto de la bondad; al celebrar hoy su fiesta, concédenos imitar también sus virtudes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Santa Coleta, Nicolette o Nicoleta, virgen


Observó primero la tercera Orden de San Francisco y consiguió luego que un gran número de conventos de la segunda Orden aceptase la observancia primitiva († 1447) Recibe en 1381 el nombre de Nicoleta, en agradecimiento de sus padres, cincuentenarios, al ver cumplidas sus plegarias a San Nicolás, pidiendo familia.

De su padre, artesano en Corbie, junto a Amiens, aprende la virtud y el trabajo. De su madre, una honda piedad, reflejada en la confesión semanal. Después de sus estudios, se hace religiosa de Santa Clara; y lleva a su Orden el fervor de la observancia perfecta, al frente de muchos conventos, hasta su muerte en Gante el 6 de marzo de 1447. Santa Colette se sintió llamada por Dios a restaurar la Orden a su severidad inicial.

Bajo el consejo de su director espiritual, se puso en marcha para su misión. No hace falta decir que no fue recibida con entusiasmo. El cardenal Pedro de Luna había escuchado y bendecido sus ideales en Niza. Y ella a su vez trabajó incansablemente, apoyando a San Vicente Ferrer, en sus esfuerzos por superar el cisma de Occidente.

Murió Coleta, después de recibir fervorosamente los sacramentos, en Gante (Bélgica), el día 6 de marzo de 1447, con sesenta y seis años de edad, después de haber sido adornada con los dones de profecía y milagros. Ella misma fundó dieciocho nuevos conventos llamados de las Clarisas Pobres, las descalzas, que viven en alegría el espíritu de Coleta.

sábado, 2 de noviembre de 2019

Lecturas y Santoral 02/11/2019. Sábado de la trigésima semana de Tiempo Ordinario. Fieles Difuntos

Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.
Primera Lectura. Lamentaciones 3, 17-26

He perdido la paz, me he olvidado de la dicha; me dije:
«Ha sucumbido mi esplendor y mi esperanza en el Señor».
Recordar mi aflicción y mi vida errante es ajenjo y veneno; no dejo de pensar en ello; estoy desolado; hay algo que traigo en la memoria, por eso esperaré:
Que no se agota la bondad del Señor, no se acaba su misericordia; se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!; me digo:
«¡Mi lote es el Señor, por eso esperaré en él!».
El Señor es bueno para quien espera en él, para quien lo busca; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 129, 1b-2. 3-4. 5-6. 7. 8
Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del señor viene la misericordia,
la redención copiosa.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
En la casa de mi Padre hay muchas moradas.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no; os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Conmemoración de los Fieles Difuntos


La Iglesia, después de celebrar ayer la fiesta de todos sus hijos bienaventurados ya en el cielo, se interesa hoy ante el Señor en favor de las almas de todos cuantos nos precedieron en el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, para que, purificados de toda mancha de pecado, puedan gozar de la felicidad eterna.

Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.

La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).

La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.

Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso". Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.


El primer prefacio de difuntos nos enseña que "en Cristo brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad; porque la vida de los que creemos en el Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo".

Celebramos, pues, la victoria de Cristo, y de nosotros con Él, sobre la muerte. Y hacemos memoria de cuantos, habiendo compartido ya la muerte de Jesucristo, están llamados a compartir también con Él la gloria de la resurrección. Mientras nosotros pedimos por los difuntos, ellos interceden por nosotros.

Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas para que, al confesar la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, se afiance también nuestra esperanza de que todos tus hijos resucitarán. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración:Oh Dios, gloria de los fieles y vida de los justos, nosotros los redimidos por la muerte y resurrección de tu Hijo, te pedimos que acojas con bondad a tus siervos difuntos, y pues creyeron en la resurrección futura, merezcan alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración:Oh Dios, que resucitaste a tu Hijo para que, venciendo la muerte, entrara en tu reino, concede a tus siervos difuntos que, superada su condición mortal, puedan contemplarte para siempre como su Creador y Salvador. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Malaquías de Armagh obispo (1094-1148)



San Malaquías fue hijo del Lector de la escuela monacal de Armagh. En 1119 fue ordenado sacerdote por San Celso, por entonces obispo de Armagh, con quien colaboró estrechamente.

