miércoles, 24 de febrero de 2021

Lecturas y Santoral 24/02/2021. Miércoles de la primera semana de Cuaresma

Los ninivitas habían abandonado el mal camino
Primera Lectura. Jonás 3, 1 -1011
El Señor dirigió la palabra a Jonás: «Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Ninivé; la gran ciudad, allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré». Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad, inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando: «Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada» Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor. La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojo del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Ninivé este anuncio de parte del rey y de sus ministros: «Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá». Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó. 

Palabra de Dios


Salmo Responsorial. 50, 3-4. 12-13. 18-19

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme. No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. El sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias.

Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.


A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás». 

Palabra de Dios.

San Ethelberto de Kent

Era rey de Kent y, siendo aún pagano, contrajo matrimonio con Berta, princesa franca, de religión católica, hija única de Chariberto, rey de París. Berta exigió para casarse, poder practicar su religión y que la acompañara su capellán, el obispo Liudardo, que influiría en la conversión del rey.

Ethelberto jugó un papel importante en la conversión de los sajones al cristianismo. Acogió y protegió a los misioneros enviados por san Gregorio Magno y encabezados por san Agustín de Canterbury. Él mismo, la vigilia de Pentecostés del año 597, instruido convenientemente, recibió el bautismo de manos de san Agustín de Canterbury, hecho que influyó no poco para que muchos súbditos suyos abrazaran la fe cristiana.

También contribuyó a la conversión de Saberto, rey de los sajones orientales, cuya capital era Londres. Cedió su palacio a san Agustín, levantó la catedral de San Andrés en Rochester, apoyó en todo la labor de los misioneros, construyó iglesias y monasterios.

Fue un modelo de rey cristiano, que gobernó a su pueblo con prudencia y dio leyes justas inspiradas en el derecho romano y en la doctrina evangélica. El santo pronto se convirtió en un modelo por la nobleza de su conversión. La acogida que dio a los misioneros y su gesto de escucharles sin prejuicions son un caso extraordinario en la historia. Con su actitud de no imponer la fe en sus súbditos, a pesar de su celo por propagarla, favoreció enormemente la obra de los misioneros.

Murió en Canterbury el 24 de febrero del año 616, después de 56 años de reinado. Fue sepultado en la Iglesia de San Pedro y San Pablo, junto a Santa Berta y san Liudardo.

San Marcos de Marconi(1480-1510)

Nació en Mantua, Lombardía, en Italia. Desde niño, el pequeño Marcos daba muestras de intereses místicos poco usuales en alguien de su edad. Se sabe que para sus 15 años se vestía en secreto con túnicas de ermitaño, y realizaba penitencias extremas, probablemente de autosufrimiento.

Eventualmente ingresó a la Orden de Ermitaños de San Jerónimo, y entonces pudo llevar a cabo su sueño de buscar a Dios a partir de la separación del mundo.

Las condiciones extremas en las que vivía fueron con certeza las que ocasionaron su temprana muerte, a los 30 años.

Su tumba se convirtió de inmediato en lugar de peregrinación, pues se dice que se obraron varios milagros ahí. Esta fama creció varios años después, a partir de que se descubrió que el cadáver de San Marcos de Marconi continuaba incorrupto.

Algunos siglos después, su cuerpo fue trasladado a distintos lugares a causa de las guerras. Primero cuando el duque de Mantua se enfrentó al emperador de Austria, lo escondieron en una iglesia. Pero años después lo sacaron justo antes de que Napoleón Bonaparte la destruyera.

Cuando pasaron las turbulencias, finalmente el cuerpo de San Marcos de Marconi fue depositado en la catedral. En 1909, el papa San Pío X confirmó su culto.

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