sábado, 11 de abril de 2015

Sábado de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 11-04-15

No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 4, 13-21
En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar:
- "¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre."
Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron:
-"¿Puede aprobar Dios que os obedezcamos a vosotros en vez de a él? juzgadlo vosotros. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído."
Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Hechos-4,13-Pedro-Juan-Sanedrin-escribas-ancianos
Salmo Responsorial. Salmo 117,1 y 14-15.16-18.19-21
Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
El Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos.

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
La diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Marcos 16, 9-15
Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.
Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.
Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca.
También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.
Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo:
- "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-32
San Estanislao de Cracovia
San Estanislao obispo de Cracovia y martir

Nació en Szczepanowski (Cracovia, Polonia) hacia el año 1030. Hizo sus estudios en París y fue ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia, Lamberto, a quien sucedió el año 1071, después de haber ejercido el ministerio como canónigo y predicador.

Fue un buen pastor al frente de su diócesis, ayudó a los pobres y oprimidos y cuidó la formación de sus clérigos, a los que visitaba todos los años. Defendió con entereza la libertad de la Iglesia, la civilización y las costumbres cristianas frente a las injusticias de su tiempo. El 11 de abril de 1097, mientras celebraba la eucaristía, fue asesinado por el rey Boleslao, a quien había increpado por su mala conducta.

Fue canonizado en Asís el año 1523 por Inocencio IV.

Oración: Señor, tú has otorgado a san Estanislao, tu obispo, la gracia de sucumbir en aras de tu gloria bajo la espada de los perseguidores; concédenos, por su intercesión, perseverar con firmeza en la fe, hasta la muerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


Santa Gema Galgani

Santa Gema Galgani


Santa Gemma nació el 12 de marzo de 1878 en el pueblo de Borgonovo
de Capannori, Italia. Tuvo como padre a Enrique Galgani y Aurelia Landi,
quienes tuvieron 8 hijos –Carlos, Guido, Héctor, Gino, Antonio,
Angelina y Julita–. De ellos, Gemma fue la cuarta en nacer y la
primera niña de la familia.

Al día siguiente, Gemma fue bautizada por el Padre Pedro Quilici,
Párroco de San Miguel, bajo los nombres de Gemma Hipólita
Pía. Luego de un mes, toda la familia se mudó a Lucca,
donde vivió el resto de su vida.

Desde muy niña Gemma mostró signos de santidad. Cuando tenía
cuatro años, estaba de visita en la casa de su abuelita, cuando
un día, ésta al entrar en su cuarto, la encontró
de rodillas frente a una imagen de la Virgen. La abuela corrió
a llamar al tío, quien la contempló por largos minutos;
luego le dijo: "¡Gemmita! ¿Que estas haciendo?. La
niña, sin inmutarse, contestó: "Estoy rezando el
Ave María. Salid que estoy en oración". Desde esta
tierna edad, la oración era ya para ella el sostén de
su vida y de sus virtudes.

Nos podríamos preguntar: ¿Quién enseñó
a Gemma a amar a Jesús y a María?. Su primera y gran maestra
en la escuela del amor a Jesús fue su madre, Doña Aurelia,
quien inculcó en el corazón de su hija lo que sería
el distintivo especial de toda su vida: Su amor a Cristo Crucificado,
del que llegaría a ser como imagen viva, y a la Santísima
Virgen, que hizo su santidad tan dulce y atrayente.

Al hablar sobre su infancia, Santa Gemma señaló: "De
lo primero que me acuerdo es que mi mamá, cuando yo era pequeñita,
acostumbraba a tomarme a menudo en brazos y, llorando... me enseñaba
un crucifijo y me decía que había muerto en la Cruz por
los hombres".

Había también, entre ellas, diálogos como este: "Hija mía
–me decía mamá– yo moriré pronto y tendré
que dejarte. Si pudiera te llevaría conmigo. ¿Te gustaría
venir?".

—"¿Y a dónde vamos?", le preguntaba yo.

—"Al Paraíso con Jesús y con los ángeles."

A los siete años de edad, el 26 de Marzo de 1885, Gemma recibió
la Confirmación por medio de Mons. Nicolás Ghilardi, Arzobispo
de Lucca. Durante la Ceremonia se desarrolló entre el Espíritu
Santo y Gemma este diálogo:

—De repente, una voz me dijo al corazón: -"¿Quieres darme
a tu mamá?"

—"Sí",
respondí, "pero llévame también a mí".


—"No",
me replicó la voz, "dame generosamente a tu mamá.
Tu debes quedar por ahora con papá. Llevaré a tu mamá
al cielo, ¿sabes?, ¿me la entregas de buena gana?".


—Tuve que decir
que sí. Acabada la misa fui corriendo a casa. ¡Dios mío!
Miraba a mamá y lloraba, no podía contenerme.

Mi madre Santa María

Al morir su mamá, Gemma indicó: "Al perder a mi madre
terrena me entregué a la Madre del cielo. Postrada ante su imagen,
le dije: "¡María!, ya no tengo madre en la tierra;
se tú desde el cielo mi Madre". Y también expresó:
"¡Oh, cuántas veces –dice la santa– depositando
en mi Mamá del cielo las angustias y penalidades de mi corazón
afligido, ella me consolaba! Sí; yo recuerdo que hallándome
en las mayores angustias, huérfana de madre en la tierra, me
tendió cariñosamente los brazos la Madre del cielo".


Primera Comunión

Para Santa Gemma, la Eucaristía era el centro de su vida. Este deseo
de recibir a Jesús en la Sagrada Hostia iba en aumento mientras
pasaban los años. Si bien era cierto que ya estaba Confirmada,
no podía recibir la Primera Comunión ya que no tenía
la edad requerida en ese momento para recibir el Sacramento. Santa Gemma
tenía 9 años.

Fue su confesor, el Obispo de Lucca, Monseñor Volpi, quien conociendo
el anhelo tan grande de su corazón, le dijo a su padre que si
no le daba el permiso para recibir la Comunión, Gemma moriría
de dolor.

Fue así que Don Enrique dio el permiso para que las religiosas del
Colegio de Santa Zita, donde Gemma asistía, la preparasen para
recibir este Sacramento. Inmediatamente comenzó un retiro de
15 días con las demás niñas del colegio. Dice Santa
Gemma: "Apenas me vi en el convento rebosaba de felicidad. Corrí
a la capilla a dar gracias a Jesús y le pedí con gran
fervor la gracia de prepararme bien para la primera comunión".


Hizo confesión general tres veces sucesivas con Monseñor Volpi,
quien sería su confesor ordinario.

Llegó, por fin, el día tan anhelado, 17 de Junio 1887, fiesta del Sagrado
Corazón. Las vivencias de Santa Gemma solo ella las puede explicar:
"me siento incapaz de describir la experiencia de aquel encuentro.
En ese momento comprendí que las delicias del cielo no son como
las de la tierra. Hubiera anhelado no interrumpir nunca aquella unión
con mi Dios. Me sentía cada vez más desprendida del mundo
y más dispuesta para la unión con el Señor. Aquella
misma mañana Jesús despertó en mi un gran deseo
de ser religiosa".

A raíz de la primera comunión se afianza la vocación
de Gemma. Ella misma lo afirma: "sentía desarrollarse en
mí un ardiente anhelo de padecer y de ayudar a Jesús a
sobrellevar la Cruz".

Más adelante, fallece su papá, situación dolorosa que produce
la separación de los hermanos. Héctor emigra al Brasil,
donde muere. Guido abandona la práctica religiosa e interrumpe
sus estudios de farmacia en Pisa, que más tarde concluye. Julia
y Angelina se quedan con las tías Elena y Elisa. Gemma y Antonio
se refugian en Camaiore con los tíos Carolina Galgani y Domingo
Lencioni.