En aquella época, las guerras, alzamientos e invasiones que sufría Irlanda ocasionaron también la debilidad de la organización eclesiástica en la isla, y San Malaquías se propuso restaurar el orden.

Así, San Malaquías ingresa en 1122 al monasterio de Lismore, y dos años más tarde es nombrado obispo de Connor, diócesis a la que pertenecía el monasterio de Bangor, que Malaquías reconstruyó y transformo en modelo de la vida monacal.

Al fallecer San Celso en 1132, en medio de intrigas cortesanas (San Malaquías era para entonces confesor del rey Cormac) San Malaquías fue designado su sucesor como obispo de Armagh.

En 1139, San Malaquías emprende una larga travesía a Roma para recibir del papa Inocencio II el palio para Armagh, que lo convertía en delegado papal en Irlanda. Durante el viaje conoce a San Bernardo de Claraval, o Clairvaux, quien se volvió su amigo y le apoyó con las reformas de la Iglesia irlandesa.

Durante el camino a Roma, a San Malaquías le fueron reveladas las llamadas Prophetia de summis pontificibus, 111 profecías formuladas simbólicamente acerca de los papas venideros, comenzando con Celestino II (1143-1144).

De acuerdo con esto, los últimos papas han sido: Paulo VI, Flos Florum, "Flor de flores"; Juan Pablo I, De Medietate Lunae, "El de la media luna"; Juan Pablo II, De Labore Solis, "El del trabajo del sol"; y Benedicto XVI, Gloria Olivae, "La gloria del olivo".

Según los vaticinios de San Malaquías, quedaría un solo papa, Petrus Romanus, "Pedro el Romano", quien sería el encargado de gobernar a la cristiandad "cuando Roma sea destruida y llegue el fin de los tiempos".

Al regresar a su país, San Malaquías de Armagh introdujo la liturgia romana a Irlanda y emprendió las necesarias reformas organizativas. En un viaje subsecuente a Roma, San Malaquías falleció en Clairvaux, se dice que en los brazos de su amigo San Bernardo.

San Malaquías de Armagh fue canonizado en 1190 por el papa Clemente III.

San Malaquías de Armagh nos enseña a esperar con serenidad los designios ocultos de Dios.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

jueves, 17 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 17/10/2019. Jueves de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario. San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir

El hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley
Primera Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 3, 21-30

Hermanos:
Ahora, sin la ley se ha manifestado la justicia de Dios, atestiguada por la Ley de los Profetas; justicia de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen.
Pues no hay distinción, ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención realizada en Cristo Jesús.
Dios lo constituyó medio de propiciación mediante la fe en su sangre, para mostrar su justicia pasando por alto lo pecados del pasado en el tiempo de la paciencia de Dios; actuó así para mostrar su justicia en este tiempo, a fin en Jesús.
Y ahora, ¿dónde está la gloria? Queda eliminado. ¿En virtud de qué ley? ¿De la ley de las obras?
No, sino en virtud de la ley de la fe.
Pues sostenemos que el hombre es justificado por la fe, sin obras de la Ley.
¿Acaso Dios lo es solo de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? También lo es de los gentiles, si es verdad que no hay más que un Dios.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4. 5
Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora.

Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Se pedirá cuenta de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 47-54
En aquel tiempo, dijo el Señor:
«¡Ay de vosotros, que edificáis mausoleos a los profetas, a quienes mataron vuestros padres!
Así sois testigos de lo que hicieron vuestros padres, y lo aprobáis; porque ellos los mataron y vosotros les edificáis mausoleos.
Por eso dijo la Sabiduría de Dios: "Les enviaré profetas y apóstoles: a algunos de ellos los matarán y perseguirá”; y así a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario.
Sí, os digo: se le pedirá cuenta a esta generación.
¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido!».
Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo implacablemente y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, tendiéndole trampas para cazarlo con alguna palabra de su boca.

