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viernes, 15 de octubre de 2021

Lecturas y Santoral 15/10/2021. Viernes de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario. Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia
Primera Lectura. Eclesiástico 15, 1-6
Así obra el que teme al Señor, el que observa la ley alcanza la sabiduría. Ella le sale al encuentro como una madre y lo acoge como una joven esposa. Lo alimenta con pan de inteligencia y le da a beber agua de sabiduría. Si se apoya en ella, no vacilará, si se aferra a ella, no quedará defraudado. Ella lo ensalzará sobre sus compañeros y en medio de la asamblea le abrirá la boca. Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia y lo revestirá con un vestido de gloria. Encontrará gozo y corona de júbilo, y un hombre eterno recibirá en herencia.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles. ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los seres divinos?

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Dios es temible en el consejo de los ángeles, es grande y terrible para toda su corte. Señor de los ejércitos, ¿quién como tú? El poder y la fidelidad te rodean.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque el Señor es nuestro escudo, y el Santo de Israel nuestro rey.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Soy manso y humilde de corazón
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra de Dios

Santa Teresa de Ávila, Virgen Fundadora

Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515. Desde sus más breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su casa con un hermano, para ir a buscar martirio. Vuelta al hogar, a los doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en extremo y pareció decidir su vocación religiosa.

A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por su padre a causa de sus malas compañías, una de ellas la de su prima, así como las exageradas lecturas de libros de caballerías. El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila.

Poco después cayó gravemente enferma y su padre la llevó a baños minerales: sentía los primeros síntomas de sus neurosis. En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica. Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que volvió al pasado ardor religioso por que, según dice ella, Cristo se le apareció con airado semblante.

La reforma

Teresa creyó que la causa de su frialdad provenía de su demasiado frecuente trato con seglares, y resolvió reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas descalzas y enclaustradas. Hora era de que llegaran estas reformas, pues la orden estaba del todo relajada. Los carmelitas, como la mayoría de las religiosas, habían decaído mucho del primer fervor, a principios del siglo XVI. Las religiosas podían salir de la clausura con el menor pretexto, de suerte que el convento se convirtió en el sitio ideal para quien deseaba una vida fácil y sin problemas. Las comunidades eran sumamente numerosas, lo cual era causa y efecto de la relajación. Por ejemplo en el convento de Avila había 140 religiosas.

Cuando Santa Teresa llevaba 25 años de vida religiosa en el convento de la Encarnación de Avila, emprendió el reto de llevar a cabo la iluminada idea de fundar una comunidad más reducida y reformada. La santa estableció la más estricta clausura y el silencio casi perpetuo. A los 45 años, respondiendo a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: "O sufrir o morir", y en la que encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara.

Entonces fundó el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana.

El convento carecía de rentas y reinaba en él la mayor pobreza; las religiosas vestían toscos hábitos, usaban sandalias en vez de zapatos (por ello se les llamó descalzas) y estaban obligadas a la perpetua abstinencia de carne. Santa Teresa no admitió al principio más que 13 religiosas, pero luego aceptó que hubiese 21.

En 1567, el superior general de los carmelitas, Juan Bautista Rubio (Rossi), visitó el convento de Avila y quedó muy satisfecho con el trabajo realizado allí por la santa, así que le concedió a ésta plenos poderes para fundar otros conventos del mismo tipo y aun la autorizó a fundar dos conventos de frailes reformados (carmelitas contemplativos).

En su empresa tuvo grandes dificultades que vencer, pero le ayudaron eficazmente una de sus hermanas, otros parientes, varios señores piadosos y la duquesa de Alba.

Santa Teresa murió después de realizada su obra de reforma a los sesenta y siete años en Alba de Tormes (Salamanca) el año 1582, la noche del 4 de octubre (convertida en 15 de octubre por la reforma gregoriana del calendario) en los brazos de la Beata Ana. Su canonización se realizó en 1622.

Pablo VI la declaró en 1970 Doctora de la Iglesia.

Oración: Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sus escritos

Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo.

Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras, son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de letras, era una gran estilista. En cuanto a sus poesías, fueron compuestas en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la Divinidad se las inspiraba.