Gemma poco a poco se fue alejando del Señor, aunque Él nunca
la dejo de proteger y librar de pecados graves. Esta crisis se da hasta
cuando tenía 20 años, en este momento Jesús permite
una enfermedad grave para que Gemma retorne a Él con todo su
corazón y nunca más se distraiga con las cosas del mundo.
Ella cuenta: "De repente comencé a andar jorobada y a sentir
dolores de riñón. Resistí durante algún
tiempo, pero como la cosa iba peor, pedí permiso a la tía
para regresar a Lucca".

Al continuar el dolor, el médico la atendió y diagnóstico
osteítis en las vértebras lumbares con sucesivo absceso
frío en los inguinales. Se quedó paralítica de
ambas piernas. El 28 de Enero de 1899 le sobreviene un dolor insoportable
en la cabeza, fruto de una otitis media purulenta aguda con participación
del mastoide. Los médicos, viendo que los remedios no producían
mejoría y que la enfermedad avanzaba, la desahuciaron; solo por
cumplimiento acuden de cuando en cuando a verla.

El 8 de Diciembre, Fiesta de la Inmaculada, Santa Gemma, indicó:
"le dije a Jesús que no rezaría más si no
me curaba. Y le pregunté qué pretendía teniéndome
así. El ángel de la guarda me respondió: -Si Jesús
te aflige en el cuerpo es para purificarte cada vez más en el
espíritu".

San Gabriel de la Dolorosa
Su antigua profesora, sor Julia Sestini, le contó la biografía
de un joven pasionista, llamado Gabriel de la Dolorosa. Una señora
piadosa, Cecilia Giannini, acudió a practicar una obra de misericordia
con Gemma; un día la visitó, y para que se distrajera
le prestó la biografía de Gabriel de la Dolorosa, escrita
por un desconocido P. Germán de San Estanislao, C.P. ¡Cómo
son las cosas del Señor! Estas dos personas serían para
Santa Gemma, en los últimos años de su vida dos grandes
regalos de Dios. Doña Cecilia sería la que cuidaría
de ella, y estaría al tanto de sus éxtasis y experiencias
místicas y el P. Germán sería el director espiritual
que el mismo Señor le enviaría para que guiara su alma
y para confirmar luego la autenticidad de su vida.

Dice Santa Gemma: "Tomé el libro con desprecio y lo puse debajo
de la almohada... Un día estaba sola. Serían como las
doce. Me sobrevino una fuerte tentación, y me decía para
mí que estaba aburrida de todo. El demonio se valió de
esto para tentarme, diciéndome que si le hacía caso me
curaría. Estuve a punto de sucumbir. Pero de repente me vino
una idea; recurrí al Venerable Gabriel y le dije: Primero el
alma, después el cuerpo".

Superada esta tentación, comenzó a leer el libro de la vida del
Venerable Gabriel y queda maravillada. No se cansa de admirar sus virtudes.
Cuando doña Cecilia volvió para recoger su libro le costó
mucho a Gemma devolvérselo. Aquella misma noche, "se me
apareció (Gabriel) vestido de blanco. No lo reconocí....
se quitó la túnica blanca y se apareció vestido
de pasionista."

Me dijo: "Ya ves qué agradable ha sido tu sacrificio. He venido
yo mismo a verte. Procura ser buena y volveré."

En otra ocasión se le apareció de nuevo el Ven. Gabriel y
esta vez le dijo que hiciese un voto de hacerse religiosa, pero que
no añadiera nada más.

"¿Y por qué?", le pregunté.
"Me sonrió y me miró. Me puso el escudo pasionista y repitió:
'Hermana mía...', y desapareció."

La curación
Su salud empeoraba, y le sugirieron que le pidiera a la Beata Margarita
María por el milagro de su sanación. Ella inició
la novena al Sagrado Corazón varias veces pero su debilidad no
le permitía continuarla. El día 23 de Febrero 1899, recomienza
en serio la novena, y en la noche del día 1 al 2 de Marzo ocurre
esto: Faltando algunos minutos para la media noche, Gemma escuchó
el rozar de las cuentas de un rosario y sintió una mano que se
le posó en la frente, la voz que escuchaba rezar le preguntó:


—¿Quieres curarte?.

—"Todo me da igual", le respondí.

—Te curarás.
Ruega con fervor al Sagrado Corazón...

—"¿Y a la Beata Margarita?", pregunté.

—"Añade en su honor tres veces el 'Gloria'". (La Beata Margarita es hoy
Santa Margarita María)

"En el penúltimo día de la Novena quería recibir la
Comunión, ya que terminaba en Primer Viernes del mes de marzo.
Comulgué muy temprano. ¡Que momentos tan deliciosos pasé
con Jesús! El me repetía: '¿Quieres curarte?'.
No pude contestar por la emoción. ¡Pobre Jesús!
La gracia había sido concedida. ¡Estaba curada!".


Al amanecer del 2 de marzo se levantó con sus propios pies y toda
la familia al verla lloraba de alegría ante aquel milagro de
Dios. Este milagro es la antesala de otras grandes gracias que Santa
Gema recibiría durante su vida. Su amor por Cristo crucificado
y su anhelo de ser solo para Jesús la llevarían a cada
vez más a ofrecerse al Señor como víctima de amor.


Los estigmas

El 8 de Junio 1899, Víspera de la Fiesta del Sagrado Corazón,
luego de haber sido rechazada en varias comunidades religiosas a causa
de su frágil salud, Jesús la eleva en este día
a la categoría de "Víctima". Al respecto, Santa
Gema cuenta: "Después de la Comunión, Jesús
me avisó de que por la tarde me haría una gracia grandísima.
Se lo dije a Monseñor Volpi, y este me dijo que estuviese atenta
y que se lo contara luego. Llegó la tarde. De repente me asaltó
un fuerte dolor de mis pecados. Después me sentí recogida...
Al recogimiento sucedió la pérdida de los sentidos y me
hallé en presencia de mi Madre Celestial y del angel de la guarda,
que me mandó hacer un acto de contrición. Después
mi Madre me dijo: "Hijita, en nombre de Jesús te sean perdonados
tus pecados. Mi Hijo te ama mucho y quiere hacerte una gracia muy grande.
Sabrás hacerte digna de ella... Yo seré tu Madre. Sabrás
mostrarte verdadera hija". Me cubrió con su manto, y en
ese instante apareció Jesús. De sus llagas no salía
sangre sino llamas de fuego, que vinieron a cerbarse en mis manos, pies
y costado. Creía morir y habría caído al suelo
si mi Madre no me hubiera sostenido. Permanecí así varias
horas. Después mi Madre me besó en la frente, desapareció
y me hallé de rodillas. Seguía sintiendo un dolor fuerte
en las manos, pies y costado. Me levanté para acostarme, pero
noté que de estas partes manaba sangre..."

Santa Gema, la víctima de Jesús, comienza a "suplir en
su carne lo que le falta a la Pasión de Cristo". Este hermoso
regalo se repetirá en las tardes del jueves al viernes, todas
las semanas. Para disimular las llagas usa guantes.

Su Confesor

Conversando con la señora Cecilia Gianni, Gema oye hablar del P. Germán
de San Estanislao, le pide a Jesús que se lo muestre y el Señor
lo hace en un éxtasis y le dice que este es el sacerdote que
guiará su alma. Efectivamente el P. Germán se convierte
en el confesor y director extraordinario de Gema, quien es testigo de
las obras de Dios en su alma.

Muchos fenómenos relacionados con la Pasión se dieron en la vida
de Santa Gema; además de las estigmas, tuvo sudor y lágrimas
de sangre. Se la vio padeciendo la flagelación. Recibió
un regalo que apreció con todo su corazón. Su ángel
de la guarda un día le mostró dos coronas y le pidió
que escogiese la que ella quisiera, y ella escogió "la de
Jesús".