Palabra de Dios.

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San Ignacio de Antioquía


San Ignacio fue el segundo sucesor de san Pedro en el gobierno de la Iglesia de Antioquía (Siria), la primera ciudad en que los seguidores de Cristo empezaron a llamarse “cristianos”. La tradición señala que fue un discípulo de San Juan Evangelista. Por 40 años estuvo como obispo ejemplar de Antioquía que, después de Roma, era la ciudad más importante para los cristianos, porque tenía el mayor número de creyentes.

El emperador Trajano mandó que encarcelaran a todos los que no adoraran a los falsos dioses de los paganos. Como San Ignacio se negó a adorar esos ídolos, fue llevado preso. El emperador ordenó que Ignacio fuera llevado a Roma y condenado a morir devorado por las fieras para diversión del pueblo. Encadenado, fue llevado preso en un barco desde Antioquía hasta Roma en un largo y penosísimo viaje a través de Asia Menor, durante el cual escribió siete cartas que se han hecho famosas e iban dirigidas a las Iglesias de Asia Menor. En esas cartas trata sabia y eruditamente de Cristo, de la constitución de la Iglesia y de la vida cristiana.

En una de esas cartas, el santo señala que los soldados que lo llevaban eran feroces como leopardos; que lo trataban como fieras salvajes y que cuanto más amablemente los trataba él, con más furia lo atormentaban.El barco se detuvo en muchos puertos y en cada una de esas ciudades salían el obispo y todos los cristianos a saludar al santo mártir y a escucharle sus provechosas enseñanzas. De rodillas recibían todos su bendición. Varios se fueron adelante hasta Roma a acompañarlo en su gloriosos martirio.

En Esmirna fue acogido por san Policarpo, y allí escribió cuatro de sus cartas, entre ellas la dirigida a la “Iglesia de Roma, que preside la caridad… y que ha recibido las órdenes de los apóstoles”; y a los romanos les pide que no intervengan para evitar su martirio: “Trigo soy de Cristo -les argumenta-: seré molido por los dientes de las fieras, a fin de llegar a ser pan blanco de Dios”. El modelo de vida cristiana que propone está centrado en la imitación de Cristo para unirse a Él, y con Él al Padre.


Al llegar a Roma, salieron a recibirlo miles de cristianos. Y algunos de ellos le ofrecieron hablar con altos dignatarios del gobierno para obtener que no lo martirizaran. Él les rogó que no lo hicieran y se arrodilló y oró con ellos por la Iglesia, por el fin de la persecución y por la paz del mundo. Como al día siguiente era el último y el más concurrido día de las fiestas populares y el pueblo quería ver muchos martirizados en el circo, especialmente que fueran personajes importantes, fue llevado sin más al circo para echarlo a las fieras.

Ante el inmenso gentío fue presentado en el anfiteatro. Él oró a Dios y en seguida fueron soltados dos leones hambrientos y feroces que lo destrozaron y devoraron, entre el aplauso de aquella multitud ignorante y cruel. Así consiguió Ignacio lo que tanto deseaba: ser martirizado por proclamar su amor a Jesucristo recibiendo la corona del martirio el año 107, en tiempo del emperador Trajano.

Oración: Dios todopoderoso y eterno, tú has querido que el testimonio de tus mártires glorificara a toda la Iglesia, cuerpo de Cristo; concédenos que, así como el martirio que ahora conmemoramos fue para san Ignacio de Antioquía causa de gloria eterna, nos merezca también a nosotros tu protección constante. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén..

Santos Rufo y Zósimo


Fueron dos de los primeros discípulos que hicieron los apóstoles al comienzo de su predicación.

Todo lo que se sabe de ellos es que acompañaron a San Ignacio de Antioquía cuando éste se dirigía a Roma, en donde había de ser martirizado.

El martirio de San Ignacio y sus compañeros Rufo y Zósimo, fue recordado por San Policarpo en su epístola a los Filipenses. En esa carta se dice que Rufo y Zósimo "Participaron en la pasión del Señor, y no amaron la gloria de este mundo, sino a Aquél que por ellos y por todos los hombres murió y resucitó".