Los escritos de Santa Teresa subrayan sobre todo el espíritu de oración, la manera de practicarlo y los frutos que produce. Como la santa escribió precisamente en la época en que estaba consagrada a la difícil tarea de fundar conventos de carmelitas reformadas, sus obras, prescindiendo de su contenido y naturaleza, dan testimonio de su vigor, laboriosidad y capacidad de recogimiento.

Escribió el "Camino de Perfección" para dirigir a sus religiosas, y el libro de las "Fundaciones" para alentarlas y edificarlas. En cuanto al "Castillo Interior", se puede considerar que lo escribió para la instrucción de todos los cristianos. En esta obra se muestra como verdadera Doctora de la Iglesia.

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.

Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Nada te turbe

Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.

Algunos pensamientos de la santa

"No sabemos amar... no está en el mayor gusto sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios..."

"Darse del todo al Todo, sin hacernos partes"

"Juntos andemos Señor, por donde fuisteis, tengo que ir; por donde pasastes, tengo que pasar"

"Todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos..."

"Es imposible... tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende que está favorecido de Dios"

domingo, 16 de febrero de 2020

Lecturas y Santoral 16/02/2020. Domingo de la sexta semana del Tiempo Ordinario

A nadie obligó a ser impío
Primera Lectura. Eclesiástico 15, 16-21

Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad.
Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras.
Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo.
Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras del hombre.
A nadie obligó a ser impío, y a nadie dio permiso para pecar.

Palabra de Dios.

Salmo Responsorial. 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34
Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu ley.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos, y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria.
Segunda Lectura. Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 6-10

Hermanos:
Hablamos de sabiduría entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Sino que, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman».
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.

Palabra de Dios.

Así se dijo a los antiguos; pero yo os digo.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 17-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la “gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio".
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: "El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio." Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus juramentos al Señor".
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de https://www.buigle.net


San Onésimo mártir de Asia (¿?-90)

Vivió en el primer siglo de nuestra era. Servía como esclavo para Filemón, señor de la ciudad de Colosas, un desaparecido lugar en la actual Turquía.

Casi todo lo que sabemos de él proviene de San Pablo, pues lo menciona en varias de sus epístolas.

Descontento con su situación como esclavo, Onésimo aprovecha una oportunidad para robar a su amo y escapar. Pero cuando se encontraba huyendo de la justicia, entra en contacto con San Pablo, quien se encontraba prisionero en Roma.

Pablo lo convierte y le coge mucho cariño. Al ver su sincero arrepentimiento, luego de bautizarlo lo manda de vuelta a casa de su amo Filemón, con una carta en la que el Apóstol garantiza su buena conducta y se hace responsable de él.

Filemón, que para entonces ya se había convertido al cristianismo, al recibir a Onésimo lo perdona y le concede la libertad. Además, lo envía de nuevo con San Pablo, a quien le siguió los pasos mucho tiempo.

Según cuenta San Jerónimo, San Onésimo llegó a ser predicador del Evangelio y después obispo de Éfeso por instancia de San Pablo.

Más tarde fue capturado por las autoridades imperiales y llevado de vuelta a Roma, donde murió lapidado.

Juliana, virgen y mártir (+ s. III)


Otro mártir, la doncella de Nicomedia (Asia Menor), cuyas reliquias dieron origen y nombre a la ciudad santanderina de Santillana del Mar, con un culto muy antiguo tanto en Oriente como en Occidente, y a la que sólo conocemos por una "pasión" no poco legendaria y muy tardía.

Como en tantos otros casos, la verdad está enmascarada por un repertorio de clichés hagiográficos que se repiten hasta la más completa inverosimilitud: cúmulo de perfecciones, resistencia heroica a las asechanzas del mundo, tormentos sin fin que no hacen mella en su cuerpo y, tras la manifestación de la evidente ayuda sobrenatural que la asiste, muerte ejemplar a filo de espada.