Su Ángel de la Guarda

Santa Gema tenía una relación muy particular con su ángel
de la guarda, que siempre le acompañaba y le protegía,
e incluso muchas veces le servía de "cartero", llevando
sus cartas al P. Germán. Se asegura que también tenía
el don de leer los corazones y que en varias ocasiones le dijo a varios
religiosos que abandonarían la religión, cosa que sucedió
mas tarde, confirmando este don de su corazón.

Hay una anécdota muy preciosa que le sucedió a Santa Gema
en la casa Giannini. En el comedor de la casa hay un crucifijo grande
al que toda la familia tenía gran devoción. También
Gema en muchas ocasiones le hacía pequeñas "visitas",
orando frente el. Un día, al tiempo que Gema preparaba la mesa,
alzó los ojos hacia su Jesús y le dijo que tenía
hambre y sed de Él. Siente ansias de dar un beso a la imagen,
pero no alcanza porque estaba alta. Jesús le sale al encuentro.
Desprendiendo un brazo de la cruz, la atrae, la abraza muy estrechamente,
permitiéndole apagar su sed en la fuente viva de su costado abierto.


El combate contra el enemigo
Jesús dijo cierto día a Gema: "Prepárate, pues el demonio
será quien dé la última mano a la obra que en ti
deseo ejecutar". Y estas palabras del Señor se cumplieron
al pie de la letra. El demonio detestaba a Gema; le daba golpes, la
tentaba contra la pureza con pensamientos e imágenes sugestivas
y grotescas; trataba de impedir que comulgase e incluso llegó
a aparecérsele bajo la apariencia del mismo Jesús.

Por todos los medios trataba de privarla de dirección espiritual,
insinuándole cosas malas acerca de sus confesores, o haciéndose
pasar por ellos. Era una guerra constante y continua que duró
hasta su misma muerte. Era de esperar esta guerra de parte del demonio
ya que serían muchas las almas que se beneficiarían de
los sufrimientos y oraciones de Santa Gema, y mas aún, ella solo
quería conformarse con la voluntad de Dios para su vida. Esto
hacía que el demonio se revolcara de rabia, porque no podía
vencerla.

Tanta era la rabia que sentía hacia la pureza de Santa Gema que un
día la tentó visiblemente, de tal modo que, no pudiendo
huir de él, hizo la señal de la Cruz y se arrojó
en un pozo de agua helada en el jardín. Su ángel la sacó
y la felicitó por su gran amor a la pureza, por su valentía
y por su triunfo.

En otra ocasión, cuando la santa, por orden del P. Germán,
escribía su vida: "dándose cuenta el demonio del
fruto que podía hacer (el libro de su vida), se lo robó
gritando: '¡Guerra, guerra a tu Padre!, tu escrito está
en mis manos'; y se relamía y se revolcaba en el suelo de la
satisfacción."

El P. Germán, enterado por una carta de Gema, se fue al sepulcro
de San Gabriel de la Dolorosa y allí, leyó los exorcismos,
ordenando al demonio que volviese el manuscrito a su lugar. El demonio
lo devolvió todo chamuscado, aunque perfectamente legible, como
se conserva todavía hoy en el Convento de los Pasionistas de
Roma, produciendo honda impresión en cuantos lo ven.

Escribe la santa: "El demonio me hace sufrir mucho, pero siempre terminan
por vencerle Jesús y María, o bien el Ángel o San
Pablo de la Cruz o el hermano Gabriel; siempre son estos tres."


"¡Si viera cómo escapa tan luego como se presenta alguno de ellos!.."


Más adelante, al despedirse por última vez del Padre Germán,
el demonio no reconoció límites su bestialidad durante
siete largos meses. Perturbaba su imaginación con horribles fantasmas
con el fin de producirle estados de ansiedad, tristeza, amargura y temor,
que la indujeran a la desesperación. Le decía muchas veces:
"Ahí tienes lo que has conseguido con tus fatigas en el
servicio de Dios"; y le presentaba tales figuras contra la pureza,
que escribió al P. Germán: "Padre mío, pídale
a Jesús que me cambie esta cruz por cualquier otra. Haga desde
ahí los exorcismos para que este perverso se vaya, o mande a
su ángel para que lo ahuyente".

Viendo que con tentaciones no podía vencerla, empezó a maltratarla
con los golpes más brutales y en forma de bestias feroces, que
amenazaban despedazarla. Dirigiéndose entonces a María
Santísima, le decía: "Madre mía; me encuentro
bajo el poder del demonio que quiere arrancarme de las manos de Jesús.
Ruéguele por mí. ¡Viva Jesús!".

Jesús y María, complacidos al ver como luchaba, le enviaban a San Pablo
de la Cruz o a San Gabriel para animarla. El mismo Jesús le dijo:
"Hija mía; humíllate bajo mi mano poderosa y lucha,
que tu lucha te conducirá a la victoria".

Entrega su vida por un pecador
Le escribía al P. Germán: "Usted siempre me recomienda
paz. Gracias a Dios la tengo siempre, aunque a veces en lo exterior
parezca seria. Y tendré mayor aún, cuando se convierta
mi pecador".

Este pecador al que se refiere la santa, era un sacerdote que había
dejado el sacerdocio hacía ya doce años y daba mucho escándalo
con su vida, haciendo que muchos se perdieran. Santa Gema viendo que
los sacrificios que ofrecía no eran suficientes, pidió
permiso a su director, para ofrecerle al Señor la mitad de su
vida por su conversión; el padre dijo que sí y Jesús
aceptó el intercambio.

Este sacerdote se convertiría dos días antes de Gema morir,
dándole a ella un gran consuelo, exactamente en el plazo que
ella había ofrecido al Señor. (Pasados los doce años
que aquel sacerdote andaba descarriado; doce años y medio es
la mitad de la vida de Santa Gema quien morirá en sus 25 años).


El tránsito hacia el Padre Celestial

Gema había pedido a Jesús morir crucificada con Él,
y crucificada moriría. Como a las diez de la mañana doña
Cecilia pensaba retirarse un poco y Gema le dijo: "No me dejes,
mamá, mientras no esté clavada en la cruz, pues Jesús
me ha dicho que tengo que morir crucificada como Él". Momentos
después entró en éxtasis profundo, extendió
un poco sus brazos y, en esta posición permaneció hasta
mediodía. Su semblante era mezcla de amor y dolor, de calma y
desolación... ¡Agonizaba, como Jesús en la Cruz!
Los presentes la contemplaban atónitos. Era
Viernes Santo, 10 de Abril de 1903.

A las ocho de la mañana del sábado, se le administró
la Extremaunción (hoy día se le llama Unción de
los Enfermos), a cuyo rito sagrado contestó con pleno conocimiento.
A doña Cecilia que le habló del P. Germán le dijo:
"Ya he ofrecido a Dios el sacrificio de todo y de todos, para prepararme
a morir".

Tomó entonces el crucifijo en las manos y exclamó: "¡Jesús!...
¡En tus manos encomiendo mi pobre alma!"; y volviéndose
a la imagen de María, añadió: "¡Mamá
mía!, recomienda a Jesús mi pobre alma... Dile que tenga
misericordia de mí".

De repente toda señal de agonía desapareció, y una
sonrisa de cielo se dibujó en sus labios. Dos lágrimas
corrieron de sus ojos. El párroco, que estaba presente exclamó:
"Jamás he presenciado muerte semejante". Y él
mismo puso sobre el pecho de Gema el escudo pasionista que llevó
al sepulcro.