Fueron glorificados por Dios con la corona del martirio", hacia el año 107, durante el reinado de Trajano.

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martes, 8 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 08/10/2019. Martes de la vigesimoséptima semana de Tiempo Ordinario

Los ninivitas habían abandonado el mal camino y se arrepintió Dios.
Primera Lectura. Jonás 3, 1-10

El Señor dirigió la palabra por segunda vez a Jonás. Le dijo así:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive, allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla.
Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada»
Los ninivitas creyeron en Dios; proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó del trono, se despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:
«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá.!».
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4
Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte mejor.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; sólo una es necesaria. María, pues ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».

Palabra de Dios.

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San Hugo de Génova




Nació en Alessandria (Italia) hacia el año 1186, de la noble familia de los Canefri. De acuerdo a un retrato escrito en sus tiempos sabemos que San Hugo era delgado, con un rostro ascético, y pequeño en estatura. No parece que recibiera la ordenación sacerdotal. Lo adscribieron a la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén en pleno fervor de las cruzadas.

Prestó servicio largo tiempo en Tierra Santa para defender los intereses de la cristiandad y tras largas campañas volvió a Italia. Allí lo destinaron a regir, en calidad de maestro, preceptor o comendador, la Encomienda de San Juan de Jerusalén en Génova. Esta casa tenía un hospital anejo donde trabajó en la enfermería más cercana.

Allí brilló por su bondad y caridad en el ejercicio de los altos oficios de gobierno y de beneficencia que le habían confiado, a favor de los enfermos y menesterosos acogidos en el hospital, así como de los peregrinos que hacían un alto en Génova antes de embarcarse o al regresar de Tierra Santa. Era gentil y amable con todos.

Dormía en un tablero, en un rincón del sótano del Hospital; sirvió a los pobres con amor y tacto, dándoles comida, dinero, consuelo espiritual y amor fraternal. Él lavaba los pies a los pacientes, cuidaba de ellos, y cuando ellos morían, él los enterraba. La cruz de ocho puntas, (símbolo de su orden), no sólo estaba en su capa, él la llevaba en su corazón. Tan grande era su celo que él se ciñó con un cinturón metálico que usaba dentro de sus vestiduras, hacía ayunos continuamente durante todo el año y durante la Cuaresma no comía nada cocinado.

Todos los días recitaba el oficio y oía Misa con tal fervor que muchas veces cayó en éxtasis y se elevaba del suelo a la vista de todos. Su oración era, evidentemente, continua, y Dios le recompensó por ello con un don de poder realizar milagros sobre los elementos naturales. Estos milagros fueron presenciados por el arzobispo de Génova, Otto Fusco, así como por cuatro venerable canónigos que frecuentaban la casa del santo y atestiguaron sobre lo que vieron. Se recuerda el de haber hecho brotar agua de una roca para que las lavanderas del hospital pudiesen lavar la ropa de los enfermos pobres.

Murió hacia el año 1233.

Tais la Penitente también llamada Taide de Egipto (Siglo IV)




Se educó como cristiana, pero la vida, sus encantos, el acoso de los finos, el hambre de placer y el atractivo de las riquezas estropearon tanto la acción de la gracia que pareció no conocerla. Vive entre el lujo y la prostitución (meretriz) de Alejandría.

Refiere la narración que Pafnucio, monje del desierto de Tebaida, la recordaba de años atrás y sentía dolor, más que quien tiene una astilla clavada en el cuerpo, por la perdición y escándalo de la cristiana. Sus penitencias dieron resultado. Fue a Alejandría para convertir a Tais (así lo cuenta en su cándido latín Roswita) y provocó un encuentro con ella siendo el instrumento de Dios para el cambio de Tais. Ésta deshecha en lágrimas, implora el perdón del maestro, le ruega su oración impetrante y recurre a la misericordia de Dios pidiendo que se le imponga penitencia. La cortesana más bella y rica de Egipto hizo una pira con su palacio y se recluyó en un convento de la Tebaida para hacer penitencia hasta su muerte.