Hija de paganos, según se nos cuenta, querían casarla con el rico y poderoso Eleusio, a quien ella, para ganar tiempo, impuso la condición de que alcanzase el cargo de prefecto; cuando fue prefecto, le pidió que abrazara el cristianismo, y aquí empieza la historia martirial.

En ella hay un notable episodio: cuando Juliana está en su mazmorra, se le aparece el Maligno en figura de ángel del Cielo y le aconseja que acceda a las pretensiones de Eleusio; la virgen comprende que allí hay engaño, y su oración encadena al Diablo, quien ahora es visible en toda la monstruosidad de su naturaleza.

Sofer, que así se llama el ministro de Satanás, debidamente interrogado confiesa todos sus crímenes – él fue el inductor de Caín y de Judas -, y después de oírle, Juliana, diríase que satisfecha ya su natural curiosidad femenina, le lleva atado hasta el lugar del suplicio, mientras Sofer se lamenta del ridículo que hace ante las gentes y del descrédito que significa aquella humillación para su oficio diabólico. Antes de entregarse al verdugo la santa le echa a un estercolero, y muere decapitada a los dieciocho años.

Santos Elías y compañeros mártires de Cesarea de Palestina.


El año 309, en Cesarea de Palestina, en tiempo del emperador Galerio Maximiano y por obra del gobernador Firmiliano, fueron martirizados un grupo numeroso de cristianos.

Elías, Jeremías, Isaías, Samuel y Daniel, cristianos de Egipto, que habían ido a Cilicia a confortar a sus hermanos en la fe condenados a trabajos forzados en las minas, fueron arrestados, confesaron su fe y se mantuvieron firmes en su fidelidad a Cristo, por lo que, después de sufrir crueles tormentos, fueron muertos a espada. Tras ellos y después de dos años de cárcel, recibieron la corona del martirio Pánfilo, sacerdote, Valente, diácono de Jerusalén, y Pablo, oriundo de la ciudad de Iammia.

También fueron martirizados Porfirio, servidor de Pánfilo, Seleuco de Capadocia, Teódulo, antiguo siervo de la casa del gobernador Firmiliano, y Juliano de Capadocia; éste último, habiendo llegado a la ciudad después de un viaje, se acercó y besó los cuerpos de los mártires, por lo que fue denunciado como cristiano y el gobernador mandó que lo quemaran a fuego lento.

Beata Felipa Mareri


Nació de la noble familia de los Mareri a finales del siglo XII cerca de Rieti (Italia). Tuvo la fortuna de ver y escuchar a san Francisco cuando el santo, de viaje por el Valle de Rieti, se hospedaba en casa de sus padres.

Movida por el ejemplo de Francisco decidió consagrarse a Dios y, como sus familiares no aprobaban su propósito, huyó de casa y se refugió, con algunas compañeras, en una gruta de las montañas cercanas. Allí permaneció hasta que sus hermanos le dieron, en 1228, el castillo de Borgo San Pietro (Abruzzo) y la iglesia aneja, donde se fue organizando la vida claustral siguiendo las normas y forma de vida que san Francisco había dado a las clarisas de San Damián.

El mismo Francisco encomendó al beato Rogerio de Todi el cuidado espiritual del monasterio, en el que se oraba y se trabajaba, se hacía apostolado y se ayudaba a los pobres. Felipa murió el 16 de febrero de 1236.

martes, 15 de octubre de 2019

Lecturas y Santoral 15/10/2019. Martes de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario. Santa Teresa de Jesús

Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia
Primera Lectura. Eclesiástico 15, 1-6

Así obra el que teme al Señor, el que observa la ley alcanza la sabiduría.
Ella le sale al encuentro como una madre y lo acoge como una joven esposa.
Lo alimenta con pan de inteligencia y le da a beber agua de sabiduría.
Si se apoya en ella, no vacilará, si se aferra a ella, no quedará defraudado.
Ella lo ensalzará sobre sus compañeros y en medio de la asamblea le abrirá la boca.
Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia y lo revestirá con un vestido de gloria.
Encontrará gozo y corona de júbilo, y un hombre eterno recibirá en herencia.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/



Salmo Responsorial. 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos?