Muere Santa Gema a la 1:45 p.m. del Sábado Santo, 11 de Abril de 1903.

La profecía de Santa Gema se cumplió. Los pasionistas la
rechazaron en vida, pero después de su muerte la tomaron para
sí. El Señor que había acrisolado su corazón
con el sufrimiento, también había pedido de ella el sacrificio
de no entrar en ninguna orden religiosa y ella lo aceptó y lo
ofreció al Señor, como todo lo demás.

Era necesaria una prueba irrefutable que revelara las intimidades del corazón
de aquella criatura que había amado ardientemente a Jesús.

La prueba se tuvo cuando al fin, y Dios sabe con qué sacrificios,
llegó el P. Germán a Lucca.

Ya habían pasado 14 días de la muerte de Santa Gema. El Padre
anhelaba volver a ver aquel rostro lleno de dulzura. Pero quería
sobre todo verificar los misterios de aquel corazón virginal
cuyos secretos en vida nadie mejor que él había profundizado...
"El 24 de Abril se procedió a exhumarlo. Se abrió
el cuerpo y se extrajo el corazón, que apareció fresco,
lozano, flexible, rubicundo, humedecido de sangre, igual que si estuviera
vivo. Los especialistas que practicaban la autopsia quedaron maravillados.
Estaba bastante achatado y dilatado por ambos lados, apareciendo como
más ancho que alto. Al abrirlo fluyó enseguida la sangre,
bañando el mármol donde se realizaba la intervención".
Aquella que en muchas ocasiones le había pedido al Señor
que le ensanchara el corazón para poder amarlo más, recibió
esta gracia que tanto pedía. Su corazón se conserva en
el convento Pasionista de Madrid.

El proceso para la canonización se abrió el 3 de Octubre
de 1907, cuatro años después de su muerte; el Papa Benedicto
XV dispensó el proceso de "fama de santidad", porque
era conocida ya en todo el mundo.

Gema fue Beatificada el 14 de Mayo de 1933, Año Santo del XIX Centenario
de la Redención; la Beatificó el Papa Pío XI.

Gema fue Canonizada el 2 de Mayo de 1940 (día de la Ascensión
del Señor), por el Papa Pío XII, que dijo: "Santa
Gema será la piedra preciosa de nuestro Pontificado".

Los grandes amores de Santa Gema, durante toda su vida fueron Jesús
Crucificado, la Virgen María, la Eucaristía y la sed de
conversión de las almas. Para ellos vivió toda su vida
y por ellos murió como víctima de amor.



¡Santa Gemma Galgani, ruega por nosotros!.

Oración compuesta por Santa Gemma


Aquí me tenéis postrada a vuestros Pies Santísimos,
mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante
mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan contínuos favores
como me habéis otorgado y que todavía queréis concederme.

Cuántas veces os he invocado, ¡oh Jesús!,
me habéis dejado siempre satisfecha;
he recurrido a menudo a vos,
y siempre me habéis consolado .

¿Cómo podré expresaros mis sentimientos amado Jesús?
Os doy gracias ... pero otra gracia quiero de Vos.
¡Oh, Dios mío! , si es de vuestro agrado ...
(Aquí se manifiesta la gracia que se desea conseguir).
Si no fuérais Todopoderoso no os haría esta súplica.

¡Oh Jesús!, tened piedad de mí.
Hagase en todo vuestra santísima Voluntad.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria .

(Con licencia eclesiástica)

Santa Gema Galganihttp://www.corazones.org/santos/gema_galgani.htm

http://webcatolicodejavier.org/SantaGema.html

http://www.fluvium.org/textos/lectura/lectura565.htm

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

viernes, 10 de abril de 2015

Viernes de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 10-04-15

Ningún otro puede salvar
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 4, 1-12
En aquellos días, mientras hablaban al pueblo Pedro y Juan se les presentaron los sacerdotes, el comisario del templo y lo saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús. Le echaron mano y, como ya era tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente. Muchos de los que habían oído el discurso, unos cinco mil hombres, abrazaron la fe.
Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas; entre ellos el sumo sacerdote Anás, Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a Pedro y a Juan y los interrogaron:
- "¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?"
Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió:
- "Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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San Pedro predicando Hechos de los apostoles Pentecostes
Salmo Responsorial. Salmo 117, 1-2 y 4. 22-24. 25-27a
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.

La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular
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Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera:
Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: - "Me voy a pescar."
Ellos contestan: - "Vamos también nosotros contigo."
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.
Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
Jesús les dice: - "Muchachos, ¿tenéis pescado?"
Ellos contestaron: - "No."
Él les dice:- "Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis."
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
- "Es el Señor."
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces.
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: - "Traed de los peces que acabáis de coger."
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: - "Vamos, almorzad."
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-lago-cristo-glorioso-Jesus-06
Ezequiel, profeta (s. VII a. C.)
Ezequiel

Cuando vive, ya se ha terminado el imperio asirio con la caída de Nínive; ahora los poderosos son los caldeos, con Nabucodonosor.

Es una época dificultosa para el pueblo de Israel. En Jerusalén reina Joaquín, hijo del piadoso rey Josías, que murió en la batalla de Megiddo (609 a. C.). En un primer momento, Joaquín intenta halagar al coloso babilónico, pero termina uniéndose en coalición con pequeñas potencias contra Nabucodonosor. Jeremías ya dio la voz de alerta, sugiriendo la sumisión, pero el orgullo de los elegidos la hizo imposible. En 598, los babilonios ponen cerco a Jerusalén y capitula Judá. Su precio es la deportación de gran parte de la población, entre ellos el rey Jeconías, hijo de Joaquín, que murió durante el asedio. Con los deportados va también el joven Ezequiel que será el profeta del exilio.

Dos etapas enmarcan su acción profética.

La primera es antes de la destrucción de Jerusalén por los caldeos (598 a. C.). Aquí el hombre de Dios se encuentra con un pueblo ranciamente orgulloso y lleno de falso optimismo, fruto de la presunción. "¿Cómo va Dios a abandonarnos? ¡Están las Promesas! Es imposible una catástrofe total". Así razonaban ante los requerimientos del profeta. Es verdad que siglo y medio antes había permitido Dios la desaparición de Samaría, el Reino del Norte; pero Jerusalén es otra cosa; Yahwéh habita en ella. Pensaban que pasaría como en tiempos de Senaquerib, un siglo antes, cuando tuvo que abandonar el asedio por una intervención milagrosa; ahora Dios repetiría el prodigio. Ezequiel no piensa como ellos. Afirma y predica que Jerusalén será destruida con el Templo. Dice a todos que ha llegado la hora del castigo divino para el pueblo israelita pecador; solo queda aceptar con compunción y humildad los designios punitivos de Yahwéh. A esta altura, el profeta tiene una misión ingrata porque es un agorero de males futuros y próximos. Para la gente sencilla y las autoridades pasa por ser considerado como un judío despreciable que no tiene categoría para comprender los altos designios del Pueblo; es un derrotista ciego de pesimismo.

La segunda fase de su profecía se desarrolla una vez consumada la catástrofe. Ahora ha de levantar los ánimos oprimidos; debe dar esperanzas luminosas sobre un porvenir mejor. Creían sus compatriotas deportados que Dios se había excedido en el castigo, o que les había hecho cargar con los pecados de los antepasados. "¡Nuestros padres comieron las agraces y nosotros sufrimos la dentera!", es el grito unánime de protesta. Ezequiel se preocupará de hacerles ver que Dios ha sido justo y que el castigo no tiene otra finalidad que la de purificarlos antes de pasar a una nueva etapa gloriosa nacional.