Muere penitente reconciliada por los años 348 y se le honra en las Menologías griegas tal día como hoy.

Es patrona de Alejandría y se la representa arropada con ricas y coloreadas sedas, con un espejo, símbolo de la coquetería, y una gargantilla de perlas que representan sus riquezas mal adquiridas.


Santa Pelagia de Antioquia



Pelagia, era una muy celebrada y conocida comediante (bailarina) en Antioquía. Corría entonces el siglo V. Siendo muy joven, había estado con los catecúmenos, olvidándolo después.

Se la presenta como una de las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema", quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes de la extrahermosa eran collares de perlas.

Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse, en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo.

Se cuenta que un domingo, Pelagia, por curiosidad volvió a entrar a un templo, y al oír al obispo predicar sobre el infinito tesoro de la misericordia de Dios, su corazón se conmovió. Quiso rezar pero no pudo, porque ya no recordaba cómo hacerlo. Abandonó el templo con el deseo de dejar esa vida desordenada que llevaba. Se decidió a escribir al obispo. Le decía en su carta: "Al santo discípulo de Jesús: He oído decir que tu Dios bajó del cielo a la tierra para salvación de los hombres. Él no desdeñó hablar con la mujer pecadora. Si eres su discípulo, escúchame. No me niegues el bien y el consuelo de oír tu palabra para poder hallar gracia, por tu medio, con Jesucristo, nuestro Salvador."

El obispo, creyó en la sinceridad de Pelagia. Así fue bautizada y confirmada, recibiendo la Eucaristía. Desde ese momento, cambió su vida. Repartió entre los pobres sus joyas y bienes, liberó a sus esclavos y vistiendo una humilde túnica, dejó Antioquía, fue a Jerusalén y allí cerca halló una gruta, donde se decidió a morar, haciendo una vida austera, penitencia y oración. Por prudencia, ocultó su condición de mujer, y quien le preguntaba el nombre respondía que era "Pelagio". En ese tiempo, se desarrollaba el concilio de Antioquía y un diácono del obispo queriendo ir a Jerusalén, le pidió permiso al obispo para ir allí, diciendo que quería conseguir noticias sobre un ermitaño llamado Pelagio.

Llegó a encontrar a Pelagio en su cueva, quien lo recibió y volvió luego a encerrarse a rezar. Se cuenta que cuando volvió el diácono, Pelagio, ya no respondió. Cuando entraron en la cueva, encontraron muerto al ermitaño. Al disponerse a ungirlo con mirra -como entonces se usaba-, hallaron que era una mujer.

Vinieron entonces de los monasterios mujeres que estaban en Jericó y en el Jordán y marchando con cirios y luminarias y cantado himnos, dieron sepultura al cuerpo de Pelagia. Era un 8 de octubre del año 468.

Las singulares características de esta santa nos proporcionan la oportunidad de recordar que el riguroso apartamiento de los ermitaños no es una rareza, sino el fruto de un decidido y exclusivo anhelo de buscar a Cristo. Figuras como las de Pelagia, recordaban proféticamente a la Iglesia de su tiempo el verdadero orden de los valores, oscurecido frecuentemente por los crecientes compromisos temporales.

Es patrona de cómicas y arrepentidos, y tiene por atributo una máscara teatral.

Santa Brigida, Viuda



Hija del gobernador de Uplandia en Suecia, a la edad de siete años, tuvo una visión de la Madre del Cielo, y a los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, soñó con el Señor Jesús, convirtiendose la Pasión del Cristo en centro de su vida espiritual. Antes de cumplir los catorce años, la joven contrajo matrimonio con Ulf, y Dios le dio 28 años de felicidad matrimonial, cuyos frutos fueron cuatro hijos y cuatro hijas, una de las cuales es venerada con el nombre de Santa Catalina de Suecia.

En 1355, la santa fue llamada por la corte del rey Magno II para convertirse en dama de honor de la reina Blanca de Namur.