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Dios es temible en el consejo de los ángeles,
es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Soy manso y humilde de corazón.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Santa Teresa de Ávila, Virgen Fundadora


Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515. Desde sus más breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su casa con un hermano, para ir a buscar martirio.
Vuelta al hogar, a los doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en extremo y pareció decidir su vocación religiosa.

A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por su padre a causa de sus malas compañías, una de ellas la de su prima, así como las exageradas lecturas de libros de caballerías. El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila.

Poco después cayó gravemente enferma y su padre la llevó a baños minerales: sentía los primeros síntomas de sus neurosis. En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica. Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que volvió al pasado ardor religioso por que, según dice ella, Cristo se le apareció con airado semblante.

La reforma
Teresa creyó que la causa de su frialdad provenía de su demasiado frecuente trato con seglares, y resolvió reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas descalzas y enclaustradas. Hora era de que llegaran estas reformas, pues la orden estaba del todo relajada. Los carmelitas, como la mayoría de las religiosas, habían decaído mucho del primer fervor, a principios del siglo XVI. Las religiosas podían salir de la clausura con el menor pretexto, de suerte que el convento se convirtió en el sitio ideal para quien deseaba una vida fácil y sin problemas. Las comunidades eran sumamente numerosas, lo cual era causa y efecto de la relajación. Por ejemplo en el convento de Avila había 140 religiosas.

Cuando Santa Teresa llevaba 25 años de vida religiosa en el convento de la Encarnación de Avila, emprendió el reto de llevar a cabo la iluminada idea de fundar una comunidad más reducida y reformada. La santa estableció la más estricta clausura y el silencio casi perpetuo. A los 45 años, respondiendo a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: "O sufrir o morir", y en la que encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara.

Entonces fundó el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana.

El convento carecía de rentas y reinaba en él la mayor pobreza; las religiosas vestían toscos hábitos, usaban sandalias en vez de zapatos (por ello se les llamó descalzas) y estaban obligadas a la perpetua abstinencia de carne. Santa Teresa no admitió al principio más que 13 religiosas, pero luego aceptó que hubiese 21.

En 1567, el superior general de los carmelitas, Juan Bautista Rubio (Rossi), visitó el convento de Avila y quedó muy satisfecho con el trabajo realizado allí por la santa, así que le concedió a ésta plenos poderes para fundar otros conventos del mismo tipo y aun la autorizó a fundar dos conventos de frailes reformados (carmelitas contemplativos).

En su empresa tuvo grandes dificultades que vencer, pero le ayudaron eficazmente una de sus hermanas, otros parientes, varios señores piadosos y la duquesa de Alba.

Santa Teresa murió después de realizada su obra de reforma a los sesenta y siete años en Alba de Tormes (Salamanca) el año 1582, la noche del 4 de octubre (convertida en 15 de octubre por la reforma gregoriana del calendario) en los brazos de la Beata Ana. Su canonización se realizó en 1622.

Pablo VI la declaró en 1970 Doctora de la Iglesia.

Oración: Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sus escritos

Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo.

Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras, son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de letras, era una gran estilista.
En cuanto a sus poesías, fueron compuestas en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la Divinidad se las inspiraba.

Los escritos de Santa Teresa subrayan sobre todo el espíritu de oración, la manera de practicarlo y los frutos que produce. Como la santa escribió precisamente en la época en que estaba consagrada a la difícil tarea de fundar conventos de carmelitas reformadas, sus obras, prescindiendo de su contenido y naturaleza, dan testimonio de su vigor, laboriosidad y capacidad de recogimiento.

Escribió el "Camino de Perfección" para dirigir a sus religiosas, y el libro de las "Fundaciones" para alentarlas y edificarlas. En cuanto al "Castillo Interior", se puede considerar que lo escribió para la instrucción de todos los cristianos. En esta obra se muestra como verdadera Doctora de la Iglesia.

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;

cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.

Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;

y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!

Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.

Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.

Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.

Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.

Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?

Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Nada te turbe
Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.