Y esto lo hace Ezequiel empleando un estilo que no tiene nada que ver con el de los profetas preexílicos Amós, Oseas, Isaías y Jeremías; no goza de su sencillez y frescor. Ezequiel pertenece a la clase sacerdotal, está cabalgando entre dos épocas y se aproxima a la literatura apocalíptica del judaísmo tardío. Frecuentemente, su mensaje viene expresado con el simbolismo de las visiones y también con el simbolismo de su propia existencia. Es conocidísima la visión "de los cuatro vivientes" (c. 1) en la que toda la creación simbolizada en el hombre, el toro, el león y el águila, son el trono del Creador que viene triunfante y esplendoroso a visitar a los exiliados de Mesopotamia. Y el expresivo contenido de la visión del "campo lleno de huesos" (c. 37) que reviven por el poder de Yahwéh, cubriéndose de nervios y carne, cobrando vida nuevamente. O la otra del "Templo que mana un torrente de aguas" (c. 47) para regar y hacer feracísima la nueva tierra con plenitud edénica. En todas ellas está vivo el mensaje de restauración nacional; volverá del exilio un pueblo purificado y vendrá con certeza una teocracia mesiánica.

Fue la vida profética de Ezequiel un período de veinte años (593-573) de amplia actividad para salvar las esperanzas mesiánicas de sus compañeros de infortunio, al derrumbarse la monarquía israelita.

San Miguel de los Santos Místico (1591-1625)

San-Miguel-de-los-Santos

Nació en Vich, cerca de Barcelona, España, con el nombre de Miguel Argemir, en el seno de una familia devota.

Miguel queda huérfano siendo niño, por lo que es encomendado a unos tutores. Pero ya desde entonces sentía profundamente el llamado de la vocación religiosa. Incluso escapó en un par de ocasiones de su casa para internarse en un monte, pretendiendo llevar una vida de ermitaño, aunque fue devuelto a su hogar con sus deseos frustrados.

En 1603, cuando él contaba con 11 años de edad, fue recibido en el convento de los Trinitarios de Barcelona, y en 1607 profesa los votos de la Orden. Recibe el hábito de Descalzo, y pasa a llamarse desde entonces Miguel de los Santos.

Debido a su profundo fervor, y acaso a los extremos rigores ascéticos a los que se sometía (como periodos de penitencia en los que sólo comía pan y agua los jueves y los domingos), San Miguel de los Santos tuvo una vida mística muy intensa.

Se cuenta, por ejemplo, que cuando estudiaba teología en Salamanca antes de ordenarse como sacerdote, un día que el maestro hablaba al grupo sobre el amor de Cristo, San Miguel estaba tan absorto que se elevó del suelo y permaneció levitando un cuarto de hora, ante los ojos atónitos de sus compañeros y del profesor.

Los frecuentes e incontrolados arrebatos místicos y visiones extásicas llaman la atención de sus superiores, por lo que el Santo es enviado a Sevilla para ser examinado por sacerdotes expertos, quienes confirman la veracidad de los fenómenos.

A pesar de su sencillez extrema y de su encantadora modestia, cuando fue nombrado vicario general de los Padres Trinitarios en Valladolid supo actuar con delicadeza, comprensión, entrega y sentido práctico.

Entregado a la oración y al servicio, y padeciendo esos arranques de experiencia mística con que se privaba, San Miguel de los Santos contrajo fiebres tifoideas, que tras un grave suplicio le quitaron la vida en Valladolid, a los 34 años de edad.

Beatos Colombianos de San Juan de Dios, Mártires

Santoral Católico

En 1934 estalló en España una cruel persecución contra los católicos por parte de los comunistas, masones y de la extrema izquierda. En pocos meses fueron destruidos en España más de mil templos católicos y gravemente afectados más de dos mil. Desde 1936 hasta 1939, los comunistas españoles asesinaron a 4100 sacerdotes seculares; 2300 religiosos; 283 religiosas y miles de laicos.

Unas de las víctimas de esta persecución fueron siete jóvenes colombianos, hermanos de la Comunidad de San Juan de Dios, que estaban estudiando y trabajando en España a favor de los que padecían enfermedades mentales y se encontraban en condición de abandono. Sus nombres eran: Juan Bautista Velásquez, Esteban Maya, Melquiades Ramírez de Sonsón, Eugenio Ramírez, Rubén de Jesús López, Arturo Ayala y Gaspar Páez Perdomo de Tello. La Comunidad colombiana los había enviado a España a perfeccionar sus estudios de enfermería, y a asistir a los enfermos que vivian en un centro médicos ubicado en Ciempozuelos cerca de Madrid.

Hasta dicho lugar, llegaron personal del gobierno comunista español quienes les ordenaron abandonar el plantel y dejarlo en manos de empleados marxistas desconocedores de la medicina y de la dirección de centros médicos. Los siete jóvenes fueron hechos prisioneros y llevados a una cárcel de Madrid.

Gracias a la intercesión de la cancillería colombiana en el país, los jóvenes consiguieron su libertad, y ya su comunidad religiosa había gestionado los pasajes y viáticos para su retorno al país natal. Sin embargo, antes de abordar el tren que los transportaría a Barcelona, de donde partirían a Colombia, oficiales del gobierno comunista español los asesinaron cruelmente. El Cónsul de Colombia en España los identificó en el Hospital Clínico del país, y dio aviso a la congregación religiosa.

Pese a las protestas por parte del gobierno colombiano y de la cancillería en España, el gobierno comunista no realizó ninguna investigación pertinente, dejando sin castigo alguno a los responsables del asesinato de los religiosos.

El Papa Juan Pablo II beatificó a los siete religiosos en 1992, convirtiéndose en los primeros beatos del país latinoamericano.

Santa Magdalena de Canosa

Santa-Magdalena-de-Canosa

Nació en Verona de una familia aristocrática en 1774. Muy niña quedó huérfana de padre y fue abandonada por la madre, que la confió a una institutriz y se casó de nuevo con un marqués. A los 17 años entró en el Carmelo de Trento y después en el de Cornegliano. Pero tuvo que salir para asumir la administración financiera de su casa principesca, aunque dominada siempre por el deseo de servir a los pobres. Acogió en su palacio a muchachas pobres.

En Venecia entró en la Fraternidad Hospitalaria y se consagró a la educación de las niñas abandonadas, extendiendo además su caridad a todas las obras de misericordia. Generosamente entregada a la vida espiritual, tuvo experiencias místicas.

Fundó un doble Instituto, Hijos e Hijas de la Caridad, para la educación de jóvenes. Murió en Verona el 10 de abril de 1835.

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, franciscanos.org, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

jueves, 9 de abril de 2015

Jueves de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 09-04-15

Matasteis al autor de la vida; pero Dios lo resucitó de entre los muertos
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 3, 11-26
En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra:
- "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo.
Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos.
Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer.
Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un Profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."

Palabra de Dios.

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san-pedro-predicando-hechos-de-los-apostoles-Pentecostes-04
Salmo Responsorial. Salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
¡Señor, dueño nuestro,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies.

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!.
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Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 35-48
En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- "Paz a vosotros."
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- "¿Por qué os alarmáis;" ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- "¿Tenéis ahí algo de comer?"
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse."
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-glorioso-Jesus-01
Santa Casilda de Toledo
Santa-Casilda-de-Toledo

En la vida de esta santa se mezclan a veces elementos legendarios e históricos. Nació en Toledo de un alto dignatario musulmán. En Toledo había prisioneros cristianos, y Casilda los trataba con misericordia y les llevaba víveres. Un día en que les llevaba comida en su delantal, la sorprendió su padre y, al querer averiguar lo que llevaba, encontró no alimentos sino rosas.