Una penosa enfermedad postró en cama a su esposo por largo tiempo, pero gracias a las oraciones de la santa, éste recobró la salud, por lo que ambos prometieron consagrarse a Dios en la vida religiosa. Según parece, Ulf murió en 1344 en el monasterio cisterciense de Alvastra, antes de poner en obra su propósito. La santa, por su parte, se quedó cuatro años más en este convento dedicada a la penitencia y oración.

Las visiones y revelaciones de Santa Brígida se referían a los asuntos más polémicos de su época; y muchos reconocen que gracias a estas visiones, se lograron algunos acuerdos de paz, estableciendose relaciones políticas entre los estados, entre otras cosas. Estas visiones fueron escritas en latín por el prior del monasterio, Pedro de Skninge, quien fue el único a quien la santa le confiaba con exactitud sus visiones divinas en calidad de confesor.

Por revelación divina, la santa fundó en Vadstena un monasterio, y más adelante, la orden del Santísimo Salvador. Su ministerio apostólico comprendió su austeridad, su devoción y peregrinación a los santuarios, su severidad consigo misma y su bondad con el prójimo y su entrega total al cuidado de los pobres y enfermos.

El 23 de julio de 1372, Santa Brígida fallece a los 71 años en manos de su fiel confesor. Fue canonizada en 1391 y es venerada como la patrona de Suecia.

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viernes, 15 de marzo de 2019

Lecturas y Santoral 15/03/2019. Viernes de la primera semana de Cuaresma

¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y viva?
Primera Lectura. Ezequiel 18,21-28
Esto dice el Señor Dios:
"Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado - oráculo del Señor Dios-, y no que se convierta de su conducta y que viva?
Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá.
Insistís: "No es justo el proceder del Señor". Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá".

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 129, 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?.
Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?.
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Vete primero a reconciliarte con tu hermano
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 20-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: Todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la "gehena" del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo".

Palabra de Dios.

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Santa Luisa de Marillac, fundadora / Saint Louise De Marillac (1591 – †1660)


Nació en Francia el 12 de Agosto de 1591. Huérfana a los 14 años, sintió un fuerte deseo de convertirse en religiosa, pero por su delicada salud, y su débil constitución no fue admitida.

Se casó con Antonio Le Grass, secretario de la reina de Francia, María de Médicis, convirtiendose en un modelo de esposa pues con su bondad y amabilidad logró transformar a su esposo que era duro y violento, y hasta obtuvo que en su casa todos rezaran en común las oraciones de cada día. Dios le concedió un hijo, a quien amó e inculcó una sólida fe católica desde pequeño.

A los 34 años falleció su esposo, y decidió entonces consagrar su vida al servicio de Dios. Esta santa mujer tuvo la dicha inmensa de tener como directores espirituales a dos santos muy famosos y extraordinariamente guías de almas: San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl. Con San Francisco de Sales tuvo frecuentes conversaciones espirituales en París en 1618 (tres años antes de la muerte del santo) y con San Vicente de Paúl trabajó por treinta años, siendo su más fiel y perfecta discípula y servidora.

Santa Luisa de Marillac se ofreció para coordinar y dirigir a los grupos de caridad. La santa recorrió el país visitando las asociaciones de caridad, llevandoles gran cantidad de ropas y medicinas para entregar a los más necesitados. En 1633, el 25 de marzo, las primeras cuatro jóvenes hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, bajo la dirección de Santa Luisa, naciendo así la más grande comunidad femenina que existe, las Hermanas Vicentinas, Hijas de la Caridad. Falleció el 15 de Marzo de 1660, después de sufrir una dolorosa enfermedad y dejando fundada y muy extendida la más grande comunidad de religiosas.

En el año 2010 se celebró el 350 aniversario. Para más información, por favor visitad http://hijascaridad.org/

San Clemente María Hofbauer Fundador (1751-1820)


Nació en Tasswitz, Moravia, en la actual República Checa, aunque en esa época formaba parte del Imperio Austriaco. Su familia era pobre; el padre era carnicero y tuvo doce hijos, de los cuales Clemente era el más joven.