Algunos pensamientos de la santa

"No sabemos amar... no está en el mayor gusto sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios..."
"Darse del todo al Todo, sin hacernos partes"
"Juntos andemos Señor, por donde fuisteis, tengo que ir; por donde pasastes, tengo que pasar"
"Todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos..."
"Es imposible... tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende que está favorecido de Dios"

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

lunes, 15 de octubre de 2018

Lecturas y Santoral 15/10/2018. Lunes de la vigesimoctava semana de Tiempo Ordinario. Santa Teresa de Jesús

Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia
Primera Lectura. Eclesiástico 15, 1-6

Así obra el que teme al Señor, el que observa la ley alcanza la sabiduría.
Ella le sale al encuentro como una madre y lo acoge como una joven esposa.
Lo alimenta con pan de inteligencia y le da a beber agua de sabiduría.
Si se apoya en ella, no vacilará, si se aferra a ella, no quedará defraudado.
Ella lo ensalzará sobre sus compañeros y en medio de la asamblea le abrirá la boca.
Lo llenará del espíritu de sabiduría y de inteligencia y lo revestirá con un vestido de gloria.
Encontrará gozo y corona de júbilo, y un hombre eterno recibirá en herencia.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Salmo Responsorial. 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: "La misericordia es un edificio eterno",
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos?

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Dios es temible en el consejo de los ángeles,
es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/
Soy manso y humilde de corazón
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
Official readings of the Liturgy in English at http://www.usccb.org/


Santa Teresa de Ávila, Virgen Fundadora


Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515. Desde sus más breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su casa con un hermano, para ir a buscar martirio.
Vuelta al hogar, a los doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en extremo y pareció decidir su vocación religiosa.

A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por su padre a causa de sus malas compañías, una de ellas la de su prima, así como las exageradas lecturas de libros de caballerías. El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila.

Poco después cayó gravemente enferma y su padre la llevó a baños minerales: sentía los primeros síntomas de sus neurosis. En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica. Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que volvió al pasado ardor religioso por que, según dice ella, Cristo se le apareció con airado semblante.

La reforma
Teresa creyó que la causa de su frialdad provenía de su demasiado frecuente trato con seglares, y resolvió reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas descalzas y enclaustradas. Hora era de que llegaran estas reformas, pues la orden estaba del todo relajada. Los carmelitas, como la mayoría de las religiosas, habían decaído mucho del primer fervor, a principios del siglo XVI. Las religiosas podían salir de la clausura con el menor pretexto, de suerte que el convento se convirtió en el sitio ideal para quien deseaba una vida fácil y sin problemas. Las comunidades eran sumamente numerosas, lo cual era causa y efecto de la relajación. Por ejemplo en el convento de Avila había 140 religiosas.

Cuando Santa Teresa llevaba 25 años de vida religiosa en el convento de la Encarnación de Avila, emprendió el reto de llevar a cabo la iluminada idea de fundar una comunidad más reducida y reformada. La santa estableció la más estricta clausura y el silencio casi perpetuo. A los 45 años, respondiendo a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: "O sufrir o morir", y en la que encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara.

Entonces fundó el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana.

El convento carecía de rentas y reinaba en él la mayor pobreza; las religiosas vestían toscos hábitos, usaban sandalias en vez de zapatos (por ello se les llamó descalzas) y estaban obligadas a la perpetua abstinencia de carne. Santa Teresa no admitió al principio más que 13 religiosas, pero luego aceptó que hubiese 21.

En 1567, el superior general de los carmelitas, Juan Bautista Rubio (Rossi), visitó el convento de Avila y quedó muy satisfecho con el trabajo realizado allí por la santa, así que le concedió a ésta plenos poderes para fundar otros conventos del mismo tipo y aun la autorizó a fundar dos conventos de frailes reformados (carmelitas contemplativos).

En su empresa tuvo grandes dificultades que vencer, pero le ayudaron eficazmente una de sus hermanas, otros parientes, varios señores piadosos y la duquesa de Alba.

Santa Teresa murió después de realizada su obra de reforma a los sesenta y siete años en Alba de Tormes (Salamanca) el año 1582, la noche del 4 de octubre (convertida en 15 de octubre por la reforma gregoriana del calendario) en los brazos de la Beata Ana. Su canonización se realizó en 1622.