Los presos cristianos le hablaban de su fe, pero ella no podía abrazarla. Hasta que cayó gravemente enferma y los médicos no conseguían curarla. Los mismos presos le hablaron de las aguas de San Vicente, cerca de Briviesca en Burgos, que tenían poder curativo. La joven musulmana, con permiso de su padre, acudió a bañarse en aquellas aguas y, efectivamente, alcanzó la salud.

Decidió entonces quedarse en tierras cristianas, se preparó al bautismo y lo recibió, optó por la virginidad y abrazó la vida eremítica. Construyó allí cerca una ermita y un aposento adjunto en el que vivió muchos años entregada a la vida de piedad y oración, hasta que murió el 9 de abril de 1075.

Santa María de Cleofas

Santa-Maria-de-Cleofas

Este Descenso de la Cruz, que proviene de un retablo del siglo XV, muestra a la Virgen María, María Salomé y María de Cleofás, así como a María de Magdala, San Juan Evangelista y José de Arimatea.

Nació probablemente en Palestina, contemporánea de Jesús. Pudo haber sido su tía, ya que al parecer estaba emparentada con la Virgen y San José.La María que se venera hoy era esposa (o quizás hija) de un hombre llamado Cleofás. El Evangelio de San Juan (19:25) la menciona como parte de los testigos de la Crucifixión. Pertenecía, por lo tanto, al círculo más íntimo de los discípulos de Jesús.

Según los demás Evangelios, ella era la madre del apóstol Santiago el Menor (Marcos, 15:40), por lo que a veces se le menciona como María la de Santiago.

Santa María de Cleofás se encontraba entre las mujeres que acudieron a la tumba de Jesús para ungir su cuerpo, pero fue entonces que se les apareció un ángel anunciándoles que el cadáver ya no estaba ahí. Fue así una de las primeras personas que testificó la Resurrección (Marcos, 16:1).

Santa María de Cleofás tuvo la dicha de compartir de cerca la vida de Jesús.

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miércoles, 8 de abril de 2015

Miércoles de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 08-04-15

Te doy lo que tengo: en nombre de Jesús, levántate y anda
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 3, 1-10
En aquellos días, subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde, cuando vieron traer a cuestas a un lisiado de nacimiento. Solían colocarlo todos los días en la puerta del templo llamada "Hermosa", para que pidiera limosna a los que entraban. Al ver entrar en el templo a Pedro y a Juan, les pidió limosna. Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo:
- "Míranos."
Clavó los ojos en ellos, esperando que le darían algo. Pedro le dijo:
- "No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar."
Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó. Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios. La gente lo vio andar alabando a Dios; al caer en la cuenta de que era el mismo que pedía limosna sentado en la puerta Hermosa, quedaron estupefactos ante lo sucedido.

Palabra de Dios.

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Hechos-de-los-Apostoles-curacion-Pedro-Juan-01
Salmo Responsorial. Salmo 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9
Que se alegren los que buscan al Señor.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas.

Que se alegren los que buscan al Señor.
Gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.

Que se alegren los que buscan al Señor.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.

Que se alegren los que buscan al Señor.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac.

Que se alegren los que buscan al Señor.
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Lo reconocieron al partir el pan
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 24, 13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo:
- "¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?"
Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó:
- "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?"
Él les preguntó: - "¿Qué?"
Ellos le contestaron:
- "Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."
Entonces Jesús les dijo:
- "¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?"
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.
Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:
- "Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída,"
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.
Ellos comentaron:
- "¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?"
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
- "Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón."
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra de Dios.

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camino-de-Emaus-discipulos-Lucas-Cleofas-01
Dionisio de Corinto, obispo (+ c. a. 180)
Dionisio

Los menologios griegos dan noticia de su condición episcopal cuando lo incluyen en las listas de obispos, mencionando su óbito alrededor del año 180. También Eusebio de Cesarea nos relata algo de su actividad al recogerlo en la Historia Eclesiástica como uno de los grandes hombres que contribuyeron a extender por el mundo el Evangelio.

Sin moverse de Corinto, ejerció un fecundo apostolado epistolar que no conoció fronteras; el papel, la pluma y el mar Mediterráneo fueron sus cómplices generosos en la difusión de la fe.

Pertenece a las primeras generaciones de cristianos. Es uno de los primitivos eslabones de la larga cadena que sólo tendrá fin cuando acabe el tiempo. Por el momento en que vivió, resulta que con él entramos en contacto con la antiquísima etapa en que la Iglesia está aún, como aprendiendo a andar, dando sus primeros pasos; su expresión en palabras sólo se siente en la tierra como un balbuceo y la gente que conoce y sigue a Cristo son poco más que un puñado de hombres y mujeres echados al mundo, como a voleo, por la mano del sembrador y desparramados por el orbe.

Dionisio fue un obispo que destaca por su celo apostólico y se aprecia en él la preocupación ordinaria de un hombre de gobierno. Rebasa los límites geográficos del terruño en donde viven sus fieles y se vuelca allá donde hay una necesidad que él puede aliviar o encauzar. En su vida resuena el eco paulino de sentir la preocupación por todas las iglesias. Aún la organización eclesiástica -distinta de la de hoy- no entiende de intromisiones; la acción pastoral es aceptada como buena en cualquier terreno en donde hay cristianos. Posiblemente el obispo Dionisio pensaba que si se puede hacer el bien, es pecado no hacerlo. Todas las energías se aprovechan, porque son pocos los brazos, es extenso el campo de labranza y corto el tiempo. Siendo la labor tan amplia, el estilo que impera es prestar atención espiritual a los fieles cristianos donde quiera que se encuentren sin sentirse coartado por el espacio; la jurisdicción territorial vino después. Él se siente responsable de todos porque todos sirven al mismo Señor y tienen el mismo Dueño.

Corinto, -junto al istmo y al golfo del mismo nombre- que en este tiempo es la ciudad más rica y próspera de Grecia, aunque no llega al prestigio intelectual de Atenas. Corinto es la sede de Dionisio; fue, no hace mucho, aquella iglesia que fundó Pablo con la predicación de los primeros tiempos y que luego atendió, vigiló sus pasos, guió su vida y alentó su caminar. Tiene una situación privilegiada: es una ciudad con dos puertos, un importante nudo de comunicaciones en donde se mezcla el sabio griego con el comerciante latino y el rico oriental; allí viven hermanadas la grandeza y el vicio, la avaricia, la trampa, la insidia y el desconcierto; todas las razas tienen sitio y también los colores y los esclavos y los dueños. El barullo de los mercados es trajín en los puertos. Hay intercambio de culturas, de pensamiento. Entre los miles que van vienen, de vez en cuando un cristiano se acerca, contacta, trae noticias y lleva nuevas a otro sitio del Imperio. ¡Cómo aprovechó Dionisio sus posibilidades! Porque resalta su condición de escritor. Que se tengan noticias, mandó cartas a los cristianos Lacedemonios, instruyéndoles en la fe y exhortándoles a la concordia y la paz; a los Atenienses, estimulándoles para que no decaiga su fe; a los cristianos de Nicomedia para impugnar muy eruditamente la herejía de Marción; a la iglesia de Creta a la que da pistas para que sus cristianos aprendan a descubrir la estrategia que emplean los herejes cuando difunden el error. En la carta que mandó al Ponto expone a los bautizados enseñanzas sobre las Sagradas Escrituras, les aclara la doctrina sobre la castidad y la grandeza del matrimonio; también los anima para que sean generosos con aquellos pecadores que, arrepentidos, quieran volver desde el pecado. Igualmente escribió carta a los fieles de Roma en tiempos del papa Sotero; en ella, elogia los notables gestos de caridad que tienen los romanos con los pobres y testifica su personal veneración a los Vicarios de Cristo.

La vida de este obispo griego -incansable articulista- terminó en el último tercio del siglo II.