Su deseo siempre fue volverse sacerdote, pero tuvo que trabajar como ayudante de panadero por la difícil situación económica de su familia. Finalmente encuentra empleo como sirviente en el monasterio de Bruck. Más tarde vivió algún tiempo como ermitaño.

Realizó varias peregrinaciones a pie a Roma. Ahí encontró la protección del obispo de Tívoli, quien después se convertiría en el papa Pío VII. Finalmente, en 1785 profesa como sacerdote con la Congregación de Redentoristas.

De regreso en Viena, gracias al apoyo de sus benefactores, pudo concluir sus estudios de teología. Fundó numerosas casas de Redentoristas en el norte de Europa, por lo que le conoció como su segundo fundador.

San Clemente fue enviado a Varsovia, Polonia, donde predicó con tanto éxito que convirtió a numerosos judíos y protestantes al catolicismo. Ahí fundó varios orfanatos para recoger y atender a los niños abandonados.

Cuando Napoleón invade Polonia, San Clemente es expulsado del país, de modo que regresa a Viena a continuar con sus prédicas. Eran tan fervientes que le valieron la enemistad del emperador, quien había proscrito la Orden de los Redentoristas, pero permaneció en esa ciudad por intercesión del papa.

San Clemente María Hofbauer se dedicó entonces a administrar el sacramento de la reconciliación y a atender a los enfermos. Su confesionario llegó a tener mucha influencia por la cantidad de gente que acudía a verle.

El quince de marzo de 1820, entrega su alma a Dios. Deja 32 novicios en su Congregación. Al día siguiente de su muerte, el 16 de marzo, el día de su entierro, llega la orden del emperador aprobando que en Austria se extienda la Comunidad de los Padres Redentoristas. Se cumple así lo que el santo había anunciado: "Tengamos paciencia y confianza en Dios, que después de mi muerte, la Congregación se extenderá por nuestra nación". Y así sucedió. San Clemente María Hofbauer es conocido como el "Apóstol de Viena".

San Clemente apóstol: Ayúdanos a formar muchos apóstoles seglares que defiendan y extiendan nuestra santa religión.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 2 de noviembre de 2018

Lecturas y Santoral 02/11/2018. Viernes de la trigésima semana de Tiempo Ordinario. Fieles Difuntos

Es bueno esperar en silencio la salvación del Señor
Primera Lectura. Lamentaciones 3, 17-26

He perdido la paz, me he olvidado de la dicha; me dije:
"Ha sucumbido mi esplendor y mi esperanza en el Señor".
Recordar mi aflicción y mi vida errante es ajenjo y veneno; no dejo de pensar en ello; estoy desolado; hay algo que traigo en la memoria, por eso esperaré:
Que no se agota la bondad del Señor, no se acaba su misericordia; se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!; me digo:
"¡Mi lote es el Señor, por eso esperaré en él!".
El Señor es bueno para quien espera en él, para quien lo busca; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. 129, 1b-2. 3-4. 5-6. 7. 8
Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del señor viene la misericordia,
la redención copiosa.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
Y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Desde lo hondo a ti grito, Señor.
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En la casa de mi Padre hay muchas moradas
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no; os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino".
Tomás le dice:
"Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?".
Jesús le responde:
"Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí".

Palabra de Dios.

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Conmemoración de los Fieles Difuntos


La Iglesia, después de celebrar ayer la fiesta de todos sus hijos bienaventurados ya en el cielo, se interesa hoy ante el Señor en favor de las almas de todos cuantos nos precedieron en el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, para que, purificados de toda mancha de pecado, puedan gozar de la felicidad eterna.

Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena y que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que los que mueren en gracia y amistad de Dios pero no perfectamente purificados, pasan después de su muerte por un proceso de purificación, para obtener la completa hermosura de su alma.

La Iglesia llama "Purgatorio" a esa purificación; y para hablar de que será como un fuego purificador, se basa en aquella frase de San Pablo que dice: "La obra de cada uno quedará al descubierto, el día en que pasen por fuego. Las obras que cada cual ha hecho se probarán en el fuego". (1Cor. 3, 14).