Pablo VI la declaró en 1970 Doctora de la Iglesia.

Oración: Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sus escritos

Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo.

Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras, son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de letras, era una gran estilista.
En cuanto a sus poesías, fueron compuestas en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la Divinidad se las inspiraba.

Los escritos de Santa Teresa subrayan sobre todo el espíritu de oración, la manera de practicarlo y los frutos que produce. Como la santa escribió precisamente en la época en que estaba consagrada a la difícil tarea de fundar conventos de carmelitas reformadas, sus obras, prescindiendo de su contenido y naturaleza, dan testimonio de su vigor, laboriosidad y capacidad de recogimiento.

Escribió el "Camino de Perfección" para dirigir a sus religiosas, y el libro de las "Fundaciones" para alentarlas y edificarlas. En cuanto al "Castillo Interior", se puede considerar que lo escribió para la instrucción de todos los cristianos. En esta obra se muestra como verdadera Doctora de la Iglesia.

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.

Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.

Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Nada te turbe

Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.

Algunos pensamientos de la santa

"No sabemos amar... no está en el mayor gusto sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios..."

"Darse del todo al Todo, sin hacernos partes"

"Juntos andemos Señor, por donde fuisteis, tengo que ir; por donde pasastes, tengo que pasar"

"Todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos..."

"Es imposible... tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende que está favorecido de Dios"

Santoral y lecturas confeccionados consultando el preparado por: franciscanos.org, corazones.org, aciprensa.com, caminando-con-jesus.org, www.churchforum.org.mx, eltestigofiel.org, webcatolicodejavier.org, santopedia.com, es.catholic.net, Archidiócesis de Madrid, ewtn.com, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, catholic.net, oremosjuntos.com

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domingo, 12 de febrero de 2017

Lecturas y Santoral 12/02/2017. Domingo de la sexta semana del Tiempo Ordinario

A nadie obligó a ser impío
Primera Lectura. Eclesiástico 15, 16-21
Si quieres, guardarás los mandamientos y permanecerás fiel a su voluntad.
Él te ha puesto delante fuego y agua, extiende tu mano a lo que quieras.
Ante los hombres está la vida y la muerte, y a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder y lo ve todo.
Sus ojos miran a los que le temen, y conoce todas las obras del hombre.
A nadie obligó a ser impío, y a nadie dio permiso para pecar.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Salmo Responsorial. Sal 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34 ( R.: Ib)
Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Haz bien a tu siervo: viviré
y cumpliré tus palabras;
ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu ley.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
Muéstrame, Señor, el camino de tus decretos, y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón.

Dichoso el que camina en la ley del Señor.
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Dios predestinó la sabiduría antes de los siglos para nuestra gloria
Segunda Lectura. primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 6-10
Hermanos:
Hablamos de sabiduría entre los perfectos; pero una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, condenados a perecer, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria.
Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido; pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria.
Sino que, como está escrito: "Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman".
Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu; pues el Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios.

Palabra de Dios.

Lecturas obtenidas de www.archimadrid.es y www.ciudadredonda.org
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Así se dijo a los antiguos; pero yo os digo
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 5, 17-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
"No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno sólo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "necio", merece la condena de la "gehenna" del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio".
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la "gehenna".
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la "gehenna".
Se dijo: "El que se repudie a su mujer, que le dé acta de repudio." Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer -no hablo de unión ilegítima- la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus juramentos al Señor".
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno".

Palabra de Dios.

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Santa Eulalia, Mártir



Eulalia significa: "la que habla bien" Eu = bien, Lal = hablar. Santa Eulalia es una de las santas más famosas de España. Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos en un himno que en honor de ella se escribe el poeta Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo siguiente:

Cuando Eulalia cumplió los doce años apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles que debían adorar a los falsos ídolos de los paganos. La niña sintió un gran disgusto por estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los delegados del gobierno.

Viendo la mamá que la jovencita podía correr algún peligro de muerte si se atrevía a protestar contra la persecución de los gobernantes, se la llevó a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó a la ciudad de Mérida.

Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le protestó valientemente diciéndole que esas leyes que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero Dios eran totalmente injustas y no podían ser obedecidas por los cristianos.

Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión, pero al ver que ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar ídolos y prohibía adorar a Jesucristo. Y le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos". La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".

Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.

Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.

El culto de Santa Eulalia se hizo tan popular que hasta el gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven santa. Y en la muy antigua lista de mártires de la Iglesia Católica, llamada "Martirologio romano", hay esta frase: "el 12 de febrero, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo".

Joven mártir Eulalia: a tu protección encomendamos tantas personitas jóvenes que en este tiempo tienen que enfrentarse, no ya a los perseguidores que matan a quienes se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos, sino que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su vida a la sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas amistades y al pecado, que son monstruos mucho peores que los ídolos, y son perseguidores más crueles que los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es la vida del alma. Santa Eulalia: te recomendamos a nuestra juventud que vive en medio de tantos peligros y que corre cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan grandes peligros nos libre siempre el Señor.

Dijo Jesús: Quien sacrifica su vida por mi, la ganará para la vida eterna.

Santos Mártires de Abitina


 
San Saturnino, presbítero, y sus compañeros sufrieron el martirio el año 304 en Cartago, durante la persecución de Diocleciano. De ellos decía Benedicto XVI el 29-V-05: "En Abitina, pequeña localidad de la actual Túnez, 49 cristianos fueron sorprendidos un domingo mientras, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía desafiando así las prohibiciones imperiales. Tras ser arrestados fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino.

Fue significativa, entre otras, la respuesta que un cierto Emérito dio al procónsul que le preguntaba por qué habían transgredido la severa orden del emperador. Respondió: "Sine dominico non possumus"; es decir, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir.

Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir. Después de atroces torturas, estos 49 mártires de Abitina fueron asesinados. Así, con la efusión de la sangre, confirmaron su fe. Murieron, pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado".

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"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."

sábado, 15 de octubre de 2016

Lecturas y Santoral 15/10/2016. Sábado, vigésimo octava semana del Tiempo Ordinario. Santa Teresa de Jesús

Lo llena de sabiduría e inteligencia
Primera Lectura. Eclesiástico 15, 1-6
El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.

Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial. Sal 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
El cielo proclama tus maravillas,
Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos?

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Dios es temible en el consejo de los ángeles,
es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la fidelidad te rodean.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo,
y el Santo de Israel nuestro rey.

Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
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Soy manso y humilde de corazón
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
"Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".

Palabra de Dios.

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Santa Teresa de Ávila, Virgen Fundadora


Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515. Desde sus más breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su casa con un hermano, para ir a buscar martirio.

Vuelta al hogar, a los doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en extremo y pareció decidir su vocación religiosa.

A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por su padre a causa de sus malas compañías, una de ellas la de su prima, así como las exageradas lecturas de libros de caballerías. El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila.

Poco después cayó gravemente enferma y su padre la llevó a baños minerales: sentía los primeros síntomas de sus neurosis. En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica. Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que volvió al pasado ardor religioso por que, según dice ella, Cristo se le apareció con airado semblante.

La reforma

Teresa creyó que la causa de su frialdad provenía de su demasiado frecuente trato con seglares, y resolvió reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas descalzas y enclaustradas. Hora era de que llegaran estas reformas, pues la orden estaba del todo relajada. Los carmelitas, como la mayoría de las religiosas, habían decaído mucho del primer fervor, a principios del siglo XVI. Las religiosas podían salir de la clausura con el menor pretexto, de suerte que el convento se convirtió en el sitio ideal para quien deseaba una vida fácil y sin problemas. Las comunidades eran sumamente numerosas, lo cual era causa y efecto de la relajación. Por ejemplo en el convento de Avila había 140 religiosas.

Cuando Santa Teresa llevaba 25 años de vida religiosa en el convento de la Encarnación de Avila, emprendió el reto de llevar a cabo la iluminada idea de fundar una comunidad más reducida y reformada. La santa estableció la más estricta clausura y el silencio casi perpetuo. A los 45 años, respondiendo a las gracias extraordinarias del Señor, emprendió una vida cuya divisa sería: "O sufrir o morir", y en la que encontró el eficaz apoyo de san Pedro de Alcántara.