Santa María Rosa Julia Billiart

Santa-Maria-Rosa-Julia-Billiart

Santa María Rosa Julia Billiart (1752-1816) nació en Cuvilly, en Oise, Francia, en el seno de una familia de comerciantes venidos a menos, por lo que tuvo que trabajar desde muy pequeña para ayudar a su familia.

De niña la pequeña Julia aprendió el catecismo de memoria, y todos los días se la oía alabar a Dios. A los 22 años estuvo presente cuando su padre sufrió un atentado contra su vida, y debido a la impresión le sobrevino una parálisis de ambas piernas.

Pero esto no la desanimó, y bajo la conducción de su párroco se dedicó a la práctica de la caridad y a enseñar el catecismo a los niños.

Durante la Revolución Francesa fue acusada de dar albergue a sacerdotes y por el cargo de brujería; los revolucionarios pretendían quemarla viva, pero ella consiguió escapar, refugiándose finalmente en Amiens tras largas y penosas tribulaciones.

En 1804 funda en Amiens el Instituto de Hermanas de Nuestra Señora, cuya finalidad era dar a conocer el catecismo a los niños y formar catequetas. De manera milagrosa, ese año Santa María Rosa Julia Billiart recupera la facultad de caminar.

En 1809, sin embargo, tiene que salir de Francia, encontrando refugio en la vecina Bélgica. Ahí funda conventos en Namur, Gante y Tournai. Para 1816 su salud es ya muy deficiente. Santa María Rosa Julia Billiart falleció un día como hoy mientras recitaba el Magnificat.

Fue beatificada por San Pío X en 1906, y canonizada por Paulo VI en 1969.

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

martes, 7 de abril de 2015

Martes de la Octava de pascua. Lecturas y Santoral 07-04-15

Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en nombre de Jesús
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
- "Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías."
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
- "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?"
Pedro les contestó:
-"Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos."
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo:
- "Escapad de esta generación perversa."
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres mil.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

san-Pedro-predicando-hechos-de-los-apostoles-Pentecostes-01
Salmo Responsorial. Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
Eucaristia-pan-vino-sangre-Cristo-Misa-Comunion-7-Misericordia-custodiaLa misericordia del Señor llena la tierra.
La Palabra del Señor. es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.

La misericordia del Señor llena la tierra.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.

La misericordia del Señor llena la tierra.
Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperarnos de ti.

La misericordia del Señor llena la tierra.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
He visto al Señor y ha dicho esto
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 20, 11-18
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: - "Mujer, ¿por qué lloras?"
Ella les contesta: - "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto."
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: - "Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?"
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: - "Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré."
Jesús le dice: - "¡María!"
Ella se vuelve y le dice: - "¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!"
Jesús le dice: - "Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: 'Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.'"
María Magdalena fue y anunció a los discípulos: - "He visto al Señor y ha dicho esto."

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-14
San Juan Bautista de la Salle
Juan Bautista de la Salle


Nació en Reims (Francia) el año 1651 de padres nobles pero no ricos. Su familia era profundamente cristiana y su padre, Luis de la Salle, era consejero de Luis XIV.

Culminó sus estudios en la Sorbona de París, residiendo en San Sulpicio. Ordenado de sacerdote en 1678, renunció al canonicato para dedicarse a las clases sociales más pobres y en particular a la educación de los niños, dando así inicio a lo que llegarían a ser los Hermanos de las Escuelas Cristianas, por cuya existencia y desarrollo hubo de soportar innumerables dificultades.

Comenzó por formar bien a los maestros. El método pedagógico innovador que adoptó, que incluía la pedagogía racional, eliminando elementos tradicionales ya inútiles, y el uso de la lengua materna en lugar del latín, le procuró de momento muchas contrariedades, aunque luego alcanzó gran difusión.

Murió en Saint-Yon, cerca de Ruán, el 7 de abril de 1719. León XIII lo canoniza en 1900. Pío XII lo proclamó "Patrono de los educadores".

Oración: Señor, tú que has elegido a san Juan Bautista de la Salle para educar a los jóvenes en la vida cristiana, suscita maestros en tu Iglesia que se entreguen con generosidad a la formación humana y cristiana de la juventud. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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lunes, 6 de abril de 2015

Lunes de la Octava de Pascua. Lecturas y Santoral 06-04-15

A este Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 2,14. 22-33
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra:
-"Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice, refiriéndose a él:
'Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia.'
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando dijo que 'no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción', hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo."

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/

Hechos 6-Esteban-Felipe-Procoro-Nicanor-Timon-Parmenas-Nicolas,
Salmo Responsorial. Salmo 15, 1-2 y 5. 7-8. 9-10. 11
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien."
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
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Comunicad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 28, 8-15
En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo:
- "Alegraos."
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies.
Jesús les dijo:
- "No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán."
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
- "Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros."
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-23-James-Tissot
San Celestino I +432

El Señor ha ido sembrando a lo largo de la historia de la Iglesia hombres que lucharon denodadamente por conservar incólume la doctrina del Evangelio. Los herejes, que no han faltado tampoco nunca a lo largo de la historia, parece que se empeñaban en ensuciar las aguas cristalinas que predicara Cristo y sus Apóstoles. Misión, sobre todo de la Iglesia, será siempre defender esta doctrina y presentarla así, sin mancha, a todos los fieles cristianos.

Uno de los hombres que hubo de luchar duro contra dos de estas herejías sobre todo, que serán las semipelagianas y arrianas, será el valiente San Celestino I, Papa. Parece que nació en el último cuarto de siglo IV en la Campania napolitana (Italia) de padres nobles y emparentados con reyes. Su padre, llamado Prisco, era familia del emperador Valentiniano. Sabemos muy pocas cosas de él, de su juventud y formación literaria, pero lo cierto es que hubo de crecer muy rápidamente en ciencia y en virtud ya que le vemos escalar rápidamente también por los escalafones de la carrera eclesiástica hasta llegar al grado supremo que es el Pontificado.

Renunció a proposiciones muy lisonjeras que le presentaban y tan sólo ansió consagrarse para siempre y del todo a la vida del espíritu. Parece ser que trató de retirarse al desierto para allá estar más alejado del mundo y disponer de mayor facilidad para entregarse al Señor pero otros eran los caminos que le señalaba la Divina Providencia. Se ordenó sacerdote y vivió unos años entregado al cuidado de las almas hasta que muy pronto, ante la sabiduría y prudente santidad que brotaba de sus palabras y de sus obras, fue elevado al episcopado y enviado a Siria para que gobernase aquella iglesia. Allí se entregó de lleno al cuidado de su grey. Visitaba a los enfermos y educaba en la fe a todos los feligreses. No había mal que no tratase de remediarlo. Cuando no podía ir personalmente lo hacía por medio de sus preciosas "Cartas" que son todo un modelo de bondadosa solicitud a la vez que de dureza cuando el caso lo requería, con tal de conservar incólume la fe de las injerencias de sus enemigos.

El Papa Bonifacio I había dejado huérfana la diócesis de Roma como sucesor de San Pedro y aquella Iglesia solicitó la presencia de Celestino para regirla. Eran tiempos sumamente difíciles por la arbitrariedad y los gérmenes de herejía que se iban infiltrando en muchos ambientes. Los diecisiete años que gobernó la Iglesia, desde el año 422 al 439, fueron verdaderamente fecundos en todos los sentidos, sobre todo en el aspecto dogmático, en el litúrgico y pastoral. En el primero luchó denodadamente contra Nestorio que defendía que la Virgen era sólo Madre de Jesús en cuanto hombre y no en cuanto Dios, es decir: que María no era Dei genitrix, Madre de Dios. San Celestino luchó por sí mismo y por medio de San Cirilo de Alejandría para que en el Concilio de Éfeso, celebrado el 431, fuera proclamado el dogma de la Maternidad Divina de María. Todos los Padres conciliares repitieron las palabras del Papa: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte".