La práctica de orar por los difuntos es sumamente antigua. El libro 2º de los Macabeos en el Antiguo Testamento dice: "Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados" (2Mac. 12, 46); y siguiendo esta tradición, la Iglesia desde los primeros siglos ha tenido la costumbre de orar por los difuntos.

Al respecto, San Gregorio Magno afirma: "Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso". Estos actos de piedad son constantemente alentados por la Iglesia.


El primer prefacio de difuntos nos enseña que "en Cristo brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad; porque la vida de los que creemos en el Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo".

Celebramos, pues, la victoria de Cristo, y de nosotros con Él, sobre la muerte. Y hacemos memoria de cuantos, habiendo compartido ya la muerte de Jesucristo, están llamados a compartir también con Él la gloria de la resurrección. Mientras nosotros pedimos por los difuntos, ellos interceden por nosotros.

Oración: Escucha, Señor, nuestras súplicas para que, al confesar la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, se afiance también nuestra esperanza de que todos tus hijos resucitarán. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración:Oh Dios, gloria de los fieles y vida de los justos, nosotros los redimidos por la muerte y resurrección de tu Hijo, te pedimos que acojas con bondad a tus siervos difuntos, y pues creyeron en la resurrección futura, merezcan alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración:Oh Dios, que resucitaste a tu Hijo para que, venciendo la muerte, entrara en tu reino, concede a tus siervos difuntos que, superada su condición mortal, puedan contemplarte para siempre como su Creador y Salvador. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

San Malaquías de Armagh obispo (1094-1148)



San Malaquías fue hijo del Lector de la escuela monacal de Armagh. En 1119 fue ordenado sacerdote por San Celso, por entonces obispo de Armagh, con quien colaboró estrechamente.

En aquella época, las guerras, alzamientos e invasiones que sufría Irlanda ocasionaron también la debilidad de la organización eclesiástica en la isla, y San Malaquías se propuso restaurar el orden.

Así, San Malaquías ingresa en 1122 al monasterio de Lismore, y dos años más tarde es nombrado obispo de Connor, diócesis a la que pertenecía el monasterio de Bangor, que Malaquías reconstruyó y transformo en modelo de la vida monacal.

Al fallecer San Celso en 1132, en medio de intrigas cortesanas (San Malaquías era para entonces confesor del rey Cormac) San Malaquías fue designado su sucesor como obispo de Armagh.

En 1139, San Malaquías emprende una larga travesía a Roma para recibir del papa Inocencio II el palio para Armagh, que lo convertía en delegado papal en Irlanda. Durante el viaje conoce a San Bernardo de Claraval, o Clairvaux, quien se volvió su amigo y le apoyó con las reformas de la Iglesia irlandesa.

Durante el camino a Roma, a San Malaquías le fueron reveladas las llamadas Prophetia de summis pontificibus, 111 profecías formuladas simbólicamente acerca de los papas venideros, comenzando con Celestino II (1143-1144).

De acuerdo con esto, los últimos papas han sido: Paulo VI, Flos Florum, "Flor de flores"; Juan Pablo I, De Medietate Lunae, "El de la media luna"; Juan Pablo II, De Labore Solis, "El del trabajo del sol"; y Benedicto XVI, Gloria Olivae, "La gloria del olivo".

Según los vaticinios de San Malaquías, quedaría un solo papa, Petrus Romanus, "Pedro el Romano", quien sería el encargado de gobernar a la cristiandad "cuando Roma sea destruida y llegue el fin de los tiempos".

Al regresar a su país, San Malaquías de Armagh introdujo la liturgia romana a Irlanda y emprendió las necesarias reformas organizativas. En un viaje subsecuente a Roma, San Malaquías falleció en Clairvaux, se dice que en los brazos de su amigo San Bernardo.

San Malaquías de Armagh fue canonizado en 1190 por el papa Clemente III.

San Malaquías de Armagh nos enseña a esperar con serenidad los designios ocultos de Dios.

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