Entonces fundó el convento de San José de Ávila, primero de los 15 Carmelos que establecería en España. Con san Juan de la Cruz, introdujo la gran reforma carmelitana.

El convento carecía de rentas y reinaba en él la mayor pobreza; las religiosas vestían toscos hábitos, usaban sandalias en vez de zapatos (por ello se les llamó descalzas) y estaban obligadas a la perpetua abstinencia de carne. Santa Teresa no admitió al principio más que 13 religiosas, pero luego aceptó que hubiese 21.

En 1567, el superior general de los carmelitas, Juan Bautista Rubio (Rossi), visitó el convento de Avila y quedó muy satisfecho con el trabajo realizado allí por la santa, así que le concedió a ésta plenos poderes para fundar otros conventos del mismo tipo y aun la autorizó a fundar dos conventos de frailes reformados (carmelitas contemplativos).

En su empresa tuvo grandes dificultades que vencer, pero le ayudaron eficazmente una de sus hermanas, otros parientes, varios señores piadosos y la duquesa de Alba.

Santa Teresa murió después de realizada su obra de reforma a los sesenta y siete años en Alba de Tormes (Salamanca) el año 1582, la noche del 4 de octubre (convertida en 15 de octubre por la reforma gregoriana del calendario) en los brazos de la Beata Ana. Su canonización se realizó en 1622.

Pablo VI la declaró en 1970 Doctora de la Iglesia.

Oración: Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Sus escritos

Sus escritos son un modelo seguro en los caminos de la plegaria y de la perfección. Supo conciliar el don de gentes con el trato íntimo con Cristo, el espíritu emprendedor con la oración contemplativa, la actividad incesante con la unión mística con Dios, que ella nos describe con el lenguaje llano del pueblo.

Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras, son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de letras, era una gran estilista.
En cuanto a sus poesías, fueron compuestas en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la Divinidad se las inspiraba.

Los escritos de Santa Teresa subrayan sobre todo el espíritu de oración, la manera de practicarlo y los frutos que produce. Como la santa escribió precisamente en la época en que estaba consagrada a la difícil tarea de fundar conventos de carmelitas reformadas, sus obras, prescindiendo de su contenido y naturaleza, dan testimonio de su vigor, laboriosidad y capacidad de recogimiento.

Escribió el "Camino de Perfección" para dirigir a sus religiosas, y el libro de las "Fundaciones" para alentarlas y edificarlas. En cuanto al "Castillo Interior", se puede considerar que lo escribió para la instrucción de todos los cristianos. En esta obra se muestra como verdadera Doctora de la Iglesia..

Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.

Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Nada te turbe
Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la pacïencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.

Algunos pensamientos de la santa
"No sabemos amar... no está en el mayor gusto sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios..."

"Darse del todo al Todo, sin hacernos partes"

"Juntos andemos Señor, por donde fuisteis, tengo que ir; por donde pasastes, tengo que pasar"

"Todo el daño nos viene de no tener puestos los ojos en Vos, que si no mirásemos otra cosa que el camino, pronto llegaríamos..."

"Es imposible... tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende que está favorecido de Dios"

Santoral confeccionado consultando el preparado por: catholic.net, santoral-virtual.blogspot.com.es, www.churchforum.org, magnificat.ca, aciprensa.com, mercaba.org, franciscanos.org, archivalencia.org, vatican.va, www.enciclopediacatolica.com, corazones.org, caminando con Jesus, mercaba, El almanaque, monover.com, Arhidiócesis de Madrid, web católico de Javier, la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo, oremosjuntos.com

"La Palabra de nuestro Señor es lámpara para nuestros pasos, y el ejemplo de los Santos de la Iglesia que se nos regala cada día, como una sucesión interminable de fiestas, es estímulo y fuerza continua; por eso me encanta preparar y compartir las lecturas cada día y disfrutar con su enseñanza."