En el campo pastoral escribe sus famosas Decretales que rezuman prudencia, sabiduría y entereza a la vez. Dice en ellas a los Obispos: "No permitamos sembrar en nuestra tierra otro grano que el que nos ha dejado en depósito el Divino Sembrador". También luchó muy duramente contra los herejes pelagianos y envió fervorosos misioneros a Inglaterra y a otras partes del mundo para extender el Evangelio. Introdujo en la celebración de la Misa varias partes importantes y abogó con energía a favor del pecador arrepentido en la hora de la muerte. Lleno de méritos expiró el 6 de Abril del año 432. Lo enterraron en el Cementerio de Priscila y en su tumba escribieron: "Su alma santísima goza ya de la visión de Dios".

San Pedro de Verona Protomártir dominico

Pedro de Verona dominico
San Pedro, mártir dominico, nace en Verona, la ciudad de la Lombardía italiana, hacia el 1.205, en una familia que había sido presa de la herejía de los Cátaros, renovadores -en el centro y norte de Italia- de la doctrina maniquea.

Pedro de Verona es un niño muy inteligente, sincero, agradable y firme en sus decisiones; parece predestinado a ser un apóstol opositor de estos herejes puritanos. Los Cátaros eran desprendidos en el aspecto crematístico, y su espíritu era belicoso y sectario. Su familia pertenecía a lo que entonces el pueblo llama "patarini"; pese a ello no tienen inconveniente en que la educación del niño esté a cargo de un maestro católico.

Un día, San Pedro de Verona regresa de la escuela y se encuentra con un tío suyo, noble y cátaro también que le pregunta por la marcha de sus estudios. Inesperadamente para el tío, el pequeño Pedro le recita el Credo, cuyo primer artículo refuta precisamente al Maniqueismo, al afirmar un solo Dios Creador Absoluto de cielo y tierra. El tío insiste y le refuta tal doctrina, pero el niño le contesta irrebatiblemente: "Quien no crea esta primera verdad de la fe, no tendrá parte en la vida eterna". El tío queda impresionado y preocupado por su sobrino Pedro.

Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y de sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. No pocos de ellos se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores.

Pedro, con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de Santo Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos.

Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, a la oración, a la austeridad y a la penitencia; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminada la formación eclesiástica, es ordenado sacedorte y nombrado Predicador del Evangelio de Jesús frente a los "patarinis".

Pronto, la Región toscana, el Milanesado, la Romaña conocen a este fogoso predicador, y a la vez formidable polemista. Pedro es piadoso, austero. Corre la voz de su santidad por todas partes. Ama a Jesucristo y, como Él, experimenta la prueba, la calumnia y la cruz.

Un día, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. No se defiende y se reconoce pecador. Por ello es castigado a un Convento de la Marca Ancona donde en la soledad intensifica su estudio y oración. Un día se desahoga ante un crucifijo: "¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?". Cristo Crucificado le dice: " Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?". De esta forma queda consolado y confortado.

Al fin la verdad triunfa y el Papa Gregorio IX, que le conoce a fondo, le nombra en 1.232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres.

Sucesivamente es superior de los Conventos de Piaccenza, Como y Génova. En 1.243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor General. Pero una conjura pesa sobre él para asesinarle.

Semblanza Espiritual

Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras milanesas. Era el 6 de abril de 1.252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas la faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo "CREO".

El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien imita y ama. Tenía 46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán. El 25 de marzo del año siguiente, 1.253, Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana.

San Pedro de Verona es ejemplo de fidelidad y de amor a Cristo y a los hombres.

Fuente: http://www.dominicos.org/grandes-figuras/santos/san-pedro-de-verona


Los 120 mártires de Persia
santoral católico
Se ignoran los nombres de estos mártires, pero según la tradición, en el reinado de Sapor II de Persia, más de cien cristianos fueron martirizados el mismo día, en Seleucia de Tesifonte. Entre ellos, había nueve vírgenes consagradas a Dios; el resto eran sacerdotes, diáconos y monjes.

Como todos se negaron a adorar al sol, fueron encarcelados durante seis meses en sucias prisiones.

Una rica y piadosa mujer, llamada Yaznadocta les ayudó, enviándoles alimentos. Yaznadocta se las arregló para averiguar la fecha en que los mártires iban a ser juzgados. La víspera, organizó un banquete en su honor, fue a visitarles en la prisión y regaló a cada uno un vestido de fiesta.

A la mañana siguiente, volvió muy temprano y les anunció que iban a comparecer ante el juez y que aún tenían tiempo de implorar la gracia de Dios para tener el valor de dar su sangre por tan gloriosa causa. El juez prometió nuevamente la libertad si adoraban al sol, pero ellos contestaron que estaban dispuestos a dar la vida por Dios. Fueron condenados a morir decapitados y Yaznadocta consiguió los cadáveres y los quemó para evitar que fuesen profanados.

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domingo, 5 de abril de 2015

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor. 05-04-15

Hemos comido y bebido con él después de su resurrección
Primera Lectura. Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
- «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»

Palabra de Dios.

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Hechos 6-Esteban-Felipe-Procoro-Nicanor-Timon-Parmenas-Nicolas,
Salmo Responsorial. Salmo 117, 1-2. l6ab-17. 22-23
Salmo-115Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.

Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.

SECUENCIA
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
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Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo
Segunda Lectura. Carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4
Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

Palabra de Dios.

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apostol-san-pablo-corintios2
Él había de resucitar de entre los muertos
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:
- «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Palabra de Dios.

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Resurreccion-resucitado-cuerpo-sepulcro-cristo-glorioso-Jesus-tumba-30
San Vicente Ferrer, presbítero (1350-1419)
Vicente Ferrer


Nació en 1350 en Valencia, España. Sus padres le inculcaron desde muy pequeñito una fervorosa devoción hacia Jesucristo y a la Virgen María y un gran amor por los pobres, a quienes repartía significativas limosnas que la familia acostumbraba dar. Ingresó a la comunidad de Padres Dominicos y, por su gran inteligencia, a los 21 años ya era profesor de filosofía en la universidad. Siendo diácono le mandaron a predicar a Barcelona, ciudad que estaba atravesando por un período de hambre ya que los barcos con alimentos no llegaban desde hace varias semanas.

San Vicente estaba muy angustiado porque la Iglesia Católica estaba dividida entre dos Papas y existía mucha desunión. Estas constantes preocupaciones mortificaron y enfermaron peligrosamente al santo; pero una noche, por revelación divina, descubrió que su misión era la de predicar el Evangelio por ciudades, pueblos, campos y países. El santo recuperó inmediatamente la salud, y durante 30 años recorrió el norte de España, el sur de Francia, el norte de Italia, y Suiza, predicando incansablemente, con enormes frutos espirituales, ya que los primeros en convertirse fueron judíos y moros.

San Vicente fustigaba sin miedo las malas costumbres, que son la causa de tantos males e invitaba incesantemente a recibir los santos sacramentos de la confesión y de la comunión. Los milagros acompañaron a San Vicente en toda su predicación, siendo el don de las lenguas el primordial y básico para su misión de evangelizar las ciudades y pueblos. El santo se mantuvo humilde y sencillo a pesar de la gran fama y popularidad alcanzada por sus predicaciones en varios países.

Los últimos años, acechado por varias dolencias y enfermedades, sus predicaciones mantenían esa fuerza, vigor y entusiasmo que lo caracterizaron en el anuncio del Evangelio.

Murió en plena actividad misionera, el Miércoles de Ceniza, 5 de abril del año 1419. Fue canonizado en 1455.

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